Eduardo De la Fuente Rocha Anorexia y melancolía Referirnos al sostenimiento afectivo es hablar del elemento que necesitamos para sobrevivir con alimento físico. Es la madre y más específicamente la función madre a quien corresponde ofrecer tal sostenimiento. El cuerpo del bebé es investido interna y externamente por las sustancias nutritivas materiales y las expresiones de afecto que en este periodo le brinda la madre. A través de esta primera relación, el cuerpo de la madre aparece como un primer objeto parcial sustentador y vital. En caso contrario, el pecho de la madre corresponde al lugar del vacío y de la muerte. Si no aparece este sostenimiento en el infante se perturba la capacidad de percibir en forma plena al objeto sustentador de vida y se introyecta un objeto que margina y pone en riesgo la vida del infante. El pecho se convierte en un elemento amenazante y agresivo que excita el odio del bebé, quien por ello deseará destruirlo. La incorporación de este cuerpo vacío trae aparejada la angustia y la desesperación. Incorporar un pecho de tal naturaleza implica incorporar un cuerpo cosa cargado de pulsión de muerte. Este elemento conforma en una etapa temprana un aspecto del psiquismo de la infancia, que al evolucionar tenderá a su eliminación. El objetocosa-muerte ha sido incorporado y en buscar su extinción se da el sentido de vida del sujeto. Paradójicamente y debido a la introyección e identificación que el bebé hizo del tal objeto, destruir al cuerpo-cosa implica la autodestrucción del sujeto. En este trabajo se retoman estos principios psicoanalíticos relativos a la melancolía para dar una respuesta al entendimiento de la naturaleza de la anorexia. Palabras clave: trastornos alimenticios, anorexia, melancolía, cuerpo. U n problema actual que preocupa en la juventud y en la población en general es la anorexia nerviosa. Su manifestación física es la modificación paulatina del cuerpo avanzando en su destrucción hasta llegar a la muerte. La preocupación por la esbeltez ANUARIO DE INVESTIGACIÓN 2012 • UAM-XOCHIMILCO • MÉXICO • PP. 645-655 del cuerpo en los sujetos que cursan este trastorno es patente. Es común que en pacientes con anorexia o bulimia se detecten pensamientos en donde se considera que anorexia y melancolía la mujer delgada es más femenina. Indican que estar obesos los deprime y harían cualquier cosa por obtener la figura deseada, pues consideran a la obesidad como imperfección que los aleja de su ideal de belleza y aceptación social (Molina, 2007). 646 Sin embargo, su concepción de esbeltez no guarda una relación acorde con los estereotipos sociales. Por haberse perdido el juicio de realidad entonces es posible afirmar que se trata de un trastorno psiquiátrico letal. La problemática de este trastorno comienza a manifestarse en el grupo de los adolescentes sobrevalorando la silueta y el peso corporal. Diversos son los trastornos por los que se manifiesta este desequilibrio psíquico como son: a)La capacidad física de bajar de peso. b)El control excesivo en la alimentación. c)El exceso de ejercicio. d)El vómito autoinducido. e)El uso de laxantes, etcétera. Diversos son los estudios que se han realizado y los enfoques que se siguen para obtener una explicación de este fenómeno. En este trabajo –y dado que estos comportamientos obsesivos, perfeccionistas, competitivos, se relacionan con trastornos del espectro autista– se hace una reflexión fundamentada en tres autores psicoanalistas para tratar de dar una respuesta al cuestionamiento siguiente: ¿es posible que por tratarse de un desequilibrio severo pudiera la anorexia estar relacionada con los problemas de la vida en sus inicios y específicamente con el sostenimiento con que se le trata al bebé en los primeros meses? Entender el fenómeno de la anorexia a partir de las dificultades para conformar un yo independiente podría coadyuvar en el tratamiento del mismo. Por otro lado, es importante en esta reflexión, observar cómo se entrelazan las pulsiones de vida y muerte para conformar un concepto de esbeltez que posteriormente se traduce en otro de esbeltez corporal particular. Para lograr este objetivo se sigue a continuación con la reflexión sobre algunos conceptos vertidos en las teorías de Donald Winnicott, Sigmund Freud y Julia Kristeva. Comenzaremos