PONENCIA: RUTAS COMPETITIVAS PARA EL DESARROLLO ECONOMICO LOCAL EN COLOMBIA Joel Hernando Cruz Díaz1 RESUMEN El desarrollo económico territorial depende de la capacidad para introducir innovaciones al interior de su base productiva y tejido empresarial, lo cual exige actuaciones a nivel macroeconómico y cambios en el microeconómico, es decir, en la actividad productiva, laboral y de gestión empresarial; así como transformaciones en la actuación de las administraciones públicas y la concertación estratégica con los agentes socioeconómicos. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo Colombiano, está implementando el “Programa Rutas Competitivas”, como una estrategia de desarrollo económico local que pretende construir capacidades locales para el análisis y fortalecimiento competitivo de clústeres, a través de un entorno favorable para la innovación y desarrollo de las empresas y lograr mejores condiciones de vida para los habitantes del territorio. En el marco del programa anterior y ante la crisis de la industria cafetera, la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío conformó un equipo local, que de la mano con los empresarios y la institucionalidad pública y privada, analizaron estratégicamente los desafíos de esta industria a nivel local y estructuraron un plan de acción que tiene como objetivo reforzar la competitividad y lograr mejores niveles de empleo e ingresos de la población. Esta iniciativa de desarrollo económico local se denomina la “Ruta Competitiva Kaldia”. 1 Docente Investigador - Universidad La Gran Colombia – Armenia. cruzdjoelhernando@miugca.edu.co INTRODUCCION Las teorías del desarrollo económico local (D.E.L.) vienen emergiendo en el campo de la ciencia económica, como una visión alternativa al enfoque que las escuelas ortodoxas tienen del concepto y su forma de aplicación. El desarrollo económico territorial depende de la capacidad para introducir innovaciones al interior de su base productiva y tejido empresarial, pero tradicionalmente se tiende a simplificar el concepto al señalar que éste depende exclusivamente de la inversión de recursos financieros, los cuales en muchas ocasiones se canalizan hacia actividades de carácter especulativo. La introducción de innovaciones incluye el resultado de la investigación y el desarrollo tecnológico realizado por las grandes empresas o los principales laboratorios públicos o privados, pero también que los usuarios de las mismas, es decir, los agentes productivos y empresariales establecidos en un territorio, se involucren en la adaptación y utilización de los resultados de las actividades para la innovación en los diferentes procesos productivos. Cuando se plantea el tema territorial o regional, el enfoque ortodoxo lo hace desde una lógica asistencialista, tratando de acortar la distancia entre los indicadores promedio de una región respecto a otras, interesándose más por la posible convergencia o divergencia de situaciones, que por intentar entender las potencialidades de cada territorio. El desarrollo exige actuaciones en el nivel macroeconómico, pero también incluye mejoras y cambios en el plano microeconómico, es decir, en el seno de la actividad productiva, laboral y de gestión empresarial; así como reformas y cambios en la actuación de las administraciones públicas y la concertación estratégica con los agentes socioeconómicos. En Colombia se está implementando en 18 departamentos, el “Programa Rutas Competitivas”, como una estrategia de D.E.L. local basada en la construcción de capacidades locales para el análisis y fortalecimiento competitivo de clústeres, con el objetivo de crear un entorno favorable para la innovación y desarrollo de las empresas y lograr mejores condiciones de vida para los habitantes del territorio. 1. ANTECEDENTES DEL DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL Los fundamentos del desarrollo local son de principios del siglo XX, cuando se iniciaron las reflexiones acerca del concepto de desarrollo y cómo promoverlo y su base teórica dentro de la economía se relaciona también con el surgimiento y posicionamiento de los conceptos de territorio, región y espacio, cuando se trata de explicar los factores que determinan la localización de las actividades productivas. De acuerdo con Blanes & Pabón (2004), este desarrollo teórico ha tenido diferentes matices y grados de evolución. Los trabajos de Weber en 1929 que sentaron las bases para estudio desde la economía y la geografía de lo regional en las décadas de los sesenta y setenta. También es referente la vertiente desarrollada por el trabajo de Marshall en 1920, con su teoría de la organización industrial, la que está centrada en la concepción de las interdependencias de las partes de un organismo como parte constitutiva de su existencia y evolución, cuyo enfoque aportó elementos de discusión respecto a los factores que inciden en la aglomeración industrial y avances posteriores