Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey ITESM CCM Creación y Arte en la Comunicación para la Mercadotecnia Profesora: Ivonne Raso Arcaute Actividad: Ética y Autorregulación Incorporación de atributo de Ética Ensayo: La promesa de compra del consumidor Equipo 3 Integrantes del equipo: Giovanna Sánchez A01015449 Montserrat Salín A01331020 Claudia Romero A01330671 Mónica Morales A01211224 La promesa de compra del consumidor El consumismo ha llevado a un cambio significativo sobre la ética de los consumidores ocasionando una forma de pensar banal y egoísta. Siempre se ha considerado a las empresas como poco éticas, sin embargo, no son las únicas que han violado aspectos éticos dentro del rubro del consumo, los ciudadanos también están fuertemente involucrados en este problema. Este tema se ha vuelto tan complejo que hay una infinidad de motivaciones al consumo que se dividen en grupos específicos. Todo esto nos lleva a una realidad preocupante: el ser humano le ha dado tanta importancia al consumo que le ha restado importancia al medioambiente. Para trabajar sobre este problema es importante que nos adentremos en actuar conforme a valores que ayudarán a los ciudadanos a apreciar y concientizarse de lo que realmente es necesario. Los ciudadanos no están solos y tienen organismos que los protegen de la falta de ética de las empresas. Todos los días nos rodean noticias sobre faltas éticas realizadas por empresas, caricaturizando a los corporativos como entidades que no se preocupan por el bien de sus consumidores y cuyo único interés es lucrar. Ante esto, cientos de empresas hoy en día han establecido códigos éticos, los cuales dictan los principios básicos que deben seguir para respetar a la sociedad y a sus clientes. ¿Pero qué sucede cuando las empresas son éticamente responsables pero los consumidores no? Los consumidores pueden no ser éticamente responsables con sus compras, al adquirir artículos que realmente no necesitan o al no informarse de manera correcta. Siempre se ha señalado a las empresas de ser las culpables de fomentar el consumismo pero como lo plantea la lectura de Emilio Martínez Navarro, Por una ética del consumo responsable, los consumidores son responsables de lo que consumen y cómo lo consumen. Las empresas no obligan a adquirir sus productos. El autor titula a este fenomeno como Homo consumens, donde el consumismo se ha convertido en un estilo de vida y una necesidad. Las personas consumen por diferentes motivos como lo son el sentido de pertenencia a un grupo, presión de un grupo social o para para poder sentirse relacionados con un ídolo, como puede ser un artísta o un líder de opinión. Esto se debe a que los humanos tenemos la necesidad de pertenecer y hoy en día esto se puede adquirir a través de las marcas. Como lo explica Emilio Martínez, el consumismo aumenta la autoestima y la percepción de éxito, convirtiéndonos en una sociedad materialista donde el tener o el no tener hace la diferencia. “La perversidad de tal identificación radica en que hay un profundo error en creer que los estilos de vida costosos proporcionan la felicidad” (Martínez, 2005). Esta manera erronea de pensar por parte de los ciudadanos ha traido problemas en la sociedad y en el medioambiente, hasta llegar al punto en donde el comprar, acumular y desechar se ha vuelto parte esencial de nuestras vidas. Se ha consumido de manera desmedida por el simple hecho de satisfacer caprichos no necesidades de la sociedad. Sin embargo no toda la población tiene a su alcance los recursos necesarios lo cual los limita de manera obligada en su consumo. No sería apropiado decir que está bien que algunas personas estén limitadas en su consumo, sin embargo termina siendo benéficioso ya que los seres humanos no somos concientes de las verdaderas consecuencias que esto puede tener. “Si el mundo en su conjunto consumiera como lo hace el 20% de la población más favorecida, necesitaríamos tres planetas para aportar los recursos naturales y eliminar losdesechos” (Martínez, 2005). Esta estimación simplemente nos deja muy en claro que el consumo es desmedido, injusto para las futuras generaciones y con una falta de conciencia realmente preocupante. Legando a este punto lo único que queda es el empleo de un valor elemental: la responsabilidad. Al aplicar este valor