SEMANARIO FARMACÉUTICO iT© TI O I DE LOS 289 -A. TRABAJOS BOTÁNICOS DEL ABATE POÜRRET EN FRANCIA í ESPAÑA por D. M i g u e l C o l m e i r o (Conclusión) Gracias á la íidelidad de sus servidores y al cuidado de buenos amigos, pudo Pourret recobrar la mayor parte de su herbario y a l gunos de sus manuscritos, siendo de ellos la Chloris hispánica el que halló menos incompleto, s e g ú n lo dejó consignado entre sus propias noticias que utilizaron las biógrafos franceses del antiguo emigrado. F a l l e c i ó , según éstos, en Septiembre de 1818, y de ello da testimonio la nota n e c r o l ó g i c a que les fué comunicada desde Santiago, y que dice haber muerto en dicha fecha « P e d r o A n d r é s Pourret, c a n ó n i g o tesorero de la catedral y anteriormente c l é r i g o de la diócesis de Narbona.» El herbario de Pourret, t a l como lo tenía en Santiago d e s p u é s de las vicisitudes referidas, fué cedido al Colegio de Farmacia establer cido en aquella ciudad desde el a ñ o 1815, y que por efecto de r e f o r mas hechas en la e n s e ñ a n z a , d e j ó de existir durante largo tiempo, hasta que se r e s t a b l e c i ó como una de las facultades universitarias. Es asi como llegó á ser destinado al antiguo Colegio y actual F a c u l tad de Farmacia de Madrid el importante herbario que revela en mucha parte la extensión é índole de los trabajos emprendidos por el c é l e b r e Abate. El n ú m e r o total de las plantas coleccionadas, según el c a t á l o g o oficial que se formó antes de ahora, se acerca á 5.000, incluyendo las cultivadas, y el de las e s p o n t á n e a s cogidas en la Península, según propias investigaciones, acaso no haya pasado de 2.500, ó si se quiere h a b r á llegado á 2.800 en c o n s i d e r a c i ó n á las p é r d i d a s experimentadas. Si la Chloris hispánica, que fué el predilecto trabajo de Pourret desde que se estableció en nuestra patria, no se hubiese extraviado nuevamente d e s p u é s de la muerte del autor, se c o n o c e r í a con exactitud el alcance de los estudios que hizo con el objeto de facilitar la formación de una Flora Española que aventajase en aquel tiempo á la de Q u e r y supliese entonces sus deficiencias. Este pensamiento lo e x p r e s ó por prime'ra vez Pourret en Barcelona al publicar en el a ñ o 1796 la Noticia histórica antes citada, designando la Chloris con e l título de Compendio de la Flora Española, que serviría de complemento á la de Quer y á la obra de Palau intitulada Parte p r á c t i c a de Botánica, « p o r q u e a d e m á s de 2.000 plantas e s p a ñ o l a s olvidadas por el primero, da á conocer m á s de 1.000 de a q u é l l a s olvidadas ó e q u i v o cadas por el segundo y todavía desconocidas por la mayor parte de los b o t á n i c o s m o d e r n o s » , que eran los de principios del siglo actual. Persistió Pourret en la misma idea hasta sus últimos a ñ o s , y así lo demuestra que d e s p u é s de haberse establecido en Santiago escriMAYO 31 DE 1891.—AÑO XIX.—NÚM. 35. 37 29O SEMANARIO F A R M A C E U T I C O biese que habla aumentado la Flora de Quer con 2.800 plantas, siendo de ellas cerca de la mitad no conocidas ó que no lo estaban sulicientemente por sus c o n t e m p o r á n e o s . Quer y su continuador h a b í a n enumerado 2.000 plantas ó pocas m á s , y por tanto puede suponerse que la Chloris hispánica de Pourret c o n t e n d r í a 4,800 especies p r ó x i mamente (1), y si esto fuese completamente exacto, algo s u p e r a r í a e l n ú m e r o calculado al que representa el de las inscritas con perfecto conocimiento del público científico al