ú ser denmérito. Üay tallares cuyas espíotacionesse buceo tegun su rápido crecimiento ó Decesidades lócales, pero si se deja» rau llegarian á ser montes altos. L« escasez de leña, de carbón y de mttdera, su fácil traiiacion i las poblaciones o blig^au al pro< pietario & su esplotacion l'jn España generalmente es de 14 en 12 años^ roas para que sua producios fueran de mas valor convehdria de 2 5 á 5 0 para todos los tallerea criados en buenos fondos. En cuanto á sa coltivo inclusa la ipoltiplicacion debe ser el mismo que para el oquedal pero en su •provecbamiento se acostumbra dejai* unos ¡írboles llamados resalvos ó porta-semillas y el elegirlos es una de las operaciones mas im> ^Oirtant^s de silbicultnra poirque prpporcioñiú decursos para lá resietabra y maderas l^ára toda clase de construcciones exige adé> más UD conocimiento profundo de la naturaleza del aúelOj de las especies de árboles y dé las necetídades de la industria. Los resalvos pueden ser de tronco y preferibles los de seíuilla coaramasbien amontonadascon pro» porción á su grosor y altura. El número de resalvos que ban de quedar es considera» blé^ uno en cada 5 0 ó 4 0 pasos según la altura y crsciroiénto se aprocsimarán en' cuanto se pueda á la forma en qii^ debe quedar eí montebrabodespuesde dos ó tres aciaros. No proponemos los resalvos como medio de siembra sino qué antes de baccr su explotación debe practicarla la mano del hombre. En la segunda explotación del tiliar después de aprovecharse détbirote de los troiic'os antes cortados se arrancarán los resalvos que estorben el crecimiento de ios tierijos arbslilloSj los mal crecidos y ios de especies ño apropiadas al terreno. Según Buffun y otros autores los resalvos son árboles, de madera de mala calidad cou ioi^umcrablcs niidós que disminuyen su fuerza: como úrbules que se irían aislados by-otan muchas ramas q^ue se «levan poQo, los vientos, las nieves^ y')*s lluvias las hacen tomar formas irregulares y se fann visto algunos cuya ca béza'siendo miíy grande relativamente al tronco se encorva, y otros que eslándulo ya se vuelven á'ley>anlar pora tomar una dirección vertical^ é inclinarse otra \ezen •cutido opuesto^ preientaudo doble curbatu'rá; Üay resalvos que desjtrruilaisdo luciteá ramas conservan con jel. trunco preciosas cnxvaa. Éstas iiguras son evidtjntemcnle el resultado de una vegetación ál aire, pero «pesar 4o las muchas cauMS que las dcter» mina con diíicnitad «c !)n11ar) eo los tallares buenas piezas ni curves ni rectas. Oe cuatro que se elijan por sus íoroias ventajosas, apenas hay uno que aproveche, |»orque arboles que se crian contta todas las leyes de ía vcgelacion, sugetos á cortes tan atroces ó abandonados á si mismos no pueden menos de estar viciados, y el dejar á la casualidad la formación de tales troncos arguye á pereza ó ignorancia del hombre. A los Sre» Rinconete y Cor* tadillo. El Barón de la Broma? personar^nt^siMta por las polémicas periodísticas, ha sabido á su llegada i Murcia, que en el diario de esta capital suelen escribir de critica ios distinguidos Caballeros Rinconete y Cortadillo. El Barón de la Broma reta á tan eruditos sujetóse discutir con él, dándoles para comenzar una de las cuestiones siguientes^ cuya elección generosamente les cede: 1." Si el verbo ¡injir se debe ó no suprimir hablándose de las jóvenes. 2,* Si el furor de escribir para la prensa, que hoy padecemos, es parto de las ideas d^l sigjp XIX enfermedad endémica de la Europa moderna, ó efecto de un nuvvo sentidp agregado á los cinco ya eoriücidos en el hombre. Y 3.* Qué es mas económico para los jóvenes: llevar el cabello á la romona, ó la cabeza á lo chino. Con impaciencia espera que ic rom pin las hostilidades. El Barón de la Baronía. Quintillas A. A... Uios bendiga tu hermosura que escede la de un verjel; y á tu sien y frente pura las náyades dul segura ciñaú de palma y laurel. Que al fu) le envidió la rosa y la fragante azucena, poique eres tu mas hermosa que la ninfa mas airosa en un festín de serveiia. Pareces linda vestal hecha de nieve y vapor cou tu tizado cendal.