entonces con Donald Woods Winnicott (1896-1971), quien estudió con profundidad la influencia que en el desarrollo infantil tienen los afectos que le son brindados por la madre al infante. En las etapas iniciales aproximaciones al origen de la progenie eduardo de la fuente de la vida, el sostén del pecho materno nutre al infante no sólo de alimento físico sino también de afecto. Aunque para este autor el recién nacido es poseedor de capacidades innatas para su desarrollo, está en un estado de alta indefensión. Todavía no se puede hablar de él como de un sujeto poseedor de una unidad psíquica. Sus percepciones aún están desorganizadas y su esencia desintegrada. Sus capacidades cuentan con instintos y funciones que le habrán de permitir adaptarse para convertirse al paso del tiempo en un individuo íntegro y desarrollado. En esta etapa el medio que le rodea va a facilitar o a obstaculizar los procesos psíquicos posteriores. Se tiene entonces a un bebé que desde un punto de vista externo tiene un cuerpo perfectamente articulado que no corresponde a la percepción psíquica de sí mismo, pues ésta se encuentra desarticulada. Es decir, que si pudiéramos percibir las percepciones que el bebé tiene de su propio cuerpo, observaríamos un conjunto de elementos ajenos unos a otros. El infante requiere entonces de un fuerte apoyo, de sostenimiento, o como Winnicott lo denomina, de un holding (1989:203) que fundamentalmente lo proporciona la madre. Éste consiste en brindar la protección fisiológica percibida a través del tacto, de la vista, del oído, del olfato aproximaciones al origen de la progenie y fundamentalmente del gusto, a través de los procesos de amamantamiento. El sostenimiento que brinda la madre al bebé por medio de todos estos apoyos está sustentado en el amor. La experiencia del bebé será la de sentirse sostenido y protegido contra todo tipo de daños, como pueden ser las experiencias desagradables de caídas. El sostén debe ser percibido como un continuo de día y de noche y fundamentalmente el infante deberá sentirse asegurado no solamente por un alimento nutritivo, sino cargado de percepciones de amor que lo hacen sentir bienvenido a ese espacio que aún no comprende. Estos abrazos y sostenimiento tienen efectos no sólo en el cuerpo sino también en la capacidad de percibirse a sí mismo y distinguirse, con el tiempo, como un ser integrado. En un principio y gracias a este enlace se establece una relación simbiótica, diádica entre la madre y el lactante. Se dice que la madre será suficientemente buena cuando esta relación provea de sostenimiento continuo al bebé. En una etapa posterior del infante, la madre lo sostendrá respetando las diferencias entre ambos, dando con ello cabida a un yo individual del niño diferenciado de la madre. Ésta entonces ocupará la función de un yo auxiliar. 647 anorexia y melancolía 648 Esta experiencia también favorece la conciencia posterior en el individuo de su continuidad existencial como un ser diferenciado de la madre. La disposición de la progenitora para sostener al bebé, denominada preocupación maternal primaria, se presenta en la madre en los últimos meses del embarazo y en los primeros meses después del parto. Si ella cursa en estos periodos por situaciones problemáticas, su atención no estará enfocada hacia el bienestar del bebé y en consecuencia los procesos de sostenimiento se verán afectados provocando problemas en la relación diádica, que en la edad adulta se reflejarán como problemas en las relaciones entre la madre y el hijo. También puede suceder que la madre no haya sido suficientemente sostenida en su propia infancia por lo que su aprendizaje habrá sido orientado, no para sostener sino para ser indiferente o para ignorar al infante. La mujer en un proceso de parto recibe estímulos sociales por el futuro nacimiento al tiempo que sufre consciente o inconscientemente una serie de pérdidas, como son las sustancias materiales: el calcio o el hierro por ejemplo; su cuerpo sufre deformaciones y puede sentir que la esbeltez del mismo se ha perdido. Sus tejidos pierden elasticidad y su peso aumenta produciéndole fatiga, incomodidad o problemas que alteran su sueño o que limitan el desenvolvimiento al que estaba acostumbrada en su vida diaria. Todo lo anterior es un motivo de bloqueo del