principiar el presente siglo. Conceptuaba Pourret su herbario como el m á s considerable de los formados en E s p a ñ a , sobre todo en cuanto á las plantas de la P e n í n sula, y sin rebajar la importancia del mismo, bueno será recordar que en aquel tiempo ya existía el de Cavanilles, con la circunstancia de haberlo utilizado inmediatamente para la p u b l i c a c i ó n de sus numerosas y excelentes obras. No lo hizo asi Pourret, ó q u i z á no pudo hacerlo, dando lugar á que otros publicasen buen n ú m e r o de las plantas observadas por él y de las cuales había remitido ejemplares á diversos corresponsales que tenía más allá de los Pirineos y que no siempre hicieron mención de su nombre ni le guardaron los debidos miramientos. Como quiera, el Abate se mostró conforme y hasta manifestó que se consolaba, porque era preferible que el público se aprovechase de ello y no sufriese el perjuicio resultante de la propia lentitud. Poco es en verdad lo publicado directamente por Pourret, y no es mucho tampoco lo que se dió á luz después de su muerte en virtud de la extraordinaria diligencia de T i m b a l Lagrave, compatriota y entusiasta admirador del c a n ó n i g o compostelano. El tomo tercero de las Memorias de la Academia de Ciencias de Tolosa, a d e m á s d e l E x t r a i t de la Chloris narhonensis ya mencionado, contiene un c o r í o trabajo con el título de Memoire sur deux nouveaux genres des l i l i a cées, Lomenia et Lapeyrousia (1786), g é n e r o s exóticos, dedicado el uno al cardenal L o m é n i e de Brienne, arzobispo de Tolosa, y el otro al b o t á n i c o Lapeyrouse, ambos protectores de Pourret, aunque no igualmente francos y decididos. Entre los manuscritos i n é d i t o s se le atribuyen una Historia natural de Monserrat (1797), dos Memorias sobre los volcanes apagados del Valle de Olot (1797-1799) y una Monog r a f í a del género Galium (1802), no terminada. Pudo encontrar T i m bal Lagrave una copia del Itineraire pour les Pyrenées (1781) y el manuscrito original del Projet d'une histoire general de la famille des Gistes (1783), que con el E x t r a i t de la Chloris narhonensis antes c o n o cido (1784), publicó en Tolosa (1875) con muchas notas, q u e d a n verdadera importancia al opúsculo anteriormente citado. Las denominaciones de las especies indicadas en el Itinerario una ó más veces en diversas localidades carecen por lo c o m ú n de los (1) Lo poco que se conoce de la Chloris hispánica fué publicado por Lapeyrouse (Suppl. a l'Hist. abreg des plantes des Pyrinées.—Tolouse^ 1818) precisamente en el año mismo del fallecimiento de Pourret, reduciéndose á la indicación de once plantas con sus respectivas frases específicas y con la circunstancia de c i tarse los números de orden que tenían en la Chloris, siendo uno de ellos el 1.C03, que corresponde á una T i m e l e á c e a colocada en la Octandria conforme al sistema sexual. Manifestó Lapeyrouse con este motivo el temor de que la obra mencionada no llegase á ser conocida en su totalidad. SEMANARIO FARMACÉUTICO 29 I nombres propios de los autores respectivos, y esto, acaso debido al que hizo la copia, constituía cierta deficiencia no exenta de i n c e r t i dumbres. Esta dificultad y otras llegó á vencer casi siempre T i m b a l Lagrave, visitando las localidades recorridas en Francia por Pourret y examinando las plantas por él s e ñ a l a d a s . Pudo así reconocerlas y referirlas á los correspondientes tipos específicos, indicando conocidos sinónimos y confirmando ó rectificando las denominaciones e m pleadas en el Itinerario. Las importantes notas que lo ilustran