en conceptos como entornos competitivos, clúster, industrialización flexible, nuevos distritos industriales o regiones de aprendizaje, la noción de organización como interdependencia entre partes y el conocimiento como la fuente más valiosa de producción. El significado de lo “local” también ha sido debatido ampliamente y su definición se puede considerar dentro del ámbito territorial, cuando se definen aspectos de procesos que se realizan en un determinado escenario por los diferentes agentes y actores establecidos en él. En lo local confluyen los cambios estructurales tecnológicos y organizativos que repercuten la producción, distribución y consumo, así como la concepción del estado resultante del proceso de globalización económica. Es en este nivel donde es necesario buscar y aplicar transformaciones productivas, que potencialicen los recursos endógenos del territorio y generen un entorno institucional articulado para fomentar empleo y mejoras en las condiciones de vida de la población. La visión del desarrollo endógeno se contrapone con el modelo keynesiano que plantea la intervención estatal mediante el diseño de políticas económicas diferenciadas sectorial y territorialmente y con el modelo neoclásico que plantea que el libre mercado y la acción regulatoria del estado propiciaría la convergencia territorial, porque el progreso tecnológico es exógeno y se puede distribuir homogéneamente por todos las regiones. A partir de los años 90as, los modelos de crecimiento endógeno comienzan a reconsiderar los modelos planteados anteriormente y estructuran funciones de crecimiento y producción basadas en los stocks de capital físico, humano y conocimiento, como producto de las decisiones tomadas en un entorno económico determinado, lo cual ha permitido entender procesos diferenciados de crecimiento a nivel regional, con base en las diversas percepciones que tienen los agentes económicos establecidos. Según Pérez (2000, p48), el desarrollo económico local se define como: “aquel proceso reactivador de la economía y dinamizador de la sociedad local, que mediante el aprovechamiento de los recursos endógenos existentes, es capaz de estimular y fomentar su crecimiento económico, crear empleo, renta y riqueza y sobre todo, mejorar la calidad de vida y el bienestar social de la comunidad local” 1.1 NATURALEZA DE LAS INICIATIVAS DE DESARROLLO LOCAL La naturaleza de las iniciativas de D.E.L. responden principalmente a dos tipos de tensión: La primera, desde abajo, por las manifestaciones de las demandas de las comunidades, ante las crisis económicas locales y sectoriales que no son atendidas adecuadamente por las políticas gubernamentales de los distintos niveles del estado, presionando a los empresarios privados a realizar acciones de mejoramiento e innovación para responder a las exigencia competitivas de los mercados. La segunda se origina desde arriba, como consecuencia de la implementación de los procesos de descentralización administrativa y desconcentración institucional que se vive en algunos países, que exigen la conformación de equipo locales para gestionar proyectos de desarrollo que tratan de traducir los requerimientos de los agentes y actores proactivos del territorio, los cuales se enfocan a mejorar infraestructuras físicas, sociales y económicas que impacten el sistema productivo y apoyen la generación de empleo e ingresos en la población. 1.2 OBJETIVOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL • Impulsar actividades de fortalecimiento empresarial y productivo local. • Organizar redes locales entre actores públicos y privados para promover la innovación productiva y empresarial. • Explorar nuevas fuentes de empleo e ingresos a nivel local. • Promover actividades de desarrollo científico y tecnológico a nivel territorial. • Diseñar instrumentos locales de desarrollo empresarial. • Cambiar la visión asistencialista de los fondos de inversión social 1.3 ELEMENTOS BASICOS DEL DESARROLLO ECONOMICO LOCAL Promover el D.E.L. requiere la concertación de voluntades y la facilitación de diálogos para definir y coordinar agendas públicas y privadas que permitan construir redes de trabajo territoriales, y definir planes de acción con responsables específicos, es decir, la promoción económica local requiere además de la eficiente utilización de los recursos, una gran inversión de capital social e institucional que posibiliten procesos participativos articulados para alcanzar los objetivos propuestos. Según Alburquerque (2004), las iniciativas de desarrollo económico contienen elementos básicos para el logro de sus propósitos, los cuales deben ser conocidos y potenciados por todos los actores existentes en el territorio, para que la participación y aportes de cada uno de ellos en los procesos de desarrollo, creen las sinergias suficientes para que los objetivos individuales y sociales de los actores y agentes económicos confluyan. Estos elementos