Tirania DOhald Meltzer * El presente trabajo ha sufrido tres etapas en su metamorfosis que comenzó en 1962, cuando una conjunción de experiencias, algún material clínico, una pieza' de escultura y las memorias de un [urlsto galvanizaron un trabajo que fue leído ante el Grupo Imago. la segunda etapa 'consistió en la elaboración del concepto dE~ terror 'y temor, que considero como un complemento de la teoría de Bion sobre "un terror sin nombre". Ese trabajo fue leído en el Congreso de 1967. La presente etapa es una amalgama y un desarrollo que explora el contexto social de la tiranía sobre la base de los descubrimientos psicoanalíticos en relación con la tiranía interna presente en la perversión y las adicciones, pero que también apun.ta a señalarla función social del psicoanálisis, los analistas y sus sociedades en relación con estos fenómenos sociales. Felix Frankfurter, el jurista americáno y miembro de la Suprema Corte, dice en sus conversaciones con Har/em Phillips (Felix Frankfurter, Reminesces, 1960, Reynal): "torno al Derecho muy sericmente; con profunda seriedad, porque no obstante la fragilidad de la razón y las limitaciones de la ley como la expresión del medio institucionalizado de la razón, es todo lo que tenemos entre nosotros y la tiranía 'de la simple voluntad y la crueldad de los sentimientos descontrolados ydesenfrenadosl/. Este enunciado sintetiza la confusión entre la ley como enunciado explícito del contrato social y la ley como los reglas de comportamiento humano cuya violación será castigada. Muchas veces encontré este conflicto en pacientes que estaban en el umbral de la posición depresivo, cuando la confianza y lo dependencia de objetos primarios buenos es todavía tan coincidente con los celos posesivos con respecto ,a ellos, que el castigo, y aun la exterminación de las partes malas escindidas del Self en sus representaciones proyectadas en el mundo externo, son exigidos como un derecho, como una recompensa de lealtad, una precondición para que continúe la confianza. Sólo, cuando se profundiza la penetración en la posición depresiva tiene lugar el abandono de la función de juicio a los objetos internos en niveles infantiles y con ello, por introyección, ocurre una intensificación de la beatería. ¿Quién no hubiera sido nazi en la Alemania de Hitler? ¿Quiénes pueden estar seguros, lit Dirección: 47 Frognol, Londres, N. W. 3, InglotGrro. 817 Donald 818 Meltzer a excepción de los pocos dignos de lástima que fueron capaces de soportar la prueba? Otto Fenichel ("Trophy and Triuph", 1939) se refiere a la descripción que hace Engels de la Guerra de los Campesinos de 1525 y de ella deduce una inferencia mucho más defensiva del Yo que la idea de ley de Frankfurter. Dice: "En todas las guerras, ya sean externas o Internos, han ocurrido y ocurren crueldades que exceden en demasía las necesidades tácticas y el monto de odio que en realidad se activa en un solo individuo. Sólo la psicología lo puede explicar. Glover lo considera como una prueba de que los motivos instintivos muy enraizados son las causas de las guerras, mientras que lo que generalmente se acepta como causas son racionalizaciones de estas tendencias destructoras. Se puede estar en desacue-rdo con lo que sostiene Glover sin negar la existencia del placer que se experimenta en la crueldad y. que tiene bases biológicas. Uno de los problemas es que en los más diversos períodos las crueldades de guerra adquieren formas muy similares y bien definidas, en particular aquellas crueldades infligidas para deshonrar al adversario. Estas pueden implicar el cercenamiento de las extremidades o actos canibalistas o alusiones simbólicas a los mismos. Por ejemplo, citando a Engels (The Peasant War in Germany, Nueva York, 1926), "muchos prisioneros fueron ejecutados del modo más cruel, el resto fue enviado a sus casas con las narices o las orejas cercenadas ... los campesinos fueron atacados y dispersados por Zapolya; Dosa fue tomado prisionero, asado sobre un trono al hierro ardiente y comido vivo por sus propios hombres, a quienes se les perdonó la vida sólo bajo esa condición". Estas atrocidades no fueron cometidas por los rebeldes sino por los representantes de la léy y el orden; y uno suele tener la impresión de que en la historia del mundo tales cosas han sido realizadas más a menudo y en forma más extensiva por los defensores del Estado legal que por los insurgentes. Puede establecerse que el asar vivo y comer a un ser humano no está prescripto como pena en ningún sistema [udiclol. ¿Cuál fue el propósito de esta orden cruel? Escarnecer y humillar al enemigo derrotado. ¿Y qué es lo que determina la forma de este escarnio y esta humillación? Lo que fue en un momento el anhelado objetivo de nuestros instintos, pero luego sucumbió a la represión, es impuesto a otros con burla y escarnio". Tiranía Sin embargo es evidente que la imposición de la realización de un delito instintivo, o tal