son debidas al expresado examen y t a m b i é n ofrecen particular i n t e r é s las correspondientes á la Historia de los cistos, asi como las relativas á la Chloris narbonensis, componiendo todas ellas un conjunto de datos, que en u n i ó n de los suministrados por el herbario de Pourret y por cuantos h a b í a éste consignado en el de los Salvador, unos y otros desconocidos para T i m b a l Lagrave, pueden dar idea cabal de la suma de elementos que a l c a n z ó á reunir el ilustrado Abate para llevar acabo su empresa científica. Sensible es que no lo haya r e a l i zado por haberla dilatado demasiado, sin atender á que progresaba entre tanto el conocimiento de lo mismo que le preocupaba y cuyos pormenores exigirían rectificaciones que seguramente hubiera v e r i f i cado, si hubiese dado la ultima mano á un trabajo definitivo. El resumen general de los datos que constan en los mencionados escritos y herbarios, da por resultado que Pourret llegó á denominar unas 1.000 plantas, si bien se advierte, que habiendo apuntado a l gunas veces más de un nombre respecto de algunas por no haber quizá decidido c u á l en su concepto fuese el preferible, pasan bastante de 1.000 las denominaciones inventadas. Distan mucho de llegar á este n ú m e r o las que dió á conocer por sí mismo tanto en la Chloris narbonensis, como por medio de los corresponsales, que respetaron el derecho de p r i o r i d a d , c o n t á n d o s e en este n ú m e r o el c é lebre W i l l d e n o w , mientras que no siempre lo hicieron así algunos de los compatriotas del inventor. Las d e m á s denominaciones de P o u rret consignadas en los manuscritos y herbarios fueron sucesivamente reveladas al p ú b l i c o , y casi todas se hallan transcritas en la r e ciente Enumeración de las plantas de la P e n í n s u l a é islas Baleares ( i ) generalmente entre los sinónimos de las respectivas especies. Eran ciertamente en tiempo de Pourret muchas las plantas poco ó nada conocidas, que tanto él como sus c o n t e m p o r á n e o s y sucesivos investigadores durante bastantes a ñ o s pudieron encontrar f á c i l m e n t e en nuestro territorio; pero conviene saber que no todas las plantas tenidas por a q u é l como nuevas lo eran en realidad, y es lo más notable que se cuenten entre ellas caracterizadas especies de Linneo en n ú m e r o de 170, que d e n o m i n ó Pourret como distintas dentro de los mismos g é n e r o s , habiendo hecho lo propio respecto de unas 20 especies descritas por autores algo posteriores al reformador de la B o t á nica. Notable es t a m b i é n en c o n t r a p o s i c i ó n , haber tomado como de Linneo 90 especies por lo menos, que se describieron como dife- (1) COLMEIRO.—Enumeración y Revisión de las plantas de la P e n í n s u l a hispa" no-lusitana é lilas Baleares, Madrid, 1885-1889. Cinco tomos en 8." mayor, 292 SEMANARIO F A R M A C E U T I C O rentes y no siempre dentro de iguales g é n e r o s , prescindiendo de los pocos casos en que Pourret d i ó á plantas de Linneo otros nombres de éste, que no les c o r r e s p o n d í a n . Debe advertirse que lo u l t i m ó s e observa en el Itinerario, que puede considerarse como primicia de herborizaciones y estudios hechos durante la juventud, y así se comprende t a m b i é n que lleguen á 24 las plantas indicadas en el mismo trabajo, que no pertenecen á Francia ni á los Pirineos, según lo manifiestan las notas de T i m b a l Lagrave. Son a d e m á s de incierta ó dudosa aplicación algunas denominaciones de Pourret y unos veinte nombres específicos correspondientes al g é n e r o Helianthemim