UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO FACULTAD DE PSICOLOGÍA DOCTORADO EN PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN “LA LOCURA COMO LAZO SOCIAL. ESTUDIO DE UN CASO DE MAGNICIDIO” TESIS QUE COMO PARTE DE LOS REQUISITOS PARA OBTENER EL GRADO DE: DOCTOR EN PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN PRESENTA: FLAVIO MELÉNDEZ ZERMEÑO (134133) DIRIGIDA POR: DR. MARCO ANTONIO MACÍAS LÓPEZ SANTIAGO DE QUERÉTARO, QRO., ENERO DE 2010. Resumen Se aborda el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de México en las elecciones de 1994, considerando el entramado de circunstancias políticas y sociales en el que tiene lugar, para superar la oposición binaria entre asesino solitario y conspiración. Las relaciones de este magnicidio con la crisis terminal del régimen de partido de Estado permiten identificar las condiciones que le dan eficacia al rumor que, antes del crimen, anticipaba un cambio de candidato en el partido oficial. Se revela la consistencia del acto de Mario Aburto, asesino confeso de Colosio, como una modalidad singular de ejecución de los designios de esa voz popular y se señala que tal realización, en la que está implicada la posición subjetiva de Aburto, toma la forma de un sacrificio al que éste es convocado para salvar al país. Se estudia también el rumor que posteriormente atribuye el magnicidio a una conjura fraguada en las altas esferas del poder estatal, se establece que este rumor está estructurado a la manera de las teorías de la conspiración y se analizan los rasgos comunes entre estas teorías y los delirios sistematizados, indicando el carácter compartido de toda locura. De esta manera se muestra que la locura es una modalidad de lazo social, que en este caso encuentra en la crisis de un régimen las condiciones que la ligan al entorno político y social. (Palabras clave: magnicidio, rumor, conspiración, locura, lazo social) i Summary It is approached the murder of Luis Donaldo Colosio, candidate of the Institutional Revolutionary Party (PRI) to Presidency of Mexico in 1994 elections, considering the lattice of social and political circumstances in which takes place, to overcome the binary opposition between solitary murderer and conspiracy versions. The assassination relations with terminal crisis of the State party regime allow to identify the conditions that give effectiveness to the rumour which before the crime, anticipated a change of the official party candidate. It is revealed the consistency of Mario Aburto’s act (confessed murderer of Colosio), as a singular form of execution of that popular voice’s designs, and it is noted that such realization, in which Aburto’ s subjective position is involved, takes the form of a sacrifice to which he is convoked to save the country. This work also study the rumour that subsequently attributed the assassination to a conspiracy forged at high levels of State power, and set how it has been structured the same manner of conspiracy theories. Also, the common features between these theories and systemazed dilusions, are analyzed, indicating the shared character of all insanity. This shows that insanity is a form of social link that in this case find at a régime crisis, the conditions which bind that insanity to the political and social environment. (Key words: assassination, rumor, conspiracy, madness, social link) ii Agradecimientos La realización de este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo que las autoridades de la Universidad de Guadalajara me dieron para llevar a cabo los estudios del Doctorado en Psicología y Educación. Las sugerencias de la Dra. Guadalupe Reyes Olvera y de la Dra. Rebeca Contreras Vázquez fueron decisivas para precisar las aportaciones de este trabajo en el terreno del psicoanálisis y darle forma al apartado de Conclusiones. Las observaciones que me hizo el Dr. Gregorio Iglesias Sahagún me permitieron delimitar los alcances que el término “lazo social” tiene en esta investigación. La lectura cuidadosa, los esclarecimientos siempre agudos y la valorización de mi trabajo por parte de Cristina Gutiérrez Zúñiga fueron para mí un aliento a lo largo de los años que llevó la elaboración de este escrito. El respeto a mi estilo y ritmo de trabajo, la paciencia y el apoyo decidido constituyeron una constante de la dirección de esta tesis a cargo de Marco Antonio Macías López. Finalmente, las aportaciones escritas y orales de Alberto Sladogna están presentes en las escansiones clínicas y doctrinarias que organizan este estudio de caso. iii ÍNDICE Página Resumen ............... ........................... ............................ .............................. ........................ i Summary .............. ........................... ............................ .............................. ........................ ii Agradecimientos... ........................... ............................ .............................. ........................ iii I. INTRODUCCIÓN ........................ ............................ .............................. ........................ 1 II. UNA HERIDA MORTAL EN LA CABEZA DEL RÉGIMEN ............. ........................ 3 III. ACERCA DEL MÉTODO ......... ............................ .............................. ........................ 26 IV. FIN A LO QUE NO FUNCIONÓ........................... .............................. ........................ 32 V. LA SUCESIÓN DESPUÉS DE LA SUCESIÓN..... .............................. ........................ 61 VI. LA EFICACIA DEL RUMOR... ............................ .............................. ........................ 89 VII. UN SACRIFICIO PARA SALVAR AL PAÍS...... .............................. ........................105 VIII. LOMAS TAURINAS .............. ............................ .............................. ........................146 IX. LA CONSPIRACIÓN DEL RUMOR, EL RUMOR DE LA CONSPIRACIÓN............168 X. DE LA CREENCIA A LA CERTEZA .................... .............................. ........................206 XI. UN CRIMEN DE ESTADO ...... ............................ .............................. ........................240 XII. CONCLUSIONES .................... ............................ .............................. ........................258 BIBLIOGRAFÍA.. ........................... ............................ .............................. ........................265 iv I. INTRODUCCIÓN El asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la República en las elecciones de 1994, marca una inflexión en la historia reciente de México. Este acontecimiento está ligado, tanto por las circunstancias en las que ocurre como por sus consecuencias, al destino del régimen más longevo del siglo XX. El régimen de partido de Estado, que durante más de setenta años mantuvo el poder, nace con un magnicidio y queda mortalmente herido con otro. Fundado en 1929 por Plutarco Elías Calles, con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, el partido del Estado o del régimen nace con el asesinato de Álvaro Obregón y empieza su agonía con el de Colosio. Al considerar el entorno político, social y cultural en el que tiene lugar este magnicidio, se abre un abanico de cuestiones a ser investigadas: los eventos que determinan que los mecanismos de transmisión del poder al interior de la “familia revolucionaria”, los rituales de la sucesión popularmente conocidos como “el dedazo” y “el destape” y los componentes del pacto constitucional que le daban vigencia a una forma del Estado, se tornen todos ellos caducos, afectando el estatuto de la candidatura de Colosio; el contexto de crisis de legitimidad del régimen, que es al mismo tiempo una crisis terminal, en el que surge y toma fuerza el rumor que, antes de la trágica muerte de Colosio, anticipa un cambio de candidato en el partido oficial o una candidatura alterna apoyada por el presidente de la República; la íntima conexión que mantiene Mario Aburto, asesino confeso del candidato priísta, con las condiciones que le dan eficacia a esta versión de la voz popular, las cuales a su vez le confieren consistencia a un llamado que lo convoca a sacrificar su vida, su nombre y su familia para salvar al país del peligro en que se encuentra; la conformación del rumor que posteriormente atribuye el magnicidio a una conjura orquestada en las altas esferas del poder estatal, su estructuración a la manera de una “teoría de la conspiración” y los rasgos que una teoría de este tipo tiene en común con los llamados “delirios sistematizados”; el anudamiento estrecho de la locura con las relaciones de poder características de la sociedad en la que habita y lo que estas relaciones comparten con la locura en sus formas de operación. 1 El estudio de este amplio entramado permite hacer caso de un hecho con múltiples repercusiones en la vida pública de nuestro país, interrogando las relaciones entre política, lazo social, locura y pasaje al acto de un sujeto singular. Desde la perspectiva del psicoanálisis se trata de realizar una monografía clínica del asesinato de Luis Donaldo Colosio, en la que el establecimiento de las circunstancias en las que tiene lugar y la lectura de los decires textuales que tejen la urdimbre del magnicidio, permitan abordar, en la materia concreta de un caso, las relaciones antes mencionadas. De esta manera es posible también ubicar el papel que la locura tiene en situaciones en las que suele ser objeto de un desconocimiento sistemático, apreciar de manera privilegiada la textura subjetiva de la política -“la dimensión más propia del hombre”1- y calibrar el alcance del enunciado de Lacan que apunta: “el inconsciente es la política”2. 1 Agamben G. El reino y la Gloria.. Una genealogía teológica de la economía y del gobierno. Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora; 2008. p. 12. 2 Lacan J. La logique du fantasme. Versión en AFI de origen no identificado. Sesión del 10 de mayo de 1967. 2 II. UNA HERIDA MORTAL EN LA CABEZA DEL RÉGIMEN Yo lo tenía que hacer El 23 de marzo de 1994 es asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los comicios que para elegir presidente de México se realizan ese año. Colosio cae mortalmente herido al terminar un mitin de su campaña electoral en una colonia popular de nombre Lomas Taurinas, en la ciudad de Tijuana Baja California. Al encaminarse hacia la salida del mitin, entre una densa multitud de asistentes al acto político, recibe un balazo en la cabeza y al ir cayendo otro en el abdomen. Es trasladado de inmediato a un hospital local y aproximadamente tres horas después es oficialmente declarada su muerte. En el momento y lugar de los hechos es detenido un joven, identificado como quien realizó los disparos. Al día siguiente la prensa habla de dos detenidos por el asesinato, “uno de 23 años y otro de 46”, como “posibles agresores”1; sin embargo sólo se podrá comprobar la participación del joven mencionado, de nombre Mario Aburto Martínez, originario de un pueblo de nombre La Rinconada, municipio de Zamora Michoacán, vive en Tijuana desde los quince años. Aburto –así es como la voz popular se va a referir a él- acepta desde el principio ser el autor de los disparos, si bien afirma que solamente buscaba herir a Colosio para llamar la atención de la prensa y exponer sus ideas pacifistas y la información que tiene sobre “diversos grupos armados de diversos estados del país”2 –el primero de enero de ese año había estallado en el estado de Chiapas la rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En sus primeras declaraciones Aburto dice ser miembro de una “secta política”, aunque al mismo tiempo declara haber actuado solo y no como parte de una conspiración política –las investigaciones posteriores nunca llegarán a comprobar que haya tenido vínculos con alguna organización política, religiosa o social. Al referirse a su acto dice: “yo lo tenía que 1 Ureña J., Garibay A. “Dos hombres, uno de 23 años y otro de 46, posibles agresores”. La Jornada, 1994, marzo 24. 2 Salanueva P., Martínez N., Garibay A. “Declaró Aburto Martínez tener contacto con grupos armados”. La Jornada, 1994, marzo 26. 3 hacer”, pero a la pregunta acerca de sus razones agrega: “Perdónenme, pero no puedo colaborar con ustedes”3. En un interrogatorio que tuvo lugar poco después de una hora de haber ocurrido el atentado, Aburto se refiere al conflicto armado en el estado de Chiapas y da la siguiente versión de lo ocurrido: ...no eran cien, eran miles de personas que querían hacer otra vez lo que se hizo en Chiapas, y no es un estado, son algunos estados que no quiero decir la cantidad pero la cosa es más grave de lo que muchos se imaginan y yo por eso preferí mil veces sacrificar mi vida a que hubiera pasado otra cosa de Chiapas (...) Sólo herir al candidato nada más y para que la prensa, este, hubiera me filmara y yo decir ante las cámaras (...) Era de que no quería otro, otro acto como el de Chiapas y que esto que había hecho yo, era pues precisamente para evitar eso y más que nada evitar los actos bélicos en México porque yo he visto que la gente que está siendo engañada (...) Yo lo planeé al ver, al ver que lo que querían hacer y la verdad no me gustó, no volví a ir con nadien me dediqué ya; eso viene desde hace muchos años desde antes de Chiapas, iba a suceder en otros estados, no tuve el valor de poder hacer una cosa, antes, yo decía, bueno, que, que hago, si este, agarro una pistola y puedo herir a, a, en ese entonces este, estaba Carlos Salinas de Gortari, herirlo y así los medios de comunicación decirles yo lo que estaba pasando en México porque puedo afirmar también de que posiblemente alguien extranjero esté en todo esto queriendo poner al país en peligro y la estabilidad del país y preferible, yo mejor prefiero morir a que sigan pasando actos bélicos; pero en ningún momento fue mi intención herir al candidato en ningún momento, eh, así grave no, que una leve lesión y la prensa me iba a agarrar, me iba a tomar en cuenta...4 A lo largo de los procedimientos judiciales irán apareciendo contradicciones en lo dicho por Aburto, sin embargo, a través de distintas versiones que da de los hechos permanecerán constantes algunos trazos: el atentado contra Colosio le permite obtener notoriedad ante los medios y la sociedad, así la prensa lo iba a tomar en cuenta para informar que el país está en peligro; tiene una misión especial por cumplir para salvar al 3 Zeta/Tijuana. “Yo lo tenia que hacer, dice Mario Aburto”. Siglo 21, 1994, marzo 26. Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. p. 374. 4 4 país de la violencia de miles de personas que quieren hacer otra vez lo que se hizo en Chiapas; su misión pone en riesgo su propia vida, pero él está dispuesto a hacer este sacrificio extremo; el atentado estuvo planeado, desde hacía años había considerado la posibilidad de realizar uno semejante contra el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, pero la planeación y la ejecución del acto estuvieron exclusivamente a su cargo y no formaron parte de una conspiración; en cambio, su acto es la respuesta a una conspiración en la que posiblemente alguien extranjero pone en riesgo al país y a su estabilidad. Sin embargo, en contra de lo dicho por Mario Aburto, desde el primer momento empiezan a circular rumores que atribuyen el asesinato de Colosio a una conspiración5. Carlos Salinas, José Córdoba Montoya (poderoso jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, considerado como una especie de vicepresidente de facto), los sectores conservadores del partido oficial, Manuel Camacho Solís (rival de Colosio por la candidatura del PRI), la guerrilla, son mencionados entre los responsables del magnicidio – un término que rápidamente, dada la investidura de la víctima, va a aparecer en el discurso socialmente compartido6. Salinas es el favorito de los rumores, según los cuales él, como presidente de la República, que es quien designa al candidato del PRI y que en la tradición política mexicana se convertía en su virtual sucesor, quería cambiar de candidato ante la posibilidad de que Colosio perdiera las elecciones o bien porque el candidato habría mostrado un grado de independencia tal que lo llevó a la ruptura con Salinas –esta última interpretación sólo tomará fuerza después del crimen, haciendo de Colosio un héroe trágico que murió por defender sus ideas políticas-, frustrando los planes de éste de gobernar a través de Colosio, de quien se decía que era su “hijo político”7. Esta versión del complot supone que Salinas es el “autor intelectual” del atentado y que busca colocar como candidato a alguien que le permita seguir ejerciendo el poder tras el trono: llega a hablarse 5 Cf. Guillermoprieto A. “Perdiendo el futuro”. En: Guillermoprieto A. Los años en que no fuimos felices. Crónicas de la transición mexicana. México-Barcelona, Plaza & Janés; 1999. Además Volpi J. La guerra y las palabras. Una historia intelectual de 1994. México, Ediciones Era; 2004. pp. 143, 144. 6 Por ejemplo, el periodista Jacobo Zabludovsky lo utiliza en el momento en que es oficialmente confirmada la muerte del candidato priísta, durante la transmisión en vivo que realiza la cadena Televisa. Cf. http://comunidad.fundacioncolosio.org/_Anuncio-de-la-Muerte-de-Colosio/VIDEO/183040/24409.html 7 Krauze E. Los idus de marzo. Letras Libres. Marzo 1999, año 1, No. 3. p. 10. También cf. Krauze E. La presidencia imperial. México, Fábula Tusquets; 2002. pp. 457 y 474. 5 de “Salinato”, para referirse a una reedición del “Maximato” de Calles, fundador del Partido de Estado. Incluso llega a circular un chiste al respecto: alguien le pregunta a su interlocutor quién mató a Colosio y la respuesta es que está pelón saber (como todo chiste, éste tiene su público: es necesario captar ahí la referencia a la calvicie de Salinas). Dos días después del asesinato Mario Aburto es presentado ante la prensa y los cambios en su apariencia –afeitado, con el cabello recién cortado y peinado, sin la sangre que en la antevíspera cubría su rostro como resultado de los golpes que recibe al ser detenido entre la multitud-, visibles en las imágenes que las cámaras de televisión y los medios impresos hacen circular por todo el país, dan pie a un nuevo rumor que transmite la idea inquietante de que el verdadero asesino fue suplantado por alguien, que Aburto no fue quien cometió el crimen sino alguien muy parecido a él o bien que Aburto fue asesinado y suplantado por otro sujeto semejante a él8. Esta versión llega a inquietar a la madre de Aburto, quien la comparte hasta el punto de que decide ir a visitarlo a prisión y ya en su presencia tiene que pedirle que le muestre una cicatriz en forma de cruz que tiene en la espalda, para tener la certeza de que efectivamente se trata de su hijo9. El decir popular supone que tras la conspiración que urde el magnicidio se encuentra alguien con un poder ilimitado sobre las instituciones judiciales y policíacas del país, lo que le permite efectuar la suplantación del “asesino material”. Es importante agregar que el padre y un hermano de Mario Aburto participan también de la teoría de que el asesinato de Colosio es resultado de una conspiración. El primero dice que hubo gente que obligó a su hijo a participar en el asesinato y que dos meses antes de que éste ocurriera, Mario su hijo le confió que “personas extrañas habían entrado en contacto con él”. El hermano dice que cuando presentaron a Mario ante la prensa éste “levantó las cejas”, lo que aquél interpreta como “un mensaje para nosotros. Con eso nos estaba diciendo que él era inocente”10. 8 Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 11-12 y 52. También cf. Volpi J. Op. Cit. p. 144. Además: “Rumores… rumores”. Siglo 21. 1994, marzo 30. 9 Cf. PGR. Informe… Tomo II. México, 2000. pp. 437-438. 10 Sierra J. L. “Mi hijo ni es fanático ni está loco, dice Rubén Aburto, padre del presunto asesino”. Siglo 21, 1994, marzo 29. 6 Un hecho clínico adicional, que la Procuraduría ha hecho público, pero al que no se ha prestado suficiente atención, es que tanto el abuelo como el padre de Mario Aburto cometieron asesinatos en los que sus víctimas murieron, como Colosio, de un balazo en el cráneo11. Uno de los crímenes cometidos por el padre fue en contra de uno de sus propios hermanos, pero en ningún caso hubo punición de la justicia. Encontramos aquí la transmisión generacional de una forma particular de asesinato, con el agravante de que un crimen entre hermanos queda impune. Hay otro rumor insistente que precede a la muerte de Colosio, según el cual Salinas estaría pensando en un cambio de candidato, debido a la posibilidad de que aquél perdiera las elecciones, sobre todo después del inicio del movimiento insurgente en Chiapas12. Se dice que a Colosio “lo van a desaparecer o a enfermar”, que el nuevo candidato podría ser Manuel Camacho Solís, nombrado por el presidente como Comisionado Para la Paz en Chiapas. A este último se le reconoce una mayor capacidad política y habilidad negociadora que al candidato oficial. El éxito posterior de Camacho Solís en las negociaciones de paz con la guerrilla termina por opacar la figura de Colosio y su campaña. El rumor alcanza tal nivel de difusión que Salinas tiene que desmentirlo con aquella famosa frase, dirigida a los miembros del PRI, pero que buscaba sobre todo tranquilizar a Colosio y su equipo de campaña: no se hagan bolas, el candidato es Colosio13. La designación de Colosio como candidato oficial había sido vista por algunos sectores y analistas políticos como una reelección de Salinas por interpósita persona14. Ya antes, hacia la mitad del sexenio salinista, había circulado el rumor de la reelección de Salinas. El destape de Colosio como candidato del PRI era, desde esta perspectiva, una confirmación del Maximato de Salinas, el Salinato. De cara a la historia mexicana del siglo XX, edificada en contra de la reelección, la decisión de Salinas equivalía a desatar la 11 Procuraduría General de la República. Informe del sub-procurador especial Luis Raúl González Pérez a los legisladores de la H. Cámara de Diputados y de la H. Cámara de Senadores, que integran las comisiones de seguimiento de las investigaciones del homicidio de Luis Donaldo Colosio. 18 de marzo 1999. En: http://www.pgr.gob.mx/cmsocial/bol99/mar/bsn18039.htm 12 Ramírez C. “Salinismo, ¿feudo de poder? Indicador Político”. Siglo 21, 1994, marzo 22. 13 Castañeda J. G. La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México. México, Punto de lectura; 2001. p. 597. 14 Sobre lo planteado en este párrafo cf. Krauze E. Op. Cits. y Castañeda J. G. Op. Cit. 7 violencia. Desde un principio Colosio es considerado un candidato débil, que le debe toda su carrera y su fuerza política al presidente, lo que lo convierte en un instrumento idóneo de lo que es considerado una conspiración salinista para perpetuarse en el poder. La debilidad de Colosio se ve incrementada con el estallido del movimiento guerrillero en Chiapas. La decisión del presidente de nombrar a Manuel Camacho como comisionado para negociar la paz con la guerrilla termina por debilitar aún más la campaña electoral de Colosio, que según sus propias palabras “no levanta”. Incluso Colosio mismo y sus colaboradores leen la designación de Camacho como una jugada política de Salinas para cambiar de candidato. Hay testimonios que hablan de que Colosio se encontraba confuso y deprimido después de los acontecimientos de Chiapas y del nombramiento como Comisionado de su principal rival político, hasta el punto de que en algún momento se llega a plantear la posibilidad de renunciar a la candidatura del PRI15. El rumor de un cambio de candidato es compartido por Colosio y su equipo de campaña, que igualmente interpretan ahí una conspiración de Salinas: “…los colaboradores de Luis Donaldo se plantearon con seriedad la posibilidad de que, desde la Presidencia de la República, se estuviese ejecutando un proyecto político para obligar a Colosio a renunciar, para permitir que Camacho tomara su lugar. Eso lo decían los colosistas en el autobús, en la camionetas, en los hoteles, en los restaurantes, en todas partes”16. Entre quienes rodean a Colosio se impone la convicción de que existe un vínculo entre la supuesta estrategia salinista de cambio de candidato y las nuevas circunstancias políticas definidas por la rebelión armada en Chiapas: “Con o sin fundamento, y por disparatado que pareciera, dentro del equipo de campaña se tenía la convicción de que, en el afán del presidente Salinas de dar solución al levantamiento, todo era posible, incluso la sustitución del candidato”17. El crimen efectuado por Mario Aburto es la realización en acto del rumor de un cambio de candidato del partido en el poder, en un momento político en que ese candidato ya no puede ser considerado el seguro sucesor del Presidente de la República. El joven 15 Cf. Krauze E. La presidencia imperial. Ed. Cit. p. 482. Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. p. 36. 17 Federico Berrueto, Coordinador del área de Planeación y Evaluación de la campaña de Colosio: Cf. Berrueto F. “Sombras, nada más”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo-abril 2004. p. 50. 16 8 homicida tiene su interpretación de lo que ocurre: hay una conspiración que desde el extranjero pone en riesgo al país, tiene sus dudas de que el candidato oficial pueda ganar las elecciones ante la violencia desatada por los grupos armados –en lo cual coincide con los análisis políticos de la coyuntura-, y el peligro inminente exige que él se sacrifique poniendo en riesgo su propia vida. Está al tanto del rumor que habla de un cambio de candidato, de las intenciones de asesinarlo: “…se me hizo raro de que hubiera personas ahí que actuaron demasiado raro. Por eso no descarto la posibilidad de que hubiera más personas ahí que posiblemente iban a hacer también eso (…) Yo de hecho oí comentarios de que llegaría a ocurrir algo de eso. Incluso traía yo un papel en mi chamarra con una clave, y varias cosas más, en boletines que salían en la prensa, periódicos que siempre… O sea que yo pienso que estaban involucrados. O sea que ya estaban pensando un atentado contra él, no precisamente para herirlo [como afirma Aburto que era su intención], sino para darle muerte. Estaba yo bien seguro que iba a pasar algo así. Entonces fue una de las razones porque intenté hacerlo. En ningún momento quise asesinarlo, ni nada de eso”18. También tiene su opinión sobre el hecho de que habría otro candidato mejor que Colosio: al llegar al aeropuerto de la ciudad de México, trasladado unas horas después de los sucesos que lo convierten en un personaje público, pide hablar con Manuel Camacho Solís, a quien considera mejor preparado que Colosio para ser candidato a la presidencia por el PRI19. El rumor, una modalidad en la que se concreta la voz del vulgo, vox populi, muestra tener aquí un lugar en el magnicidio ejecutado por Mario Aburto, indicando un sesgo de lectura que permite situar este pasaje al acto más allá de la disyuntiva asesino solitario-conspiración. El asesinato de Colosio revela aspectos importantes de la estructura del sistema político mexicano, un sistema en el que el presidente de la República y el partido oficial constituyen las dos piezas centrales20. En nuestro país el régimen de partido de Estado nace con un magnicidio y empieza su agonía con otro21. El PRI como partido de Estado nace – 18 Aguilar Camín H. La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. p. 201 (las cursivas son mías). También: PGR. Informe… Tomo II. p. 258. 19 Aguilar Camín. Op. Cit. p. 209. PGR. Informe… Tomo II. p. 264. 20 Cf. Cosío Villegas D. El sistema político mexicano. México, Joaquín Mortiz; 1979. 21 Sobre el magnicidio efectuado por José de León Toral Cf. Sladogna A. “Vox Populi, Vox Dei. Álvaro Obregón-José de León Toral (México, 1928)”. Epílogo a: Régis E. Los regicidas en la historia y el presente. México, Libros de artefacto; 2000, pp. 94-96. También cf. Sladogna A. “El corazón, una cuestión toral”. Artefacto, 2001, 9. 9 fundado por Plutarco Elías Calles en 1929, con el nombre de Partido Nacional Revolucionario- con el asesinato de Álvaro Obregón efectuado por José de León Toral, y queda herido de muerte con el asesinato de Luis Donaldo Colosio realizado por Mario Aburto Martínez. En las elecciones en las que competiría Colosio triunfa una vez más el PRI –lo que es interpretado por algunos analistas políticos como un voto mayoritario en contra de la violencia, un voto del miedo, y no tanto un voto a favor de la continuidad del sistema-, pero en las siguientes elecciones presidenciales pierde el poder, lo que marca el fin de más de setenta años de un régimen que el escritor Mario Vargas Llosa ha llamado “la dictadura perfecta”. No está de más agregar que este régimen ha sido calificado de “paternalista”, sobre todo a partir del gobierno de Lázaro Cárdenas. El acto que termina con la vida de Colosio trastorna las formas de transmisión del poder del régimen. El candidato oficial ya no será aquél que fue designado por el dedo todopoderoso del presidente de la República, sino que éste se verá obligado a elegir a un nuevo candidato que antes no había considerado para esa tarea y al cual, por cierto, no parecía interesarle competir en la carrera por la presidencia –nos referimos por supuesto a Ernesto Zedillo. Con esta nueva situación se desvanecen los puntos de referencia que tradicionalmente organizaban la vida política y las formas de ejercicio del poder en el país. Unas semanas antes de cumplirse el décimo aniversario del magnicidio, el 10 febrero del 2004, día en que el candidato asesinado cumpliría 54 años de edad, Luis Colosio Fernández, padre de Luis Donaldo, en la ceremonia con que dan inicio los actos de conmemoración de la muerte de su hijo, pronuncia un discurso en el que rechaza la tesis del asesino solitario, sostiene que el crimen ocurrió “en un clima de profundo deterioro” de las relaciones entre el candidato y el presidente Salinas, insiste en que en el entorno de este último se conspiraba en contra de la candidatura de Colosio y retoma la cuestión del cambio de candidato: “¿Acaso la designación de un candidato ad honorem a favor de la misma persona que había sido el principal contendiente de Donaldo por la candidatura del PRI no significó abrir de forma inédita la posibilidad de substitución del candidato?”22. Para la familia de Colosio la justicia sigue pendiente, los responsables de la conspiración 22 Garfias F. “En el entorno de Salinas se conspiró contra Colosio”. Milenio. 2004, febrero 11. Cf. también Reforma y La Jornada de la misma fecha, cuyas notas coinciden en lo esencial con lo consignado aquí. 10 que llevó a la muerte de éste todavía no han pagado por su crimen –la viuda de Colosio, Diana Laura Riojas, quien falleció unos meses después de su esposo, a causa de un cáncer que padecía desde años atrás, murió convencida de que el asesinato fue resultado de una conjura. Después de más de quince años del crimen que marcó un viraje en la historia política de México a finales del siglo XX, periodistas, analistas, políticos e intelectuales en un alud de notas periodísticas, artículos, comentarios, reportajes y libros, casi sin excepción cuestionan la versión del asesino solitario, señalan la falta de voluntad de los distintos gobiernos federales para llegar a la verdad de los hechos y denuncian de una u otra manera la existencia de una conspiración que todavía está por descubrirse. Para un sector considerable de la sociedad mexicana la pregunta ¿quién mató a Colosio? sigue todavía pendiente de respuesta, y el hecho de que haya un asesino confeso y sentenciado no cambia en nada las cosas. Los regicidas y la folie à deux Emmanuel Régis publica en 1890 un libro titulado Los regicidas en la historia y el presente23. Con agudeza clínica este trabajo muestra la relación que establecen algunos individuos que padecen de cierto tipo de locura con la estructura del poder en la sociedad en la que habitan, relación que se revela a través de un acto extremo: el asesinato de reyes u otros personajes notables ligados a la vida política o religiosa. El atentado cometido por aquellos que el autor llama los verdaderos regicidas aparece como “la consecuencia directa y forzada de un estado de ánimo particular”24, que a su vez está ligado a un fondo de ideas de carácter místico, en el sentido de que religión y política son tomadas con una pasión cuya violencia llega al fanatismo comprometido con la querella. 23 Cf. Régis E. Los regicidas en la historia y el presente. México, Libros de artefacto; 2000. Ibíd. p. 3. Régis adopta el término regicidas para nombrar a los autores de este tipo de crímenes; actualmente, a partir de la aparición de los regímenes republicanos, en castellano usamos el término magnicidas. El Diccionario de la Real Academia Española define el magnicidio como: “muerte violenta dada a persona muy principal por su cargo o poder”. Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia Española, Vigésima segunda edición; 2001. 24 11 El regicida se encuentra afectado por un delirio de contenido político o religioso, a veces acompañado de alucinaciones, que lo lleva a considerarse llamado a cumplir una misión especial en nombre de Dios o de la Patria. La misión grandiosa que tiene que llevar a cabo está coronada con el martirio, que frecuentemente puede llevar hasta el sacrificio de su propia vida. Tanto sus dichos como sus escritos, previos y posteriores al asesinato, muestran que la punición por su acto es recibida con orgullo, como la consecuencia lógica que le dará fama a él y notoriedad a su causa: “Misión que cumplir, martirio que sufrir son para ellos dos cosas inseparables, o más bien, dos etapas sucesivas de la misma empresa gloriosa”25. Al criminal no se le verá huir después de ejecutada su tarea ni tratar de negar su autoría. El acto regicida no es producto del azar o de circunstancias accidentales, se trata más bien de un acto premeditado, a veces largamente planeado en los detalles de su realización, lo que puede incluir una lucha prolongada del sujeto en contra del impulso que se apodera de él, hasta que venciendo sus últimas resistencias termina con sus dudas y entonces ejecuta de manera decidida su cometido. Por su carácter delirante queda excluida la existencia de cómplices, el regicida no obedece en su acción más que a su propia exaltación mística. Sin embargo, las ideas que constituyen su delirio no dejan de tener una relación específica con su entorno social: …se trata en ellos de ideas casi siempre lógicas y verosímiles, a menudo incluso de ideas generosas extraídas tal cual del medio ambiente y que no devienen realmente mórbidas más que por su acción dominante y sus consecuencias irresistibles.26 Tales ideas están relacionadas con rumores que circulan encontrando un amplio crédito en la sociedad. Es por este lazo concreto de lo que se dice que el acto del regicida está entramado con la cultura en la que tiene lugar. El acto aparece como solitario, pero el hecho de que no haya cómplices no implica que el asesino actúe solo, y una prueba no menor de ello es que su acto encontrará la aprobación más o menos velada de algunos sectores sociales. En esta misma perspectiva Régis encuentra también que los regicidas son más numerosos en las épocas de los grandes disturbios religiosos o políticos de los pueblos, 25 26 Ibíd. p. 49 (cursivas del original). Ibíd. p. 27. 12 momentos en los que se sienten llamados a desempeñar un papel protagónico en los acontecimientos de su entorno. Además el espíritu y las tendencias de cada época intervienen para darle su coloración particular al acto regicida y a las ideas que lo organizan. Los casos presentados en la obra que nos ocupa muestran otro rasgo clínico que es necesario tener en cuenta: en contra del reconocimiento que el regicida hace de la autoría de su acto, las instancias judiciales y la sociedad en la que se comete el crimen insisten en encontrar cómplices, sostienen la existencia de una conspiración a pesar de la acumulación de pruebas en contrario, se resisten a creer que se trate del acto de un sujeto llevado por su delirio. Tales interpretaciones comparten una consecuencia: desconocen el lugar de autor del regicida, al suponer detrás de él una conspiración. Régis indica que estas versiones del acto regicida se transmiten a la posteridad a través de las generaciones: …en todos los tiempos se ha querido ver en el regicida no un loco del grado que sea, que actúa por cuenta de su delirio, sino al instrumento de una secta o de un partido. Cada vez que se comete un crimen de este género, las investigaciones no se encaminan hacia un estudio psicológico del criminal sino hacia la búsqueda de los cómplices; y la convicción respecto a esto es tan fuerte que a pesar de las negativas más formales del acusado, sostenidas anteriormente aun en medio de las torturas horribles del interrogatorio, a pesar de la acumulación de las pruebas más decisivas, subsiste siempre cierta duda en las conciencias, duda misteriosa que la historia 27 registra, desarrolla y transmite así, en forma de error, a la posteridad. Las consecuencias que este libro de Régis puede tener para el abordaje clínico de la locura se advierten mejor si se lo sitúa en una serie: la de los trabajos que desde la segunda mitad del siglo XIX se ocupan de la folie à deux, en un debate en el que está en juego la posibilidad misma de transmisión de la locura. Los dos polos de esa discusión están representados, por un lado, por Lasègue y Falret, que plantean la comunicación de la locura, y por el otro lado Régis, que negando que tal comunicación sea posible propone la simultaneidad de la locura. 27 Ibíd. p. 68. 13 En 1877 Lasègue y Falret publican La folie à deux o locura comunicada (escrito en 1873)28, en donde sostienen que el contagio de la locura es posible bajo tres condiciones que califican de excepcionales: la primera es la existencia de un elemento activo, más inteligente, que crea el delirio y lo va imponiendo poco a poco al otro elemento, quien primero se resiste a la presión ejercida por aquél, para terminar por compartir el delirio; la segunda es que ambos individuos deben vivir por un tiempo prolongado una vida en común, compartiendo su existencia cotidiana, así como sus intereses, temores y esperanzas; y por último, para que el delirio sea comunicable se requiere que tenga un grado de verosimilitud que lo mantenga dentro de los límites de lo posible, “los delirios que bordean la verdad tienen más posibilidades de aceptación”29. Esta tercera condición, la verosimilitud de las ideas delirantes, es decisiva en su poder de convocar adhesiones y aparece ligada al papel del receptor del delirio, quien se encarga de corregirlo, rectificarlo y darle la coherencia necesaria para hacerlo aceptable a la razón. Los autores encuentran además dos rasgos clínicos importantes de la folie à deux: una vez que el delirio es común, los participantes de la folie à deux lo repiten a la primera persona que encuentran; igualmente en algunos casos observan que el delirio puede comunicarse a una tercera o incluso a más personas del entorno del delirante. Su principal indicación terapéutica consiste en la separación de los enfermos, con lo cual observan que el elemento pasivo puede curarse. Lasègue y Falret explican la irreductibilidad del delirio, su carácter refractario a la persuasión, diciendo que el alienado vive ajeno a la opinión de los demás, que no le importa lo que otros digan de sus creencias, que se basta a sí mismo como un amo de su delirio. Sin embargo hay una contradicción entre este planteamiento, que reitera la alienación del loco, 28 Cf. Lasègue Ch., Falret, J. “La folie à deux o locura comunicada”. En: Varios. La locura compartida. Folie à deux. México, Libros de artefacto-Universidad de Guadalajara; 1997. Ya antes, en 1860, Baillarger reporta los primeros casos de locura comunicada, notando que varios miembros de la misma familia afectados de monomanía presentan delirios con las mismas características, hasta el punto de que al interrogar a uno de esos enfermos se puede saber de antemano cuáles son las características del delirio del otro. Cf. Baillarger. “Algunos ejemplos de locura comunicada”. En: Varios. La locura compartida. Folie à deux. Ed. Cit. El artículo de Lasègue y Falret tiene como una de sus características, y de sus méritos, el reintroducir desde su título el término “locura” (folie á deux). Esto no es casual, sobre todo si se considera el hecho de que este término es usado por el hijo de J-P Falret, quien se esforzó por cuestionar la noción de la alienación como una enfermedad única e introdujo la noción de enfermedades mentales que se presentan bajo diferentes especies clínicas. El hecho de que el artículo de Lasègue y Falret utilice el término locura, indica el intento de situar de nuevo la cuestión de la locura en el lazo social en el que tiene lugar, operación de la que el presente trabajo saca consecuencias, cuestionando la idea del loco como alguien aislado de la relación con los otros –de ahí la posibilidad de la comunicación de la locura que esos autores ponen en el centro del debate clínico. 29 Ibid. p. 44. 14 y las conclusiones a las que arriban estos autores a través de sus observaciones clínicas, pues si el alienado requiere de otros para comunicarles algo de su locura, entonces no se basta a sí mismo –de la misma manera un amo sólo puede ejercer su dominio sobre otro. Lasègue y Falret abren una brecha cuyos efectos no han cesado de sentirse hasta nuestros días en el campo de la clínica del malestar subjetivo: si la comunicación de la locura es posible, entonces ya no se puede sostener más la autosuficiencia del alienado. Eso que Jean Allouch llama la roca de la alienación30 –la alienación definida como autosuficienciaqueda de ahí en adelante irremediablemente fracturada. En La folie à deux o locura simultánea (publicado en 1880, tres años después del trabajo que venimos de comentar y diez años antes de Los regicidas)31, Régis plantea que la verdadera folie à deux, en la que la alienación está confirmada en ambos participantes, excluye la comunicación de la locura propiamente dicha. Él encuentra un delirio idéntico o el mismo delirio que sobreviene simultáneamente en dos sujetos, en virtud de tres causas particulares que los afectan a la vez: la primera es una predisposición mórbida en la que intervienen de manera importante factores hereditarios; la segunda es la convivencia en contacto estrecho y permanente; y la tercera es la presencia de influencias ocasionales que determinan el delirio en su sincronía. Las predisposiciones patológicas de ambos se van a combinar, provocando su incremento potenciado, para terminar en una fusión completa de dos espíritus identificados entre sí, constituyendo un ser único, una sola predisposición. En tales condiciones las adversidades ordinarias de la vida se convierten en ocasiones determinantes del delirio común. El inicio simultáneo de la locura no permite encontrar al autor del delirio, no existe un elemento activo y uno pasivo, lo que al mismo tiempo descarta la cuestión de la dominación. Ninguno de los miembros de la folie à deux domina 30 Cf. Allouch J. « Tres faciunt insaniam ». En: Allouch J., Porge E., Viltard M. El doble crimen de las hermanas Papin. México, Libros de artefacto; 1995. p. 304. También cf. Allouch J. Marguerite. Lacan la llamaba Aimée. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 1995. p. 526. Estos dos textos orientan parte de la exposición que aquí se desarrolla sobre la folie à deux. A su manera Freud mantiene esa roca con su planteamiento de la imposibilidad de transferencia en las psicosis, que él llama neurosis narcisistas, basándose en una concepción del narcisismo que lo sitúa originalmente al margen de la relación con el otro. Cf. Freud S. “La trasferencia”. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu Editores; Vol. XVI, 1979. p. 406. 31 Cf. Régis E. « La folie à deux o locura simultánea ». En: Varios. La locura compartida. Folie à deux. Ed. cit. 15 al otro, no hay amo. Tampoco ocurre que uno de los dos abandone su delirio al ser separados. Jean Allouch delimita así el nudo del debate en cuestión al terminar el siglo XIX: De esta manera podemos condensar en una sola alternativa el estado de la problematización psiquiátrica de la folie à deux a finales del siglo pasado. O bien, de hecho, con Lasègue y Falret, poner en duda, aunque sólo sea un poco, la roca de la alineación y continuar pensando en la locura como dominio; o bien, junto con Régis, mantener la roca de la alineación pero renunciar a identificar locura y dominio. Se habrá comprendido que, problematizado de esta manera, el asunto de la folie à deux no cesaría de presentarse.32 Los participantes en esta querella dicen más de lo que se proponen con las nociones en las cuales pretenden encerrar a la locura, entre alienación y dominación. Este es el caso con el cuadro de los regicidas trazado por Régis, pues muestra una imagen de la locura alejada de tales nociones. El regicida no es el alienado que ha roto los lazos que lo unen a su entorno social para ser autosuficiente, no se basta a sí mismo en un aislamiento que pueda prescindir de los otros, no es tampoco el amo absoluto de su delirio, como lo muestra el hecho de que las ideas que organizan a éste deben su verosimilitud y su textura al rumor que encuentra crédito compartido en la cultura. El regicida tampoco es indiferente al reconocimiento de su acto que busca en los otros, a la gloria que su misión le traerá, a la aprobación silenciosa de su crimen que intuye en algunos. En su tesis doctoral, De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, escrita en 1932 y reeditada en 1975, Lacan va a recusar la doctrina clásica del contagio mental, que se basa en la debilidad mental supuesta en uno de los participantes de la folie à deux, quien sería inducido por el otro miembro, al que se le atribuyen mayores capacidades. Tal rechazo coincide con el rechazo de las investigaciones fundadas en teorías constitucionales –y de toda concepción de la locura como déficit-, para privilegiar los hechos clínicos: “No puede entonces dejar de impresionarnos la frecuencia de los delirios a 32 Allouch J. Marguerite. Lacan la llamaba Aimée. Ed. cit. p. 527. 16 dúo, que reúnen a madre e hija o a padre e hijo”33. Estos delirios son llamados convergentes y anotados en la cuenta de las locuras simultáneas. Unas líneas antes, al referirse Lacan al caso de Marguerite Anzieu, a quien llamó Aimée en la monografía clínica que organiza la tesis, subraya: … la frecuencia de una anomalía psíquica, similar a la del sujeto, en el progenitor del mismo sexo, que ha sido a menudo el único educador. La anomalía psíquica puede (como en el caso Aimée) no revelarse sino en época bastante tardía en el progenitor. No por ello deja de ser significativo el hecho. La frecuencia de este fenómeno nos ha llamado la atención desde hace mucho.34 Lacan identifica el delirio en la madre de Marguerite, que hace eclosión cuando esta última pone en reserva el suyo, pero eso no modifica el diagnóstico que ya ha establecido de paranoia autopunitiva, ligado a la versión manifiesta del caso que Allouch ha llamado sororal: versión que pone el acento en los avatares de la relación de Marguerite con su hermana, desconociendo el papel fundamental de la relación de la locura de aquélla con la de su madre 35 . Si bien la existencia de la folie à deux queda establecida y la monografía clínica termina con una referencia importante en este sentido, el alcance de esta cuestión no aparece en la construcción del caso. Un año después, en Motivos del crimen paranoico: el crimen de las hermanas Papin,36 la cuestión de la folie à deux se encuentra ya localizada en la estructura misma del caso. Aquí los delirios a dúo son mencionados entre las formas más antiguamente registradas de las psicosis. Lacan se inclina por la locura simultánea, lo que no le impide tomar nota de las diferencias entre las dos hermanas, Christine y Léa, en lo que respecta a su lugar en el delirio y en el pasaje al acto criminal, identificando de hecho a la primera como el elemento activo. 33 Lacan J. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. México, Siglo XXI; 1987. p. 258 (cursivas del original). 34 Ibíd. 35 Allouch indica que esta versión está anudada al lugar que en la estructura del caso tiene Lacan, lo que lleva a éste a escamotear parcialmente la cuestión de la folie á deux. Cf. Allouch J. Op. Cit. p. 531. 36 Cf. Lacan J. “Motivos del crimen paranoico: el crimen de las hermanas Papin”. En: Lacan J. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. Ed. Cit. 17 Es en el texto de Los Complejos Familiares (1938) donde vamos a encontrar los primeros indicios del lugar que para Lacan tendrá de ahí en adelante la folie à deux. Al indicar la constancia familiar de anomalías de la personalidad en el llamado nido de paranoicos, pone de relieve: …la frecuencia de la transmisión de la paranoia en línea familiar directa, a menudo con una agravación de su forma hacia la parafrenia y precisión temporal relativa e incluso absoluta de su aparición en el descendiente, por último, la electividad casi exclusivamente familiar de los casos de delirios de a dos […] En nuestra opinión, los delirios de a dos son los que mejor permiten aprehender las condiciones psicológicas que pueden desempeñar un papel determinante en la psicosis.37 La transmisión familiar de la locura a través de las generaciones se va a revelar particularmente en los delirios compartidos por una pareja psicológica, usualmente conformada por una madre y una hija, por dos hermanas (como en el caso de las hermanas Papin) o, más ocasionalmente, por una madre y un hijo, al interior de un grupo familiar descompletado, es decir, constituido solamente por la madre y los hijos, situación que da lugar a un aislamiento social que favorece ampliamente la eclosión de la psicosis y le da toda su fuerza al complejo fraterno38. La folie à deux queda aquí situada en una función ejemplar que permitiría localizar las condiciones determinantes de la psicosis. La locura de a dos ya no será una entidad clínica más, sino que se revela en la estructura de cada psicosis –lo que encontrará su escritura topológica más de cuatro decenios después, en 1975, para lo cual será necesario avanzar sobre el cifrado borromeo del ternario lacaniano, momento también en el que Lacan acepta la reedición de su tesis sobre la paranoia. El cifrado que va a proponer Lacan hacia el final de su enseñanza escribe la coincidencia de la estructura de la paranoia con la de la folie à deux, para lo cual se apoya en el anudamiento borromeo del real, el simbólico y el imaginario, más su sinthome. En la 37 Lacan J. La familia. Barcelona-Buenos Aires, Argonauta; 1978. p. 110. Complejo que Lacan sitúa en relación con el estadio del espejo. Hay un vínculo entre la ubicación que aquí adquiere la folie á deux y el estadio del espejo, que pone en juego una concepción del narcisismo distante a la de Freud. 38 18 reunión del 16 de diciembre de 1975 del seminario Le Sinthome halla su formulación concreta la posición de Lacan al respecto: En tanto que un sujeto anuda a tres el imaginario, el simbólico y el real, él no está soportado más que por su continuidad. El imaginario, el simbólico y el real son una sola y misma consistencia. Es en ello en lo que consiste la psicosis paranoica. Al entender bien lo que enuncio hoy, se podría deducir que a tres paranoicos podría ser anudado, a título de síntoma, un cuarto término que se situaría como tal, como personalidad, en tanto que ella misma, ella sería en relación con las tres personalidades precedentes, distinta y su síntoma. ¿Es decir que ella sería paranoica también? Nada lo indica en el caso, el caso que es más que probable, que es seguro, en donde es de un número indefinido de nudos de tréboles que una cadena borromea puede estar constituida.39 El cuarto término que se anuda a los tres paranoicos va a tener como función mantener unida la estructura de la paranoia en tanto compartida. Este cifrado permite entonces la ubicación de la paranoia como una modalidad de lazo social, que puede estar constituida por un número indefinido de nudos-personalidades, descartando así la existencia de una pretendida locura individual, al mismo tiempo que introduce una perturbación de las clasificaciones psicopatológicas que operan como compartimientos, al anudar en la estructura de una paranoia común a varios sujetos. Si para Lacan las psicosis conforman un campo que se especifica por ser paranoico, entonces esta escritura topológica de la paranoia común muestra que lo que se ha llamado folie à deux no constituye otra 39 Lacan J. Le Sinthome. Versión G. T. Reunión del 16 de diciembre de 1975 (Traducción mía). He aquí la versión editada por Seuil: “En tant qu’un sujet noue a trois l’imaginaire, le symbolique et le réel, il n’est supporté que de leur continuité. L’imaginaire, le symbolique et le réel sont une seule et même consistance, et c’est en cela que consiste la psychose paranoïaque. A bien entendre ce que j’énonce aujourd’hui, on pourrait en déduire qu’à trois paranoïaques pourrait être noué, au titre de symptôme, un quatrième terme qui se situerait comme personnalité, en tant qu’elle-même serait distincte au regard de trois personnalités précédentes, et leur symptôme. Est-ce à dire qu’elle serait paranoïaque, elle aussi? Rien ne l’indique dans le cas –qui est plus que probable, qui est certain- où c’est d’un nombre indéfini de noeuds à trois qu’une chaîne borroméenne peut être constituée”. Lacan J. Le séminaire. Livre XXIII. Le Sinthome. Paris, Seuil; 2005. pp. 53-54 (el título de este seminario en francés contiene una homofonía entre síntoma y santo-hombre). 19 entidad clínica más, sino que indica el carácter compartido de toda locura, que será de al menos tres sujetos (folie au moins trois) con un cuarto término que los mantiene anudados. A partir de este planteamiento, la locura y sus producciones quedan situadas como un discurso compartido, que está íntimamente trenzado con la urdimbre de discursos que circulan en una sociedad determinada. Esta caracterización se desprende al tomar nota de la esencia discursiva de lo que la tradición psiquiátrica y psicoanalítica ha designado como delirio. Para Lacan el discurso concreto es la dimensión real del lenguaje, que se distingue de la dimensión simbólica del significante y de la dimensión imaginaria del significado40, en la que se hace efectiva la dependencia del ser hablante respecto de los significantes que lo determinan. El discurso hace lazo social a través de las relaciones fundamentales que instaura, las cuales no pueden existir ni sostenerse al margen del lenguaje, pero no se reducen a las palabras pronunciadas ni a las enunciaciones producidas, de ahí que Lacan precisa que se trata de “un discurso sin palabras”. Esas relaciones más o menos estables que el discurso funda, permiten localizar lugares: el agente del discurso, el(los) otro(s) que toman parte en él y que desempeña(n) el trabajo necesario para mantener el funcionamiento de la maquinaria discursiva, las significaciones que son producidas por el discurso en cuestión, la verdad a la que ese discurso apunta y la manera en que la muestra-oculta. Así, se van a ordenar estructuras que determinan la posición del sujeto en tanto que tomado por el lenguaje, es decir, representado por un significante ante todos los otros significantes. En el lazo social organizado por el discurso está en juego el lugar que va a ocupar cada sujeto y su relación con los otros elementos de la cadena hablada: el significante que lo representa, el saber del que el discurso es portador a través de la red de significantes que lo conforman y el objeto que causa ese discurso, el real al que intenta aproximarse41. 40 Cf. Lacan J. Las Psicosis. Buenos Aires, Paidós; 1984. p. 82. Lacan delimita lo que entiende por discurso en su seminario del 10 de diciembre de 1969. Cf. Lacan J. El Reverso del Psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1992. pp. 9-25. Lyotard propone en 1979 una concepción del lazo social organizada también por el lenguaje. Para Lyotard el lazo social está hecho de actos de lenguaje que son “jugadas” que conforman juegos de lenguaje a la manera de Wittgenstein: “…la cuestión del lazo social, en tanto que cuestión, es un juego de lenguaje, el de la interrogación, que sitúa inmediatamente a aquél que la plantea, a aquél a quien se dirige, y al referente que interroga: esta cuestión ya es, pues, el lazo social” (p. 44). Un juego de lenguaje implica un conjunto de reglas que especifican las propiedades de los enunciados que pueden formar parte de él y el uso que es posible hacer de tales propiedades. Supone un contrato que puede o no ser explícito entre los participantes, lo que a su vez arrastra la consecuencia de que al cambiar las reglas cambia la naturaleza del juego, cuyas jugadas son los 41 20 La conspiración y el delirio Considerar esta estructura compartida de la locura hace posible introducir algunos interrogantes sobre la dimensión subjetiva de ciertos hechos de orden social y político, interrogantes que apuntan a localizar el lugar de la locura ahí donde generalmente es objeto de un desconocimiento sistemático -que no es sino una de las formas de exclusión que la afectan. Tal es el caso del acto magnicida de Mario Aburto y de las observaciones clínicas relatadas por Régis, que comparten varios elementos punto por punto: el asesinato de un personaje importante de la vida pública; la presencia en el asesino de un delirio con temas religiosos o políticos, que lo lleva a sentirse llamado a ejecutar una misión especial en nombre de dios, de la patria o de algún otro ideal político o religioso; la ausencia de pruebas que demuestren la existencia de cómplices o de una conspiración para cometer el crimen, además de la declaración reiterada del asesino en el sentido de que él actuó por su cuenta; en sentido contrario, la existencia de una convicción social de que tal conspiración tuvo lugar y que el asesino no actuó solo, a pesar de lo que éste diga, o que incluso como parte de tal conspiración el verdadero asesino en algún momento fue suplantado por otro sujeto que se le parece. Es interesante anotar que tales teorías de la conspiración comparten rasgos importantes con el delirio, como la resistencia a la persuasión, la interpretación sistemática de cualquier indicio como comprobación de las premisas de partida, la exclusión por lo tanto del azar, puesto que todo acontecimiento es el resultado calculado por Otro (los conspiradores) a cuya voluntad se le atribuye ser la causa de todo lo que ocurre42. Estas coincidencias entre delirio y teoría de la conspiración permiten plantear una comunidad de forma entre ambos y por lo tanto preguntarse por sus relaciones estructurales. Ciertos magnicidios aparecen como un acto loco en el que su autor busca transmitir algo a la sociedad a la que pertenece. El magnicidio se presenta así como un acto que se presta para ser leído, que está dirigido a otros y que se propone hacerles saber algo que concierne directamente a quien lo llevó a cabo y a esa sociedad en la que habita. Este enunciados que se producen en su interior. Cf. Lyotard J. F. La condición posmoderna. Barcelona/México/Buenos Aires, Planeta-Agostini; 1993. Sería cuestión de otro trabajo localizar en detalle los puntos de contacto y las diferencias irreductibles entre esta concepción del lazo social y la que plantea Lacan. 42 Cf. Pereda C. Teorías de la conspiración. Artefacto, 2001, 8. 21 tipo de crimen marca un viraje en la vida de este grupo social, alterando los puntos de referencia de su sistema político. Dadas las características de la víctima adquiere necesariamente un carácter público masivo –más aun en nuestra sociedad globalizada por la tecnología y sus medios de comunicación-, por lo que se convierte en un acontecimiento que revela de manera privilegiada la relación del loco con la estructura del poder en esa sociedad y lo que ese poder comparte con la locura en sus formas de operación. Existe una estrecha relación de la política y la paranoia con el poder. Para ambas está en el centro de sus preocupaciones. De la primera se puede decir que es la práctica que busca ganar y conservar el poder a toda costa, como lo enseña Maquiavelo en El Príncipe43; de la segunda se puede decir con Canetti: “La paranoia es, en el sentido literal de la palabra, una enfermedad del poder”44. El paranoico es alguien que vive bajo el poder de otro que tiene la iniciativa. El juego del poder en la política comparte con la paranoia la presencia sistemática de una actividad interpretadora que no deja lugar para los hechos azarosos, cualquier acontecimiento tiene que ser descifrado en la lógica de la lucha por el poder, todo se convierte en un indicio que tiene que ser interpretado en ese sentido que llega a ser exclusivo, el adversario es un enemigo del que hay que protegerse pues sus acciones son siempre una amenaza potencial que impide conservar o alcanzar el poder. Tanto la paranoia como la política están ligadas a la conspiración: Las conspiraciones o conjuraciones están para él [el paranoico] a la orden del día, es casi imposible no toparse en él con algo que no se le parezca, aunque sea remotamente. El paranoico se siente cercado. Su enemigo principal nunca se conformará con atacarlo solo. Siempre procurará azuzar contra él una muta odiosa y echársela encima en el momento preciso. Los miembros de la muta permanecen al comienzo ocultos, pueden estar en cualquier parte. Fingen ser inofensivos e inocentes, como si no supieran qué acechan. Pero la penetrante fuerza mental del paranoico logra desenmascararlos. Dondequiera que mete la mano extrae un conjurado.45 43 Un clásico que conserva toda su actualidad respecto a la política y en el que el asesinato de quienes son considerados enemigos es una práctica ampliamente recomendada para asegurar el ejercicio del poder. Cf. Maquiavelo N. El príncipe. Madrid, Tecnos; 1993. 44 Canetti E. Masa y poder. Madrid, Alianza Editorial; 2000. p. 529. 45 Ibíd. p. 517. 22 La misma función cumple la conspiración en el campo de la política, hasta el punto de que el autor recién citado toma como equivalentes al poderoso y al paranoico. La conspiración es el combustible que hace andar a la maquinaria interpretativa del poder. Como ya se ha mencionado las teorías de la conspiración comparten una serie de rasgos con el delirio: se basan en la interpretación sistemática de cualquier indicio como comprobación de las premisas de partida; tales indicios son datos y señales encubiertos, que pretenden explicar los acontecimientos sucedidos de manera más rigurosa que las versiones admitidas que circulan abiertamente; dado este carácter encubierto de los indicios en que se basan, las teorías de la conspiración no pueden ser objeto de discusión y son particularmente alérgicas a argumentos que las pongan en cuestión; por lo mismo, están sostenidas por un grado de convicción tal que las hace resistir a los intentos de persuasión; atribuyen al grupo de conspiradores planes de gran alcance, que llegan a ser fantásticos o incluso mitológicos, y que se convierten en la causa de todo cuanto ocurre, lo que elimina el papel del azar y la casualidad46. A partir de estos elementos se puede sostener que una teoría de la conspiración es una especie de teoría delirante que es compartida por una gran cantidad de individuos. Esta suerte de delirio puede circular en una sociedad, por ejemplo, bajo la forma del rumor, de un se dice del cual no es posible identificar al autor o autores, pues se trata de un decir popular que cualquiera puede transmitir47. El asesinato efectuado por Mario Aburto va precedido por el rumor de un cambio de candidato del partido todavía en el poder, especie que adquiere credibilidad no sólo en la sociedad mexicana sino que es compartida por el candidato mismo, su esposa y su equipo de campaña –forma parte de este entramado el acto de un presidente que rompe las reglas de sucesión de un sistema político en crisis profunda y que va a encontrar respuesta en un candidato que habla con los suyos de renunciar como salida a la conjura en su contra. A ese rumor también responde Aburto al tomar a su cargo realizar con su acto el cambio de Colosio como candidato. Una vez cometido el crimen circula otro rumor, esta vez el de una conspiración poderosa que ejecuta el asesinato de Colosio como parte de un plan de largo 46 Sobre este punto Cf. Pereda C. Op. cit. También cf. Patán J. Conspiraciones. Breve historia de la conquista del mundo por los extraterrestres, los masones, la ONU, las élites financieras, el establishment, etc. México, Paidós; 2005. Sobre la presencia de las teorías conspirativas en el asesinato de Colosio cf. Volpi J. Op. Cit. 47 Sobre la función del rumor en el asesinato de Álvaro Obregón Cf. Sladogna A. “Vox Populi, Vox Dei. Álvaro Obregón-José de León Toral (México, 1928)”. Ed. Cit. 23 alcance de un personaje o grupo político –interpretación que comparten el padre y un hermano de Aburto. Adicionalmente se le atribuye a esta conspiración el haber suplantado al verdadero asesino y sustituirlo por alguien muy semejante -curiosa versión colectiva que se acerca a la ilusión de los sosías48, de la que llega a participar la madre del magnicida. De tal suerte que una consecuencia de esta conspiración es arrebatarle a Aburto la autoría de su acto, a pesar de que él la reivindique49. Este decir popular, conformado por los rasgos interpretativos que constituyen a las teorías de la conspiración, tiene como efecto desconocer la existencia de un asesino confeso, que acepta haber hecho los disparos contra Colosio actuando por su cuenta y, lo que es más importante, desconoce lo que el acto de Mario Aburto tiene de loco, con lo cual cierra toda posibilidad de leer en él lo que se propone hacer saber y que concierne a las circunstancias políticas de ese momento. La explicación conspirativa no permite darle un lugar a la locura como un lazo que organiza algunas relaciones en la sociedad y advertir su presencia en los trazos del acto magnicida. Tal forma de explicación tampoco puede ver lo que comparte con esa locura, su participación en ella. Encontramos en este caso concreto un hecho clínico que merece ser tomado en cuenta: al acto loco del magnicidio –que es la realización del rumor que anticipa un cambio de candidato atribuido a una conjura- le responde de manera especular una teoría loca de la conspiración, que hace circular el rumor de la suplantación del asesino. Para el psicoanálisis no es necesario quedar atrapado en la oposición asesino solitario versus conspiración –cuestión que constituye en el caso de un magnicidio la materia de la acción judicial-, pues en este caso el magnicida no actúa solo ni al margen de la cultura en la que habita. El momento histórico y político en que ocurre el acto, así como 48 Cf. Capgras J. y Reboul-Lachaux J. “La ilusión de los sosías en un delirio sistematizado crónico”. Littoral, 1989, 7/8. 