se expresan en el gráfico anterior. Un elemento fundamental para el D.E.L. es la construcción de capital social que fomente la cultura proactiva y emprendedora autónoma, al igual que una actitud proactiva del gobierno en sus diferentes niveles con relación al desarrollo productivo y la generación de empleo, para que la gestión pública local trascienda la concepción tradicional de prestadores de servicios sociales y urbanísticos. La identidad regional y el capital social son el resultado de la conjunción de elementos históricos, culturales y geográficos que se van construyendo localmente, a partir de la participación, el diálogo, la confianza y la concertación de los actores y agentes cuando se enfrentan a situaciones comunes. Los procesos de D.E.L. son promovidos generalmente por actores no gubernamentales tales como gremios, asociaciones, comités entre otros, pero a mediano plazo la presencia del gobierno se vuelve fundamental para darle institucionalidad a las iniciativas que se desean impulsar. Los gobiernos locales tienen la legitimidad para convocar a los agentes y actores para generar los espacios de discusión y concertación público-privada, animando la movilización y conformación de equipos que permitan ejecutar las acciones estratégicas definidas, con el objetivo de optimizar los recursos endógenos y diversificar la estructura productiva local mediante la innovación en los procesos productivos, de gestión y de las adaptaciones sociales. Los requerimientos de innovación del sistema productivo local obligan al talento humano local y a las micro y pequeñas empresas, a realizar cambios sustanciales en sus estructuras, que deben ser incluidas en las estrategias y en la oferta territorial de instrumentos de desarrollo empresarial, que les permita enfrentar los retos, lo cual implica tener una capacidad de observación permanente de las necesidades reales y potenciales del sector empresarial y de las características del mercado de trabajo local. El éxito de las iniciativas de D.E.L. se logra cuando se institucionalizan mediante acuerdos de carácter suprapartidista y con la mayoritaria participación de actores territoriales, ya que esto permite generar propuestas con mayor nivel de certidumbre ante eventuales cambios políticos. El sector privado empresarial dentro de la institucionalidad reduce la incertidumbre de los cambios políticos locales, pero también la presencia de los entes públicos en la institucionalidad le da al proceso una perspectiva territorial de mediano y largo plazo. El D.E.L. requiere entonces de acciones públicas locales que deben ser incorporadas y fortalecidas en los planes y programas que vienen ejecutando, al igual que dentro de los procesos de descentralización se deben incorporar las gestiones necesarias y articuladas para promover el desarrollo local, a partir de la construcción de un entorno innovador que permita transformaciones productivas y sociales. Dada la trascendencia en materia de producción, empleo e ingresos de las micro y pequeñas empresas, las políticas de fomento empresarial deben incorporar una dimensión territorial que incluyan su importancia cuantitativa y cuantitativa en cada sector, para evitar el diseño genérico de medidas e instrumentos de carácter masivo que no tienen en cuenta especificidades económicas, territoriales o productivas para su focalización. 1.5 PRINCIPIOS PARA ACCIONAR EL DESARROLLO ECONOMICO LOCAL Servicios territoriales para el desarrollo empresarial: El D.E.L. requiere la construcción de una oferta adecuada de instrumentos de desarrollo empresarial para micro y pequeñas empresas, que brinden apoyo, formación e información tecnológica, comercial, financiera, de innovación productiva y de procesos, de gestión y cooperación empresarial, de control de calidad, etc. Esta oferta debe atender no solo las demandas expresadas por los empresarios del sector productivo, sino también las señales de los mercados estratégicos. Las políticas de fomento empresarial deben incorporar una dimensión territorial y selectiva, porque las características y condiciones diferentes dentro de los segmentos empresariales y sus encadenamientos productivos, expresan la necesidad de diferenciar y focalizar los instrumentos de desarrollo empresarial. Recursos endógenos y exógenos para el Desarrollo local y municipal: El D.E.L. además de utilizar eficientemente los recursos endógenos, también debe aprovechar las oportunidades que se pueden presentar a partir del dinamismo económico externo, es decir, endogenizar territorialmente los efectos resultantes de dichas oportunidades, a partir de estrategias específicas y acordadas por los actores locales. Por ejemplo los contratos entre grandes empresas con las micro y pequeñas empresas locales, pueden impulsar las relaciones de cooperación económica entre los agentes y actores del sistema productivo local. Las políticas de D.E.L. pueden incluir varios municipios que posean