sostenimiento que el bebé requiere y que en el momento en el que el infante va a construir la percepción de sí mismo, en lugar de que favorezca una percepción verdadera de él, se integrará una falsa. Winnicott la denominaba falso self (Martínez, 2007:74). Es decir, que el papel del sostenimiento consiste en brindarle al niño un yo auxiliar para que la débil percepción de totalidad que se va a construir en el infante pueda fortalecerse y consolidarse. Sin embargo, esta función de sostenimiento, de cuidado biológico y psíquico puede ser realizado no solamente por la propia madre, la que por supuesto de manera natural podría ser la que estuviera más capacitada, sino que también puede ser realizada por cualquier persona que ejerza la función materna, por ejemplo la abuela, una tía e incluso el propio padre. El producto del sostenimiento será la integración psico-corporal. También proveerá al individuo de una sólida capacidad para establecer relaciones interpersonales positivas, pues el sostenimiento es una forma de cooperación en las tareas con responsabilidad y compromiso. También la carencia de sostenimiento podrá favorecer en el niño aproximaciones al origen de la progenie eduardo de la fuente el aprendizaje de la falta de holding de su propio cuerpo, quitando toda responsabilidad y compromiso sobre el mismo. Como no recibió los tratos adecuados, no contará con una capacidad para tranquilizarse, dejará caer o abandonará su cuerpo, no lo tratará con suavidad. Estará ausente la vivencia integradora de su cuerpo y su salud mental carecerá de sostén o de bases fuertes. Durante la etapa diádica la madre y el niño mantienen una relación simbiótica en la que el niño es todavía un no yo y la madre es aún un no-objeto, o como la denomina Julia Kristeva (2001:35), es la cosa arcaica o la cosa-madre. Como se ha mencionado, en el bebé existen de forma hereditaria las pulsiones de vida y muerte y es por ellas que, para lograr el desarrollo, el bebé busca la destrucción de la cosa-madre, pues ello le permitirá consolidar su yo y su cuerpo como formas independientes de ella y al mismo tiempo le permitirá lograr relaciones interpersonales constructivas, sustentando tal acción en el reconocimiento de la madre-objeto. Sin embargo, destruir a la madre-cosa implica un proceso completo de sostenimiento; implica quedarse vacío y por lo tanto tener que enfrentar la angustia de aniquilación. Para poder destruir a la cosa-arcaica, el bebé tendría que haber experimentado no sólo un holding aproximaciones al origen de la progenie suficiente, sino además un reconocimiento por parte de la madre de ser diferente de ella en los momentos en que tal oportunidad se hubiera presentado. El resultado, cuando existe una diferencia en el proceso, será que a través de la vida (una y otra vez) el individuo intentará matar a la cosa-madre para diluir el estado de indiferenciación, pero al no poder enfrentar la angustia de aniquilación con su vacío destruirá en su propio cuerpo a la cosa arcaica, es decir, a la madre. El sujeto debe separarse de la madre para poder ser él pero está atrapado por el estado primitivo de ella. El sujeto es a la vez no yo y cosa-madre, por tanto él como cosa arcaica podrá destruirla haciendo lo que aprendió de esa parte no diferenciada de él. Aprendió a no sostener, a no asegurar, a no alimentar física o psíquicamente a otro. La esbeltez del aprendizaje es llevada a la plenitud a través de la falta de sostenimiento. En la anorexia se buscará esa destrucción y en la medida en la que el cuerpo vaya perdiendo su sostén; la finalidad se irá alcanzando. El cuerpo con recursos para sostenerse con grasa, con carne o con energía no corresponde al cuerpo bello, sino al cuerpo carente de sostén que se aproxima cada vez más a la esbeltez. 