La tercería y los paros - Corporación Viva la Ciudadanía

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La tercería y los paros
Álvaro González Uribe
Abogado
y
columnista
Santa
/ macondoelmundo@yahoo.es / @alvarogonzalezu
Marta
Ni el campesinado ni los demás sectores que iniciaron los paros se sienten
representados por las Farc; que no se llamen a engaños ni nos crean ingenuos:
esta protesta jamás es un apoyo a los grupos guerrilleros ni a sus ideas ni
mucho menos a sus arcaicos métodos de lucha. De ser así, la guerrilla hace
mucho se hubiera tomado el poder, pues también hace años que las causas de
las protestas existen.
Como en otras palabras lo dijo Alfredo Molano en una columna, si las Farc
fueran las dueñas del poder real mostrado en los paros ya su proyecto político
estaría actuando. Por alguna razón están negociando hoy con el Gobierno el
fracaso mutuo. Quizá de esa equivocación nace el “envalentonamiento”
mostrado por las Farc durante los últimos días en La Habana.
Por eso el Gobierno y varios sectores políticos comenten un error al afirmar
que los paros han sido promovidos por las Farc. Otra cosa es que haya
elementos infiltrados pertenecientes o afines a las guerrillas, lo cual es
diferente a ser instigadores. Infiltrados hay de todos los lados, incluso simples
vándalos sin pretensión política como se vio en varias ciudades.
Los paros son una muestra más del fracaso de las guerrillas, pero también de
la democracia vigente y de sus instituciones. Estábamos acostumbrados a ver
todo en blanco y negro: guerrillas-gobiernos, izquierda-derecha, pero resulta
que el país nacional hace rato se salió de ese dilema sin que ninguno de los
actores protagonistas tradicionales se percatara. Hay un nuevo país que desde
hace mucho se ha ido gestando, diferente al país por el que dicen luchar
gobiernos, guerrillas y partidos.
Eso es normal en la historia. Hay momentos en los cuales esas realidades
escondidas o apabulladas saltan de una u otra manera y los indignados del
mundo llevan tres años revelándolo. La conclusión es que ni políticos, ni
gobiernos ni guerrillas supieron leer a Colombia.
Pero, ¿quién puede capitalizar estos movimientos reivindicativos de los paros?
En la pregunta está la trampa donde muchos pueden caer, pues hay que
descomponerla en dos aspectos: capitalización política y capitalización social.
Lo ideal es que ambas coincidan, pero ello casi nunca ocurre. Primero, porque
papero a tus papas, y segundo porque hay códigos distintos en los dos
ámbitos.
Los campesinos solo quieren mejor calidad de vida y que su trabajo sea
remunerado justamente, y los políticos quieren sacar votos, en el mejor de los
casos para activar unas ideas, y en el "más-mejor" de los casos (los hay) unas
ideas que ayuden al pueblo.
Los campesinos no quieren curules, pero no les vendría mal estar
representados en los órganos de dirección del país. Sin embargo, mantener
ese hilo conductor entre ambos sectores es el reto. Su rompimiento o su
ausencia fue lo que originó el levantamiento por las vías de hecho que hoy
conmociona a Colombia.
Pero ese bus al que hoy tantos se quieren subir aún no tiene “flota”
determinada, y es dudoso que la pueda tener porque se trata de una chiva
campesina que lleva recorriendo hace mucho tiempo caminos y veredas,
ignorada por el país político que solo la veía como un cargamento periódico de
votos.
Quizá la tercería de que tanto se habla pueda ser esa “flota” y convertirse en la
respuesta política a los paros, pero requiere para ello ampliar el estrecho
espacio de candidatura presidencial y de santismo-uribismo en el cual se está
enmarcando. Me dirán que entonces no es tercería, y está bien, porque
además lo de “tercería” suena como a “por-la-pica-entonces-este”, y eso no es
serio.
Solo es verdadera tercería, o mejor, alternativa de país, si tiene un contenido
ideológico integral, si se alinea con el nuevo país que se manifiesta en los
paros, si cambia los métodos de hacer política y si sabe leer el descontento,
sintonizarse con el país rural y conectarlo además con el país urbano.
Edición N° 00367 – Semana del 6 al 12 de Septiembre de 2013
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