similares características, por lo cual en los estudios y análisis de los sistemas productivos no se tendrían en cuenta los límites municipales y se requiere la identificación de las acciones clave con el fin de crear un sistema territorial de información que permita estudiar las cadenas productivas y la ubicación física de sus empresas en el territorio, para conocer y comprender las relaciones económicas de la estructura de la cadena de valor actual (Proveedores, comercializadores, clientes, instituciones de apoyo). De esta manera se pueden abordar las acciones de mejoramiento por parte de los actores públicos y privados. Apoyo y asociatividad para las micro, pequeñas y medianas empresas: En el desarrollo local se reconoce la importancia que tienen las micro y pequeñas empresas, pero igualmente su fragilidad organizacional y la necesidad de transitar hacia modelos efectivos de gestión productiva, financiera y de mercados acordes con las dinámicas económicas, por lo cual se deben generar instrumentos específicos para el fomento, desarrollo y consolidación de las micro, pequeñas y medianas empresas, enfocados a realizar mejoras en la productividad y la competitividad. En necesario crear fondos locales para el fomento y fortalecimiento de los pequeños productores con criterios flexibles y esquemas de capacitación y acompañamiento técnico que permitan eliminar los obstáculos para acceder a la oferta tradicional de líneas de financiamiento de mediano y largo plazo, que tienen exigencias difíciles de cumplir. La dimensión limitada de la mayoría de las empresas locales, el bajo nivel de asociatividad de los empresarios y la desconfianza habitual hacia la institucionalidad pública local, son elementos que dificultan su participación en los proyectos territoriales de cooperación público-privada. La incorporación apropiada de los empresarios en las iniciativas locales de desarrollo económico se debe realizar a partir de tres aspectos fundamentales: El fortalecimiento de la representación gremial en las instancias institucionales, el convencimiento de cambiar el enfoque sectorial hacia un enfoque sistémico de encadenamientos productivos y sustituir la visión asistencialista del estado hacia el fomento de la productividad y la competitividad. Las universidades y centros de investigación vinculados a los sistemas productivos: Las universidades y sus centros de investigación deben formar recursos humanos capaces de responder a los requerimientos del medio, para lo cual deben ajustar sus propuestas curriculares y académicas para adaptarse a las realidades que los contextos están demandando. Para este caso, es necesario que las Universidades se vinculen a las iniciativas de desarrollo local, mediante el apoyo y orientación de los procesos de innovación productiva y de gestión que se deben realizar en la estructura empresarial locales, para lograr productos y servicios con mayor valor agregado. Además las Universidades y centro de investigación pueden aportar al conocimiento profundo de las diferentes características de las sociedades locales, como un elemento fundamental en este enfoque, porque pueden liderar la realización de estudios específicos mediante esfuerzos sistemáticos y continuos de investigación rigurosa, que suministre información confiable y pertinente sobre el territorio, con el fin de elaborar mapas y líneas base para las diferentes variables necesarias en los análisis que realizan los responsables de gestionar el desarrollo local. Infraestructura legal, jurídica y administrativa básica: El papel del Estado central en el contexto específico de las iniciativas de desarrollo local se relacionan con el impulso y fomento de las mismas, pero también generando verdaderos procesos de descentralización que permitan adecuar el marco jurídico, normativo y regulatorio para llevar a cabo proyectos articulados que impacten la base económica, social y ambiental de los territorios. Toda iniciativa de desarrollo local debe contar con indicadores cuantitativos de evaluación, al igual que indicadores cualitativos como los de construcción del capital social e institucional, que se aproximan a comprender dimensiones institucionales, políticas y culturales del desarrollo local. Promover económicamente lo local no depende exclusivamente de altos resultados en los indicadores de eficiencia, sino que requiere procesos con alta inversión de capital social e institucional. Coordinación interinstitucional eficiente con enfoque al sistema productivo: Dentro de las dificultades más sobresalientes de las iniciativas de D.E.L. es lograr coordinar la institucionalidad pública (Nacional, departamental y municipal), al igual que las actuaciones dispersas de los gremios, organizaciones no gubernamentales o la cooperación nacional e internacional, movidas en la mayor parte de los casos por la perspectiva asistencial. El D.E.L. es también desarrollo social o solidario, pero se