vez paranoide, es mucho más fácil que lo inverso, o sea,.la imposición del renunciamiento a dicho acto, por un lado, o a las gratificaciones llbidinales instintivas, por el otro. En los deliciosos libros de Herman Melville, Typee y Omoo se pueden encontrar divertidos ejemplos de la dificultad del hombre occidental para imponer dichas restricciones a los pobladores de las islas Marquesas y Tahití. Sobre la base de estos consideraciones y con la documentación del material clínico que presentaré en forma breve, formulé en 1962 el siguiente concepto acerco de la meta psicología de la tiranía. Sostuve que no es la expresión de "la simple voluntad y la crueldad de los sentimientos descontrolados y desenfrenados", sino una perversión social como defensa ante ansiedades depresivas. "La tiranía es un proceso social para el intercambio de objetos internos en apariencia irremediablemente mutilados. Surge de la cobardía ante el dolor de la posición depresiva. La realización de la tiranía produce complacencia y el someterse a ella genera apatía". Material clínico Los tres primeros años del análisis de un joven muy esquizoide se habían centrado en la rehabilitación de los padres internos con cuya seria mutilación mental y física se había identificado en forma intensa. Sólo una secreta y extraña omnipotencia maníaca lo había salvado de la desesperación total. Desde la temprana infancia su Yo había oscilado entre el sentimiento de ser horriblemente desfigurado y mentalmente deficiente, y la caída en estados autistas en los cuales se sentía un genio o un santo, una figura de belleza sobrecogedora e inagotable potencia creadora. El primer estado le imposibilitaba la socialización y lo convertía en parcialmente ineducable, exquisitamente sensible al ridículo e impotente ante la agresión. El segundo estado, aislado en el seno familiar, propiciaba un desfile de identidades delirantes aun siendo un niño pequeño: compositor-pianista, comandante, comentarista, maquinista, jefe editor. Su brillante capacidad de observación y su talento para la pantomima hacían que fueran tan divertidas, que su familia pasaba por alto la 819 Donald 820 Meltzer intensidad delirante con que las dramatizaba y el secreto desprecio que sentía por los adultos que se reían. Una vez en la cama, totalmente solo, se ma9turbaba intensamente con perversiones sadomasoquistas que incluían la penetración dolorosa de sus orificios. Luego de la ardua toreo analítica de los tres primeros años logró reparar la bondad y la belleza de su madre interna y sus pechos, Y' la devoción y la potencia de su padre interno y sus genitales, de. modo tal que comenzó a tomar forma algo que se parecía al proceso analítico, con períodos de cooperación, anulados por separaciones inminentes, reacciones terapéuticas negativas que seguían a la aparición de sentimientos positivos. el lejano rumor de ansiedades depresivas continuadas por retrocesos de pánico que lo llevaban a la omnipotencia y la indiferencia esquizoide. En este contexto los tremendos celos ante el próximo niño, conectados en el pasado con la aparición de su hermano dos años menor y ahora con la posibilidad de que el analista tomara nuevos casos analíticos, comenzaron a dominar lo situación de separación. Durante el cuarto y quinto años del frafamiento, en conexión con las vacaciones, tuvieron lugar frecuentes ataques mutilatorios a los genitales de los padres internos y a los niños dentro de la madre interna. El otoño de 1959 estuvo ocupado por dos tipos de conducta relacionados entre sí acerca de los cuales mantenía un estricto secreto. Una consistía en dibujar figuras pornográficas en conexión con sus actividades masturbatorias. La otra era un delirio de oler mal debido al continuo pasaje silencioso de flatos que salían de un ano incontinente que él imaginaba dañado por sus perversiones. En el transcurso del análisis este último problema comenzó a alternar con estallidos de vivacidad y con las "bromos" que realizaba en el trabajo y en el consultorio. En febrero de 1960 quemó sus dibujos pornográficos y hacia fin de mes pudo revelar que los dibujos que hacía mostraban cuerpos de mujeres con distintos grados de mutilación. En mayo de 1960 trajo un sueño en el cual expresaba que tenía miedo de una evidencia acusatoria que había en un papel y que con su pene lo empujaba dentro del ano de su hermana. En el sueño le intrigaba saber por qué su hermana lo toleraba. Quisiera señalar los recursos del paciente para liberarse del cuerpo mu- Tiranía tilado, el corpus delidi, de sus objetos internos en partes escindidas del Self proyectadas hacia afuera como defensa ante el dolor de la posición depresiva. Dado que 10$ objetos mutilados eran proyectados por distintos medios en otras personas en su fantasía inconsciente, sentía que estas personas cargaban con los sentimientos y las r~sponsabilidades que él eludía. Surgió la complacencia debido a que el daño no era visible