contenidos en la no terminada Historia de la respectiva familia. Hubieran sido, á pesar de todo, acaso más de 600 las plantas que Pourret pudo.dar á conocer, si su actividad en lo respectivo a l a p u b l i c a c i ó n se hubiese parecido á la que demostró como colector. Dejó que algunos de sus c o n t e m p o r á n e o s se apropiasen muchas de ellas, y ocultas las d e m á s , fueron sucesivamente encontradas en sus propias localidades por los muchos investigadores nacionales y e x tranjeros que en el presente siglo recorrieron la P e n í n s u l a é islas Baleares, a p r e s u r á n d o s e á nombrarlas y divulgarlas casi siempre con acierto, y por tanto, acrecentando considerablemente la suma de datos relativos á la v e g e t a c i ó n de nuestro territorio. Hay, no obstante, muchas denominafciones de Pourret que obtuvieron la ventaja de ser conocidas, aunque tarde, constituyendo en su gran m a y o r í a meros sinónimos y prevaleciendo solamemte unas 32 de ellas hasta la é p o c a presente. Justo es agregar, á esto el conocimiento de varias localidades de muchas plantas de la P e n í n s u l a , que constan en el herbario de Pourret, aunque ya indicadas con referencia al mismo, y en cuanto á las que conoció de las Baleares, nos sirve de testimonio el Herbario-Salvador, porque en él las halló y no en las mismas islas. Es de todos modos digna de la mayor c o n s i d e r a c i ó n la memoria de Pourret, y su herbario, como principal resto de grande celo é i n teligente laboriosidad, merece en todos conceptos ser conservado y mejorado, ordenando de nuevo y conforme al estado actual de la ciencia los muchos materiales que encierra, utilizados antes de ahora ó que en adelante puedan aprovecharse. ASUNTOS CIENTIFICOS MEDICAMENTOS NUEVOS LA. CITIS1NA, SU I D E N T I D A D C O N L A U L E X I N A por J . van d. Moer Chevalier y Lassaigne fueron los primeros que encontraron el principio tóxico de los cítisos y llegaron á aislarle, pero el producto que obtuvieron, y al que Ihmavoa citisina, no era más que un extracto S E M A N A R I O FARMACÉUTICO 293 acuoso purificado con el acetato de plomo. Este principio fué aislado al estado cristalino por Husemann y Marme y le dieron el nombre establecido por Chevalier y Lassaigne. El estudio de la citisina, cuya presencia ha sido indicada ya en una veintena de especies del g é n e r o Cytisus, acaba de ser emprendido de nuevo por J, van d. Moer, que la prepara del modo s i guiente: Se pulverizan finamente las semillas del Cytisus laburnum y apuran varias veces por agua fría; el l í q u i d o se le trata por una solución saturada de acetato de plomo neutro, se filtra y precipita el plomo del liquido filtrado por el sulfhídrico, expulsando el exceso de éste por medio del calor. El líquido así obtenido se le alcaliniza con lejía de sosa y luego se agita con cloroformo; se sustrae por destilación gran parte de éste, y a ñ a d e éter á la parte restante; entonces precipita la citisina bajo ía forma de una masa cristalina absolutamente incolora y purifica por disolución en cloroformo y nueva p r e c i p i t a c i ó n por éter. Los cristales de citisina son incoloros; se disuelven con facilidad en agua y dan una solución fuertemente alcalina; es, pues, una base poderosa, que no sólo precipita los óxidos de los metales pesados de sus sales, si que t a m b i é n desaloja el a m o n í a c o de sus combinaciones; a ñ a d i d o a la solución de las sales de muchos alcaloides, estricnina, c o c a í n a , quinina, etc., las pone en libertad. Husemann y Marme encontraron para su punto de fusión 154o,5; V . d. Moer ha hallado