podemos evocar al consumismo responsable, cuyos principios elementales son: realizar compras inteligentes e informarse antes de comprar cualquier artículo. Por compras inteligentes nos referimos a comprar lo que realmente necesitas por razones validas, un claro ejemplo es la ropa la cual es comprada en su mayoría por estatús social, en lugar de su funcion principal de vestido. Al hacer compras inteligentes se evitará el consumismo y el ciclo vicioso de comprar, acumular y desechar. Por su parte, el informarse antes de la compra es vital para ser responsables con quienes nos rodean, de esta forma podemos hacer las mejores elecciones de marca, siendo conscientes de que cubran nuestras necesidades y no dañen a la sociedad o al medio ambiente. Un valor secundario que puede ayudar en la tarea del consumo responsable es el compartir. De esta forma la acumulación de bienes será repartido dentro de la sociedad, quitando poder a la idea que plantea al consumismo como un acto arrogante por medio del cual el individuo busca ganar valor dentro de la comunidad donde vive. El compartir comienza a ser fomentado por las empresas, un ejemplo claro es el de Coca Cola ya que en sus anuncios fomenta compartir el producto entre los consumidores. Cuando comencemos a incluir el consumo ético como parte de nuestra cultura podremos tener la posición necesaria para exigir a las empresas de forma activa y reactiva que sean más éticas. De forma reactiva, por medio de la demanda de productos que sean más eficientes para complir las necesidades de sus consumidores y responsables de los impactos que puedan tener sobre la sociedad y medioambiente. Y de forma activa al exigir a las empresas estas inconformidades y demandas por medio de consejos como lo son el Consejo de Autorregulación Publicitaria y la Producraduría Federal del Consumidor. Al llegar a este punto nos daremos cuenta que la responsabilidad no sólo cae en manos de las empresas, sino, que todos somos responsables de nuestra sociedad. Analizando los diversos códigos éticos de américa latina que regulan la publicidad estos tienen en común que independientemente de que algunas empresas utilizan publicidad engañosa para vender, es la obligación del consumidor actuar de manera ética ante estos casos. Esto quiere decir que cuando el consumidor vea una publicidad engañosa en donde la empresa esté rompiendo la promesa de ventas tiene que levantar la mano y denunciarlo. Esto con el fin de frenar este tipo de publicidad e impedir que siga engañando a más personas. Es necesario que el consumidor no se quede callado y defienda sus derechos de manera ética, no para sacar provecho de la marca sino realmente ser un embajador ético. Los diferentes códigos éticos funcionan en cierta manera como portavoces de los consumidores ante la publicidad por ende son muy relevantes y es necesario que toda estrategia de comunicación se rija por ellos, y no por miedo a una multa sino porque el prestigio de la marca va de por medio. El Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria (CONARP) es una entidad sin fines de lucro, que se encarga de que exista una comunicación comercial responsable y autorregula la publicidad, existe en diferentes países, aplica detalladamente su reglamento en cada uno de los casos para llegar a una solución justa ejerciendo la ley de manera responsable y protegiendo al consumidor, pero le es imposible actuar sin la iniciativa del mismo consumidor. Los seres humanos nos hemos envuelto y dado demasiada importancia al tema del consumismo, no lo hemos sabido manejarlo de manera adecuada llevándonos a una forma de pensar egoísta y enfocando nuestros esfuerzos en aspectos banales. Sin embargo, existen aspectos que si reciben la atención y conciencia necesaria de nuestra parte pueden ayudarnos a mejorar este panorama. Debemos dejar de pensar cuál es la promesa ética de la empresa hacia nosotros, sino, cual es la promesa que nosotros como consumidores hacemos hacia la sociedad y hacia nosotros mismos. La cual debe ser consumir de una forma más responsable, con coherencia, sentido crítico, sin presión social y de una forma informada. Referencias CONARP. (marzo de 2013). Recuperado el 5 de octubre de 2013, de CONARP Uruguay: http://www.conarp.com.uy/ Emilio Martínez Navarro, Una ética por el consumo responsable. España, 2005.