49 Trazos similares aparecen en el caso de José de León Toral, asesino de Álvaro Obregón, quien declara: “Yo obré solo para que reine Cristo en México de una manera absoluta, no a medias” (Cf. Sladogna A. “El corazón, una cuestión Toral”. Ed. Cit. pp. 275-276). A pesar de lo cual la voz popular sostiene que el asesinato de Obregón es producto de una conspiración fraguada desde la cúpula del poder estatal, señalando a Plutarco Elías Calles como su autor. Además, a propósito del fusilamiento de Toral circulaba el rumor de que seguía vivo y había sido suplantado por otro que fue fusilado en su lugar; versión que también llegó a provocar dudas en la madre del magnicida. Fue necesario que el padre y un primo de éste reconocieran y certificaran que el cuerpo entregado después del fusilamiento correspondía a José de León Toral. Ibíd. 24 sus características, muestran la relación del magnicidio con una interpretación conspirativa que circula en la sociedad y que adquiere crédito bajo la especie del rumor, lo que entonces permite plantear la pregunta sobre la estructura de ese entramado de lazos sociales. 25 III. ACERCA DEL MÉTODO El psicoanálisis procede caso por caso. La indicación de Freud de que hay que tomar cada caso como si fuera el primero parte del reconocimiento de que un análisis sólo es tal si deja de lado el saber adquirido en los casos precedentes, para dar lugar a la producción de un saber inédito1. La clínica analítica es la clínica de lo irrepetible, está organizada en su movimiento por la extrema singularidad de cada caso. En el momento en que surge el psicoanálisis, tanto para Breuer como para Freud la construcción misma del método está orientada por el caso: es Bertha Pappenheim, la Ana O. de Breuer, quien le dice a éste cómo tiene que tratar su padecimiento; Freud se deja llevar por Emmy von N. para inventar lo que después llamará asociación libre.2 Para Freud el caso es entonces el lugar de invención de un método, pero es también donde el saber doctrinario es cada vez puesto a prueba, problematizado en su alcance. Por lo tanto, la exposición y la discusión detallada del caso conforman la vía regia para el debate clínico y doctrinario que permite avanzar en la construcción del psicoanálisis. Esta ruta conduce también a la transmisión que hace posible una escuela y al pasaje al público de los hallazgos de la práctica psicoanalítica. De este modo el caso se convierte en la principal fuente de enseñanzas, a condición de poner en reserva el saber establecido, pues sólo así se puede abrir la puerta a lo que aquél tiene para enseñar. Dejar de lado el saber establecido es lo único que permite extraer una enseñanza de cada caso, dando paso al saber del que el caso es portador. De aquí se desprende que tomar el caso en su singularidad es recibirlo en la literalidad del relato o relatos que lo constituyen. Tal privilegio concedido al caso singular es solidario de una elección metodológica: la de la monografía clínica, en la cual se concretan las funciones que se le 1 Sobre la cuestión del método en psicoanálisis cf. Allouch J. Freud, y después Lacan. Buenos Aires, Edelp; 1994. Particularmente el capítulo uno: “Del método freudiano ante toda cosa freudiana” (pp. 37-69), que orienta nuestra exposición en este punto. Evitamos aquí la calificación de “freudiano” para este método, tal como la propone Allouch (p. 38), precisamente porque un resultado de su texto es inscribir la función secretario en aquél; de esa función se ocupó Lacan, no Freud. 2 Cf. Breuer J., Freud S. Estudios sobre la histeria. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu; Vol. II, 1979. 26 han atribuido al caso3. La investigación monográfica de un caso permite su estudio en detalle, para tomar en cuenta el mayor número posible de elementos en su construcción. En la medida en que para Freud el caso tiene un valor paradigmático, la monografía clínica adquiere un lugar central como realización del método en psicoanálisis, que se especifica entonces como un método inductivo. Tal opción metodológica coloca al psicoanálisis como parte de una tradición clínica –de la que también forma parte la psiquiatría de inspiración fenomenológica4-, en la que se privilegia el estudio de un caso por sobre el de grandes poblaciones de “pacientes”. Esta última forma de investigación busca en la población que estudia los signos que le permitan corroborar la regularidad de un cuadro clínico, generalmente ya establecido, con fines estadísticos y epidemiológicos; mientras que el abordaje monográfico de un caso extrae de su estructura singular los elementos que le otorgan una función ejemplar para la construcción doctrinaria y que permiten poner ésta a prueba, precisar sus alcances y eventualmente replantearla en tanto conjunto articulado de tesis destinadas a la transmisión. Las enseñanzas del caso dependen de sus detalles concretos, de la experiencia subjetiva que transmite al analizar con detenimiento sus pliegues, y no de la abstracción teórica ni de la aplicación de los enunciados de ésta. En este marco es que el presente trabajo se plantea como una monografía clínica del magnicidio de Luis Donaldo Colosio. Este acontecimiento tiene un carácter público que no es un agregado ex post facto sino que forma parte de su estructura: por la investidura del personaje asesinado –de ahí que para referirse a lo sucedido aparece el término magnicidio en el discurso socialmente compartido-, por las circunstancias en las que ocurre y que al mismo tiempo son las que lo hacen posible, por la alteración que conlleva en los puntos de referencia que organizan la cosa pública, por sus consecuencias en el destino régimen político al que Colosio representaba como candidato presidencial del partido de Estado y porque quien lo ejecuta se propone, contando con todo lo anterior, hacer saber algo que le concierne a él y a la sociedad en la que habita. De tal manera que este magnicidio se presenta como un acto que se presta para ser leído, para hacer caso de él, a partir de lo que 3 Sobre la importancia de la monografía clínica Cf. Allouch. Marguerite. Lacan la llamaba Aimée. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 1995. Especialmente el capítulo uno: “Sobre la escritura del ‘caso Aimée’”. pp. 19-50. 4 Los trabajos de Karl Jaspers constituyen la base de esta orientación en psiquiatría, señaladamente su gran libro publicado en 1913. Cf. Jaspers K. Psicopatología General. México, Fondo de Cultura Económica; 1999. 27 su propio movimiento ha hecho público. Un acto está en la lectura a la que se ofrece con posterioridad a su efectuación5. Esta lectura se lleva a cabo a través de una revisión minuciosa de lo que ha sido publicado sobre el asesinato de Colosio: en la prensa de circulación nacional6, desde el inicio de la campaña electoral hasta la fecha en que este trabajo es escrito, rastreando lo que ha sido impreso antes y después del magnicidio; en el Informe de la Investigación del Homicidio del Licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta, publicado en cuatro tomos en septiembre del año 2000 por la Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio, dependiente de la Procuraduría General de la República (2037 páginas en las que se incluyen declaraciones de todos los implicados directa e indirectamente, peritajes, acciones ministeriales, correspondencia y escritos de Aburto, entre otros elementos); en la gran cantidad de libros y artículos que se han publicado sobre este crimen y las condiciones políticas imperantes en el país alrededor de su acaecimiento; en un video difundido por la televisión y que muestra el momento en que, en el mitin de Lomas Taurinas en Tijuana, una mano entre la multitud acerca una pistola a la cabeza del candidato priísta y dispara sobre él7. En todo este material es necesario seguir los pequeños indicios que pasan inadvertidos para una mirada de conjunto, pues un estudio en detalle es un estudio de los detalles, poniendo especial atención en aquellos que pueden parecer insignificantes y que para el psicoanálisis suelen constituir los significantes que organizan un caso. En esta labor el presente trabajo procede a la manera del paradigma indicial que describe Carlo Ginzburg8. Se trata de establecer los trazos literales de este acto magnicida, los cuales son indisociables de su presencia pública: la forma como ocurrieron los hechos, el entorno 5 “… si el acto está en la lectura del acto, ¿es esto decir que el que esta lectura sea simplemente sobreañadida, que sea nachträglich es lo que le da su valor?” Lacan J. L’acte psychanalytique. Version critique. Sesión del 22 de noviembre de 1967 (la traducción es mía). 6 El Financiero, El Universal, La Jornada, Milenio, Proceso, Reforma (Milenio y Reforma no existían cuando Colosio es asesinado, sin embargo han publicado posteriormente notas periodísticas y artículos de opinión al respecto). En algunos casos se revisa la prensa local (Siglo 21, que publica las notas del semanario Zeta de Tijuana) y las ediciones locales de Milenio y Reforma (Público y Mural, respectivamente) en la ciudad de Guadalajara, en la que se realiza este trabajo. 7 Este video, junto con otros filmados en el momento del crimen, se encuentra disponible en Internet. Cf. http://video.google.com/videoplay?docid=-4353626826689443961# 8 Cf. Ginzburg C. “Indicios. Raíces de un paradigma de inferencias indiciales”. En: Mitos, emblemas e indicios. Morfología e historia. Barcelona, Gedisa; 1999. pp. 138-175. 28 socio-político en el que tienen lugar, las declaraciones de los implicados –presuntos culpables o no-, sus interpretaciones de lo ocurrido, las versiones circulantes en la voz popular en forma de rumor. Como parte de esta tarea es importante localizar los decires textuales que urden la trama del magnicidio: lo dicho por Mario Aburto, su familia y sus conocidos; lo dicho por Luis Donaldo Colosio, sus familiares y colaboradores cercanos; lo dicho por los personajes de la política que tuvieron un papel determinante en la coyuntura: Carlos Salinas de Gortari (en ese momento presidente de México, quien designó a Colosio como candidato y a Camacho como comisionado para negociar la paz), Ernesto Zedillo (coordinador de la campaña de Colosio, sucesor de éste como candidato del PRI y posteriormente presidente de México), Manuel Camacho Solís (principal rival de Colosio en la candidatura priísta por la presidencia) y otros protagonistas de la vida pública del país; los rumores recogidos en su momento por la prensa, desde meses antes de la muerte del candidato y posteriormente. Este entramado permite construir el tejido literal del caso a partir de lo que ha adquirido un estatuto público, tomando nota de lo que los protagonistas dijeron y evitando hacer atribuciones sobre “lo que quisieron decir”. Por lo mismo, se recibe el testimonio de quienes están implicados en el magnicidio -sea que se trate de deposiciones ante las autoridades judiciales, de escritos ligados a su participación en los hechos previos y posteriores al crimen, de declaraciones hechas para la prensa o los medios electrónicos-, tomándolo desde el lugar que las circunstancias y el movimiento público del caso les asignaron a los involucrados, prescindiendo de la entrevista directa que, dadas las condiciones en que esta investigación se lleva a cabo y el tiempo transcurrido desde el asesinato de Colosio, esos protagonistas no solicitaron y que entonces no podía más que ser una entrevista dirigida por los intereses del entrevistador, por lo tanto ajena al método en psicoanálisis. En lugar de ello, hemos optado aquí por tomar el testimonio tal como se produjo en su momento y en sus circunstancias, adoptando la posición del incauto ante un relato del que se fía9: 9 Una actitud ciertamente inaudita en nuestro país, en el que la norma es la desconfianza hacia las versiones provenientes del gobierno o de instancias públicas. 29 “…lo esencial del método freudiano para abordar las formaciones del inconsciente es fiarse del relato. Se subraya así este hecho de lenguaje del que todo, a decir verdad, hubiera podido partir”10. En lo que respecta a los rumores que rodearon a la muerte violenta de Colosio, se parte de la huella escrita que dejaron en la prensa a través de declaraciones, artículos de opinión, notas, aclaraciones y refutaciones. Por otra parte, es necesario tener en cuenta que un rumor es siempre interesado, pues está ligado a los intereses de quienes participan de alguna manera en su transmisión. Por esta razón, no sólo es superfluo sino inconveniente realizar una clasificación de los reporteros, articulistas o columnistas citados a propósito de la circulación del rumor –en lo que se refiere a los políticos profesionales se supone que es explícito el lugar del espectro político e ideológico desde el que hacen sus declaraciones públicas-, pues además de parcial, una categorización así llevaría inevitablemente a una investigación de corte policíaco: ¿con qué personaje político simpatiza el susodicho periodista?, ¿cuáles son sus nexos abiertos o encubiertos con el poder?, ¿recibe beneficio económico o político de alguna de las partes a las que hace mención el rumor? Es posible sospechar, sobre todo cuando están en juego cuestiones de orden político, que quienes desde la prensa participan en la difusión de un rumor lo hacen en respuesta a intereses específicos; sin embargo, parece también conveniente aproximarse a estos textos publicados en los diarios con la actitud de un lector incauto, que constata la propagación social del rumor, sin estar necesariamente advertido de las lealtades políticas de aquellos a quienes lee; en todo caso no más advertido de lo que le permiten los enunciados que está leyendo. De un rumor se puede decir que sólo se mantiene como tal a condición de que excluya de su enunciado las huellas de su enunciación11, de lo contario de convierte en la opinión de alguien que aparece como su autor. En otras palabras, la posición enunciativa de quien lo transmite debe quedar eclipsada en favor de lo que transmite. 10 Lacan J. El Reverso del Psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1992 p. 67. “…una bemba tiene mayores posibilidades de éxito cuanto menos visibles estén, en su enunciado, las huellas de su enunciación”. De Ípola E. La bemba: acerca del rumor carcelario y otros ensayos. Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina; 2005. p. 36. El término bemba proviene de Cuba: “Designa popularmente los labios gruesos y prominentes. Por extensión, significa ‘rumor’, ‘versión’. Antes del triunfo de la revolución cubana se denominaba ‘radio-bembas’ a las informaciones que circulaban de boca en boca entre la población, informaciones provenientes de la radio clandestina del Movimiento 26 de Julio, cuyas emisiones eran captadas por un número limitado de personas”. Ibíd. p. 16 n. 2. 11 30 Entre los principios de método que organizan el abordaje de este caso se encuentra la función secretario, puesta de relieve por Lacan, cuya pertinencia se revela particularmente fecunda cuando se trata de la recepción del testimonio que proviene de la experiencia y el lazo social de la locura: … al parecer nos vamos a contentar no solamente con hacer de secretarios del alienado, como se dice, para hacer un reproche a la impotencia de los alienistas; eso era a lo que se limitaba durante mucho tiempo la investigación de la psiquiatría clásica; pero yo diría que por otra parte hacerlo hasta el punto en que nos encontraríamos casi cayendo bajo otros reproches que serían más graves, no solamente por ser ahí los secretarios, sino por tomar lo que él nos relata al pie de la letra –lo que, a decir verdad, es justamente lo que hasta aquí ha sido considerado como la cosa a evitar. 12 Si parte de la función del secretario está regida por el secreto, ahí donde la disimulación honesta impone la obligación de callar13 –cuestión que se muestra indispensable cuando se tienen en cuenta los efectos desastrosos de hacer público lo que ocurre u ocurrió en una cura analítica14-, también está en ella la posibilidad de extraer las consecuencias que se desprenden de tomar al pie de la letra aquello que ha pasado al dominio público. Tal es la aspiración de este trabajo. 12 Lacan J. Les structures freudiennes des psychoses. Version AFI. Sesión del 25 de abril de 1956 (la traducción es mía). 13 Torquato Acceto, quien ejerció de secretario en la Italia Barroca, resume así esta cuestión de la disimulación honesta, que regula la postura del secretario respecto al silencio y el secreto: “La disimulación es una actitud de no hacer ver las cosas como son. Se simula lo que no es, se disimula lo que es”. Accetto T. De la disimulación honesta. México, Libros de artefacto; 2001. p. 89. Este libro fue editado originalmente en 1641, casi un siglo después de El Príncipe, de Maquiavelo (1532). 14 El ejemplo más celebre de esto es lo que le ocurrió a Segeï Petrov, llamado por Freud “el hombre de los lobos”, quien hasta sus últimos días se ganaba la vida pintando cuadros de la famosa escena de su sueño en que aparecían unos lobos trepados en un árbol. Freud dio por terminado el análisis con él, después de lo cual publicó su caso, a pesar de que años después Petrov insistía en continuar su análisis con Freud, quien lo “canalizó” con Ruth Mack Brunswick. Cf. Freud S. De la historia de una neurosis infantil. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu Editores; Vol. XVII, 1979. 31 IV. FIN A LO QUE NO FUNCIONÓ Un Candidato-Comisionado El primero de enero de 1994, día de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fecha que según el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari marcaría la entrada de México en la modernidad globalizada, estalla en el estado de Chiapas la rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Un movimiento guerrillero de indígenas, un sector de población que vive en la miseria económica en uno de los estados más pobres del país, que tiene entre sus demandas básicas trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz, que declara la guerra al ejército federal mexicano, califica de ilegítimo al gobierno de Salinas, exigiendo la destitución del dictador a los otros poderes de la unión, contradice radicalmente la imagen de prosperidad económica y apertura democrática del país promovida por el discurso oficial del salinismo, justo en el momento de arranque de lo que éste presenta como el gran logro de su administración. También la imagen de gran reformador que el presidente había construido a lo largo de su mandato, tanto entre algunos sectores de la sociedad mexicana como a nivel internacional, queda severamente cuestionada cuando faltan sólo unos meses para la sucesión presidencial. Después de varios días de una estrategia que se propone aplastar militarmente a los insurgentes, el gobierno de Salinas da un giro hacia la negociación política. La recomposición de una parte del gabinete presidencial indica el triunfo de la fracción negociadora del gobierno y el desplazamiento de los “duros”: el 10 de enero renuncia Patrocinio González Garrido, Secretario de Gobernación, quien ocupaba este cargo al haber solicitado licencia el año anterior como gobernador justamente del estado de Chiapas, del que se supone debería contar con información de inteligencia para anticipar el inicio de un movimiento armado; en su lugar es designado como nuevo titular de Gobernación Jorge Carpizo Mac Gregor, quien se desempeñaba hasta ese momento como Procurador General de la República, un funcionario que no era miembro del PRI y había sido presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; el nuevo procurador designado es Diego Valadés Ríos, un abogado de 32 reconocido prestigio que hasta ese momento fungía como procurador del Distrito Federal; por último, como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores es nombrado un diplomático de carrera cuyo padre había desempeñado ese mismo puesto, Manuel Tello Macías, en sustitución de Manuel Camacho Solís, encargado ahora de negociar la paz con los rebeldes y nombrado para tal efecto Comisionado para la Paz y la Reconciliación. De todos los nombramientos, el de mayores consecuencias políticas será el de Camacho y no sólo por la gravedad de la coyuntura en Chiapas o la urgencia de encontrar una salida al conflicto armado. Camacho es designado en su misión pacificadora el mismo día que Luis Donaldo Colosio, candidato del partido en el poder, da inicio formal a su campaña electoral rumbo a las elecciones presidenciales de ese año. El nombramiento del Comisionado para la Paz y la Reconciliación ocupa las primeras planas de los diarios del país y los espacios más importantes de los noticieros en los medios electrónicos, relegando a las páginas interiores y a los espacios secundarios el arranque de la campaña del candidato del PRI. Ese nombramiento ponía en el primer plano del escenario político nacional a quien había sido el principal rival de Colosio por la candidatura presidencial del partido oficial y opaca desde su inicio la campaña electoral y la presencia pública de quien hasta ese momento era considerado el delfín del presidente: Nunca un comienzo de campaña presidencial priísta fue tan deslucido –al menos en sus repercusiones informativas- como el del ex secretario de Desarrollo Social, a pesar de haber escogido para hacerlo una importante población hidalguense, Huejutla de Reyes. El interés provocado por la estremecedora mudanza del parecer presidencial sobre Chiapas, y la resurrección política de Manuel Camacho nublaron con razón el comienzo de la gira colosista en la Huasteca.1 Salinas presenta los cambios en su gabinete y los nuevos nombramientos indicando que se trata de “decisiones políticas que son reconocimiento de lo que no funcionó”2. Al referirse al nuevo Comisionado dice: “el licenciado Manuel Camacho me pidió desempeñar la función sin sueldo y sin crear ninguna estructura gubernamental 1 Granados Chapa M. “Plaza Pública”. Siglo 21. 1994, enero 13 (Las negritas son mías: F. M.). Agencias. “Carpizo a Gobernación y Camacho a la Comisión por la Paz en Chiapas”. Siglo 21, 1994, enero 11. 2 33 nueva”3. El anuncio presidencial revela en su enunciación un acto que unas horas más tarde buscará ser “rectificado” -si es que tal cosa fuera posible: “El primer mandatario expresó que todas esas decisiones las tomaba con fundamento en lo que dispone el artículo 82 constitucional, por la noche la Presidencia rectificaría. En un comunicado, la Dirección General de Comunicación Social señaló que se trataba del artículo 89 constitucional”4. La nota periodística que citamos precisa a continuación: “Cabe señalar que el artículo 82 se refiere sólo a los requisitos para ser presidente. Es el artículo 89 de la Carta Magna el que contempla las facultades y obligaciones del ejecutivo”. En efecto, mientras que este último artículo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos estipula las facultades y obligaciones del presidente de la república como titular del ejecutivo federal, entre ellas la facultad de nombrar a funcionarios de distintos niveles implicados en la administración federal, el artículo 82 establece los requisitos para ser presidente, entre los cuales tienen particular interés, en el contexto del nombramiento de Camacho, los requisitos planteados por la fracción sexta de este artículo: “No ser secretario o subsecretario de Estado, jefe o secretario general de Departamento Administrativo, Procurador General de la República, ni Gobernador de algún Estado, a menos de que se separe de su puesto seis meses antes del día de la elección”. El lapsus de Salinas fundamenta la designación de Manuel Camacho como Comisionado para la Paz… ¡en los requisitos que debe cubrir un aspirante a la presidencia de la república! Ese nombramiento queda inevitablemente anudado al juego político de la sucesión presidencial. El rival de Colosio, “resucitado” políticamente por el presidente, queda situado en una posición privilegiada, encargado de dar solución al conflicto político más importante en la historia reciente del país y además sin impedimento legal alguno para aspirar a la presidencia de la república: al no recibir salario ni tener a su cargo ninguna estructura gubernamental, faltando más de seis meses para las elecciones, cumple todos los requisitos marcados por el artículo 82. 3 4 Ibíd. Ibíd. 34 A ese lapsus de Salinas se suma a otro cometido tiempo después del asesinato de Colosio, cuando el ya para entonces ex presidente responde a un interrogatorio del fiscal especial que investiga el magnicidio: .l Fiscal: ¿Analizó que al nombrar al licenciado Manuel Camacho como comisionado sin un cargo público, esto podría afectar la campaña del licenciado Luis Donaldo Colosio? Carlos Salinas: Todas las campañas habían sido afectadas por el levantamiento de Chiapas. Todas habían perdido resonancia por el levantamiento armado. Sin un encauzamiento adecuado de ese conflicto, era prácticamente imposible que ninguna campaña pudiera hacerse eco o ser escuchada entre la población para presentar sus opciones. Por la dimensión del problema es que se recurrió a las modalidades de designación del candidato [sic, por comisionado].5 En esta ocasión el lapsus de Salinas presenta la designación del candidatocomisionado como respuesta a la dimensión del conflicto armado en Chiapas. El reconocimiento de que la importancia de este problema opacaba las campañas, y por lo tanto afectaba las elecciones y la sucesión presidencial de 1994, va seguido de un acto de enunciación que hace del comisionado un candidato. Por más que Salinas insista a lo largo del tiempo en que las modalidades del nombramiento fueron planteadas por Camacho para construir una relación de confianza con los insurgentes –presentarse a negociar ante la guerrilla como enviado del presidente y no como empleado de gobierno-, el hecho es que su “decisión política” anunciada el 10 de enero de 1994, redoblada por el equívoco del acto de enunciación, abría la puerta a la candidatura presidencial de Camacho y a toda clase de especulaciones al respecto. En una crisis de esa magnitud un Comisionado para la paz que logre cumplir su tarea será visto inevitablemente como un candidato a gobernar el país –en este sentido el lapsus de Salinas es un acto logrado6, al revelar lo que ese nombramiento pone en juego más allá de los desmentidos que el presidente va a reiterar. El fantasma de un candidato alterno 5 Aguilar Camín H. La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. p. 37 (Cursivas, negritas y corchetes corresponden al original). 6 “Nuestros actos fallidos son actos que triunfan, nuestras palabras que tropiezan son palabras que confiesan”. Lacan J. Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires, Paidós; 1996. p. 386. 35 Los efectos en Colosio y su equipo de campaña son inmediatos. Federico Arreola, amigo cercano del político asesinado, a quien acompañó a lo largo de la campaña, relata su testimonio al respecto: Desde la primera noche del primer día de la campaña, aquel atroz 10 de enero de 1994, pregunté a Donaldo acerca de lo que en esa misma jornada había hecho el presidente Carlos Salinas de Gortari: nombrar a Manuel Camacho negociador en Chiapas, lo que fue una acción eminentemente política que buscaba como objetivo secundario la paz en las montañas de esa entidad y, como objetivo principal, amenazar a Colosio con el fantasma de un candidato alterno.7 El día de inicio de la campaña queda marcado por ese atroz, que se desprende de la interpretación del acto de Salinas: la amenaza con el fantasma de un candidato alterno. La resurrección política del más importante rival de Colosio le va a dar existencia a un fantasma que lo seguirá hasta su muerte. A continuación, Arreola se refiere a una larga conversación que ese mismo día había mantenido durante una caminata con Liébano Sáenz, quien era responsable de comunicación social de la campaña colosista, conversación que unas horas más tarde comentaría con el candidato priísta: En la caminata de más de media hora (espero que Liébano lo recuerde tan bien como yo), este político dotado para el análisis me dijo, desde luego porque yo le pregunté, que era sencillamente terrible lo que Salinas había hecho y sugirió, con la enorme prudencia que le caracteriza, que la candidatura de Colosio estaba en un grave riesgo. Honestamente hablando, cuando le pregunté por ese diagnóstico pensé que a Luis Donaldo le iba a parecer exagerado, pero no fue así. Todo lo contrario, por primera vez en mi vida lo escuché cuestionar con energía a Carlos Salinas: ‘El presidente debe estar muy confundido’, me dijo y añadió que, ni hablar, lo único que él podía hacer era continuar realizando con dedicación su trabajo de candidato. Esa noche Donaldo estaba mal y de malas… 8 7 Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. pp. 20-21. 8 Ibíd. p. 21. 36 Otras expresiones que Arreola le escucha decir posteriormente al candidato como respuesta a la misma pregunta son: “El presidente Salinas está equivocado”, “Salinas no sabe que está provocando un serio problema que va a terminar por dañarnos a todos”. La campaña del candidato priísta está en grave riesgo, se encuentra frente a condiciones inéditas en la historia de la sucesión presidencial del régimen de partido de Estado. Pronto circulará en el equipo de campaña de Colosio la versión compartida de que existe una conspiración de Salinas para cambiar de candidato: …los colaboradores de Luis Donaldo se plantearon con seriedad la posibilidad de que, desde la Presidencia de la República, se estuviese ejecutando un proyecto político para obligar a Colosio a renunciar, para permitir que Camacho tomara su lugar. Eso lo decían los colosistas en el autobús, en las camionetas, en los hoteles, en los restaurantes, en todas partes.9 Un cadáver político Las consecuencias de la decisión política de Salinas aparecen también de inmediato en la prensa, tomando una dimensión pública desde el primer día en que circula la noticia del nombramiento de Camacho. El 11 de enero, El Universal titula a ocho columnas en primera plana: “Camacho, comisionado para la paz, Carpizo, a Gobernación”. En la parte inferior de la misma primera plana la columna Pulso político de Francisco Cárdenas Cruz señala: Manuel Camacho Solís emergió ayer como el gran ganador en la serie de cambios que anunció el Presidente Carlos Salinas de Gortari: dejó la Secretaría de Relaciones Exteriores para convertirse en ‘Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas” y, también, en virtual suplente a la candidatura presidencial priísta a la que aspiró hasta antes del 28 de noviembre pasado (día del “destape” de Colosio como candidato del PRI), amén de que dos de sus más abiertos simpatizantes en el proceso de sucesión, Jorge Carpizo y Diego Valadés, fueron designados secretario de Gobernación y procurador de general de la República (sic), respectivamente, justo el mismo día en que Luis Donaldo Colosio 9 Ibíd. p. 36. 37 inició su campaña electoral como abanderado del Partido Revolucionario Institucional.10 Desde el primer momento de su designación Camacho queda situado como posible suplente de Colosio y empezarán los malentendidos que pondrán la candidatura de éste en duda. El hecho de que los nuevos nombramientos en el gabinete presidencial –que revisten una importancia estratégica en la coyuntura política conformada por una rebelión armada y la proximidad de las elecciones federales- queden a cargo de “camachistas” y no de “colosistas”, va en contra de la costumbre política que le otorga al candidato oficial, aun antes de ser elegido presidente, la prerrogativa de colocar a miembros de su equipo en posiciones del gabinete en funciones, posiciones que sean de importancia para el control de la sucesión. Cuauhtémoc Cárdenas, que en ese momento es el candidato presidencial de la izquierda por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), conocedor de los vericuetos del régimen de partido de Estado por ser miembro de la “familia revolucionaria”11, califica estos cambios como “una crisis en el gabinete y en el sistema político mexicano”12. Como lo demostrará el desenlace posterior de los acontecimientos, lo que está en juego efectivamente no es sólo una crisis coyuntural del gabinete sino una crisis que afecta a la estructura misma del sistema político. El mismo día El Financiero encabeza en primera plana: “Fin a lo que no Funcionó: Salinas”. En páginas interiores, aunque anunciada desde la primera plana, la columna Indicador Político del periodista Carlos Ramírez, titulada ese día Chiapas: otros cadáveres, anticipa la suerte trágica del candidato, cuyo desenlace ocurrirá meses después, al presentar a Colosio como un cadáver político: Debajo de las zonas bombardeadas por el ejército, se encuentran cinco cadáveres en estado de descomposición apresurada: el cadáver político de Luis Donaldo Colosio, el cadáver social del Programa de Solidaridad, el cadáver financiero de la política económica, el cadáver propagandístico de una estrategia de estabilidad 10 Cárdenas Cruz F. “Pulso político”. El Universal, 1994, enero 11. (Los paréntesis son míos: F. M.) Su padre, Lázaro Cárdenas, presidente de la República de 1934 a 1940, llevó a cabo la expropiación petrolera y el mayor reparto agrario derivado de la revolución mexicana. 12 Ibíd. 11 38 social y política con ajuste draconiano y el cadáver modernizador del Tratado de Libre Comercio.13 A la luz de los acontecimientos posteriores en los que Colosio perderá la vida, la designación de cadáver político que recibe en este momento no sólo anticipa su destino sino que permite situar su candidatura, junto con las modalidades de su designación, como parte de lo que queda incluido en las palabras de Salinas: “fin a lo que no funcionó”. En efecto, las nuevas condiciones políticas pondrán fin al ritual sucesorio del “dedazo” suprema atribución metaconstitucional del presidente de la república de designar a su sucesor- y con él a la candidatura y a la vida de Colosio. Una resurrección política que trastorna profundamente la sucesión presidencial va a producir un cadáver político, que terminará por convertirse en real. ¿Renunciar o no renunciar? Esa es la cuestión… Existe la deposición que ante el fiscal realiza Guillermo Hopkins, subcoordinador de logística de la campaña, en la que sostiene que Colosio se plantea la posibilidad de renunciar a la candidatura el mismo día en que da inicio su campaña electoral: En la platica del 26 de marzo de 1994 [después de la muerte de Colosio], el presidente Salinas les informó al dicente y a los acompañantes que el licenciado Colosio había estado de acuerdo con el nombramiento de Manuel Camacho como comisionado para la Paz. También les dijo que su relación con el licenciado Colosio había sido de plena cordialidad hasta el día de su muerte, lo cual no es cierto dado que el día 10 de enero de 1994 el licenciado Colosio le comentó al de la voz, la posibilidad de renunciar a la candidatura debido al hostigamiento que después se vendría.14 Esta declaración, que contradice las afirmaciones de Salinas posteriores a la muerte del candidato, se suma a otras, como la de Samuel Palma, subcoordinador de 13 Ramírez C. “Indicador Político. Chiapas: otros cadáveres”. El Financiero, 1994, enero 11. (Las negritas corresponden al original). El comentario con el que inicia la columna se refiere a los supuestos bombardeos que el ejército mexicano llevó a cabo en las zonas de Chiapas ocupadas por los insurgentes –bombardeos que el gobierno de Salinas niega reiteradamente haber realizado. 14 Aguilar Camín H. Op. cit. pp. 92-93. (Los corchetes corresponden al original). 39 Estrategia de la campaña electoral priísta, quien relata una entrevista que sostiene con Colosio el 14 de enero: …mostró enfáticamente su molestia por el nombramiento del licenciado Camacho Solís como comisionado para la Paz. Mencionó: ‘A mí el presidente de la República me informó del cambio de secretario de Gobernación, mas nunca me dijo que nombraría a Manuel Camacho comisionado para la Paz. Me dijo que lo involucraría en las negociaciones de Chiapas, pero no con un nombramiento de comisionado ad honorem.’ Después mencionó: ‘¿Qué pasa si renuncio?’. La respuesta del de la voz fue que no sabía en qué derivaría aquello, pero que probablemente el candidato sustituto sería Manuel Camacho Solís, a lo que Luis Donaldo respondió: ‘Precisamente por eso no renuncio’.15 Es de notar que para Colosio la interrogante sobre la posibilidad de renunciar va más allá del primer día de la campaña y reaparece todavía un mes antes de su muerte, cuando le pregunta a su esposa, según declaración del secretario particular de ésta, cuál sería su opinión de él si llegara a renunciar a la candidatura, a lo que ella le responde “que eso no importaba, que lo importante era qué opinión iba tener de él mismo”16. El padre del candidato, Luis Colosio Fernández, y un amigo de la familia Colosio, Nikita Kyriakis, declaran en sentido similar, aunque sin mencionar la fecha de la conversación entre los esposos. Según la versión del amigo, la respuesta de Colosio habría sido: “Pura madre, no voy a renunciar”; según el padre habría respondido: “Ya sé, no les voy a dar gusto”17. Las dudas de Colosio y su destino no dejan de recordar los rasgos de una tragedia, “Es Shakespeare puro”18, como lo hará notar el escritor Octavio Paz cuando meses después del candidato muera su esposa, Diana Laura Riojas, a causa de un cáncer que padecía desde años atrás. No se hagan bolas 15 Ibíd. p. 93. Cf. también: López L. “Colosio pensó en renunciar, dice Samuel Palma”. Milenio, 2004, febrero 14. 16 Aguilar Camín H. Op. cit. p. 97. Declaración de Fernando Gamboa, secretario particular de Diana Laura Riojas de Colosio. Gamboa dice también que después del asesinato de Colosio la viuda comentó, a propósito de la insistencia del periodista Julio Scherer para entrevistarla, “que si lo que querían saber era si le habían pedido la renuncia [a su esposo], que la respuesta era afirmativa”. Ibid. 17 Ibíd. pp. 96-97. 18 Krauze E. La presidencia imperial. México, Tusquets; 2003. p. 484. 40 El 27 de enero Salinas tiene que salir al paso de las versiones que ya circulan ampliamente sobre un cambio del candidato del PRI. En un desayuno realizado en la residencia oficial de Los Pinos con su gabinete, el presidente de la Suprema Corte, gobernadores priístas, diputados, senadores y asambleístas del Distrito Federal, afirma: Para evitar confusiones y tener claridad, permítanme la expresión coloquial, ¡que no se haga bolas nadie! El PRI tiene el candidato que lo llevará a la victoria democrática. El voto de los mexicanos hará triunfar democráticamente a ¡Luis Donaldo Colosio!19 Unos minutos antes de que el presidente dijera estas palabras, el maestro de ceremonias les recuerda a los asistentes que “la Dirección de Comunicación Social de la Presidencia es la única autorizada para dar versiones de lo que aquí ocurra”20. El intento de detener los rumores parece convocarlos y nada podrá eliminar la creencia de que existe una acción política deliberada de Salinas para quitarle la candidatura a Colosio. A pesar de los desmentidos de Salinas esta interpretación conspirativa seguirá presente en el candidato, sus familiares, su equipo de campaña y gran parte de la clase política y de la opinión pública mexicana. La explicación del asesinato de Colosio, desde el momento en que ocurrió hasta la fecha, encontrará en esa conspiración su argumento principal. Lo que ninguna declaración de Salinas podía echar atrás era su acto de designación de Camacho y las consecuencias que con él se venían, como lo confirman los lapsus del presidente. La dimensión real de ese acto, una vez efectuado, no podía anularse con ningún desmentido. En referencia a la verdad contenida en un rumor, hay una sentencia popular que dice: Cuando el río suena…es que agua lleva. Si el rumor contiene “un grano de verdad” -a la manera como lo señala Freud respecto a la verdad histórica que le da sustento al delirio21-, es en ese acto de Salinas, en el agua que lleva a su molino, que encuentra 19 Agencias. “¡Que no se haga bolas nadie!, Colosio es el candidato, dice Salinas”. Siglo 21, 1994, enero 28. Ibíd. 21 “Debemos recordar que, desde luego, en el rumor hay muchas veces un ‘grano de verdad’, pero en el curso de su transmisión de boca en boca se lo han recargado de adornos, obra de la fantasía, que rinden aquella base inicial irreconocible y, por ende, difícil de separar del resto”. Allport G.W, Postman L. Psicología del rumor. Buenos Aires, Editorial psique, 1967. p. 15. Planteamiento que es casi una paráfrasis de Freud cuando habla del delirio en su relación con la verdad: “…el delirio psiquiátrico contiene un grano de verdad, y el convencimiento del enfermo desborda desde esa verdad hacia su envoltura delirante”. Freud S. Moisés y la religión monoteísta. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu; Vol. XXIII, 1976. p. 125. 20 41 apoyo la especie que lo pone a la cabeza de un complot para arrancarle la candidatura a Colosio y asesinarlo. Aquella frase de “no se hagan bolas” fue tomada en los círculos políticos como un “redestape” de Colosio que se hizo necesario ante el estado de ambigüedad en que se encontraba su campaña. Al candidato no le agrada la intervención de Salinas y comenta con sus colaboradores su molestia al respecto22. Los efectos públicos son más bien desfavorables: Colosio es un candidato débil. El espaldarazo de Carlos Salinas de Gortari muestra que aún no se ha destetado. Grandes sectores de la opinión pública en su propio partido dicen que hasta la fecha hay dos candidatos del PRI: el que está en campaña y el que está en Chiapas”23. Después de redestape del 27 de enero, el discurso de Luis Donaldo Colosio comenzó a subir de tono crítico. Hubiera sido más creíble que ese nuevo discurso se hubiera dado antes de ese desventurado desayuno de las bolas. Si Luis Donaldo Colosio espera su registro definitivo el 15 de marzo para dar el gran salto, a lo mejor en mes y medio pasarán muchas cosas en el país que lo dejen en un brinquito.24 El redestape no convencerá a nadie y tampoco bastará para que Colosio deseche la idea de que Salinas actúa con premeditación para arrebatarle la candidatura. Una prueba de lo anterior se encuentra en el testimonio de una amiga personal del candidato priísta, Dalia Fartuk, quien relata una conversación que mantiene con Colosio el 16 de febrero de 1994, unas semanas después de la celebre frase presidencial: Se entrevistó con el licenciado Colosio y lo notó muy mal anímicamente, abatido emocionalmente, triste, atontado, como nunca antes lo había visto, reclamándole nuevamente la de la voz que si seguían llevándole la campaña así iba a perder, refiriéndose la de la voz a que la campaña era muy gris, que parecía y se veía que 22 Cf. Arreola F. Op. cit. p. 39. Porfirio Muñoz Ledo, presidente del Partido de la Revolución Democrática. Citado en: Aguilar Camín H. Op. cit. p. 81. 24 Carlos Ramírez, en El Financiero, 9 de febrero. Citado en. Ibíd. pp. 81-82. 23 42 todo estaba enredado a propósito para que perdiera, que la campaña estaba muy mal manejada. [Colosio] le contestó textualmente: Colosio: ¿Viste lo que me hizo mi mejor amigo Dalia, mi mejor amigo, el que me apoyó en toda mi carrera hasta ahorita en el puesto que estoy, mi mejor amigo? Fartuk: Las palabras ‘mi mejor amigo’ las repitió tres veces y cuando le decía esto le salían lagrimas, preguntándole la de la voz qué le hicieron, contestándole que después le platicaba.25 Este testimonio es particularmente importante porque muestra la mirada de alguien cercano a Colosio, que le puede decir sin rodeos su opinión desfavorable acerca de la campaña y que tiene la percepción de que hay un propósito de hacerlo perder las elecciones. El candidato no sólo no contradice esta última apreciación sino que responde de una manera que indica un malestar subjetivo en el que está implicado su cuerpo, como lo muestran las lágrimas que derrama, frente a lo que considera que su mejor amigo le hace. La expresión indica que para Colosio lo que hace Salinas está dirigido en contra de él, como algo que le hace a él directamente, no es solamente algo que Salinas hace por determinadas circunstancias sino que se lo hace a él. Otro amigo de Colosio, Rafael Reséndiz, refiere haberle escuchado la frase “¿Por qué me hace esto el presidente Salinas?”, todavía diez días antes de que el abanderado priísta fuera asesinado26. No sólo los priístas y la clase política no dejaron de hacerse bolas, Colosio mismo siguió hecho bolas hasta el final. La prioridad del presidente ¿Qué es lo que lleva a Salinas a tomar una decisión cuyas consecuencias intentará refutar con insistencia y que muy pronto revelará tener un alto costo político para su imagen pública y para la cohesión del grupo gobernante? Según su versión de los hechos la decisión de nombrar a Camacho como Comisionado para la Paz surge a partir de la insistencia de éste de mediar en el conflicto con la guerrilla y es comentada con Colosio antes de darla a conocer públicamente: 25 26 Ibíd. p. 101 (negritas y corchetes pertenecen al original). Ibíd. pp. 100-101. 43 En los días siguientes [Camacho] insistió en ser el mediador. Era una decisión muy difícil, porque si bien Camacho se había destacado por su habilidad negociadora, su calidad de precandidato presidencial perdedor implicaba un riesgo para la campaña recién iniciada. Sin embargo consideré que la prioridad era encauzar el conflicto por la vía del diálogo y evitar que la propagación de los combates afectara la realización de los comicios para Presidente […] La balanza se inclinó luego de comentar las opciones con el candidato de mi partido a la presidencia, Donaldo Colosio. Aunque Camacho introducía tensiones, Colosio escuchó mis argumentos y entendió. Mostró su sensatez. También buen humor: ‘Lo único que le pido- me dijo- es que no designe a Camacho secretario de Gobernación, pues teniendo la responsabilidad oficial de organizar las elecciones ¡podría también tener la pretensión de negociarlas!’ Entendí su observación.27 Para Salinas es evidente desde el primer momento que la designación de Camacho implica un riesgo para la campaña de Colosio. Incluso la broma que le atribuye a éste deja ver que el nombramiento despierta desconfianza hacia Camacho en el sentido de que sus iniciativas pueden salirse de control y puede llevar las negociaciones más allá de su encomienda oficial. Sin embargo, Salinas deja en claro que la prioridad para él es darle cauce al movimiento armado por la vía del diálogo, de tal manera que se pueda evitar la extensión del conflicto y no se vean amenazadas las elecciones presidenciales, es decir, asegurar una terminación de su gobierno con estabilidad política y financiera y garantizar la transmisión pacífica del poder a su sucesor. Por otro lado, varios colaboradores cercanos de Colosio –Alfonso Durazo, Guillermo Hopkins, Samuel Palma, Melchor de los Santos - coinciden en señalar que el candidato no conocía con anterioridad a su anuncio oficial las condiciones en que se daría el nombramiento de Camacho como mediador en el conflicto con los insurgentes. Según estas versiones, Salinas habría comentado con Colosio su intención de que Camacho colaborara en las negociaciones en Chiapas, pero nunca especificó que para ello dejaría su cargo en el gabinete presidencial y que recibiría un nombramiento ad honorem28. Estas condiciones particulares en que se dio el nombramiento del Comisionado son las que van a 27 Salinas de Gortari C. México un paso difícil a la modernidad. Barcelona, Plaza y Janés; 2002 (cuarta edición). pp. 829-830. 28 Aguilar Camín H. Op. Cit. pp. 40-43. 44 provocar la molestia y la desconfianza de Colosio con su amigo Salinas y van a generar un torbellino de interpretaciones conspirativas desde el momento en que Camacho queda en posición de aspirar a la candidatura presidencial, sea por el PRI sea por un partido de oposición. En cuanto a la coincidencia de fechas del inicio de la campaña electoral de Colosio y del nombramiento como Comisionado para la Paz de su principal rival político, por lo menos la declaración de Melchor de los Santos, secretario de Coordinación Regional de la campaña, sostiene que Colosio no estaba enterado de que el nombramiento de Camacho sería el mismo día de arranque de su campaña. Al respecto Salinas comenta: El lunes 10 de enero de 1994 se anunció la designación del comisionado para la Paz. Conviene reiterar que varios factores contribuyeron a la elección de esa fecha. El secretario de Gobernación, Patrocinio González Blanco, presentó su renuncia el viernes 7 de enero y había que nombrar de inmediato al nuevo titular. Además, ese fin de semana el secretario de la Defensa Nacional me informó que el ejército tenía el control militar de la zona, al concluir el desalojo de las cabeceras municipales y de los principales poblados. Había que decidir entre suspender el fuego o perseguir al grupo armado. Ese lunes estaba programada una manifestación popular y nacional para exigir el cese al fuego. El anuncio de la decisión no podía esperar más [...] Cuando le expliqué a Colosio, durante ese fin de semana, los motivos para anunciar la designación del comisionado el lunes 10, me respondió que comprendía la necesidad de hacerlo en esa fecha. Sin embargo me comentó que el inicio de su campaña ya se había postergado una vez (originalmente debió arrancar el 4 de enero), y no consideraba pertinente volverla a posponer: empezaría también el mismo día 10. 29 Enterado o no Colosio de la fecha, el hecho es que la coincidencia de los dos eventos el mismo día deja en un segundo plano del interés público el inicio de su campaña, la que a partir de ese momento quedará afectada más allá de cualquier cálculo político que el candidato haya podido hacer cuando fue enterado por Salinas de su decisión. Por lo demás, el relato muestra que la prioridad presidencial en ese momento es resolver la crisis 29 Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 906. 45 política que enfrenta su gobierno y frente a ello los intereses de la campaña quedan subordinados. Salinas le expone a Colosio las coordenadas de la situación política que le llevan a la decisión de anunciar la designación de Camacho en la fecha mencionada, pero no parece pedirle su parecer al respecto sino en todo caso dejarle al candidato la posibilidad de cambiar la fecha de inicio de su campaña. El entonces presidente acepta que él y el candidato tenían perspectivas diferentes sobre los acontecimientos políticos que se desencadenaron a partir del estallido de la rebelión armada, lo cual le parece lógico en virtud de que él “tenía que velar por las responsabilidades de la presidencia”30, mientras que Colosio se ocupaba de sus tareas como candidato, lo que no impide que coincidan, según Salinas, en el interés por la paz y por el triunfo electoral de Colosio. En repetidas ocasiones Salinas insistirá en que el reto más importante de su gobierno al iniciar 1994 era alcanzar un acuerdo de paz con la guerrilla, lo que a su vez permitiría tener condiciones para desarrollar las campañas electorales a la presidencia y las elecciones mismas, mantener un clima político que asegurara una transición pacífica y conservar la estabilidad económica y financiera que a lo largo de su sexenio le había hecho ganar prestigio ante las instituciones financieras internacionales y los gobiernos que las controlan. Es en ese contexto político que justifica su decisión de nombrar a Camacho para negociar con el movimiento armado que había sacudido al país: Es cierto que la principal tarea que mi gobierno enfrentaba en esos momentos era la recuperación y el aseguramiento de la paz y la estabilidad del país. Anteponer cualquier otra prioridad hubiera representado una actitud incompatible con mi deber constitucional. Sólo un entorno político estable podía garantizar la celebración de elecciones presidenciales libres y pacíficas. Esto lo entendió y lo aceptó sin reparos el propio candidato Colosio. Antes de anunciarla, comenté con él la designación de Camacho como comisionado. Yo consideré, y así se lo expresé a Donaldo, que Manuel Camacho, que se había destacado por su habilidad negociadora y que tenía buenas relaciones en el estado de Chiapas, era la persona idónea para orientar el conflicto por la vía del dialogo.31 30 31 Ibíd. p. 911. Ibíd. p. 905. 46 Las frases son categóricas, no dejan posibilidad alguna de anteponer otra prioridad distinta al logro de un acuerdo de paz. Salinas tiene que recurrir al único miembro de su equipo que tiene el perfil político para negociar con una oposición armada y que puede sacar a su gobierno de la grave crisis en que se encuentra. El costo político y personal que esa salida acarrea está dispuesto a pagarlo, incluyendo el margen de presión que su nueva posición le va a conceder a Camacho. José Córdoba, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República en la administración salinista, a quien se le concede una importante influencia sobre las decisiones del presidente, afirma que cuando Salinas le comenta las características del nombramiento de Camacho, a su vez él menciona la posibilidad de que el Comisionado pueda operar como servidor público y no con un cargo honorario, con lo cual se aprovecharían las capacidades de Camacho para la negociación y al mismo tiempo se limitarían los efectos negativos de su nombramiento. Salinas le responde que Camacho pidió que el nombramiento se hiciera en esas condiciones y solicitó flexibilidad para poder negociar con la guerrilla32. El hecho de que en el entorno cercano de Salinas se contemplara la posibilidad de que el cargo del Comisionado no fuera honorario, indica que esa opción tenía cierta viabilidad, pero que Salinas estaba obligado a aceptar las peticiones de Camacho para llevar a cabo su labor negociadora. En un sentido que parece confirmar lo anterior Córdoba comenta: “Entiendo que la prioridad del presidente en ese momento era garantizar el fin de la violencia en Chiapas. Probablemente juzgó que lo demás era un costo menor”33. Desde el punto de vista de Ernesto Zedillo, coordinador de la campaña de Colosio, quien a la muerte de éste sería designado “candidato sustituto” para luego convertirse en presidente de México, las nuevas prioridades de Salinas son aprovechadas por Camacho para buscar la candidatura a la presidencia de la república, ya sea por la vía de la “sustitución” del candidato del PRI ya sea por la vía de una candidatura lanzada por un partido de oposición. En opinión del coordinador de la campaña colosista Camacho gana 32 33 Ibíd. P. 32. Ibíd. pp. 33-34. 47 puntos con Salinas a quien ha engañado y abusado de su confianza durante años34. En declaración ante el fiscal, Zedillo hace referencia a conversaciones con Colosio en las que lamentan que la “decisión muy desafortunada” de Salinas es aprovechada por las ambiciones políticas de Camacho, agregando: Convenimos en más de una ocasión el licenciado Colosio y un servidor, que una vez más había tenido éxito la táctica del licenciado Camacho de atemorizar al presidente con la real o supuesta gravedad de algún problema para luego postularse a sí mismo como el único capaz de resolverlo.35 Esta declaración lleva a pensar que para poder negociar con la guerrilla Salinas tuvo que negociar antes con Camacho, viéndose obligado a aceptar condiciones que éste le propone, a pesar de que implican un alto riesgo político, empezando por el nombramiento ad honorem, que supone la renuncia al gabinete del nuevo Comisionado para la Paz y el desempeño de su labor sin recibir salario, con la cascada de consecuencias que de ahí derivan. Que Salinas está tomado en su posición subjetiva por la estructura de esta situación lo muestran los lapsus que comete en el momento de hacer el anuncio público de la designación del Comisionado y en su deposición posterior ante el fiscal: en su discurso nombra a un candidato… que se desempeña como Comisionado para la Paz. La autoridad presidencial No es esta la primera ocasión que Camacho es llamado por Salinas para que le resuelva una grave crisis política. En las elecciones federales de 1988 Salinas es declarado vencedor después de que “se cayó el sistema” encargado de proporcionar los resultados oficiales de los comicios. Tanto Cuauhtémoc Cárdenas del Frente Democrático Nacional como Manuel J. Clouthier del Partido Acción Nacional (PAN), los dos principales contendientes de Salinas desde la izquierda y desde la derecha, denuncian un fraude electoral de grandes proporciones. El ambiente de descalificación de los resultados electorales es acompañado por manifestaciones multitudinarias. Se trata de las elecciones más cuestionadas en la historia del régimen, la posibilidad de que Salinas pueda tomar el 34 35 Cf. Aguilar Camín H. Op. Cit. p. 147. Ibíd. p. 38. 48 poder está en entredicho…Manuel Camacho, quien entonces se desempeñaba como titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología en el gobierno del todavía presidente Miguel de la Madrid, es llamado por su amigo Salinas para poner remedio a la situación. Camacho no había participado en la campaña salinista debido a diferencias con algunos miembros del equipo del candidato, pero cuando inicia la crisis postelectoral Salinas le pide que se haga cargo de la Secretaría General del PRI para que desde ahí establezca puentes de negociación con la oposición36. Gracias a los oficios de Camacho será posible que Salinas tome posesión de la presidencia de la república una vez que la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores queden instaladas como resultado de los acuerdos entre las distintas fuerzas políticas. Sin embargo, los sucesos van a dejar sobre el gobierno salinista el sello de un origen ilegítimo del que nunca se ha podido deshacer. Al inicio de su administración Salinas designa a Camacho como Regente del Distrito Federal, en donde el PRI había perdido la elección. El nuevo regente gana prestigio como el gran negociador del gabinete al impulsar una estrategia que le permite gobernar la capital estableciendo acuerdos con los distintos sectores sociales y políticos. Camacho no es bien visto por el sector duro de los políticos tradicionales del partido oficial ni por los tecnócratas del gabinete, consideran que las “concertacesiones” del regente otorgan demasiadas ventajas a la oposición; sin embargo, en los comicios intermedios de 1991 el PRI vuelve a tener la mayoría en el Distrito Federal, lo que no deja de ser visto como un resultado de la política seguida por el regente. Según versión de Enrique Márquez, asesor de Camacho, al acercarse el “destape” del sucesor de Salinas el regente recibe las primeras señales de que él no es el elegido37. En ese momento Camacho le recordará al presidente su papel en la resolución de la crisis que le permitió a éste tomar el poder: Yo no he apoyado decisiones ilegales. En 1988 traté de evitar la fractura del orden constitucional a través de la política y las buenas razones, apoyado en el 36 Cf. Márquez E. Por qué perdió Camacho. Revelaciones del asesor de Manuel Camacho Solís. México, Océano; 1995. p. 112. 37 Mientras presencian el desfile del 20 de noviembre de 1993 en el balcón central del Palacio Nacional, Camacho le hace algunas sugerencias para el futuro a un Salinas “elusivo y parco”; éste responde diciéndole: “Manuel, eso ya le tocará decidirlo al candidato”. Ibíd. p. 44. Camacho decide hablar a solas con Salinas dos días después, buscando que el presidente cambie lo que parece ser una decisión tomada. 49 patriotismo de las partes. Yo no fui el responsable de la elección de 1988, y los que sí lo fueron, con todo y el aparato, no sacaron ni la elección ni la crisis postelectoral…38 En la conversación en que Camacho pronuncia estas frases hace uso de la relación de amistad y de los márgenes de acción que, gracias a los servicios prestados al salinismo, tiene con el presidente. Se permite presentarle su balance del gobierno, sus propuestas para reformar el régimen y las conciliaciones que establecería al interior del grupo gobernante “en caso de ser yo el candidato”. El intento de Camacho no surte efecto, seis días después Luis Donaldo Colosio será destapado como candidato del partido oficial. El regente se inconforma, no cumple con la tradición priísta de acudir a saludar al ganador y renuncia al gobierno de la capital, pero acepta la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores argumentando: “no creo que la manera de hacer avanzar la democracia en México, sea polarizando la vida política por rupturas o desprendimientos”39. En los primeros días de enero del año siguiente (1994), habiendo estallado la crisis de la rebelión zapatista, estando Camacho en desacuerdo con la salida militar, busca nuevamente hablar en privado con Salinas para proponerle un “golpe de timón” que permita encontrar una salida negociada al conflicto en Chiapas. En esta ocasión Camacho, de acuerdo con el relato de su asesor, amenaza al presidente con renunciar al gabinete, diciendo que no está de acuerdo con la línea política que está siguiendo el gobierno y que no va a defender frente a los medios extranjeros, como Secretario de Relaciones Exteriores, “si hubo diez muertos más o diez muertos menos”. Salinas le habría contestado a su interlocutor que en ese momento su salida del gabinete sería “la crisis completa”, haciéndole entonces una solicitud: “Camacho, te pido que ayudes al país”. Éste insiste frente al presidente en el complejo panorama que se puede presentar si el gobierno no cambia de estrategia –guerra popular prolongada, caída de la bolsa y de los mercados financieros, desprestigio internacional de la administración salinista, opinión pública mayoritariamente en su contra, complicación de las relaciones con el ejército-, para plantear la necesidad de detener la guerra y dar inicio a una salida política que busque la paz y la 38 39 Ibíd. pp. 53-54. Ibíd. p. 93. 50 reconciliación nacional, lo cual no hace sin reiterar su amenaza de separarse del gobierno, incluso oponiéndose a él: - Y tú qué propones -dijo Salinas. - Irme a Chiapas, para mover una estrategia política en la opinión pública nacional, desde ahí. - ¿En qué calidad? - Como una especie de ministro sin cartera, que va a cumplir con una responsabilidad política clave –le respondió. - ¿Si yo no estuviera de acuerdo con la fórmula? –diría seco el presidente. - Si no me voy a Chiapas con el apoyo del gobierno, de todas maneras me voy. Me iría a la calle para fortalecer un movimiento cívico a favor de la paz. - Te insisto –dijo Salinas- que eso sería provocar una crisis política.40 El presidente le propone en principio a Camacho formar una Comisión de Paz y Reconciliación, similar a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pero éste se niega a aceptar la propuesta al considerar que de esta manera sus acciones quedan subordinadas al gobierno. Camacho pide mayor libertad para actuar, una posición flexible que le permita tener acceso inmediato y permanente al presidente, sin tener que someter sus decisiones a otras instancias del gobierno, y que al mismo tiempo le permita establecer acuerdos con la guerrilla, los actores políticos y sociales de Chiapas y del país, además de poder informar de manera directa a la opinión pública para lograr un consenso a favor de la estrategia de paz. Salinas acepta, advertido de los riesgos que esto implica. Es posible que el relato de estos diálogos entre Camacho y Salinas tenga su dosis de ficción, pero ya sea esta versión del asesor del que fuera Comisionado o sea la versión de Salinas –éste dice que Camacho insistió en ser el mediador con el movimiento insurgente, aquél dice que el presidente fue quien pidió ayuda en respuesta a la amenaza de dimisión de su canciller-, la ficción dice una verdad: la caída de la autoridad presidencial. Si el presidente se ve obligado a negociar con uno de sus subalternos y para ello tiene que poner en grave riesgo lo que constituía la expresión suprema de su poder –la designación de su sucesor-, estamos frente a una crisis profunda de la institución presidencial, la autoridad 40 Ibíd. p. 161. 51 del presidente es también parte de “lo que no funcionó”. La rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional terminó por conmover los cimientos del Estado mexicano, afectando la autoridad de un presidente que anteriormente aparecía como un monarca absoluto, que encontraba la mayor reafirmación de su poder justo en el momento de transmitirlo a su sucesor. Esta crisis del mando presidencial explica las dificultades que tiene Salinas para obligar a Camacho a terminar con su ambigüedad respecto a sus aspiraciones a la candidatura. En dos ocasiones el presidente le pide al comisionado que declare públicamente que no busca la candidatura, para poner un alto a los rumores que dicen que Camacho busca ser candidato por un partido de oposición o en lugar de Colosio. En la primera ocasión, el 3 de marzo, cuando el comisionado regresa triunfante después de haber logrado negociar con la guerrilla en San Cristóbal de las Casas, responde al pedido de Salinas diciendo: “Cualquier aclaración que yo haga sobre el tema, va a hacer el problema más grande, va a ser contraproducente. Creo que lo mejor es esperar hasta la firma de la paz y ahí hacer una definición”41. La segunda ocasión, el 11 de marzo, ante la amenaza de Salinas –“…o declaras que no serás candidato o dejas, en este momento, de ser Comisionado para la Paz”42- Camacho va a afirmar en una conferencia de prensa que su propósito único es alcanzar la paz, que se ha dedicado a esa tarea sin distraerse en otros asuntos políticos, lo que le habría permitido dar buenas cuentas a quienes confiaron en él… pero también va a decir, en lo que parece ser una alusión a los problemas que enfrenta la campaña de Colosio: “No, no acepto que algunos me quieran convertir en el factor que explique las deficiencias de otros…”, va a denunciar “presiones para que este comisionado se retire de la vida política del país…”, para finalmente plantear también él una amenaza: …si no se avanza en la democracia y si en vez de acuerdos hay polarización y si se quieren conculcar mis derechos políticos como ciudadano, entonces después de cumplir mi misión en Chiapas tomaría la decisión política necesaria para hacer avanzar la democracia y propiciar la unidad de México.43 41 Ibíd. 186. Ibíd. p. 191. 43 Ballinas, V. y Camacho, O. “No cancelaré mi vida política: Camacho” “Se define como ‘pieza útil en la transición a la democracia’”. La Jornada. 1994, marzo 12. 42 52 La ambigüedad no podría ser mayor: ¿cuál es esa “decisión política” que Camacho se reserva si se cumplen las condiciones adversas que menciona? La declaración, hecha además en un hotel cuyo nombre -“Presidente Chapultepec”- no deja de ser significativo, no pondrá fin a las especulaciones. Es hasta el 22 de marzo, un día antes del asesinato de Colosio, cuando Camacho hará pública su decisión de no participar definitivamente en la contienda electoral: “Entre buscar una candidatura a la presidencia de la república y la contribución que pueda hacer al proceso de paz en Chiapas, escojo la paz…”44. El anuncio es precipitado por el rumor de que la actitud de Camacho puede provocar una caída de la bolsa o una devaluación de la moneda que pueden ocurrir en las muy cercanas vacaciones de semana santa; Salinas ya le había advertido que su indefinición “no contribuía a la negociación para la paz y sí creaba inestabilidad financiera”45. Hasta la víspera de la muerte de Colosio la cuestión de la candidatura estuvo presente para Camacho y su equipo de colaboradores: como una posibilidad que fue discutida, aunque hayan valorado que no estaban dadas las condiciones políticas para concretarla46 y, según el asesor del Comisionado, como un instrumento de negociación para llevar a término su misión pacificadora, utilizando la posibilidad de “lanzarse” como una especie de “seguro de vida” que le permitiera sobrevivir a Camacho frente a las amenazas y presiones que recibía del “aparato” y de los “grupos de interés” que pugnaban por una solución de fuerza al conflicto con el EZLN47. Gracias a su función de Comisionado para la Paz, Camacho llega a tener una presencia pública y una importancia política que por momentos son superiores a las del candidato priísta, con lo que pone en jaque a los mecanismos de sucesión del régimen y se convierte en una amenaza para los grupos que se acogen a esa práctica. En cualquier caso, la posición ambigua de Camacho tiene su parte en la persistencia de los rumores que lo sitúan como candidato “sustituto” o “alterno” a la presidencia, desatando una escalada de desconfianza entre él y sus adversarios, en la que cada paso dado por una de las partes aumenta la desconfianza en el oponente y confirma las hipótesis de cada bando. 