Discurso de Fin de Año 2012 Buenas noches y muchas gracias por dejarme entrar hoy en vuestra casa para desearos unas felices Navidades y un próspero Año Nuevo. El año pasado, el primero que me dirigí como presidente del Gobierno a la sociedad balear, con motivo de estas fiestas, inicié mi mensaje deseando la liberación de Enric Gonyalons, cooperante mallorquín secuestrado en África. Meses después se produjo su liberación y hoy todos tenemos la alegría de saber que esta Navidad la pasará en familia. Estos son días en los que muchos de nosotros expresamos nuestros deseos para el futuro. Y recordando este caso, deseo que se ponga fin lo antes posible a todos los conflictos y a todas las desigualdades e injusticias que hay en el mundo. En épocas de dificultad, como la actual, es necesaria la unidad para afrontar los retos que el día a día nos presenta. Retos que tenemos como personas, como parte de una sociedad. Porque seguro que aquello que tenemos que hacer nos saldrá mucho mejor a todos si lo hacemos juntos. El símbolo de esta unión, de esta fortaleza, se refleja hoy más que nunca —o al menos de manera muy destacada— en las familias. En valores como la generosidad sin límites, la solidaridad, el compromiso. En saber que se forma parte de algo que, más allá de lo que nos diferencia o nos separa de manera puntual, nos mantiene unidos. Especialmente ante las dificultades. Dejamos atrás un año que ha sido difícil. Pero también dejamos atrás un año que nos acerca más a la salida de la crisis. Con la seguridad de estar haciendo todo lo necesario, debemos afrontar el 2013 sabiendo que nos encontraremos obstáculos, pero también teniendo la certeza de que los superaremos. Ninguna de las medidas que ha tomado este Gobierno supone por sí misma la solución a todos los problemas. Pero, juntas, crean indudablemente las bases de un futuro mejor. El año 2012 hemos podido cumplir con muchos compromisos atrasados, hemos avanzado en la reforma de la Administración y todos hemos disfrutado de una buena temporada turística y de los efectos positivos que ha tenido. Nuestro esfuerzo está centrado principalmente en la creación de empleo. Por eso, quiero lanzar de nuevo un mensaje de esperanza, un mensaje de esperanza a las personas que hoy no tienen trabajo. Un mensaje de esperanza desde el realismo. Desde la responsabilidad de saber que todo este esfuerzo, todo, dará pronto los resultados que todos queremos. Debemos tener confianza en nosotros mismos. En nuestra sociedad existen muchos ejemplos de superación. Ejemplos públicos y no tan públicos con los que nos encontramos cada día. Nuestra historia lo demuestra y es bueno que lo recordemos. Y en este sentido, quiero referirme a un hecho que sucedió en 1891, cuando llegó la plaga de la filoxera, procedente de América. En aquel momento, la actividad vinícola era muy importante en las Islas. Una de las principales fuentes de riqueza. Se cultivaban más de 40.000 cuarteradas y se exportaban 30 millones de litros de vino. Esta plaga originó una crisis, y nuestros antepasados tuvieron que realizar muchos sacrificios y esfuerzos. Y los hicieron sin caer en el desánimo, en peores condiciones que las que tenemos actualmente. Donde había viñas, plantaron almendros, más de 100.000 cuarteradas, y pronto convirtieron las Islas Baleares en uno de los lugares de mayor producción de almendras de toda España. Salieron adelante. Esta es la historia de nuestros antepasados y, gracias a ella, somos lo que somos hoy en día. Este es el espíritu que mueve a nuestro pueblo, el espíritu que nos ayudará a todos a levantar la cabeza y a flotar en este mar removido que nos rodea. El mensaje de nuestros antepasados es de esperanza; no tenemos que andar de brazos caídos, no tenemos que caer en el desaliento. Ellos vivieron en un tiempo mucho más complicado y difícil que el nuestro... Y supieron salir adelante. Por eso, nosotros hoy estamos aquí. Ahora empezamos un año nuevo. Un nuevo reto para todos los mallorquines, menorquines, ibicencos, formenteranos y todos aquellos que residen en nuestra comunidad. Todos los que viven en nuestras islas. Saldremos adelante y, con esfuerzos, sacrificios, vocación de superación y una voluntad de hierro, trabajaremos para que nuestros hijos puedan recoger nuestro testigo y continuar engrandeciendo esta tierra, nuestras queridas Islas Baleares. Para acabar, quiero referirme a un personaje histórico que estará muy presente en 2013. Es, además, un personaje cuyo recuerdo también es inevitable cuando hacemos referencia a América y al vino, como he hecho antes. Un personaje irrepetible por muchos motivos. Por su valentía, por su obstinación, por su compromiso, por sus ideales, por su filosofía vital, por su legado… Me refiero a Miquel Josep Serra i Ferrer, Fray Junípero Serra, y a la celebración de los 300 años de su nacimiento. Este año tendremos tiempo para profundizar en su figura y en su historia. Hoy quiero destacar, por encima de todo, su actitud decidida, con su “siempre adelante”, que ilustra tan bien aquello que ahora necesitamos para mirar hacia el futuro con seguridad. ¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo a todos!