649 anorexia y melancolía En palabras de Julia Kristeva: 650 Pienso en la queja depresiva que formula Anne de estar enferma, de ser estéril [...] Pero, más lejos, o en otra parte, ahí donde está su pena hay quizás [...] torso-yo-nacer/no nacer [...] Torse, torso: el suyo, sin duda, y el de su madre, torsos que no fueron tocados cuando Anne era bebé y que ahora estallan en la furia de las palabras dichas por una u otra en sus disputas. Ella-io “yo” en italiano, quiere naître, nacer, gracias al análisis, hacerse otro cuerpo: un deseo que ella no consigue nombrar, hasta tal punto esa anexión al torso de su madre carece de representación verbal. Ahora bien, no tener la significación del deseo. Es ser prisionero del afecto, de la cosa arcaica, de las inscripciones primarias, de los afectos y de las emociones. Ahí precisamente reina la ambivalencia, y el odio a la cosa-madre tragada pero no digerida, se transforma inmediatamente en autodesvalorización (2001:35). En este caso vemos cómo Anne es un ser no nacido, un no yo. Su cuerpo no está diferenciado del de la madre y quiere hacerse de otro cuerpo, pero debido a que ella aún no es, tampoco tiene un yo representado y por tanto tampoco queda representada su anexión a la madre ni representado su deseo. Cabría preguntarse: si en la anorexia lo que faltó fue sostenimiento del infante, ¿por qué es un fenómeno que en nuestra sociedad se manifiesta en las mujeres principalmente? Ello nos lleva a hacer algunos cuestionamientos relacionados con el problema antes planteado: ¿las madres prefieren dar más el sostén a los hijos cuando son hombres que cuando son mujeres?, ¿ello refleja una actitud machista o falocéntrica?, ¿la madre tiene una preferencia por reproducir lo masculino y rechaza el sostén hacia lo femenino?, ¿las madres rechazan sostener a las hijas porque son una competencia para ellas?, ¿las rechazan más porque representan la continuidad de lo que ellas no quieren ser? o bien, ¿les recuerdan sus propias pérdidas, heredadas por su género? Si no las rechazan porque las incorporan como parte de sí mismas ¿las consideran una extensión de ellas?, ¿se sienten las madres expuestas a los peligros y las amenazas de un medio hostil e impiden la separación de las hijas para incrementar su seguridad o la de sus hijas?, ¿la falta de oportunidades y exigencias sociales son más amenazantes para la mujer y por tanto obstaculizan el desarrollo de un yo fuerte y diferenciado? Y por último, también cabe preguntarse: ¿la falta de influencia de una aproximaciones al origen de la progenie eduardo de la fuente función Padre se debe a que la parte masculina la aporta la madre y el padre la femenina? Las preguntas anteriores proponen un campo de investigación que permite valorar qué tanto los problemas que expresa la anorexia tienen una conformación individual o colectiva. Es probable que tenga componentes en estos dos niveles. Lo que puede observarse es que la falta de consolidación de un yo fuerte que lleva a la anorexia puede estar asociada a múltiples factores que la desencadenan. Pueden existir factores biológicos y factores psíquicos. Parecería que unos son ajenos a otros, sin embargo, ambos están relacionados por una alianza psico-corporal para contener la angustia de aniquilamiento al enfrentar la vida. Estaría mostrándose en todos los casos un cuerpo y una mente vulnerables. La vulnerabilidad a nivel social se ha constituido como símbolo de belleza. El cuidado del cuerpo se pretende alcanzar mediante el descuido del mismo. A nivel físico, el cuerpo tiende al raquitismo; a nivel psíquico, a la desestructuración; y a nivel social a la renuncia de la individualidad. Otros factores que han sido observados como variables importantes en la conformación de la anorexia, son: aproximaciones al origen de la progenie a)La extrema obediencia en la etapa infantil de las anoréxicas, la rebeldía y el deseo de destruir el control materno a partir de la adolescencia. b)Se cambia el sometimiento que la anoréxica tiene al inicio con la madre por el sometimiento a una madre más amplia, simbólica, que contiene los cánones sociales de esbeltez y que está representada por las instituciones de la moda. c)La obesidad del propio sujeto. Es interesante este punto porque parecería que el obeso ha puesto muchos cuidados en sí mismo y no se abandona sino que se sostiene más de la cuenta. Si observamos detenidamente el fenómeno nos percataremos de la angustia de aniquilación que el obeso trata de eliminar simbolizando en una conducta compulsiva de comer. Lo que este sujeto en realidad quisiera correspondería a un cuidado de sí mismo equilibrado, oportuno y sano. No hay un entendimiento de su propio deseo y carece de un yo psico-corporal equilibrado. d)La obesidad de la madre. Se ha mencionado que no existe una ruptura de la diada