44 Márquez E. Op. Cit. p. 202. Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 908. 46 Márquez E. Op. Cit. pp. 188-189. 47 Ibíd. pp. 197-198. 45 53 Es interesante hacer notar en este punto que las prioridades de Mario Aburto, quien parece estar al tanto de los rumores del cambio de candidato en el PRI -y que va a asesinar a Colosio el 23 de marzo-, son muy semejantes a las que declaran Salinas y Camacho: para él también el logro de la paz está por encima de cualquier otro objetivo. Poco después de ser detenido en el lugar del crimen explica que sólo buscaba herir al candidato para ser tomado en cuenta por la prensa y advertirle al país del peligro en que se encuentra por la existencia de “actos bélicos” en varios estados del país: “Era de que no quería otro, otro acto como el de Chiapas y que esto que había hecho yo, era pues precisamente para evitar eso y más que nada evitar los actos bélicos en México”48. De acuerdo a la declaración de Carlos Arturo Pancardo, teniente coronel del estado mayor presidencial, durante el traslado de Aburto desde Tijuana a la ciudad de México, al día siguiente del magnicidio, éste solicita que al llegar a la capital pueda hablar con una persona cuyo nombre se niega a proporcionar. Al llegar a las oficinas de la Policía Judicial Federal en el Distrito Federal, le preguntan el nombre de esa persona y entonces dice que es Manuel Camacho49. Durante el vuelo le habían preguntado: “¿quién le gustaba más que saliera en vez del licenciado Colosio como candidato?”, Aburto responde que esa persona con la que quería hablar llegando a la capital. También manifiesta tenerle confianza, pues esa persona puede dar el visto bueno sobre lo que él va a decir a la prensa: “Él es el que va a decir lo que tengo que decir, lo que puedo decir”. Al parecer la estrategia de Aburto a favor de la paz, por la cual está dispuesto a sacrificar su vida, está articulada desde su punto de vista con las acciones de Camacho, es por eso que pide hablar con el Comisionado para la Paz y la Reconciliación, para que éste le dé el visto bueno a lo que va a declarar a los medios. También es claro que Camacho es además “el candidato” del joven magnicida. El acto loco de Aburto, con el que se encarga de realizar el rumor del cambio de Colosio como candidato, sin estar aislado de la relación con otros tampoco es necesariamente parte de una conspiración. Se trata de un acto que está tejido en un entramado de lazos sociales en el que comparte con otros muchos una interpretación de los acontecimientos políticos del momento. 48 Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. p. 374. 49 Ibíd. p. 266. El entonces Procurador General de la República, Diego Valadés, y Manlio Fabio Beltrones, entonces gobernador de Sonora y amigo de Colosio, son informados de este hecho por el subprocurador Alfonso Cabrera, cuando le da aviso al primero del arribo a la capital del avión que trasladó a Mario Aburto. 54 Fin de la sucesión ortodoxa El 19 de marzo Ernesto Zedillo le envía a Colosio una carta en la que le expone sus apreciaciones sobre el estado de la campaña. Después de una breve introducción en la que expresa su convicción de que Colosio debe ser el próximo presidente, congratulándose de haberle apostado a su candidatura, le dice: Reitero primero lo muy sabido. Las condiciones de campaña han resultado ser sustancialmente distintas a las que, quizás imprudentemente, previmos en diciembre. Yo supe que una vez descontando la nueva pluralidad mexicana, esta campaña contaría con las condiciones más propicias en varios sexenios. En los hechos y atendiendo a la situación política, ésta será la contienda presidencial de mayor dificultad en varias décadas. Los amplios grados de libertad que tuvimos en diciembre, sencillamente desaparecieron a partir del 1 de enero y más señaladamente el 10 de enero […] “Como es de esperar – y legítimo desde cualquier punto de vista- la prioridad del señor presidente es concluir satisfactoriamente su mandato. Así servirá él mejor al país y a su enorme orgullo de auténtico hombre de Estado. En la lista de tareas para lograrlo, el cuidado de la sucesión tuvo hasta el 10 de enero la más alta prioridad. Las circunstancias -auténticas o inducidas- que ha ido enfrentando han variado esa jerarquía. Ahora el mantenimiento de la paz social y la estabilidad financiera son propósitos que aparecen de mucha mayor importancia que el cuidado de una sucesión, digamos ortodoxa. Lo anterior, que es desde luego entendible, se ha acentuado por la influencia creciente de personas mal intencionadas en el ánimo del Presidente. La combinación de la soledad del 6° año, la pérdida, anulación o distanciamiento de hombres de confianza y la tarea calculada y deliberada de algunos, dan una mezcla sumamente propicia para que vaya perdiendo importancia en el ánimo presidencial el cuidado de la sucesión. Después de todo, él debe pensar que su parte más importante – la de, en su oportunidad, apoyar tu candidatura- ya la cumplió, y que con ese impulso inicial la tarea por cumplir es esencialmente tuya. Es de esperar que se esté dando una influencia muy tenaz para desacreditar el valor de tus capacidades y de tu lealtad […] “Tal como te lo propuse desde enero, debe establecerse clara y precisamente una alianza política con el Señor Presidente. Debes ofrecer toda tu lealtad y apoyo para 55 que él concluya con gran dignidad su mandato; no debes pedirle más que su confianza en tu lealtad y capacidad, externarle tu convicción de que él ya cumplió con la parte más importante de la sucesión y que ahora tú harás la que a ti te corresponde […] Insisto, mi propuesta de celebrar este pacto es independiente de mi admiración y agradecimiento por el Señor Presidente. Es una recomendación elemental, yo diría de libro de texto, de estrategia política.50 El documento también hace mención a las deficiencias del partido y del equipo de campaña, con el que Zedillo tiene profundas diferencias, dejando ver que existen dificultades importantes en el desarrollo de la campaña priísta: “Calidad insuficiente de los recursos humanos, falta de coordinación, una suerte de inconsciencia acerca de la situación que se enfrenta…” Lo anterior, según Zedillo, quien precisamente funge como un coordinador de campaña excluido del resto del equipo, aumenta el riesgo de distanciamiento del presidente y “alienta las tentaciones de Camacho”, quien se aprovecha de las nuevas prioridades de Salinas para “sustituir” a Colosio o para buscar la candidatura por un partido de oposición. La referencia que se hace en el escrito a la influencia sobre el presidente de personas mal intencionadas, al esfuerzo por desacreditar las capacidades y la lealtad del candidato, y la propuesta que Zedillo le hace a éste de establecer una alianza política con el presidente, alianza que se supondría ya dada por el hecho mismo del destape, permiten deducir que la relación entre Salinas y Colosio no se encuentra en buenos términos51. Tal vez no exista una ruptura entre ellos, pero la confianza parece más bien estar ausente si se toman en cuenta los comentarios que Colosio les hace a sus amigos y colaboradores después del nombramiento de Camacho como Comisionado, y si se tiene en cuenta también la sugerencia de Zedillo de que el candidato le ofrezca su lealtad y apoyo a Salinas y le pida confianza en esa lealtad y en su capacidad. Las condiciones inéditas de la sucesión en 1994 50 PGR. Informe… Tomo IV. pp. 152-153. También cf. Aguilar Camín H. Op. cit. pp. 144-147. Según Salinas, él mismo le habría enviado una carta a Colosio sugiriéndole que tomara distancia de su gobierno, como una estrategia de relanzamiento de la campaña; sugerencia con la que no habría estado de acuerdo Zedillo. Sin embargo, la propuesta de Salinas conservaba para sí la fijación de los límites de esa distancia, con lo que su sentido termina siendo el mismo de la propuesta de Zedillo. Cf. Castañeda J. G. La herencia. México, Punto de lectura; 2001. pp. 365 y 603. Extraña autonomía la que Salinas le concede a Colosio: si tiene que autorizarle que tome distancia de su gobierno, consultando al mismo tiempo con él los límites de esa acción, ¿dónde queda la supuesta capacidad de decisión del candidato? 51 56 van a dejar la marca de la desconfianza en la relación entre el presidente y el candidato que era considerado su “hijo político”. En el balance que presenta la carta esas nuevas condiciones están dadas por los sucesos del primero y sobre todo del diez de enero, cambiando los márgenes de acción con que contaba la campaña hasta el mes de diciembre anterior. Las prioridades del presidente han cambiado, como Salinas mismo lo va a reconocer: terminar su sexenio de manera satisfactoria, conservando la paz social y la estabilidad financiera, están ahora por encima de la sucesión, y si para lograr esos fines tiene que tomar decisiones que vuelven inoperantes los mecanismos tradicionales de la sucesión priísta, está dispuesto a correr ese riesgo. La ortodoxia de ese ritual, que constituía un pilar central del poder presidencial propio del régimen de partido de Estado, llegaba a su fin. Es por eso que Zedillo insiste en que Salinas ya ha cumplido su parte –destapar a Colosio y apoyar su candidatura cuando tenía posibilidad de hacerlo- y que el resto le corresponde a éste. Respecto al destino de la ortodoxia en esas condiciones de crisis del sistema político mexicano Salinas escribe: Se dijo que el nombramiento de Camacho como comisionado no respetó las normas de la ‘ortodoxa política’, al incorporar a un precandidato derrotado a una tarea de relevancia. ¿Pero no resultaba absurdo pensar en ortodoxias cuando enfrentábamos una guerrilla armada que contaba con el apoyo internacional y la simpatía de amplias capas de la sociedad mexicana?52 El conflicto en Chiapas no se reducía a la revuelta de un grupo de hombres armados y encapuchados en cuatro municipios de ese estado, como sostenía en los primeros días el discurso del salinismo. Esa rebelión armada, que sobre todo es política y social, va a ganar un amplio apoyo en distintos sectores de la sociedad mexicana y se va a convertir en la primera guerrilla que realiza sus principales acciones a nivel de los medios, tanto impresos como electrónicos, dando lugar a una difusión de su lucha que le va a dar también un importante apoyo internacional. La situación del país es otra: la competencia partidista le ha quitado la hegemonía absoluta al PRI, Salinas mismo toma el poder después de unas elecciones fuertemente impugnadas, la oposición gana los primeros gobiernos estatales (Baja California Norte, Guanajuato, Chihuahua), en algunos casos gracias a protestas 52 Salinas de Gortari C. Op. cit. p. 906. 57 postelectorales de movimientos con gran arraigo social se tienen que anular elecciones que daban el triunfo a candidatos priístas, el partido oficial deja de tener la mayoría absoluta en los órganos legislativos federales, la exigencia de democracia toma cada vez más fuerza en la sociedad, la apertura de los medios es irreversible, los acuerdos del gobierno en materia de libre comercio con otros países lo comprometen a tomar medidas a favor de la democracia… en ese entorno los acontecimientos de Chiapas toman la dimensión de una auténtica crisis del régimen que constituye la forma del Estado mexicano. La primera pérdida resultante de esa crisis será la sucesión presidencial regida por la ortodoxia priísta, que por ya no funcionar llega a su fin. La posterior designación de Zedillo, si en las formas parece seguir los dictados de esa ortodoxia –“la cargada” y la disciplina partidista de apoyo al nuevo candidato-, es en realidad la única carta que le queda a Salinas dadas las circunstancias –se le atribuye a éste haber dicho: “Fue Zedillo, porque no había otro”53. Ernesto Zedillo no era el candidato elegido originalmente por la voluntad presidencial y su destape se da en medio de intensas presiones de grupos de poder de dentro y fuera del PRI que quieren imponer a su favorito. El gobierno de Zedillo tampoco le brindará a Salinas una expresidencia tranquila, como lo muestran las ulteriores pugnas entre ambos, que llevarán a una especie de autoexilio temporal del ex presidente y a la aprensión de Raúl Salinas de Gortari, hermano de Carlos, acusado de enriquecimiento inexplicable y del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, exgobernador de Guerrero, que había estado casado con una hermana de los Salinas54. El documento escrito por Zedillo ha sido tomado como una prueba del distanciamiento de Salinas y Colosio que abonaría a la existencia de un complot de aquél para cambiar de candidato y que urdió el asesinato de éste. En esta interpretación está dicho todo, ríos de tinta han corrido para sustentarla, no permite decir nada nuevo sobre el asesinato de Colosio y las circunstancias políticas que conforman el entramado de lazos sociales en que ese crimen ocurrió. La posibilidad de estudiar analíticamente ese 53 Castañeda J. G. Sorpresas te da la vida. México 1994. México, Aguilar; 1994. p. 69. En el momento de ser asesinado, el 28 de septiembre de 1994, José Francisco Ruiz Massieu se desempeña como secretario general del PRI y es mencionado insistentemente como el futuro coordinador de la fracción parlamentaria de su partido en la Cámara de Diputados. En febrero de 1995 Raúl Salinas es detenido bajo la acusación de ser el autor intelectual del asesinato de Ruiz Massieu y posteriormente recibirá sentencia penal. En 2005, penúltimo año del gobierno de Vicente Fox, el “hermano incómodo” del ex presidente Salinas es declarado inocente de aquel crimen. 54 58 acontecimiento que marca la historia reciente de nuestro país pasa por situarse al costado de las teorías de la conspiración que intentan explicarlo; para poder construir ahí un caso se requiere de otra lectura, en la que tenga un lugar el lazo social propio de la locura, con su consistencia subjetiva particular, de tal manera que sea posible localizar el papel de ésta en la muerte del candidato priísta, en la estructura persecutoria que atraviesa a la política como práctica del poder y en las interpretaciones conspirativas que justamente comparten los rasgos delirantes de la locura que pretenden excluir de sus razonamientos. Al tomar aquella carta desde otra perspectiva de lectura, se puede deducir que en lo que le dirige al candidato, sabiéndolo o no, Zedillo opera como mensajero de Salinas. Al decirle a Colosio que el presidente ya cumplió con su parte en la sucesión, que ésta ya no está entre sus prioridades puesto que necesita salvarse a sí mismo, a “su enorme orgullo de auténtico hombre de Estado” y a su gobierno, Zedillo le está diciendo a Colosio lo que Salinas no puede decirle sin reconocer al mismo tiempo que ha perdido los hilos del control de la sucesión, que su poder para garantizarla ha quedado disminuido, como no le había ocurrido con anterioridad a ningún presidente priísta, y que lo que resta por hacer si Colosio quiere ganar la elección y convertirse en el próximo presidente de México sólo le corresponde a éste. En el momento en que el presidente pierde definitivamente la máxima facultad metaconstitucional de su poder, pues ya no puede garantizar el triunfo de quien él había designado como su sucesor, el candidato queda abandonado a su suerte –aquí se encuentra el “grano de verdad” de la interpretación conspirativa que sostiene que Salinas traicionó a su amigo Colosio55. Tal vez ese abandono sin explicación del amigo es lo que le impidió al candidato hacer otro balance de las circunstancias y lo llevó a sostener, también él, la teoría de la conspiración salinista. La recomendación del coordinador de la campaña de que Colosio establezca una alianza con el presidente –basada en un objeto que falta entre ellos: la confianza- es una indicación de ese papel de mensajero de Salinas que Zedillo ha tomado56, reforzada por la confesión de su “admiración y agradecimiento por el señor presidente” que, denegación de por medio, afirma que es independiente de su propuesta. 55 Cf. Arreola F. “De ribete. Salinas traicionó a Colosio”. Público. 2004, febrero 11. También Arreola F. “De ribete. Salinas traicionó, y Manlio lo sabe”. Público. 2004, febrero 13. 56 No está descartado que al tomar ese papel Zedillo estuviera velando por sus propios intereses: enterado de que el candidato lo removería de la coordinación de la campaña por sus diferencias con los colosistas, busca 59 En el México posrevolucionario la institución presidencial se constituyó como la representación del poder unitario y absoluto del Estado. Todos los poderes e instituciones estatales quedaban subordinados al mando supremo del presidente: el partido, los gobernadores, las cámaras de diputados y senadores, el ejército. En el lapso de seis años de su gobierno el presidente ejercía un poder poco menos que absoluto, limitado casi exclusivamente por esa caducidad temporal, que implicaba la transmisión de su poder al sucesor que él designaba, momento en que la manifestación suprema de su fuerza coincidía con su eclipse57. El presidente en el régimen priísta de partido de Estado funcionó como una de las figuras históricamente determinadas del Otro, conformando el sistema de referencias que organizaban el lazo social de la vida política mexicana durante gran parte del siglo XX. Al perder la facultad soberana de designar a su sucesor, ese Otro deja de ser el vértice que ordena las coordenadas simbólicas de la cultura y las prácticas políticas de nuestro país, las que regulaban los intercambios entre los sujetos y sus formas de relación con el poder, dictando modalidades de mando, de obediencia, de acceso al poder, de disidencia, de exclusión58. El rumor que le atribuye a Salinas la autoría de una conspiración para cambiar de candidato a la presidencia, asesinar a Colosio, suplantar al asesino, controlar a las instituciones judiciales y sobornar a servicios periciales de otros países, no hace más que devolverle a la figura del presidente un poder que definitivamente perdió. con el memorándum mostrar su lealtad a Salinas, de quien dependía que Zedillo fuera nombrado Regente del Distrito Federal o titular del Banco de México, posiciones a las que Colosio pensaba mandar a su coordinador de campaña, previa autorización del presidente. Cf. Castañeda J. G. La herencia. p. 603. 57 Sobre el lugar de la institución presidencial en la conformación del Estado mexicano cf. Roux R. El príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado. México, Era; 2005. 58 Acerca del carácter históricamente determinado de las figuras del Otro cf. Dufour D-R. Locura y Democracia. Ensayo sobre la forma unaria. México, Fondo de Cultura Económica; 2002. 60 V. LA SUCESIÓN DESPUÉS DE LA SUCESIÓN La sucesión sin resolver El nombramiento de Manuel Camacho Solís como Comisionado para la Paz y la Reconciliación, al trastocar los rituales establecidos por la tradición sucesoria del régimen priísta, va a ser seguido en la prensa por un alud de declaraciones, artículos de opinión, notas, aclaraciones y refutaciones. Estos elementos constituyen la huella escrita de un rumor que circula ampliamente en la sociedad mexicana, encontrando un considerable crédito, y que tendrá su confirmación definitiva en el momento en que Luis Donaldo Colosio es asesinado. En sentido tradicional se entiende el rumor como una versión que circula “de boca en boca”, a través de vías informales que forman parte del decir popular, cuya autoría y circuitos de difusión son desconocidos con precisión. Sin embargo, a partir del surgimiento de la sociedad mediática en el siglo XX no es posible plantear la existencia de un rumor al margen de la influencia de los medios: “Los rumores circulan de hecho tan bien de manera informal (difusión de boca a oreja) como formal (difusión mediática). No hay oposición entre los dos, ni exclusión"1. De aquí se pueden derivar, por lo pronto, dos consideraciones: por un lado, la transmisión del rumor involucra a los cuerpos de quienes participan en ella, poniendo en juego elementos que forman parte del circuito de la pulsión: los agujeros corporales de la boca y la oreja, y la voz como objeto; por otro lado, el rumor se nutre de los medios de comunicación tanto como éstos de aquél, por lo que no es posible localizar un rumor “puro”, que podría existir aislado, con total independencia de los medios. Incluso algunos relatos que ya circulan en un ámbito limitado alcanzan el estatuto de rumor a partir 1 Froissart P. La rumeur. Histoire et fantasmes. Paris, Belin; 2002. p. 111. Para lo que sigue es pertinente tener en cuenta una observación de este autor en el sentido de que el término rumor sufre un cambio en su utilización a partir del siglo XX: “Desde 1902, la significación de la palabra ‘rumor’ cambió. Bajo el impulso de los trabajos de Stern, que imitaba ‘las condiciones del rumor en que cada una de las personas participantes debía dar a la persona siguiente lo que había escuchado de la persona precedente’, un lazo es establecido entre un modelo experimental y el objeto modelado. De esta confusión entre el dispositivo y el concepto nació la noción moderna de rumor: la replicación, la tendencia a la deformación, el mensaje inicial, la aparente perfección del mensaje inicial, y todas esas características que, una vez reunidas, dan lugar a una nueva acepción. Hablar de rumor antes del siglo XX es pues peligroso: se arriesga el anacronismo que consiste en hablar de romanticismo antes del siglo XIX, o de progreso antes del siglo XVIII”. Ibíd. p. 68 (la traducción es mía). 61 de su aparición en los medios bajo la forma de un comentario o un desmentido que contribuye a su difusión, sin que por ello se pueda ubicar su origen en esa circunstancia. El caso que nos ocupa confirma esta alimentación recíproca entre vías informales y mediáticas en la circulación de un rumor. La coincidencia del nombramiento de Camacho con el inicio formal de la campaña de Colosio desata comentarios en la prensa, como ya lo vimos en el capítulo anterior, desde el primer día en que circula la noticia. El 11 de enero de 1994 la columna Pulso político de Francisco Cárdenas Cruz en El Universal apunta: Manuel Camacho Solís emergió ayer como el gran ganador en la serie de cambios que anunció el Presidente Carlos Salinas de Gortari: dejó la Secretaría de Relaciones Exteriores para convertirse en ‘Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas’ y, también, en virtual suplente a la candidatura presidencial priísta a la que aspiró […] De lograr la encomienda del Primer Mandatario, Camacho Solís se consolidaría como la gran figura política que, a querer o no, podría opacar al propio candidato de su partido a la Presidencia de la República, antes del 15 de marzo –fecha límite del registro como tal- y cuyo debilitamiento al inicio mismo de su campaña fue manifiesto [...] Así, Camacho Solís, que fue el perdedor en la decisión por la nominación priísta a la Presidencia, hace 44 días, emergió como el gran ganador en la pos-sucesión ya que no solamente tendrá la oportunidad de demostrar que sus cualidades de concertador y su buena relación con los grupos y partidos políticos de izquierda, le serán de suma utilidad para encontrarle solución al conflicto chiapaneco por los caminos de la concertación y el diálogo, sino que al no tener ningún impedimento constitucional en el desempeño de un cargo público, queda convertido en virtual suplente a la candidatura presidencial que favoreció a Colosio… 2 Así, desde el momento de su designación Camacho es visto como virtual suplente a la candidatura presidencial priísta, es decir, se le concede la virtud de suplir a Colosio en esa función, con lo cual la candidatura de éste quedará afectada sin posibilidades de retorno a su estado anterior. La virtud que se otorga al nuevo Comisionado se basa en su 2 Cárdenas Cruz F. “Pulso político”. El Universal, 1994, enero 11. (Los corchetes son míos.) 62 reconocida capacidad de negociación con las fuerzas de oposición, particularmente las de izquierda. En la inédita situación política, abierta por la crisis del régimen que la rebelión zapatista precipitó, Camacho es situado como el gran ganador frente a un Colosio que aparece debilitado; la figura política del primero va a opacar a la del segundo, como su presencia respectiva en los medios lo va a confirmar en los próximos meses. La aparición del término pos-sucesión en estas circunstancias indica que la cuestión de la sucesión al interior del régimen de partido de Estado, a diferencia de lo ocurrido al acercarse la última etapa de gobiernos anteriores, no ha quedado resuelta con la designación del candidato oficial. La nueva posición de Camacho es vista como su resurrección política, después de que se le consideraba políticamente muerto al haber perdido la candidatura priísta y haber roto con el ritual de mostrar su adhesión, así sea formal, al elegido como sucesor por la voluntad presidencial. En el diario Siglo 21 de Guadalajara aparece, también el 11 de enero, un cartón político de Falcón que juega con la asonancia entre resurrección e insurrección: 63 La imagen de Camacho se encuentra en primer plano cubriendo con su sombra a un pequeño Colosio. Mientras el primero arroja “el hueso” de su puesto como Secretario de Relaciones Exteriores y se encamina a su misión en Chiapas, el segundo es ridiculizado al mostrarlo como un niño ataviado para una fiesta infantil mientras al teléfono pregunta: “…o sea nomás negocia y luego se larga ¿verdad?”. La imagen de Colosio y la interrogación que plantea (¿a Salinas?) parecen colocarlo en una posición de ingenuidad en la que la coyuntura política es para él una fiesta infantil, al tiempo que espera con candor que Camacho se largue después de cumplir su encomienda como comisionado para la Paz. En la parte superior del cartón está tachada la primera sílaba (in) de la palabra insurrección y escrita arriba la sílaba re, para dar por resultado resurrección, de modo que la asonancia entre estas dos palabras permite efectuar una condensación –que tiene el carácter de un chiste si se toma en cuenta el conjunto del cartón- en la que quedan incluidas la insurrección zapatista y la resurrección de Camacho, como los dos factores determinantes de la situación política de ese momento3. La resurrección de Camacho trae consigo otra consecuencia: la súbita transformación de Colosio en un cadáver político. En la misma fecha, como ya lo vimos también en el capítulo anterior, la columna “Indicador Político” de Carlos Ramírez en El Financiero, titulada ese día “Chiapas: otros cadáveres”, anticipa el destino trágico de Colosio al mostrarlo como cadáver político; un cadáver que según el columnista se encuentra en estado de descomposición apresurada junto con otros cadáveres del gobierno de Salinas que aparecen como resultado del conflicto en Chiapas: Debajo de las zonas bombardeadas por el ejército, se encuentran cinco cadáveres en estado de descomposición apresurada: el cadáver político de Luis Donaldo 3 El pequeño recuadro en al lado inferior derecho del cartón muestra al recién removido Secretario de Gobernación, Patrocinio Gonzáles Garrido, cruzando el umbral de una puerta con la inscripción Grupo 24 hrs., GA, Grillos Anónimos. Es recibido por Fernando Gutiérrez Barrios, también Secretario de Gobernación en la administración de Salinas desde 1988 y removido en 1992. El otro recuadro muestra a quien fuera Procurador General de la República, Ignacio Morales Lechuga, cuando explotaron ocho kilómetros del drenaje de la ciudad de Guadalajara, el 22 de abril de 1992. El entonces Procurador estaba encargado de las investigaciones para encontrar a los responsables de las explosiones, provocadas por el derrame de cientos de litro de gasolina, que dejaron un saldo oficial de 210 muertos. En el cartón Morales Lechuga no se ha enterado todavía que Carpizo ya no es Procurador y que en ese cargo se desempeña ahora Diego Valadés. Atrás aparece “el baboso”, personaje creado por el cartonista Falcón, quien está a la espera de los resultados de las mencionadas investigaciones. 64 Colosio, el cadáver social del Programa de Solidaridad, el cadáver financiero de la política económica, el cadáver propagandístico de una estrategia de estabilidad social y política con ajuste draconiano y el cadáver modernizador del Tratado de Libre Comercio […] El cadáver político de Luis Donaldo Colosio fue el primero que se encontró. 4 Dos días después el periodista Miguel Ángel Granados Chapa en su columna (publicada en distintos diarios del país) “Plaza Pública”, reitera la resurrección política5 de Camacho y delinea los elementos que definen la coyuntura política en lo que respecta a la sucesión: el hecho de que la campaña de Colosio queda nublada desde su inicio como resultado de aquella resurrección, la apreciación ampliamente compartida de la debilidad del candidato oficial justo cuando su campaña arranca formalmente, el lugar central que adquiere la figura de Camacho, la prioridad de los intereses en juego en las decisiones del presidente por encima de los intereses de la campaña colosista, la posibilidad del reemplazo de Colosio: Colosio debilitado Aparte sus efectos trascendentes, las acciones del lunes y el miércoles fortalecen sin duda al Presidente, pero han debilitado notoriamente a su candidato a sucederlo, Luis Donaldo Colosio. Nunca un comienzo de campaña presidencial priísta fue tan deslucido –al menos en sus repercusiones informativas- como el del ex secretario de Desarrollo Social, a pesar de haber escogido para hacerlo una importante población hidalguense, Huejutla de Reyes. El interés provocado por la estremecedora mudanza del parecer presidencial sobre Chiapas, y la resurrección política de Manuel Camacho nublaron con razón el comienzo de la gira colosista en la Huasteca […] Camacho al centro 4 Ramírez C. “Indicador Político. Chiapas: otros cadáveres”. El Financiero, 1994, enero 11. (Las negritas corresponden al original). El comentario con el que inicia la cita de la columna se refiere a los supuestos bombardeos que el ejército mexicano llevó a cabo en las zonas de Chiapas ocupadas por los insurgentes – bombardeos que el gobierno de Salinas niega reiteradamente haber realizado. 5 Federico Arreola comenta que en el equipo de Colosio desde el primer día de la campaña, que fue también el de la designación de Camacho como Comisionado, apareció la amenaza del “fantasma de un candidato alterno”. En el fantasma está presente la posibilidad de la resurrección. Cf. Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. pp. 20-21. 65 La figura de Camacho atraerá en los próximos días la atención pública en mucho mayor medida que la de Colosio, por la materia misma de que ambos se ocupan. Es comprensible que la diferencia de valores e intereses implicados en las decisiones del Presidente y los que en este momento se condensan en el candidato presidencial priísta obligue a privilegiar los primeros sobre los segundos. Sería imperdonable que lo partidario y particular se sobrepusiera a lo nacional y general. Pero a los colosistas no les preocupa ese orden de prelación. Es muy remota la posibilidad de que se reemplazara la candidatura de Colosio, aunque es evidente que la autopromoción de Camacho antes del destapamiento se ha hecho realidad. El entonces regente de la ciudad de México aseguró que, en condiciones de ingobernabilidad, sólo él podría manejar la situación. Y así está ocurriendo.6 La columna introduce otro elemento que gravita en las condiciones políticas de ese momento: el fortalecimiento de la figura del Presidente, que ocurre justo en el momento en que tendría que empezar a eclipsarse en beneficio de quien sería su sucesor. Este factor está ligado a un componente constante del rumor: el reemplazo de Colosio como candidato formaría parte de una intención política deliberada de Salinas -que es el único que tiene el poder para realizar ese cambio y quien nombró a Camacho como comisionado para la Paz y la Reconciliación. La posibilidad de ese reemplazo de Colosio por parte de Camacho está ya planteada, por mucho que se la califique de remota. De ahí en adelante, no sólo la figura del nuevo comisionado crecerá políticamente en detrimento de la de Colosio, sino que el regreso a la vida política de uno será visto como la muerte política del otro. El pretendido reemplazo de uno por otro provoca efectos en la presencia pública de Colosio durante su campaña, como el que relata la siguiente nota periodística: Del encuentro con abogados al mercado Romero Rubio, el candidato perdió el rumbo. Al volante de su Blazer –con placas de su estado natal, Sonora- no encontraba la ruta hasta que entró por 20 de noviembre y enfiló rumbo al barrio de la Romero Rubio. 6 Granados Chapa M. “Plaza Pública”. Siglo 21. 1994, enero 13. (Los subtítulos en negritas corresponden al original; los corchetes son míos.) 66 Llegado al mercado, el candidato se perdió de vista entre la gente, las legumbres, los regalos, las denuncias y los olores […] En el sitio, en los preámbulos de la ceremonia, nuevo gazapo verbal de marcadas connotaciones políticas. El candidato es presentado como Luis Manuel Colosio Murrieta. 7 La literalidad de las expresiones traza lo que se está operando: el candidato perdió el rumbo, no encontraba la ruta, se perdió de vista entre la gente... frases que no sólo dejan ver un acto fallido de Colosio que muestra su situación como candidato, sino que a posteriori pueden ser leídas como lo que ocurre justo en el momento en que perdido entre la multitud recibe un disparo en el mitin de Lomas Taurinas en Tijuana. En aquel evento de campaña, que tiene lugar en un barrio popular del Distrito Federal, al acto fallido del candidato sigue un lapsus en su presentación: el nombre propio Donaldo cae y en su lugar aparece Manuel, nombre de su rival por la candidatura priísta; aquí tiene lugar una sustitución al nivel del nombre propio. Versiones y desmentidos No sólo entre los columnistas encuentra resonancia la versión de que Colosio será reemplazado como candidato, también los políticos participan en la difusión de ese rumor, tomando distintas posiciones según la pertenencia política de cada uno. El 12 de enero el senador Porfirio Muñoz Ledo, presidente nacional del PRD -quien había sido presidente del PRI y aspirante a la candidatura presidencial de este partido, además de Secretario del Trabajo, Secretario de Educación y embajador de México ante la ONU-, en la tribuna del Congreso de la Unión declara que el conflicto en Chiapas es una oportunidad para la transición democrática, de tal modo que… “todavía tenemos tiempo para debatir, acordar y resolver. Lo tiene, desde luego, el partido de la mayoría que ya dispone, cuando menos, de dos precandidatos…”8 7 Gil J. y Urrutia A. “‘Lo que ha dicho, esperamos que sea verdad’: Resortes”. La Jornada. 1994, febrero 5. El encabezado de la nota hace referencia a la frase pronunciada –“Lo que ha dicho el licenciado Colosio esperamos que sea verdad”- por el cómico Adalberto Martínez Resortes, en respuesta a las promesas que el candidato hizo en ese lugar en el sentido del mejoramiento de barrios y mercados. 8 “Página tres”. Siglo 21, 1994, enero 13. 67 Como señala la nota citada, la trampa que tiende el perredista encuentra respuesta en el legislador priísta Gustavo Carvajal Moreno, quien también había sido presidente del PRI, que desde la misma tribuna replica: Cuando nos señalan que tenemos dos precandidatos no entendemos a qué se refieren […] Quizás ellos (los perredistas) todavía no han definido el suyo o quieren sumarse al nuestro; no entiendo, el nuestro es uno y es Luis Donaldo 9 Colosio, no hay otro. El priísta se afana en aclarar que su partido tiene sólo un precandidato que es Colosio, quien a pesar de la defensa de su correligionario en el debate político ha sido rebajado de facto de candidato a precandidato. Cuauhtémoc Cárdenas, candidato a la presidencia por el PRD, declara en una entrevista con el periodista Jorge Zepeda: Con la designación de Camacho cambia también la correlación de fuerzas políticas al interior del gobierno. De hecho reabre la designación del candidato oficial y mucho influirá la manera en que se resuelva el caso de Chiapas. Es evidente que se 10 han dado nuevos alientos políticos a la figura de Manuel Camacho. Cárdenas reitera lo que constituye un punto de vista compartido extensamente por la clase política, los analistas políticos, los periodistas y un gran sector de la sociedad: el nombramiento de Camacho reabre la designación del candidato del partido en el poder. El entrevistado comparte con muchos otros la opinión de que el desempeño del Comisionado decidirá sus posibilidades como futuro candidato. Es interesante tomar nota de que el encabezado que titula la entrevista con el candidato de la izquierda es: “Chiapas, tumba del gobierno”. La frase, entrecomillada, no aparece entre los dichos de Cárdenas consignados en el texto de la entrevista, con lo cual queda la ambigüedad sobre quién la pronunció, ¿el entrevistado, el entrevistador o alguien más?, lo que le da el carácter de una enunciación compartida. Una tumba es el lugar en el que se da sepultura a un cadáver, ¿el del gobierno, el de Colosio o el del régimen de partido de Estado? Tal vez en este caso, en la situación de 9 Ibíd. Zepeda J. “Chiapas, tumba del gobierno”. Siglo 21. 1994, enero 18. 10 68 crisis política que hace estallar el movimiento insurgente en Chiapas, los tres cadáveres coinciden en la misma tumba. También de una tumba retorna un espectro –la imagen de un muerto que puede resucitar11. Tal es el lugar que se asigna a Camacho en esta historia, como lo muestra la siguiente nota en la que es designado con esa palabra y donde además se puede confirmar que entre los miembros del PAN también corre el rumor del que venimos ocupándonos: El espectro de Manuel Camacho Solís estuvo presente en el acto político que reunió a más de mil panistas mexiquenses para elegir las dos fórmulas que contenderán por igual número de escaños en el Senado de la República, cuando Felipe Calderón Hinojosa, secretario general del CEN de ese partido, en su mensaje demandó al comisionado para la Paz y la Reconciliación congruencia entre sus palabras y su actuación. ‘Si es cierto –retó- que Camacho Solís en sus afirmaciones se ha comprometido por la democracia y ha manifestado abiertamente sus aspiraciones a ocupar la Presidencia de la República, que convoque a una convención dentro de su partido para iniciar cambios profundos en el seno del priísmo’. Los comentarios y las especulaciones sobre las aspiraciones de Camacho Solís a ser candidato a la Presidencia fue tema obligado de panistas y representantes de medios de comunicación durante los escrutinios para elegir candidatos al Senador (sic) por el estado de México. Luis Felipe Bravo Mena, candidato a senador por esta entidad, y Calderón Hinojosa consideraron que la relevancia política que alcanzó Camacho Solís como comisionado para la Paz en Chiapas es un factor decisivo para la transición 12 democrática de su propio partido y del país. Los dirigentes panistas le conceden al Comisionado “una capacidad enorme, de presión y chantaje político sobre el ejecutivo y su partido”, consideran también que “tiene la capacidad para influir en la decisión de Carlos Salinas de Gortari”, esa posición privilegiada como Comisionado para la Paz “le da una ventaja sobre Colosio, por la trascendencia de su figura”, lo que a su vez le permite “el rompimiento de un sistema 11 12 Cf. El “fantasma de un candidato alterno”: Arreola F. Op. Cit. pp. 20-21. Salazar A. “Camacho, tema presente en un acto de mexiquenses panistas”. La Jornada. 1994, marzo 14. 69 político priísta y presentarse como una alternativa política en el panorama electoral”, para lo cual cuenta con la doble posibilidad de “postularse por el PRI o cualquier otro partido a la Presidencia de la República”13. Las opiniones de estos líderes panistas parecen más las de un par de miembros del equipo de Camacho que las de miembros prominentes de un partido que se pretende de oposición y que tiene su propio candidato a la Presidencia. Ellos no sólo toman parte en un rumor que hace de Camacho un candidato sustituto o alterno de Colosio, sino que sus declaraciones constituyen un llamado a aquél para que ocupe ese lugar desde el cual suponen que podría definir el rompimiento del sistema político y la transición a la democracia –es decir, toman parte en el rumor en el doble sentido de que participan en su difusión y al mismo tiempo toman partido por la postulación de Camacho como candidato. La jerarquía de la Iglesia Católica no se queda al margen y también emite su opinión, con lo cual fomenta la circulación de la voz popular: Chiapas representa la oportunidad para democratizar al país, afirmó la Arquidiócesis de México, y añadió que la crisis en el sureste ha despertado incertidumbre por el futuro político con el fortalecimiento de la figura de Manuel 14 Camacho Solís, que ‘podría cambiar el rumbo de la sucesión presidencial’. Respecto a la eventualidad de que Camacho se postule por un partido distinto al PRI, los candidatos presidenciales de varios partidos de oposición se ven constreñidos a declarar sobre su posible declinación a favor de aquél. Cárdenas responde, cuando es interrogado al respecto, que sólo un Congreso del PRD puede tomar esa decisión, agregando con ironía: “Lo que sé es que Camacho es precandidato del PRI y al único que está causando estragos es al candidato de su partido…”15; en otra ocasión, reitera que su postulación como candidato “está a disposición del Congreso Nacional del PRD, y si allí, en forma democrática, deciden que sea otro el candidato, pues no habrá ningún problema”, sin embargo añade que no sabe quién respalde a Camacho, “creo que a quien debiera 13 Ibíd. Tornel A. “Podría modificar el rumbo de la sucesión, lo ocurrido en Chiapas”. El Universal. 1994, marzo 17. 15 Agencias/DF. “No declinaré a favor de Camacho, dice Cárdenas”. Siglo 21. 1994, enero 21. 14 70 preocupar es al licenciado Colosio y a su equipo”16. Álvaro Pérez Treviño, aspirante a la presidencia de la República por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), niega la posibilidad de declinar a favor de Camacho y sostiene que tal versión es “difundida por priístas inconformes con la nominación de Luis Donaldo Colosio” y, esgrimiendo una frase que Salinas ya había utilizado, demanda “a quienes fabrican esas versiones, que no se hagan bolas”17. La candidata del Partido Popular Socialista (PPS), Marcela Lombardo Otero, afirma: “De ninguna manera dejaré mi candidatura a la Presidencia de la República para cedérsela a Manuel Camacho Solís”18. Por su parte, Jorge González Torres, candidato presidencial del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), “aseguró que el tripartidismo del PRI, PAN y PRD teme a una candidatura independiente –se refiere a la eventual de Camacho Solís-, porque pone en peligro sus cotos de poder y concertacesiones”19; el candidato ecologista se expresa a favor de una reforma de la ley electoral que permita las candidaturas independientes y abiertamente se pronuncia por la postulación de Camacho, planteando su propia declinación: “sí hay personas que lo pueden hacer mejor que yo, el PVEM debe determinarlo” 20 –el sí de la primera parte de esta frase es afirmativo y no condicional, como podría dar a entender la segunda parte si se la toma como apódosis, lo que le da el carácter de un acto de enunciación en el que el declarante declina de facto a su candidatura, en favor de quien puede hacerlo mejor que él –lo que por cierto encontraría su confirmación si se tratara ahí de un lapsus calami del reportero o del tipógrafo. Por lo que respecta a los priístas, particularmente los miembros de la cúpula, su función es la de afanarse en desmentir el rumor –lo que por cierto hacen con singular éxito: al desmentirlo lo confirman. El célebre “no se hagan bolas “21, pronunciado por Salinas el 27 de enero en la residencia oficial de Los Pinos ante gobernadores estatales y legisladores 16 Caballero A. “Camacho podría promover la reforma electoral: Cárdenas”. La Jornada. 1994, marzo 12. Martín R. y Chim L. “Niega el candidato del PARM que piense declinar a favor de Camacho”. La Jornada. 1994, marzo 8. 18 Rodríguez Guzmán J. “Repudia Marcela Lombardo las reuniones de Carpizo con líderes de PRI, PRD y AN”. El Universal. 1994, marzo 17. 19 Casas D. “JGT: peligrarían cotos de poder de darse una candidatura independiente”. El Universal. 1994, marzo 15 (la frase entre guiones corresponde al original). 20 Casas D. “Pide González Torres que Camacho se postule, se den coaliciones y segunda vuelta electoral”. El Universal. 1994, marzo 18. 21 Agencias. “¡Que no se haga bolas nadie!, Colosio es el candidato, dice Salinas”. Siglo 21, 1994, enero 28. 17 71 del PRI, buscando poner un alto a la versión de un cambio de candidato en este partido, es tomado en los medios políticos como un “redestape” que confirma la debilidad de Colosio y por lo tanto relanza el rumor antes que detenerlo. Una semana antes del dicho de Salinas, el líder del PRI en la Cámara de Senadores, Emilio M. González, después de aseverar que la fuerza política de Colosio está fuera de duda, recalca: “Políticamente Colosio es potente, está en plena campaña y no hay nada que lo pueda interferir”, para rematar diciendo: “La candidatura a la presidencia de la república es una posición que no tiene suplente”22. Esta última aseveración podría ser suscrita por la inmensa mayoría de los priístas: en la historia del sistema político que nació con su partido nunca ha ocurrido que un candidato a la presidencia de la República haya sido reemplazado por un suplente; lo cual no excluye que también suscriban eso que su líder en el Senado trata de negar: la duda respecto a la potencia política de Colosio, el hecho de que existen interferencias en su campaña y la idea de que se encuentra en marcha una operación política para colocar en su lugar a un suplente. El principal encargado de desmentir el pertinaz murmullo del cambio de candidato es Fernando Ortiz Arana, presidente del PRI. Lo va a hacer en repetidas ocasiones: cuando reitera, en nombre de Colosio, el compromiso de realizar una reforma política junto con las fuerzas de la oposición, para garantizar “elecciones limpias, ejemplares, de las que todos los mexicanos podamos sentirnos satisfechos” 23 ; cuando el candidato es registrado oficialmente en el Instituto Federal Electoral (IFE) el 4 de marzo Ortiz Arana subraya: “Luis Donaldo Colosio es el único que cuenta con el apoyo firme y convencido de sectores, organizaciones y dirigencia de todo el país. El tiene la legitimidad política y estatutaria para encabezar a nuestro partido en los comicios”24; una semana después, cuando es presentado a los priístas el programa “Propuesta y compromisos de Luis Donaldo Colosio”, el presidente de su partido insiste: “se encuentra [el PRI] inmerso todo el tiempo y en todas partes en una sola tarea: llevar al triunfo al candidato del cambio con rumbo y responsabilidad, Luis 22 Agencias. “La fuerza de Colosio está fuera de duda, dice Emilio M. González”. Siglo 21. 1994, enero 20. Rivera M. A. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 4. 24 Rodríguez R. y Martínez N. “Colosio, registrado; ‘unidad en el PRI’”. “‘Yo no he hecho de Chiapas botín político’, sería reprochable señala”. La Jornada. 1994, marzo 5. 23 72 Donaldo Colosio […] El es el candidato de la certeza. En torno a él está toda la fuerza del partido, toda nuestra capacidad política y toda la energía transformadora del partido de la Revolución Mexicana” 25. La retórica del régimen, en este caso en boca de quien funge como presidente del partido del Estado, pone el acento en lo que justo en ese momento falta: la certeza. Ese es un rasgo constante del discurso oficial, que provoca una incredulidad persistente en una porción importante de los ciudadanos y los lleva a interpretar ese discurso exactamente por lo contrario de lo que dice. El registro Colosio llega al día de su registro oficial, el 4 de marzo, fecha en la que también se celebra el aniversario número 65 del PRI, en medio de un ambiente enrarecido por los rumores, que incluso plantean ese mismo día la posibilidad del registro de Camacho: El candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, será registrado oficialmente esta mañana en la sede del Instituto Federal Electoral (IFE). Para no variar, como ha ocurrido desde su destape, el político sonorense llegará rodeado de rumores acerca de su eventual sustitución y de un posible enfrentamiento con el exitoso comisionado presidencial para la pacificación de Chiapas, Manuel Camacho Solís […] Menos anecdótico, pero tal vez de mayor trascendencia para el abanderado priísta será librarse de una vez por todas de los rumores acerca de que podrían sustituirlo. A partir del éxito de las negociaciones de paz en Chiapas se proyectó otra vez la sombra de Manuel Camacho Solís. Ayer circularon versiones sobre el registro del ex regente y ex secretario de Relaciones Exteriores como candidato a la Presidencial. Con todas las características de rumor (‘me lo contó un amigo’; ‘creo que lo dijeron en un noticiario’) en los medios políticos se manejó nuevamente la posibilidad de que Camacho se postule como candidato, ya sea por su partido, por la oposición o como candidato independiente. 25 26 26 “Apoyar a su candidato, única tarea priísta: Ortiz Arana”. La Jornada. 1994, marzo 12. Rivera M. A. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 4. 73 He aquí una descripción elocuente de la atmósfera presente en los minutos previos a la llegada del candidato al acto oficial de su registro ante el IFE: Ayer el PRI cumplió 65 años y a Luis Donaldo Colosio se le cumplió un deseo: registró su candidatura a la Presidencia de la República. Sin embargo, ni la contundencia del hecho ni su legalidad lograron disipar rumores, especulaciones y augurios. Porque ayer, detrás de la formalidad del protocolo y de las declaraciones oficiales, la sombra del comisionado para la paz se dejó sentir pesadamente en la sede del Instituto Federal Electoral. Y es que desde temprano, durante la espera del abanderado presidencial, en la explanada del IFE priístas y periodistas bordaban, especulaban en corto, sobre la viabilidad del relevo. ‘Yo no lo creo, pero...’ ‘Es que con Salinas no se sabe...’ ‘No descartes que se lance por la libre...’ ‘Dicen que el partido ecologista ya se la ofreció...’ ‘No, qué va, candidato sólo hay uno...’ ‘Ya lo dijo aquél, no te hagas bolas...’ ‘Sería el suicidio del sistema...’ ‘Legalmente es posible, pero parece difícil...’ ‘¿A quién de los dos esperamos...?’ Entre los reporteros había quienes ya cobraban apuestas y deudas de honor: ‘Te-lodi-je-mi-her-ma-no...Colosio es el bueno’ Y dejaban escapar alguna risotada. En el estacionamiento, ayudándose con un bastón, Fidel Velásquez [líder vitalicio de la Confederación de Trabajadores de México, la central más poderosa del sector obrero del PRI] caminaba lentamente sumergido entre las grabadoras y las cámaras fotográficas. ‘El candidato es Colosio’, repetía. -¿Ya no se van a hacer bolas los priístas después del registro, don Fidel? -¿Quién se hacía bolas?- replicó el viejo jerarca. -Muchos priístas. Tantos, que incluso el presidente de la República tuvo que hacer una ratificación. -Yo nunca me hice bolas –cortó de mala gana. 74 -¿Hay riesgos de que ocurran desprendimientos en el PRI? -Eso no lo podemos prever. Ahí cerquita, también sobre la explanada, el líder del sector popular, Miguel Angel Barberena, decía que ‘nunca hubo riesgo de cambio de candidato’ y atribuía las versiones a ‘simples rumores’. ‘Nosotros –apuntó el ex gobernador de Aguascalientes- desde el 28 de noviembre nos pronunciamos por una manera clara de apoyo a Luis Donaldo Colosio Murrieta. Nunca ha habido duda y nunca a habido temor a un cambio.’ -¿Confía en la lealtad priísta? -Confiamos... -¿Considera que Manuel Camacho Solís ha sido disciplinado? -No puedo calificar a ningún compañero de partido. También los líderes de la CNC [Confederación Nacional Campesina] y de la FSTSE [Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado], Hugo Andrés Araujo y Carlos Jiménez Macías, aseguraron que no habrá cambios. ‘Mi partido tuvo una decisión irrevocable’, señaló el dirigente de la burocracia nacional. Puntual, a las diez de la mañana, el abanderado del tricolor llegó conduciendo su camioneta, acompañado por su esposa, Diana Laura, y su hijo Luis Donaldo. […] Otra vez, como durante toda la mañana, como desde hace dos meses, el comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas, Manuel Camacho Solís, estuvo ahí, en siete de las catorce preguntas que se le plantearon al candidato priísta. 27 Al salir de esa ceremonia la esposa de Colosio le dice a su secretario particular: “Ahora sí, háganle como quieran: ya está registrado”28. En efecto, se había cumplido el deseo de Colosio, por fin estaba oficialmente registrado como candidato de su partido, con el apoyo de los sectores, las organizaciones y la dirigencia. Todos los rituales que le dan legitimidad a una ocasión como esa se habían cumplido. Por otro lado, las preguntas que los periodistas le dirigen al candidato son bastante directas y éste las responde cumpliendo con todas las reglas de la retórica priísta: 27 Martínez N. y Rodríguez R. I. “Colosio, registrado; ‘unidad en el PRI’”. “Lo presentó Arana como el único que tiene apoyo de todo el PRI”. La Jornada. 1994, marzo 5 (los corchetes son míos). 28 Declaración de Fernando Gamboa Rosas, secretario particular de Diana Laura Riojas, cf. Aguilar Camín H. La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. p. 102. 75 -¿Este registro disipa rumores en su partido? -Este registro reafirma mi deseo de ser Presidente de México. Reafirma mi deseo de trabajar incansablemente por el triunfo que habrá de estar basado en la confianza de la sociedad mexicana, de la sociedad toda. -Señor, se maneja que el licenciado Camacho podría postularse por el partido Verde ¿Qué representa eso para usted? -Yo tengo un profundo respeto por Manuel Camacho. El y yo somos parte de un partido que está comprometido con la democracia, que es el PRI. Respaldo las acciones que realiza en la pacificación de Chiapas y creo que la pluralidad que se refleja hoy en los partidos políticos es producto de la sociedad mexicana. -¿Una posible postulación de este tipo no tiene en riesgo un divisionismo en su partido? -En el PRI hay unidad, hay certeza y sobre todo la convicción de que para ganar la 29 elección de este año habremos de requerir ganar la confianza de la ciudadanía. La afirmación de unidad y certeza en el PRI reitera ese rasgo del discurso del régimen que presenta las cosas precisamente por lo contrario de lo que son: si algo falta en ese momento en el partido en el poder es precisamente la unidad y la certeza. Por otra parte, el profundo respeto que Colosio dice tener por Camacho y su respaldo a la labor de pacificación que éste realiza en Chiapas, se van a transformar muy pronto, tan pronto como el día siguiente, en una acusación de “demagogia” al programa “Hoy no circula”30, que Camacho estableció durante su gobierno como Regente del Distrito Federal -la réplica de éste tardará una semana en llegar: “No, no acepto que algunos me quieran convertir en el factor que explique la ineficiencia de otros”31; respuesta que parece aludir por una parte a lo que no funciona en la campaña de Colosio y por la otra al desempeño de éste al frente de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología32 y luego de la Secretaría de Desarrollo 29 Martínez N. y Rodríguez R. I. “Colosio, registrado; ‘unidad en el PRI’”. “Lo presentó Arana como el único que tiene apoyo de todo el PRI”. La Jornada. 1994, marzo 5. 30 Cf. Ortiz Gallegos J. E. “Neblumo, contienda de antidemocracia”. El Universal. 1994, marzo 17. El programa “hoy no circula” está encaminado a disminuir la contaminación de la ciudad de México, poniendo fuera de circulación a los vehículos automotores durante un día de la semana, siguiendo un sistema de distribución proporcional. 31 Ballinas V. y Camacho O. “No cancelaré mi vida política: Camacho” “Se define como ‘pieza útil en la transición a la democracia’”. La Jornada. 1994, marzo 12. 32 Las funciones de esta Secretaría (SEDUE) fueron absorbidas por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), la “supersecretaría” que Salinas creó para Colosio en abril de 1992 –apenas dos semanas después de que éste había tomado posesión como titular de la SEDUE -, como plataforma desde la que fue 76 Social, encargadas entre otras cosas del combate a la contaminación ambiental. ¡Un día después de haber traspuesto el umbral del registro, teniendo la oportunidad de aprovechar este paso a su favor, Colosio mismo se encarga de encender nuevamente la marcha de su conflicto con Camacho y le agrega combustible a la circulación del rumor! El registro oficial del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ante la máxima instancia electoral del país no ha sido suficiente para contener, dentro y fuera de su propio partido, el insistente rumor de que Luis Donaldo Colosio Murrieta no llegará al 21 de agosto como el abanderado de ese instituto político. Y si bien casi se han agotado los tiempos políticos para un eventual cambio de candidato en el Revolucionario Institucional, técnicamente aún es posible que el partido del gobierno lance una carta que luce descabellada, pero no imposible, sobre todo porque más que el rumor, cobra fuerza como una realidad de la política mexicana la posibilidad de que el régimen salinista juegue con una doble candidatura. […] ante una realidad que se antoja de desastre para los colosistas, los más altos mandos de la política oficial barajan ya opciones, entre las que no se descarta una doble candidatura: la oficial, con Luis Donaldo Colosio Murrieta a la cabeza, y una segunda, presidida por Manuel Camacho Solís e impulsada por la sociedad civil. Y las razones son muchas: ni dentro ni fuera del partido oficial ni dentro ni fuera de México la candidatura de Colosio Murrieta convence. Más bien parece endeble, pese a que el propio candidato ha realizado importantes esfuerzos por modificar su discurso, por mostrarse más agresivo y por profundizar en los temas de interés para los sufragistas. Es ya un lugar común señalar que Colosio Murrieta fue designado candidato para unos tiempos que cambiaron radicalmente el 1 de enero de 1994 y cuyos efectos golpearon a todos los partidos políticos, pero especialmente al partido del gobierno. El levantamiento armado en Chiapas significó un cuestionamiento no sólo al salinismo, sino a casi 65 años de gobiernos priístas […] El ex regente no ha descartado sus posibilidades presidenciales, más bien con su trabajo en Chiapas se sabe poseedor de un capital político único, que le reportaría a su partido una posibilidad más viable para la contienda electoral del 21 de agosto. lanzado el 28 de noviembre de 1993 a la candidatura presidencial. Camacho también había sido Secretario de la SEDUE durante una parte del sexenio de Miguel de la Madrid. 77 Por lo pronto, mañana domingo, en la ceremonia del 65 aniversario del Partido Revolucionario Institucional, se esperan nuevas pistas, hasta que intervenga como orador el propio Manuel Camacho Solís, que ese acto signifique el parto definitivo 33 de la candidatura de Colosio Murrieta o su aborto. Esta columna, publicada al día siguiente del registro de Colosio, participa de eso mismo a lo que hace referencia: la insistencia del rumor. Al mencionar esta insistencia de lo que se dice, dentro y fuera del PRI, en el sentido de que Colosio no llegará al día de las elecciones como candidato de ese partido, contribuye también a su difusión y permite constatar la sobrevivencia del rumor al trámite del registro oficial del candidato. El columnista precisa que según el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), Colosio podría ser sustituido hasta el 22 de julio, es decir, un mes antes de las elecciones, lo que implica que el lapso de incertidumbre se extiende hasta ese día. Aquí también se reitera la apreciación de que la candidatura de Colosio no convence, su debilidad, la versión de que Salinas y los altos mandos del poder estarían jugando con una doble candidatura; situación en la que Camacho tendría mayores posibilidades de triunfar, considerando su capital político y los nuevos tiempos que, a partir de la rebelión armada en Chiapas, configuran un cuestionamiento al gobierno de Salinas y al régimen priísta. Es así que los “dinosaurios priístas, de esos que adivinaron el pensamiento al presidente Salinas”34, buscan retrasar un periodo extraordinario de sesiones en la Cámara de Diputados, para impedir una eventual modificación de la ley electoral que haría posibles las candidaturas en coalición. En palabras de un destacado priísta -“de esos cuyos retratos cuelgan en el Salón Presidentes”: “Si Manuel Camacho Solís se registra como candidato presidencial, el PRI se destruye…”35. La columna antes citada también muestra el método que organiza la construcción de este rumor: al indicar que al día siguiente, en la ceremonia de celebración de los 65 años del PRI, se esperan nuevas pistas –por ejemplo que Camacho intervenga como orador-, deja ver que el rumor está construido en base al examen minucioso de aquellos detalles que puedan servir como indicios que confirmen las sospechas que están en su punto de partida; 33 Alemán R. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 5 (los corchetes son míos). Ibíd. 35 Ibíd. 34 78 es decir, que su método de construcción se puede situar a partir del paradigma indicial del que habla Carlo Ginzburg36. Es en una cierta manera de seguir este método, que no podemos dejar de tomar nota de lo que la pista esperada pone en juego en este caso: el parto o el aborto de la candidatura de Colosio –la metáfora alude a una vicisitud de la filiación y, en efecto, él es considerado “el hijo político de Salinas”; su designación está inscrita en la línea de sucesión de la “familia revolucionaria”. Pero además, Aborto es casi homófono de Aburto37, el apellido de quien va a asesinar a Colosio diecisiete días después del aniversario del PRI. Aborto es el mote con que sus compañeros de escuela nombran a Mario Aburto, en una operación en la que un insulto va a sustituir al apellido de su portador. El insulto muestra su eficacia en la medida en que afecta al ser del sujeto y con él a su cuerpo.38 El único orador en la ceremonia de aniversario del PRI el 6 de marzo fue Colosio. En esa ocasión pronuncia un discurso que es interpretado en la prensa y los círculos de la política como un intento de distanciamiento público respecto a la presidencia de Salinas. Colosio se compromete a separar al PRI del gobierno y a sujetar al presidencialismo a los límites marcados por la Constitución. Incluso en la prensa extranjera se comenta este giro en la campaña, sin dejar de asentar su debilidad como candidato: “Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario Institucional, ha iniciado el difícil proceso de distanciarse del presidente Carlos Salinas de Gortari, y la tarea se ha complicado porque Colosio ‘está considerado como un candidato débil’”39. Las opiniones en ese momento se dividen entre quienes aseguran que con ese discurso se consumó la ruptura con Salinas, que había comenzado a partir de que éste nombra a Camacho como negociador en el conflicto de Chiapas; y entre quienes consideran que tal distanciamiento es sólo aparente, que se trata de una estrategia de campaña, utilizada ya antes por otros candidatos priístas a la presidencia, para ganar votos simulando independencia con respecto al presidente de la 36 Cf. Ginzburg C. “Indicios. Raíces de un paradigma de inferencias indiciales”. En: Mitos, emblemas e indicios. Morfología e historia. Barcelona, Gedisa; 1999. pp. 138-175. 37 La primera vez que escribo Aburto en mi computadora aparece subrayado en rojo. El programa instalado en la máquina me indica como primera opción que hay que cambiarlo por… Aborto. 38 Sobre la eficacia del insulto, cf. Butler J. Lenguaje, poder e identidad. Madrid, Editorial Síntesis; 2004. 39 Nota del diario británico Financial Times, reseñada en: “Colosio busca distanciarse de Salinas: Financial Times”. La Jornada. 1994, marzo 9. 79 República, que fue quien lo eligió como sus sucesor40. En cualquier caso, ese discurso se va a convertir en un indicio de la discordia entre Salinas y Colosio, y a la muerte de éste va a servir para confirmar las sospechas de una conspiración del Presidente encaminada a cambiar de candidato. La ambigüedad de un fantasma La ambigüedad que Camacho mantiene a lo largo de todo este tiempo es un factor determinante para dar aliento a las especulaciones sobre su posible postulación como candidato presidencial, ya sea dentro o fuera del PRI. El 11 de marzo, en una conferencia de prensa en el Hotel “Presidente Chapultepec”, Camacho responde a las críticas de Colosio al programa “Hoy no circula”. En esa ocasión denuncia “presiones para que este comisionado se retire de la vida política del país”, para lo cual se inventan acusaciones de corrupción –aparecidas en algunos medios- en contra de sus colaboradores. Se define a sí mismo como un “factor de conciliación, de estabilidad y pieza útil en la transición a la democracia” y remata con la amenaza de “tomar la decisión política necesaria para hacer avanzar la democracia y propiciar la unidad de México”41, si se conculcan sus derechos políticos y en lugar de avances democráticos hay polarización. Un mensaje idóneo para “sostener con vida un fantasma que no deja de meter ruido”, por supuesto el ruido incesante del rumor: El insólito mensaje del comisionado Camacho Solís dado a conocer el pasado viernes parece confirmar que este año la política lejos de asentarse se colma de sorpresas. El tono duro, audaz, lleno de advertencias y mensajes cifrados, lejos de fijar una posición definitiva deja en un suspenso condicionado la tribuna desde la cual Camacho Solís continuará su labor política […] No tengo nada en contra de que Camacho opte por ser candidato presidencial, tiene todo el derecho y los 40 En su libro sobre la sucesión Castañeda dice a propósito de este discurso de Colosio: “Es un hecho que discursos similares se pronunciaron en todas las sucesiones aquí examinadas, y todos han provocado malestares pasajeros”. Castañeda J. G. La herencia. México, Punto de lectura; 2001. p. 600. Salinas afirma haber recibido el texto del discurso de Colosio antes de que fuera leído, “sin animarse a sugerir modificación alguna”.Ibíd. Además Salinas asegura que él mismo le habría sugerido a Colosio que tomara distancia de su gobierno, como estrategia de campaña. Ibíd. p. 603. 41 Ballinas, V. y Camacho, O. “No cancelaré mi vida política: Camacho” “Se define como ‘pieza útil en la transición a la democracia’”. La Jornada. 1994, marzo 12. Sobre este punto véase también el capítulo anterior: “Fin a lo que no Funcionó”. 