fundamenta en la innovación de los sistemas productivos locales desde la perspectiva tecnológica, de gestión social e institucional, para generar condiciones de creación de empleo e ingresos de forma viable y sostenida. Es por ello que el apoyo prioritario a la micro, pequeña y mediana empresa y el fortalecimiento de los gobiernos locales deben incorporarse como una estrategia de desarrollo territorial, para lograr resultados que estimulen la actividad empresarial y su impacto en la generación de mejores condiciones sociales para la población. Por lo tanto deben existir instituciones con capacidad para coordinar las acciones dispersas de los diferentes actores existentes en el territorio. Los recursos destinados a la inversión social y los destinados para el desarrollo de los sistemas productivos son complementarios, porque los primeros dotan a la población de servicios fundamentales para la vida como la salud, la educación el deporte, la recreación entre otros, mientras que los segundos dan oportunidades a los individuos para generar ingresos a partir de la participación en las diferentes etapas de los procesos productivos, por lo cual, las inversiones sociales deben abordarse de forma integral e incorporar el enfoque de desarrollo económico local. La institucionalidad pública local hace siempre un gran despliegue de su capacidad de gestión mediante instrumentos de desarrollo social asistencialista, pero en una menor escala en el desarrollo de instrumentos de fomento del desarrollo empresarial productivo. La escasez de recursos para apoyar iniciativas de D.E.L. que sean complementarias de los recursos de inversión social, son características en América Latina, lo cual discrepa con los fondos estructurales establecidos en países del mundo desarrollado, que consideran este enfoque, como una alternativa a las políticas asistenciales de superación de la pobreza. Este enfoque parte de la necesidad de transitar de las estrategias asistencialistas, hacia estrategias articuladas de desarrollo económico basadas en instrumentos que impulsen el desarrollo empresarial del territorio, no con visión sectorial, sino con visión sistémica integrada de los actores y el capital social que caracteriza el territorio. La oferta adecuada de instrumentos para fomentar transformaciones en la estructura productiva local, son el producto de las decisiones y los requerimientos de renovación de los empresarios que hacen parte de las cadenas productivas existentes. 2. RUTAS COMPETITIVAS Y DESARROLLO ECONOMICO LOCAL EN COLOMBIA Con base en la fundamentación teórica del desarrollo económico local se pueden comprender y sustentar las acciones y esfuerzos que desde algunos agentes públicos y privados colombianos, se vienen realizando con el objetivo de reforzar la competitividad de las industrias estratégicas regionales, que han sido identificadas y priorizadas en los diversos ejercicios de planificación territorial que se realizan en el país y que buscan mejoramientos productivos, económicos y sociales. Es el caso del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, entidad que en cumplimiento de su función de fortalecer y consolidar el desarrollo empresarial del país, apalancado en la innovación, el emprendimiento y los ecosistemas regionales, viene promoviendo el “Programa Rutas Competitivas” como un modelo para potenciar las economías regionales y locales, mediante las construcción de capacidades locales para el análisis y fortalecimiento de clústeres con iniciativas de refuerzo a la competitividad empresarial. Este programa pretende potencializar para 18 departamentos, estrategias de innovación que impulse a las empresas de industrias estratégicas a un mayor nivel de productividad, competitividad, sostenibilidad y rentabilidad. Este programa plantea que los departamentos o regiones de un país serán competitivos en la medida que tenga muchas empresas competitivas, que estén en capacidad de tener altos niveles de productividad e innovación para competir con éxito en mercados nacionales e internacionales, lo cual se logra mediante un proceso riguroso y continuo de acciones articuladas entre los empresarios que forman parte de los clústeres y las instituciones de apoyo local. Según Emiliano Duch (2013), CEO de la empresa consultora Competitiveness que ejecuta el proyecto a nivel nacional, los clúster no se crean, sino que son realidades económicas que existen en el territorio y que una vez identificadas pueden ser objeto de intervención a través de una “Ruta Competitiva”, para mejorar su competitividad, fomentando la innovación y el crecimiento de los emprendedores. El papel del Estado en estas iniciativas es fundamental, pero no como agente asistencialista, sino como agente que lidera un diálogo público- privado para desarrollar la competitividad local. El entorno que favorece la innovación y por ende la creación de ventajas competitivas en un clúster, es la rivalidad y la