madre-hijo. Si la obesidad está asociada, como se explicó en el punto anterior, a la angustia 651 anorexia y melancolía 652 de aniquilación, ¿cómo podría conformar una madre angustiada un yo fuerte e independiente en el hijo? e)La separación de la pareja parental. Para una persona que vive en la díada los elementos que se separan representan aniquilación. La sobrevivencia de la persona se ha garantizado por su adhesión, por tanto, la separación de los padres es una amenaza de desintegración que no puede ser percibida como es, porque ello implicaría la aceptación de que hay diversos seres y que cada uno es capaz de experimentar su propia vida. Por otro lado es imposible lograr una simbolización de lo separado cuando no se ha aprendido a través de la madre a reconocer el propio yo. Un factor parecido y desencadenante de la anorexia es el alejamiento del hogar que también implica una separación y por lo tanto se explica de la misma manera. f) Se han encontrado variables relacionadas con la vulnerabilidad de estas personas: inseguras, con baja autoestima, perfeccionistas y demasiado exigentes. En estas características podemos observar una compensación a su vulnerabilidad generada por la falta de sostén en la infancia. g)Los trastornos emocionales precipitan las manifestaciones del trastorno corporal, especialmente la ansiedad y la depresión. h)El fallecimiento o muerte de una persona importante o querida por el sujeto. En este punto, el primer aspecto que cabe destacar es la pérdida asociada a la carencia y por lo tanto al vacío, lo que trae por consecuencia que el sujeto se sienta amenazado; es importante mencionar la relación que puede existir entre la anorexia y los procesos melancólicos. Sigmund Freud (1856-1939), en “Duelo y melancolía” (2003:241-256) establece una clara distinción entre lo que es un duelo y lo que es una melancolía. En el primer caso, el sujeto sabe que ha perdido a un ser valioso distinto de él. Su pérdida implica dolor y requiere de un tiempo para elaborar este hecho. La persona que está en duelo mantiene firme la identidad de sí mismo, y con el tiempo volverá a ella el ánimo para vivir y disfrutar lo que la vida le ofrece. Su interrelación con otras personas y con la vida es buena. A diferencia de la persona que está en duelo, el melancólico se identifica con el muerto, se diluye la diferencia entre él y el otro y se regresa al estado de la cosa aproximaciones al origen de la progenie eduardo de la fuente primitiva donde el no yo y el no objeto se funden. Podrán observarse en el melancólico los actos autodenigratorios que sustituyen al deseo de denigrar al sujeto, en el cual había depositado su afecto y que ahora ha perdido. El melancólico pierde la capacidad de amar y el interés por lo que le rodea, abandona sus actividades y se autodenigra. Para Freud, el tiempo que dura un duelo es el que se requiere para que el objeto amado sea desinvestido de la energía libidinal que se había depositado en él; el duelo se da en el nivel consciente, en tanto que la melancolía es inconsciente; en ella el yo se empobrece y se siente insignificante manifestando problemas en el sueño y en la alimentación. Al objeto perdido en la melancolía se le odia y se le agrede; se le hace sufrir y se le degrada. Todo ello genera placer en el sujeto. La venganza puede llegar hasta el suicidio que no es más que el deseo de matar al otro. Lo arriba anotado en relación con la melancolía guarda una profunda similitud con la anorexia, pues de manera semejante se trata de un proceso inconsciente que, al denigrar el objeto cosa, se autodenigra; al destruirlo se destruye y al matarlo muere. Ambos procesos están relacionados con la esbeltez del cuerpo muerto, el mayor placer consiste en ver cómo se va extinguiendo hasta morir. aproximaciones al origen de la progenie Julia Kristeva (1941) nos habla de la melancolía como una forma de armonía y de sublime belleza: Por otra parte, existe una forma más suave de éste abatimiento que alterna a menudo con estados de excitación, forma ligada a estados neuróticos que llamamos depresión, los psicoanalistas suelen tener que vérselas muy a menudo con la depresión. En fin, para el sentido común, para una opinión difusa, la melancolía sería una “ola del alma”, un “spleen”, una nostalgia de la que se