80 méritos para hacerlo, pero querer sostener con vida un fantasma que no deja de ‘meter ruido’ y distorsionar la vida política nacional me parece una dudosa contribución al perfeccionamiento de nuestra democracia.42 El fantasma, el espectro resucitado que el rumor hace volver de la tumba – contando por supuesto con el soporte de las acciones de Camacho-, se convierte en el representante metafórico de un régimen que se mantiene entre la vida y la muerte largamente anunciada, que no acaba de expirar. A ese fantasma se le atribuye el poder de llevar a cabo la igualmente esperada transición democrática, pero parte de la ambigüedad reside en que no queda claro si su intervención le va a devolver un aliento de vida al régimen o lo va a mandar definitivamente a la tumba. El mismo día que La Jornada publica el artículo citado en último término, en otra página de ese diario aparece un cartón de Rocha, que representa una escena de un partido de béisbol: 42 Morales R. “Camacho: el fantasma sigue vivo”. La Jornada. 1994, marzo 14. 81 Colosio se encuentra en el montículo del pitcher o lanzador, al parecer atribulado, pues una gota de sudor escurre por su cara, mientras ve a Camacho que está calentando, como cuando un jugador se prepara para un cambio en el que va a entrar al terreno de juego en lugar de otro que va a salir. Todas las miradas del público están puestas en Camacho, que está situado en el borde del campo de juego y lanza una bola a un catcher o receptor, mientras otro jugador lo ve con desconcierto. El cartón da a entender que Camacho está “calentando brazo” y que en cualquier momento puede entrar al relevo de Colosio. Eso es lo que parece inminente al día siguiente, 15 de marzo, último día para el registro de candidatos ante el IFE –mas no para un eventual cambio de candidato si algún partido así lo decide-, cuando Camacho hace aparición en las oficinas de ese organismo electoral, logrando que todas las miradas del “público” presente se dirijan a él: Manuel Camacho Solís volvió a hacer otra de las suyas y a desatar especulaciones políticas cuando, justamente el último día de registro de candidatos a la Presidencia de la República, llegó hasta la sede del Instituto Federal Electoral para dialogar durante 45 minutos con Jorge Carpizo, secretario de Gobernación: los mismos 45 minutos que el viernes pasado habló con el Presidente Carlos Salinas de Gortari en Los Pinos y que, entonces como ayer, hizo esperar a periodistas nacionales y extranjeros que aguardaban una gran noticia... que tampoco llegó a serlo. En esos 45 minutos de ayer, como en los del viernes anterior, se llegó a creer que el Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas se decidiría, al fin, a anunciar que se convertiría en candidato presidencial por algún partido político distinto al que, hasta ahora, milita. Fueron 45 minutos que parecieron horas los que vivió en la sede del IFE un grupo de representantes de la prensa nacional y extranjera y que imaginó que ahí se daría el anuncio que no ocurrió en el amplio salón del hotel cercano al Bosque de Chapultepec el viernes. Camacho Solís, sin embargo, volvió a disfrutar, sonriente, de la expectación en la que estaban inmersos los colegas, como lo hizo cinco días antes, ante la multitud que lo aguardó a su llegada de la residencia oficial. La presencia del ex regente capitalino y ex secretario de Relaciones Exteriores en el IFE causó perplejidad a unos, entusiasmo a otros y extrañeza a muchos. 82 ¿A registrar su candidatura? ¿Por cual partido? ¿Siempre sí se decidió a 43 postularse?, se preguntaron quienes lo vieron llegar. El columnista narra con detalle las múltiples reacciones que provoca el acto de Camacho. La noticia de su presencia en el IFE llega de inmediato a la sede del PRI y al aeropuerto de la ciudad de México, donde se espera que de un momento a otro llegue Colosio de una gira por Monterrey. Al salir de su reunión con el Secretario de Gobernación, que es también Presidente del IFE, y a quien por cierto se identifica como partidario de Camacho, éste dice que fue ahí a informarle al responsable de la política interior del país sobre el estado de las negociaciones de paz. La presencia del Comisionado para la Paz en ese lugar, ese día preciso, tiene todos los tintes de una provocación de la que Camacho parece disfrutar, advertido de los efectos que su acto va a desencadenar en un ambiente político de extrema sensibilidad. Después de todo, la política se orienta en buena medida por señales, Camacho lo sabe, como lo sabe de algún modo ese “público” atento – la clase política mexicana, los medios, esa entidad de límites imprecisos llamada opinión pública-, que está dispuesto a escudriñar esas señales para construir o confirmar una interpretación que les dé sentido. Por lo pronto este suceso sirve para enriquecer el caldo de cultivo del rumor. Siguen hechos bolas Heberto Castillo, uno de los líderes de la izquierda que participaron en la fundación del Partido de la Revolución Democrática, Senador de ese partido por el estado de Veracruz, en una colaboración para El Universal titulada Hechos Bolas, muestra que esta frase sigue describiendo la situación de la clase política mexicana a cinco días del asesinato de Colosio: La confusión en la clase política en el poder crece a medida que pasa el tiempo. El candidato registrado por el partido de Estado, Luis Donaldo Colosio, camina por la República sin saber a ciencia cierta si lo van a sostener como candidato o lo van a reemplazar. Carlos Salinas comenzó el desconcierto cuando nombró a Manuel Camacho su comisionado para la paz en Chiapas, después del alzamiento del 1o. de 43 Cárdenas Cruz F. “Pulso Político”. El Universal. 1994, marzo 16. 83 enero […] A partir de entonces, 9 de enero, comenzaron las especulaciones en torno de un posible reemplazo de Colosio, y los reflectores de la publicidad alumbraron día y noche al ex regente. No es lógico pensar que Carlos Salinas actuara sin saber los resultados de su acción. Si hubiera atrasado la designación de Camacho un día no habría opacado la protesta de Colosio. Es de pensarse que lo hizo con intención de sembrar desconcierto y mantener así su poder. Cuando un presidente designa a su sucesor empieza a perder fuerza. Con esta jugada, Salinas sigue siendo factotum en la elección de 1994. Para mantener la expectativa alrededor de Colosio, Salinas tuvo que reiterar el dedazo a favor de Colosio y decirle a los priístas de la cúpula y a los funcionarios del gobierno que ‘no se hicieran bolas’ […] ¿Qué pasa en el gobierno? se preguntan todos. ¿Por qué Salinas no pone en orden a Camacho? ¿Lo tiene calentando el brazo como relevo o como emergente de última hora? Salinas sabe o debe saber que la indefinición que rodea a Colosio, a pesar de las encuestas que le han publicado, todas favorables, traerá necesariamente una disminución en los votos para el PRI el 21 de agosto. A nadie atrae un candidato titubeante. El PRI da traspiés en todos lados. Nadie se traga la incapacidad de Salinas para poner orden. Los cuadros dirigentes del partido de Estado están hechos bolas. Si Colosio es el candidato, por qué no se le apoya abiertamente. Si es Camacho el indicado, por qué no sustituye a Colosio. No se ve que haya una sola razón por la cual Salinas no pueda poner en orden a Camacho. Ni menos que lo apoyen cuando es evidente que sigue siendo una opción dentro del PRI. Una explicación lógica de la actitud de Salinas con respecto a Colosio y a Camacho es que prefiere presionar a Colosio para que sea él quien decida retirarse de la contienda ‘entendiendo que las fuerzas mayoritarias del PRI apoyan a Manuel Camacho’ y no tener que dar el tercer dedazo –la tercera es la vencida- para sustituir a Luis Donaldo Colosio por Manuel Camacho. De ser otra la causa de este extraño proceder, de su empeño en hacer bolas a quienes ha pedido que no se hagan bolas, ésta tendría que ser forzosamente, su empeño en conservar las riendas del poder el mayor tiempo posible, aunque tal 84 cosa arrastre consecuencias… al país a una inestabilidad política de impredecibles 44 Este artículo expone la perspectiva que alguien desde la oposición -pero que al mismo tiempo forma parte de lo que describe, ya que también pertenece a la clase políticapuede tener de lo que está ocurriendo al interior del partido de Estado. Heberto Castillo comparte con otros de dentro y fuera del PRI una interrogante: “¿por qué Salinas no pone en orden a Camacho?”; y una sospecha: “nadie se traga la incapacidad de Salinas para poner orden”. También comparte una respuesta: el Presidente busca mantener su poder en el momento en que empieza a perderlo por haber designado a su sucesor. El proceder presidencial busca sembrar el desconcierto, hacer bolas a los que ha pedido que no se hagan bolas y convertirse de ese modo en el factotum de las elecciones, reservándose la decisión de reemplazar a Colosio como candidato mientras mantiene a Camacho “calentando el brazo” –reaparece la metáfora del lanzador de béisbol. Esta hipótesis parte de la creencia de que Salinas no sólo mantiene las riendas del poder sino que tiene todos los hilos de la situación en la mano, y sólo espera el momento oportuno para consumar su plan. Pero si es así ¿por qué no apoya decididamente a Camacho? En caso contrario, ¿por que tampoco apoya abiertamente a Colosio? –lo que se espera del presidente de un régimen como el priísta es que apoye sin ambigüedades a quien nombró como sucesor. A menos que… trate de presionar a Colosio para que él mismo decida retirarse de las elecciones. Si se considera esta última hipótesis mencionada por Castillo, es necesario agregar que la estrategia de Salinas habría contado, acaso sin saberlo, con las propias dudas de Colosio: éste se pregunta en distintos momentos de su campaña sobre la posibilidad de renunciar, cuestión que comenta con algunos de sus colaboradores cercanos y con su esposa45. De este modo, Colosio tal vez contribuye a alimentar la imagen que se tiene de él –“A nadie atrae un candidato titubeante”-, al tiempo que participa de las condiciones que 44 Castillo H. “Hechos Bolas”. El Universal. 1994, marzo 18. La fecha del nombramiento de Camacho como Comisionado es el 10 de enero, no el 9, como escribe Castillo. 45 Aguilar Camín H. La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. Según declaraciones de Guillermo Hopkins y de Samuel Palma, colaboradores de Colosio, a quienes habría mencionado por separado y en fechas diferentes la posibilidad de renunciar, pp. 92-93. Según Fernando Gamboa, secretario particular de la esposa del candidato, Luis Colosio, padre del mismo y Nikita Kyriakis, amigo de la familia, Colosio habría comentado esa posibilidad con su esposa, incluso un mes antes de su muerte, de acuerdo con lo dicho por el primero. pp. 96-97. 85 le dan vigencia a la versión de que no llegará al día de las elecciones como candidato del partido oficial. En este aspecto el rumor le devuelve a Colosio su propio mensaje de manera invertida. Desde la designación de Camacho como negociador con la guerrilla, la desconfianza hacia Salinas llegó para instalarse definitivamente, tanto en Colosio y su equipo como en una parte importante de los priístas, que sólo logran explicarse la conducta del Presidente como una jugada política que busca alterar en su provecho las reglas de sucesión del régimen. Un día antes de que Colosio se encuentre con su destino fatal, la siguiente columna reitera lo que se ha venido diciendo los últimos dos meses y medio: La gran preocupación de los priístas y colosistas que desconfían de Salinas y que desconocen la dimensión de sus jugadas políticas radica en la posibilidad de que el Presidente de la República esté jugando con dos candidaturas salinistas, una dentro del PRI y otra fuera. Después de Chiapas, el presidente Salinas estaría seguro de que Colosio no va a ganar las elecciones y que ninguna circunstancia lo obligaría a entregarle la presidencia a Cárdenas. En ese caso, el presidente Salinas ganaría las elecciones con Camacho como candidato de una oposición salinista leal. Así, Salinas sí le daría el poder a un presidente surgido de la oposición que 46 sería su hermano político. Efectivamente, la posibilidad de que el candidato del PRI pierda las elecciones presidenciales está presente como nunca antes en la historia del régimen. Tras unas elecciones fuertemente impugnadas en 1988 –ese año Carlos Salinas había accedido con dificultades al poder, cubierto con la sospecha de un triunfo ilegítimo sobre Cuauhtémoc Cárdenas, su competidor más cercano en el conteo de votos- y la crisis política que en la antesala de las siguientes elecciones desencadena la irrupción del movimiento insurgente de los zapatistas, la derrota de Colosio aparece para los priístas como un riesgo no muy lejano. La voz popular no hace más que tomar nota de esta situación y sus efectos para la sobrevivencia del régimen, anticipándose a los sucesos por venir y participando 46 Ramírez C. “Indicador político. Salinismo, ¿feudo de poder?”. Siglo 21, 1994, marzo 22 (Las negritas corresponden al original). Ramírez comenta en esta ocasión que la otra jugada de Salinas podría ser imponer a Camacho como parte del gobierno de Colosio, para acotar la presidencia de éste y garantizar la continuidad del proyecto transexenal salinista. 86 activamente en su realización. Aquí encuentra anudamiento una afirmación de Mario Aburto, hecha unos momentos después de que dispara en contra de Colosio: "Nada más lo iba a herir, con esto se iban a calmar, cómo le diría, inquietudes de levantarse y gente armada, todo eso, se iban a calmar e inclusive a servir como un, cómo le podría decir, como un escalón más para el candidato y más fácilmente ganar las elecciones... "47. Aburto está al tanto de que el candidato puede perder las elecciones y se propone colocarle un escalón que le facilite el triunfo en esa competencia -a su manera él también busca contribuir a la paz, advirtiendo al país del riesgo en que se encuentra ante la proliferación de “actos bélicos” -, pero a juzgar por la gravedad de las heridas que le provoca a Colosio es posible que éste no sea el candidato al que busca ayudar el joven pacifista. Un desistimiento tardío El 22 de marzo Manuel Camacho Solís comunica su decisión de no participar en las elecciones de ese año. Al parecer la decisión es precipitada por el rumor de una caída en la bolsa de valores o una devaluación de la moneda, que pueden ocurrir en la ya cercana semana santa, y que serían atribuidas a la incertidumbre creada por la indefinición de Camacho. Manuel Camacho Solís anunció su determinación de no participar, en la actual contienda electoral, ni siquiera para una posición en el Senado; aclaró que esa decisión ‘la adopté personalmente’, tomando como base los intereses republicanos del país y porque ‘es más prioritaria la paz que una candidatura’. Aceptó que desea ser presidente de la República, pero no a cualquier costo; por ello su postura. Rechazó que su posición tenga que ver con la reciente reunión que sostuvo con el candidato del PRI a la Presidencia de la República. ‘Esta posición apenas la tomé ayer 21 de marzo, aniversario del natalicio de Juárez; la adopté por el interés 48 republicano’. 47 Gómez M. I. “Caso Colosio: viñetas de una investigación”. WWW:\Milenio Semanal-Aburto.htm González V. “No participaré en la actual contienda electoral: Camacho”. El Universal. 1994, marzo 23. Según había trascendido, Colosio y Camacho habían tenido recientemente (el 17 de marzo) una reunión en la que habían llegado a algunas coincidencias, entre ellas la posibilidad de una “alianza estratégica para la transición democrática”. Cf. Márquez E. Por qué perdió Camacho. Revelaciones del azor de Manuel Camacho Solís. México, Océano; 1995. p. 201. 48 87 El comisionado para la Paz y la Reconciliación, que había traído la intranquilidad a la clase gobernante, reconoce lo que “todo mundo” exclamaba a voz en cuello: su deseo de ser presidente de la República. El anuncio de su desistimiento llega tarde: el mismo día que esta declaración es publicada en los diarios de todo el país, Mario Aburto da el paso que venía cavilando desde tiempo atrás: dispara sobre Luis Donaldo Colosio. El rumor que aseveraba que éste no llegaría como candidato del PRI al día de las elecciones encuentra la realización de sus designios. Los textos periodísticos citados hasta aquí permiten constatar la vasta difusión del rumor mencionado, su abrumadora presencia en la sociedad. La insistencia de lo que ellos plantean forma parte de la situación política en la que están tejidos y, al mismo tiempo, es un rasgo constitutivo del rumor: éste sólo toma existencia por la reiteración. En el caso que estudiamos, el rumor da pruebas de gran resistencia al paso del tiempo, a los desmentidos, a las pruebas en contrario; pero esta insistencia del rumor es también la de la incertidumbre que define una situación política en la que está en juego el desenlace de la sucesión al interior de la clase gobernante y el futuro de un régimen que agoniza junto con una época. El rumor no es un agregado exterior a esta circunstancia política sino que es uno de sus elementos constitutivos, pues no sólo toma nota minuciosa de la agonía del enfermo sino que participa directamente de la gravedad de su estado. 88 VI. LA EFICACIA DEL RUMOR El rumor es noticia En el caso del rumor que afecta a la candidatura de Colosio nadie puede ser señalado como su “autor”, tal como corresponde a la estructura de un rumor. Aunque declaraciones públicas, entrevistas, columnas, artículos de opinión o cartones políticos, aparezcan en la prensa suscritos por alguien en particular, ninguno de esos nombres puede ser identificado como autor de la o las versiones que difunde. Al hacer referencia, comentar, constatar o desmentir el rumor lo transmiten, colaboran a su circulación, como eslabones de una cadena de la cual no es posible localizar su origen. Esos productos periodísticos constituyen la huella escrita de un decir popular que corrió en otro tiempo, al que ya no tenemos acceso si no es a través de sus rastros escritos, que al tener un carácter público participaron en su momento de los circuitos de difusión del rumor. Los textos e imágenes que en la prensa transmiten la especie de que habrá un [candidato1] cambio de candidato en el PRI o en el ánimo presidencial, muestran que no solamente existe una alimentación recíproca entre canales formales e informales de circulación de esa versión popular, sino dejan ver que el rumor mismo es noticia. La oposición noticia versus rumor, sobre la cual construyen su estudio del tema Allport y Postman, en un texto considerado clásico, se revela insostenible2. Para estos autores sería posible bajo ciertas condiciones hacer una separación nítida entre noticia y rumor, en donde la primera, cuando proviene de un medio de comunicación de “reputación intachable”, está ligada a una verdad que se conforma a los hechos objetivos, los cuales pueden ser verificados en una realidad concebida positivamente; mientras que el segundo es el producto de una deformación progresiva del “estímulo patrón” que es la noticia o la 1 Lapsus calami que por segunda ocasión (la primera en un borrador manuscrito) aparece en la escritura de este párrafo: ¿una indicación de que Colosio nunca llegó a alcanzar el estatuto de candidato al permanecer en la incertidumbre hasta el final? Hipótesis a tener en cuenta entre las condiciones de persistencia del rumor. 2 Cf. Allport G. W. y Postman L. Psicología del rumor. Buenos Aires, Editorial psique; 1967. Es interesante tomar en cuenta que este libro fue editado por primera vez en los Estados Unidos en 1947. La guerra recién terminada imponía en ese país la tarea de combatir la propaganda enemiga, principalmente de origen nazi. Para una crítica de la posición de estos investigadores cf. Zires Roldán M. Voz, texto e imagen en interacción. El rumor de los pitufos. México, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco-Miguel Ángel Porrúa; 2001 –particularmente el capítulo I titulado: De lo verdadero a los diferentes regímenes de verosimilitud. 89 información dada inicialmente, deformación que no se atiene a los hechos, pues está ligada a factores subjetivos de los individuos que “distorsionan involuntariamente la realidad”. Aunque estos estudiosos del rumor reconocen que también existen noticias deformadas desde el principio -cuando los reporteros están sujetos a factores de distorsión de la realidad, cuando recogen relatos de segunda mano o cuando una noticia responde a intereses políticos o económicos-, no extraen ninguna consecuencia de este hecho que cuestiona la oposición en la que fundan sus planteamientos y de pasada vuelve insuficiente la diferencia entre vías formales e informales cuando se trata de la difusión de un rumor. En el caso que aquí estudiamos el rumor no sólo no se distingue ni se contrapone a la noticia, sino que hace noticia, la produce al involucrar extensamente en su transmisión a los medios y a los sujetos de la acción política. En este aspecto, es necesario contar además con el hecho de que la noticia es generada no sólo por los medios sino también por las audiencias que la esperan, lo que introduce el fenómeno de la noticia deseada: “Aquella en la que la opinión pública quiere creer”3 –y nada mejor que el interés creado por un rumor para responder a esa demanda en la que el mercado orienta la acción de los medios. Al mismo tiempo, el rumor no se limita a describir con mayor o menor fidelidad una circunstancia política, sino que es parte integrante de ella, contribuye a su construcción: transforma la correlación de fuerzas al interior del grupo gobernante y en las relaciones de éste con el resto de las fuerzas políticas, profundiza la crisis del régimen que se había iniciado tiempo atrás, reposiciona a los distintos aspirantes a la presidencia, altera la imagen pública de quien ha sido designado formalmente como candidato oficial –v. gr. si el rumor insiste en la debilidad de Colosio como candidato, más allá de que esa apreciación corresponda o no a la ubicación relativa que él tiene en el juego político, termina por afectar su imagen ante sus potenciales electores, lo deja en una posición de debilidad al quedar su candidatura marcada por la incertidumbre. El rumor es un objeto que circula de boca en boca y que tiene efectos sobre el objeto del que predica algo. En este caso el rumor no se reduce a una expresión constatativa sino que posee una fuerza performativa, en el sentido que Austin da a estas expresiones, que hace al decir reiteradamente lo que dice; en 3 Wiñazki M. La noticia deseada: Leyendas y fantasmas de la opinión pública. Buenos Aires, Marea; 2004. p. 9. 90 otras palabras, el rumor no se limita a constatar algo para luego hablar de ello, sino que tiene una fuerza que realiza efectos al decir lo que dice4. Las condiciones del rumor No es posible dar cuenta del origen de un rumor, el punto exacto en que inicia el primer eslabón de la cadena permanece inaccesible a las operaciones del saber que pretenda asirlo; sin embargo, en algunas ocasiones se pueden localizar las condiciones en las que se produce, que son las mismas que hacen posible su circulación. En el caso que venimos estudiando esas condiciones son: - El nombramiento de Manuel Camacho Solís como Comisionado para la Paz y la Reconciliación, que le otorga un lugar privilegiado en la negociación de la agenda política nacional. - La crisis del régimen desatada por la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que pone en riesgo la sucesión en el partido del Estado. - La mayor competencia política, que tiene como antecedente importante las elecciones presidenciales de 1988, en las que Cuauhtémoc Cárdenas, el candidato de la izquierda, se declara ganador al igual que Carlos Salinas. - El arribo de Salinas al poder después de un período de fuerte impugnación de los resultados oficiales de esas elecciones; lo que desde el principio marca a su gobierno con el sello de la ilegitimidad. - El incremento de la visibilidad de los actos políticos, debido entre otras cosas a la flexibilización de los rasgos autoritarios del régimen y a la mayor apertura de los medios de comunicación5. 4 Cf. Austin J. L. Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona, Paidós; 1971. También cf. Butler J. Lenguaje, poder e identidad. Madrid, Editorial Síntesis; 2004. 5 Fundamentalmente los medios escritos. En 1994 la radio y sobre todo la televisión funcionan, salvo algunos espacios marginales, casi como agencias de propaganda del régimen y su partido. Televisa, la mayor cadena de televisión del país, sigue siendo por entonces “una empresa priísta”, como la definió en algún momento su principal propietario. Televisión Azteca, la otra gran cadena de televisión, apenas había empezado a operar el año anterior, en 1993, después de que el gobierno de Salinas privatizara la televisora estatal Imevisión. Según un rumor, Raúl Salinas de Gortari, hermano del Presidente, sería accionista de la nueva empresa, lo que puede dar una idea de que su política informativa estaba lejos de tener una posición crítica hacia el régimen. Esa versión fue parcialmente confirmado por Raúl Salinas Pliego, propietario de TV Azteca, sin parentesco con la 91 - La conservación de una parte importante del poder de Salinas como presidente en funciones, que no se eclipsa frente al candidato oficial, conforme a lo que marca la tradición al final de cada sexenio. La crisis política lleva a Salinas a compartir con el Comisionado para la Paz el control de puestos clave del gabinete (Gobernación, Procuraduría General de la República, Regencia del Distrito Federal), en lugar de hacerlo con aquel a quien ha designado como su sucesor. - La existencia de un rival de facto que está en condiciones de disputarle la candidatura presidencial a Colosio, cuyo estatus de candidato queda entonces en suspenso al reabrirse la pugna por la sucesión al interior del grupo gobernante. Todas estas condiciones vuelven verosímil a un rumor que tiene distintas versiones que comparten un elemento: Colosio no va a llegar a las elecciones como candidato del PRI, algo le va a pasar antes de esa fecha y va a ser suplido o sustituido por Camacho; o bien, Camacho va a convertirse en un candidato alterno a la presidencia de la República, lanzando su candidatura por un partido distinto al PRI. La primera modalidad supone que a Colosio lo van a enfermar, lo van a obligar a renunciar o lo van a desaparecer; la segunda supone que Camacho concreta su candidatura alterna con el apoyo velado de Salinas. Lo que ambas versiones comparten es que existe una conspiración de Salinas y/o de las altas esferas del poder estatal, sea para sustituir a Colosio por Camacho en la candidatura del PRI, sea para lanzar al segundo como candidato por otro partido –lo que en la lógica de construcción de este rumor equivale a otra forma de sustitución: Camacho sustituye a Colosio en la omnipotente voluntad presidencial, lo que equivale a quitar a éste del camino, pues sin el apoyo del Presidente el candidato priísta está condenado a perder las elecciones. Antes del asesinato de Colosio predomina la versión de que Salinas decide cambiar de candidato porque aquél no tiene posibilidades de ganar en el entorno de la crisis creada por la insurgencia zapatista; después del magnicidio va a predominar la versión de que es el rompimiento de Colosio con Salinas lo que lleva a éste a cambiar de parecer, pues aquel a familia presidencial, al aceptar que el hermano del Presidente le prestó varios millones de dólares para adquirir en propiedad la televisora que era del Estado. Por otro lado, la Internet no tenía en aquel tiempo la penetración social que va a tener años después. 92 quien había designado como su sucesor se le salió de control –para esta versión, que ya empezaba a circular antes de la muerte de Colosio, el autor intelectual del magnicidio es Salinas. Suplir, sustituir, reemplazar, aparecen en las notas periodísticas que transmiten el rumor popular. Son verbos cuyo sentido se recubre parcialmente, que con frecuencia se usan como sinónimos. Sin embargo, conviene tener en cuenta algunos matices que introducen diferencias entre ellos. Mientras que en la palabra sustituir está presente el sentido de “Poner a alguien o algo en lugar de otra persona o cosa”6, “Poner una cosa o persona en el sitio en que estaba otra que ya no está o que se quita”7, y reemplazar se define por referencia a la anterior -“Sustituir algo por otra cosa, poner en su lugar otra cosa que haga sus veces”8-, en suplir se añade un matiz que remite a algo que falta: “Cumplir o integrar lo que falta en algo, o remediar la carencia de ello”9, “Añadir en un sitio una cosa que falta” o “Hacer una persona o una cosa el papel de otra que falta”, incluso “Disimular ante una persona una falta de otra”10. La distinción anterior es importante porque cuando el rumor hace de Camacho un candidato suplente, hace aparecer al mismo tiempo la dimensión de una falta o una carencia. Es posible que la suplencia que se espera de Camacho indique que está suspendida, en el sentido de quedar sin efectos, la candidatura de Colosio. Esto equivale a que de facto –mas no de iure- en el PRI no hay candidato11; la crisis del régimen ha dejado suspendido ese estatus de Colosio. Éste fue destapado siguiendo las reglas de sucesión de la ortodoxia priísta, por derecho es el candidato oficial del régimen, pero no es el candidato de un partido que después del primero de enero de 1994 puede perder las elecciones ante una correlación de fuerzas inédita, que tiene que competir con otros partidos, como nunca lo había hecho, para ganar la presidencia de la República; no está dado de antemano que Colosio reúna las condiciones que requiere el candidato de este nuevo partido que ya no es el del destape como mecanismo infalible de sucesión. Por un lado, es en esa carencia de 6 Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia Española, Vigésima segunda edición; 2001. Moliner M. Diccionario de uso del español. Madrid, Gredos; 1998. 8 Diccionario de la Lengua Española. Ed. Cit. 9 Ibíd. 10 Moliner M. Op. Cit. 11 Cf. Mi lapsus calami al principio de este capítulo. 7 93 candidato en la que encuentra apoyo la versión de que Camacho es el candidato suplente; por el otro, en la medida en que la estructura de la nueva situación política hace aparecer las dudas respecto a las capacidades de Colosio para llegar a la presidencia, la candidatura de Camacho apuntaría a suplir las faltas de aquél12 –de ahí que se subraye la habilidad negociadora del Comisionado para la Paz, su destreza para construir consensos con las fuerzas de oposición, su capacidad para conducir la transición a la democracia: “Camacho ha ratificado, ante esos sucesos, ser un político para la crisis, particularmente política, que es la que ahora se nos vino encima”13. La pretensión de suplencia que el rumor pone en juego en esta ocasión, al buscar “remediar la carencia” de algo o de alguien, hace visible lo que trata de “disimular”14, resaltando la inviabilidad de la candidatura oficial, que ya no responde a un horizonte político que es distinto al que le dio nacimiento –lo cual deja a Colosio en una posición riesgosa, careciendo no sólo del apoyo presidencial sino del soporte del aparato del partido de Estado. En este caso, la suplencia nunca se lleva a cabo, resulta impracticable dada la maraña de intereses políticos que intervienen en ese momento. Por otra parte, si el desenlace de esta historia se enfoca desde la perspectiva de la sustitución –“poner a alguien en el lugar de otra persona”-, los sucesos posteriores muestran la imposibilidad de cualquier intento de sustituir a un sujeto por otro, el fracaso de ese “poner en el lugar de…”15: Camacho no fue tampoco el “candidato sustituto” y el nombramiento de un nuevo candidato priísta que ganara las elecciones tuvo que pagar el precio de la vida de Colosio. Importancia y ambigüedad 12 Esas dudas están determinadas por la manera en que están estructuradas las condiciones políticas de ese momento y son hasta cierto punto independientes de las capacidades personales de Colosio, así como de los resultados de las encuestas que predicen su triunfo en las elecciones. Sobre este último punto cf. Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. p. 233. 13 Cepeda A. “Conjeturas”. La Jornada. 1994, marzo 8. 14 Otro tipo de suplencia, que también vuelve visible una falta, pero al mismo tiempo permite sostener un anudamiento subjetivo, es la que Lacan plantea en el caso de James Joyce. Cf. Lacan J. Le Sinthome. Versión G. T. 15 Sobre la imposibilidad de la sustitución en el duelo, cf. Allouch J. Erótica del duelo en el tiempo de la muerte seca. México, Edelp; 1998. 94 En el decir popular que afecta a la candidatura de Colosio podemos encontrar también las dos condiciones básicas que Allport y Postman postulan para la transmisión de un rumor: El rumor corre cuando los hechos acaecidos tienen importancia en la vida de los individuos y cuando los detalles que les llegan al respecto son incompletos o subjetivamente ambiguos. Puede residir la ambigüedad en que el hecho no sea narrado en forma clara, o en las versiones contradictorias del mismo, o en su incapacidad de comprender la noticia recibida.16 Importancia y ambigüedad en una relación que “no es aditiva sino multiplicativa, puesto que con importancia o ambigüedad igual a cero, no hay rumor”17. En nuestro caso clínico la ambigüedad tiene el triple carácter mencionado en la cita: el hecho no es narrado en forma clara (v. gr. no quedan claras para el ciudadano común las razones de que el nombramiento de Camacho sea sin devengar un salario, lo que de facto lo habilita para ser candidato presidencial); las versiones del mismo son contradictorias (por un lado el “No se hagan bolas, el candidato es Colosio”, además de los desmentidos de los dirigentes priístas; por el otro una andanada de comentarios que desde múltiples flancos aseguran que Colosio va a ser sustituido como candidato); incapacidad de comprender la noticia recibida (tanto para los miembros de la clase política como para los de la llamada sociedad civil es incomprensible la ambigüedad de Camacho como el hecho de que Salinas “no lo ponga en orden”). El factor clave para que el rumor se afiance parece ser la falta de credibilidad de las noticias que desde la versión oficial del gobierno se difunden18-lo que por cierto constituye un rasgo característico de la cultura política en México. Frente a esto el rumor se torna creíble, además de que proporciona una explicación que le da sentido a lo que de otro modo resulta incomprensible. La importancia de este rumor está ligada a las condiciones del entorno político en el que se produce: el futuro de la cosa pública, la res pública, está en juego para el grupo 16 Allport G. W. y Postman L. Op. Cit. pp. 33-34. Ibíd. p. 16 (las cursivas corresponden al original). Los autores proponen una fórmula cuantitativa para aproximarse a la medición de la intensidad del rumor, fórmula que no retomamos al considerarla insuficiente para situar lo que el rumor pone en juego. 18 “El hecho de mayor gravitación, sobre todo en tiempo de guerra, es el de que el rumor circula mucho más raudo cuando el individuo desconfía de la noticia que llega hasta él”. Ibíd. p. 34. 17 95 gobernante, el conjunto de la clase política y la sociedad civil, tal como corresponde a una circunstancia en la que el poder de un régimen enfrenta el riesgo de derrumbarse. Quién va a gobernar y bajo qué reglas de ejercicio del poder estatal, es la cuestión que está por resolverse en ese momento. El rumor está enlazado a los intereses de quienes participan de algún modo en su transmisión, es interesado. Por lo mismo, parece no sólo superfluo sino inconveniente intentar una clasificación de los columnistas, articulistas y reporteros –en el caso de los políticos profesionales por lo menos es explícito desde qué lugar del espectro político e ideológico hablan- citados a propósito de la difusión del rumor, pues además de parcial, una clasificación así conduciría a una investigación policíaca -¿con quién simpatiza el susodicho?, ¿cuáles son sus nexos políticos abiertos o encubiertos?, ¿recibe algún beneficio económico o político de alguna de las partes? Por supuesto, se puede sospechar que quienes desde la prensa participan en la transmisión de un rumor lo hacen en respuesta a intereses específicos, más aún cuando están en juego asuntos de orden político; no obstante parece conveniente acercarse a estos textos aparecidos en los diarios con la actitud de un lector incauto, que constata la expansión del rumor, sin estar forzosamente advertido de las filiaciones políticas de aquellos a quienes lee; en todo caso no más advertido de lo que le permiten los planteamientos que está leyendo. Un rumor sólo se mantiene como tal a condición de que suprima de su enunciado las huellas de su enunciación19. Es decir, la posición subjetiva de quien lo transmite debe quedar eclipsada en favor de lo que transmite. Verosimilitud y creencia La verosimilitud de un rumor está ligada a la credibilidad que puede convocar para sostenerse. No parece suficiente en nombre de la verdad enunciar negativamente: “La verdad es que no hay ningún saber sobre el rumor; no hay más que una tendencia general a creer en fenómenos sociales cuasi-sobrenaturales”20. Esta posición evita hacer frente a la dificultad que plantea la creencia, haciendo de ella un objeto del que hay que desconfiar. Para tener un punto de referencia que permita orientarse de otro modo, es necesario tener en cuenta un rasgo de la creencia: 19 “…una bemba tiene mayores posibilidades de éxito cuanto menos visibles estén, en su enunciado, las huellas de su enunciación”. De Ípola E. La bemba: acerca del rumor carcelario y otros ensayos. Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina; 2005. p. 36. 20 Froissart P. Op. Cit. p. 244. 96 En efecto, si no hay creencia que sea plena y entera es porque no hay creencia que no suponga en su raíz que la dimensión última que tiene que revelar es estrictamente correlativa al momento en que su sentido va a desvanecerse.21 A la creencia invariablemente le falta la plenitud. Algo en el sentido que tiene para aportar se mantiene en estado vacilante, desde el momento en que no puede asegurar enteramente la existencia del objeto en el que cree, ese sentido puede disiparse -como ocurre con la creencia en Dios, en la que permanece un margen desde el cual se puede suponer que él no existe22. La creencia es correlativa de la posibilidad de que a su objeto puede faltarle la existencia. Esto es lo que le da a la creencia su carácter inacabado, lo que la lleva a insistir en la búsqueda reiterada de las pruebas en las que pueda sustentarse. Es por esto también que el crédito que el rumor encuentra, y que está ligado a su verosimilitud, tiene que ser reanimado a cada paso por los indicios que prueban la versión transmitida. Que tenga que insistir muestra que no logra concluir su tarea. Así, el rumor de una maniobra orquestada por Salinas para quitar del camino a Colosio –especie que circuló antes y después del asesinato-, se sostiene en la creencia de una conspiración infalible, que alcanza sus propósitos con perfección, sin dejar ningún rastro en el que se pueda comprobar categóricamente su existencia, basada por lo tanto en un poder omnímodo atribuido al entonces Presidente –facultad que excede con mucho a la circunstancia política en la que justamente el poder presidencial queda sometido a condiciones inéditas que reducen drásticamente su capacidad de maniobra. Se puede decir que la persistencia del rumor es directamente proporcional a la falta de aquella prueba última, que sería la del poder absoluto de Salinas y al mismo tiempo la de su culpabilidad. El chiste El rumor comparte algunos rasgos con el chiste, tal como éste ha sido abordado por el psicoanálisis. La siguiente cita de Freud sobre el Witz nos proporciona una primera indicación: 21 Lacan J. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1987. p. 246. “… en el fondo de toda creencia hay sin embargo esto –a este ser supuestamente pensado como un todo, le falta sin duda lo principal en el ser, es decir la existencia. En el fondo de toda creencia en el dios como perfecta y totalmente munificente, se encuentra la noción de ese no sé qué que siempre le falta y hace que de todos modos siempre se pueda suponer que no existe”. Lacan J. La relación de objeto. Buenos Aires, Paidós; 1996. p. 143. 22 97 …es lícito recordar el peculiar atractivo, y aun la fascinación, que el chiste ejerce en nuestra sociedad. Un chiste nuevo opera casi como un evento digno del más universal interés; es como la novedad de un triunfo de que unos dan parte a los otros.23 El universal interés que despierta un chiste es muy similar al que despierta un rumor en la sociedad en la que circula: en éste también aparece el atractivo y aun la fascinación propia de la novedad. En algunos casos, particularmente cuando lo que dice el rumor involucra el desprestigio de alguien, toma igualmente la connotación de un triunfo para quien lo transmite. Tanto el chiste como el rumor corren “de boca en boca”, lo que no excluye su circulación en la prensa –de hecho Freud utiliza para su estudio de la técnica del chiste ejemplos tomados de la prensa vienesa. Esa modalidad de difusión determina que en ambos casos la localización de un “autor” sea problemática. En el caso del chiste sólo en algunas pocas ocasiones es posible identificar a un autor, para el resto se puede decir con Freud: “La gran mayoría de los chistes, en particular los nuevos, producidos a raíz de las ocasiones del día, circulan anónimamente”24. Mientras que en el caso del rumor, está en su estructura misma el hecho de que no es posible señalar a su autor, de lo contrario deja de serlo para convertirse en otra cosa -por ejemplo, en la opinión de alguien en particular. La oposición autor versus anónimo resulta difícil de aplicar en este terreno25, en la medida en que chiste y rumor vienen del campo del lenguaje, del que justamente no se puede decir que posea un autor o que sea anónimo, ya que no se presta a ningún régimen de propiedad. Su origen es radicalmente desconocido y precede en la existencia a todo el que habla. Las palabras con las que cada sujeto habla le han sido transmitidas siempre por Otro, participan de la alteridad absoluta del lenguaje que lo habita; en este sentido son palabras impuestas: 23 Freud S. El chiste y su relación con lo inconciente. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, Vol. VIII; 1979. p. 17. 24 Ibíd. p. 136. 25 Para la preponderancia de la unidad autor-obra, ligada a la relación entre el surgimiento de la noción de autor y la individualización en la historia de las ideas, la literatura, la filosofía y las ciencias, cf. Foucault M. “¿Qué es un autor?”, Litoral, 25/26, 1998, pp. 35-71. 98 Cómo es que no sentimos todos nosotros que las palabras de las que dependemos nos son de alguna manera impuestas. Es precisamente en eso que lo que se llama un enfermo va algunas veces más lejos que lo que se llama un hombre normal. La cuestión es saber por qué un hombre normal, llamado normal, no se da cuenta que la palabra es un parásito; que la palabra es un enchapado; que la palabra es la forma de cáncer por la cual el ser humano está afligido. ¿Cómo es que hay quien llega hasta a sentirlo?26 Con estas frases Lacan hace referencia en su seminario del 17 de febrero de 1976 a una presentación de enfermo que tuvo a su cargo unos días antes. El personaje a quien entrevista en esa ocasión tiene la experiencia de lo que él mismo llama palabra impuesta; se trata de palabras que “se imponen a su intelecto”27, en las que no se reconoce como habiéndolas pensado o enunciado. Es en esto que el enfermo va más lejos que el normal: éste no se da cuenta que las palabras de las que depende para hablar le son impuestas, que se alojan en él al modo de un parásito. Esta relación que el humano tiene con el lenguaje determina que al hablar diga más de lo que se propone, que sólo pueda tener un control precario sobre lo que dice o quiere decir y sobre lo que otros le transmiten con su decir. Lo anterior delinea una estructura que el rumor y el chiste comparten. En el chiste alguien tiene una ocurrencia ingeniosa, la que a su vez le cuenta a otro, a quien le corresponde validar ese dicho como un chiste –con su risa-, para reiterar a su vez el procedimiento. Cuando el chiste es tendencioso, por ejemplo hostil, aparece un otro adicional, aquél del que el chiste hace escarnio28. Tenemos entonces una combinación de por lo menos tres o incluso cuatro elementos: dos participantes que entran en la circulación de la agudeza, más el dicho que la constituye, que puede referirse a otro más. La intervención del Otro es aquí constitutiva: por un lado, el “creador" del chiste ocupa él mismo el lugar del Otro en la medida en que es sorprendido por una ocurrencia que le cae encima, que se le impone desde la alteridad del lenguaje; por otro lado, su dicho sólo 26 Lacan J. Le Sinthome. No editado. Versión G. T. Reunión del 17 de febrero de 1976 (Traducción mía: F. M.) 27 Cf. Lacan J. “Una psicosis lacaniana”. Presentación de caso. Texto establecido por Jacques-Alain Miller (traducción y prólogo de Vicente Palomera). Texto traducido por la Escuela Freudiana de Buenos Aires. De hecho se puede decir que Lacan recibe del Otro la expresión palabra impuesta; en este caso la recibe por imposición del señor Primeau, a quien entrevista en esa ocasión. 28 Freud S. El chiste… pp. 137-138. 99 adquiere el estatuto de chiste al ser sancionado por el Otro cuando ríe. Esta autentificación por el Otro no es solamente el reconocimiento que aporta la risa del interlocutor, sino que implica que este efecto hilarante es posible porque lo que se dijo es registrado en el lugar del Otro como un mensaje que escapa a las convenciones del código de la lengua, provocando por el equívoco significante la creación de un sentido nuevo29. El chiste entonces siempre viene del Otro y su circuito sólo se cumple con su comunicación a Otro: … nadie puede contentarse haciendo un chiste para sí solo. Es inseparable del trabajo del chiste el esfuerzo a comunicar este; y ese esfuerzo es incluso tan intenso que hartas veces se realiza superando importantes reparos. También en el caso de lo cómico depara goce la comunicación a otra persona; pero no es imperiosa, uno puede gozar solo de lo cómico dondequiera que lo encuentre. En cambio, se ve precisado a comunicar el chiste; el proceso psíquico de la formación del chiste no parece acabado con la ocurrencia de él; todavía falta algo que mediante la comunicación de la ocurrencia quiere cerrar ese desconocido proceso.30 También en el rumor aparece esa tendencia apremiante a transmitir a otro lo que a su vez viene del otro. Es ese circuito lo que constituye al rumor como tal. En su estructura tenemos en juego por lo menos cuatro elementos: alguien le cuenta algo a otro, que a su vez se lo cuenta a otro. Hay tres participantes que toman parte en la transmisión del rumor, más lo que éste predica –acerca de un suceso (v. gr. un sismo, una guerra, una caída en la bolsa) y/o acerca de alguien(es) (v. gr. Colosio va a ser sustituido como candidato por Camacho); estas dos modalidades del predicado involucran siempre la participación o la suerte de otro(s). Tanto en el chiste como en el rumor los componentes que los constituyen están anudados de tal manera que si uno de ellos se desanuda todos los demás se sueltan, lo que conforma una estructura borromea que al deshacerse provoca la pérdida de vigencia del chiste o del rumor en cuestión. El rumor circula en la voz popular, es transmitido a título de “dicen”, “se dice”, es una de las modalidades de presentación de la voz del Otro –la expresión latina vox pópuli, vox Dei proporciona una indicación sobre esa presencia del Otro en el rumor y sobre la 29 Cf. Lacan J. Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires-Barcelona, Paidós; 1999. Particularmente las primeras siete reuniones de este seminario tratan sobre el chiste. 30 Freud S. El chiste… p. 137. 100 creencia que le otorga su verosimilitud31. Esa voz está más allá de cualquier individuo, y al mismo tiempo cualquiera está en condiciones de transmitirla, cualquiera puede ocupar ahí el lugar del Otro, pues el crédito que el rumor encuentra no se sostiene en el aval dado por el nombre propio de un presunto autor. Sin embargo, para poder participar con otros en la difusión de un rumor se requiere formar parte de un horizonte cultural compartido con ellos. Este es un rasgo adicional que el rumor comparte con el chiste, de tal modo que para aquél vale lo que Freud dice para éste: “Así, cada chiste requiere tener su propio público, y reír de los mismos chistes prueba que hay una amplia concordancia psíquica”32. El público de un rumor constituye también una comunidad de intereses, de ahí que el terreno de la política sea fértil para el surgimiento y circulación de rumores entre quienes comparten su carácter de ciudadanos o de miembros de una colectividad organizada por cierto régimen político. Nuevamente aquí la referencia al chiste nos aporta una orientación: Es harto común que circunstancias exteriores estorben el denuesto o la réplica ultrajante, tanto que se advierte una muy notable preferencia en el uso del chiste tendencioso para posibilitar la agresión o la crítica a personas encumbradas que reclamen autoridad. El chiste figura entonces una revuelta contra esa autoridad, un liberarse de la presión que ella ejerce. En esto reside también el atractivo de la caricatura, que nos hace reír aun siendo mala, sólo porque le adjudicamos el mérito de revolverse contra la autoridad.33 El rumor es también, como el chiste, un recurso en contra del poder político. En la medida en la que viene del campo del lenguaje, el rumor escapa a las distintas formas de control: sea el de las convenciones sociales que regulan lo que puede o no ser dicho; sea el de la ciencia que pretende explicarlo, predecirlo y controlarlo -“El rumor no posee ninguna característica permanente que uno espera de un objeto de la ciencia”34-; sea el del poder político que busca suprimirlo o contrarrestarlo a través de la censura, la propaganda o el discurso oficial y oficioso. En este aspecto, la murmuración popular proporciona una vía de 31 Sobre el papel que cumple la vox pópuli en el asesinato de Álvaro Obregón cf: Sladogna A. “Vox Populi, Vox Dei. Álvaro Obregón-José de León Toral (México, 1928)”. Epílogo a: Régis E. Los regicidas en la historia y el presente. México, Libros de artefacto; 2000. 32 Freud S. El chiste… p. 144. 33 Ibíd. p. 99. 34 Froissart P. Op. Cit. p. 34. 101 reivindicación de los sectores sociales subordinados frente al poder estatal, una vía que le permite a esos sectores conservar una parte de poder sobre la cual el régimen político que los gobierna no tiene dominio. El denuesto, la diatriba y la caricatura que escarnece –como en el caso del cartón político, que en México pertenece a una larga tradición opositora-, son formas de degradación del amo35, como único recurso contra su poder y los privilegios que recibe de él, en las que el participante en la reiteración del rumor encuentra un goce cercano al de lo cómico: el que se desprende de la operación de desenmascarar, por la vía de su ridiculización, la apariencia fálica del poder, ahí donde éste se presenta como lo que no es o con una potencia que no le corresponde36. En este sentido se puede afirmar que el rumor “dice más de lo que parece decir”37. En la especie que pone en duda la candidatura de Colosio no está ausente ese propósito de ridiculizarlo –como lo muestra el carácter cómico de los cartones políticos que reproducimos en el capítulo anterior- y de denostarlo38, al poner en entredicho sus capacidades para hacer frente a la crisis del régimen y al insistir en su debilidad política, oponiéndola a la “potencia” que los jerarcas del partido oficial le atribuyen. Después del crimen que terminó con su vida se volvió “políticamente incorrecto” hacer mención de esas carencias, si no es que hasta sospechoso de participación en el complot magnicida. El interpretador El rumor popular es igualmente una manera de construir una versión del hecho político distinta a la del poder estatal, una versión que hace aparecer las fracturas de ese 35 En 1945 Allport y Lepkin comentan a propósito del rumor de contenido político: “Se ha comprobado asimismo que la calumnia y el descrédito políticos son aceptados con placer por los ciudadanos que desconfían del partido gobernante”. Por supuesto no están hablando de México sino de Estados Unidos. Citados en: Allport G. y Postman L. Op. Cit. p. 198. 36 “Desde que ustedes hablan de alguna cosa que tiene relación con el falo, eso es lo cómico”. Lacan J. R. S. I. Séminaire XXII. Version non J. L. 11-3-1975 (Traducción mía: F. M.). Por cierto que esta presencia del falo en lo cómico introduce ahí un tercer elemento que cuestiona el planteamiento de Freud en El chiste, como el de Lacan, en 1957 en Las formaciones del inconsciente, que le atribuye una estructura dual a la comicidad; a diferencia del chiste, al que le atribuyen una estructura ternaria. Cf. Freud S. El chiste… p. 137. Lacan J. Las formaciones del inconsciente. Ed. Cit. p. 116. 37 No, estimado lector, no se trata de una cita de Lacan, es una frase utilizada por Allport y Postman. Op. Cit. p. 183. 38 Lo cual es más claro en el caso de Salinas, al hacerlo el líder de una conspiración asesina en contra de su amigo. Recuérdese el chiste comentado en el capítulo II: alguien le pregunta a su interlocutor quién mató a Colosio y la respuesta es que está pelón saber, haciendo referencia a la calvicie de Salinas. Aquí la difamación y la burla van de la mano del señalamiento de un atributo fálico. 102 poder y su discurso, al tiempo que provee una explicación que ofrece la seguridad de un sentido pleno. Para lograr este objetivo, el rumor se basa en el pequeño indicio para desconfiar de la versión oficial y producir otra que va en sentido contrario. Es posible que a mayor compulsión estatal, mayor sea la propagación de esta estrategia, como ocurre en el ámbito de la prisión política: En ese mundo, donde los signos están prohibidos o rigurosamente controlados, todo es signo y mensaje: todo es inevitable y enfáticamente significante. Y a su vez todo preso político se convierte, desde que se incorpora al medio carcelario, en un lector, un descifrador, un hermeneuta hipersensibilizado.39 Esa situación en la que todo es signo que se presta a ser descifrado, corresponde a la forma de proceder de lo que Sérieux y Capgras llaman el interpretador40. La encontramos operando a lo largo de la circulación del rumor que anticipa el final de la candidatura de Colosio, en donde tal vez la información que se refiere a ese asunto no está prohibida, pero el discurso oficial del régimen se empeña tanto en desmentir el rumor, que consigue profundizar la sospecha con la que comúnmente son recibidas sus versiones, tanto por la población en general como por una fracción importante de la clase política. Este factor, sumado a las condiciones políticas que le dan verosimilitud al rumor, va a generar un ambiente de suspicacia en el que la masa de información ambigua y contradictoria va a proporcionar abundantes indicios para confirmar una versión que afirma lo que los voceros del régimen niegan. Aquí ningún detalle es superfluo, todo es potencialmente un signo que demanda ser interpretado. El asesino de Colosio forma parte del público del rumor, está incluido en esa comunidad de intereses a la que le preocupa el futuro del régimen, como lo permiten colegir sus inquietudes políticas, la información que posee sobre el régimen y la coyuntura política en la que éste se encuentra –véase su Libro de Actas-41, además de su interpretación 39 De Ípola E. Op. Cit. p. 29. Cf. Sérieux P y Capgras J. Las locuras razonantes. El delirio de interpretación. México, Colección libros de artefacto; 2002. 41 Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. pp. 363-369. La transcripción completa del manuscrito de Aburto, así como su lugar en la posición subjetiva de éste y en la red de lazos sociales en la que tuvo lugar el asesinato de Colosio, se puede encontrar en el capítulo siguiente: VII. Un sacrificio para salvar al país. 40 103 singular en el sentido de que en el lugar del crimen “posiblemente había más gentes ahí con armas de que iban a hacer lo mismo”42 –es decir, cómplices de una conspiración en la que él no participa, pero que también buscan eliminar al candidato. En este caso, el magnicida no solamente está al tanto del rumor, pudiendo participar de su transmisión como cualquiera, sino además deja ver que está tomado por esa forma de la voz del Otro hasta el punto de comprometerse en un acto que le da consistencia real. Al hacerlo, sale de esa condición de cualquiera, para suscribir con su nombre la realización del rumor: Aburto. 42 Ibíd. pp. 183 y 378. 104 VII. UN SACRIFICIO PARA SALVAR AL PAÍS El arma, el puño y la letra Desde las primeras declaraciones que realiza Aburto, cuando había transcurrido un poco más de una hora del atentado en contra de Colosio, se refiere a un libro que escribió y que estaría en manos de la prensa de los Estados Unidos: …un libro que escribí, éste, está en los Estados Unidos, en, no lo tienen familiares míos, son personas de la prensa de Estados Unidos y ellos son los que van a utilizar esa información, ese material según que si no llegan a saber nada de mí que porque quieren en verdad cooperar con el pueblo de México y que haya una verdadera justicia y democracia, pero ahora mi miedo es de que, no morir porque no tengo miedo a la muerte, nunca le he tenido miedo a nada, incluso renuncié a todo, a mi familia, a mi nombre y fui condecorado como un Caballero Águila […] Máximo de los guerreros y en Estados Unidos está este libro, y la prensa, la tiene y lo va a utilizar, mi miedo es de que lo puede utilizar mal porque cuando yo hablé con ellos, yo los busqué, me dijeron que, que sí iban a cooperar con nosotros y que si en verdad estaban las cosas así, que este, que no iban a apoyar actos bélicos, que si yo tenía una solución, este que la hiciera, siempre y cuando no pusiera en peligro, la vida de otras personas, por eso reitero que no tenía ninguna intención en hacerle daño al candidato, grave no, sólo herirlo pero cuando, cuando alcé el arma, alguna persona me aventó o me movió, por eso pero mi intención tampoco era hacerle daño a ninguna de las personas que había ahí, porque había niños y eso es de gente loca […] si en un dado caso yo hubiera hecho daño a un niño, en ese mismo momento me hubiera alzado el arma a mí y me hubiera disparado, pero, mi intención es ésa, salvar al país de algo que a nadie nos conviene.1 1 Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. p. 375. La transcripción corresponde a partes del interrogatorio policial dirigido por Raúl Loza Parra, el 23 de marzo de 1994, entre las 18:20 y las 19:00 horas aproximadamente, en las instalaciones de la Subdelegación de la Procuraduría General de la República, en la ciudad de Tijuana Baja California. El Informe especifica que la transcripción –de la que aquí se respeta la puntuación- corresponde a la audio-grabación de los primeros 25 minutos, de unos 40 que duró el interrogatorio. 105 Las cuestiones a las que Aburto hace referencia aquí –la justicia, la democracia, su sacrificio personal para salvar al país, la renuncia a su familia y a su nombre, su investidura como Caballero Águila-, permiten suponer que el libro al que hace mención es un manuscrito que él llamó “Libro de Actas”, en el que aparecen estos temas, junto con otros que conforman su análisis de la situación política del país2. Las referencias que aparecen en él a los sesenta y cinco años de fundación del Partido Revolucionario Institucional (fundado por Plutarco Elías Calles, con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, en 1929), permiten deducir que por lo menos una parte del documento corresponde al año 1994, aunque no se encuentra fechado. En aquel primer interrogatorio, realizado antes de que se confirmara la muerte de Colosio, en el que Aburto acepta haber disparado en contra del candidato, con la intención de solamente herirlo para “ser tomado en cuenta” por la prensa y poder advertir al país del peligro en que se encontraba por la propagación de “actos bélicos” en distintos estados de la República, acepta también haber escrito ese libro que entregó a personas de la prensa de Estados Unidos, quienes van a utilizarlo si no llegan a saber nada de él. Al decir esto parece querer protegerse de la posibilidad de que lo maten y no se sepa nada de él, pues acto seguido, en la forma de una denegación, dice que no tiene miedo a morir3. Si está dispuesto a sacrificar su vida por salvar al país, su muerte no puede ser una en la que no se llegue a saber nada de él, en la que simplemente aparezca muerto en cualquier parte; si él toma ese riesgo es para ser tomado en cuenta bajo esa nueva identidad de Caballero Águila, en la que él ya no es identificado por su nombre propio, al cual renunció además de renunciar a su familia4. 2 Según otra versión, Aburto sería autor de otros libros: “Mario se confesó autor de varios libros sobre temas pacifistas, los cuales ya entregó ‘a la prensa extranjera’ ”. Cf. Siglo 21, 1994, marzo 24. 3 En entrevista con el semanario Zeta, efectuada por el periodista Jesús Blancornelas un mes después del asesinato, Aburto afirma explícitamente que si lo llegaran a sacar de prisión y luego apareciera muerto en alguna parte, “es porque el gobierno así lo hizo, no porque yo lo haiga hecho…”. Blancornelas J. J., González H. J., Navarro A., Ortiz F. J. El tiempo pasa. De Lomas Taurinas a Los Pinos. México, Océano; 1997. p. 116. En la misma entrevista el periodista le pregunta por un dibujo incluido en un libro. En el dibujo se encuentra un hombre con una bandera atravesada, una letra M en el cinturón y a un lado un caballero águila. Aburto niega haber hecho ese dibujo y dice que al libro le han metido dibujos que no son suyos, que ese libro de dibujos mucho tiempo atrás se lo regaló a un primo suyo. Las referencias parecen indicar que en este caso se trata de un libro distinto al “Libro de Actas”. Cf. Ibíd. pp. 107-108 y 114-115. 4 Mientras tanto sus aliados de la prensa estadounidense, quienes harían uso del libro a favor de la causa de Mario Aburto, pueden cambiar de signo esa utilización, al parecer por el hecho de que éste puso en riesgo la 106 Dos años después del magnicidio, el 28 de marzo de 1996, Aburto es entrevistado por la “Comisión de seguimiento a las investigaciones del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta”, de las cámaras de diputados y senadores. En esta ocasión niega tajantemente haber disparado en contra de Colosio, dice que iba delante del candidato, que escuchó dos disparos detrás de él y en el momento de voltear lo jalaron, que no sabe qué pasó ni de dónde salieron los disparos; pero en lo que se refiere al Libro de Actas, cuando se le pregunta acerca del Caballero Águila, acepta su autoría: “Lo del Caballero Águila (…) eso no es mas que un personaje de un libro que estaba escribiendo (…) que no llegó ni a libro era un borrador nada más (…) si yo lo estaba escribiendo de mi puño y letra y ese jamás lo voy a negar porque eso sí es verdad lo del libro y está con mi puño y letra (…) ese escrito es este, empleé entre lo ficticio con la realidad, es nada más un simple borrador, un borrador que fue este, alterado por qué, porque al Libro de Actas ustedes pueden verlo, el original le arrancaron hojas, o sea que alteraron totalmente todo el contenido del Libro (…) me sentenciaron porque tomaron en cuenta supuestas pruebas, como ese escrito (se refería al Libro de Actas) que para tomar en cuenta todo lo que había sido yo (…) vamos hacer una cosa, si ustedes me lo permiten claro, por qué no lo mandan a publicar y que sea la gente la que tomen su decisión y diga en verdad, que se forme un concepto 5.” El libro ha quedado en un borrador, que además ha sido alterado al arrancarle hojas, el Caballero Águila es solamente un personaje, una mezcla entre lo ficticio y la realidad…lo que no hace obstáculo para que Aburto proponga la publicación de lo que ha escrito de su puño y letra. Su puño ya no aparece sosteniendo el arma homicida, ahora sostiene la pluma con la que escribió su visión anticipada de un cambio que se avecinaba en el país: y un día la pluma sera mi arma pero mi arma mas peligrosa para los injustos cera vida de otras personas. Por ahora no hay elementos que permitan precisar en qué sentido sería mal utilizado el libro, pero sus antiguos aliados dejarían de serlo, ¿estarían entonces en posibilidades de unirse a ese alguien extranjero que está interesado en poner en peligro al país desestabilizándolo? –supuesta conspiración a la que se refiere Aburto en el interrogatorio mencionado, como una de las razones que lo llevaron a atentar contra el candidato priísta. 5 PGR. Informe… Tomo II. p.447. Los paréntesis incluidos en el texto corresponden al original, así como el resto de la puntuación. 107 mi voca6; cambio que requería de su sacrificio personal para poder realizarse. El pasaje al público de lo que salió de su puño y letra, permitirá que otros puedan decidir acerca de su participación en el asesinato que contribuyó a derribar uno de los pilares del sistema político mexicano. Al insistir en la publicación de su libro-borrador, Mario Aburto retoma su intención original de hacer saber a otros lo que ha escrito en él7, lo que permite pensar que la ficción que ahí acompaña a la realidad es la envoltura necesaria para que la verdad a la que él se refiere pueda ser dicha. Queda pendiente de respuesta la pregunta por la consistencia subjetiva de esa verdad. El Libro de Actas El informe de la Procuraduría General de la República presenta así el manuscrito: “Este documento se encontró en el baúl con pertenencias de Mario Aburto Martínez. Su transcripción es literal, respetando su propia gramática”8. He aquí su contenido Aquellos que esten encontra de las decisiones del Pueblo. que se consideren traidores ala Patria. Se abre un capítulo mas en la istoria de estos estados heroicos y de la nacion entera, dando paso alos ideales de un hombre que preocupado por el futuro de su País deside. contribuir para seguir construllendo un país Mejor cada día, acosta de su propia vida, renunciando a todo asta su propia familia. "Porque los verdaderos hijos de la patria lo demuestran con hechos no con palabras". 6 Cf. Frase tomada del Libro de Actas (infra). La pluma, en su acepción original, es parte también de la vestimenta del guerrero azteca perteneciente a la cofradía de los caballeros águila. 7 Esta insistencia sale al paso de una teoría de la conspiración que sostiene que el Libro de Actas no fue escrito por Aburto y que fue “sembrado” como una prueba falsa para inculpar a éste del asesinato de Colosio. 8 PGR. Informe… Tomo II. pp. 363 a 369. La transcripción literal –incluyendo su gramática, sintaxis, sea que a ésta se le considere o no parte de aquélla, y ortografía- del texto de Aburto corresponde a las cursivas. 