sana competencia entre las empresas, pero también hay ocasiones que la colaboración y el trabajo conjunto ayuda a construir fuentes de ventaja competitiva. Competir con base en innovaciones constantes es el gran reto para todas las empresas y no solo para las que exportan, porque la apertura de los mercados hace difícil mantenerse en el mercado doméstico. El programa rutas competitivas se fundamenta en la conformación de equipos locales, que reciben la formación metodológica para elaborar la hoja de ruta que propone un plan de acción para fortalecer los clúster priorizados, a través de la definición de una visión que desarrolla una programa de mejoramiento competitivo de las empresas en segmentos de negocios estratégicos, pero que además cuentan con el apoyo institucional y empresarial local para lograr los objetivos del programa mediante la ejecución de tres fases básicas del proceso. 2.1 Objetivos del Programa Rutas Competitivas Mejorar la competitividad de las empresas pertenecientes a un clúster a partir de la redefinición de la estrategia de largo plazo. Construir capacidades locales para el pensamiento estratégico, gestión del cambio y la dinamización del clúster. Incidir en la mentalidad de actores locales para el pensamiento estratégico y la innovación como vehículo de la competitividad. 2.2 Los diez pasos genéricos para el análisis de la industria Mapeo del clúster Segmentación estratégica de la industria El atractivo de la industria Criterios de los compradores sofisticados Opciones estratégicas genéricas Factores clave del éxito Cadena de valor ideal y análisis de las cinco fuerzas Benchmarking de nuestra cadena de valor con la cadena de valor ideal Opciones estratégicas factibles para las compañías del clúster Áreas de mejora a nivel de empresa y a nivel de clúster 2.3 Fases del proceso Identificando los desafíos del clúster. En esta primera fase se quiere conocer a los empresarios involucrados desde su día a día, entender su negocio, las estrategias que han adoptado de acuerdo con su entorno y de esta manera tener un conocimiento mayor de la industria local. También se analizan estudios, documentos y estadísticas existentes a nivel mundial, nacional, regional y local. Se realizan actividades tales como: Identificación de actores con información actualizada Determinación del tamaño y características del clúster Tipología de los empresarios y las relaciones entre ellos Entrevistas con empresas, instituciones y gremios Análisis de documentos y estudios e investigaciones previos Estadísticas de la industria a nivel mundial, nacional, regional y local Mapeo de los actores del sector a nivel local Generando la estrategia. En esta fase se hace una reflexión estratégica de la industria y se realizan actividades tales como: Identificación y análisis de la cadena de valor actual Tendencias de la industria Análisis del diamante de Porter Definición de los retos estratégicos de la industria Benchmarking a partir de un viaje de referencia. Segmentación estratégica de la industria Análisis de las cinco fuerza para cada segmento estratégico Criterios de compra avanzados para cada segmento. Entrevistas Opciones estratégicas y factores claves de éxito Definición de la cadena de valor ideal Lanzamiento de las acciones. En esta fase se hace una identificación y definición de las acciones específicas a realizar para fortalecer la cadena de valor actual y lograr mejoras que permitan hacer el tránsito hacia una cadena de valor con oportunidades de competir en segmentos más rentables. En esta fase es fundamental la participación de los empresarios y entidades de apoyo. Las actividades que se realizan son: Conformación de grupos de trabajo Áreas de mejora a nivel empresarial y de clúster Elaboración del plan de acción Ejecución de las acciones de mejora 2.4 LA RUTA COMPETITIVA KÀLDIA, UNA OPCION PARA LA INDUSTRIA CAFETERA Y EL DESARROLLO ECONOMICO DEL QUINDIO. La Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío como actor de primera línea en la región y promotor de iniciativas de D.E.L. que fortalezcan la base productiva y empresarial, atendió la convocatoria realizada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través de Innpulsa Colombia, para conformar un equipo local que se apropiara de la metodología de trabajo para construir con los empresarios, gremios y demás instituciones de apoyo, “Rutas Competitivas” que viabilizan la identificación de segmentos estratégicos de negocio con mayores niveles de rentabilidad y definir las líneas de acción fundamentales para que los empresarios transformen sus empresas y puedan competir en dichos mercados. Igualmente la Cámara de Comercio convocó a otros actores públicos, privados y académicos del Departamento, para que conocieran los alcances y objetivos del programa que desde el gobierno nacional se estaba ofertando y para que participaran en las diferentes etapas del mismo, al igual que para determinar