reciben los ecos en el arte y la literatura y la que, siendo del todo una enfermedad, reviste el aspecto a menudo sublime de una belleza [...] Recuerdo en mi libro que lo bello nació en el país de la melancolía, que es una armonía más allá de la desesperación (1991:97). Esta cita de Kristeva muestra dos aspectos importantes en relación con los seres indiferenciados, con los que pertenecen a la humanidad del no yo; nos habla de que en el estado de indiferenciación existe una esbeltez sublime, una “ola del alma”. Es decir, que permanecer en el estado de indiferenciación genera un estado dual que transita entre la suavidad y el éxtasis, entre la depresión sumisa de la 653 anorexia y melancolía 654 imposibilidad de ser, entre la aceptación del desvalimiento y la manía en la que la pulsión de vida sin ningún impedimento brota con toda su potencia para tratar de ser en forma total, produciendo expresiones de la belleza instintiva de vida, tales como el arte y la filosofía. Ejemplos de estos casos los encontramos en Arthur Rimbaud (1854-1891) y en Immanuel Kant (1724-1804), el más importante representante del idealismo alemán. El primero consideraba que el poeta se lograba desarreglando todos los sentidos hasta convertirse en vidente; el segundo declaraba que cualquier cambio lo hacía aprehensivo y que la ciencia de la sensibilidad es la estética trascendental, donde las impresiones ponen en marcha la mente humana. Para ellos la base de la belleza estaba en los principios de la percepción y de sus alteraciones; ambos eran melancólicos. Quizá por lo anterior es que Kristeva afirma que lo bello nace en el país de la melancolía, que es la armonía y que está más allá de la desesperación. Esta es la segunda observación que puede derivarse del párrafo de Kristeva. Para ella también Eros es creación de lazo y Thanatos es pulsión de muerte, es decir, desintegración de lazos. El anoréxico se enlaza con la pulsión de muerte a la que ha invertido su polaridad considerándola pulsión de vida y por lo tanto arte y belleza. El cuerpo más bello para la anoréxica es el cuerpo muerto de la cosa-madre. Retomando las consideraciones anteriores podemos sintetizar los siguientes puntos: 1.La anorexia puede tener un fundamento en las fallas en los procesos de consolidación del yo manteniéndose la persona en una relación simbiótica y diádica. 2.Las causas por las que la madre o la persona que hace tal función no contribuyen al otorgamiento de un buen sostén pueden ser individuales y relacionadas con el pasado familiar de ésta, o con situacionales relativas a la problemática presente de la misma o con aspectos sociales relacionados al lugar que la sociedad otorga a la mujer. 3.La anorexia y la melancolía son fenómenos que tienen características muy similares. 4.El concepto de esbeltez corporal en ambos casos está asociado a la pulsión de muerte. 5.El cuerpo de la anoréxica está simbióticamente fundido con el de la madre en una relación ambivalente de amor y de odio. 6.Las pulsiones de vida y muerte no están diferenciadas y su esbeltez consiste en la expresión pura de tales aproximaciones al origen de la progenie eduardo de la fuente pulsiones. Es por ello que la búsqueda de la belleza en el cuerpo deteriorado no corresponde al concepto de esbeltez del cuerpo en el resto de la sociedad. 7.Finalmente, podemos señalar que para la persona anoréxica la esbeltez corporal se alcanza cuando en el propio cuerpo se logra destruir al destruir el cuerpo de la cosa-madre. Smith, Anne-Marie y Kristeva, Julia (1998), Speaking the Unspeakable, Nueva York, Stylus. Universia, Noticias, México [http://noticias.universia.net.mx/ en-portada/noticia/2010/10/25/64957/mexico-aumentancasos-anorexia-bulimia-hombres.html]. Winnicot, Donald, (1998), Holding and interpretation: fragment of an analysis, Londres, Karnac books Ltd. Bibliografía Freud, Sigmund (1915), “Duelo y melancolía”, en Obras completas, tomo XIV, Buenos Aires, Amorrortu editores, 2003. Kristeva, Julia (2001), La revuelta íntima, Buenos Aires, Eudeba. —— (1991), Sol negro. Depresión y melancolía, Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana. Martínez, H. (2007), Donald Winnicott en el movimiento psicoanalítico, Argentina, Universidad Nacional de Mar del Plata. aproximaciones al origen de la progenie 655