108 El país a hido cambiando gracias a todos aquellos valientes que han ofrendado su vida por los ideales de un pueblo que sufre las injusticias de sus gobernantes, y luchando por una verdadera justicia y democracia. Que no sea henbano el sacrificio de aquellos valientes que isieron baler los derechos del Pueblo oprimido y engañado, ellos que contanto sacrificio quisieron darnos un país cada día mejor. Esto es solo el principio de un gran y verdadero cambio, y el cambio se vera desde donde empiesa la patria. Hagace responsable de los hechos atodos aquellos gobernantes que siempre quisieron tomar decisiones que solo le correspondian al pueblo. Los gobernantes que no cumplan con el pueblo con una verdadera justicia y democracia que pagen las consecuencias. Suscrita por un hijo de la patria. Caballero Águila Mis declaraciones recorreran el mundo en vusca de apollo y comprenciones por parte de los países hermanos de America entera y de los demas continentes. Asiendoles saber que en este país un partido, aformado un inperio que a tenido al pueblo engañado desde hace muchos años, y que utilizan los términos equivocados y que no les corresponden, escudandose también tras las grandes figuras de grandes Heroes de la Revolucion. Por tal motivo no a sabido cumplir con las demandas de un pueblo sediento de justicia. 109 Muchos de mis hermanos han preferido salir del país en vusca de mejores oportunidades y en vusca de un país donde su palabra verdaderamente cuente y sea respetad, Pero esa no es la solucíon, las solucíones deven hacerse en su patria y quedarse para hacer valer sus derechos como ciudadanos y como verdaderos hijos de la patria. su propio candidato ala presidencia alguna vez asepto que su partido habia fallado y siempre ablo con demagojia al higual que algunos mandatarios que dejaron al país siempre con mas problemas, agrabando asi el problema de este gran pais hermano del mundo entero por ser un pais pasifista, que siempre a hestado en pro de la paz Mundial. Aunque ustedes no lo crean pueblos del mundo entero y Naciones". En este pais existen todavía dictadores apollados por el inperio formado por un partido político. De todos aquellos hechos culpables ninguno resulta ser tan culpable que, cuando más nos estan engañando atodo el pueblo, tratan de aparentar bondad. Se puede engañar a muchos alguna vez y algunos todas las veces pero jamas se a podido engañar a todos todas las veces. Por que sabemos perfectamente bien que a habido fraudes en las elecciones y portal motivo el pueblo pide a organismos internacionales defensores de los derechos humanos esten precentes en el país para hacer valer las decisiones del pueblo. Sabemos perfectamente bien que el error es un arma que acaba siempre por erir al que la emplea. Hermanos, es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de realizarlo. Y mientras que decirlo; y recordemos las cuando que inteligencias las se dice, se inteligencias medianas personas. 110 los debe tener grandes sucesos, el discuten y las coraje las de ideas, pequeñas las Agance ala idea de que vivir para los demás no es sólo la ley del deber y de la vida si no también la ley de la felicidad por que el que hace respetar la democracia donde no se respeta es más útil a la humanidad que miles de políticos reunídos. Hermanos cumplan con su dever y confien en dios que el jamas los abandonará, por que dios esta con los justos porque el es justo. Muchos criticaran su apariencia pero también muchos más advertiran lo que ustedes son; los verdaderos hijos de la patria que se preocupen por el futuro de su pais. No te lamentes de los ayeres con todas esas quejas vanas por que hay promesas en las montañas y en el campo y las ciudades. Unanse, formen todos un solo ideal. Hispanidad y razas muestren los dones que fueron antaño su triunfo, griten a los cuatro vientos, y estos sean los que lleven sus peticiones al mundo entero. La prensa tiene una mision especial que es la de informar con la verdad y Sancionar la mentira y la calumnia. La prensa tiene deveres y su obligacion es informar sin que sea censurada. Este país sera ejemplo de las demas Naciones por que demostraremos que no son necesarias las armas para cambiar un mal sistema político. ¡Fuera el mal gobierno, muera la descriminación racial, viva la paz mundial! En una ocación que me encontraba en el campo, en mi infancia, seme hacerco un señor de avanzada edad; todo un Revolucionario; Alto, ojos de color, cabello blanco de la esperiencia y envidiable: y me dijo: 111 de la sabiduria, con una enerjia -Hijo dame fuego de la fogata. y le conteste: -Suelen ofenderme de esa manera, mas no saben que yo tan solo soy la mecha, y un dia la pluma sera mi arma pero mi arma mas peligrosa para los injustos cera mi voca. Y mi ejersito seran mis ideales y mi filosofía reconstructiva. y cada vez mas mis filas iran asiendose cada vez mas numerosas. Por que todos apollaran ala justicia. El me dijo: -Estas seguro de lo que dises y de tus ideales por que yo estoy de acuerdo en ellos. Yo le conteste quesi. El dijo: -Que sea para bien de la patria, y en nombre del pueblo yo te nombro Caballero Águila. Alo que yo conteste: Rindo protesta sin reserva alguna guardar y hacer valer la constitucion y las desiciones del pueblo que es nuestro pais, con sus reformas alas leyes y desempeñar patrioticamente mi nombramiento, mirando por el bien y prosperidad de nuestro pais. Alo que el dijo: -Si asi lo hicieres que la nación os lo premie, y sino os lo demande. Recuerda que un pueblo engañado es capaz de todo. No pretendo dar ordenes, solo hacer cumplir las deciciones del pueblo y sus ideales. Acontinuacion menciono algunas de las peticiones: 112 -La pobresa no solo ecsiste entre los indijenas, sino en muchas partes de la poblacion, por tales motivos se quiere y se requiere que se mejore el nivel de vida de los trabajadores para evitar el flujo de indocumentados al vecino pais, y si fuere necesario fortalecer, rectificar o inplantar nuevas reformas ¡Que se hagan para bien! -Que el sistema educativo nacional se le de todas las prioridades, tanto para el alumnado en general asi como para los instructores y estos gosen de un salario justo, para que la enseñanza asi, pueda llegar asta los lugares mas dificiles de penetrar. -Alos puedan estudiantes continuar que con trabajen, sus se les estudios, de todas las brindandoles facilidades todo el para apollo que que requieran, por que ellos son el futuro de nuestro pais, y para que halla jente apta para el tratado de libre comercio. -Qué este libro de actas sea reproducido por todas las univercidades, y sea vendido en la nación y todo el mundo y todas las ganancias de las ediciones sean enpleadas para crear un sistema de becas para estudiantes de bajos recursos o ingresos. -Que halla un tratado internacional para conbatir fuertemente el narcotráfico en todo el mundo, pidiendo la colaboración del país que es el mercado mas fuerte en la compra, venta o distribución. -Que sea proivida la venta de armas en todo el mundo para personas que no pertenescan algun club de caseria o tiro, por que el tener armas en casa entorpece al sistema policial. -La corrupción sea castigada contodo el peso de la ley en todo tipo de casos. -Halla un organismo que enverdad este al cuidado, se preocupe verdaderamente por la ecologia, el medio ambiente, cuidando de la tala y quema de vosquez y la contaminacion del medio ambiente. 113 -Los medios de información no sean censurados de ninguna forma, porque ellos tienen la misión de informar con la verdad y sancionar la mentira. -Quien llegara a agredirlos de cualquier manera quien quiera que sea, que sea castigado conforme a las leyes del pais en que se encuentren. -Que -Que sean sea liberados apollada la todos clase los trabajadora presos en su políticos resistencia del pais. decidida alos planes imperialistas de un partido que a cumplido ya 65 años en el poder, por que el imperialismo esta poniendo en peligro el destino del país y del pueblo entero. -La defenza de la paz sea primordial por la democracia Por que las fuerzas de la paz son superiores alas de la Guerra. -Que se busquen todas las posivilidades para evitar gerrillas y que vusquen posivilidades por la via pasifica. -Que todos los dictadores del pais sean destituidos de sus cargos, asi como los que han llegado a puestos políticos recurriendo al fraude. -Que la clase trabajadora no sea intimidada por no querer votar por un partido. -Que se den todas las facilidades para que se mejore el transporte publico. -En todas las empresas del pais se impartan cursos reconocidos por la SEP gratuitamente. -Que la clase trabajadora gose de un salario mas justo. -Que sean apollados los campesinos y se les den y gocen de todas las facilidades para trabajar sus tierras. -Y apollando el ideal de Zapata 'Que la tierra sea para quien la trabaja' 114 -La clase indijena sea tratada como ceres humanos que son y no se les descrimine en ningún lado. -Que se le ponga fin a la desigualdad de la mujer por que ellas también cuentan con la capacidad para ocupar cargos, y asta puestos políticos que asta la fecha solo eran para hombres, pedimos seles de la oportunidad de demostrarlo -Que haya una mejor vijilancia en nuestros mares para controlar la explotacíon de recursos. -Que sean protejidas todas las especies de animales acuaticos como terrestres, en especial aquellos que estén en peligro de extincion. -Los pescadores gocen demas privilejios como un mejor pago asu mercancias y tambien se les brinde todo el apollo para que en todos los ogares del pais disfruten de lo que nos da el mar, así como disfrutamos de la indispensable tortilla. -Pretendemos gobernantes, liberar el a narcotrafico, la el Nacion de la corrupcion, deterioro del medio ambiente, los malos del imperio que a fracasado ya, justo cuando cumpla 65 años en el poder, la guerra, la inestabilidad, de la mala imajen ante las demas naciones. -Que la nacion entera gose de un nivel de vida cada dia mejor, que se viva en Paz y Armonia todos los pueblos, no nada mas del pais sino tambien de nuestros hermanos de toda America, que siga siendo un pais ospitalario y alludar en lo que se pueda anuestros hermanos de toda America, que siga siendo un pais 100% pasifista y que sirva como ejemplo para todas las naciones, y que se haga ver que no hay necesidad de las armas para lograr cambios para mejorar. -Que las personas de avanzada edad sean tratadas con respeto y cariño, y no sean tratadas como cosas que ya no nos siven, por que enverdad ellos son las 115 personas mas intelijentes del mundo, y que halla un organismo que los apolle y demuestre al mundo que son personas muy valiosas. -Que se tenga mas cuidado en la educación de los niños y tengan una educacion y trato excelente, por que ellos son el futuro del pais y del mundo entero. -Pretendemos evitar que se siga explotando al obrero y el rico cada dia mas rico mientras que el obrero siga peor o igual, sufriendo las condiciones pauperrimas. El movimiento que marcara el viraje en la Nacion, sera desde las montañas, la cual al sacudir las bases mismas del Imperio, dara un poderoso impulso al movimiento que pretendemos liberar ala Nacion Y abrira la perspectiva de la victoria uniendonos con pleno éxito y sera por vez primera. Los pueblos se convertiran en manantial inagotable de apoyo moral y politico, y serviran de ejemplo para otras Naciones. La formacion de un nuevo sistema devilitara al Imperio. Los imperialistas trataran de minimizar por todos los medios, la importancia del movimiento de cambio. Para ello difundirán por todos los medios de comunicación que tienen el firme proposito de cambiar su sistema y asta reformas, pero estas palabras se veran como una flor en el osico de un cerdo. Al mismo tiempo se intentara repartirse el poder dos partidos politicos que se uniran, en su intento desesperado por mantener el poder del imperio. Se hablara mucho de la mision de un hijo mallor de la patria y su hecho, que cambiara el rumbo de la Istoria. Los del Imperio jamas se han preocupado en desarrollar en todos sus aspectos la economía de la Nacion ni de preparar a está para nuevos retos. 116 Guiados por sus calculos egoístas aceleraran aun mas el proceso de cambio de los Liberadores de la Nacion. -Con hechos se obligara al cambio, no con palabras, el pueblo solo cree en los hechos no en las palabras. El yugo de los imperialistas oprime, y aunque no en el mismo grado a casi todos los sectores empujara al cambio, los pueblos no se resignaran a continuar engañados por el imperio, por que sabemos que se puede engañar algunos o muchos alguna vez y algunos todas las vezes pero jamas se apodido engañar a todos todas las vezes. La mayoria (inmensa) simpatizara con todos aquellos que participaran en el cambio, por que se les quitara la venda de los ojos, y adquiriran consiensia sobre la explotacion y la descriminacion, y de todos los problemas. Muchos con ideas muy positivas fueron ejecutados por el imperio porque representaban un peligro para su imperio y sabian de qué si ellos le quitaban la venda de los ojos al pueblo sin llegar adudas su inperio se desplomaría. El error de esos valientes que le desían al mal gobierno y asus malos governantes, murieron como jesucristo, y fue precisamente predicando. Por eso los que ahora vamos a cambiar al mal gobierno, cambiaremos de táctica para primero quitarles la venda atodo el pueblo y despues predicarles la unica y verdadera verdad y realidad. Muchos hemos mantenido en secreto nuestros ideales para tomar desaprevinido al imperio y continuar con vida, para seguir luchando por ideales que aran un pais cada día mejor. Tengo ocho años trabajando con un prollecto para tener un país día mejor 117 o cada Recuerdo cuando apenas tenia un año con el prollecto y por revelarlo a un seguidor del imperio, por poco me cuesta la vida. Tenia escasos diesisiete años de edad y tal vez por eso no lo tomaron tan en serio cuando revele mi prollecto por segunda ocacion. Aquella persona que le conte mi secreto era un abogado que tambien estaba de acuerdo conmigo pero por conveniencia esta unido con el imperio y me dijo: -Qué quieres que haga, si tengo esposa, hijos, padres, hermanos, familiares, casa, dinero, no me puedo quejar estoy bien asi. Yo le conteste: -El vivir para los demas no es solo la ley del dever y de la vida, si no tambien la ley de la plena felicidad, por que es mas importante aquel que hace respetar la justicia y la democracia donde no se respetaban que muchos políticos juntos, y un verdadero hijo de la Patria tiene que renunciar a todo, tan solo para servir a la nacion, al pueblo y a sus ideales. Por que antes que todo primero esta la patria". La desintegracion del Imperio ejercera una notable influencia faborable sobre el desarrollo de las relaciones internacionales. Seran muchos los países que implantaran la posición antibélica y se incorporaran al movimiento de paz. La implantacion de nuevas reformas y la rectificacion de muchas, fortalecera al acercamiento total del pueblo y aminorara la posibilidad de conflictos. -El programa a nuevas reformas sera aprovado por toda la nacion. -Los pueblos o el pueblo intervendra cada vez mas en forma más activa en todas las desiciones del gobierno y de sus gobernantes. 118 -Los Candidatos verdaderamente elegidos por el pueblo seran llamados a desenpeñar su papel destacado en la solucion de problemas y nuevos retos y formaran un equipo de trabajo para trabajar por el pueblo y para el pueblo. Solo seran llamados los mejores para servir ala patria. -Que se logre superar la escandalosa diferencia que existe en el nivel de desarrollo economico de los distintos paises y asegurar a todos los sectores de la poblacion. -El fomento de la cultura sea mas activa. Que la Istoria no se a detenida en una etapa sino que sea transformada y siga el camino de la democracia popular. -Nuestros ideales nos permiten alcanzar los mayores exitos y sera gracias al pueblo, por que el pueblo es patria y Nacion, y sin pueblo no puede aver patria ni nacion. Por que el verdadero gobernante de una nacion es el pueblo no un mandatario, Por que el pueblo es el unico que tiene poder amplio y apsoluto para elegir a sus gobernantes y encaso de no cumplir su papel desenpeñado y destacado, enfrentando todo tipo de retos que se le presenten. El pueblo tiene derecho y poder amplio para sustituir a su presidente cuando el pueblo lo crea presiso y combeniente. Nuestro pais cuenta con un inmenso potencial de competitividad y por tal motivo puede mejorar su situación economica. Por eso los candidatos ala Presidencia deven de analizar bien la responsabilidad que tienen en sus manos. -Para que competitividad siga es nuestro pais necesario que contando se siga con preparando nacionales para la Industria, la agricultura y la ciencia. 119 ese inmenso numerosos potencial de especialistas Y como resultado de todo ello optendremos cada vez mas un mejor nivel tanto politico como comercial, y así tambien iran mejorando cada vez mas el nivel de vida de todo el pueblo. Pretendemos la libertad, la independencia y la felicidad del pueblo como jamas sea conocido. Es muy cierto que la clase mas acomodada nunca conocio las privaciones. Sigue siendo inposible ablar de felicidad plena entre el pueblo mientras siga experimentando privaciones, miseria y asta hambre. Es nuestra obligación de darle al pueblo lo que necesite para lograr sus objetivos de progreso y ponerlo a salvo de las privaciones. Nuestros ideales de progreso abarcan todas las esferas. -Deve prevalecer el bienestar general del pueblo, la igualdad de derechos y la paz, la livertad de exprecion, la justicia verdadera y la democracia. -Deve también prevalecer el desarrollo de la persona en toda la extencion de la palabra. Todos estos ideales tienen sus raises en las condiciones sociales de la vida. La explotacion y las calamidades de todo genero con denan ala Nacion entera, de ahi que, el pueblo se una por un gran numero de deseos y aspiraciones. Estos cambios y movimientos se realisan con los mas nobles ideales que el pueblo alguna vez se imajino. La Nacion ya no puede aseptar tantos Indudablemente. 120 elementos falsos y cambiara El pueblo antes de aseptar cualquier propuesta deve ser revisada muy cuidadosamente y ser discutida, para después aseptarla o rechazarla. Cabria preguntar por qué las leyes, que hasta ahora nos rijen simplemente an sido cambiadas por nuevas Reformas y esto ha abierto ahora nuevos horizontes que nos permiten el ver cumplidos los mejores anhelos y esperanzas del país. No, se trata de casualidades, los sueños del pueblo tienen bases. Todos los cambios son producto de las condisiciones, del mal sistema y de los malos gobernantes. Es el momento de que las leyes del desarrollo coloquen los ideales del pueblo como necesarios para un berdadero desarrollo. Todas las tareas de la humanidad deven de ser lo mas perfectas quese puedan para resolverlas inmediatamente. Unos de los mas grandes problemas en nuestra sociedad es que los hombres se han vuelto esclavos de la riqueza y por eso caen en el error de la corupcion. Los grandes ideales son los que hacen que las grandes masas sinpaticen con nosotros y nos sigan por que ablamos con la verdad, no con demagojia. El gobierno de ahora no tiene ideas ni mucho menos ideales capaces de ganarse la confianza de todo el pueblo. De ahi que recurra ala infinidad de fraudes. La Istoria nos de la y paz a de demostrado la igualdad que de el inperialismo derechos, de las es el peor libertades, la enemigo justicia y la verdadera Democracia. En nuestra epoca se estan abriendo ante el mundo nuevos caminos ala realización de todos los ideales del pueblo. La economia jamas deve colocarse contra la ciencia. 121 La Historia la han hecho los heroes, las grandes personalidades alos cuales los a seguido la multitud por tener confianza en ellos y por saber que sus ideales son de justicia y de igualdad de derechos. La acumulacion de riquezas y capital viene siendo resultado de la explotacion de aquellos que no tienen nada más que su fuerza de trabajo y esto los biene combirtiendo en trabajadores asalariados y que apesar de no darseles garantias salarios justos y facilidades asepten ser para que trabajadores sigan estudiando, asalariados para ni no gosen de morirse de ambre. Todo trabajo es una inversion de fuerza humana en forma espesial y con fines concretos, esta calidad de trabajo crea los valores de uso y de salario justo. Sin embargo el salario no es lo que parece ser es solo una forma disfrazada de valor, dado que el salario no se presenta como lo que realmente es, y no ecsisten los medios absolutamente necesarios para la vida del obrero y el sustento de su familia ni de las necesidades vitales. Todos estos problemas de los trabajadores nos hacen realisar un estudio donde nos damos cuenta que hay organismos muy bien organizados para seguir explotando al trabajador Inventando nuevas formas de explotacion de la mano de obra, con estandares de produccion y controlando el salario de los trabajadores para así combertirlos para siempre en trabajadores asalariados faciles de explotar. Asta ahora el salario no ha compensado el aselerado desgaste fisico del trabajador a causa de medidas insalubres en las que todavía se trabaja descuidando así medidas de seguridad e ijiene y ademas contaminando el medio ambiente. Todos los articulos de consumo, sustento controlados por la ley del precio. 122 y necesidades vitales deven ser Para que el trabajador no sea una masa uniforme de desgraciados sentenciados a vivir en la miseria y sufriendo de necesidades prioritarias como: el derecho a seguir capacitandose en los diferentes niveles. El pais deve contar con una mayor repartision de sus riquezas para la poblacion mas necesitada. .Las promesas y peticiones en campaña de todo candidato para cualquier nivel de candidatura sean firmados por ellos y presentarlas ante la opinion publica y de los pueblos de toda la nacion entera para revisarse, aseptarse o rechasarse. Un pueblo engañado es capaz de todo ¿Qué lugar se le puede dar a este manuscrito en la red de lazos sociales en la que tuvo lugar el asesinato de Colosio? ¿Qué lectura hacer de él para localizar algunas coordenadas que permitan situar la posición subjetiva de Aburto en ese acto? El texto de este libro-borrador, tomado en el a posteriori del acto, tal vez permita avanzar en la construcción analítica de ese hecho como un caso. La intención reiterada del joven escritor de que pase al público lo que él ha escrito, indica el propósito de hacer saber algo a otros – propósito del que aquí se hace caso al tomar al pie de la letra su texto, tal como se desprende de la puesta en operación de la función secretario. El Libro de Actas nos presenta la manera como Aburto interpreta la realidad del país, su análisis de la coyuntura, lo que podríamos llamar, en un sentido amplio, su teoría política - en la que él tiene una función específica qué cumplir. En lo que se refiere al título del Libro, conviene tener en cuenta que la palabra acta proviene del latín acta, plural de actum, acto9. Que en este caso el acta como escritura debe su estatuto al acto, quedará demostrado por los acontecimientos del 23 de marzo de 1994 -Porque los verdaderos hijos de la patria lo demuestran con hechos no con palabras-, en los que Aburto hiere mortalmente a Colosio, cambiando la historia del México de finales del siglo XX, al herir 9 Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia Española, Vigésima segunda edición; 2001. 123 también mortalmente al régimen de partido de Estado, que para entonces había cumplido ya sesenta y cinco años. El Libro de Actas se ocupa de los grandes problemas nacionales: la pobreza, la justicia, la democracia, la educación, la discriminación racial, la migración, la ecología, la cultura. Plantea reivindicaciones sociales y políticas que en su mayor parte la izquierda ha hecho suyas: mejora del nivel de vida de los trabajadores, salario justo, castigo a la corrupción, respeto a la libertad del voto, mejora del transporte público, libertad de prensa, igualdad de oportunidades para las mujeres, defensa de la paz, control de la explotación de los recursos naturales, liberación de los presos políticos, combate al narcotráfico, prohibición de la venta de armas, etc. Las demandas de distintos sectores de la población tienen cabida: indígenas, campesinos, obreros, pescadores, mujeres, profesores, estudiantes. Aburto también está al tanto de los acontecimientos que tienen lugar en el país y que coinciden con su causa: El movimiento que marcara el viraje en la Nacion, sera desde las montañas, la cual al sacudir las bases mismas del Imperio, dara un poderoso impulso al movimiento que pretendemos liberar ala Nacion… -lo que parece ser una alusión a la rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que estalló el primero de enero de 1994 en el estado de Chiapas, desatando una grave crisis de legitimidad en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y en el régimen de Partido de Estado10. Traza un análisis económico de clara influencia marxista11, en el cual la acumulación de capital aparece como resultado de la explotación de los trabajadores, que sólo cuentan con su fuerza de trabajo para sobrevivir. Delinea el papel del trabajo, como inversión de fuerza humana, en la creación de valor. Denuncia la existencia de organismos destinados a la explotación de la mano de obra, a través de estándares de producción y del control de los salarios, que son insuficientes para cubrir las necesidades de los trabajadores y sus familias -una masa uniforme de desgraciados sentenciados a vivir en la miseria y 10 Para poder cumplir su misión Aburto se va a referir en sus declaraciones posteriores a ese movimiento como un peligro del cual tenía que salvar al país. 11 Un conocido suyo comenta haberlo visto leyendo un libro de Carlos Marx, otro cuenta que lo vio con libros de “filosofía marxista y comunismo”. Al primero de ellos le dice que ha leído varios libros sobre socialismo. Cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 299. Por otro lado, las investigaciones judiciales no pudieron encontrar indicio alguno que vinculara a Aburto con alguna organización o partido político de cualquier tendencia, asociación religiosa o de otro tipo. Ibíd. p. 362. 124 sufriendo de necesidades prioritarias. Demanda otra distribución de la riqueza -El pais deve contar con una mayor repartición de sus riquezas para la poblacion mas necesitada. Caracteriza al sistema político mexicano como un imperio formado por un partido, que a fracasado ya, justo cuando cumpla 65 años en el poder12, y que pone en peligro el destino del país y del pueblo. El imperio apoya dictadores, malos gobernantes que no cumplen con el pueblo y toman decisiones que le corresponden a éste, pero sobre todo opera con el engaño. El engaño de los fraudes electorales, de la corrupción, de los dictadores que tratan de aparentar bondad, de las promesas de cambio del sistema y de reformas que no se cumplen. El candidato del partido en el poder es parte activa en ese engaño -su propio candidato ala presidencia alguna vez asepto que su partido habia fallado y siempre ablo con demagojia al higual que algunos mandatarios que dejaron al país siempre con mas problemas…Es a ese engaño al que los pueblos ya no están dispuestos a resignarse –Se puede engañar a muchos alguna vez y algunos todas las veces pero jamás se a podido engañar a todos todas las veces. Es por eso que la respuesta del pueblo al engaño está ligada al fracaso del imperio, a su desintegración y a la formación de un nuevo sistema, pues un pueblo engañado es capaz de todo. La definición del régimen político mexicano como un imperio no es exclusiva de Aburto, se trata de una concepción compartida con otros13. El historiador mexicano Enrique Krauze publica en 1997, tres años después del asesinato de Colosio, un libro titulado La presidencia imperial, en donde plantea que la estructura del Estado posrevolucionario, que tiene entre sus características fundamentales la concentración de un poder absoluto en el presidente de la república, está ligada a la tradición política de la etapa virreinal y a la adopción de “el diseño estático del siglo XVII español, la forma –típica de la dinastía de los Habsburgo- de una arquitectura jerarquizada y corporativa ‘hecha para durar’…”14. El 12 El aniversario número 65 de la fundación del Partido Nacional Revolucionario, rebautizado como Partido Revolucionario Institucional, ocurre el 6 de marzo de 1994, diecisiete días antes del asesinato de Colosio. 13 Así como la idea, también expresada por Aburto, de que dos partidos políticos se unirán, compartiendo el poder con el fin de conservarlo, coincide con numerosos análisis políticos de la llamada “transición mexicana a la democracia”, que ven en el bipartidismo PRI-PAN una estrategia de continuidad de los intereses de algunos grupos de poder. 14 Krauze E. La presidencia imperial. México, Fábula Tusquets; 2003. p. 29 –los datos corresponden a la segunda reimpresión en esta editorial. Por cierto, el capítulo que el autor dedica a Salinas está titulado: “Carlos Salinas de Gortari. El hombre que sería rey”. pp. 455-486. 125 poder del presidente corresponde al de un monarca, absoluto mas no vitalicio, de cuya autoridad depende el rumbo de la nación, ejerciendo un dominio sobre todos los asuntos del Estado y para quien el país es una extensión de su patrimonio personal. Aburto es un obrero que labora en las maquiladoras de la frontera norte, empresas ligadas a “capitales peregrinos” que emigran de país de un día para otro, en donde los trabajadores no cuentan con contratación individual ni mucho menos colectiva, carecen de seguridad social y casi de cualquier modalidad de prestación laboral, en una ciudad (Tijuana) en la que la violencia, el narcotráfico, la corrupción y la miseria conviven como parte de un paisaje urbano habitado por una población flotante de desempleados de las regiones más empobrecidas del país que buscan emigrar a los Estados Unidos, “polleros” que a cambio de una suma considerable de dinero prometen ayudarles a cruzar ilegalmente la frontera, pandilleros, asesinos a sueldo, narcotraficantes de todos los niveles, travestís, prostitutas, gobernantes y policías corruptos, etc. –circunstancias y agregados sociales que conforman en México ese lazo cultural posmoderno conocido como “narcorrealismo”15. Los bajos salarios, la explotación, la pobreza, la imposibilidad de decidir sobre sus condiciones de vida, todo eso acerca de lo que Aburto escribe forma parte de su experiencia cotidiana junto con la de muchos otros, millones de individuos que comparten esa realidad o una muy similar en las fronteras de México y en el resto de su territorio. Los razonamientos del joven obrero llevan a un conocido periodista a decir: “Puedes o no estar de acuerdo (con los análisis), pero no son de un deschavetado, de un descompuesto, de un desequilibrado”16. Si en el Libro de Actas y en los dichos de quien lo escribe nos encontramos frente a manifestaciones que pudieran ser calificadas de delirantes, habría que concluir: primero, que el delirio participa de interpretaciones compartidas ampliamente en la sociedad en la que tiene lugar, hasta el punto de que se hace difícil su diferenciación respecto de la llamada “normalidad”; y después, que la locura no solamente tiene un contacto estrecho con la realidad, cualquier cosa que eso signifique, sino que la estudia detenidamente, con método. Pero entonces, si estamos frente a un delirio, ¿qué es lo que permite definirlo como tal? Quizá se pueda avanzar en la respuesta a esta interrogante si se 15 Cf. Yépez H. A. B. U. R. T. O. México, Editorial Sudamericana; 2005. Palabras del periodista Ricardo Rocha, citadas en: “Desconcierta a autoridades Mario Aburto”. Reforma, 2000, marzo 16. Reproducido por Infosel Noticias: http://www.terra.com.mx/noticias/ -el paréntesis corresponde al texto citado. 16 126 toma en cuenta la participación singular del autor del manuscrito -eso es justamente lo que él espera: ser tomado en cuenta- en ese tejido de interpretaciones socialmente compartidas. El sacrificio Aburto anticipa como un iluminado el principio de un gran y verdadero cambio. En carta dirigida a su hermano mayor, quien se encontraba en ese momento trabajando en los Estados Unidos, le dice: “Quiero seguir estudiando para servir ami patria a la que ya esta desapareciendo y para que tu y todos se sientan orgullosos de mí…”17. Un amigo suyo habla de él en los siguientes términos: “…como que tenía el instinto de saber verdades más profundas, era soberbio como si tuviera una mente más lúcida, era un tipo arrogante y no alternaba con cualquier persona…”18 Otro amigo –quien se refiere a su relación con Mario Aburto diciendo: “más que haber hecho una relación de amistad, era una relación de poder a poder”-, militante del PRI, con quien tenía frecuentes discusiones sobre política, en el momento en que le es mostrado durante el juicio el Libro de Actas y un dibujo donde aparece un hombre con una bandera en el pecho, dice no conocer el libro, sin embargo: “Las ideas se le hicieron conocidas porque lo escrito era la forma de pensar de Mario Aburto, era como anunciar que algo estaba por llegar […] era obcecado en sus pensamientos […] se adjudicó la defensa de las personas desprotegidas […] Tenía la idea de que todos eran menos que él o que todos eran ignorantes y él tenía que hacer algo por todos, porque el resto no lo podía hacer; tenía que ser alguien brillante como él”19. El cambio que anticipa no ocurrirá sin el sacrificio de un hombre que solamente puede ser él mismo, pues la Historia, con mayúscula, la hacen los héroes - La Historia la han hecho los heroes, las grandes personalidades alos cuales los a seguido la multitud por tener confianza en ellos y por saber que sus ideales son de justicia y de igualdad de derechos. Interpreta los sucesos recientes del país como el anuncio de la desintegración de un sistema político y la formación de otro, incluso como la desaparición del país, para lo cual es requerido un sacrificio que tiene también dimensiones históricas -Se abre un capítulo mas en la istoria de estos estados heroicos y de la nacion entera-, en donde, como otros 17 Carta dirigida a Rafael Aburto Martínez, el mayor de los hijos de la familia –Mario es el segundo de seis hijos. PGR. Informe… Tomo II. p. 370 (la ortografía y sintaxis corresponden al original). 18 Ibíd. p. 291. 19 Ibíd. p. 328. 127 valientes que han ofrendado su vida por los ideales y los derechos del pueblo, él contribuirá a un país que será mejor acosta de su propia vida, renunciando a todo asta su propia familia. El sacrificio de su vida, que aparece repetidamente en el manuscrito, es invocado desde aquella primera declaración de Aburto, cuando afirma que quería herir al candidato, que de ese modo la prensa lo tomaría en cuenta y podría advertir del peligro en que se encontraba el país, cuando miles de personas, en varios estados, podrían repetir los acontecimientos de la rebelión armada en Chiapas: “...la cosa es más grave de lo que muchos se imaginan y yo por eso preferí mil veces sacrificar mi vida a que hubiera pasado otra cosa de Chiapas”20. La renuncia a su familia y a su nombre forman parte de ese sacrificio: “…renuncié a todo, a mi familia, a mi nombre y fui condecorado como un Caballero Águila…”21. Al suscribir el Libro de Actas como un hijo de la patria y como Caballero Águila muestra que la vía de su sacrificio está ligada a su ubicación en una nueva genealogía. La identificación con el Caballero Águila va acompañada de un prestigio que Aburto utiliza en su estrategia de seducción cuando se propone conquistar a una mujer. A una amiga, con la que Mario Aburto va al museo de cera de Tijuana, le dice cuando se encuentran frente a la figura del guerrero azteca: “que admiraba mucho a ese personaje ‘por ser una gran guerrero, que a él le hubiera gustado ser como él, es un personaje que él admira mucho’”22. En otra ocasión lleva a ese mismo lugar a una compañera de trabajo con la que empezaba a salir y frente a la misma figura le dice: “cuando regreses a Tijuana me vas a ver en una figura de cera”23. A una novia suya, a la que le hace saber desde la primera vez que salieron que mataría a Colosio, le comenta “que en su partido era conocido como ‘El Caballero Águila’, ya que en el mismo se nombraban con nombres de animales”24. 20 PGR. Informe… Tomo II. p. 374. Ibid… p. 375. 22 Blancornelas J. J. et al. O. cit. p. 159. 23 PGR. Informe… Tomo II. p. 330. 24 Ibid. 21 128 Todavía cuatro años después del asesinato del candidato presidencial, Aburto sigue firmando sus dibujos como “Caballero Águila”25. Es interesante tener en cuenta que los “caballeros águila” y los “caballeros jaguar” forman las dos principales cofradías de guerreros entre los aztecas. En este pueblo los varones están consagrados a la guerra desde que nacen, se trata de una actividad que está en el centro de su vida social, religiosa y política –de hecho, la jerarquía de los guerreros coincide en sus niveles superiores con la del Estado. La carrera militar está llena de prestigio, honores y riquezas. Sin embargo, no todos llegarán a ser guerreros, solamente los que van mostrando capacidad para el combate pueden permanecer dedicados a las armas e ir ascendiendo de categoría –lo cual depende del número de prisioneros que hagan en combate, para ofrecerlos en sacrificio a los dioses-, hasta llegar a formar parte de una de esas dos órdenes militares de rango superior: la de los “caballeros jaguar”, ataviados con una piel de ese felino, y la de los “caballeros águila”, ataviados con plumas de águila y un casco con la forma de la cabeza de esta ave. Los primeros son los soldados de Tezcatlipoca, dios que preside las casas de los jóvenes cuando empiezan a recibir educación militar, los segundos son los soldados del sol; el jaguar corresponde a una fuerza telúrica y el águila, que está ligada al mito del sol, a una celeste26. Según el mito del nacimiento del sol, los dioses se congregaron en Teotihuacan en medio de las tinieblas que cubrían el mundo. Uno de ellos, una divinidad menor, se ofrece en sacrificio y se arroja a una gran hoguera, de donde surge convertido en el astro. Sin embargo este sol permanecía inmóvil, sólo podía empezar su movimiento si se le alimentaba, como la sangre era su alimento los dioses se sacrificaron y el sol pudo entonces iniciar su curso. El sol pudo nacer gracias al sacrificio de un dios y continuar con vida gracias al sacrificio de los otros dioses. Desde entonces, para que las tinieblas no se 25 Ibíd. p. 331. Informe de la reunión con el equipo técnico del Centro Federal de Readaptación Social, el 19 de febrero de 1998. 26 Sobre la guerra y los sacrificios a los dioses entre los aztecas cf. Soustelle J. La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista. México, Fondo de Cultura Económica; 2003. pp. 52-70. Cf. también entrada “Águila” en: Chevalier J. (Dir.) Diccionario de los Símbolos. Barcelona, Herder; 1986. p. 62. El más conocido de los Caballeros Águila es Cuauhtémoc (“águila que desciende”), el último tlatoani, máximo gobernante o emperador azteca. Cuauhtémoc dirigió los ejércitos aztecas en contra de la invasión española y desde entonces se ha convertido en un símbolo nacional de la defensa de la patria ante la invasión extranjera –para Mario Aburto el atentado en contra de Colosio es la respuesta a una conspiración en la que posiblemente alguien del extranjero pone en riesgo al país. 129 apoderen del mundo es necesario ofrecerle al sol su alimento, la sangre humana, llamada “el líquido precioso” (chalchiuatl)27. El sacrificio es necesario para evitar un cataclismo en un mundo continuamente amenazado por las fuerzas de la naturaleza, las enfermedades, el hambre, la guerra y las divinidades monstruosas del occidente que pueden devorar a los hombres si la oscuridad llega a reinar definitivamente. Cuando un sacerdote ofrece el corazón de una víctima a los dioses, aplaza por un tiempo la catástrofe que amenaza constantemente la existencia de la humanidad. Así como el sol, las demás divinidades, ligadas a las distintas fuerzas de la naturaleza, requieren de la sangre humana para mantenerse con vida. De hecho, a la víctima de un sacrificio generalmente se le vestía y adornaba con los atributos del dios al cual se le ofrecía, de tal manera que era el dios mismo el que volvía a morir ante su propia imagen en el templo, como había ocurrido en el inicio del mundo. Igualmente era la carne de ese dios la que se ingería en las ocasiones en que se llevaba a cabo el canibalismo ritual. El sacrificio es un deber sagrado por el cual de la muerte nace la vida, a través de él se garantiza la salvación del mundo y el bien para los hombres. El sacrificio es parte fundamental de la vida y la muerte del guerrero, ya sea el sacrificio de sus prisioneros de guerra o el suyo propio: Morir en el combate, o mejor todavía, en la piedra de los sacrificios, era para ellos la promesa de una dichosa eternidad: porque el guerrero caído en el campo de batalla, o sacrificado, tenía asegurado su lugar entre los ‘compañeros del águila’, los quauhteca, que acompañan al sol desde su salida por el oriente hasta el cenit, en un cortejo deslumbrante de luz y resplandeciente de alegría, para reencarnar después en un colibrí y vivir por siempre jamás entre las flores.28 El sacrificio es un honor que no solamente no es evitado por la víctima, sino que en ocasiones es buscado para cumplir con la voluntad de los dioses; rehusarse al sacrificio es contrariarlos y exponerse a consecuencias aún peores. En este contexto la guerra es siempre una actividad sagrada en la que se concretan los proyectos de los dioses, no busca la destrucción del contrincante en el campo de batalla, sino hacerlo prisionero para llevarlo 27 28 Soustelle J. Op. Cit. P. 102. Ibíd. p. 59. 130 al sacrificio; es la manera en que se dirime con otros pueblos a los que se conquista el enfrentamiento entre los dioses respectivos. Una vida nace de la muerte, esa es la esencia del sacrificio entre los aztecas, por lo mismo la relación del guerrero con el prisionero que será sacrificado no está basada en la crueldad, sino que entre ambos se establece una relación de filiación: cuando un guerrero vencía a otro en el campo de batalla y lo hacía prisionero se refería a éste como “mi hijo bien amado”, quien a su vez llamaba al otro “padre venerado”29. Un padre ofrece a su hijo en sacrificio para que vuelva a nacer, este segundo nacimiento junto a los dioses es al mismo tiempo lo que hace posible la continuación de la vida de éstos. El lazo de filiación que los unía tenía consecuencias más allá de la muerte de la víctima y se reflejaba en elementos del rito sacrificial: El señor del captivo no comía de la carne porque hacía de cuenta que aquella era su misma carne, porque desde la hora que le captivó le tenía por hijo, y el captivo a su señor por padre, y por esta razón no quería comer de aquella carne. Empero, comía de la carne de los otros captivos que se había muerto.30 Lo ficticio con la realidad La pequeña ceremonia en la que Aburto, que según su decir se encontraba todavía en la infancia, es nombrado Caballero Águila por un anciano revolucionario, jurando guardar y hacer valer la constitución, las leyes, las decisiones del pueblo y desempeñar su nombramiento patrióticamente, marca un momento decisivo en su vida31. El hecho de que reciba ese nombramiento de parte de un personaje con esas características -un señor de avanzada edad; todo un Revolucionario; Alto, ojos de color, cabello blanco de la esperiencia y de la sabiduria, con una enerjia envidiable-, plantea la cuestión de si se trata 29 Ibíd. p. 105. Sahagún B. de. Historia general de las cosas de Nueva España. México, Conaculta; 1989. Tomo I, p. 183. Si se toma en cuenta el carácter sagrado del sacrificio entre los aztecas, habría que considerar la “Teoría” de Mario Aburto en el sentido que esta palabra tenía antiguamente para los griegos: procesión a los dioses. Dios por cierto está presente en el Libro de Actas para garantizar la justicia –…el jamas los abandonará, por que dios esta con los justos porque el es justo. 31 El hecho de que en un primer momento reciba la petición del anciano de darle fuego de la hoguera como si se tratara de una ofensa, ¿implica una alusión erótica? –en el sentido delirante que el término “alusión” tiene. Por ahora no contamos con datos que nos permitan responder. En todo caso el nombramiento que le da el personaje disipa la alusión. 30 131 aquí de la presentificación de un padre del cual recibe una nominación que lo sitúa en una nueva genealogía. En la entrevista con la comisión de diputados y senadores encargados de dar seguimiento a las investigaciones del magnicidio, cuando Aburto dice de manera aparentemente despectiva que el Caballero Águila “…no es mas que un personaje de un libro que estaba escribiendo (…) que no llegó ni a libro era un borrador nada más…”, agregando después que “empleé entre lo ficticio con la realidad”32, nos da una clave para considerar la estructura de la escena de su nombramiento por parte del viejo revolucionario. A lo largo de su enseñanza Jacques Lacan insiste en que la verdad, la que importa en la experiencia analítica, tiene estructura de ficción: Así, es de un lugar otro que la Realidad a la que concierne de donde la Verdad saca su garantía: es de la Palabra. Como es también de ella de quien recibe esa marca que la instituye en una estructura de ficción.33 La verdad de la que aquí se trata no es la de la concepción aristotélica de la adecuación del pensamiento a la cosa. Entre el pensamiento y la realidad de la cosa se encuentra la posición del sujeto en su relación con la Palabra. El problema de la verdad no tiene sentido sino en relación con la Palabra; es porque esta última puede mentir que entonces puede plantearse como verdad. La estructura misma de la Palabra es la ficción, por lo mismo no hay que tomar a ésta como sinónimo de lo ilusorio o lo engañoso, sino como una fabricación que participa de los límites que el lenguaje tiene para decir algo del real; es ahí donde una adecuación se revela imposible. Esa ficción tiene una consistencia tal que no puede ser modificada arbitrariamente sin modificar al mismo tiempo su relación con la verdad que, a su manera, dice. No es que la ficción diga otra cosa, que oculte detrás de ella una verdad no dicha, sino que eso que dice, que concierne a la relación del sujeto con un real que lo constituye, no puede ser dicho de otra manera. Es en la misma estructura formal de la ficción, conformada por significantes, donde la verdad se dice y no en otro 32 PGR. Informe… Tomo II. p. 447. Lacan J. “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”. En: Escritos 2. México, Siglo XXI; 1989. p. 787. La versión de este párrafo en castellano omite la mayúscula en “Palabra” (Parole), que se encuentra en la versión francesa. Aquí me permito corregirla cf. Écrits II. Paris, Seuil, 1999. p. 288. 33 132 lugar, lo que determina que esa verdad sólo pueda ser articulada en la forma de un mediodecir. Por su parte, Freud se ocupa repetidamente de la verdad en sus relaciones con el delirio. Cuando está por concluir su trabajo sobre Schreber, se detiene por un momento a considerar lo que le parece una llamativa coincidencia entre el delirio del que fuera presidente del Superior Tribunal de Sajonia y la llamada teoría de la libido. Los “rayos de Dios”, manifestados en su capacidad creadora como rayos solares, infinitos haces de nervios y espermatozoides, cuyos efectos eróticos experimenta Schreber, serían semejantes en sus movimientos a las investiduras libidinales de la teoría freudiana, de tal manera que los detalles del delirio coincidirían con la teoría de la paranoia que Freud construyó. Esta semejanza le parece a Freud tan estrecha, que tiene que reclamar la precedencia temporal de su teoría con respecto al delirio que acaba de estudiar. Entonces introduce una cuestión que afecta definitivamente al estatuto de los elementos asemejados: Queda para el futuro decidir si la teoría contiene más delirio del que yo quisiera, o el delirio, más verdad de lo que otros hallan hoy creíble.34 El núcleo de verdad que constituye a cada delirio es de donde parte la convicción delirante, hasta el punto de llevar a otros a convalidarlo, compartiendo el delirio y haciendo problemática su distinción en el caso de ciertas elaboraciones teóricas. Es esta perspectiva abierta por el fundador del psicoanálisis la que vuelve imposible excluir a la locura del 34 Freud S. Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia paranoides) descrito autobiográficamente. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu; 1976. Vol. XII. p. 72. Para Freud, sin embargo, la verdad no tiene el mismo estatuto que para Lacan. En el primero se trata de la distinción entre una verdad material, inaccesible ya puesto que ocurrió en el pasado, y una verdad históricovivencial, que remite a un acontecimiento verdaderamente ocurrido en un momento de la historia y que es reconstruido con posterioridad, a partir de las huellas mnémicas que su experiencia dejó. Esta concepción de la verdad es solidaria del mundo de la representación en la cual Freud y sus contemporáneos se mueven; para ellos lo que está en juego es la re-presentación de un acontecimiento ocurrido que le da su fundamento, incluso científico, a toda construcción teórica. Esta es la gestión que organiza los esfuerzos de Freud por encontrar ese acontecimiento en el caso por él llamado hombre de los lobos, en donde tal vez aparecen con más claridad que en otras de sus obras las dificultades a que conduce tal noción de verdad. Cf. Freud S. De la Historia de una Neurosis Infantil. Ed. Cit. Vol. XVII. También cf. Freud S. Moisés y la religión monoteísta. Ed. Cit. Vol. XXIII, particularmente el apartado G de la parte II: La verdad histórico-vivencial. Sobre el estatuto de la representación en Freud y su papel en la transferencia cf. Le Gaufey G. “El blanco de la transferencia”. Littoral, 1990, 10. 113-159. Sobre la ambigüedad del concepto de representación en Freud y la relación que guarda con su época cf. Le Gaufey G. El lazo especular. Un estudio transversal de unidad imaginaria. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 2001. 133 campo de la razón, pues ésta se sostiene en la verdad que le da fundamento tanto a una teoría como a un delirio, igualmente compartidos por una comunidad. Por lo mismo, ese futuro al que se refiere Freud en el pasaje citado puede ser concretado en cada caso de locura, en el que se ponen en juego las relaciones entre los elementos de la triada constituida por teoría, delirio y verdad. Cada caso vuelve a plantear interrogantes sobre lo que permite distinguir a una teoría de un delirio, sobre las relaciones que mantienen entre sí, sobre sus relaciones respectivas con la verdad. En el caso que nos ocupa, tal vez se pueda avanzar en la respuesta a estas interrogantes y entrever algo de la verdad que está en juego si se considera el nudo asesinato político-sacrificio como un elemento que permite localizar lo que podría ser calificado de delirante en la teoría de Mario Aburto. En ese nudo encontraríamos el lema que Sérieux y Capgras identifican como característico del interpretador: tua res agitur (tu interés está en juego)35. Es en eso en lo que él se encuentra directamente concernido, hay ahí algo que le corresponde hacer solamente a él. En el tejido de sus interpretaciones socialmente compartidas la trama está constituida por ese hilo que sitúa su posición subjetiva. Al asesinar a Colosio se ofrece él mismo en sacrificio, con lo cual muestra el carácter definitivo y definitorio que ese acto tiene para él. De ahí que cuando es interrogado en las primeras horas posteriores al crimen dice: “yo lo tenía que hacer”36 Al mismo tiempo, su estudio minucioso de la situación en la que se encuentra el país y su examen de la crisis por la que atraviesa el régimen de partido de Estado, dan cuenta de que Aburto mantiene una estrecha relación con las condiciones que dan lugar al rumor de un cambio de candidato en aquel partido, por lo que su compromiso determinante en la realización de los designios de la voz popular muestra que “lo colectivo es el sujeto de lo individual”37. Sin que necesariamente forme parte de una conspiración, Aburto no actúa 35 Sérieux P y Capgras J. Las locuras razonantes. El delirio de interpretación. México, Colección libros de artefacto; 2002, p.45. Lacan utiliza esta frase en su definición del inconsciente como discurso del Otro: “en la que hay que entender el “de” en el sentido del de latino (determinación objetiva): de Alio in oratione (complétese: tua res agitur)”. Cf. Escritos 2. México, Siglo XXI; 1989. p. 794. Sobre el artificio de lenguas con el cual se construye la fórmula lacaniana, cf. Vindras A-M. “El deseo del Otro: un artificio franco-latino”. Me cayó el veinte. Revista de psicoanálisis, 2001, No.3. 39-51. La manera en que, de acuerdo a la indicación de Lacan, hay que leer esta fórmula, así como sus implicaciones para las llamadas “psicosis”, es abordada infra en el capitulo X. De la creencia a la certeza. 36 Cf. Zeta/Tijuana. “Yo lo tenia que hacer, dice Mario Aburto”. Siglo 21, 1994, marzo 26. 37 “… lo colectivo no es nada sino el sujeto de lo individual”. Lacan J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”. En: Escritos 1. México, Siglo XXI; 1989. p. 203. 134 solo al asesinar a Colosio; está acompañado por ese colectivo de contornos indefinidos que está advertido de la magnitud histórica de la crisis que afecta al régimen priísta y a su ritual sucesorio, que en las nuevas circunstancias políticas se ha vuelto caduco. El error de Salinas Después de un mes del asesinato, en entrevista con el semanario Zeta de Tijuana realizada el 24 de abril de 199438, Aburto sostiene que el asesinato de Colosio “fue un accidente”: “me sale algo dentro de mí, algo espontáneo”, al ver que el candidato con su puño izquierdo hizo a un lado a una señora que se le acercaba con algo en la mano, entonces pensó en disparar a los pies del candidato, al sacar la pistola se tropezó, fue golpeado por alguien entre la multitud que salía del mitin, y al levantar el arma se disparó39. Argumenta que el gobierno no está haciendo “una verdadera justicia” con él, porque quieren seguir poniendo agravantes en su juicio -“las agravantes, aunque ya las pude demostrar no me las quieren aceptar”40 -, él está dispuesto a pagar su culpa por el “accidente”, pero el Tribunal Superior de Justicia decide y está manejando la sentencia: “Que no hay justicia, y que no puede haber justicia, ¿Por qué? Porque tantos presidentes lo han demostrado. ¿Salinas, cuántas veces lo ha demostrado? Cuando vino ese, como se dice, bueno, se me escapa de la mente eso, ¿no?, este, pero cayó en otros errores similares como por ejemplo la ley de su palabra decía: Aquí no hay otro candidato que no sea Colosio, o sea que diciendo que su palabra vale más que la del pueblo, que ésa es la palabra de él. Que aquí en verdad no manda el pueblo de México, sólo unos cuantos, y en sí el presidente que se siente con las agallas de hacer lo que se le viene en gana, y de venir algo, lo despacha o lo mate o se deshaga de él. Así de sencillo”41. 38 Blancornelas J. J. et al. Op. Cit. pp. 99-117. En esta entrevista Aburto muestra estar bien informado de lo que ocurre en el país, utilizando frases muy similares a las del Libro de Actas para expresar sus críticas al sistema político y al proceder de los gobernantes. 39 En otra entrevista realizada antes (15 de abril), por José Luis Pérez Canchola, procurador de Derechos Humanos de Baja California, Aburto dice que al ver que Colosio empujó a la señora que le quería entregar unas hojas de papel sintió mucho coraje y pensó: “Si ahora hace esto que no hará cuando sea presidente”, entonces decidió darle un susto al candidato. PGR. Informe… Tomo II. p. 436. Para Aburto queda descartado que Colosio también haya sido empujado entre la multitud o se haya tropezado. La imagen es interpretada como un abuso real de poder. 40 La ambigüedad de la enunciación está a la vista: rechaza que le pongan agravantes en el juicio – fundamentalmente que el asesinato haya sido planeado-, pero acepta que ya las demostró. 41 Blancornelas J. J. et al. Op. Cit. p. 116. 135 Salinas es el principal entre esos gobernantes que le expropian al pueblo su posibilidad de decidir -Hagace responsable de los hechos atodos aquellos gobernantes que siempre quisieron tomar decisiones que solo le correspondian al pueblo. El poder de aquél es tal que puede disponer de las vidas de otros y hacer lo que se le venga en gana, puesto que su palabra tiene el valor de ley. Para el entrevistado esta última afirmación no tiene el carácter de una metáfora, aquí el simbólico de la ley, el imaginario de un personaje todopoderoso y el real del cuerpo que lo encarna, se confunden42. A Aburto ese Otro personificado le expropia su posición enunciativa al expropiar las decisiones del pueblo, de las cuales él se considera el ejecutor privilegiado, puesto que fue nombrado para ese fin. Es desde este lugar que responde con un acto que atenta contra la designación que hace Salinas de su sucesor. La principal facultad del presidente en el régimen de partido de Estado es la atribución metaconstitucional de designar a su sucesor, en ella reside la posibilidad de dar continuidad al régimen. Es a esa atribución presidencial a la que va a poner fin el atentado contra Colosio43. Con su acto Aburto cobra el error de Salinas, a quien no pudo quitar de su cargo44 -El pueblo tiene derecho y poder amplio para sustituir a su presidente cuando el pueblo lo crea presiso y conveniente-, pero sí pudo convertirse en el brazo ejecutor que suprimió la expresión más importante de su poder. Sabemos perfectamente bien que el error es un arma que acaba siempre por erir al que la emplea -el arma que hiere a Colosio, 42 Es precisamente en esta confusión que Lacan va a situar lo que caracteriza a la paranoia: “En tanto que un sujeto anuda a tres el imaginario, el simbólico y el real, él no está soportado más que por su continuidad. El imaginario, el simbólico y el real son una sola y misma consistencia. Es en ello en lo que consiste la psicosis paranoica”. Le Sinthome. Versión G. T. Reunión del 16 de diciembre de 1975 (la traducción es mía). 43 Sobre este aspecto cf. Roux R. El príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado. México, Ediciones Era; 2005. p. 243. La autora, a diferencia de lo que es planteado en el presente trabajo, sitúa el asesinato de Colosio solamente como una mediación en “el quiebre” de la facultad presidencial de nombrar a su sucesor. Ese quiebre habría estado mediado también por “las traiciones” de Ernesto Zedillo, y se consumaría el 2 de julio del año 2000, con el triunfo de Vicente Fox, candidato panista a la presidencia de la república, dando fin a más de setenta años de dominación priísta. Coincidimos con la autora en que el asesinato de Colosio sería una especie de “golpe de estado que cerró el ciclo abierto con el asesinato de Obregón”. Pero justamente esta última interpretación, y la profundidad de las pugnas posteriores entre Salinas y el que habría de ser su sucesor, Zedillo, pueden confirmar la hipótesis de que la mencionada facultad metaconstitucional del presidente terminó con el asesinato de Colosio. 44 En el primer interrogatorio Aburto declara que pensó en matar a Salinas años atrás, cuando éste se encontraba en campaña. Precisa que no lo hizo “porque creí que estaba, que por mi edad estaba equivocado…” Cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 375. La vacilación en el delirio no es privativa de este caso, constituye un momento frecuentemente observado en la evolución de otros casos. Al parecer para Aburto era necesaria no sólo una “maduración” –palabra usada por uno de los interrogadores- en cuanto a su edad, sino en cuanto a la crisis del régimen, para poner a fin a aquella vacilación. 136 y junto con él al poder de Salinas, es el error de éste de imponer a aquél como único candidato. Salinas accede al poder en 1988 tras haber sido declarado vencedor en unas elecciones en las que es acusado de haber cometido un fraude electoral de grandes dimensiones. Al principio de su gobierno es llamado “usurpador” por quienes consideran que le arrebató ilegalmente el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas, su contrincante que había salido de las filas del partido oficial para encabezar a la oposición al régimen desde la izquierda. No sólo usurpa el poder presidencial que le pertenece a otro, sino el poder de decisión del pueblo –lo cual lo convierte a ojos de Aburto en la encarnación del gobernante que decide lo que le corresponde decidir al pueblo. Desde el principio hasta el final de su mandato la gestión de Salinas queda marcada por esta “ilegitimidad de origen”, que afecta a la designación de Colosio como su sucesor, quien como su “hijo político”45 participa de esa ilegitimidad, que lo sitúa como el relevo por el cual aquél busca reelegirse. Por otro lado, Carlos Salinas también había participado en un “accidente” en el que perdió la vida una persona. Cuando tenía cuatro años de edad, jugando con un arma de fuego junto con Raúl su hermano mayor, asesinan a una empleada doméstica de la casa paterna46. Este hecho permite establecer un rasgo compartido entre Aburto y Salinas. El acto homicida del primero le hace participar del poder que le atribuye al segundo para disponer de la vida de otros. En la entrevista periodística ya mencionada Mario Aburto se refiere al nuevo candidato del PRI, a cuya designación se vio obligado Salinas con la muerte de Colosio47: 45 Enrique Krauze dice a propósito de Colosio en relación con Salinas: “Era su hijo político: le debía todo, no lo traicionaría, le permitiría vigilarlo, ejercer el salinato, se daría no una reelección colegiada, no de salinas sino del salinismo…” Esta imagen de Colosio era ampliamente compartida en los medios políticos y comentada en la prensa. Cf. Krauze E. Op. Cit. p. 474. La expresión “ilegitimidad de origen” es utilizada por este autor para referirse al cuestionado triunfo de Salinas que marcó a su gobierno. 46 Krauze E. Op. Cit. p. 457. 47 Ernesto Zedillo es ciertamente designado por Carlos Salinas, lo que ocurre en medio de grandes presiones de los distintos grupos de poder de dentro y fuera del PRI, pero no es el candidato que su voluntad eligió para perpetuarse en el poder, como lo van a mostrar los posteriores conflictos políticos entre ambos, que terminaron en un hecho inédito en la historia del régimen posrevolucionario: la sentencia penal dictada a Raúl Salinas de Gortari, hermano mayor de Carlos, acusado de asesinar a José Francisco Ruiz Massieu, político priísta que había estado casado con Adriana Salinas de Gortari, hermana de los dos anteriores. En 2005, penúltimo año del gobierno de Vicente Fox, el “hermano incómodo” del ex presidente Salinas es definitivamente declarado inocente de aquel asesinato. 137 “Porque el gobierno ahorita está temeroso de lo que pudiera decir, porque posiblemente pensaba de que iba a decir estas cosas, ¿no?, de que están poniendo personas, personas como este señor Zedillo Ponce, que es el nuevo candidato; si no pudo con SEDESOL, no va a poder con la presidencia. Imagínese con ese tipo de candidatos, o con ese tipo de gente, creen que el país pueda salir adelante. No creo yo”48. Al parecer el joven piensa que sus declaraciones son consideradas peligrosas por el gobierno, le temen a lo que él va a decir –y ciertamente ya le había infligido una herida mortal al régimen-, por lo que se cuida de mandar un mensaje a su mamá y a los familiares de ésta, en el sentido de que él no tiene intenciones de quitarse la vida: “…si en algún momento yo llegara a aparecer muerto en alguna parte, es porque el gobierno así lo hizo. No porque yo lo haiga hecho”49. Lo que dice del nuevo candidato se aplica también a Colosio, como lo muestra el hecho de que le atribuya a Zedillo lo que le corresponde al candidato asesinado: fue Colosio quien estuvo al frente de la SEDESOL, la supersecretaría encargada de la política social del gobierno de Salinas, quien la creó específicamente para ser conducida por su amigo Luis Donaldo, poco después de que éste fuera incorporado al gabinete de gobierno50. Si lo dicho por Aburto expone su opinión de Colosio como candidato, revelando parte de sus razones para asesinarlo, también es cierto que el acto de quitar a éste del camino no llevó, como lo hace notar el propio decir de aquél, a la designación de un candidato mejor. Aborto Hemos dicho que Aburto se propone quedar situado en una nueva filiación, misma que se haría posible a través de la genealogía de ficción que se funda cuando un anciano revolucionario lo nombra “Caballero Águila”; pero ¿a qué responde esa búsqueda?, ¿cuál es la verdad que se dice en la ficción de ese nombramiento?, ¿qué elementos nos pueden aproximar a una respuesta? La declaración -con todas las consecuencias jurídicas que esta palabra acarrea- de que él ha renunciado a su familia y a su nombre nos proporciona una indicación indispensable para orientarnos. Entre otras cosas renuncia así al apellido que ha recibido de su padre, que le permitiría una inscripción en el Otro del orden simbólico, dándole un lugar en la cadena de las generaciones. Esa renuncia es una manera de quitarse 48 Blancornelas J. J. et al. Op. Cit. pp. 116-117. Ibíd. 50 Cf. Ruibal J. A. Luis Donaldo Colosio. Perfil biográfico. México, Porrúa; 1999. pp. 98-100. 49 138 de encima el nombre con el cual es identificado por otros en la sociedad en la que habita, pues es por su apellido que sus compañeros de escuela le ponen el apodo de “aborto”51. La asonancia, casi homofonía, entre las dos palabras y la mención explícita de haber renunciado a su nombre propio, permiten conjeturar que ese apodo, proferido como un insulto, cobra un peso subjetivo tal para Mario Aburto que lo lleva a buscar deshacerse de él junto con su apellido52. El apellido como nombre propio funciona como una marca que sirve para identificar a un sujeto en particular, pero no predica nada de él. Se trata de una marca que funciona a partir de su estructura sonora prescindiendo de su sentido, por lo que no es traducible, transita prácticamente sin alteraciones de una lengua a otra, justamente porque su función está dada al margen del sentido que pudiera llegar a tener. El nombre propio está ligado a la escritura en la medida en la que opera como un trazo distintivo del sujeto53. Va entonces a afectar al cuerpo de quien lo porta, hasta el punto de que ese cuerpo queda tomado por ese trazo que lo distingue como uno, distinto entre otros, de tal manera que no puede no reaccionar al llamado que ocurre en el momento en que alguien pronuncia “su” nombre. El insulto, sobre todo cuando es proferido reiteradamente, comparte con el nombre propio esta característica de afectar al cuerpo de quien lo recibe. Su eficacia depende de este efecto sobre el cuerpo que es al mismo tiempo un efecto subjetivo, pues el insulto sólo es tal a condición de convertirse en una asignación ofensiva que es impuesta desde el Otro. En el caso que estamos estudiando el nombre propio “Aburto” queda ligado al insulto “aborto”. Aquél ha caído al lugar de un significante común, con lo cual conserva un sentido: un aborto es la interrupción de un embarazo, en la que puede estar en juego una acción deliberada o un “accidente” debido a causas naturales o humanas. Pero un aborto es también un feto humano que no llegó a nacer, digamos “alguien que no llega a ser”, con lo que además queda interrumpida una relación de filiación. Arrojado antes de tiempo, el aborto es un despojo humano. Eventualmente un feto abortado puede tener el aspecto de un 51 PGR. Informe… Tomo II. p. 300. Conjetura que queda a la espera de nuevos elementos que la confirmen o la refuten. He aquí un dato indirecto: “El profesor Ceja comentó que en promedio Mario Aburto se peleaba dos o tres veces por semana, ‘era sádico, no soltaba a los niños hasta que los lastimaba’; es por esta razón que él lo recuerda”. Ibíd. p. 300. ¿Existe alguna relación de estos frecuentes pleitos escolares con el apodo que le impusieron? 