zonas urbanas están en condiciones similares, o peores, que los niños pobres de las zonas rurales, desde los puntos de vista de la proporción entre estatura y peso y la mortalidad entre los menores de 5 años9. La salud de los niños depende fundamentalmente de las condiciones socioeconómicas en las cuales nacen, crecen y viven; a su vez, estas condiciones dependen de la distribución del poder y los recursos. Las consecuencias de la falta de poder y recursos se hacen patentes en los asentamientos provisionales y en los barrios de tugurios, donde, en el año 2020, vivirán aproximadamente 1.400 millones de personas10. Desde luego, no todos los pobres de las zonas urbanas viven en barrios de tugurios, y no todos los habitantes de los barrios de tugurios son pobres. No obstante, los barrios marginales son una manifestación y una respuesta práctica a las privaciones y a la exclusión. Las personas pobres, sin viviendas adecuadas ni seguridad de la tenencia debido a las políticas y las regulaciones económicas y sociales inequitativas que rigen el uso y la gestión de la tierra, recurren al alquiler o a la construcción de viviendas ilegales y tremendamente precarias. Muchos lotes o edificaciones vacíos son ocupados ilegalmente por personas que no son sus propietarias, no pagan alquiler y no tienen permiso para ocuparlos. También se hacen subdivisiones ilegales, como cuando se construye una vivienda precaria en el patio de otra vivienda. Desde la década de 1950, en las ciudades de rápido crecimiento se ha vuelto común ocupar ilegalmente construcciones y lotes vacíos, debido a la escasez de viviendas de bajo costo. Las viviendas ilegales son de baja calidad, relativamente baratas –aun cuando normalmente consumen alrededor de la cuarta parte de los ingresos familiares– y conocidas por los riesgos que implican para la salud. El hacinamiento y las condiciones insalubres favorecen la transmisión de enfermedades, entre ellas neumonía y diarrea, las dos causas principales de muerte de niños menores de 5 años en el mundo entero. Los brotes de sarampión, tuberculosis y otras enfermedades prevenibles por medio de la vacunación también son más comunes en estas zonas, donde la densidad demográfica es alta y los niveles de inmunización, bajos. Aparte de otros riesgos, no es inusual que los habitantes de los barrios de tugurios enfrenten la amenaza del desalojo y el maltrato, no solo de los propietarios de las viviendas, sino también de las autoridades municipales con sus intentos de “limpiar” esos vecindarios. Los desalojos pueden obedecer al deseo de fomentar el turismo, a que en el país se celebrará algún evento deportivo importante o, simplemente, a que existe un proyecto para renovar la zona. Pueden llegar sin advertencia y, obviamente, sin consulta previa. A menudo se llevan a cabo sin compensación alguna para los afectados, que se ven forzados a mudarse a otros lugares igualmente inadecuados, o incluso peores. Los desalojos provocan serios trastornos y pueden destruir redes de apoyo y sistemas económicos y sociales establecidos tiempo atrás, cuya existencia no debe sorprender si se tiene en cuenta lo que significa sobrevivir y salir adelante en entornos tan problemáticos. Incluso quienes no son desalojados pueden sufrir de estrés e inseguridad ante la amenaza de serlo. Además, el abuso y el desplazamiento a que son sometidas constantemente las poblaciones marginadas pueden obstaculizar todavía más el acceso a los servicios esenciales. -PTUVHVSJPTVSCBOPT Las cinco privaciones El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) establece que una vivienda en un tugurio urbano es una vivienda que carece de uno o más de los siguientes atributos: t "DDFTPBMTVNJOJTUSPNFKPSBEPEFBHVB Es decir, acceso a una cantidad de agua adecuada a un costo accesible de la que se pueda disponer sin tener que realizar esfuerzos físicos extraordinarios o inversiones excesivas de tiempo. t "DDFTPBMTBOFBNJFOUPNFKPSBEP Acceso a un sistema de eliminación de los excrementos, ya se trate de un retrete privado o de una instalación pública compartida con un número razonable de personas. t 4FHVSJEBEDPOSFTQFDUPBMBUFOFODJBEFMBWJWJFOEB Pruebas o documentos que se puedan emplear para demostrar tenencia indisputable de la vivienda o para protegerse de posibles desalojos forzados. t $BSÈDUFSQFSNBOFOUFEFMBWJWJFOEB Debe tratarse de una estructura permanente y adecuada en un sitio seguro, que proteja a sus ocupantes de las condiciones climáticas extremas, como la lluvia, el calor, el frío y la humedad en exceso. t &TQBDJPTVmDJFOUFEFWJWJFOEB Ninguna habitación debería ser compartida por más de tres personas. Los niños y las niñas en un mundo cada vez más urbano 5