i 5 o 0 - i 5 i , 5 ; el mismo autor ha rectificado igualmente la solubilidad de la citisina en diferentes disolventes; á 15o este alcaloide es soluble en agua en todas proporciones, en el alcohol diluido, el absoluto y cloroformo. El éter de 0,725 de densidad no disuelve m á s que 0,302 por 100, el benzol 1,26 por 100 y el alcohol amílico 0,303 por 100. Es insoluble en é t e r anhidro, é t e r del p e t r ó l e o y sulfuro de carbono; recordaremos que se le h a b í a considerado como casi insoluble en cloroformo. La citisina desvía á la izquierda la luz polarizada; su poder rotatorio en solución acuosa es « D = — 1 2 0 o ; en solución c l o r o f ó r m i ca « n = — 6 5 , 2 . La r e a c c i ó n siguiente es c a r a c t e r í s t i c a de la citisina: Si se adiciona a l alcaloide libre ó á una de sus sales una solución de sal férrica, se produce coloración roja, que desaparece cuando se la añaden algunas gotas de agua oxigenada; calentada entonces en baño maria, el liquido se vuelve a \ u l . Sensibilidad de la r e a c c i ó n : 0,00005 gr. La sal férrica que de preferencia conviene emplear, es el alumbre amoniacal de hierro, cuya disolución es casi Incolora. Cuando el agua oxigenada está muy concentrada, es casi inútil calentar; la coloración azul se produce en frío. El análisis elemental ha conducido al autor á proponer como fórmula de la citisina C24 Hlfi IN2 0 2 , fórmula que difiere mucho de la que dió Husseman: H.¿1 N 3 02. Es un alcaloide muy activo, pues mata á los perros á la dosis de 4 mm. por kilogramo. Se usa en t e r a p é u t i c a (profesor Kraepelin, (Je Dorpat), en la m e l a n c o l í a , á la dosis máxima de 10 mg. (nitrato de 294 SEMANARIO FARMACEUTICO citisina) y en inyecciones h i p o d é r m i c a s ; se recomienda principiar por dosis mucho más d é b i l e s , de 3 á 5 mg. Van d. Moer ha comparado entre sí la citisina y la u í e x i n a aisladas del Ulex eüropoeus y vio presentan las mismas propiedades físicas y químicas; son i d é n t i c a s , G u e r r a r d y Symons (1), con acierto, han propuesto ú l t i m a m e n t e para la ulexina la fórmula C22 H14 N3 0.2, que difiere de la citisina por el n ú m e r o de equivalentes de h i d r ó g e n o . Pero los resultados del análisis elemental publicado por los dos ú l timos químicos, están m á s de acuerdo con la fórmula H 16 N 2 Oa propuesta por el primero para la citisina. (Archiv. der Pharmacie, X X I X , p. 48, 1891.) SOBRE LOS PRINCIPIOS D E L T I M B O , V E N E N O B R A S I L E Ñ O PARA LOS PECES por F r . P f a f f Entre las materias que se utilizan en Europa para coger la pesca, la más empleada es la coca de Levante, cuya a c c i ó n estupefaciente es conocida desde hace muchos a ñ o s . En el Brasil se valen con el mismo fin de diferentes plantas que se designan indistintamente con el nombre de Timbo; de éstas, unas pertenecen á las s a p i n d á c e a s : Serjania cuspidata, S. lethalis, P a u l l i nia pinnata; otras á las leguminosas: Teophrosia toxicarla, Physalis heterophylla; al decir de los b o t á n i c o s b r a s i l e ñ o s , la Theophrosia toxicarla es el verdadero T i m b o . Sin embargo, Martius en la relación de su viaje al Brasil (1817-1820), dice expresamente que el timbo es el Paullinla pinnata. El timbo estudiado por Pfaff, p r o c e d í a de Moura, colonia pequeña establecida á la orilla izquierda de JRÍO Negro, no lejos de la desembocadura de Río Blanco en el anterior. E l autor recogió r a í c e s , r a mas y hojas; pero no habiendo tenido á mano las flores ni frutos, no pudo hacer con precisión su d e t e r m i n a c i ó n