53 Cf. Lacan J. L’identification. Versión Roussan. Particularmente las sesiones del 20 de diciembre de 1961 y del 10 de enero de 1962. 52 139 monstruo. En sentido figurado se habla de aborto para referirse a algo que no llega a su término habitual, que fracasa o se malogra, o bien alguien que no llega a ser lo que se esperaba de él. Si Aburto busca deshacerse de su apellido junto con el sentido al que ha quedado unido por la vía del insulto, la nominación de Caballero Águila lo sitúa en una nueva filiación no abortiva, que le hará participar de un linaje que le permite tener un lugar destacado en la historia, precisamente como un “hijo mayor de la Patria”: Se hablara mucho de la mision de un hijo mallor de la patria y su hecho, que cambiara el rumbo de la Historia. Cuando el anciano revolucionario lo nombra Caballero Águila, Aburto es nombrado para salvar a su país por la vía del sacrificio54. Sólo a través de un acto sacrificial puede realizarse su inscripción en otra genealogía. Una carta que la madre de Aburto dirige a su hijo mayor –Mario es el segundo de seis hijos- permite precisar algunos elementos del caso relativos a los lazos de parentesco y filiación: …Te disgustastes Con Mario lla ves 54 A juzgar por las consecuencias posteriores de su acto, el nombramiento de “Caballero Águila” que recibe Aburto no logra inscribir esa genealogía en un ordenamiento simbólico, se trata de una genealogía imaginaria en la que él adquiere una misión qué cumplir. Un dato suplementario permitiría suponer que el guerrero azteca es un personaje ligado a la filiación por vía materna: en la entrada de la casa de Manuel Martínez Piñones, tío materno de Mario que habita también en Tijuana, se encuentra la figura de un Caballero Águila vaciada en aluminio. Cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 331. ¿Habría que concluir de este “ser nombrado-para” y de la singular relación que Aburto tiene con su apellido, que nos encontramos frente a un caso de forclusión del Nombre-del-Padre? El 19 de marzo de 1974 Lacan se refiere a un “ser nombrado-para alguna cosa”, en el que la madre basta generalmente para indicar a “su crío” un proyecto. Esta operación va a sustituir al Nombre-del-Padre, que se encuentra “verworfen, forcluido, rechazado”. En esta situación, ligada al momento de la historia en que vivimos, “lo social toma una prevalencia de nudo, y que literalmente hace la trama de tantas existencias, él detenta ese poder de nombrarpara, hasta el punto en que después de todo se restituye un orden, un orden que es de hierro”. Lacan se va a preguntar entonces qué es lo que designa esta huella como retorno del Nombre-del-Padre en el Real, en tanto que su forclusión es el principio de la locura, y ve en este nombrar-para “el signo de una degeneración catastrófica” (cf. Les non-dupes errent. Version AFI. Sesión del 19 de marzo de 1974. La traducción de los entrecomillados es mía). El problema del planteamiento de la forclusión del Nombre-del-Padre no es solamente que hipoteca toda posibilidad de la experiencia analítica en las psicosis, sino que toma por un dato ya establecido la distinción entre Real, Simbólico e Imaginario, distinción que precisamente va a ser el problema a resolver a partir de la introducción del nudo borromeo y sus consecuencias para el cifrado de la locura (cf. Lacan J. Le sinthome -existen varias versiones tanto en francés como en castellano-, particularmente la sesión del 16 de diciembre de 1975. También cf. Allouch J. Marguerite. Lacan la llamaba Aimée. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 1995. p. 546). Pero además, cuando Lacan habla de una “degeneración catastrófica” a propósito de la forclusión del Nombre-del-Padre, ¿no se tratará ahí de una rehabilitación, que pasa inadvertida, de la teoría de la degeneración del siglo XIX? 140 Como es Mario y Ami medecia muchas Cosas Hera muy mal cria Con migo Me de cia que hora que no queria Saber na de mi ni de Tupapa hora que es taba Aquí le pego en lacara y Me henoje con el llo te tengo mucha Con fiansa Ati por que no Eres mal cria Con Migo y Mario ne ne y Rubencillo Si son mal criaos Con Migo de Todos Modos Toda Mi Familia Te quiere porque Tu no eres Malcriao Con Migo Todos Son mis hijos y llono qui siera que seandubieran peliando…55 El comentario de la madre a propósito de que Mario le dice que no quiere saber nada de ella ni de su papá es una manera de ratificar la renuncia a su familia que aquél declara -la fecha de la carta permite establecer que esa situación se remonta a varios años atrás del magnicidio. Mario es llamado por su madre “mal cría”, expresión que remite a que él, como otros de sus hermanos, es “malcriao” con su madre, un mal hijo, a diferencia del mayor. La afirmación de esta madre de que todos son sus hijos no alcanza a borrar las diferencias que establece entre sus crías. Su hijo mayor no es “mal cría”, puede confiar en él y es querido por toda la familia materna. La nueva filiación que su acto histórico le dará a Mario Aburto coloca a éste en un lugar totalmente opuesto al que le asigna su madre: dejará de ser “mal cría” para convertirse en un “hijo mayor de la Patria”, de quien se hablará mucho a causa de su misión que cambiará el rumbo de la historia. Para la madre su hijo Mario es “mal cría” por lo que le dice (que no quiere saber nada de sus padres) y por el hecho de haberle pegado a su papá en la cara. El padre, Rubén 55 Carta del 3 de septiembre de 1990, dirigida por María Luisa Martínez Piñones al mayor de sus hijos, Rafael Aburto Martínez. PGR. Informe… Tomo II. p. 371. Reproducimos aquí un fragmento de esta carta que carece de signos de puntuación. La escansión de las frases la transcribimos tal como aparece en el Informe, así como la sintaxis y ortografía. El Informe precisa que no se puede tener la certeza de que la letra corresponda a la madre de Mario, pues en la carta aparecen varios tipos de letra. En otro lugar de ese documento oficial se menciona que María Luisa carece de instrucción escolar (p. 284), lo que seguramente la obliga a pedir a algunos miembros de su familia que escriban lo que ella les dicta. El texto de la carta presenta una ortografía que hasta cierto punto es similar a la del Libro de Actas, lo que revela un trazo familiar en la escritura, que no puede ser reducido a un producto del nivel de escolaridad. 141 Aburto Cortés, con fama de violento, golpea a su hijo como una manera de corregirlo, por ejemplo cuando éste se pelea en la escuela; incluso en una ocasión en que lo ve peleando lo golpea frente a sus compañeros –Mario “se moría de la pena”56. Sin embargo, cuando los papeles se cambian en la relación paterno-filial y un hijo golpea a su padre asistimos a una alteración, ¿o una ruptura?, en el lazo de filiación. Hay otra ruptura, ésta mucho más radical, en el tejido simbólico de las relaciones de parentesco de la familia Aburto. El padre de Mario asesinó a uno de sus hermanos, de nombre Raúl, cuando éste tenía apenas diecisiete años de edad. Este asesinato que termina con una vida que no se había realizado, la de un adolescente, interrumpe en un punto la cadena de las generaciones. Rubén Aburto se encontraba en estado de ebriedad cuando dio muerte a uno de sus amigos y a su hermano, tres años menor que él. El homicida nunca pagó por su delito, catorce años después un juez dicta acto de sobreseimiento57. La impunidad de los crímenes de los gobernantes que denuncia Mario Aburto58 está también presente en este crimen de parentesco cometido por su padre. Es importante advertir que este acto, así como un homicidio cometido por el abuelo materno de Mario59, se llevaron a cabo de la misma manera que el asesinato de Colosio: de un balazo en el cráneo. El acto de Mario Aburto se inscribe en esta transmisión generacional de una forma de asesinar. Es interesante además tener en cuenta que antes de la muerte de Colosio se llega a plantear la posibilidad del “aborto” de su candidatura: El registro oficial del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ante la máxima instancia electoral del país no ha sido suficiente para contener, dentro y fuera de su propio partido, el insistente rumor de que Luis Donaldo Colosio 56 Ibíd. 299-301. Lo que se basa en el criterio de que el culpable se ha sustraído a la acción de la justicia por un periodo mayor a la media aritmética de la pena aplicable al delito. Ibíd. p. 287. El homicidio ocurre en 1967, aproximadamente tres años antes de que nazca Mario. Rubén es el quinto de diez hijos y Raúl era el octavo. 58 Por ejemplo véase la entrevista con el semanario Zeta, en donde da muestras de estar al tanto de los delitos cometidos por distintos funcionarios públicos de alto nivel. Blancornelas J. J. Op. Cit. 59 “Entre 1957 y 1958, Rafael Martínez Zapién ‘en una borrachera’ privó de la vida a su amigo Salvador Cázares Espinoza, quien falleció por las lesiones producidas por el impacto de un proyectil de arma de fuego en el cráneo…”. PGR. Informe… Tomo II. p. 283. También cf. Procuraduría General de la República. Informe del sub-procurador especial Luis Raúl González Pérez a los legisladores de la H. Cámara de Diputados y de la H. Cámara de Senadores, que integran las comisiones de seguimiento de las investigaciones del homicidio de Luis Donaldo Colosio. 18 de marzo 1999: http://www.pgr.gob.mx/cmsocial/bol99/mar/bsn18039.htm 57 142 Murrieta no llegará al 21 de agosto como el abanderado de ese instituto político. […] Es ya un lugar común señalar que Colosio Murrieta fue designado candidato para unos tiempos que cambiaron radicalmente el 1 de enero de 1994 y cuyos efectos golpearon a todos los partidos políticos, pero especialmente al partido del gobierno. El levantamiento armado en Chiapas significó un cuestionamiento no sólo al salinismo, sino a casi 65 años de gobiernos priístas […] El ex regente no ha descartado sus posibilidades presidenciales, más bien con su trabajo en Chiapas se sabe poseedor de un capital político único, que le reportaría a su partido una posibilidad más viable para la contienda electoral del 21 de agosto. Por lo pronto, mañana domingo, en la ceremonia del 65 aniversario del Partido Revolucionario Institucional, se esperan nuevas pistas, hasta que intervenga como orador el propio Manuel Camacho Solís, que ese acto signifique el parto definitivo de la candidatura de Colosio Murrieta o su aborto .60 Esta columna periodística, publicada en un diario de circulación nacional, hace referencia a la situación en la que se encontraba la candidatura de Colosio dieciocho días antes de su asesinato: cuestionada por la crisis del gobierno de Salinas y del régimen priísta que provoca la rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y afectada por el insistente rumor de que Colosio no llegará al día de las elecciones como candidato del partido oficial. Este rumor –del que participa la columna citada al hacer referencia a él y por lo tanto contribuir a su difusión- sostiene que va a haber un cambio de candidato en el PRI, que a Colosio “lo van a enfermar”, “algo le va a pasar” antes de las elecciones y que será “sustituido” por otro candidato, que muy probablemente sea Manuel Camacho Solís, ex regente del Distrito Federal, el rival más importante de Luis Donaldo en la recta final de la competencia por la candidatura presidencial de su partido y actual comisionado para la Paz en Chiapas, cargo para el que fue nombrado por Salinas, dando pie al rumor del cambio de candidato desde el momento en que el nombramiento de Camacho coloca a éste en el centro del escenario político nacional, desplazando al candidato ya “destapado” y rompiendo con las reglas del ritual sucesorio –el llamado “dedazo”- dentro del partido 60 Alemán R. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 5 (Los corchetes son míos. Esta columna ha sido comentada infra, en el capítulo V. La sucesión después de la sucesión, a propósito del método que organiza el rumor que venimos estudiando y de la sobrevivencia de dicho rumor al trámite del registro oficial de la candidatura de Colosio). 143 oficial, que dictan que nadie puede estar por encima del presidente de la República y del sucesor que éste designa hacia el final de su mandato. Con su acto, Aburto se hace cargo de la realización de este rumor socialmente compartido, cuya estructura corresponde a la de una teoría de la conspiración. El columnista se puede valer de la metáfora del parto definitivo o el aborto de la candidatura de Colosio, aludiendo a una vicisitud de la filiación, porque lo que está ahí en juego es del orden de la sucesión al interior de la genealogía del poder de la llamada “familia revolucionaria”, que conforma el régimen priísta de partido de Estado. Además en este caso el candidato designado por Salinas para sucederlo es considerado en los círculos políticos su “hijo político”. El sucesor en esta ocasión no es solamente quien le va a dar continuidad al régimen, lo que está en juego es algo que atañe directamente a un lazo mucho más íntimo, con trazos paterno-filiales: se dice que Colosio es quien va a hacer posible la continuidad del poder de Salinas, a quien le debe toda su carrera política, para que éste siga manteniendo el poder tras el trono, en una suerte de reelección por interpósita persona. Es en este contexto que hay que situar el texto del aborto de la candidatura de Colosio. El homicidio de Colosio es la forma en la que el joven Caballero Águila busca deshacerse de su apellido y del insulto que ha venido a ocupar su lugar. Si el aborto de la candidatura de Colosio produce un desecho real, un cadáver, la posición de Aburto comparte algo de ese carácter: por su sacrificio él está dispuesto a ofrecer su cuerpo como un resto que cae para salvar a su país61. Al sacrificar al candidato del régimen se sacrifica a sí mismo; sin embargo, a diferencia del candidato muerto, a Mario Aburto su sacrificio le permite convertirse en “un verdadero hijo de la Patria”, que va a cambiar la historia al liberar al país de la tiranía de ese Imperio representado entre otros por Colosio. Ese sacrificio heroico, como el de un guerrero azteca, da lugar a una nueva relación de filiación, que se especifica por ser una filiación no abortiva. 61 Mario Aburto dice que en el momento de sacar el arma para disparar a los pies de Colosio se tropezó y recibió un fuerte golpe que hizo que la pistola se disparara: “Entonces, precisamente por ese golpe, parece ser que perdí el conocimiento en ese momento, o sea, no me desmayé, sino que se me borró todo” (Blancornelas J. J. Op. Cit. p. 107); además en el primer interrogatorio hay un momento en que interrumpe su discurso para decir que le duele la cabeza (PGR. Informe… Tomo II. p. 375). Perder la conciencia como Colosio al recibir el balazo, un dolor en la misma parte del cuerpo en la que el candidato había sido herido, ¿no se trata aquí de una identificación con éste en tanto un objeto que cae como resto? 144 Los hechos posteriores han mostrado sin embargo el fracaso parcial de ese intento. No fue designado un mejor candidato a la presidencia, la justicia y la democracia no reinan en el país, el Imperio priísta herido de muerte sigue conservando una parte importante de su poder, y lejos de que el Caballero Águila se deshiciera de su nombre, el apellido Aburto ha quedado indisolublemente ligado al apellido Colosio en la historia de este país…en la que sin embargo el nombre de Aburto quedará escrito. 145 VIII. LOMAS TAURINAS Fotografía AP. La elección de Lomas Taurinas para un mitin de la campaña electoral de Colosio en la ciudad de Tijuana es motivo, como muchas otras cuestiones, de desacuerdos entre los distintos grupos involucrados en las actividades del candidato. Un resultado inevitable de estas discrepancias es la desorganización a lo largo de toda la campaña, y la gira en Tijuana no va a ser la excepción desde el principio hasta su trágico final. La propuesta de la colonia la hace un priísta de Coahuila a quien Colosio había llevado a trabajar a Tijuana, Jaime Martínez Veloz1, y es aprobada por el Subcoordinador de Logística de la campaña, Guillermo Hopkins: …atendiendo fundamentalmente a las siguientes consideraciones: ser una colonia beneficiada 1 por Sedesol, eminentemente priísta, de bajas condiciones Subdelegado de la SEDESOL en Baja California durante la gestión de Colosio al frente de esta Secretaría. 146 socioeconómicas, por tener un escenario natural y de fácil acceso, ser representativa de los problemas de la mayoría de las colonias tijuanenses, haber sido visitada por otros candidatos del PRI y estar cerca del aeropuerto.2 Está claro que entre los criterios mencionados no se encuentra la seguridad del candidato, a pesar de los rumores que desde principios de año inquietaban a éste y a sus colaboradores. Es interesante notar además que en el régimen priísta la pobreza de las mayorías es considerada parte del “escenario natural”; en este sentido Lomas Taurinas es representativa de las condiciones de vida que caracterizan a la mayor parte de las colonias populares del país y no sólo a las de Tijuana. En este caso además se agregan los problemas propios de la frontera con los Estados Unidos: De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el ejido Tierra y Libertad, en el que se localiza la colonia Lomas Taurinas, se hacinan unas 600 mil personas que viven en condiciones de insalubridad, carencia de servicios públicos, altos índices de drogadicción y desempleo. Asimismo, es uno de los principales puntos de paso de indocumentados mexicanos hacia territorio estadounidense. Lomas Taurinas forma parte de un conjunto de cinco colonias de alta marginación, localizadas en el ángulo superior izquierdo del municipio y de la propia ciudad de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos. La población que vive en esta zona representa aproximadamente el 80 por ciento del total de habitantes del municipio de Tijuana, y cerca del 85 por ciento de la cabecera municipal del mismo nombre.3 He aquí una descripción contundente de las características del “escenario natural” en el que viven la mayoría de los habitantes de Tijuana y de los asistentes al mitin de Colosio -entre los cuales se cuenta Mario Aburto. Si el candidato oficial y su equipo de campaña se pueden dar el lujo de realizar un acto de proselitismo electoral en una zona en la que salta a la vista el fracaso del régimen para garantizar lo que corresponde a un Estado que se pretende moderno, es porque Lomas Taurinas es una colonia que ha sido beneficiada 2 Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Tomo I. México, 2000. p. 46. 3 “En Lomas Taurinas viven 600 mil personas. El atentado, en una de las zonas más empobrecidas de Tijuana”. La Jornada. 1994, 24 de marzo. 147 por SEDESOL –la poderosa supersecretaría que Salinas creó para ser encabezada por Colosio- y porque el candidato priísta fue hasta su “destape” el administrador de la política social del gobierno salinista en un régimen que se caracteriza por sus hábitos patrimonialistas. En otras palabras, Colosio no aparece en el “escenario natural” de una mayoría excluida como el ex-titular de una secretaría encargada de los programas sociales – el PRONASOL, Programa Nacional de Solidaridad- que tienen la obligación de redistribuir la riqueza para garantizar las condiciones de vida de la población, de acuerdo al pacto constitucional que funda al Estado mexicano, sino que está ahí, independientemente de su voluntad, en calidad de usufructuario de un régimen que administra los bienes públicos como si fueran patrimonio privado, con lo cual el gasto social toma el aspecto de una dádiva que la élite gobernante otorga a las clases desfavorecidas. Sólo así se puede entender que una zona con las características mencionadas sea “eminentemente priísta” y que la realización de una actividad proselitista en ese lugar no sea vista como una provocación del poder. La asistencia de las clases populares a las concentraciones electorales del partido de Estado es el resultado de negociaciones, a veces sobreentendidas, la mayor parte de las veces explícitas, en las que está en juego el pago por los beneficios recibidos y la promesa de futuras ayudas4. En conformidad con este lazo entre gobernantes y gobernados, la relación con el amo en México pasa por el hecho de que el régimen priísta tiene, por lo menos hasta antes de las elecciones federales del año 2000, una de sus reservas más importantes de votos asegurados en las zonas más empobrecidas del país, sobre todo rurales; es decir, que por convencimiento o por coacción los miembros de estos sectores sociales votan por el PRI –Lomas Taurinas está ubicada por cierto en tierras ejidales, por lo que forma parte de un asentamiento híbrido entre el campo y la ciudad, en donde una gran 4 Negociaciones que se establecen a través de los representantes de las colonias o poblaciones beneficiadas por el PRONASOL, o bien de las direcciones de la estructura territorial o de los sectores del PRI –obrero, campesino y popular-, que funcionan en el régimen corporativo priísta como organismos del Estado. Sobre el papel del PRONASOL en la gestión de Colosio y su relación con el proyecto de transformar al PRI de un partido de sectores a un partido de ciudadanos, organizado a partir de una estructura territorial –proyecto impulsado también por Colosio cuando era presidente nacional de ese partido-, lo cual implicaba, por una parte, el desplazamiento en la negociación política de las dirigencias de los sectores, y por la otra, el control del gobierno federal, a través del gasto social, de las organizaciones sociales populares mediante la formación de los llamados “Comités de Solidaridad”, cf. González Olguín C. “La modernización del PRI: el paso pendiente de la estructura sectorial a la territorial”. En: Muñoz Petrarca V. M. (coordinador). Partido Revolucionario Institucional, 1946-2000. Ascenso y caída del partido hegemónico. México, Siglo XXIUNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; 2006. pp. 67-92. 148 parte de sus habitantes permanentes o de paso son migrantes provenientes del campo o descendientes de éstos. Guillermo Hopkins relata en una entrevista periodística, que Colosio da su acuerdo a la elección de Lomas Taurinas en un momento en que el candidato está molesto por la forma en que se venía desarrollando la campaña: Es que a Colosio le molestó mucho que lo trajeran de pueblo en pueblo últimamente; le dijo que la suya era campaña para presidente de la república y no para reina de la primavera. ‘A partir de hoy, yo voy a ‘palomear’ los lugares’, dijo Hopkins que le advirtió Colosio. Y que no se le olvidaba que precisamente el 18 de marzo de 1994, Luis Donaldo estuvo de acuerdo en que el acto en Tijuana fuera en Lomas Taurinas. El motivo principal de Colosio para aceptar el lugar fue que lo propuso Jaime Martínez Veloz, a quien estimaba mucho.5 La expresión “reina de la primavera”, utilizada en tono despectivo por Colosio para referirse a su propio lugar como candidato, permite precisar que a ojos del propio Colosio la marcha de su campaña podía equipararse más a una típica fiesta de pueblo que a una contienda electoral por la presidencia de la república en un momento de grave crisis política. En este contexto al parecer el candidato acepta la propuesta de Lomas Taurinas no sólo porque proviene de un político a quien estima sino por la urgencia de llevar a cabo concentraciones masivas en centros urbanos, para levantar la imagen del la campaña6. El hecho de que Colosio plantee que a partir de ese día él mismo va a “palomear” los lugares, indica que ya no puede confiar esa tarea en manos de su subordinado, que éste ha dejado de operar en su puesto y que el candidato es quien termina haciendo parte de la labor que correspondería al responsable de la logística. En un artículo que escribe Hopkins un año 5 Entrevista de Hopkins con Jesús Blancornelas en octubre de 1994, cf: Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. El tiempo pasa. De lomas taurinas a los pinos. México, Océano; 1997. p. 77 6 “La tarde del 23 [de marzo, día del asesinato de Colosio], el trabajo se centraba en la planeación y programación de las actividades que se realizarían en Sonora. En la primera etapa de la campaña, se decidió no realizar actos masivos, para privilegiar actos que propiciaran un mayor contacto del candidato con los concurrentes, decisión que imponía una gran presión a la agenda debido a la diversidad de actividades que debían programarse, lo que mereció algunas críticas internas y externas; se tenía la percepción de que la campaña estaba desangelada, opinión que, con extrema imprudencia, hizo propia el comisionado Camacho”. Federico Berrueto, Coordinador del área de Planeación y Evaluación de la campaña de Colosio: Cf. Berrueto F. “Sombras, nada más”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo-abril 2004. p. 52. 149 después del asesinato de Colosio, hace referencia a una conversación telefónica llevada a cabo entre ellos el 17 de marzo, en la que nuevamente aparece el enojo del candidato a propósito de la logística –es posible que Hopkins se refiera a la misma conversación, del 18 de marzo, que describe en la entrevista periodística citada anteriormente, errando en la fecha por un día; pero también es posible que en dos días consecutivos Colosio se disgusta con aquél por problemas similares- y las dificultades de organización de la campaña: Era el 17 de marzo y yo estaba en Tijuana, en Lomas Taurinas, haciendo la pre gira que siempre tenía que efectuar. Era mediodía. Donaldo emprendía esa tarde la anhelada gira por Michoacán [bastión y estado de origen de Cuauhtémoc Cárdenas, candidato presidencial del PRD]. Iba caminando al aeropuerto. Sonó el teléfono: ‘Hopkins, ¿cómo que 14 actos en un solo día?’ Era Colosio. -Candidato, es que es una gira en la carretera-. Íbamos primero a Pátzcuaro, de ahí a Morelia, de Morelia hacia ciudad Hidalgo, hasta Zitácuaro, al oriente de Michoacán. -Qué gira en la carretera ni qué madres… a ver cómo le haces, me estás acostando a la 1:30 de la mañana y tengo un programa de radio al otro día a las 6:30 de la mañana. -Es que es un programa de radio de Tribuna Pública muy importante y Liébano dice que es prioritario-, repliqué. -Bueno, y entonces ¿por qué no citas a los empresarios a las tres de la mañana y yo corro a las cuatro? -Es que… candidato… -Nada, de hoy en adelante no cierres ninguna gira si antes no la veo yo. ¿Entendiste? -Candidato, déjeme explicarle… -y colgó. Y yo le llamaba a su celular y oía mi voz. -Donaldo… oiga… -y colgaba. Y él volvía a llamarme. -Diga-, Ya sabía que era él. Así era. -¿Entendiste? -Sí, señor. -¿Qué te dije? Repítemelo. -Que no cierre ninguna gira sin su consentimiento. 150 -¿Pero, como se te ocurre, 14 actos? -Es que déjeme explicarle que ahí… -y colgaba. Y volvía a llamarle y oía mi voz y me colgaba y él volvía a llamarme. -¿Qué vas a hacer? –y me colgaba y él volvía a llamarme. Y así quién sabe cuántas veces. Le hablé a Liébano Sáenz al D. F. De ahí mismo, de Lomas Taurinas. -Liébano, no sé si a ti o a mi nos va a correr. Pero seguro será a uno de los dos. A Liébano le ganó la risa. Lo conocía muy bien. -Sí-, me dijo. A mí también me puso como trapo.7 A pesar de su irritación el candidato no va despedir a su colaborador, como éste teme. Extrañamente, cuando el conflicto con Camacho sigue vigente y el rumor de un cambio de candidato sigue oscureciendo el horizonte de la campaña, Colosio no toma la decisión de cambiar a un Subcoordinador de Logística que ha dado muestras de falta de experiencia para hacerse cargo de su tarea8, al que su puesto le viene grande en una campaña en la que la reina es la desorganización9 – ¿sería ese uno de los cambios en su equipo de campaña que Colosio pensaba hacer después de las vacaciones de semana santa? … los hechos van a determinar que el cambio de candidato se realice antes de que éste cambie su equipo. Todavía más extraño es que habiendo sido Colosio presidente nacional de un partido con más de sesenta años en el poder, no cuente con un equipo de cuadros 7 Citado en: Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. p. 58. Esta cita confirma la información de la nota de pie de página anterior, respecto a la decisión de no realizar actos masivos hasta ese momento de la campaña. De paso también muestra el estilo de trato de Colosio hacia sus colaboradores: por un lado un trato personal cercano, por otro lado su mal carácter lo lleva en ocasiones a humillarlos, a “ponerlos como trapo”, como ocurre también varias veces con el General Domiro García Reyes [encargado por el Estado Mayor Presidencial de la seguridad personal del candidato]. Ibíd. pp. 71-79. Liébano Sáenz: Secretario de Prensa y Propaganda del PRI durante la campaña. Fue Oficial Mayor con Colosio en la SEDESOL. Después Jefe de la Oficina de la Presidencia con Ernesto Zedillo. 8 Federico Arreola señala con precisión “…la grave circunstancia de que al general García Reyes no le resultaba sencillo trabajar. De hecho, se quejaba con frecuencia ante todo el mundo –yo mismo fui su paño de lágrimas varias veces-, porque desconocía los pormenores de la logística de los actos, ya que ésta la manejaba, de plano sin eficiencia, el sonorense Guillermo Hopkins…” Ibíd. p. 69 (las negritas son mías: F. M.) 9 “Desde el principio quedó claro que en la campaña de Colosio reinaba la desorganización”. Ibíd. p. 32. 151 políticos lo suficientemente experimentados para organizar una campaña electoral que resuelva las cuestiones más elementales10. Aquel 17 de marzo, a una semana del mitin político, Hopkins y otros miembros del equipo de campaña visitan Lomas Taurinas. La colonia se encuentra en una hondonada rodeada por cerros cubiertos de casas, cuyo único acceso pavimentado es una calle de nombre… Carlos Salinas de Gortari. La explanada en donde se llevaría a cabo el acto político es un terreno irregular e inclinado, por el que atraviesa un arroyo de aguas negras, sobre el que se encuentra un puente de madera en mal estado, de 7 metros de largo por 2.80 de ancho, que es necesario cruzar para acceder a la explanada. Después de recorrer el lugar Hopkins lo aprueba –aunque un coronel del ejército, de nombre Gregorio González, sugiere que se elija otro sitio, arriba o a la entrada de la colonia11-, determina que el puente no es un obstáculo para llegar al mitin, sugiriendo que el candidato quedara situado en la parte baja del terreno, cerca del puente, para facilitar su salida. Ante la posibilidad de que colapse el puente, dada la cantidad de asistentes que se esperan, solamente se decide reforzar sus soportes sin cambiar su aspecto, ya que Colosio no quería que se alterara “la escenografía” de los lugares en que se presentaba. Dos días antes del evento político acude a revisar la zona José Rodolfo Rivapalacio Tinajero -un “expolicía experimentado y astuto”12, que había trabajado en la Policía Municipal de Tijuana, en el Servicio Secreto y en la Policía Judicial del Estado, y que también había estado a cargo de la seguridad personal de algunos políticos-, quien es comisionado por el PRI de Tijuana para coordinar la seguridad del mitin. Su apreciación de los riesgos que presenta el lugar no podía ser más clara: Para llegar a ese sitio el 21 de marzo, había que caminar varios cientos de metros por una calle de tierra, chiclosa –consecuencia de tres días de lluvia- y por tanto resbaladiza, luego de bajar una pronunciada y angosta rampa con circulación de doble sentido, para enseguida cruzar un arroyo de aguas negras sobre un puente sin 10 Tal parece que las relaciones de Colosio con los cuadros y las fracciones al interior de su partido están subordinadas a las relaciones de Salinas, pero que él no cuenta con un equipo propio que esté a la altura de las circunstancias. El coordinador de campaña, Zedillo, de hecho le fue impuesto por Salinas. 11 PGR. Informe… Tomo I. p. 81. 12 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 77. 152 barandal, hecho de triplay y remojado. Por si fuera poco, el improvisado puente tenía agujeros que eran una trampa para los pies de quien no los viera. Salvado ese peligro, había más: en la falda del cerro, decenas de casas humildes parecían colgar, como a punto de caerse, sobre todo, cuando el cerro está remojado por la lluvia, como de hecho lo estaba ese día 21. Podía, además, ‘rodarse un tanque de gas’ y convertirse en un peligroso proyectil. De todo esto y más detalles tomó nota en su libreta José Rodolfo Rivapalacio Tinajero, que, junto con Alberto Bravo Quintero, ya había sido comisionado por el Comité Municipal del PRI de Tijuana para coordinar la seguridad del acto político al que asistiría el candidato Colosio; la seguridad del acto, no la de Luis Donaldo, quien contaba con su propio equipo que encabezaba el general Domiro García Reyes […] La conclusión a que llegó Rivapalacio fue terminante: el lugar, la colonia Lomas Taurinas, es un lugar inseguro para un acto masivo. […] Coincidió con él un arquitecto amigo que lo acompañó a inspeccionar el sitio donde estaba dispuesto colocar el templete desde donde hablaría el candidato: ‘Es peligrosísimo’, le comentó. Ese mismo lunes 21 de marzo por la tarde, el comisionado de seguridad Rivapalacio rindió un pormenorizado informe verbal al dirigente priísta Antonio Cano Jiménez y al representante del comité de campaña de Colosio, José Murat Casab, quien paró la exposición con un argumento contundente, típico de la práctica de ese partido: -El lugar ya estaba determinado desde la ciudad de México por el coordinador de imagen de la campaña y responsable operativo de la gira, Guillermo Hopkins.13 Las objeciones que plantea el personal de Tijuana no son ni siquiera tomadas en cuenta por el representante del equipo de campaña que viene “del centro”, y el único argumento para sostener la decisión de Lomas Taurinas es un argumento de autoridad característico de la disciplina priísta: “ya lo decidió México”. Es de notar que al comisionado del PRI local lo que más le preocupa es el puente de madera o la eventualidad de que un coche de la comitiva resbale y choque o atropelle a alguien -afirma: “nunca 13 Ibíd. pp. 79-81. José Murat Casab, político cercano a Colosio, es posteriormente Gobernador de Oaxaca, de 1998 a 2004. En el último año de su gestión sufre un atentado en el que muere un miembro de su guardia personal. La rapidez de Murat para culpar del atentado a sus opositores políticos en vísperas de la elección de quien habría de sucederlo en el gobierno de Oaxaca y las circunstancias nunca aclaradas del atentado, pronto hacen surgir en la prensa la sospecha de un “autoatentado” urdido por el propio Murat. 153 pensamos en un atentado contra Colosio, sino en algún accidente”14. Es cierto que la seguridad del candidato no está a cargo de este comisionado transitorio, pero no sólo él sino que ningún miembro del equipo de logística de la campaña considera seriamente la posibilidad de un atentado contra Colosio, a pesar de que el rumor de que algo puede pasarle a éste antes de las elecciones circula con insistencia en la prensa de todo el país. Hay una discordancia entre la intranquilidad que ese rumor causa en el candidato y su equipo y la falta de previsión de un atentado, tanto por parte de Colosio mismo como por un sector de sus colaboradores. Considerar esta posibilidad seriamente llevaría a extremar las medidas de seguridad. La ubicación del templete durante el acto político también es motivo de desacuerdos: La inclinación del terreno y el deterioro del puente habían motivado una discusión, acerca de la ubicación del templete, entre Fuentes, Schafino y Murat, y los representantes del Estado Mayor Presidencial […] Sin tener la razón, esa disputa la ganaron Mario Luis y los otros dos operadores políticos y el presidium se ubicó en la parte alta de Lomas Taurinas, lo que dejaba a los espectadores desordenadamente distribuidos hacia abajo. Exactamente lo opuesto a lo exigido por la lógica que está detrás de la construcción de cualquier teatro: el escenario en la parte baja y el público colocado hacia arriba.15 La instalación final del templete tiene otra consecuencia adicional: el candidato tendrá que caminar entre la multitud y cruzar el frágil puente tanto para entrar como para salir del acto político. El terreno ciertamente no ofrece muchas posibilidades, pues de situar 14 Ibíd. p. 80. Arreola F. Así fue…p. 55. Mario Luis Fuentes, Subcoordinador de Participación Social de la campaña de Colosio. Anteriormente colaborador de Ernesto Zedillo en la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) y luego en la Secretaría de Educación Pública. Trabaja en el PRONASOL -Programa Nacional de Solidaridad, el programa salinista de política social, hasta la creación de la SEDESOL-, cuando Zedillo es titular de la SPP. “Los actos en cuya organización participaba Mario Luis Fuentes eran tal vez los que más le gustaban a Luis Donaldo Colosio, pero eran también los más peligrosos, si no por otra cosa, porque se dejaba a los asistentes moverse con entera libertad”. Ibíd. p. 53. La incorporación de Fuentes a la campaña de Colosio “…era considerada por el candidato como uno de los escasos aciertos del coordinador de la misma, Ernesto Zedillo”. Ibíd. p. 54. Mario Schafino, colaborador de Fuentes. 15 154 el templete16 en la parte baja los asistentes al mitin tendrían que quedar demasiado cerca del arroyo de aguas negras para acercarse al candidato, tal como éste lo quería. Pero este incidente muestra además una división constante en el equipo de Colosio: la parte del equipo encargada de la seguridad queda sistemáticamente excluida de las decisiones de logística. El general Domiro García Reyes, encargado por el Estado Mayor Presidencial (EMP) de la seguridad personal del candidato priísta, no participa en la confección de la agenda de las actividades de campaña, ni siquiera es tomado en cuenta para estar presente en las reuniones de planeación previas a la realización de las giras. A diferencia de otras campañas presidenciales del PRI en ésta el EMP no toma ninguna decisión de logística. Como consecuencia García Reyes no está al tanto de los detalles de la logística, se entera hasta el último momento, cuando ya es demasiado tarde. De hecho esto es lo que ocurre cuando el 23 de marzo el General llega al mitin con el candidato y su comitiva y se encuentra con Lomas Taurinas y la ubicación del templete. Entonces le reclama al coronel Reynaldo del Pozo, también del EMP, haber aceptado que el templete se colocara en un lugar sin ninguna salida de emergencia a retaguardia para poder salir con el candidato sin tener que pasar entre la multitud. Del Pozo le responde que él nunca estuvo de acuerdo con el lugar donde se colocó el templete, pero que los encargados de la logística del evento –Fuentes y Murat- lo decidieron17. La decisión de mantener separadas la logística y la seguridad de la campaña, excluyendo a ésta de aquélla, es del propio Colosio. Esta disposición depende de una forma de regular el contacto con la población en las actividades proselitistas: “La estrategia de campaña del candidato era que todo mundo se le acercara, que no detuviéramos a nadie”18. Pero si no se puede detener a nadie entonces cualquier sistema de seguridad se vuelve inoperante. Durante la campaña ocurren varios incidentes que dejan ver esto: en Oaxaca un hombre alcoholizado se para en una bicicleta junto a la camioneta que conduce Colosio y le dice tomándolo del brazo: “no me vayas a fallar… ai te encargo a la democracia” (sic)19; en 16 En esta ocasión, como había ocurrido en otros actos políticos de la campaña, se utiliza como templete una camioneta. Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 92. 17 Cf. López-Dóriga J., Menéndez J. Domiro. Compilación y entrevistas. México, Rayuela Editores; 1996. pp. 85-86 y 117. 18 Ibíd. p. 86. 19 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 72. 155 un pueblo de Michoacán el candidato, fuera de programa, baja de su vehículo para saludar a los habitantes y es herido accidentalmente en la cara al voltear a ver a una mujer que entre la multitud le llamaba insistentemente y tenía su brazo extendido20; en Aguascalientes una señora burla la vigilancia y llega hasta la habitación del hotel en donde el candidato está comiendo con algunos de sus colaboradores más cercanos, para pedirle que le ayude a conseguir trabajo para su hija21; en una colonia popular de Guadalajara el candidato también es lastimado accidentalmente por alguien con una uña o con una aguja22; en varias ocasiones tanto en aeropuertos como a bordo de los aviones en que viaja hay personas que sin ninguna dificultad se acercan al candidato para conocerlo y hablar con él. Colosio tiene la intención de no presentarse rodeado de guardaespaldas, y menos si van armados, para que cualquier persona que quiera decirle algo, entregarle una carta, incluso tocarlo, pueda aproximarse a él. Este propósito de aparecer “cercano a la gente” lo lleva en ocasiones a hacer cosas que ponen en riesgo su seguridad: conducir él mismo la camioneta en que se traslada con sus invitados pero sin personal de seguridad, bajarse de su vehículo para saludar en poblaciones fuera de programa, internarse repentinamente entre la multitud dejando atrás a su escolta, en suma, impidiendo que funcione se equipo de seguridad. El mismo día en que es asesinado, el candidato regaña en Culiacán al general García Reyes por la aparición en el periódico El Noroeste de una fotografía en la que se alcanza a ver la pistola de uno de los miembros de su escolta. Molesto, el General le comenta a Federico Arreola: “así es como deben andar las personas que protegen al jefe, si no, no sirven para nada”23. En una conversación que Colosio tiene con este General, le relata un suceso que deja ver que en su opinión los militares del EMP carecen de la sensibilidad necesaria para tratar a los asistentes a las actividades de su campaña: 20 Ibíd. p. 223. Arreola F. Así fue…p. 40. 22 Ibíd. p. 110. 23 Ibíd. p. 51. 21 156 ‘Mire general, hace seis años cuando estábamos en la campaña del licenciado Carlos Salinas de Gortari, a la hora en que íbamos a abordar los helicópteros en algún lugar, un miembro del EMP detuvo a uno de los invitados y no le permitió subirse al helicóptero que él quería. Esta persona se identificó, le dijo quien era, le dijo que era invitado del candidato Salinas y sin embargo a pesar de eso, este miembro del EMP no lo dejó subir al helicóptero; finalmente se solucionó y este invitado se subió a otro helicóptero’. Luego me dijo: ‘¿Y sabe usted quién era esta persona?’ Yo le contesté que definitivamente no sabía, y me dijo: ‘Jorge Castañeda, el que ahora es el principal asesor político de Cuauhtémoc Cárdenas. Yo no quiero que eso vaya a ocurrir con ninguno de mis invitados, por eso es que no quiero que su personal se encargue de eso, necesitamos más sensibilidad, por eso es que el licenciado Guillermo Hopkins con su equipo de logística se va a encargar del manejo de mis invitados y de mi programa’.24 He aquí las razones que llevan a Colosio a privilegiar a la fracción de su equipo encargada de la logística, en detrimento de la fracción encargada de la seguridad. Esto a pesar de los frecuentes dislates en la manera en que se disponen y realizan las actividades de campaña, que provocan reiteradamente el disgusto del candidato con sus colaboradores25. El general Domiro García es quien recibe directamente las consecuencias de los desaciertos en la organización. Si algo sale mal en los recorridos programados, si la comitiva o una parte de ella se extravían por desconocimiento de las rutas a seguir, si la elección de los lugares para los eventos no es la adecuada, si la asistencia del público no es la esperada, si los tiempos programados para cada actividad están mal calculados, si la agenda está demasiado cargada, quien está prácticamente todo el tiempo al lado del candidato es el General, por lo tanto es él quien primero recibe la presión para resolver los problemas en el momento en que se presentan y quien primero sufre las reprimendas de Colosio. Como militar está entrenado para obedecer a su jefe, pero considera que el equipo de logística carece de la experiencia necesaria para hacerse cargo de la campaña, aunque no 24 López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. pp. 66-67. “La campaña, tristemente, avanzaba planteando al candidato más problemas que satisfacciones. (…) casi todos atribuibles al equipo de logística capitaneado por Guillermo Hopkins: abucheos en distintos actos a los que llegó tarde, suspensión de algunas reuniones por falta de asistentes, fuertes reclamos de desempleados, etcétera”. Arreola F. Así fue…p. 38. 25 157 les falte buena voluntad. En una ocasión se atreve a decirle al candidato: “Oiga señor, pues es que nosotros no participamos en esto, su equipo de logística es el que lo hace, no tienen experiencia por eso nos pasan estas cosas”26. Al parecer es a partir de ese momento, unos pocos días antes de su muerte, que Colosio empieza a revisar personalmente los programas de actividades. En otra ocasión, en que el jefe le pide ayuda a su subordinado, éste le contesta: “¡Pues también ayúdeme usted señor!, porque usted va a estar entre la gente, pero permítame cuidarlo mejor”; a lo que el candidato le responde: “No es tiempo general, no es tiempo, más adelante”27… pero el tiempo nunca llegó. La demanda que el militar le hace al candidato indica que éste no se deja cuidar por su equipo de seguridad. Al parecer Colosio considera que “no es tiempo” porque para contrarrestar la desventaja que su campaña tiene en los medios tiene que hacer todo para acercarse a sus potenciales electores, incluso si eso conlleva correr riesgos que dejan de lado su seguridad personal. La estructura de esta situación, de la que forma parte la insistente voz popular que pregona un cambio de candidato en el partido de Estado, abre un pequeño resquicio por el que alguien dispuesto a pagar el precio de entrada se puede deslizar; posibilidad que Domiro García alcanza a advertir cuando, semanas antes de Lomas Taurinas, le comenta al reportero Elías Chávez de la revista Proceso: “Cualquiera que esté dispuesto a dar su vida puede asesinar al licenciado Colosio”28. Una prueba adicional de que la cuestión está presente en el entramado de discursos que tejen las condiciones de la campaña, la aporta la pregunta que le hace un reportero al militar más cercano a Colosio, el Mayor Germán Castillo29, y la respuesta que éste le da cuatro días antes de la muerte del candidato; el reportero le pregunta si tiene temor de un atentado y Castillo responde: “Cuando alguien te apunta y no le tiembla la mano, te da. Eso de la seguridad tiene sus asegunes”30. Y todavía dos días antes de su trágica muerte, en una gira por Iztapalapa, Colosio manifiesta ante un 26 López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. p. 71. Ibíd. p. 132. 28 Arreola F. Así fue…p. 153. 29 Mayor Germán González Castillo: trabaja con Luis Donaldo Colosio desde 1988 –cuando éste es designado presidente del PRI- como su asistente personal y jefe de su escolta. Si bien durante la campaña electoral la jefatura formal del equipo de seguridad está a cargo del General Domiro García Reyes, Castillo es considerado el militar más cercano a Colosio dada la estrecha colaboración que tiene con él y la antigüedad de su relación: “…sin Castillo, lo afirmo con toda seriedad, el candidato no se entendía a sí mismo”. Arreola F. Así fue…p. 53. 30 ASIC/DF. “¡Vámonos! ¡Vámonos!, decía Colosio a su equipo de seguridad”. Siglo 21. 1994, marzo 25. 27 158 grupo de colonos: “Los mexicanos queremos avanzar en la democracia con paz y tranquilidad, sin tener que recurrir a la violencia, las balas o los rifles, y tener que matarnos entre hermanos”31. Estas palabras no sólo apuntan al conflicto armado en Chiapas sino que aluden al conjunto de circunstancias que han puesto en vilo la candidatura de Colosio. En Tijuana las cosas se salen de control desde la llegada del candidato y su comitiva al aeropuerto. No hay vallas de seguridad ni personal suficiente para contener a la multitud que arrastra al candidato, que apenas puede caminar y tiene que salir por una alambrada al verse impedido de salir por la puerta principal de la terminal aérea. Antes de llegar a Lomas Taurinas, Colosio se baja de la camioneta que lo trasladaba desde el aeropuerto y empieza a caminar algunos cientos de metros entre las personas que iban llegando al mitin. Ya en el sitio donde éste se lleva a cabo, entre la multitud hay dos mantas que le recuerdan al candidato las condiciones en que ha transcurrido su campaña, totalmente distintas a las de otras campañas presidenciales del partido oficial: en una está escrito: “Ojo, Colosio: Camacho y el subcomandante ‘Marcos’ te vigilan. Dí no a Televisa”; en la otra: “En Baja California decimos ¡Basta!, no más circo, no más engaños, no más PRI-gobierno”. En efecto, es hasta el día anterior que Camacho finalmente declaró sin ambigüedades que no busca una candidatura a la presidencia de la República. El subcomandante Marcos y la guerrilla en Chiapas han marcado junto con el Comisionado para la Paz el curso de la campaña colosista, en el entorno de una crisis del sistema político del PRI-gobierno. Las mantas son portadas por una docena de jóvenes que manifiestan que quieren hablar con Colosio para decirle que están en contra del sistema, no en contra de él32 –aún así los colonos se molestan y echan abajo las mantas, Lomas Taurinas es un territorio priísta, beneficiado por el PRONASOL33. El acto político dura unos treinta y cinco minutos, intervienen cinco oradores después de los cuales Colosio toma la palabra. Termina su discurso con la frase “Sí, vamos a ganar”, al tiempo que levanta el puño derecho34. Enseguida baja del templete por la 31 Rico S. “Tras el estremecimiento por el asesinato de Colosio, se imponen en el PRI el desconcierto y la impaciencia”. El Financiero. 1994, 28 de marzo. El diario Siglo 21 de Guadalajara titula “Premonición” a la nota relativa a este discurso. Cf. “Premonición”. Siglo 21. 1994, marzo 24. 32 AGENCIAS/TIJUANA. “Dos balas terminaron la vida de Luis Donaldo Colosio”. Siglo 21. 1994, marzo24. 33 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 94. 34 López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. p. 117. 159 derecha y no por la izquierda, que es por donde le habían hecho valla. Ni el equipo de seguridad del candidato ni el equipo formado por los priístas de Tijuana35 pueden contener a la multitud que se aglutina alrededor de Colosio. “¡Vámonos! ¡Vámonos!”, le dice éste al Mayor Germán Castillo: Cuando decía esto es que quería salir rápido, pero no podíamos avanzar. La gente se arremolinaba, se nos cerraba como nunca. […] Por práctica él se me pegaba a la espalda y yo sentía su paso. Casi siempre avanzábamos lento, pero esta vez fue terriblemente lento. […] Yo empujaba gente. De repente escuché como un cohete, un cohetito, y di un paso. De repente ya no sentí su cuerpo empujando mi espalda. Volteé a mi izquierda y lo vi caído. Por mi posición, se me hizo más ágil voltear por mi derecha y vi cuando un tipo le disparaba al piso. Le dio en el vientre. El cuerpo giró. Todavía alcancé a empujar el brazo con la pistola. Todo fue instantáneo. Dos o tres segundos de diferencia entre un tiro y otro. Fueron nada más dos. No hubo más, no erró. Yo creo que es un profesional porque actuó con mucha exactitud. Primero esperó que yo pasara. Tenían medido que el candidato se pegaba a mí para no permitir que alguien más se interpusiera y lo distrajera, para que lo desviara o le causara algún daño. Cuando pasé, por sobre el hombro de alguien metió la pistola y le disparó a 50 o 60 centímetros. Por eso la pistola estaba manchada de sangre.36 Castillo saca rápidamente la conclusión de que el asesino es un profesional que no actuó solo: “Tenían medido que el candidato se pegaba a mí”. Un crimen político, en un momento de descomposición de un régimen que lleva más de seis décadas en el poder, con un movimiento guerrillero activo en el sur del país, en una atmósfera de desconfianza marcada por el rumor de una sustitución del candidato oficial, dada la estructura de suspicacia propia de la política lleva a sospechar de inmediato en la existencia de una conspiración y por lo tanto en un “autor o autores intelectuales”. De hecho, junto con Mario 35 El comisionado del PRI de Tijuana, José Rodolfo Rivapalacio Tinajero, constituye el grupo Tucán, conformado por treinta integrantes que estarán a cargo de la seguridad del mitin en Lomas Taurinas. Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 81. Dado que el PRI local toma a su cargo la seguridad del evento resuelve no pedir ayuda especial a las autoridades municipales del PAN: “El director de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, Federico Benítez López, dijo que ayer esa corporación no tenía suficiente personal asignado para vigilar el acto del candidato priísta; manifestó que ‘sólo se contó con cuatro agentes de tránsito en el acto masivo, porque el PRI municipal dijo que se encargaría de la seguridad’”. “Asesinan a Colosio”. Siglo 21. 1994, marzo 24. 36 ASIC/DF. “¡Vámonos! ¡Vámonos!, decía Colosio a su equipo de seguridad”. Siglo 21. 1994, marzo 25. 160 Aburto es detenido después de los disparos un hombre de 49 años de edad, Vicente Mayoral Valenzuela, miembro del grupo de seguridad del PRI de Tijuana37. En un primer momento, cuando es golpeado por la multitud que quiere lincharlo al grito de “¡mátenlo!”38, Aburto se defiende: “Yo no fui. Fue el ruco”39, señalando a Mayoral. Después, el 25 de marzo frente al juez que conoce del caso, el joven homicida acepta firmar su declaración, reconoce haber dado muerte a Colosio por decisión propia y descarga de responsabilidad a Mayoral diciendo: “…es su deseo que no se involucre a personas inocentes como lo es la persona que detuvieron junto con el declarante…” –también pide que no se involucre a su familia, pues no tenían conocimiento de lo que él iba a realizar, y a una joven que detuvieron y a la que le atribuyen ser su novia, asegurando que él no tiene novia40. Sin embargo, en contra de las afirmaciones reiteradas de Aburto en el sentido de que él actuó por su cuenta o que se trató de un “accidente”, pues lo habrían empujado en el momento en que sacó su pistola para “sólo herir al candidato”, tanto el decir popular como el curso de las investigaciones van a proseguir con insistencia la teoría conspirativa. Los disparos que terminan con la vida de Luis Donaldo Colosio apenas se alcanzan a oír, incluso muchos asistentes al mitin no los escuchan, pues en el momento en que aquél concluye su discurso empieza a escucharse por el equipo de sonido instalado en Lomas Taurinas la canción “La culebra”, interpretada por la Banda Machos. Este detalle va a dar pie al surgimiento de una interpretación que plantea una relación entre la letra de esa canción y la ocurrencia de los disparos. Esta interpretación sostiene que la frase “yo la 37 El grupo formado por Rivapalacio. Posteriormente también sería detenido y consignado éste, junto con Tranquilino Sánchez Venegas y Rodolfo Mayoral Esquer, hijo de Vicente –miembros también del grupo Tucán. Acusados todos, junto con Mario Aburto, del delito de asociación delictuosa para dar muerte a Luis Donaldo Colosio. Un parte informativo de la Policía Federal Judicial, fechado el 23 de marzo de 1994 –que le atribuye a Mayoral Valenzuela 60 años de edad-, transcribe la declaración en que éste asegura que al ver a un individuo que dispara sobre el candidato priísta, se abalanza sobre tal individuo y logra sujetarle la mano en la que lleva el arma de fuego, después de lo cual ambos caen al piso y entonces otros miembros del equipo de seguridad los detienen. Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 479-480 38 Ureña J. “A las 17:05 horas, tiempo local, cayó Colosio”. La Jornada. 1994, marzo 24. El Mayor Cantú es quien primero detiene a Aburto al lanzarse sobre él y desarmarlo. Enseguida la multitud empieza a golpear a Aburto hasta hacerlo sangrar del rostro, por lo que tiene que ser rescatado por Cantú, el Coronel del Pozo y otros miembros de la escolta del candidato, para ser llevado a los separos de la Procuraduría General de la República en Tijuana. Cf. Ibíd. 39 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 95. ¿Existe alguna relación entre esta referencia al “ruco” y el anciano que lo nombra “Caballero Águila”? Véase el capítulo Un sacrificio para salvar al país. 40 Ibíd. pp. 66-67. 161 tengo que matar” es la señal que indica el momento de hacer los disparos. Sin embargo, éstos ocurren cuando se escucha la estrofa que dice: “huye José, huye José/ Ven pa´ca, cuidado con la culebra que muerde los pies” 41. Por lo demás, la misma canción se había utilizado varias veces en otras actividades de la campaña y tampoco hay un aumento en el volumen del sonido cuando se reproduce aquélla respecto del volumen en el momento de los discursos, más bien los decibeles disminuyen con la canción, contrariamente a lo que enuncia la mencionada interpretación42. Colosio recibe primero un disparo en la cabeza y al ir cayendo otro en el abdomen. Al parecer, por los movimientos que realiza en el momento de la agresión, alcanza a advertir el ataque desde atrás a su derecha. “… hizo ‘movimientos instintivos de defensa’, consistentes en comenzar un giro a su izquierda y levantar la mano…”; este giro permite que al caer reciba el segundo disparo en dirección opuesta, de izquierda a derecha. Queda tirado en un charco de sangre, del que es levantado por el general Domiro García, otros miembros de la escolta del candidato y del grupo de seguridad del PRI local, que lo llevan cargando hasta la camioneta en la que había arribado a Lomas Taurinas, que es el vehículo más próximo. La salida se encuentra bloqueada, en la confusión varios coches de la comitiva chocan; además quienes transportan a Colosio desconocen los atajos para salir de la colonia43. Un poco más adelante los alcanza una ambulancia que estaba asignada para el evento y el herido es trasladado a ella. En el camino Colosio es auxiliado por el doctor García Taxilaga y por el doctor Castorena, quien después relata: “Desde el principio, por la trayectoria de la bala en el cráneo y por el estado neurológico, anticipamos lo peor”44. Después de sortear señales de alto, semáforos y cruceros difíciles, llegan al Hospital General de Tijuana, el más cercano. Aun siguiendo una ruta más corta que les hubiera evitado todos los obstáculos no hubiera sido posible salvar la vida de Colosio. 41 He aquí la letra de la canción: Íbamos a la bolenda/ Íbamos a la bolenda/ De pronto veo venir cerquita de mí/ Yo vi a una culebra mirando hacia mí/ Y yo grité: Ay la culebra/ La gente salió huyendo mirándome enojados/ Toditos asustados comenzaron a gritar: huye José, huye José/ Van pa’ca, cuidado con la culebra que muerde los pies/ Ay si muerde los pies/ No puedo yo bailar si muerde los pies/ Ya no voy a poder gozar/ Echa pa’lla, ven pa’ca/ Cuidado con la culebra que muerde los pies/ Ay, si muerde los pies/ Yo la quiero acurruñar si muerde los pies/ Yo la tengo que matar… (se repite). 42 Sobre este punto Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 46 y 148. 43 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 96 y 120-122. 44 Citado en: Arreola F. Así fue…p. 60. Álvaro García Taxilaga, médico del EMP asignado a la campaña. Guillermo Alberto Castorena Arellano, médico personal de Colosio. 162 Después de cuarenta minutos de haber entrado a quirófano Colosio muere. Se le habían practicado dos intervenciones quirúrgicas, en el cráneo y en el abdomen, que suelen efectuarse en esos casos, pero el primer disparo había sido suficiente para acabar con su vida. Mientras el disparo al abdomen no interesó órganos vitales, el disparo al cráneo provocó muerte cerebral inmediata, acompañada de estado de inconsciencia en el instante de producirse la lesión, aunque conservando los signos vitales45. A las 8.25 de la noche Liébano Sáenz hace oficial lo que para entonces ya era un pertinaz rumor. Entre gritos y llantos de los presentes, parado sobre un escritorio de la recepción de urgencias del hospital, con los ojos llenos de lágrimas, da la noticia. “Siendo las 7:45 del 23 de marzo de 1994… el licenciado Luis Donaldo Colosio falleció”46. Un estudio realizado por un grupo de ex-agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) de los Estados Unidos, que prestan sus servicios en una agencia de seguridad de California, asevera que “el mejor equipo de seguridad en el mundo no pudo haber evitado la muerte del candidato Luis Donaldo Colosio”, una vez que éste se interna entre la multitud y queda fuera de su sistema de seguridad. El estudio parte del planteamiento tradicional de un área de protección de 360 grados alrededor del personaje a custodiar, lo que supone tres perímetros de seguridad: exterior, intermedio e interior. Agrega que la jerarquía del candidato priísta en una zona considerada previamente como peligrosa, exigía “redoblar todos los esfuerzos de vigilancia y detección”, incrementando el número de policías profesionales entrenados para detectar en el perímetro exterior desde 45 PGR. Informe… Tomo I. pp. 101-120. El certificado de autopsia describe las heridas y la causa de muerte: “1:- Un orificio de entrada en región supraauricular derecha de 11 centímetros de diámetro con trayecto de derecha a izquierda moderadamente de atrás hacia delante y discretamente de abajo hacia arriba con orificio de salida en región temporoparietal izquierda que queda involucrado en la herida quirúrgica para craniectomía. 2.- Un orificio de entrada por proyectil de arma de fuego en región abdominal a nivel de epigastrio a 6.3 centímetros a la izquierda de la línea media que mide 9 milímetros de diámetro con trayecto de izquierda a derecha y ligeramente de arriba hacia abajo, con salida en hipocondrio derecho a 97 milímetros de la línea media anterior. Esta herida no penetró a la cavidad abdominal. Causa de muerte: Herida por proyectil de arma de fuego, perforante de cráneo”. Ibíd. p. 114. La diferencia en el diámetro de ambos orificios se debe a la diferencia en los tejidos afectados y a la distancia a la que fueron hechos los disparos; en el caso de la herida en el cráneo el disparo se hizo con el arma prácticamente pegada a la cabeza de la víctima, lo que provoca un efecto llamado “boca de mina”, en el que los gases del disparo provocan un orificio irregular y de mayor tamaño. Este aspecto también va a dar pie a la hipótesis de que existieron dos armas y dos tiradores. La doctora Patricia Aubanel, miembro del grupo de médicos que atendieron a Colosio en el hospital de Tijuana, va a asegurar que los dos disparos fueron hechos con armas de diferente calibre. Después se va a retractar diciendo que no tiene conocimientos de medicina forense. Cf. Ibíd. p. 106. También Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 136. 46 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 131. 163 francotiradores hasta “individuos que pudieran representar un riesgo para el candidato”: “personas mentalmente inestables (…) personas portando bolsas que pudieran contener armas, individuos vestidos con ropas voluminosas capaces de esconder armas, personas que aparentaban estar fuera de lugar, tales como personas no complacidas de ver a Colosio; individuos que se vieran contrariados, personas con las manos hundidas en los bolsillos”47. La distancia entre el perímetro exterior y el intermedio –éste consiste en un círculo de protección que establece líneas entre el público y el personal autorizado para estar cerca del candidato- reviste una importancia crítica, pues si es muy estrecha o la línea de demarcación entre ellos está mal delimitada puede facilitar que alguien que se lo haya propuesto penetre en el perímetro intermedio y dispare. Al tener la comitiva una sola vía de salida tendría que haber una separación de por lo menos diez metros entre Colosio y la multitud, lo que permitiría a los integrantes del perímetro interior rodear y sacar al candidato por detrás del podio, dando tiempo a los miembros del perímetro intermedio de reaccionar ante la aparición de un arma. Todas estas cuestiones relativas a la seguridad fueron pasadas por alto en el mitin de Tijuana, pero además un factor decisivo se agrega a la suma de negligencias: Luis Donaldo Colosio -quebrantando los límites del perímetro intermedio- tras concluir su discurso se dirigió hacia la línea de demarcación del perímetro intermedio, abandonando el perímetro interior para estrechar las manos de la muchedumbre e introduciéndose en la multitud. Esto contravino las medidas de seguridad básicas […] se ha dicho, y se ha verificado en la práctica, que si alguien penetra el perímetro exterior y el intermedio, las posibilidades para que los agentes de seguridad del perímetro interior le salven la vida al personaje son pocas. Las probabilidades se reducen mucho.48 En estas condiciones ya no existe ningún sistema de seguridad capaz de evitar un atentado: Colosio tiene que salir por delante del templete, pero además baja de éste por el lado opuesto a donde le habían hecho una precaria valla, se interna entre la multitud para 47 Gomora D. “El Asesinato de Colosio, Imposible de Evitar aun con el Mejor Equipo de Seguridad del Mundo”. El Financiero. 1994, 7 de abril. Los ex-agentes del FBI reconocen que todas estas medidas, dignas del más perspicaz de los interpretadores, son imperfectas para evitar que un posible asesino penetre al perímetro intermedio. 48 Ibíd. 164 estrechar la mano de quienes se le acercan y la avalancha humana se vuelve imposible de contener por su equipo de seguridad: “No pudimos accionar a tiempo porque la multitud se nos echó encima. Yo creo que no había gente capaz de haber detenido esa multitud”49, dice Domiro García. La posibilidad que el General había vislumbrado, de que alguien dispuesto a sacrificar su vida podía matar a Colosio, se había cumplido. En ese “agujero” de Lomas Taurinas, como fue descrito el lugar por Federico Arreola, el lugar ideal para la acción de un francotirador envuelto en una conspiración, un joven obrero de origen campesino se acerca al candidato y termina con su vida disparando un viejo revólver50. Al día siguiente, en el cortejo fúnebre que traslada los restos del candidato asesinado y en el homenaje que se le rinde en la sede nacional del PRI en la ciudad de México, el colosal dispositivo de seguridad contrasta con lo ocurrido en Lomas Taurinas. Los jerarcas del grupo gobernante toman todas las precauciones posibles: dos mil quinientos efectivos de la policía capitalina, vallas metálicas, claves secretas, los accesos a la sede del partido oficial son bloqueados. Ahora sí “ya es tiempo” de que las multitudes no se acerquen a Colosio… ni a los poderosos que lo rodean. Ante semejante despliegue una mujer presente en el homenaje póstumo comenta: “Así debieron haberlo cuidado”51. Al arribar el presidente Carlos Salinas a la ceremonia, los priístas de base lo encaran recibiéndolo con gritos a coro de: “¡Justicia, Justicia!”, “¿Quién fue? ¿Quién fue?”, “¡Que vuelen cabezas, caiga quien caiga!”; una mujer, anticipándose a una posible designación, le grita: ¡No queremos a Camacho! –estos gritos dirigidos al presidente, en otro momento impensables, hacen aparecer una grieta en la proverbial disciplina priísta y en el poder presidencial, pues además ya ha empezado el juego de fuerzas entre las distintas facciones del partido para tomar la delantera de cara al destape del nuevo candidato. Como dice un periodista, al referirse a los intentos fallidos del aparato partidista por mantener un control que ya es inoperante: “el velorio de Colosio es la metáfora más triste del sistema 49 López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. p. 133. Un revólver Taurus, calibre .38” especial: “…Aburto llevaba una vieja pistola, defectuosa, al punto de que si hubiera sido el caso, no habría podido hacer un tercer disparo porque no servía el arma…” Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 181. Tal vez por eso Aburto intenta cambiar el revolver, antes del día del crimen, por un arma de mejor calidad, pero carecía de los recursos económicos necesarios. PGR. Informe… Tomo I. p. 40. 