"¡Francisco, ve y repara mi casa, pues, como ves, amenaza ruina!"

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3. ADORACIÓN
Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Yo soy el agua:
vivid con ilusión la vida nueva.
venid a mí sedientos, saciaos de
verdad de mis palabras.
Yo soy la vid:
alzad los que estáis muertos;
Yo soy la senda:
seguidme en vuestros pasos
y vuestro será el Reino prometido.
Oraciones de Plegaria y Alabanza
ACLAMACIONES.Cristo, alegría del mundo, resplandor de la gloria del Padre.
¡Bendita la mañana que anuncia tu esplendor al universo!
m+
Bendición del Santísimo y Reserva
MISIÓN MADRID
Cerca de Ti, Señor, quiero morar.
Plegaria final a la Virgen
Nos dirigimos a María, madre de la Iglesia y madre de nuestra fe, con
la oración del Papa Francisco:
¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la Palabra,
para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada.
Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos,
saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa.
Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor,
para que podamos tocarlo en la fe.
Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor,
sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz,
cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.
Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.
Recuérdanos que quien cree no está nunca solo.
Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús,
para que él sea luz en nuestro camino.
Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros,
hasta que llegue el día sin ocaso,
que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén.
CANTO FINAL.- Anunciaremos tu Reino, Señor.
Madrid, 26 de octubre 2013
"¡Francisco, ve y repara mi casa,
pues, como ves, amenaza ruina!"
1. ACOGIDA EN EL TEMPLO
Firmes en la fe, firmes en la fe
caminamos en Cristo,
nuestro Amigo, nuestro Señor.
¡Gloria siempre a Él!
¡Gloria siempre a Él!
Caminamos en Cristo
firmes en la fe.
1. Tu amor nos edifica
y nos arraiga,
tu cruz nos consolida y fortalece.
Tu carne nos redime y nos abraza,
tu sangre nos renueva
y nos embriaga.
Oh, Cristo, nuestro Hermano,
oh, Cristo, nuestro Amigo,
nuestro Señor.
¡Haznos firmes en ti !
2. Tus manos acarician
nuestras llagas,
tus ojos purifican la mirada.
Tus labios comunican mil perdones,
tus pies nos encaminan a la vida.
Oh, Cristo, nuestro Hermano,
oh, Cristo, nuestro Amigo,
nuestro Señor.
¡Haznos firmes en ti !
Saludo.- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.
LECTOR 1.- Ante la imagen del Cristo que TODOS.habló a san Francisco, también nosotros
Sumo, glorioso Dios,
volvemos a escuchar la llamada del Señor
ilumina
las tinieblas
y le respondemos con la misma oración
de
mi
corazón
que le dirigió Francisco.
LECTOR 1.- El joven Francisco, en la ruinosa
iglesia de san Damiano, arrodillado ante la
imagen de Cristo crucificado, oyó que el
Señor le decía: “Francisco, ve y repara mi
Casa, pues como ves, amenaza ruina.” Y
Francisco llorando, contestó al Señor:
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento,
Señor, para que cumpla
tu santo y verdadero
mandamiento. Amén
2. MEDITACIÓN
1. EL
CAMPO COMO LUGAR DONDE SE SIEMBRA
Del Evangelio según san Mateo
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los
pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso,
donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda,
brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por
falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron
y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos,
ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»
La voz del Papa Francisco:
LECTOR 1.- “No padre, yo no soy buena tierra, soy una calamidad, estoy lleno de piedras, de espinas, y de todo.
Sí, puede que por arriba, pero hacé un pedacito, hacé un cachito de
buena tierra y dejá que caiga allí, y vas a ver cómo germina. Yo sé
que ustedes quieren ser buena tierra, cristianos en serio.”
CANTO.Tú, Señor, me llamas, Tú, Señor, me dices: Ven y sígueme.
Ven y sígueme. Señor contigo iré. Señor, contigo iré.
2. EL CAMPO
COMO LUGAR DE CONSTRUCCIÓN
De la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios
Hermanos: ¿No sabéis que en el estadio los corredores cubren
la carrera, aunque uno solo se lleva el premio? Pero un atleta
se impone toda clase de privaciones ; ellos por una corona que
se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita. Por
eso, corro yo, pero no al azar; lucho, pero no contra el aire;
sino que golpeo mi cuerpo y lo someto, no sea que, habiendo
predicado a los demás, quede yo descalificado.
La voz del Papa Francisco:
LECTOR 2.- “¿Dejo que el Espíritu Santo hable en mi corazón? ¿Yo le
pregunto a Jesús: Qué querés que haga? ¿Qué querés de mi vida?
Esto es entrenarse. Pregúntenle a Jesús, hablen con Jesús.”
CANTO.Tú, Señor, me llamas, Tú, Señor, me dices: Ven y sígueme. Ven y sígueme. Señor contigo iré. Señor, contigo iré.
3. EL CAMPO
COMO OBRA DE CONSTRUCCIÓN
De la primera carta del Apóstol san Pedro
Hermanos: Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por
los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer
sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo. Vosotros
sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas
del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.
La voz del Papa Francisco:
LECTOR 1.- “Sí, Señor, también yo quiero ser una piedra viva; juntos
queremos construir la Iglesia de Jesús. Quiero ir y ser constructor de
la Iglesia de Cristo. ¿Se animan a repetirlo?”
TODOS: ¡Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo!
CANTO: Tú, Señor, me llamas, Tú, Señor, me dices: Ven y
sígueme. Ven y sígueme. Señor contigo iré. Señor, contigo
iré.
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