específica; entiende, según los caracteres de las partes del vegetal que e x a m i n ó , que la planta es una leguminosa. Es una liana que crece en sitios pantanosos ó que están i n u n d a dos una parte del a ñ o ; las raíces estaban muy desarrolladas y á una profundidad de 20 á 30 c m . , dan ramificaciones del grueso del dedo, adquiriendo u ñ a longitud de 5m ó más. Su corteza es muy delgada y de color gris pardusco. Las raíces como las ramas a é r e a s son muy ricas en zumo cuando frescas; desecadas, son-muy ligeras, porosas y presentan en su corte anchos radios medulares muy aparentes. Los i n d í g e n a s se valen casi siempre de las r a í c e s , que son m á s activas que el resto de la planta. Las contunden con agua, de manera que se forme una papilla, que arrojan a l río cuando las aguas están en reposo; éstas se ponen lechosas en grand? e x t e n s i ó n , y al (l) P h a r m a c e u t i c a l J o u r n a l , 22 Junios p. 102*), SEMANARIO FARMACÉUTICO ¿ 9 ^ cabo de media hora p r ó x i m a m e n t e , los peces aparecen en la superficie, primero los más p e q u e ñ o s y de seguida los mayores. A l p r i n c i pio nadan a ü n con las branquias muy abiertas; pero bien pronto permanecen inmóviles, se inflan y se les puede coger á mano con un estoque ó con la misma mano. No adquieren sabor alguno particular. Para aislar los principios activos del timbo, PfaíT, p r e p a r ó desde luego una solución a l c o h ó l i c a . Para ello a p u r ó la raíz finamente p u l verizada en tres ó cuatro veces, por ocho veces su peso de alcohol de Sopor 100. Practicó la o p e r a c i ó n á 60o C. Esta solución es de color rojo pardusco. Poseía sabor d é b i l m e n t e amargo. Filtrada, la destiló hasta reducirla á un volumen p e q u e ñ o ( i litro y V2 por i>930 gr- de timbo). Dejó enfriar y s e p a r ó el liquido que sobrenadaba sobre una masa extractiva negra y viscosa; l a v ó ésta con agua y r e u n i ó las aguas de loción con el l í q u i d o precedente y agitó el todo con é t e r . Decantado éste, le utilizó para disolver la masa viscosa. Se filtra y obtiene de este modo una solución e t é r e a negra, que agitó en primer lugar en una solución acuosa de carbonato de sosa, luego con sosa diluida hasta que ésta d e j ó de colorearse en negro. L a v ó de seguida dicha solución e t é r e a con agua para sustraer todo el álcali que destiló. El residuo, que es viscoso, amarillo pardusco, desecado en el vacío sobre ácido sulfúrico, d i ó una masa que se infló grandemente; se deseca y puede pulverizarse, pero se r e b l a n dece muy pronto al aire. Para el autor, esta materia es la timboina impura. Se purifica la timboina por disolución en cloroformo ó benzol y precipitando por el é t e r del p e t r ó l e o . A pesar de numerosos ensayos, Pfaff no pudo llegar á obtener un cuerpo bien cristalizado. La t i m boina se presenta, ya bajo la forma de granulaciones s ó l i d a s , a g l o meradas y que poseen, sin embargo, ciertos caracteres de los c u e r pos cristalizados, ya al estado amorfo. Los ensayos fisiológicos p r a c ticados con cada uno de estos productos demostraron que poseen las mismas propiedades y que por consiguiente son i d é n t i c o s . La timboina es soluble en é t e r , alcohol, benzol, á c i d o a c é t i c o , t o l u o l , sulfuro de carbono y cloroformo. Por el c o n t r a r i o , es difícilmente soluble en éter del petróleo y casi insoluble en agua. Funde hacia los 83o. El autor, a p o y á n d o s e en el análisis elemental y los resultados que proporciona el m é t o d o de Raoult, propone para la timboina la f ó r mula C^j