51 Sánchez J. “‘¡Que Vuelen Cabezas, Caiga Quien Caiga!’. Justicia, Reclamo Unánime en el Homenaje a Colosio en el PRI”. El Financiero. 1994, 25 de marzo. 50 165 político mexicano”52; un sistema que ha recibido una herida mortal en la cabeza, pero que se resiste a morir. Cuando Camacho llega más tarde a la funeraria recibe una lluvia de insultos: “¡asesino!”, “¡cobarde!”, “¡traidor!”, incluso un individuo entre la multitud le lanza un golpe. Ese día, la fotografía de Colosio sangrando en el suelo pedregoso de Lomas Taurinas da la vuelta al mundo53 y en los días subsiguientes la televisión va a mostrar una y otra vez, hasta la saciedad, el video en el que se alcanza a apreciar cuando una mano entre la multitud acerca una pistola al candidato y dispara sobre él54. Al mismo tiempo, de esta historia empieza a surgir la figura de Colosio como “mártir de la democracia”: El féretro estaba cubierto por la Bandera Nacional, realmente Luis Donaldo había muerto como un mártir, eso era, un mártir de la democracia. Después de la ceremonia se le entregó la Bandera a la señora y se condujo el féretro hasta la tumba.55 El PRI se ha empeñado en mantener a Colosio en ese lugar de mártir –posición a la que Aburto aspiraba y de la que fue despojado al ser invalidado su testimonio-, pero las 52 Avilés J. “‘¡Que se Diga qué Está Sucediendo en México!’, Clamor de Priístas en el Funeral de Colosio”. El Financiero. 1994, 25 de marzo. 53 “La terrible foto del cuerpo de Luis Donaldo Colosio tendido en el suelo, desangrándose, ilustra la mayoría de los reportajes que matutinos y vespertinos británicos, alemanes, franceses, italianos españoles o suizos dedican al asesinato del candidato presidencial del PRI. “Los títulos de los artículos reflejan el choque y la inquietud provocados por el atentado: ‘El asesinato del candidato sacude a México’… ‘La muerte del delfín de Salinas estremece al régimen mexicano’… ‘México: la violencia perturba el juego político…’ ‘México en crisis después de los disparos…’”. Mergier A. M. “La foto de Colosio en el suelo, desangrándose, en la primera plana de periódicos de toda Europa. Los tres principios sobre los que se sostenía el PRI acaban de derrumbarse”. Proceso, 1994, 28 de marzo, No. 908. p. 52. 54 Este video lo presenta la cadena Televisa el 29 de marzo, seis días después del asesinato, como filmado por un camarógrafo mexicano aficionado, quien lo habría enviado a la televisora argentina Telefe, que a su vez le habría cedido una copia a la cadena mexicana; posteriormente se va a saber que fue filmado en formato VHS desde la barda de la casa de un vecino de Lomas Taurinas por elementos de la Policía Judicial Federal, por órdenes de Raúl Loza Parra, subdelegado de esa corporación en Baja California, quien: “Desea dejar en claro que la instrucción precisa que le dio el declarante a sus agentes Jácome y Millán fue la de filmar desde su llegada (del licenciado Colosio) al aeropuerto, recorrido y evento, esto porque el de la voz considera que son importantes las llegadas para ver con qué personas llega, el recorrido, por ver si no presenta algún incidente y en el mismo evento para ver si esto transcurre normalmente”. PGR. Informe… Tomo I. p. 125 (el paréntesis corresponde al original). Entre el 24 y el 25 de marzo se sacan 21 copias de este video que son distribuidas entre distintos funcionarios de la Procuraduría General de la República. Los peritajes realizados por expertos del FBI concluyen que el video no fue alterado, lo cual además era imposible dada la cantidad de copias en poder de distintas manos. Este es el único video, de 13 que fueron tomados en el mitin de Lomas Taurinas, en el que se capta visual y auditivamente el momento del disparo. Ibíd. 127-132. 55 Palabras con las que el general Domiro García describe el momento culminante del sepelio del candidato en el cementerio de Magdalena de Kino, lugar de origen de Colosio. López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. p. 96. 166 consecuencias de su muerte más bien parecen indicar que se convirtió en la pieza que su partido necesitaba sacrificar para seguir en el poder. Zedillo ganó las elecciones de ese aciago 1994 gracias a una campaña de miedo basada en una inversión digna del más descarado oportunismo priísta, manipulando a su favor el asesinato de Colosio: al usar el lema de campaña “Yo voto por la paz”56, el PRI pasaba de ser el partido del régimen autoritario y antidemocrático cuyas acciones y omisiones habían provocado la rebelión armada de los zapatistas, a ser víctima de la violencia que había terminado con la vida de su candidato presidencial. 56 “El PRI logró consolidarse en el espacio electoral con un lema de campaña que dañó a los militantes de la ruptura y a los oportunistas de los problemas: ‘Yo voto por la paz’”. Ramírez C. El regreso del PRI (y de Carlos Salinas de Gortari). Barcelona, Planeta; 2009. p. 155. 167 IX. LA CONSPIRACIÓN DEL RUMOR, EL RUMOR DE LA CONSPIRACIÓN La conmoción La noticia del atentado contra Colosio causa una conmoción en la clase política mexicana, particularmente en el grupo gobernante. Las llamadas telefónicas van y vienen entre Los Pinos, la sede nacional del PRI, la Cámara de Diputados y la de Senadores. Las expresiones de Fernando Ortiz Arana, presidente nacional del PRI, en el momento en que recibe la noticia de labios del presidente de la República, muestran la incredulidad y la incertidumbre provocadas por la situación inédita a la que se enfrenta el grupo en el poder: “¡No puede ser! ¿Está todo confirmado? ¿Qué va a pasar? ¿Qué vamos a hacer?”1. Desde un primer momento corre la versión de que el candidato va a morir, dada la gravedad de las lesiones. Antes de ser confirmada la muerte de éste, un Salinas “triste”, “con voz abatida” – según la descripción de algunos de los más de cien reporteros de medios nacionales e internacionales presentes en la residencia oficial de Los Pinos-, lee un mensaje: Hace unos momentos se ha cometido un acto infame contra el licenciado Luis Donaldo Colosio. Es un acto que nos duele entrañablemente, a mí en especial, pues se trata de un atentado contra un ser humano; pero, además contra un hombre noble, bueno, que busca servir a los demás y servir a su patria. […] Estoy, minuto a minuto, atento al estado de salud del licenciado Colosio. […] Para mí, en lo personal, es un hecho muy doloroso por tratarse de un mexicano entrañable. Para él y para su familia todo mi afecto y mi cariño.2 1 Teherán J. “La confusión tras su muerte”. El Universal. 2004, marzo 23. En esos primeros momentos un reportero le pregunta a Ortiz Arana: “Se habla de que el candidato sustituto es el dirigente del PRI, ¿está listo para eso?”; a lo que éste responde: “Ni puedo, ni quiero, ni debo (…) La decisión no me corresponde a mí”. Cf. Ibíd. Pasada la confusión y el temor inicial que sus palabras revelan, Ortiz Arana no se negará a ser el nuevo candidato del PRI, alentando una campaña de sus seguidores para presionar a Salinas a nombrarlo en ese cargo, hasta que éste le pide pronunciarse públicamente renunciando a la candidatura. Antes del destape de Ernesto Zedillo como nuevo candidato del PRI, Ortiz Arana, “Se autodescartó como contendiente, aludiendo lealtades y convicciones, y prefiguró el triunfo de Zedillo”. Gómez Leyva C. “Fue un destape desangelado, con un candidato que parecía rehén”. El Financiero. 1994, marzo 30. También cf. Camacho Guzmán O. y Peguero R. “Convocaría para mañana el PRI a su Consejo Político”. La Jornada. 1994, marzo 26. 2 Gallegos E. y Lomas E. “El atentado, ‘un acto infame que nos duele entrañablemente’: CSG”. La Jornada. 1994, marzo 24. Cf. también: Gómez Leyva C. y Chávez V. “Salinas no hay Razón Política o Moral que justifique la Violencia”. El Financiero. 1994, marzo 24. 168 En el mismo mensaje Salinas da a conocer que ha enviado a Tijuana a su médico personal y a un especialista para que auxilien al equipo de médicos que atienden a Colosio, además de que ha dado instrucciones al procurador general de la República para que se traslade a esa ciudad fronteriza y “coadyuve a la investigación”. Por su parte, desde San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, Camacho declara en un estado de ánimo que la corresponsal de un diario describe con precisión: “Totalmente descompuesto, con el rostro pálido y acompañado sólo de dos de sus más cercanos colaboradores, el comisionado para la paz y la reconciliación en Chiapas, Manuel Camacho Solís, expresó aquí su consternación por el atentado que sufriera hoy, el candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta. El Texto Integro de la Declaración de Camacho Solís ‘La información que les proporcionaría hoy, se las voy a proporcionar en los próximos días. ‘Acabo de comunicarme a la ciudad de México y se me informó que el licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta estará en manos de los mejores médicos mexicanos. ‘Como todo el país me uno a la indignación por el atentado en contra de la vida del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. ‘Lo ocurrido es un atentado en contra de la paz y la democracia del país. ‘El valor principal es la vida y la dignidad de las personas. Lo ocurrido es una gran ofensa a su familia, es una gran ofensa a la familia de todos nosotros, es una gran 3 ofensa a la nación’” . El atentado no sólo tendrá consecuencias sobre la ya de por sí compleja situación política del país, sino que también las tendrá sobre la carrera política y el futuro de Salinas y de Camacho. El estado de ánimo y las reacciones de ambos parecen anticipar una de esas consecuencias, ciertamente no la de menor alcance: rápidamente los dos van a quedar en la mira de las versiones que los señalan como los verdaderos culpables de la muerte de Las referencias de Salinas a lo “entrañable” parecen indicar que el atentado no sólo afecta directamente a su cuerpo –se ha dicho que la bala que mató a Colosio hirió gravemente a Salinas- sino también a las entrañas del cuerpo del régimen. 3 Coutiño G. “Una Gran Ofensa a la Nación: Camacho”. El Financiero. 1994, marzo 24. 169 Colosio4. El rumor que desde meses atrás pregonaba con obstinación que éste no llegaría al día de las elecciones, que le imputaba a Salinas un plan deliberado para reemplazarlo como candidato del PRI o lanzar una candidatura alterna, para lo cual habría habilitado de facto a Camacho, encuentra en este momento las condiciones para su confirmación en el decir popular. La danza política de malentendidos, altercados y reproches que en los últimos meses habían sostenido los tres personajes, llegaba a su trágico fin. Más tarde, el presidente de la República se reúne a puerta cerrada con el gabinete legal y ampliado, después de cancelar la cena que ofrecería al primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, quien se encuentra de visita oficial en el país. Pasada la medianoche, cuando ya había sido oficialmente confirmada la muerte del candidato priísta, Salinas vuelve a dirigir un mensaje a la nación: Compatriotas: los mexicanos todos hemos perdido hoy a un hombre que se había fijado como tarea fundamental contribuir pacíficamente a la grandeza de la patria. Víctima de un cobarde ataque, hoy ha fallecido Luis Donaldo Colosio. […] No hay razón política o moral que en México justifique la violencia; es una afrenta porque había un clima de diálogo, de entendimiento y concertación entre las fuerzas políticas, de conducir la diversidad de propuestas por la vía del derecho y la reforma legal. […] No aceptamos que enemigos de México pretendan torcer el camino de la ley, y el de la concordia. […] Como presidente de la República estoy decidido a actuar con energía. Vigilaré que la ley se aplique con todo rigor y que este crimen sea plenamente esclarecido. […] Convoco a la concordia. […] Mantendremos vigente nuestro régimen de libertades y el orden constitucional.5 4 Hilda Elisa Reyes viuda de Riojas, madre de Diana Laura Riojas, relata que al llegar con su hija al velorio en la sede del PRI “… al ir cruzando las calles había gente haciendo una valla hasta la entrada, con letreros que decían: ‘Salinas fue’. ‘Estamos con Colosio’. Varios mensajes escritos”. Medina R. El enigma de Colosio. Barcelona, Plaza & Janés; 2001.p. 27. En la madrugada de ese mismo día, horas antes de que el cortejo fúnebre arribe al PRI, en un crucero importante de la ciudad de México aparece un letrero, en un lugar por demás visible: “En la base de la gran estatua modernista que alude al caballito, colocada en la vieja glorieta de Bucareli, enfrente de la Lotería Nacional, apareció un grafiti anónimo en la madrugada. Con pintura negra, dos palabras: ‘Fue Camacho’.|| Horas después alguien intentó borrarlo con manchones de tinta roja”. Cf. Sánchez J. “‘¡Que Vuelen Cabezas, Caiga Quien Caiga!’. Justicia, Reclamo Unánime en el Homenaje a Colosio en el PRI”. El Financiero. 1994, marzo 25. 5 “Mensaje enviado a la nación. La muerte de Colosio, ofensa a todos los mexicanos: Salinas”. La Jornada. 1994, marzo 24. 170 Es de notar el paralelismo entre las palabras con las que Salinas describe la tarea de Colosio y las palabras con las que Aburto describe la suya: el primero se habría fijado la tarea fundamental de contribuir pacíficamente a la grandeza de la patria, el segundo la tarea de exponer sus ideas pacifistas para salvar a la patria. Asimismo, Salinas se refiere a los enemigos de México que pretenden torcer el camino de la ley y de la concordia, mientras Aburto se refiere a alguien extranjero queriendo poner al país y su estabilidad en peligro. La semejanza va más allá, pues si el candidato ultimado ha sido víctima de un cobarde ataque, Aburto está dispuesto a morir para que no sigan pasando actos bélicos6: ambos participan, desde posiciones opuestas, del aura del sacrificio por la patria. Al mismo tiempo, las primeras declaraciones de Aburto contribuyen a alentar las especulaciones que ven en lo ocurrido las huellas de una conspiración. El acto de decir: “no hablaré aunque me torturen”, produce la suposición de que él tiene algo más qué decir, que sabe algo más -de lo que ya dijo: que tiene información de diversos grupos armados con los que ha tenido contacto, que busca exponer sus ideas pacifistas, que está dispuesto a sacrificar su vida para evitar que se propaguen situaciones como la de Chiapas, que actuó por su cuenta y no forma parte de una conspiración política, que pretendía herir al candidato priísta para que la prensa lo tome en cuenta y decir ante las cámaras el peligro en el que se encuentra el país7. En tales circunstancias, hay por lo menos dos consecuencias que la expresión “no hablaré aunque me torturen” puede provocar. Por un lado, quien la escucha y hace caso de ella queda colocado transferencialmente con respecto a quien la pronunció, es decir, éste queda situado en la posición de quien no deja de saber lo que ocurre en el lugar del Otro –lugar implicado en la estructura del decir del hablante: el acto de enunciación de la frase mencionada, la referencia a aquello de lo que dice que no va a hablar, además de aquello de lo que sí habla-, con lo cual se presta a soportar una transferencia que aquel que escucha le dirige al suponerle un saber. Por otro lado, la lógica conspirativa sólo puede leer en aquella frase la confirmación de que en ese lugar del Otro lo que se ha producido es un complot; conclusión persecutoria que deja de lado lo que Aburto 6 Cf. Siglo 21. 24 de marzo, 1994. También cf. Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. p. 375. 7 Ibíd. 171 reivindica al aseverar que actuó “solo” 8. En las dos consecuencias se pone en juego una estructura ternaria, cuyos lugares son: el de quien habla para decir que no va a hablar aunque lo torturen, el del Otro del que el hablante no deja de saber algo y el del otro que escucha lo que el primero dijo. La diferencia entre ambas, es que en la segunda el que escucha responde a un saber supuesto con otro saber: el que afirma la existencia de una conspiración9. Algunos sucesos delinean la tensión presente en el ambiente político nacional de esos primeros momentos: - A las 19.50 horas de ese mismo día en que Colosio es asesinado, en las oficinas nacionales del PRD se recibe una amenaza de bomba. Se ordena el desalojo del inmueble y después de una revisión por parte de las autoridades y equipo técnico especializado se anuncia que no se encontró ningún artefacto explosivo10. - El EZLN se declara en “alerta roja” al considerar que el asesinato de Colosio “preludia” una ofensiva militar en contra de sus posiciones, por lo cual la organización suspende la consulta que venían realizando en comunidades de Chiapas sobre los compromisos del gobierno para una paz digna11. Su líder más visible, el subcomandante Marcos, dice en un comunicado que suscribe también ese día: “¿Quién patrocina esa mano ‘pacifista’ que abre de nuevo la gigantesca puerta de la guerra?”12. 8 “‘No hablaré aunque me torturen’. O sea, no dirá los motivos del crimen, no descubrirá a los beneficiarios. O sea, hay alguien, persona o grupo detrás del acto criminal. Mario Aburto no obró por su cuenta. ¿Qué horrible chantaje se oculta tras quien así se inmola, a los veintitrés años?”. Bolaños L. “No hablaré aunque me torturen”. El Universal. 1994, marzo 26. 9 La primera modalidad de respuesta corresponde a la posición analítica. En ella se juega la apuesta de este estudio del caso que nos ocupa. Sobre la estructura de la transferencia en las llamadas “psicosis”, cf. Allouch J. “Ustedes están al corriente hay una transferencia psicótica”. Littoral, 1989, 7/8. También, cf. Allouch J. Marguerite. Lacan la llamaba Aimée. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 1995. Particularmente el capítulo catorce: “De la transferencia psicótica”. pp. 597-632. 10 Caballero A. y Ramírez R. I. “Reprueba Cuauhtémoc Cárdenas el crimen de su homólogo priísta”. La Jornada. 1994, marzo 24. 11 Aponte D., Gil Olmos J. y Henríquez E. “EZLN: el crimen preludia una ofensiva militar”. La Jornada. 1994, marzo 26. 12 “¿A quién beneficia el magnicidio?, pregunta Marcos”. La Jornada. 1994, marzo 26. Por cierto, la interpretación del líder rebelde va exactamente en sentido contrario de las intenciones que manifiesta Aburto, pues para éste el atentado contra Colosio busca evitar que la guerra se propague. 172 - Tanto Diego Fernández de Cevallos como Cuauhtémoc Cárdenas, los dos principales contendientes de Colosio, reprueban categóricamente el asesinato y anuncian la suspensión temporal de sus campañas electorales. El primero, “decidió cancelar provisionalmente su campaña, hasta que se clarifique la situación del país y en solidaridad con la familia Colosio-Riojas…”13. El segundo, “anunció la suspensión de la gira que tenía programado iniciar hoy por el estado de Oaxaca y su viaje de la próxima semana a Estados Unidos…”14 - Entre la clase política empieza a circular la especie de que el gobierno de Salinas busca posponer las elecciones, o bien para poder nombrar de entre los miembros de su gabinete un candidato afín a sus intereses, que dada la cercanía de los comicios se encuentran impedidos para ello por la norma constitucional, o bien para poder nombrar un presidente interino que le permita prolongar su poder15. Las acusaciones Funcionarios, políticos, intelectuales, líderes empresariales, organizaciones e instancias de la vida pública, al tiempo que condenan el crimen hacen llamados a la unidad nacional, a conservar la calma y la serenidad; sin embargo, en sus declaraciones aparece rápidamente la acusación que identifica culpables: - La Cámara de Diputados en acuerdo unánime del conjunto de las fracciones parlamentarias: “La democracia acaba de recibir un brutal atentado por manos de quienes con la violencia pretenden desestabilizar a México y crear un ambiente de incertidumbre y confusión entre todos los mexicanos”16. 13 “Cancelan la campaña de Diego Fernández. Indignación en el PAN por el ataque contra Luis Donaldo Colosio”. La Jornada. 1994, marzo 24. 14 Caballero A. y Ramírez R. I. “Reprueba Cuauhtémoc Cárdenas el crimen de su homólogo priísta”. La Jornada. 1994, marzo 24. 15 Este rumor provoca tal inquietud en los círculos políticos, que el 26 de marzo el secretario de Gobernación, Jorge Carpizo, tiene que desmentirlo asegurando que las elecciones se llevarán a cabo en la fecha prevista. Cf. Guerrero S. “Ratificó Carpizo el compromiso del Ejecutivo; habrá comicios en agosto”. La Jornada. 1994, marzo 26. También cf. Castillo H. “Barbarie política”. El Universal. 1994, marzo 25. 16 Camacho Guzmán O. “Enérgica censura del Congreso de la Unión al ataque contra Colosio”. La Jornada. 1994, marzo 24. 173 - El ex presidente José López Portillo: “… no es imposible que fuerzas del exterior tengan relación con el asesinato, porque cuando se fanatiza a una persona a los extremos de cambiar su vida por otra –porque estos asesinos sabían que no tenían salida-, cuando se encuentran esos perfiles de decisión fanática, hay algo atrás. […] Para fanatizar a hombres, al extremo de esos asesinos, se necesitan fuerzas muy poderosas”.17 - El presidente nacional del PAN, Carlos Castillo Peraza: “El magnicidio, acotó, es una manifestación más de una cultura propiciatoria de la violencia, y aseveró que en el país hay un ambiente ideológicamente favorable a ella. En su consideración, la frialdad con la que actuó el (o los) asesino (s) y la declaración de que no hablará aunque sea torturado, revela el profesionalismo con el que se actuó”18. - El dirigente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Ricardo Dájer: “… advirtió que hay ‘fuerzas oscuras’ e ‘intereses ocultos’ que pretenden desestabilizar al país”19. - El gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones Rivera: “acto deleznable, propio de la más alta condena, perpetrado por grupos que practican la antipolítica, la violencia y llegan hasta el crimen como forma de acceder a un puesto de elección popular”20. - Empresarios de Monterrey: “Empresarios regiomontanos denunciaron que algunos grupos de ‘traidores’ tratan de desestabilizar al país desde el primero de enero de este año y demandaron al gobierno y al pueblo que se fortalezca la unidad…”21. - El presidente nacional del PRD y senador por el Distrito Federal, Porfirio Muñoz Ledo: “… afirmó que el atentado en el que perdiera la vida el candidato presidencial del 17 Velasco, C y González V. “Hay que afianzar la unidad ante la crisis, dicen LEA, JLP y MMH”. El Universal. 1994, marzo 25. 18 Rodríguez J., Inclán I. y Rojas-Zea R. “Comisión Investigadora de Ciudadanos Para Investigar el Crimen, Plantea la ADN”. El Financiero. 1994, marzo 25. 19 Llanos Samaniego R. “‘Fuerzas oscuras’ pretenden la desestabilización del país: IP”. La Jornada. 1994, marzo 24. 20 Corresponsales. “La violencia no es el camino de México, coinciden 17 gobernadores”. La Jornada. 1994, marzo 24. 21 Casas D. “Grupos de ‘traidores’ buscan la desestabilización: IP de Monterrey”. El Universal. 1994, marzo 26. 174 PRI, Luis Donaldo Colosio, fue maquinado por ‘un grupo oligárquico’ que se opone al proceso democrático del país. Expuso que el crimen contra el abanderado priísta se produjo cuando éste hacía críticas a los rezagos, a los cacicazgos y a la posibilidad de que en México hubiera alternancia del poder, y es probable que sectores opuestos a la democracia hayan perpetrado el crimen”22. - El poeta y ensayista Octavio Paz: “El atentado que causó la muerte a Luis Donaldo Colosio es un signo ominoso del estado de la moral pública. En los últimos meses hemos oído y leído numerosas e irresponsables apologías de la violencia; también se han popularizado viejos argumentos que, tras hipócritas condenas del uso de la fuerza, terminan por justificarla como última razón política. Si queremos detener esta ola de violencia que amenaza al país entero debemos comenzar poniendo un ‘hasta aquí’ a los excesos verbales e ideológicos de algunos intelectuales y periodistas. La violencia ideológica es la antesala, como estamos viendo, de la violencia física”23. - El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN: “Es lamentable que la clase gobernante no pueda resolver sus pugnas internas sin ensangrentar al país. La línea dura y la opción militarista dentro del gobierno federal fraguó y llevó a término esta provocación (el homicidio de Colosio) para anular todo intento pacífico de democratización de la vida política nacional”24. Las declaraciones van desde la imputación vaga -a grupos indeterminados que persiguen intereses contrarios a la democracia, a fuerzas poderosas y oscuras que desde el exterior o el interior del país buscan desestabilizarlo-, hasta la acusación directa -a sectores de la clase gobernante o a la rebelión armada de los zapatistas, junto con la prensa y los articulistas que la han justificado. En lo que todas estas declaraciones parecen coincidir, sin decirlo, es en lo que cada una de ellas excluye. Las aseveraciones del presidente del Consejo Consultivo de la Ciudad de México, José Monroy Zorrivas, son paradigmáticas por su llaneza al mencionar explícitamente eso que queda rechazado por el conjunto de las 22 Delgado A. “Un grupo oligárquico mató a Colosio: Muñoz Ledo”. El Universal. 1994, marzo 26. Peralta B., Peguero R. y Ravelo R. “Consternación e indignación entre los intelectuales, por el ataque”. La Jornada. 1994, marzo 24. 24 Aponte D., Gil Olmos J. y Henríquez E. “EZLN: el crimen preludia una ofensiva militar”. La Jornada. 1994, marzo 26 (el paréntesis corresponde al original). 23 175 acusaciones mencionadas: “… nadie puede creer que un chamaquito de veintitantos años por sí solo, le haya dado de balazos a un hombre que sin duda era una opción para gobernar al país, mucho menos cuando se ha declarado pacifista”25. Si en efecto, lo que estas distintas versiones sostienen es del orden de la creencia, en ésta queda excluida la posibilidad de que “un chamaquito de veintitantos años por sí solo” pueda realizar un acto que trastorne la estructura del poder de un régimen con más de sesenta y cinco años de existencia, hasta el punto de cambiar la historia de sus rituales constitutivos. Un acto así, según esta creencia ampliamente compartida, sólo puede provenir de alguien con un poder tal como para orquestar una conjura capaz de manipular los hilos que mueven al régimen y al gobierno, un poder a la altura del crimen cometido. De este modo, el rumor de que el asesinato de Colosio es el producto de una conspiración aparece desde el momento en que la noticia del atentado empieza a propagarse por el país. Muy pronto empiezan a surgir versiones populares de esta teoría conspirativa: una asevera que Colosio fue convencido para que dejara la candidatura del PRI y que fue un doble quien fue asesinado en su lugar, mientras que aquél estaría viviendo en Estados Unidos bajo una nueva identidad; otra versión afirma que el video transmitido por la televisión, en donde una mano se alza entre la multitud para disparar sobre la cabeza del candidato, fue alterado para borrar evidencias; una más, asegura que el individuo que está detenido en el penal de Almoloya de Juárez no es el mismo que asesinó a Colosio, que el verdadero asesino ha sido suplantado26 -en particular esta última modalidad va a tener una extensa difusión, dando muestras de gran resistencia al paso del tiempo y a las pruebas y argumentos en contrario. Una parte de las acusaciones están dirigidas al movimiento insurgente de los zapatistas y a los políticos, intelectuales y periodistas que lo han apoyado abiertamente o por lo menos justificado –sobre todo desde las páginas del diario La Jornada- a partir de las graves condiciones de desigualdad social que durante siglos han reinado en Chiapas; un 25 González V. “Investigación total sobre el crimen de Colosio, pide Monroy Zorrivas”. El Universal. 1994, marzo 26. 26 Cf. “Rumores… rumores”. Siglo 21. 1994, marzo 30. También cf. Ramírez C. “Archivo político”. El Financiero. 1994, abril 3. Además véase: Guillermoprieto A. “Perdiendo el futuro”. En: Guillermoprieto A. Los años en que no fuimos felices. Crónicas de la transición mexicana. México-Barcelona, Plaza & Janés; 1999. Y también: Volpi J. La guerra y las palabras. Una historia intelectual de 1994. México, Ediciones Era; 2004. pp. 143-144. 176 estado con un alto porcentaje de población indígena y campesina, controlado por caciques autoritarios con gran poder local, construido al amparo del PRI. Esta interpretación del asesinato de Colosio, a cargo sobre todo de Octavio Paz y algunos intelectuales cercanos a él, sostiene que la violencia física que dio muerte al candidato oficial es el resultado de la violencia ideológica que justifica a la rebelión armada. Frases como “en los últimos meses hemos oído y leído numerosas e irresponsables apologías de la violencia”, “argumentos que, tras hipócritas condenas del uso de la fuerza, terminan por justificarla como última razón política”, “debemos comenzar poniendo un ‘hasta aquí’ a los excesos verbales e ideológicos de algunos intelectuales y periodistas”, y “la violencia ideológica es la antesala de la violencia física”27, son difundidas en cadena nacional por la televisión, a través de una llamada telefónica de Paz a la transmisión especial en vivo que lleva a cabo Televisa para informar del atentado contra Colosio. Este comentario, además de participar de eso que denuncia en otros, opera una generalización del término “violencia”, que no distingue entre una rebelión armada -con una extensa base social, que generó a su vez un amplio apoyo social nacional e internacional que logró, entre otras cosas a través de sus argumentos públicos, imponer la paz- y el asesinato de un candidato presidencial -por más que este acto no esté aislado de las condiciones sociales en las que tiene lugar-; supone también que hay una continuidad directa, a la manera de la que hay entre sala y antesala, entre los argumentos que buscan explicar las condiciones de surgimiento de un movimiento que no es sólo armado sino también político y social, y el acto de asesinar a un candidato presidencial que representa la continuidad de un régimen. El factor que este razonamiento deja fuera de sus cálculos es la crisis del régimen de partido de Estado y de sus mecanismos tradicionales de sucesión, junto con el rumor que le va asociado, que desde meses atrás anticipaba un cambio de candidato en ese partido. 27 Cf. Peralta B., Peguero R. y Ravelo R. “Consternación e indignación entre los intelectuales, por el ataque”. La Jornada. 1994, marzo 24. En un escrito fechado el día siguiente del asesinato de Colosio y publicado en la revista Vuelta, que Octavio Paz dirige en ese momento, el poeta y premio Nobel precisa: “No creo, apenas si necesito decirlo, que haya una relación directa entre la insurrección campesina de Chiapas, limitada a la región de La Cañada, y el execrable asesinato de Luis Donaldo Colosio”. Denuncia “la irrupción de las pasiones sin freno” en el ámbito de la vida pública mexicana y la reaparición del “elemento demoniaco de la política”, para hacer un llamado a la razón, la tolerancia, y a recobrar la serenidad. En lo demás, reitera, casi con las mismas palabras, las consideraciones ya citadas. Cf. Paz O. “El plato de sangre”. Vuelta. 1994, abril, No. 209. p. 8. 177 La intervención del poeta es aderezada por el conductor de la transmisión televisiva mencionada, Jacobo Zabludovsky, el vocero oficioso del régimen que cuenta con mayor audiencia en el país: subraya que el atentado tuvo lugar en un estado y una ciudad gobernados por el PAN, destaca que el asesino es originario de una ciudad en la que el PRD tiene una presencia importante, incita junto con Paz a condenar a los “instigadores de la violencia”, presenta hasta en tres ocasiones a la candidata del paraestatal Partido Popular Socialista acusando al clero del homicidio de Colosio –en alusión al obispo de San Cristóbal de las Casas, mediador en el conflicto en Chiapas, y a quien se acusa de tener vínculos con el EZLN28. Sin embargo, a pesar del poder del oligopolio de la televisión en nuestro país, la voz popular va a tomar otros rumbos, lejos del control oficial y oficioso. El rumor De entre los distintos relatos que señalan a quién culpar de lo sucedido, el rumor va a ir tomando cuerpo, no en la imputación del asesinato a la insurgencia zapatista y quienes públicamente la apoyan con sus argumentos, tampoco en la acusación a las fuerzas políticas y sociales de oposición, sino en el señalamiento reiterado de sectores del régimen como origen de la conjura: o bien Salinas y su entorno inmediato (Córdoba, Raúl Salinas, Zedillo, Camacho); o bien sectores conservadores del partido de Estado, los llamados “dinosaurios”, desplazados por las políticas “modernizadoras” del gobierno salinista, en las que Colosio participó activamente; o bien priístas resentidos de Baja California que le cobran a Colosio la “entrega” de su estado al PAN cuando aquél era el dirigente nacional del PRI29. Un agregado a estas versiones sostiene que alguna de estas fracciones del 28 Cf. Álvarez Icaza J. “Descanse en paz Luis Donaldo”. El Universal. 1994, marzo 26. Después de haber sido el coordinador de la campaña presidencial de Salinas, en 1988 Colosio asume la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, en medio de la crisis política resultante de las elecciones de ese año, signadas por un lado por la salida de Cuauhtémoc Cárdenas del partido de Estado, con su consiguiente desgajamiento y la creación de un movimiento nacional de oposición; y por el otro, por el cuestionado triunfo de Salinas, que marca a su gobierno con la huella de la ilegitimidad. Al año siguiente el partido oficial pierde por primera vez en la historia una gubernatura: la de Baja California. El panista Ernesto Ruffo le gana en las elecciones estatales a la priísta Margarita Ortega, una candidata impuesta por Salinas pasando por encima de la voluntad de los priístas de Baja California y, al parecer, por la de Colosio mismo. Después de que Colosio reconociera públicamente la derrota del candidato de su partido, la Confederación de Trabajadores de México –la central obrera más importante del PRI- consideró como una “estupidez entregar Baja California al PAN”. En la ocasión algunos priístas de este estado gritaron: “Muera Colosio traidor”. En 1991 en las elecciones para gobernador de Guanajuato triunfa Ramón Aguirre Velázquez, candidato del PRI. El resultado electoral es impugnado y las fuertes movilizaciones sociales logran que renuncie el presunto ganador y sea nombrado como gobernador interino el panista Carlos Medina Plascencia. Esta 29 178 régimen se alió con un grupo de narcotraficantes para dar muerte al candidato oficial, dado que éste representaba una amenaza para los intereses conjuntos de unos y otros. Desde aquel momento y a lo largo de los años transcurridos, Salinas y sus colaboradores cercanos son los favoritos del decir popular. La tradicional desconfianza de la sociedad civil en el discurso oficial del régimen, que ya se había incrementado considerablemente con el conflicto político provocado por la rebelión del EZLN, es potenciada por la muerte violenta de Colosio, dando paso a la suspicacia colectiva como forma de relación predominante con las versiones oficiales de lo ocurrido. El siguiente artículo de Heberto Castillo traza el panorama de la incertidumbre presente en el país dos días después del asesinato de Colosio, al tiempo que muestra las derivaciones de la desconfianza presente en el rumor de una conspiración dirigida desde el interior del sistema de partido de Estado y la crisis de credibilidad de éste: El año de 1994 se ha caracterizado porque se han roto normas y moldes. La rebelión en los Altos de Chiapas cambió las reglas del juego político y todo indica que para bien. Fue un alzamiento en armas que paradójicamente, llamó a la paz y a la concordia. Ahora la violencia se manifiesta en su expresión más irracional, el magnicidio, que no resuelve los conflictos entre gobernantes y gobernados sino por el contrario, los agudiza. El atentado contra el candidato del partido de Estado se da cuando la credibilidad en el sistema, y en especial en el Ejecutivo, es mínima. Y la duda sobre si ha sido una manera de eliminar al candidato desde el partido de Estado se extiende. La gente indignada, sobre todo los militantes del PRI, se preguntan quiénes son los asesinos. Pocos creen que la clase política dominante nada tenga que ver en el “concertacesión” con el PAN le es adjudicada a Colosio. Ese mismo año el PRI tiene un importante repunte en las elecciones legislativas intermedias; sin embargo, este triunfo no le es particularmente reconocido a Colosio como líder nacional del partido oficial, más bien le es acreditado a Camacho y su capacidad de negociación con las fuerzas sociales y con la oposición, especialmente en el Distrito Federal donde Camacho está a cargo del gobierno y donde el triunfo priísta es más notorio. Antes de que el PRI pierda la gubernatura de Chihuahua, la tercera en la cuenta de Colosio, éste es nombrado secretario de Desarrollo Urbano y Ecología del gobierno de Salinas (sobre estas cuestiones cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. El tiempo pasa. De lomas taurinas a los pinos. México, Océano; 1997. p. 141-142. También cf. Jáquez A. “El complot de la Investigación”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo- abril 2004. p.12. También: Sánchez Susarrey J. “Luis Donaldo Colosio”. Siglo 21. 1994, marzo 26). Se dice que Baja California es el estado en que Colosio perdió dos veces: primero la gubernatura y luego la candidatura a la presidencia de la República… junto con la vida. 179 asesinato. Corren rumores diciendo que se presionaba a Colosio para que renunciara y que se buscaba la manera de enfermarlo para que dejara el camino libre a otro candidato, fuera este Camacho o bien el que ahora se menciona con insistencia como reemplazo, Ernesto Zedillo. Se afirma que al tener que señalarlo Carlos Salinas como el único candidato del PRI se quedó sin la posibilidad de hacer un cambio que naciera del partido y después del registro no quedaba otra alternativa que la renuncia, la incapacidad o la muerte del candidato para poder reemplazarlo. Otra circunstancia que se hace sospechar de los complot surgidos de la clase gobernante es que apenas unas horas después de que Camacho se había descartado como candidato se dio el atentado, dejando en apariencia el camino despejado para el sustituto ideal para el grupo hegemónico de Salinas y Córdoba, Ernesto Zedillo, único miembro del gabinete de Salinas no inhabilitado para ser designado candidato a la Presidencia, además de Manuel Camacho. Se suman muchas coincidencias que sugieren un empeño expreso de Salinas en no haber dejado nunca el camino despejado a Colosio para que desarrollara su campaña. Se comenta que el candidato asesinado sólo pudo ocupar las ocho columnas de la prensa en dos ocasiones, cuando fue destapado en noviembre y cuando fue muerto a tiros el 23 de marzo. Pero nadie conocedor de la política podría afirmar que Carlos Salinas, por ejemplo, no se dio cuenta de que al nombrar comisionado para la paz en Chiapas a Camacho un día antes de la apertura de la campaña de Colosio, le quitaba los reflectores de la publicidad a éste y se los pasaba a Camacho. Ahora, muchos nos preguntamos, ¿sigue el juego perverso y se trata de colocar como candidato a quien dependa sustancialmente de Salinas hasta el día de las elecciones, o bien se pretende impedir que haya elecciones y se designe un interino para alargar el proceso y garantizar que el equipo del actual mandatario pueda prolongar su influencia el mayor tiempo posible? Cuando se asesinó a Obregón y se sospechó del presidente Calles, éste calmó las inquietudes de propios y extraños poniendo la policía en manos de los obregonistas. Ahora Salinas debe dejar que la investigación sobre los asesinos materiales e intelectuales de Colosio la lleven los amigos cercanos de Luis Donaldo Colosio. Es necesario, además, formar una comisión plural, de ciudadanos independientes de los partidos y de amigos cercanos de Colosio para que lleven 180 adelante las averiguaciones. Nada debe quedar en el misterio porque mañana, todas las dudas que permanezcan caerán fatalmente sobre Carlos Salinas. Así es el juicio de la historia. Todos los actos que se sucedieron en los meses de campaña de Colosio que afectaban el buen desarrollo de ella, tendrán ahora otra interpretación que la que hubieran recibido si la contienda hubiera llegado a su fin, sin un crimen tan alevoso como el que se ha dado en Tijuana, el 23 de marzo. Todo aquel que entorpezca las averiguaciones ahora y que pueda hacerlo por su posición relevante 30 en el gobierno, recibirá tarde o temprano el juicio de la historia. En efecto, Salinas nombra inicialmente como fiscal especial para investigar el homicidio del candidato priísta a Santiago Oñate Laborde, jurista cercano a Colosio y miembro de su campaña. Luego, a petición de la viuda de éste, el 24 de marzo nombra a Miguel Montes García, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como titular de una Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio31. Sin embargo, a pesar de haber dejado las investigaciones del caso en manos de alguien elegido por la viuda de Colosio, Salinas no se ha podido quitar de encima “el juicio de la historia”32. Por lo menos, las versiones populares de esta historia lo siguen señalando como el artífice de la conspiración para quitar a Colosio del camino y como el responsable de las dificultades de la campaña de éste al haber abierto nuevamente la sucesión presidencial nombrando a Camacho como negociador para la paz. El nombramiento de Zedillo como nuevo candidato del PRI, aunque 30 Castillo H. “Barbarie política”. El Universal. 1994, marzo 25. El nombramiento de Montes, que se concreta oficialmente el 28 de marzo, es impugnado desde el primer momento, invocando su actuación como presidente del Colegio Electoral que en septiembre de 1988 calificó las elecciones que le dieron el triunfo a Salinas. En el Senado el perredista Porfirio Muñoz Ledo se opone al nombramiento y en una manifestación a las afueras de la PGR la Asamblea Nacional de Mujeres (Anam) recuerda que Montes “convalidó el fraude electoral nombrando presidente electo a Carlos Salinas”. Inclán I. “Montes no garantiza la imparcialidad en la investigación: Anam”. El Financiero. 1994, marzo 30. También cf. Romero I. “Aprobó la permanente licencia temporal para Miguel Montes”. La Jornada. 1994, marzo 27. 32 La desconfianza en el curso de las investigaciones aparece desde el primer momento en que la Procuraduría General de la República, basándose en una reforma penal y procesal penal publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de enero de 1994, ejerce la facultad de atracción del caso hacia el fuero federal, dado el interés nacional del homicidio de Colosio, en lugar de dejar las investigaciones en el fuero común y por lo tanto en manos de la Procuraduría de Baja California, perteneciente a un gobierno de extracción panista. Dicha facultad de atracción ya la había ejercido la PGR en el caso del asesinato de un comandante de la Policía Judicial Federal, ejecutado el 3 de marzo de ese mismo año también en la ciudad de Tijuana –lo que al parecer despertó sospechas de la existencia de ligas del procurador de esa entidad con el narcotráfico. La reforma penal mencionada fue el resultado de una iniciativa enviada por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados el 23 de noviembre de 1993, es decir, cinco días antes del destape de Colosio como candidato presidencial del PRI. Cf. PGR. Informe… Tomo I. pp. 44-46. 31 181 bien recibido en los círculos financieros internacionales, no hará sino reforzar estas sospechas. La cuestión es que una vez que la teoría de la conspiración se ha apoderado de la voz popular, produce el efecto performativo de que todo el que tenga “una posición relevante en el gobierno” se convierte en sospechoso de “entorpecer las averiguaciones”. Esto es lo que ocurre con el procurador general de la República, Diego Valadés, desde sus primeras intervenciones, y después con el subprocurador especial, Miguel Montes. Al día siguiente del crimen Valadés lee un informe en Tijuana, en el que asegura que todas las evidencias disponibles confirman que Mario Aburto Martínez “fue quien privó de la vida” al candidato priísta, haciendo dos disparos sobre éste, uno dirigido a la cabeza y otro al abdomen, siendo el primero “mortal por necesidad” y efectuado a una distancia menor de los diez centímetros. Agrega que Aburto utilizó un revólver Taurus calibre .38 especial, de fabricación brasileña. Antes de la conferencia de prensa el procurador acepta que es posible que haya otra persona relacionada con el homicidio y promete que “próximamente daremos los nombres”33. La premura del informe va a generar desconfianza entre los comentaristas y los círculos de la política y en una gran parte de la opinión pública, que consideran precipitada la confirmación de que Aburto es quien efectuó ambos disparos, aun cuando Valadés admita la intervención de por lo menos un cómplice –sin embargo, en esta circunstancia el silencio oficial hubiera sido, por lo menos, igualmente sospechoso. Por su parte, Montes da a conocer el 4 de abril un boletín oficial en el que sostiene que el asesinato de Colosio es el resultado de “una acción concertada”. Basándose en los videos filmados en Lomas Taurinas, la Subprocuraduría Especial consigna a la autoridad judicial a: Rodolfo Rivapalacio Tinajero (comisionado por el PRI de Tijuana de conformar el grupo Tucán, encargado de la seguridad del mitin en Lomas Taurinas), Tranquilino Sánchez Venegas, Vicente Mayoral Valenzuela y Rodolfo Mayoral Esquer. La acción concertada consiste en que unos le abrieron paso a Aburto para acercarse al candidato, mientra otros obstaculizaron la labor del equipo de seguridad de éste, junto con otros dos individuos cuyo nombre y paradero es ignorado: uno que se tira al suelo para detener el 33 Agencias/Tijuana. “Confirma la PGR que Mario Aburto Martínez disparó contra Colosio”. Siglo 21. 1994, marzo 25. 182 paso de Colosio –conocido luego como “el clavadista” - y otro “de lentes” cuya “conducta consistió en claras acciones de bloqueo hasta llegar a la parte lateral izquierda del candidato”34. Además, el documento asegura que: “Se tiene igualmente comprobado que durante el desarrollo del mitin, con anterioridad a la consumación del homicidio, Tranquilino Sánchez y Rodolfo Mayoral Esquer se mantuvieron junto a Aburto Martínez, dialogando en clara actitud de mutuo conocimiento”35. Antes de transcurridos dos meses, el 2 de junio, Montes se desdice y va a afirmar que Aburto es un asesino solitario que no recibió ayuda de nadie. Reconoce que no tiene pruebas suficientes, salvo los videos mencionados, para llevar adelante la imputación en contra de los demás acusados, pero al mismo tiempo, temiendo una reacción social airada, no se desiste de la acción penal en contra de éstos, dejando esa decisión en manos del juez de la causa36. El subprocurador especial se va a basar en los “estudios de personalidad” practicados a Aburto, para argumentar que éste es llevado a asesinar a Colosio por padecer un “delirio crónico sistematizado de tipo reivindicativo”. En su tercer informe de actividades, presentado el 12 de julio, el funcionario va a concluir que Aburto “es el autor material e intelectual del homicidio”37. Finalmente, unos días después Montes va a renunciar, declarando que ha concluido su labor. Pero después de que la autoridad responsable de investigar el caso ha presentado públicamente las pruebas “visibles” de la conjura –que se repitieron incontables veces por las pantallas de televisión38-, ¿cómo creer en este desistimiento que lleva las averiguaciones 34 Cf. “Al Menos 7 Sujetos Actuaron en el Atentado Contra Colosio Murrieta”. El Financiero. 1994, abril 5. Ibíd. 36 Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 228. 37 Jáquez A. “El complot de la Investigación”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo- abril 2004, p.14 38 La interpretación de la acción concertada se hizo en base al estudio de los movimientos de quienes rodeaban a Colosio en el momento del atentado y al peritaje de expertos en “lectura de labios”. Éstos llegaron a la conclusión de que Tranquilino Sánchez y Rodolfo Mayoral intercambiaron frases con Aburto durante el desarrollo del mitin, frases con las cuales se ponían de acuerdo para realizar el crimen. Posteriormente, en el mes de mayo, todavía bajo la fiscalía de Montes, otro peritaje de la policía española echa por tierra esta interpretación: “Expertos españoles en movimientos de personas determinan que Tranquilino Sánchez Venegas y los Mayoral no ayudaron a Mario Aburto Martínez; afirman que la muchedumbre desbordó el cinturón de seguridad que protegía a Colosio y que no existe el llamado ‘clavadista’, con ello contradicen la hipótesis de Miguel Montes García, basada en una serie de videos en poder de la Subprocuraduría Especial. Los expertos españoles señalan que no hay pruebas para determinar la existencia de un complot y corroboran: ‘el video no es exacto y limita investigaciones’”. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 254. Uno de estos videos, transmitido por la televisión unos días después del crimen, se encuentra 35 183 al estado que tenían el primer día?, ¿cómo confiar de ahí en adelante en la información del caso proveniente de fuentes oficiales? Si la eficacia performativa del rumor que circulaba antes del atentado encuentra su realización definitiva en el momento del crimen, el rumor posterior tomará una parte importante de su fuerza del que le antecede, no sólo por el hecho de ratificarlo sino porque comparte con éste las condiciones que hicieron posible su surgimiento y su circulación39, con el agregado de que el asesinato de Colosio profundiza la crisis del régimen. El hijo modelo Los familiares de Aburto también participan de la interpretación conspirativa y lo hacen saber públicamente. Rubén Aburto Cortés, padre de Mario, asegura que éste fue “envuelto en algo muy planeado”, que lo obligaron a participar en el asesinato de Colosio: Mi hijo fue presionado y engañado para estar ahí. Yo estoy seguro de que él es inocente. Mario estuvo ahí porque recibió una presión enorme, una presión tan 40 fuerte como una amenaza contra su familia, contra su padre, no lo sé. Rafael Aburto, hermano de Mario, apoya lo que su padre dice y comparte su discurso: Lo engañaron. No le dijeron lo que iban a hacer. Lo hicieron aparecer como la persona principal. Para mí él no lo hizo, sino que lo hicieron otras personas. O si lo hizo fue porque lo presionaron.41 Pero si su acto pudiera colocar a Mario Aburto como “la persona principal” en la escena del crimen, las declaraciones de su padre y de su hermano lo van a desalojar de ese lugar, dejándolo sometido a la iniciativa de otros. Las buenas intenciones de ayudar a Mario disponible en Internet, con algunos agregados, en los que se incluyen en slow motion círculos con los que se señala a un presunto “bloqueador” y al “tirador”, cuestionando la hipótesis del “asesino solitario”. Cf. http://video.google.com/videoplay?docid=-4353626826689443961# 39 Cf. el apartado “Las condiciones del rumor”, en el capítulo VI. La eficacia del rumor. 40 Sierra J. L. “Mi hijo ni es fanático ni está loco, dice Rubén Aburto, padre del presunto asesino”. Siglo 21. 1994, marzo 29. Esta nota corresponde a una entrevista realizada en la zona de San Pedro de la ciudad de Los Ángeles California, en donde habitan Rubén Aburto y su hijo Rafael cuando ocurre el asesinato de Colosio. Cf. Otra entrevista con Rubén, donde hace algunas afirmaciones similares: Rodríguez I. “Reunión de un Comité no Identificado Previa al Homicidio de LDC”. El Financiero. 1994, abril 4. 41 Ibíd. 184 pasan por alto que tal vez lo que éste se proponía al realizar su acto, que además reiteradamente acepta haber cometido, era precisamente “aparecer como la persona principal”. Al desalojarlo de ese puesto, su padre y su hermano les ceden el lugar protagónico a otros. Rubén relata que Mario le confió dos meses antes de los sucesos en Lomas Taurinas que algunas personas “extrañas” entraron en contacto con él. Una de esas personas, Vicente Mayoral Valenzuela, lo invitó a la reunión de un “comité” unos días antes del crimen. Su hijo le platicó también que este individuo se ufanaba de haber viajado a muchos países, entre ellos Alemania y Rusia. Tanto Rubén como Rafael afirman que Mario fue utilizado por personas que “estaban adelante y atrás de él”: Según su interpretación de las escenas del asesinato que transmitió la televisión angelina, un hombre atrás del candidato presidencial mueve la cabeza como diciendo sí y después se retira repentinamente. En su opinión, eso es un signo de que intervinieron otras personas. La trayectoria de la bala que dio muerte a Luis Donaldo Colosio lleva a Rubén y a Rafael a pensar que otra persona distinta de Mario disparó. Además, se preguntan, ¿por qué no han sido trasmitidas las imágenes del momento preciso del crimen?42 El método que ponen en práctica el padre y el hermano de Mario Aburto es el mismo que el del subprocurador Montes: interpretar los gestos y movimientos alrededor de Colosio sirviéndose del pequeño indicio que hace signo. Es lo mismo que hace Rafael cuando capta un mensaje en un mínimo movimiento de las cejas de su hermano: Yo sé que Mario es inocente porque le vi sus ojos en la tele, cuando lo fotografiaban. Me fijé muy bien, me acerqué a la tele y vi cuando levantó las cejas. Ese era un mensaje para nosotros. Con eso nos estaba diciendo que él era inocente.43 Desde el punto de vista de Rafael, si su hermano no puede hablar para defenderse es porque se lo impiden los políticos y el gobierno. Sin embargo, lo que Mario sabe 42 43 Ibíd. Ibíd. 185 amenaza al poder de éstos, hasta el punto de que si hablara los pondría a temblar: Mario quiere hablar pero no lo dejan porque si lo hace muchos políticos van a estar temblando. Dios sabe que mi hermano no es culpable y lo que está haciendo el gobierno mexicano no tiene nombre, todo está lleno de lodo.44 Por su parte, como corresponde a la relación de amor de un padre por su hijo, Rubén defiende al suyo y sostiene su inocencia mientras no le demuestren lo contrario: -Nadie me va a convencer de que es culpable hasta que no vea las escenas televisadas cuando él dispara contra Colosio. Quiero verlas detalle por detalle. Que alguien me corra la película despacito para que yo vea y sepa qué sucedió en verdad […] se niega a contar todo lo que su hijo le dijo. Se trata de personas ‘muy importantes’, que ‘tienen qué ver con todos los estados de la república’. -‘Solamente se lo diré al canal 52 (Telemundo, de Miami) porque yo sé que ése es el canal al que mi hijo le contaría lo que sabe’ […] Quieren destruir a mi familia afirma. Arrestaron a mi esposa María Luisa Martínez Piñones y a mis hijas Elizabeth, de 16 años, y Karina, de diez. Aunque ya las soltaron, las obligaron a desnudarse frente a policías, hombres que las revisaron y las fotografiaron. A mi hijo José Luis, nos dijo mi cuñada Angélica Martínez Piñones, lo tienen encadenado y cada vez que intenta hablar le dicen: cállate hijo de la tiznada. Luego lo agarraron a golpes […] -Mi hijo no ha sido ni fanático ni está loco. Ha sido muy centrado. Muy trabajador, muy responsable, muy inteligente, calmado, estudioso. Nunca le gustaron las armas ni sabía agarrarlas. Siempre me contaba de sus logros, sus ascensos en las fábricas. Era pacífico, no le gustaba la fuerza, todo lo arreglaba con palabras.45 La defensa que hace de su hijo, al que llama “hijo modelo”, hace a un lado las dificultades que en otros momentos han podido tener –como cuando años atrás Mario les 44 Renaud C. “De Chiapas a Colosio”. En: Fernández Menéndez J. et al. De Chiapas a Colosio. El año que vivimos en peligro. México, Rayuela Editores; 1994. p. 169. La frase “Dios sabe”, hace intervenir al saber bajo la forma concreta de un saber en el Otro: una de las condiciones de la transferencia. 45 Sierra J. L. “Mi hijo ni es fanático ni está loco, dice Rubén Aburto, padre del presunto asesino”. Siglo 21. 1994, marzo 29. 186 dice a su madre y a su padre que no quiere saber nada de ellos y golpea a éste en la cara46. Este padre de familia está al tanto de los métodos de las policías mexicanas y del trato que se da a los presos en las cárceles de este país, sabe que su hijo está en graves aprietos y no escatima recursos para ayudarlo –aun cuando en el intento termine aseverando la existencia de hechos que contradicen las declaraciones de Mario: éste acepta desde el principio haber actuado por su cuenta e insiste en que no conoce ni a Mayoral ni a los demás acusados47. No obstante, entre los discursos de padre e hijo existen relaciones estrechas en su estructura enunciativa: no sólo es que el padre afirme que diría lo que su hijo le dijo al mismo canal de televisión al que éste se lo contaría, sino que con esto da a entender que sabe más de lo que dice, que sabe lo que su hijo Mario sabe y no dijo -con todos los efectos que una enunciación de este tipo trae consigo, como comentamos arriba; además, si el hijo plantea la existencia de una conspiración desde el extranjero para poner al país en peligro, el padre plantea la existencia de una conspiración para asesinar a Colosio, en la que su hijo es envuelto y utilizado para ocultar a los responsables; si el hijo hace referencia a grupos armados en los que hay miles de personas en varios estados de la República, el padre hace referencia a personas muy importantes en todos los estados de la República. En suma, el padre dice tener un saber del saber que tiene el hijo, aquél sabe lo que éste sabe. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que aquello que el hijo sabe no le alcanza para salir del lugar en el que queda situado por los conspiradores: el padre asegura que el gobierno se está olvidando de los autores intelectuales y dice: “quieren usar a mi hijo como un corderito"48. De ahí que el padre se ve precisado a certificar que su hijo “no ha sido ni fanático ni está loco”, y a reivindicar la inocencia de éste en contra de quienes quieren destruir a su familia y a pesar de la persecución que sufre por parte de las autoridades mexicanas49. 46 Cf. Carta dirigida por María Luisa Martínez Piñones al mayor de sus hijos, Rafael Aburto Martínez, el 3 de septiembre de 1990. PGR. Informe… Tomo II. p. 371. También cf. el capítulo Un sacrificio para salvar al país. 47 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 66-67. Además, cf. González M. de la L. y Hernández U. “Acepta Aburto haber actuado solo y niega conocer a los otros 4 implicados”. El Financiero. 1994, abril 7. 48 Rodríguez I. “Reunión de un Comité no Identificado Previa al Homicidio de LDC”. El Financiero. 1994, abril 4. 49 En los días en que esta entrevista tiene lugar, Rubén Aburto “informó al Consulado mexicano en Los Ángeles, que es ‘perseguido’ por las autoridades para que venga a México a declarar en torno al crimen y que es ‘coaccionado’ con el arresto y tortura de uno de sus hijos, José Luis Aburto Martínez, El Nene”. Garibay 187 María Luisa Martínez Piñones, madre de Mario, llega a las oficinas de la PGR en Tijuana hacia la medianoche después del crimen. Según testimonios de funcionarios y agentes de policía que se encontraban ahí en ese momento, aquella se dirige a su hijo en tono de reclamo: … la señora madre de Mario Aburto le recriminaba a este su conducta por haberla metido en problemas legales y cuando se le interrogaba por parte de uno de los agentes del Ministerio Público, me tocó escuchar que ella decía que no sabía nada, sin parar de llorar y lamentándose por lo que había hecho su hijo…” “… le llevaron a la madre de Aburto para que hablara con él y con ello dijera la verdad, sin embargo este sujeto no le quiso contestar ni a su madre…” “… se encontraba la mamá de Aburto con él, quien lo cuestionaba en el sentido de por qué lo había hecho y que quién le había ordenado, sin que Mario Aburto le diera respuesta alguna…” “… la señora le decía ‘que por qué lo había hecho, que le dijera a los señores quién lo había mandado, que les dijera todo, que ella no podía creer que él solo hubiera sido’, a lo que Mario Aburto movía la cabeza únicamente diciéndole que no, sin contestar verbalmente…50 Entre las recriminaciones a su hijo y la preocupación por él, esta madre le sustrae toda iniciativa para acreditársela a otro: alguien más le ordenó, alguien lo mandó a hacer lo que hizo, él solo no hubiera podido hacerlo. En sentido similar se expresa Angélica Martínez, hermana de María Luisa, quien describe a su sobrino Mario como “muy A., Salanueva P., Martínez N. y Aranda J. “El padre de Aburto se queja de persecución en Los Ángeles”. La Jornada. 1994, marzo 31. En esta misma nota periodística se menciona que un alto funcionario de aquel Consulado informó que “al parecer policías mexicanos con autorización del FBI realizan pesquisas para ubicar a Rubén Aburto Cortez y a su hijo Rafael para traerlos a México”. Si bien expresiones como “quieren destruir a mi familia” o “perseguido”, consuenan con el estilo enunciativo ya comentado, en el que el tono reivindicativo está presente, sería apresurado cargar a la cuenta de un delirio la acusación que hace Rubén Aburto de las torturas y vejaciones que sus hijos han sufrido de manos de las autoridades mexicanas. En total 13 personas, ocho adultos y cinco menores de edad, relacionadas con Mario Aburto fueron detenidas en las instalaciones de la PGR en Tijuana: su madre, dos hermanas, un hermano, una tía y su esposo, una prima y dos primos, una presunta novia y hasta el suegro de su hermano. Algunos fueron liberados después de 24 horas, pero otros seguían detenidos después de este plazo. Cf. Garibay A., Salanueva P. y Martínez N. “Detuvo la PGR a 13 personas relacionadas con Mario Aburto”. La Jornada. 1994, marzo 26. 50 En el orden citado, testimonios de: 1. Salvador Gómez Ávila, subdelegado de Averiguaciones Previas de la PGR en Baja California. 2. Arturo Piña Pérez, agente de la Policía Judicial Federal. 3. Lorenzo Manuel López de Arriaga, comandante de policía. 4. César Javier Gamboa Ortega, agente de la Policía Judicial Federal. Cf. PGR. Informe… Tomo III. p. 68. 188 tranquilo, no se metía con nadie”, y considera que éste seguramente fue contratado para asesinar a Colosio, “porque de él no hubiera salido una determinación así”51. La madre, que tuvo la oportunidad de hablar con su hijo, en realidad no le pregunta si hizo lo que le atribuyen y por qué lo hizo; antes de cualquier respuesta de su hijo ella responde que alguien lo mandó a realizar ese acto que él solo no tendría la determinación de efectuar. Así, las declaraciones de los familiares de Mario Aburto le quitan la iniciativa a él para colocarla en Otro. Pero si la iniciativa siempre es de Otro, lo cual queda consumado en acto con las declaraciones de sus familiares más cercanos, al joven homicida sólo le queda el silencio a medias para conservar un espacio subjetivo en el cual él aparece sabiendo algo que alguien tendrá que tomarse el trabajo de averiguar. En julio de ese mismo año el resto de la familia Aburto Martínez se traslada a los Estados Unidos. Estando allá, María Luisa empieza a declarar a los medios de comunicación que su hijo no actuó solo, que había personas detrás de él. Según el testimonio de una religiosa que había gestionado el permiso para que la madre pudiera visitar a su hijo en la prisión de Almoloya, cuando se comunicó con ésta para preguntarle por qué estaba dando esa versión de los hechos, María Luisa le respondió que le aconsejaron que si decía que su hijo había actuado concertadamente con otros individuos la sentencia podía reducirse a la mitad del tiempo: “yo le pedí a María Luisa que no cambiara lo que su hijo Mario nos había confesado en el sentido de que él había actuado solo …”52 Esta “confesión” de Mario Aburto ocurre un mes después del homicidio, pero su madre no puede reconocer lo que en ese momento aquél le dirige: la petición de ser reconocido como un hijo mayor de la Patria, capaz de realizar un acto que cambiará el rumbo de la Historia. Desde ultratumba También en el destape de Zedillo un video va a desempeñar una función clave. El 29 de marzo, seis días después del asesinato de Colosio, reunidos los dirigentes de los 51 Garibay A., Salanueva P. y Martínez N. “Detuvo la PGR a 13 personas relacionadas con Mario Aburto”. La Jornada. 1994, marzo 26. 52 PGR. Informe… Tomo III. p. 69. Testimonio de la religiosa Mary Antonia Brenner Clarke, quien auxilió a la familia Aburto después de que fueron detenidos en la Delegación de la PGR en Tijuana. El dicho de la madre de Mario Aburto revela que busca ayudarle a éste dando la versión de los hechos que, desde el punto de vista de la familia, más le favorezca, sin tener en cuenta que esa ayuda tal vez anula lo que su hijo pretendía conseguir con su acto. También cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 437-438. 189 sectores, los líderes del Congreso y los gobernadores del PRI, Salinas pregunta: ¿alguna propuesta? Ante el silencio como única respuesta, Manlio Fabio Beltrones, gobernador de Sonora y quien fuera amigo de Colosio, le entrega una videocinta al presidente de la República, quien la hace reproducir: En la pantalla, ante el asombrado rostro de los concurrentes, apareció la imagen de Luis Donaldo Colosio. Una grabación hecha el 29 de noviembre, un día después de su destape... ‘He invitado, decía, a Ernesto Zedillo a fungir como coordinador general de mi campaña... Ernesto Zedillo representa, junto con muchos de nosotros, la nueva generación, la generación del cambio’. “Cuando el ‘clip’ concluyó, hubo intercambio de miradas y un silencio que de nueva cuenta fue roto por Manlio Fabio Beltrones, quien dirigiendo la mirada a Salinas de Gortari expresó: ‘En la voz de Luis Donaldo se encuentra nuestra propuesta’. “No hubo quien hablara, ningún comentario, más sorpresa y silencio. Todo estaba hecho, todo decidido. Empero, Salinas volvió a la carga: ¿alguna otra propuesta señores?... Nuevo silencio y la insistencia: ¿alguna otra propuesta?... Nada, sólo más silencio, hasta que desde el fondo de sus 94 años, no sin alguna dificultad, se escuchó la voz de Fidel Velázquez, el líder cetemista que ‘remachaba’ un destape inesperado: ‘Esa es también nuestra propuesta, señor presidente’.53 Si la ceremonia del destape siempre tuvo algo de montaje teatral, en esta ocasión el montaje va a provocar el estupor de los asistentes. Lo inédito de la situación da lugar a un destape inédito. A diferencia de lo que ocurría cada seis años, ya no son los dirigentes del Partido y sus sectores los encargados de dar a conocer “la decisión de las bases”, que sabiamente siempre se inclinaban por “el mejor hombre” –el rito de la simulación que hacía aparecer como una determinación colectiva lo que en realidad era la expresión suprema y al mismo tiempo el eclipse de la voluntad del presidente de la República. Por primera vez en 53 Ramos Esquivel A. “Redes de Poder”. El Financiero. 