las dos industrias o clúster que serían priorizadas de acuerdo con las apuestas productivas relacionadas en el Plan Regional de Competitividad. De este proceso se concluyó que ante la crisis que viene sufriendo la industria del café en el departamento del Quindío en particular y en el país en general, ésta sería la primera ruta competitiva que se debería seleccionar, ya que es una industria en declive pero importante para la región por su alta sensibilidad económica y social. Al mismo tiempo se conformó el equipo local con un consultor senior y dos consultores junior liderado por la Cámara de Comercio y con el acompañamiento de dos docentes investigadores de la Universidad La Gran Colombia y dos docentes de la Corporación Universitaria Alexander Von Humboldt, quienes recibieron la formación en la metodología enunciada y simultáneamente iniciaron el proceso con los empresarios y los agentes públicos y privados locales que hacen parte del clúster. Se ejecutaron las tres fases establecidas en la metodología en aproximadamente ocho meses y se contó con la activa participación de aproximadamente 120 empresarios y el acompañamiento de 30 representantes de la institucionalidad pública y privada local. De acuerdo con la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío (2013), se identificaron las siguientes áreas y actividades de mejora de corto, mediano y largo plazo, las cuales quedaron plasmadas en un plan de acción que actualmente está guiando y permeando las agendas, los planes y presupuestos de los empresarios comprometidos de la industria y de las instituciones de apoyo que participaron del proceso: La primera línea de acción se denomina “Programa para la mejora de los procesos en finca” y su objetivo es generar las capacidades de gestión del cultivo en finca, de manera que se garantice una trazabilidad del proceso y continuidad de la calidad en el tiempo, que permita incursionar en mercados especializados que demandan variedades de café con características de calidad diferenciadas. La segunda línea de acción se denomina “Generación de capacidades de exportación y vinculación con compradores especializados” y su objetivo es fomentar puntos de encuentro entre empresarios, donde se puedan conocer casos exitosos para generar nuevas relaciones empresariales y capacidades alrededor de la logística y exportación. También se desea crear capacidades locales en la prestación de servicios de asesoría y acompañamiento a los empresarios en inteligencia de mercados, trámites y legislación para exportar. La tercera línea de acción se denomina “Piloto de inteligencia Comercial” y su objetivo es ampliar el conocimiento comercial y fortalecer la cadena de valor, mediante la especialización de los empresarios en la identificación de gustos y preferencias de mercados sofisticados, que les permita adaptarse a sus requerimientos, además de conocer in situ la cadena de valor del segmento atractivo, con el fin de aprender a desarrollar canales de comercialización propios. La cuarta línea de acción se denomina “Programa de incentivo a la demanda del café de calidad” y su objetivo es generar conocimiento, cultura e interés por el consumo de café de calidad en la demanda local, por medio de capacitación continua en barismo y la participación en eventos relacionados con la preparación de café o exhibiciones en puntos estratégicos a nivel local y nacional. La ejecución de estas líneas de acción por parte de los empresarios de la industria cafetera Quindiana y de la institucionalidad de apoyo, buscan fortalecer su competitividad y generar empleo e ingresos que mejoren las condiciones económicas y sociales de los pobladores locales. 3. CONCLUSIONES En Colombia, el programa rutas competitivas se está implementado como un instrumento estratégico para introducir trasformaciones estructurales en la base productiva y el tejido empresarial territorial y lograr los objetivos propuestos de acuerdo con principios de las teorías D.E.L. El proceso de construcción de una ruta competitiva cambia la lógica asistencialista de la acción del estado hacia los micros y pequeños empresarios, por un enfoque sistémico de encadenamientos productivos y competitivos basado en las potencialidades endógenas y la construcción de capital social, lo cual contrasta con los supuestos de las teorías y modelos económicos neoclásicos y keynesianos. Tradicionalmente en el Quindío, la institucionalidad pública local ha direccionado su gestión con instrumentos de desarrollo social asistencialista, pero en una menor escala en el desarrollo de instrumentos de fomento empresarial productivo. Este nuevo enfoque visualiza como complementarios los recursos públicos destinados a la inversión social y el desarrollo de los sistemas productivos locales, porque su fin es generan empleo e ingresos para la población. La formulación de una iniciativa de desarrollo local se fundamenta en la creación de un sistema territorial