para él dentro de su propio mundo interno. los sentimientos de culpa, la pena, el remordimiento y el anhelo quedaban obviados. Un sentimiento de total impotencia para reparar impregnaba sus ansiedades depresivas, y sentía que las vfctimas de su proyección de objetos dañados estaban también abrumadas por esa total desesperación debilitante. La proyección de sus sentimientos depresivos en otras personas, internas y externas, fue /levada a cabo en forma muy concreta, en lo profundo, al empujar sus propios objetos internos mutilados en sus víctimas. Cualquier orificio del cuerpo de otra persona, incluyendo los ojos, por supuesto, podía ser utilizado para esta penetración. Todo producto de su mente o su cuerpo podra convertirse en portador del objeto mutilado. Durante el tratamiento, en la segunda mitad del año 1960, comenzó en forma lenta un proceso de integración como resultado del deseo gradualmente creciente de proteger y preservar a la .madre interna hermosa, al analista y a su madre externa. El analista yla madre representaban a las dos personas del mundo externo que estaban vinculadas con sus objetos internos buenos. Anteriormente una parte escindida de la personalidad del paciente había infligido las mutilaciones a su mundo interno. Debido a la agobiadora implacabilidad de su actividad destructora, esta parte habla estado al principio representada en sueños s610 por tanques, barcos de guerra, etcétera. En 1959 y 1960 estuvo representada, en los sueños y en acting out extensivos, por un gato, Tigre, que lIeg6 a ser para nosotros la "parte Tigre" del paciente. Ocasionalmente en el otoño de 1960 esta parte fue representada en forma humana en los sueños, y poco a poco las actividades de la misma comenzaron a hacerse conscientes. Anteriormente habían estado ligadas al delirio del continuo pasaje de flatos. Ahora se hacían manifiestas como un continuo murmullo en el diván cada vez que el analista interpretaba, un murmullo que era una refutaci6n cínica, ridiculizahte y ofensiva de la interpretación. 821 Donalél Meltzer 82? ; .Lo proximidad' de la .interrupción por la Navidad de 1960 se convirtió en un 'logro inusual, en la conservación de la madre interna buena, de los buenca.sentlrnlentos yde la esperanza en el análisis. Se hicieron conscientes su intensa 'ansiedad por la seguridad del analista ,y su profunda tristeza ante la soledad. En la' última sesión, antes de la interrupción, trajo un sueño en el cual veía a un negro de aspecto poco respetable dormido en una zanja bajo la lluvia. 19 despertó y el negro lo siguió mientras él iba barranca abajo; el negro presionaba constantemente su pene contra las nalgas del paciente. El sueño muestra claramente que la parte de sI mismo destructora y ahora odiada se había quedado quieta hasta que el paciente activó su crueldad. Quiso regresar, ·escapar de la soledad, de la ansiedad de cualquier dolor depresivo. Este'sueño está, conectado, con el de su hermana. En febrero de 1961, luego de muchos esfuerzos para recuperar el terreno perdido. durante su colapso de Navidad, soñó, luego de una hora analítica dürante la cual había hablado de Eichmann y los campos nazis de extermino, ción, que había un grupo de gente de tres generaciones fuera del consultorio del analista. Estaban pobremente vestidos y hambrientos, pero danzaban y cantaban con una mezcla de alegría y tristeza. Una mujer joven trató de tomar su mano e incluirlo en el grupo, pero él retiró la mano y caminó barranca abajo. Luego estaba en .su cuarto mirándose desnudo en el espejo. No podio ver su pene, pero al levantar la pierna vio horrorizado que detrás tenía una tercera pierna. Yo le interpreté, y estuvo de acuerdo, que estaba horrorizado por haber caminado barranca abajo con Eichmann detrás como en el sueño del "negro", permitiéndole que convirtiera su mundo interno en un campo de exterminación. Se vio enfrentado con la elección de unirse a la familia humana, "las tres generaciones", en la cual la tristeza y la alegría están mezcladas, o de unirse a los nazis que odian e intentan exterminar los lazos de amor que unen c. la gente. Eligió lo segundo, al seguir a la parte Eichmann de sí mismo para exterminar sus objetos internos buenos, o sea destruir la base de su capacidad para. cmcr objetos del mundo externo, para sentirse parte de la familia humanal para interesarse por el bienestar de los demás. Sin embargo es sumamente importante notar que al retirar su mano de la de la mujer joven que intentaba Tlranla tomórsela, lo hizo para evitar el dolor representado por el aspecto pobre y hambriento del grupo y lo que había de conmovedor en su diversión. Cuando se dio cuenta de que al hacerlo le había dado a Eichmann el dominio sobre su mundo interno y había sacrificado así su autoestima, representada por su pene, se horrorizó. Este material estaba muy fresco en mi mente cuando vi "Two Figures with a Carease" ("Dos figuras con el cuerpo de una res"), de Ralph