CONCIERTO CUARESMA 16 DE ABRIL AGRUPACIÓN MUSICAL DE BENIAJÁN DIRECTOR: Ángel Hernández Azorín Primera Parte CHORALIA Bert Appermont NUESTRO PADRE JESÚS Emilio Cebrián MATER MEA Ricardo Dorado JERUSALEN José Vélez Segunda Parte St. THOMAS CHORALE Pavel Stanek ROCIO Manuel Ruiz Vidriet CARIDAD DEL GUADALQUIVIR Paco Lola/Instrum. Juan José Puntas LA MADRUGÁ Abel Moreno MARCHAS PROCESIONALES; Pequeñas reseñas históricas. Nos tenemos que remontar al siglo XIX para encontrar el origen de las composiciones que comenzaron a escribirse en España para que las bandas de música desfilaran acompañando a las imágenes de las cofradías en la Semana Santa. La marcha que en estos momentos se considera como la primera composición para este motivo, es la obra del compositor Eduardo López Juarranz “La Piedad”, compuesta en el año de 1879 y que está dedicada a la Hermandad gaditana del mismo nombre “La Piedad”. Paralelamente al maestro López Juarranz encontramos a José Font Marimont que en 1887 escribe “Carretería”, dedicada a una corporación, en este caso de Sevilla. Posteriormente en 1895, el mismo autor compone una de las grandes marchas procesionales de la historia “La Quinta Angustia”. Pocos años antes se escribe también “Marcha Fúnebre” de Rafael Cebreros obra del año 1891 y que por desgracia sus partituras están en paradero desconocido. “La Coronación de Espinas” de Manuel Lerdo de Tejada en 1895, “El Señor de Pasión” de Ramón González en 1897, la maravillosa “Virgen del Valle” de Vicente Gómez Zarzuela en 1898 marcaron el inicio de uno de los géneros que evidenciaron el desarrollo del repertorio escrito originalmente para la Banda de Música en España. Es importante destacar a un compositor entre otros debido a que fue el músico que en cierta manera revolucionó y creó el estilo que después seguirían muchos de los que han escrito y siguen escribiendo marchas de procesión. Este personaje es Manuel López Farfán, nacido en 1872 en Sevilla, un hombre que desarrolló su formación musical dentro de las bandas militares y que en 1896 compone su primera marcha dedicada en esta ocasión a la madre de su maestro de música, Doña Leonor Navarro, titulándola en primer lugar “En mi amargura” y que posteriormente, en 1906, le cambiaría el nombre por el de “Cristo de la Exaltación”. Es ya en 1925 cuando se estrena “La Estrella Sublime” en Domingo de Ramos y curiosamente acompañada de violines. “El Dulce Nombre”, “Pasan los Campanilleros”, “La Esperanza de Triana” son un claro ejemplo del estilo que tanto ha influido en las composiciones cofradieras. Como ejemplo de compositores y obras escritas en esta misma época podemos encontrar a Mariano San Miguel con “Mektub” en 1925, Manuel Font de Anta que escribe en 1919 “Amarguras”, considerada cariñosamente como el himno de la Semana Santa Sevillana, Eduardo Escobar con “¡Ecce Homo!” del año 1922. También el cordobés Pedro Gámez Laserna empieza a despuntar con “Cristo de la Misericordia” de 1935. Gámez Laserna fue uno de los compositores que mejor supo explotar uno de los estilos que Farfán impuso en las marchas, “La Saeta”. En marchas como “Sevilla Cofradiera” o “Pasa la Virgen Macarena” lo desarrolla especialmente al igual que otros compositores de relevancia como Pascual Marquina en su “Procesión de Semana Santa en Sevilla”. Otros compositores importantísimos y dignos de mención son Emilio Cebrián o actualmente Abel Moreno, el cual con la marcha “La Madrugá” o “Hermanos Costaleros” ha marcado también un punto estilístico muy importante dentro del repertorio pasional.