de información que permita estudiar las cadenas productivas y la ubicación espacial de sus empresas en el territorio (mapeo), para conocer y comprender las relaciones que subyacen en la estructura de la cadena de valor actual. También es importante tener un sistema de indicadores cuantitativos y cualitativos como los de construcción del capital social e institucional, los cuales facilitan la comprensión de las dimensiones institucionales, políticas y culturales del desarrollo local. Utilizar eficientemente los recursos endógenos y aprovechar las oportunidades que presenta el dinamismo económico externo, requiere la construcción de una ruta con acciones estratégicas específicas que deben ser acordadas por los actores del sistema productivo local, lo cual impulsa las relaciones de cooperación entre ellos. La iniciativa de D.E.L. denominada Ruta competitiva Kaldia para reforzar la competitividad de las empresas de café en el Quindío, responde a dos tipos de tensiones. La primera se relaciona con la evidente crisis económica y social que sufre la industria cafetera regional (desde abajo) y la segunda como resultado de políticas de desconcentración institucional del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo Colombiano (desde arriba). La concertación de voluntades y la facilitación de diálogos que promueve el programa rutas competitivas en el Quindío, deben permitir la construcción de redes de trabajo territorial y la coordinación de agendas públicas y privadas, para darle una mayor eficiencia a los recursos existentes y lograr progresivamente los objetivos propuestos. La institucionalización de acuerdos políticos suprapartidistas en el departamento del Quindío ha sido una limitante de las iniciativas de desarrollo local, debido a los conflictos entre los representantes de la clase política y al afán de protagonismo que se presenta al interior del territorio, lo cual genera incertidumbre en las acciones de mediano y largo plazo propuestas en una ruta competitiva. Los acuerdos de mejoras en la competitividad local en el departamento del Quindío, requieren la ejecución de acciones estratégicas y de innovaciones en la institucionalidad, a partir de organizaciones mixtas de actores que superen la separación entre lo público y lo privado. Las líneas de acción que se identifican en una ruta competitiva, se convierten en requerimientos de productividad y competitividad para la industria o clúster objeto de estudio, por lo cual todos los actores relacionados con su cadena de valor quedan comprometidos a realizar cambios sustanciales en sus estructuras. Una parte importante de las líneas de acción definidas en una ruta competitiva, necesita contar con el apoyo decidido y articulado de acciones públicas locales, regionales y nacionales, que deben ser incorporadas en los planes y programas que vienen ejecutando para lograr transformaciones productivas y sociales locales. Una ruta competitiva permite diseñar y ofrecer instrumentos de desarrollo empresarial que reconocen las señales del mercado, las especificidades económicas, territoriales, productivas y organizacionales de las micros y pequeñas empresas pertenecientes a un clúster, al igual que su impacto en materia de producción, empleo e ingresos. Las universidades y los centros de investigación de la región deben incorporar en sus propuestas académicas, curriculares e investigativas, los requerimientos de los contextos locales y vincularse activamente a las iniciativas de desarrollo que buscan promover trasformaciones innovadoras en el sistema productivo. También pueden aportar al conocimiento profundo del territorio y la caracterización de las sociedades locales, liderando estudios específicos mediante esfuerzos sistemáticos de investigación rigurosa, que suministren información confiable y necesaria para el análisis que realizan los gestores del desarrollo local. Las rutas competitivas permiten a los agentes productivos locales reconocer la importancia y la necesidad de comprometerse con la adaptación y utilización de los resultados de las actividades de investigación, innovación y desarrollo. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Alburquerque, F. (2004). “Desarrollo económico local y descentralización en América Latina”. Revista Cepal No. 82. Santiago de Chile. Blanes, J. & Pabón, E. (2004). “Los proyectos y el desarrollo local. Guía para la formulación, gestión y sistematización de proyectos”. Agencia Española de Cooperación. La Paz, Bolivia. Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío. (2013). “Ruta Competitiva Kaldia. Refuerzo a la competitividad del café en el Quindío”. Armenia, Colombia. Duch, E. (2013, 28, Mayo). “Los clusters no se forman, son realidades económicas”. Portafolio. Recuperado el 13 de enero de 2014, desde http://www.portafolio.co/economia/clusters-como-innovacion Pérez, B. (2000). “Desarrollo Local: Manual de Uso”. Editorial ESIC. Madrid, España.