Brown, expuesta en Battersea. Como integra maravillosamente los aspectos formales y emocionales de este material, quisiera presentarla para su consideración. Mis ideas al respecto fueron expresadas en "Diálogo con Adrian Stokes", publicado en La pintura y el mundo interior (Hormé, vol. 44); ahora pienso que eran pesimistas en relación con la función social del psicoanálisis y los analistas; tendían a colocar todo el peso en los artistas, o, mejor dicho, en el "mundo del arte", al hacerlo responsable de realizar el equivalente social del método psicoanalítico de interpretación con el propósito de disminuir las ansiedades paranoides y fortalecer los lazos de relaciones con los objetos buenos, a fin de que se desarrolle una mejor capacidad para el dolor depresivo. Postulaba la esperanza de que los descubrimientos del psicoanálisis fueran filtrados a través del "mundo del arte", especialmente a través del tratamiento analítico de artistas. Se puede decir que presentaba al humanismo como sucesor de la iglesia. Las esperanzas en torno al paciente a quien me he referido antes y de quien me ocupé en 1963 en mi trabajo "Delirios somóticos", no fueron confirmadas en los años de tratamiento siguientes, porque su progreso se detuvo y no se ha reanudado todavía. Sin embargo, me fue posible conocer y elaborar con otros pacientes el problema que no pude profundizar con él, y lo comuniqué en 1967 en mi trabajo sobre "Terror, persecución, temor. Una disección de las ansiedades paranoides". Como puede ser leído, no entraré en detalfes aquí, sino que recapitularé el resumen. El terror es una ansiedad paranoide cuya cualidad esencial, la parálisis, no deja lugar para la acción. Tampoco se puede huir del objeto del terror, que en la fantasía inconsciente es un objeto muerto. Pero en la realidad psíquica, la vitalidad de un objeto, que le puede ser robada, también puede 823 Donald Meltzer volver a él, como el alma al cuerpo en términos teol6gicos. Esto s610 puede llevarse a cabo mediante la capacidad reparadora de los padres internos y su coito creador. Cuando los celos edípicos y/o la envidia destructora impiden la dependencia de la capacidad reparadora de los objetos internos, esta reparaci6n no puede realizarse durante el transcurso del dormir y del soñar. 5610 puede cumplir dicha tarea un objeto de la realidad externa que tenga el significado transferencial del pecho materno a un nivel infantil. Esto puede realizarse innumerables veces sin que se perciba si la dependencia infantil estó bloqueada por la actividad denigrante de la envidia o por la obstinaci6n que surge de la intolerancia a la separaci6n. Cuando la dependencia de objetos internos buenos no resulta factible debido a los ataques masturbatorios perjudiciales, y cuando no se cuenta con la dependencia de un objeto externo bueno o no se la admite, tiene lugar la relaci6n adietiva a una parte mala del 5elf, o sea el sometimiento a la tirania. La omnisciencia de la parte destructora promulga una i1usi6n de seguridad, perpetuada por el sentido de omnipotencia generado por la perversi6n o la actividad adictiva implícita. La parte mala tirónica y adictiva es temida. Es importante notar que, mientras el tirano se pueda comportar de un modo que guarde semejanza con la conducta de un perseguidor, especialmente si hay señales de rebeli6n a la vista, su influencia esencial sobre la parte sometida del 5elf estó dada por el temor a la pérdida de protección ante el terror. He llegado a la conclusi6n de que la intolerancia a las ansiedades depresivas sola no produce la constelaci6n adictiva de sometimiento al tirano, ni tampoco en combinaci6n con la persecuci6n por el objeto dañado. Cuando en una estructura psíquica se encuentra el temor a la pérdida de una relaci6n adictiva a un tirano, se encontraró en su núcleo el problema del terror como la fuerza que se halla detrós del temor y el sometimiento. Mientras no se desmantele tal organizaci6n narcisista y no se cree una rebeli6n contra la tiranía de la parte mala, seró imposible el progreso hacia 826 el umbral de la posición depresiva. Ademós, mientras esto no ocurra, no pueden ser estimados correctamente factores de la psicopatología, tales como la intolerancia a la separaci6n o al dolor depresivo, o la cobardía ante la Tirania persecución. El temor experimentado en relación con el tirano es fundamentalmente un temor a la pérdida de la protección ilusoria contra el terror, y se lo puede ver aparecer especialmente cuando se ha iniciado la rebelión en alianza con objetos buenos, que entonces son experimentados como inadecuados o no disponibles, tal como ocurre durante las interrupciones del análisis por vacaciones. En este resumen no he enfatizado un punto acerca del cual me he ido convenciendo en forma creciente en estos dos últimcs años, desde que fue escrito. Se trata de que en el análisis final, estos "objetos muertos" son los niños dentro de la madre interna. 827