Ha6 016. Por la influencia de los agentes deshidratantes da un a n h í d r i d o , la anhidrotimboina, cuerpo que cristaliza en agujas fusibles á 215o C , y cuya composición elemental concuerda con la fórmula C3t H24 014. A d e m á s de la timboina, el timbo contiene a ú n una materia oleosa, t ó x i c a , que posee la composición del alcanfor C20 H1B 0 2 , á la que e l autor llama timbol. Su principio activo es, en resumen, como se ha comprobado por experimentos fisiológicos, la timboina, cuerpo no azoado é indiferente bajo el punto de vista q u í m i c o . {Archiv. der Pharmacie (3), X X I X , p á g . 31, 1891.) 296 SEMANARIO F A R M A C E U T I C O NOTICIAS VARIAS INAUGURACIÓN.—Hoy 31 de Mayo se h a b r á inaugurado en T e ruel el monumento dedicado á perpetuar la memoria del insigne b o t á n i c o a r a g o n é s D . Francisco Lóseos: por atenta c o m u n i c a c i ó n del Presidente de la Comisión ejecutiva, hemos sido invitados á concurrir á tan solemne acto, y al que de buen grado asistiríamos á sernos posible, ya que cuando tan olvidado estaba, contribuimos á dar á conocer sus principales trabajos b o t á n i c o s , los que figuran en la biblioteca de nuestra Revista, lo cual fué motivo de crear una v e r dadera amistad con él á pesar de no conocernos personalmente. Ya que no podamos satisfacer nuestro deseo, consignaremos en su día en las p á g i n a s del SEMANARIO lo más saliente del acto para c o n t r i b u i r , como en vida del b o t á n i c o a r a g o n é s , á perpetuar debidamente el nombre del que tan tarde recibe justicia. NECROLOGÍA.—El d í a 14 del actual falleció repentinamente en Madrid el conocido f a r m a c é u t i c o D . Pedro G ó m e z Rubio, Espíritu e n é r g i c o y batallador, el Sr. G ó m e z Rubio distinguíase en las r e u n i o nes profesionales de la clase á que p e r t e n e c í a y en las políticas del partido en que militaba. Antiguo progresista, h a l l á b a s e afiliado ai partido que reconoce por jefe al Sr. Ruiz Z o r r i l l a . El entierro, que se verificó el día 15, fué una verdadera manifestación de duelo, acudiendo numerosas representaciones del partido republicano progresista. Sobre su féretro iba colocada una elegante corona del Casino del partido. Nuestro pésame á su atribulada familia y especialmente á su señor hijo. DEFUNCIÓN.—«Una sensible noticia—dice E l Siglo Médico—tenemos que comunicar á nuestros subscriptores. La esposa del i n o l v i d a ble Méndez Alvaro, la que durante muchos años c o m p a r t i ó con tan distinguido publicista sus amarguras y sus a l e g r í a s , sus tristezas y sus glorias, D o ñ a Ramona Blanca, descansó en el Señor el viernes ú l t i m o , d e s p u é s de más de siete a ñ o s de viudez sobrellevados con singular y cristiana r e s i g n a c i ó n . De aquel v a r ó n insigne no queda, pues, ya en el mundo otra cosa que su memoria imperecedera para nosotros y para cuantos amen como es debido las glorias del p r i m e r periodista m é d i c o - e s p a ñ o l del siglo xix.» PUBLICACIONES RECIBIDAS.— Enciclopedia f a r m a c é u t i c a , redactada por D . M . Mariano Pérez M . M í n g u e z . — C u a d e r n o s 62 á 66. Biblioteca Económica de Farmacia.—Engel; nuevos elementos de Química Médica y de química biológica; cuaderno 3.0, que corresponde al mes de Mayo y es el 5.0 de la biblioteca. Boletín de la Dirección de Beneficencia y Sanidad, correspondiente al mes de Febrero del a ñ o actual. Recomendamos con i n t e r é s , porque lo merecen, estas excelentes publicaciones, y damos las gracias á los que nos han favorecido con su r e m i s i ó n .