Ventas Atadas y Conjuntas. La venta de productos asociados denominadas ventas atadas (cuando es obligación la compra de productos para obtener el principal) o ventas conjuntas (cuando se tiene la opción de comprar productos asociados, obteniendo un menor precio), es una practica habitual en todas las áreas del comercio de productos y servicios. . La principal motivación en ofrecer ventas conjuntas o atadas, es el mejoramiento del margen de ganancia del negocio, y el beneficio para el consumidor es la adquisición de otros bienes o servicios a un precio menor. Sin embargo, es también cierto que estas prácticas pueden generar beneficios a ambas partes en la medida que la venta atada genere mayores beneficios y/o menores costos a la sociedad, por ejemplo por economías de escala. El caso más conocido en el último tiempo es el de Microsoft cuando incorporó a sus computadores un sistema operativo que incluía el navegador Explorer y el Real Player generando barreras para que otros productores de software entraran. Al respecto la comisión Europea estableció que las ventas atadas generan daño en las siguientes circunstancias cuando 1. 2. 3. 4. El producto atado y el que ata son muy diferentes y poco complementarios La empresa es dominante en el producto que ata. Cuando no existe la opción de comprar el producto atado sin adquirir el que ata. Cuando la venta atada perjudique la libre competencia y pueda reducirla. Al respecto la sentencia estableció que en este caso era clave el hecho de que Microsoft inhibía la interoperabilidad de su sistema con la utilización de otro software lo que le otorgaba fuerte poder de mercado. Los resultados de las sentencias han sido millonarias multas de sobre mil millones de dólares aplicadas a este Gigante del Software. Cuando la compra de productos conjuntos en forma atada es voluntaria, denominada conjunta, y se tenga la opción de comprar cada producto por separado a precios competitivos no hay problema, y no se atentaría contra la libre competencia. Sin embargo, aún en este caso, como lo establece Dunsin y Conrad (AER, 1984), pueden existir problemas ya que si la empresa tiene poder de mercado sobre alguno de los productos, le puede poner un precio alto de manera que el consumidor siempre lo prefiera, eliminando la opción de comprar por separado. Por otro lado las compras atadas pueden no ser “tan voluntarias” ya que a veces comprar por separado es muy costoso o ciertamente ineficiente o impracticable por problemas tecnológicos. Una circular emitida en septiembre por la Superintendencia de Bancos e Instituciones FInancieras, determinó la prohibición de las ventas atadas en el caso de los créditos hipotecarios. Esta semana, sin embargo, la misma entidad formuló lo que calificó como una “precisión”, señalando que sí es posible (con algunas restricciones) condicionar la tasa de interés de un hipotecario a la contratación de otro servicio, estableciendo que en este caso se trataría de una “venta conjunta”. En tanto, el director del Sernac ha afirmado que, si bien la venta conjunta (esto es, el ofrecimiento de menores precios por la adquisición de dos productos) es una práctica legal, el consumidor no está obligado a mantener el segundo producto “si es de mala calidad” y en tal caso el banco debe conservar la tasa preferencial, criterio que aparentemente contraría al de la Superintendencia. Sin embargo, es necesario analizar los beneficios de ambas partes, tanto de la Institución Financiera, como del consumidor. Es cierto que la venta de productos asociados (como un pack) reduce los costos y los precios a pagar por estos productos, principalmente por la aplicación de economías de escala o de disminución del margen de ganancia del producto (un crédito hipotecario por ejemplo) a favor de una mayor ganancia a menor margen, derivada de la venta de más productos (hipotecario mas cuenta corriente). Es por esto que creemos que las ventas de productos conjuntos no son malos per se, y que el principal conflicto deriva de la asimetría de la información entre el oferente y el demandante del producto; no asi con las ventas atadas, donde se obliga a la compra de productos que el demandante no quiere, y que atentan contra la libre competencia.. Por lo anterior proponemos: I. La prohibición de las ventas atadas (definiéndose como la obligación de adquirir un producto adicional al principal), en todos los productos financieros, tanto en empresas bancarias, como en empresas del retail. II. La autorización de las ventas conjuntas, con los siguientes requisitos: a. Al momento de que el cliente cotice el producto (créditos, etc), la institución financiera deberá entregar en documento oficial al cliente el costo (tasa de interés, más comisiones y cualquier otro cobro anexo) del producto individual y en un documento separado el costo del mismo producto si se ofrece como venta conjunta con otros productos o servicios. Señalando el costo del producto principal y de los adicionales de la venta conjunta en pesos chilenos, debiendo también informar el costo de los productos adicionales como Tasa de Interés, la cual se adicionara al crédito. De esta forma el cliente podrá ver, en términos de tasa de interés, cual es la tasa final a pagar por el producto individual y en venta conjunta. b. EL documento de oferta que deberá entregar la institución financiera, tiene carácter de irrevocable por un periodo establecido. c. Para cumplir lo anterior se deberá asimismo establecer, que la tasa de interés y los costos informados por la institución financiera en el documento de oferta, no podrán ser modificados posteriormente, y que esa tasa informada será la tasa efectiva del crédito (hipotecario, consumo, etc). Esto es debido a que actualmente algunas instituciones financieras informan que la tasa entregada, al momento de cotizar un crédito hipotecario, es referencial y finalmente resulta siendo distinta a la real cobrada y detallada en la escritura de propiedad. Por esto la tasa del crédito se deberá fijar al principio de este y no al momento de la firma de escritura.