1994, abril 3. El papel que juega Beltrones en este montaje no es casual: es el gobernador de Sonora, el mismo estado del que era originario Colosio, fue amigo de éste, y es el jefe de Luis Colosio Fernández, padre del candidato asesinado, que es secretario de Fomento Ganadero del gobierno estatal de Sonora. La frase: “En la voz de Luis Donaldo se encuentra nuestra propuesta”, pronunciada por otro miembro del PRI no tendría la misma fuerza performativa. 190 la historia del régimen de partido de Estado ocurre un “destape de ultratumba”54: es en la voz del candidato asesinado que se designa al nuevo candidato. Antes del “videodestape”, como también se le llamó, las cosas transcurrieron como de costumbre: las negociaciones se dieron a puerta cerrada en Los Pinos, bajo el control de Salinas. Sin embargo, éste no eligió los métodos tradicionales para dar a conocer su decisión, el segundo “dedazo” al final de su gobierno. La voz que hace público el nombre del nuevo candidato no es la del presidente de la República –eventualidad descartada por las costumbres priístas de la simulación, más aun, imposible en un momento en que las sospechas de la autoría del crimen recaen sobre el titular de la presidencia- ni la de los jerarcas del Partido, es la del primer candidato del PRI que es asesinado antes de triunfar en las elecciones. Es a éste a quien Salinas le deja la voz, tal vez porque sus márgenes de maniobra no son los mismos que en el primer destape y porque justamente la muerte de Colosio no le ha dejado otra opción. Salinas intenta negociar con el PAN, sus aliados desde antes de que llegara al poder55, la modificación del artículo 82 de la Constitución, para cambiar los plazos en los que altos funcionarios del gobierno, entre ellos miembros del gabinete presidencial, pueden acceder a la primera magistratura. Primero a través Jorge Carpizo, secretario de Gobernación, y de Emilio Gamboa Patrón, secretario de Comunicaciones y Transportes, y después personalmente, Salinas le plantea la posibilidad de esa reforma constitucional a Carlos Castillo Peraza, presidente nacional del PAN56. Ese cambio abriría las puertas a la 54 Ibíd. La alianza con el PAN le permitió a Salinas, entre otras cosas, contar con los votos necesarios en el Congreso para poder tomar el poder después de un triunfo electoral calificado de ilegítimo por la oposición – tanto la de derecha, incluido el PAN, como la de izquierda, incluida la partidista y la llamada “izquierda social”-; acordar la quema de las boletas electorales que podían servir como prueba de fraude en esa elección; recomponer las relaciones entre el Estado y la jerarquía de la Iglesia católica; y reestructurar profundamente los patrones de acumulación de la riqueza, aplicando una política económica de corte neoliberal. Como parte de esta última se llevó a cabo un desmantelamiento de empresas y propiedades estatales y paraestatales, para entregarlas a manos privadas; se consumó la integración subordinada a la economía estadounidense a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA); se inició la apertura a la privatización del campo y su incorporación a la lógica del mercado, al modificar el artículo 27 de la Constitución que protegía la propiedad colectiva de la tierra en los ejidos y comunidades; se reorganizaron las relaciones entre capital y trabajo, debilitando a las organizaciones sindicales para intensificar la explotación laboral individualizada, dando marcha atrás a las conquistas laborales colectivas. 56 Cf. Castillo Peraza C. “Esos días”. Proceso. 2004, febrero 29, No. 1426. pp. 10-17. Castillo Peraza da a conocer su testimonio en este artículo publicado poco antes de cumplirse diez años de la muerte de Colosio. 55 191 candidatura de Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda y Crédito Público y el más conspicuo de los representantes de la política económica del salinismo -desde antes del destape de Colosio, Aspe es considerado como uno de los más probables sucesores de Salinas, dada su ortodoxia en materia económica y su consiguiente prestigio en los círculos financieros internacionales. Ante la negativa de la dirigencia panista, a Salinas no le queda opción: “…después de considerar la posible nominación de dos distinguidos políticos, y ante la imposibilidad legal de propiciar la candidatura de Pedro Aspe, me incliné por Zedillo”57. El hecho de que Salinas le propusiera modificar la Constitución al líder nacional del PAN, confirma que la decisión a favor de Zedillo no estaba tomada de antemano –su candidatura no requería de tal reforma a la Constitución, pues había renunciado al gabinete desde noviembre del año anterior para hacerse cargo de la coordinación de la campaña de Colosio-, que Zedillo no era el candidato de un presidente que se había quedado con márgenes muy estrechos para operar la sucesión, obligado a designar a un nuevo candidato a sucederlo, pero sin posibilidad de elegir. Castillo Peraza relata que incluso Salinas le preguntó: ‘Si estuviera en mi lugar, con las leyes que tenemos, con los procedimientos propios de nuestro sistema, ¿en quién pensaría para sustituir a Donaldo?’ […] una pregunta así deja estupefacto al que tiene que escucharla súbitamente. Comencé por decirle que no era asunto mío. No acertaba a pensar en nombre alguno. Él insistió.58 Seis años después de estos sucesos, Salinas da la siguiente explicación de las razones que lo llevaron a la designación de Zedillo: Apoyé como sustituto para la candidatura al hombre que, según creí en ese momento, Donaldo Colosio hubiera apoyado. Lo hice pensando en el país: el nuevo El rumor de que el grupo gobernante pretende cambiar el artículo 82 se propaga rápidamente entre los altos círculos de la política. Cf. Alemán R. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 26. 57 Salinas de Gortari C. México un paso difícil a la modernidad. Barcelona, Plaza y Janés; 2002 (cuarta edición). p. XVI. Según Salinas, Pedro Aspe contaba para su candidatura con el apoyo de Fidel Velázquez, líder vitalicio de la poderosa Central de Trabajadores de México. Ibíd. p. 890. También un empresario de Monterrey N. L., miembro de un poderoso grupo de industriales de esta ciudad, propone que las elecciones se aplacen uno o dos meses para que Aspe pueda registrarse como candidato del PRI a la presidencia. Cf. Carrizales D. “Destapa líder empresarial de NL a Pedro Aspe”. La Jornada. 1994, marzo 26. 58 Castillo Peraza C. Op. Cit. p. 13. 192 candidato debía contar con cualidades para conducir los cambios políticos, garantizar la estabilidad económica y financiera y elevar el nivel de vida de los mexicanos. Nos inclinamos por un hombre con conocimiento y experiencia en materia económica y no por algunos de los que contaban con mayor experiencia política.59 Esta versión se contradice con la propuesta que le hizo al presidente del PAN, pues si Salinas tenía en la mira a aquél a quien Colosio “hubiera apoyado”, no tenía ninguna necesidad de negociar reforma alguna a la Constitución. Pero además, si Salinas puede decir que ignoraba las intenciones de Colosio de destituir, después de las vacaciones de semana santa, a Zedillo de la coordinación de la campaña60, difícilmente puede sostener que no estaba al tanto de las profundas diferencias entre éste y el equipo del candidato asesinado respecto a la conducción de la campaña. Zedillo era considerado como el hombre de Córdoba posicionado en la campaña de Colosio y su destape como “candidato sustituto” no es bien recibido por la mayor parte de los colosistas61, menos cuando la voz de su fallecido dirigente es utilizada por Salinas para tal fin. Luis Colosio Fernández, padre del candidato asesinado, afirma diez años después del crimen que Salinas sabía desde el mes de febrero de 1994 de los cambios que pretendía realizar su hijo en el equipo de campaña, y señala la manipulación de la memoria de éste que realiza Salinas con el peculiar destape de Zedillo: 59 Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 891. Salinas va a sostener, a la luz de las dificultades que surgieron entre él y Zedillo una vez que éste asumió la presidencia, que las cualidades que una vez vio en el que fuera coordinador de la campaña de Colosio y que lo llevaron a designarlo como el nuevo candidato del PRI, fueron un “error de apreciación” inducido por las dramáticas circunstancias del momento y por su preocupación de mantener la estabilidad económica y las reformas sociales llevadas a cabo por su gobierno. Ibíd. p. XVI. 60 Cf. Castañeda J. G. La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México. México, Punto de lectura; 2001. p. 355. 61 La desconfianza del equipo de Colosio hacia Salinas incluye a Córdoba, su principal operador político. Durante la campaña los colosistas sospechan que éste es quien instrumenta, sea por su cuenta, sea por órdenes de Salinas, el plan encaminado a impedir la llegada de Colosio al día de las elecciones. Sin embargo, un día después del destape de Zedillo, Córdoba deja la Oficina de la Presidencia de la República y es enviado a Washington como representante de México ante el Banco Interamericano de Desarrollo, un cargo creado ex profeso para él. Este virtual destierro de Córdoba –así se interpreta en el lenguaje de la política mexicana la salida de un político al extranjero para cumplir funciones más o menos ligadas a la diplomacia-, puede ser considerado como una derrota de la línea dura que dentro del gobierno de Salinas se oponía a una solución negociada del conflicto en Chiapas. 193 En el caso de un Salinas enterado de los cambios pretendidos por Donaldo y, específicamente, el relativo a la remoción de Zedillo, hace de su impulso a la candidatura de éste, después de la muerte de aquél, una manipulación de la memoria de Donaldo, pues representaba un acto de remoción inversa: en vez de que Donaldo tuviera el poder de remover a Zedillo, el propio Zedillo lo reemplazaba como candidato.62 Un poco antes de ese décimo aniversario, el 10 de febrero del 2004, día en que Luis Donaldo Colosio cumpliría 54 años de edad, su padre acusa: Ni duda cabe que Donaldo fue ultimado en un clima de profundo deterioro de sus relaciones con el Presidente Salinas […] Cómo olvidar esa carta donde Zedillo reportaba que en torno del Presidente Salinas existía una influencia muy tenaz para desacreditar la capacidad de Colosio y, a manera de solución, recomendaba celebrar un pacto político con el entonces Presidente de la República. […] ¿Acaso no fue un reconocimiento de que en el área cercana de Salinas se conspiraba y se deterioraba el respaldo hacia el candidato del PRI? […] ¿Acaso la designación de un candidato ad honorem a favor de la misma persona que había sido el principal contendiente de Donaldo por la candidatura del PRI no significó abrir de forma inédita la posibilidad de substitución del candidato?63 La acusación no puede ser más directa: Salinas y su “área cercana” -por comentarios que Colosio Fernández ha hecho en otras ocasiones, se puede deducir que al apuntar al entorno inmediato de Salinas señala sin mencionarlo por su nombre a José Córdoba Montoya64. Cada una de las declaraciones del padre de Colosio afirma lo que 62 Reveles, J. “Colosio, la memoria que incomoda al sistema”. El Financiero. 2004, marzo 22. El padre de Colosio accede a ser candidato y posteriormente senador de la República por el PRI, de 2000 a 2006. Respecto a sus razones para aceptar un puesto político como parte del partido a cuya dirigencia, o por lo menos a parte de ella, le atribuye el asesinato de su hijo, dice: “… yo no pretendo actuar como político, sino como un padre agraviado por la muerte de Donaldo. Por eso formularé mis reclamos con toda claridad en este próximo décimo aniversario”. Ibíd. 63 Garfias F. “En el entorno de Salinas se conspiró contra Colosio”. Milenio. 2004, febrero 11. Cf. también Reforma y La Jornada de la misma fecha, cuyas notas coinciden en lo esencial con lo consignado aquí. 64 Durante el gobierno de Zedillo, cuando el padre de Colosio es interrogado: “…su tono de voz y expresión cambian cuando le preguntan si el presidente Ernesto Zedillo tendría el valor para dar a conocer quién fue el verdadero autor intelectual del asesinato: ‘Ojalá que cuando llegue a [José] Córdoba no se eche para atrás. Creo que él tuvo mucho que ver’, afirma don Luis”. Medina R. El enigma de Colosio. Barcelona, Plaza & Janés; 2001. p. 15. 194 Salinas niega a lo largo de todos esos años: que Salinas sabía de los cambios que Colosio pensaba realizar en su equipo, el deterioro de la relación entre ambos, el influjo para desacreditar a Colosio, la falta de respaldo a su candidatura y la conspiración en contra de éste. La prudencia que el “padre agraviado” mostró en los primeros años posteriores al crimen ha desaparecido para dar paso a las imputaciones directas. En una entrevista en el noticiero estelar de la cadena Televisa, Salinas responde al día siguiente diciendo que el asesinato de Colosio golpeó a su gobierno y “descabezó” las reformas que había iniciado. Pide que se le considere como alguien que sufrió “terriblemente por la muerte de Donaldo”, alguien a quien le hace falta tener cerca a su amigo, como le hizo falta al país para “consolidar la reforma”65. Reta a quien tenga pruebas reales, “no fabricadas”, del homicidio de Colosio, a que las presente, porque “no se puede envenenar al país con afirmaciones sin sustento”. Niega nuevamente que haya habido distanciamiento entre él y el candidato, asegura que la comunicación entre ellos era fluida y que mantenían un diálogo constante. Además, le devuelve a Zedillo la tarea de explicar lo que quiso decir en la famosa carta en la que sugería un pacto político entre candidato y presidente, al tiempo que desliza que si Zedillo sabía que lo iban a quitar de la coordinación de la campaña buscaba con esa propuesta modificar la decisión de Colosio66. Pero al ser 65 Este uso del término, en singular, parece equiparar a Salinas con la llamada “Generación de la Reforma”, encabezada por Benito Juárez, que se propuso en la segunda mitad del siglo XIX fundar la nación mexicana dándole las bases de un Estado liberal moderno. 66 Cf. “Golpeó a mi gobierno el asesinato de Colosio”. El Universal. 2004, febrero 12. También: “Si hay evidencias reales, que se presenten, responde Salinas”. Milenio. 2004, febrero 12. En su libro, Salinas plantea de manera similar los efectos que tuvo el asesinato de Colosio sobre él y su gobierno, al tiempo que niega también que existieran diferencias entre ellos: “La muerte de Donaldo Colosio entristeció al país y enlutó a su familia. Además, significó el golpe más fuerte a mi gobierno y acabó con un candidato cuidadosamente preparado a lo largo de varios años, el más comprometido con el proyecto de modernización del país. Su asesinato, además de ser un golpe que me devastó personalmente, puso en riesgo aquello en lo que yo estaba más concentrado: la paz y la estabilidad del país, así como la conducción de la economía, todo aquello afectado por el levantamiento guerrillero en Chiapas. “La verdad simple y llana es que su muerte fue un golpe tremendo contra mí, en lo personal y en lo político. No hay nada que sugiera, implique o presente que alguna diferencia entre él y yo o algún desacuerdo, que no existió, pudiera haber afectado mi apoyo a su candidatura. Nuestros intereses estaban unidos de manera estrecha, sobre todo en las circunstancias que prevalecían en esos momentos; las presiones sobre mí y contra las políticas de cambio estructural y reforma de mi Administración se incrementaron de manera dramática a partir del magnicidio. La propia viabilidad de esas políticas se puso en duda. Es absurdo sugerir algo diferente. “Pero es posible llevar el argumento más allá: aun en el supuesto de que alguna diferencia hubiera surgido entre nosotros, aun si nuestros intereses políticos hubieran diferido –lo que hay que insistir, no ocurrió-, no 195 interrogado por el conductor del noticiero sobre la decisión presidencial que marcó en 1994 el punto de inflexión de la campaña electoral, Salinas comete un lapsus: La confusión de Salinas surgió cuando López Dóriga le preguntó si Colosio había sido informado del nombramiento de Camacho como comisionado para la paz en Chiapas, el 10 de enero de 1994. ‘No, el licenciado Camacho (sic) se enteró directamente porque yo se lo dije y se lo dije previamente. Lo platicamos; no le gusto a Luis Donaldo la designación, pero le expliqué las virtudes que tenía el poder proceder de esa manera y entendió los argumentos, entendió las razones. Donaldo sabía que tener un clima de paz era fundamental para poder encausar no sólo su campaña, sino la de todos los 67 candidatos a la Presidencia de la República’… Este nuevo desliz en el habla nombra a Camacho en lugar de nombrar a Colosio68, hace aparecer al comisionado para la paz en el lugar del candidato presidencial. A pesar de lo que Salinas declare, la reiteración de sus deslices deja ver que el nombramiento de Camacho como comisionado es al mismo tiempo e inevitablemente su nombramiento como candidato. Es Camacho el que se entera de esto “directamente”, como lo dice el lapsus de Salinas, éste “se lo dijo previamente” con su acto de nombrarlo comisionado para la paz. Cualquiera que entienda de política, y Salinas y Camacho entienden demasiado, sabe que esto es así en un momento en que el régimen está en crisis. Las acusaciones de don Luis Colosio Fernández no carecen de fundamento. La otra conspiración Tanto en esta entrevista como en su libro ya citado, Salinas explica la versión popular que lo hace responsable de la conspiración para asesinar a Colosio, como resultado de otra conspiración: ésta orquestada por el gobierno de Zedillo, la nomenklatura mexicana y hasta algunos de los que fueron colaboradores de Colosio: pudo haber una manera más abyecta de crear un clima de cinismo, desencanto y ‘pánico moral’, que sugerir una conexión entre ese supuesto y el magnicidio cometido”. Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 917. 67 Castillo García G. “Niega Carlos Salinas haber tenido diferencias con Luis Donaldo Colosio”. La Jornada. 2004, febrero 12. 68 Cf. Los otros lapsus de Salinas mencionados en el primer capítulo y en el que lleva por título: IV. Fin a lo que no funcionó. 196 En las naciones donde ha ocurrido un magnicidio, la opinión pública generalmente ha puesto en duda las versiones de la autoridad sobre sus responsables y motivos. El magnicidio de Colosio fue objeto de un escepticismo similar. Sin embargo, y como se verá más adelante, esa desconfianza fue alimentada a partir de 1995 por una campaña dirigida desde el Estado con el doble propósito de afectarme directamente y disminuir la importancia de una figura como Colosio. Se sumaron a esta empresa la ambición y el resentimiento de algunos ex colaboradores de Donaldo. El efecto combinado fue terrible. Para mí desde luego, pero sobre todo 69 para México y su vida institucional. Esta campaña, consistente en la filtración ilegal de informaciones y en la inducción de comentaristas en los medios, de acuerdo con la versión de Salinas persigue varios fines en los que están coludidos sus instigadores. Zedillo pretende evadir su obligación de rendir cuentas a la sociedad mexicana sobre los resultados de su gobierno y las causas del llamado “Error de diciembre”70, la grave crisis económica que se desató veinte días después de que tomara el poder, desviando la irritación social resultante hacia la administración de Salinas, para hacerla aparecer como la culpable de la ruina económica de millones de familias. De esta manera, Zedillo evita el escrutinio público sobre su gestión y lo lleva a la de Salinas. La nomenklatura mexicana71, afectada en sus intereses por las 69 Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 897. Es el nombre con el que se ha conocido la crisis económica que dio inicio en México el 20 de diciembre de 1994 -a sus repercusiones internacionales se les llamó “Efecto Tequila”. Salinas y Zedillo se acusan mutuamente de ser los responsables de esa crisis, que llevó a la devaluación del peso cuando las reservas internacionales del Banco de México fueron casi vaciadas por los inversionistas. Este hecho se precipitó después de una reunión de Zedillo con un grupo de inversionistas nacionales y extranjeros, en la que el ya entonces presidente les anunció la próxima devaluación, con lo cual empezó la retirada masiva de inversiones y la fuga de capitales. Sin embargo, lo anterior tuvo como antecedente, durante el gobierno de Salinas, la sobrevaluación de la moneda mexicana, el gasto excesivo en obra pública en un año en que la crisis política incrementa el riesgo de que el partido en el poder pierda las elecciones presidenciales, el déficit de cuenta corriente resultante de ese exceso en el gasto y la deuda pública necesaria para financiarlo, además de los sucesos políticos que marcaron el fin de sexenio: la rebelión del EZLN, el asesinato de Colosio y el de Francisco Ruiz Massieu, que generaron incertidumbre entre los inversionistas. 71 Salinas define así lo que entiende por nomenklatura mexicana, un sintagma puesto en uso por él: “En México la nomenklatura está conformada por una red de actores políticos y sociales surgida en los años treinta del siglo XX, al crearse la estructura corporativa del PRI; esa red se consolidó en los años cuarenta a partir de la estrategia de sustitución de importaciones y el llamado pacto de La Habana. Se estructuró así una alianza entre los populistas del Estado y los agentes de control político de los sindicatos, el campo y las burocracias. Los integrantes de esa nomenklatura eran políticos profesionales y experimentados, con gran poder económico y capacidad de control. Con miembros y aliados en los cuerpos de policía, la nomenklatura mexicana construyó relaciones y bases de apoyo importantes a lo largo y ancho del país. Estableció una concepción única y excluyente de la Revolución mexicana y la asumió como propia y para su beneficio”. Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. LXII. 70 197 políticas modernizadoras de Salinas, busca desprestigiar a su gobierno y frenar las reformas que éste inicio, para recuperar sus privilegios tradicionales. En una extraña alianza, Zedillo y su grupo –a los que endosa el calificativo de “neoliberales”- se asocian a los “populistas” de la nomenklatura, para juntos quitarse de encima las acusaciones que les atribuyen tanto el asesinato de Colosio como la crisis del 94, para lo cual se proponen destruir la reputación de Salinas y de su familia, nulificar las reformas que su gobierno emprendió, hacerlo aparecer como el culpable de esos hechos y disminuir la importancia de la figura de Colosio –es de suponer que en esto último los ex colaboradores del candidato ultimado, resentidos con Salinas, se abstuvieron de participar. Lo que esta explicación de Salinas no dice, es que la voz popular lo señalaba a él como el “autor intelectual” del homicidio de Colosio desde el primer día, no sólo antes de que Zedillo fuera presidente sino antes incluso de que fuera destapado por el mismo Salinas. En su argumentación conspirativa Salinas tampoco toma en cuenta el rumor que circulaba previamente al crimen, según el cual él quería hacer un cambio de candidato en el PRI, o lanzar una candidatura alterna a la oficial, ante la posibilidad de que en la crisis política desatada por la insurgencia zapatista Colosio perdiera las elecciones, o bien porque éste habría dado muestras de un grado de autonomía que lo llevó a romper con su mentor político. Esta última versión es la que se va a fortalecer después de la trágica muerte de Colosio, bajo el supuesto de que Salinas decide eliminar al que fuera su amigo al ver frustrados sus planes de gobernar a través de éste y para asegurarse de que su sucesor le permita seguir ejerciendo el poder por interpósita persona, es decir, la perpetuación del Salinato. En apoyo de esta interpretación se cita el discurso que Colosio pronunció el 6 de marzo, diecisiete días antes de ser asesinado, en la ceremonia en la que se celebra el En efecto, esta parte de la clase política mexicana, cuya fracción más añeja es conocida también como los “dinosaurios”, pilar del corporativismo del régimen priísta, vio mermada su capacidad de maniobra y de negociación como resultado de las políticas salinistas de desmantelamiento del Estado “paternalista” surgido de la Revolución mexicana, junto con las conquistas populares que lo caracterizaron. No está de más agregar que este sector de “populistas”, que también tenían un gran control sobre los procedimientos y mecanismos electorales, fue el que hizo posible el triunfo de Salinas en los comicios de 1988, en los que abundaron las evidencias de un gigantesco fraude electoral. El día que tomaba posesión, uno de los periodistas que participaban en la transmisión oficial de la ceremonia por televisión, interroga a Salinas acerca de los cuestionamientos de la oposición al resultado de las elecciones, a lo que el nuevo presidente responde algo así como: “lo importante es que ganamos con la capacidad de movilización de nuestro partido”. Una respuesta similar da el panista Felipe Calderón en el 2006, cuando interrogado también acerca de las acusaciones de haber llegado a la presidencia de la República mediante un fraude electoral, con una ventaja mínima de sólo el 0.25 %, confiesa: “Como dicen en mi pueblo: haiga sido como haiga sido ganamos”. 198 aniversario número 65 del PRI. En su alocución, el candidato establece algunos deslindes con respecto a la forma de ejercicio del poder presidencial y propone su limitación constitucional: Debemos admitir que hoy necesitamos transformar la política para cumplirle a los mexicanos. Proponemos la reforma del poder y una nueva relación del ciudadano con el Estado. Hoy, ante el priísmo, ante los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y acabar con cualquier vestigio de autoritarismo. Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder, que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de las iniciativas, a los abusos y los excesos. Reformar el poder significa un presidencialismo sujeto estrictamente a los límites constitucionales de su origen republicano y democrático.72 A posteriori, estas frases van a ser tomadas no sólo como una crítica de Colosio a Salinas, sino como una muestra de su rompimiento, como un indicio de la fractura existente en su relación; la prueba de un desafío del candidato que el presidente no va a perdonar73. Existen no pocos testimonios que ratifican el malestar de Colosio por las medidas de Salinas para hacerle frente a la crisis de su gobierno y del régimen, empezando por el nombramiento de Camacho, y confirman la desconfianza hacia el presidente no sólo del candidato sino de su círculo más cercano de colaboradores –desconfianza que es muy posible que Colosio, siguiendo el juego de la política, disimulara en sus encuentros con Salinas. En el discurso citado no hay una sola mención explícita a éste, sin embargo, implícitamente se reconocen los logros de su gobierno. Esa omisión no estaba presente en una versión preliminar del discurso, que Colosio le da a leer un día antes al historiador Enrique Krauze, pidiéndole su opinión sobre la pieza oratoria: éste le sugiere a Colosio eliminar los párrafos donde se menciona explícitamente a Salinas, cosa que Colosio ya 72 El texto completo del discurso de Colosio, con anotaciones de su puño y letra, se encuentra en: Ruibal Corella J. A. Luis Donaldo Colosio. Perfil biográfico. México, Porrúa; 1999. pp. 176-177. 73 “En su discurso del 6 de marzo, Donaldo se mostró como un retador del autoritarismo (…) Los compromisos sociales que asumía Donaldo, ahora lo podemos analizar, lo alejaron de la forma de ejercicio del poder que implementó Carlos Salinas. Y en ese alejamiento, en el hecho de que asumiera tales compromisos ante los reclamos de una sociedad cansada del autoritarismo, la corrupción, el doble discurso y los marginalismos, hubo al mismo tiempo un acercamiento a su destino fatal”. Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. pp. 83-84. 199 había hecho74. Los párrafos de reconocimiento al presidente habían sido incluidos por Zedillo, quien tuvo un papel importante en la elaboración del documento75, pero el candidato decide suprimirlos exasperado: “¡No, nada para Salinas!”. No obstante, en la noche del día que pronunció su disertación, Colosio les comenta a unos amigos: “Me preocupa no haber recibido ninguna llamada de felicitación del presidente”76. Este comentario de Colosio deja ver que sigue esperando algo de su amigo el presidente Salinas, pero también que, por lo menos en principio, no considera que lo dichono-dicho en su alocución de ese día sea motivo suficiente para una ruptura definitiva con él. Y es que en la historia de las sucesiones presidenciales en México la norma es que tarde o temprano llega el momento en que el candidato oficial tiene que hacer un deslinde con el Presidente: El cercenamiento del cordón umbilical entre Presidente y candidato constituye siempre un momento traumático de la dinámica sucesoria. Nunca existe realmente una coyuntura propicia para el mandatario saliente; toda distancia, por inevitable y saludable que parezca, es penosa. Para el aspirante, cada oportunidad es peligrosa: la correlación de fuerzas siempre es desfavorable, y el riesgo de una sobrerreacción del Presidente jamás se disipa.77 Esta separación es necesaria para el futuro Presidente, en la medida en que le permite desprenderse del lastre de descontento social que el gobierno saliente arrastra como producto del desgaste ligado al ejercicio del poder, al tiempo que le permite al futuro 74 “Me pidió que como amigo le diese mi opinión sobre el documento (…) El día 4 por la noche recibí en un sobre sellado el discurso. Lo corregí levemente con un plumón rojo, le agregué dos o tres pequeñas frases, taché las tres menciones que hacía de Salinas. Sonó el teléfono. Era Colosio en persona. “No me lo mandes, yo te caigo a las doce en tu casa”. Al día siguiente lo recibí. Yo estaba solo. Le leí mis propuestas. ‘Ya quité las menciones’, me dijo”. Krauze E. “Los idus de marzo”. Letras Libres. Marzo 1999, año 1, No. 3. p. 12. 75 “Yo supe de labios del propio Colosio que el famoso discurso del 6 de marzo lo elaboró Zedillo con los resultados de cientos de focus groups con los que trató de encontrar el contenido y el tono que lograran hacer despegar la campaña priísta”. Castillo Peraza C. “Esos días”. Proceso. 2004, febrero 29, No. 1426. p. 17. El contenido del discurso está estructurado entonces a partir de lo que esperan escuchar ciertos grupos considerados como “tipo”, en el sentido de que representan segmentos de población considerados importantes para la campaña electoral. La revisión final, por supuesto, corre a cargo del candidato priísta y los colaboradores encargados de elaborarle los discursos. 76 Arreola F. Op. Cit. pp. 173 y 176 (Las frases entrecomilladas, atribuidas a Colosio, corresponden a un artículo de Ignacio Rodríguez Reyna, Alejandro Almazán y Linaloe R. Flores, publicado en Milenio Semanal el 23 de marzo de 1998, citado por Federico Arreola sin indicar su título). 77 Castañeda J. G. Op. Cit. pp. 599-600. 200 mandatario articular una respuesta propia a ese descontento, que se traduce en un programa de gobierno que por lo menos en apariencia responda a lo que el actual no resolvió y empezar a construir un poder independiente de su antecesor, para poder gobernar una vez que tome posesión. Las dificultades se incrementan en los casos que el autor recién citado llama “herencias electivas”, en donde el todavía Presidente considera que el candidato le debe todo como para cuestionarlo y para éste la definición del momento adecuado se torna particularmente riesgosa, dadas las escasas fuerzas con que cuenta. Este es el caso de la sucesión Salinas-Colosio, en donde adicionalmente se suma un final de sexenio especialmente conflictivo: Si además el sexenio cierra con percances severos –devaluación, represión, rebeliones sociales-, la tarea de seleccionar el instante y el modo de separarse resulta más ardua: casi imposible.78 Si se tiene en cuenta el conjunto de estas circunstancias, el discurso del 6 de marzo no es muy distinto de los que se pronunciaron en sucesiones presidenciales previas, su tono aparentemente atrevido tampoco es nuevo, corresponde a esos momentos de viraje en que la separación se vuelve inevitable. Todos esos discursos, incluido el de Colosio, causaron disgustos, que sin embargo no condujeron a una fractura definitiva de las relaciones entre Presidente y candidato. Igualmente, la animosidad y los malentendidos entre Salinas y Colosio son similares a los que ocurrieron antes en otras transmisiones del poder priísta, tal vez exacerbados en esta ocasión por las particularidades de su relación con tintes paternofiliales y por los problemas extraordinarios del fin de sexenio. La versión de Salinas respecto al discurso es que Colosio se lo envió como un gesto de cortesía, pero que él no se animó a proponer cambios –otras versiones señalan que el borrador fue corregido por Córdoba y devuelto a Colosio79. Haciendo referencia al tradicional deslinde entre el candidato y el presidente, Salinas va más allá y sostiene que desde enero él mismo le habría sugerido a Colosio, a través de una nota, que tomara distancia de su gobierno como una estrategia para relanzar la campaña electoral. No obstante, la propuesta de Salinas establecía que los límites de esa distancia tenían que ser 78 79 Ibíd. Ibíd. 201 acordados con él por el candidato, con lo cual los alcances de la separación se tornaban ficticios y la capacidad de decisión de éste quedaba subordinada a aquél80. Salinas no miente en sus declaraciones: en efecto, su posición excluye que Colosio pueda tener alguna diferencia con él. Hasta el último momento ocurren algunos sucesos que alimentan la suspicacia de Colosio o de su círculo cercano. El 20 de marzo el candidato le ordena a uno de sus colaboradores, José Luis Soberanes, que hable con Otto Granados, gobernador de Aguascalientes y quien fuera jefe de prensa de Salinas, para hacerle saber que Colosio está al tanto de que le dio su apoyo a Camacho como candidato. El gobernador responde. “¿Ya lo sabe? Le tengo que dar una explicación a Colosio. Dile que Salinas me pidió darle el apoyo, e hizo lo mismo con Chirinos y con Gamboa. Pero yo necesito hablar con Donaldo; lo único que quiero es que Colosio me llame. Su llamada será una señal de que él me entiende”81. Cuando Colosio se entera de esta respuesta, el 22 de marzo, “se pone frenético”. Según la versión que Granados va a dar posteriormente al fiscal especial, el 23 de marzo por la mañana, unas horas antes del atentado contra Colosio, ambos tienen una conversación telefónica y aclaran el malentendido: la instrucción de Salinas se refería a que Granados le diera su apoyo a Camacho como comisionado para la paz. También el 23 de marzo, encontrándose en La Paz Baja California Sur, Colosio recibe una llamada telefónica a través del general Domiro García y no del mayor Castillo, como era lo común. Colosio atiende la llamada de inmediato, encerrado en una habitación del hotel en el que tendrían un acto de campaña. Al concluir la conversación telefónica, cuyo contenido no comentó con nadie, “se veía muy contrariado”82. El conducto inusual de la llamada, así como el hecho de que Colosio la atendiera inmediatamente, llevan a Federico Arreola a concluir que quien llamó fue Salinas y que el estado de ánimo de aquél al finalizar la llamada le da a ésta el carácter de un dato de “enorme relevancia política”: 80 Ibíd. pp. 365 y 603. También cf. Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 911. La sugerencia de Salinas va en el mismo sentido de la que hace Zedillo en su famosa carta –cuando le propone a Colosio celebrar una “alianza política” con el Presidente-, de la que aquí Salinas se deslinda tajantemente. Véase aquí el capítulo IV. Fin a lo que no funcionó. 81 Castañeda J. G. Op. Cit. p. 604. Patricio Chirinos Calero, gobernador del estado de Veracruz. Emilio Gamboa Patrón, secretario de Comunicaciones y Transportes. 82 Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. p. 52. 202 “…el telefonazo, a diferencia de los otros que había sostenido con Salinas, no dejó para nada contento al candidato”83. Otra versión insistente señala que el mismo día muy temprano por la mañana, Colosio recibe una llamada telefónica en el hotel en que se encontraba hospedado en Culiacán Sinaloa, presumiblemente de Córdoba, quien le pide que renuncie a la candidatura, a lo que aquél responde: “no renuncio y me atengo a las consecuencias”. Esta versión no es corroborada por el mayor Castillo, la única persona autorizada para entrar a la habitación del candidato y para contestar los teléfonos de éste, tanto su celular como el teléfono fijo que en cada ocasión se instalaba especialmente en la habitación del hotel destinada a Colosio84. Sin embargo, unos días antes del viaje a Tijuana, Colosio les dice a sus colaboradores cercanos que nadie más debe de tratar el asunto de Camacho con Salinas, ya que “él mismo va a cenar y tomarse un par de botellas de vino con el Presidente al volver de su gira por el noroeste, antes de Semana Santa”85. Al parecer, esta nueva postura está relacionada con lo ocurrido en una cena que Colosio y Camacho tienen en casa de un amigo mutuo el 16 de marzo. Existen versiones contrapuestas de lo sucedido en ese encuentro, aunque casi todas coinciden en que la atmósfera fue de amabilidad y cortesía, incluso amistosa. Camacho dice que le pidió apoyo a Colosio para la firma de los acuerdos de paz86 y que a su vez éste le ofreció un puesto de elección popular o la posición que Camacho quisiera ocupar. El comisionado respondió que no le interesaba un cargo político y después de un intercambio sobre los puntos de vista de cada uno acerca de las circunstancias 83 Ibíd. Salinas reconoce que el 22 de marzo se comunicó telefónicamente dos o tres veces con Colosio, para comentar algunos sucesos favorables a su campaña: la culminación del acuerdo entre partidos para la organización de las elecciones, la reacción positiva de los mercados a este hecho y el anuncio de desistimiento de Camacho. PGR. Informe… Tomo IV. p. 199. 84 Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 44 y Tomo IV. pp. 201-206. Concretamente, el mayor González Castillo niega que ese día por la mañana haya contestado en la habitación de Colosio alguna llamada telefónica proveniente de Salinas o de Córdoba. Guillermo del Río Ortegón, senador del PRD, dice conocer a una persona “de cuya honorabilidad no duda”, quien fue testigo de la llamada telefónica mencionada. No obstante, el senador nunca pudo indicar el nombre de esa persona tan honorable. Quien sí llama muy temprano ese día al hotel, 6.37 de la mañana hora de Culiacán, es Zedillo, para comentar con Colosio los sucesos del día anterior, “y la conveniencia de que no esperara el licenciado Colosio su regreso a la ciudad de México para comunicarse con el licenciado Salinas y reconocerle el acuerdo referido”. PGR. Informe… Tomo IV. p. 205. 85 Castañeda J. G. Op. Cit. p. 604. 86 “… platicamos ampliamente sobre la situación de Chiapas. Le pedí su apoyo para la firma de los acuerdos de paz que yo veía en ese momento como inminentes y le dije que quien quiera que fuera elegido Presidente, debería apoyar esos acuerdos. Vi en su cara una sonrisa. Lo dije porque así lo creía. Chiapas nos había enseñado que cualquier cosa podía pasar en términos de los resultados electorales”. PGR. Informe… Tomo IV. p. 184. 203 políticas y sus respectivos intereses, Colosio le propuso formar entre ambos “una alianza estratégica para hacer posible la transición a la democracia”. El compromiso es aceptado por Camacho: “El ofrecimiento no podía ser más claro; fue contundente. Estaba consciente de todo lo que significaba”87. Por su parte, los colaboradores y amigos de Colosio coinciden en que éste se refería a la reunión en términos que no eran de mucho entusiasmo, decía que la entrevista no había sido productiva, que no habían llegado a acuerdos, incluso llegó a hacer comentarios del tipo: “Manuel no cambia”88. Esta situación va a desembocar en el mensaje público de Camacho el 22 de marzo, en el que explícitamente desiste de cualquier intención de lanzarse como candidato a la presidencia: Sí quiero ser Presidente de la República, pero no a cualquier costo… Entre buscar una candidatura a la Presidencia de la República y la contribución que pueda hacer al proceso de paz en Chiapas, escojo la paz.89 Colosio responde ese mismo día desde su gira por Sinaloa, haciendo un reconocimiento de la labor y de las cualidades políticas de Camacho, además de hacer un llamado a conformar un “centro democrático amplio”90. Esta última expresión, ya antes utilizada por Camacho en sus propuestas para resolver el conflicto en Chiapas, parece un guiño de aquél dirigido a éste. Al día siguiente Colosio cae mortalmente herido en Lomas Taurinas. Según testimonio de Luis Martínez Fernández del Campo, en cuya casa se celebró la cena mencionada, una vez que ésta concluye él se hace presente y después de que Colosio se retira, Camacho le comenta que fue una reunión fructífera, que le transmitió a Colosio su impresión de que Córdoba había armado una guerra sucia para crear un ambiente de crispación entre ellos, que también platicaron sobre la necesidad de construir una corriente de centro democrático y llegaron al acuerdo de que el día 22 de ese mes 87 Ibíd. Ibíd. pp. 187-188. 89 Ibíd. p. 190. 90 Ibíd. p. 184. Colosio no sólo hace este reconocimiento público a Camacho, también le llama por teléfono para agradecerle su toma de posición. Salinas también se comunica telefónicamente ese día con ambos: con Camacho para reconocerle su gesto y con Colosio para darle la noticia y pedirle que le llamara a Camacho para darle las gracias. 88 204 Camacho haría público su desistimiento91. Si tales compromisos se dieron en ese encuentro, es posible que Colosio mantuviera una actitud de escepticismo hasta ver cumplida la parte que le correspondía a Camacho, de ahí los términos poco favorables con los que se refería a la reunión y también la pronta contestación para corresponder públicamente una vez que éste hizo su parte. Además, una alianza entre Colosio y Camacho tal vez no sería muy bien vista en Los Pinos, ni por Salinas ni por Córdoba, pues aumentaría la emancipación del candidato priísta respecto al poder presidencial, al sumarse a su campaña electoral la fuerza adquirida por Camacho en las negociaciones de paz –fuerza a la que Córdoba, representante de la línea dura en el gobierno salinista, se opone; así que es probable que Colosio quisiera evitar la posibilidad de una filtración de alguien de su equipo y por eso la reserva con la que hablaba de aquel encuentro. 91 Ibíd. pp.185-186. 205 X. DE LA CREENCIA A LA CERTEZA La forclusión El ir y venir de historias sobre el homicidio de Colosio conforma una suerte de paradoja en la que Aburto queda atrapado. Su acto en contra del poder vuelve a manos del poder. Al atentar contra un personaje poderoso, Aburto buscaba sacudir las bases mismas del Imperio… que ha cumplido ya 65 años en el poder, pero la versión que se impone en los distintos sectores de la sociedad mexicana es que ese acto no lo decidió y ejecutó él sino alguien poderoso. En el mejor de los casos él es el instrumento manipulable de una inteligencia que lo supera. Aburto queda forcluido por esta modalidad del “se dice”, compartida hasta por su familia, que no le reconoce la capacidad de preparar y llevar a cabo un acto que cambiará el rumbo de la Historia1. Las explicaciones de lo ocurrido van incluso más allá, hasta el punto de plantear que él no es él: que Aburto no fue quien disparó en contra de Colosio sino alguien que se le parece demasiado o bien que Aburto disparó pero no es el mismo que está en prisión, pues éste es un doble del original, que seguramente fue asesinado. Este rumor da inicio dos días después del crimen, cuando Aburto es presentado ante la prensa en el penal federal de Almoloya de Juárez2. Una imagen distinta a la de la antevíspera -afeitado, con el cabello recién cortado y peinado, sin la sangre que fluía sobre su rostro herido por los golpes que le propinaron al ser detenido entre la multitud-, va a ser difundida por las cámaras de televisión y por las fotografías de los medios impresos, dando lugar a la idea ominosa de que el verdadero asesino fue suplantado. Una vez más, el rumor señala como culpable al gobierno de Salinas: La incredulidad social ha llegado al nivel de suponer que el Mario Aburto -el supuesto asesino de Colosio- que presentaron en el penal de Almoloya no es el mismo Mario Aburto que detuvo la gente en Tijuana en el instante posterior a los disparos. Se cree en la calle que el gobierno salinista cambió al asesino y se hacen 1 Libro de Actas de Aburto: cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 366. Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 11-12 y 34-52. También cf. Volpi J. La guerra y las palabras. Una historia intelectual de 1994. p. 144. Además: “Rumores… rumores”. Siglo 21. 1994, marzo 30. 2 206 múltiples interpretaciones de los por qué. El error fue haberle dado carpetazo tan rápido al asunto en Tijuana, con un reporte de Valadés que no solamente no convenció sino que despertó más dudas.3 Esta especie se apoya parcialmente en la identificación de dos individuos a quienes se les atribuye un parecido con Aburto. Uno de ellos es asesinado en Tijuana unas horas después del atentado contra Colosio, lo cual lleva a la hipótesis de que existe una conexión entre ambos homicidios4. El otro, un agente del Cisen -Centro de Investigación y Seguridad Nacional, la policía política que depende de la Secretaría de Gobernación del gobierno federal-, es detenido en Lomas Taurinas por la Policía Municipal de Tijuana, al notar que su chamarra tenía manchas de sangre. La sospecha aumenta cuando se comprueba que éstas correspondían al grupo sanguíneo de Colosio y cuando el agente da resultados positivos en la prueba de rodizonato de sodio, aplicada para establecer si disparó recientemente un arma de fuego. Adicionalmente surge la versión de que la madre de Aburto, al llegar el día de los hechos a las instalaciones de la PGR en Tijuana, confundió a este individuo con su hijo. El supuesto parecido entre ambos lleva a la presunción de que quien hizo los disparos en contra de Colosio fue el agente de gobernación, de nombre Jorge Antonio Sánchez Ortega, haciendo aparecer como si los hubiera efectuado Mario Aburto5. El rumor de la suplantación toma tal fuerza que llega a provocar la incertidumbre de María Luisa Martínez, la madre de Aburto, hasta el punto de que se ve obligada a ir a la prisión para cerciorarse de que es su hijo el que está ahí. Ya estando frente a éste le dice en tono de interrogación: “… hijo y la cruz, todavía llevas la cruz…”6; para que éste le muestre una cicatriz en forma de cruz que tiene en la espalda. Solamente esta marca, una 3 Ramírez C. “Archivo político”. El Financiero. 1994, abril 3 (las negritas corresponden al original). Según las investigaciones, este individuo, de nombre Ernesto Rubio Mendoza, es asesinado circunstancialmente cuando se encontraba en un taller mecánico en el que es ajusticiado por sus socios el dueño de un bar de aquella ciudad. Además presentaba en el brazo izquierdo un tatuaje con la figura de una mujer, seña de la que carece Aburto. Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 41-44. 5 Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 45-47. También cf. Salanueva P., Martínez N. y Garibay A. “Dos hombres, posibles victimarios de Colosio: PJE”. La Jornada. 1994, marzo 26. Igualmente cf. Gómez Maza F. “Disposición para interrogar a un agente del Cisen”. El Financiero. 1994, abril 7. El agente declara que las manchas de sangre en su chamarra se debían a que él estaba a un lado de donde pasaron quienes cargaban a Colosio, para subirlo al vehículo que lo llevaría al hospital. La madre de Aburto niega que haya confundido a su hijo con Sánchez Ortega, aunque acepta que existe un parecido físico entre ambos. Cf. PGR. Informe… Tomo III. p. 67. 6 Cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 438. 4 207 cruz en la espalda, resultado de un accidente que Aburto tuvo siendo niño, hace signo para su madre y le permite recuperar la certeza de que efectivamente es su hijo el que está preso. En respuesta a este rumor, la Subprocuraduría Especial va a tener que realizar una operación muy similar a la efectuada por la madre de Aburto. Una serie de estudios y peritajes de criminalística y antropología forense son llevados a cabo para constatar que quien fue detenido en Lomas Taurinas después de disparar contra Colosio, quien fue trasladado a la delegación de la PGR en Tijuana e interrogado en estas instalaciones, quien fue presentado a la prensa en la prisión de Almoloya de Juárez y quien se encuentra preso en esta institución es, en todos los casos, Mario Aburto Martínez. Técnicas de sobreposición fotográfica cara-cara, de comparación de características faciales, de antropometría, de dactiloscopia, de genética forense, son empleadas para llegar a tal conclusión. Son tomados en cuenta los rasgos y proporciones faciales y corporales; los lunares, cicatrices y tatuajes en la piel; la estructura ósea de las manos y las huellas dactilares; el tipo de sangre y el ADN. En esos estudios participaron peritos de la PGR, de la Procuraduría del Distrito Federal, del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos, investigadores del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, además de los testimonios del propio Mario Aburto, de personas vinculadas a él – su madre, familiares, amigos, vecinos, compañeros de escuela, de trabajo-, y de otras personas que después del crimen tuvieron contacto con él7. El conjunto de datos y testimonios van a conducir al reconocimiento de Aburto en cada una de las circunstancias mencionadas, al establecimiento de su identidad8. Pero esto no va a ser suficiente para 7 José Luis Pérez Canchola, procurador de Derechos Humanos de Baja California -que estuvo presente en los interrogatorios en la PGR de Tijuana-; el periodista Jesús Blancornelas –que entrevistó a Aburto un mes después de Lomas Taurinas-; la religiosa Antonia Brenner, que acompañó a María Luisa Martínez a visitar a su hijo a la prisión de Almoloya. Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 27-30. 8 En el expediente del caso, la Subprocuraduría Especial define de la siguiente manera identidad e identificación: “… la identidad es el conjunto de caracteres físicos que individualizan a una persona, haciéndola igual a sí misma y diferenciándola de las demás. La identificación es el procedimiento mediante el cual se recogen y se agrupan todos los caracteres distintivos de un sujeto para determinar su identidad.|| La identificación se realiza por correspondencia, es decir, cuando es posible señalar las características particulares que aparecerán en un mismo sujeto”. PGR. Informe… Tomo II. p. 12. En el seminario de La Identificación, Lacan dice que “la identificación es una identificación de significante” y plantea a partir de esto, siguiendo a De Saussure, la posibilidad de establecer la identidad de algo, como puede ser “el expreso de las 10.15”, que se mantiene siendo “el mismo” a través de sus variaciones (Cf. Lacan J. L’identification. Version ROU. Particularmente la sesión del 22 de noviembre de 1961). Los procedimientos empleados por la PGR para establecer la identidad de Mario Aburto Martínez están fundados en esta “identificación de significante”; no es otra cosa lo que lleva a cabo cuando selecciona caracteres distintivos para agruparlos y 208 acabar con la desconfianza popular en la información proveniente de instituciones gubernamentales. Hoy por hoy todavía hay quien sostiene, si el tema aparece en conversaciones informales en la calle o en lugares públicos, que quien está recluido en prisión, se trate o no de Aburto, no es “el verdadero asesino de Colosio”9. A pesar de todo, esta versión contiene su “grano de verdad”: el sujeto que aparece después del asesinato de Colosio, y el que aparece después de las reacciones sociales que éste provoca, no es el mismo que estaba antes de ese acto y antes de esas repercusiones sociales –señaladamente el rumor que venimos comentando. Una prueba de esto es la nominación que tiene lugar: “Aburto” -ya no más “Aborto” ni “Mario” ni ninguna otra permiten identificar en nuestra sociedad a ese sujeto. Lejos de que Aburto sea tomado en cuenta por la prensa y considerado entre los héroes que hacen la Historia, su acto recibe una condena generalizada, tanto por parte de personajes públicos como por el murmullo ubicuo de la voz popular, que ven en el homicidio de Colosio un atentado no contra el Imperio sino contra la paz, la democracia y la estabilidad del país. Existen sin embargo algunas excepciones en este aspecto, aquí se mencionan tres. Primera: unos días después del crimen, el 9 de abril, se da a conocer en Phoenix Arizona la existencia del Frente Mexicano Contra la Corrupción, que hizo contacto con tres medios de comunicación en esa ciudad para reivindicar el asesinato del candidato priísta, el cual “marca el inicio de una nueva etapa de lucha a muerte contra los traidores corruptos”. Este Frente declara estar conformado por elementos del gobierno y del ejército mexicanos, así como por siete mil indocumentados que radican en los Estados Unidos y reconoce a Mario Aburto como uno de sus miembros, que asesinó a Colosio “porque estaba cansado y desesperado por la situación económica en la que se encuentra el pueblo mexicano desde hace 24 años”. Demanda la renuncia del presidente Carlos Salinas y la confiscación de las fortunas de los últimos tres presidentes de México y de otros políticos, compararlos con los de otros individuos. Sería objeto de otro trabajo de investigación estudiar las maneras respectivas en que el derecho y el psicoanálisis hacen uso de estos términos, así como sus articulaciones y diferencias. 9 Actualmente Mario Aburto Martínez purga su sentencia en el Centro Federal de Readaptación Social de Puente Grande, Jalisco. 209 entre ellos Fidel Velázquez10. Segunda: el día 27 de ese mismo mes de abril, Aburto recibe en prisión una carta suscrita por alguien de nombre José Luis González Meza, en la que éste le da las gracias “por haber evitado un desastre en nuestro país” y lo reconoce como “héroe nacional”. Además, quien escribe la carta le dice que también quiere ser héroe como él, “pero creo que me la pusiste más difícil y tendré que resignarme a perder lo único que tengo, mi vida”. El nombre del remitente, que dice escribir desde Laredo Texas, corresponde al de quien fuera designado en 1989 asesor jurídico del Partido Mexicanos por la Democracia y del Gobierno Provisional en el exilio, encabezado por Rodolfo Macías Cabrera -este último habita en San Antonio Texas, ciudad desde la que se ha declarado “Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos en el exilio”. Macías Cabrera sostiene, en los estatutos de su partido y en boletines que publica periódicamente, planteamientos que guardan alguna similitud con los de Aburto: la defensa de la paz, la búsqueda de la democracia, la referencia a “un hijo de la patria que está dispuesto a renunciar a todo”11. Tercera: también en ese mes de abril, el semanario Zeta de Tijuana publica una entrevista con el médico Ernesto González Messina, un personaje conocido en la ciudad, líder del Partido de la Unión Americana (PUA), que se plantea como principal objetivo la anexión de México a los Estados Unidos. El dirigente dice estar orgulloso de que el atentado se hubiera llevado a cabo en Tijuana y afirma: “A Aburto yo lo considero un patriota, como un héroe. Palabra”. En el manifiesto del PUA, escrito por González Messina, se encuentra un elogio del “caballero águila”, como un guerrero y un hombre de conocimiento que con su triunfo entra a la gloria. En el documento se lee: “El asesinato político es un recurso que tienen los pueblos desesperados que no encuentran solución a sus problemas […] ¿por qué diablos no se puede matar al cacique mayor de un lastimoso país como México?”. El texto además hace una propuesta concreta para encarar el diálogo con el gobierno mexicano: “La sensatez y moderación sólo es aplicable al comienzo del diálogo. Hablar por la buena y si no da resultado, tomar las armas y a la mala”. Todo esto 10 Cf. Fernández Menéndez J. et al. De Chiapas a Colosio. El año que vivimos en peligro. México, Rayuela Editores; 1994. p.172. Esta es la única aparición del referido Frente, nunca más se menciona otro comunicado o acción pública de su parte. 11 PGR. Informe… Tomo III. pp. 145-164. La Subprocuraduría Especial no descarta la posibilidad de que Mario Aburto haya tenido acceso a la lectura de los documentos publicados y distribuidos de manera gratuita por Macías Cabrera y su partido. Sin embargo, no encuentra evidencia probatoria de la coparticipación de éste en el homicidio de Colosio, entre otras cosas porque no existe ningún indicio de que Aburto y Macías Cabrera se conocieran personalmente. Otro tanto ocurre con José Luis González Meza, que también reside en los Estados Unidos, en la ciudad de Houston Texas, y que además niega haber escrito la carta mencionada. 210 no excluye que, a pregunta expresa, este peculiar personaje declare que no sabe si hubiera respaldado a Aburto en su crimen: “Yo le hubiera dicho que iba a ser una cuestión de su propia responsabilidad. No le hubiera dicho ni sí ni no”12. Estas tres muestras de apoyo a Aburto dejan ver que en el paso que dio él no está solo, que las ideas que le dan fundamento a su acto son sostenidas también por otros, que éstos reivindican su proceder y las consecuencias que trae consigo, aunque ellos no tengan la determinación y el arrojo que él tuvo –el mejor ejemplo de esto es el fundador del extraño partido con sede en Tijuana, cuya posición subjetiva es radicalmente distinta a la de Aburto. ¿Fue influenciado por algunos de estos grupos o personajes? La pregunta puede ser respondida con otra: ¿Acaso hay un sujeto que actúe al margen de la influencia del lazo social en el que habita? Tal influencia no lo convierte en una marioneta de los dictados de otros, no le expropia a ese sujeto su participación subjetiva en las acciones que lleva a cabo. Esta es la cuestión que Mario Aburto se esfuerza por dejar en claro. El día que Aburto recibe la misiva mencionada arriba, le comenta al custodio encargado de sacarlo al patio de la prisión: ‘Oficial sabe que me llegó una carta de la ciudad de Texas, en la cual me dicen que se me reconoce en la Unión Americana como un héroe nacional, y en esa carta me manifiesta mi amigo que los paisanos están orgullosos de mi, ya que por mi los 12 El fundador del PUA abunda en la entrevista: “Mario Aburto con todas sus imperfecciones que pudiera tener, representa a cuarenta, cincuenta millones de gentes en la pobreza que tiene este gobierno déspota que tenemos. Hay todavía cincuenta millones de gentes, Marios Aburtos en potencia”. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. El tiempo pasa. De lomas taurinas a los pinos. México, Océano; 1997. p. 165 (Por cierto, este libro está escrito precisamente por quienes dirigen en aquel momento el semanario Zeta de Tijuana). Tampoco en este caso la Subprocuraduría Especial descarta la posibilidad de que Aburto conociera los escritos de González Messina, sin encontrar elementos para establecer la coparticipación de éste en el asesinato de Colosio. Tampoco encuentra pruebas de que el médico y Aburto se conocieran en persona –cosa que el primero niega tajantemente-, no obstante que el museo de cera al que el joven obrero acostumbraba llevar a sus novias para admirar la figura del Caballero Águila se encuentra a sólo dos cuadras y media del consultorio de aquél. Una diferencia entre Aburto y González Messina, que no es poca cosa, es que está muy lejos de la ideología del primero plantearse una posible anexión de México a los Estados Unidos. Aunque el dirigente del PUA dice que esta organización cuenta con aproximadamente noventa miembros, todo parece indicar que no tiene afiliados ni simpatizantes, por lo mismo no celebra reuniones. Ibíd. pp. 162-170. También cf. PGR. Informe… Tomo I. pp. 39-40 y Tomo III. pp. 104-145. 211 estados de Michoacan, Guerrero y Oaxaca, no se encuentran levantados en armas así como en el estado de Chiapas…’13 El joven recluso agrega que por esa razón sus paisanos le reconocen haber matado a Colosio, que su amigo quiere también ser héroe como él y que va a asesinar a Carlos Salinas, porque todos ellos están cansados de vivir en un país en el que los discriminan y quieren regresar a México. Pero en su plática Aburto dice algo más, que puede darnos algunas claves respecto a la posición en la que la reacción social dominante lo ha colocado: Así mismo manifestó que ya está cansado de tantas entrevistas (del personal técnico, médico, trabajo social, psicológico, etc…) y que solo espera a que venga la prensa para manifestar que el solo realizó el asesinato de Luis Donaldo Colosio, y como no le creen que va a estallar la bomba y que va a empezar a hablar diciendo que el presidente Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Arturo Durazo Moreno organizaron un complot en contra del candidato Luis Donaldo Colosio, y que le pagarón de dinero por asesinarlo.14 Al final de su conversación con el custodio, Aburto dice: “Cuando tenga la rueda de prensa pienso decirlo todo…”. No pierde las esperanzas de ser tomado en cuenta por la prensa15, como lo dijo desde la primera declaración que hizo después de ser detenido. Imagina que por fin va a tener lugar esa rueda de prensa en la que él va a ser “la persona principal”, en la que finalmente va a ser reconocido como el que “solo realizó el asesinato de Luis Donaldo Colosio”: sin ayuda de nadie más, sin órdenes de nadie más, dispuesto a 13 Reporte del 27 de abril de 1994, del custodio Miguel Mauricio Maldonado Zubieta, encargado de la vigilancia de Mario Aburto Martínez en el penal federal de Almoloya de Juárez. PGR. Informe… Tomo III. p. 170 (la transcripción conserva la sintaxis y la ortografía del original). Aburto le agrega de su cosecha a la carta: en ella no se hace referencia a los estados de la república que él menciona y el remitente nunca afirma que piense asesinar a Salinas, aunque diga que quiere ser un héroe como Aburto. Cf. PGR. Informe… Tomo III. p. 162. 14 Ibíd. 15 Apenas tres días antes de este diálogo había sido entrevistado por el periodista Jesús Blancornelas, director del semanario Zeta de Tijuana, quien acudió al penal de Almoloya para tal fin. Por cierto, la manera en que el equipo del semanario Zeta abordó este caso es una excepción en el ámbito del periodismo mexicano: después de una minuciosa investigación llevada a cabo por sus reporteros, llegan a la conclusión de que Aburto actuó por su cuenta, sin formar parte de conspiración alguna. Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. 212 sacrificar su vida para salvar a la Patria... pero si insisten en no creerle… ¡entonces les va a tomar la palabra! Al advertir que “como no le creen va a estallar la bomba” y que entonces va a hablar de un complot para asesinar a Colosio –en el que están implicados los personajes más disímiles y opuestos de la política mexicana-, Aburto está anunciando un cambio en su posición. Al principio sostiene que efectivamente él disparó sobre Colosio, que buscaba herirlo para dar a conocer ante las cámaras de televisión el peligro en que se encontraba el país y así evitar que en otros estados ocurriera lo mismo que en Chiapas. Después asegura que se trató de un accidente, que quería asustar al candidato disparándole a los pies cuando vio que éste empujó a una señora que quería entregarle unos papeles, entonces sacó su pistola, pero en ese momento tropezó, fue golpeado por alguien en la multitud y el arma se disparó. Posteriormente va a negar que haya hecho disparo alguno, que ese día portara un arma, incluso que se encontrara cerca de Colosio: …yo no hice el disparo (…) iba adelante del licenciado Colosio (…) yo escuché dos disparos (…) la persona golpeada (que se aprecia en el video) ésa sí soy yo (…) cuando se oyen los disparos yo volteo y en el momento en que volteo me jalan (…) yo no puedo saber gran cosa, por qué, porque en un momento así quién se va a dar cuenta, o sea uno no se va a dar cuenta de qué fue lo que pasó ni siquiera, yo no, no supe de dónde habían salido los dos disparos (…) jamás estuve cerca de él (…) siempre fui adelante del licenciado16. Esta versión es muy similar a la sostenida por su padre y por su hermano: él fue utilizado por quienes planearon y llevaron a cabo el asesinato de Colosio. Respecto al arma en esta ocasión dice: … pues la pistola que supuestamente están presentando que era mía, esa pistola no es mía (…) no es la mía (…) esa vez yo jamás llevaba pistola” […] NO señores yo vendí la pistola” […] en la PGR de Tijuana me hicieron agarrar una pistola, con 16 PGR. Informe… Tomo II. p. 447 (los paréntesis incluidos en el texto corresponden al original). Estas declaraciones fueron hechas en la entrevista que la “Comisión de seguimiento a las investigaciones del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta”, de las cámaras de diputados y senadores, llevó a cabo con Aburto en el penal de Almoloya, el 28 de marzo de 1996. 213 qué fin, hasta ahora me estoy dando cuenta con qué fin era, para dejar mis huellas…17. Para sostener esta nueva versión de lo ocurrido, desplegada en una entrevista con una comisión plural de legisladores, Aburto va a relatar que el día del crimen en las oficinas de la PGR en Tijuana le dijeron que ahí mismo había otro individuo que decía llamarse Mario Aburto Martínez. Que fue entonces que decidió llamar a su madre –“quién mejor va a reconocer a su hijo”- y que al llegar ésta la pasaron primero al lugar donde estaba el “supuesto Mario Aburto”, al que momentáneamente confundió con su hijo. De esta manera contradice el testimonio de su madre, que niega haber sido presa de tal confusión, además de que insinúa la participación del agente del Cisen en el asesinato de Colosio18. Aburto les toma la palabra a todos esos que no le creen: si quieren un complot ¡ahí lo tienen! Sería un error reducir estos cambios en su posición al solo intento de reducir su sentencia penal. Al decir que no sabe qué fue lo que pasó, al no reconocer sus huellas, al negar su acto y atribuírselo a un doble, no hace más que tomar por su cuenta el rumor que sitúa al autor del crimen en el interior del régimen; aunque al proceder así, Aburto termina por renunciar a ese lugar que su acto intentaba otorgarle y revalida la forclusión de la que ha sido objeto por parte del decir popular. Este “se dice” es una formación colectiva que pertenece al campo del lenguaje, por lo que no tiene autor ni origen identificables, pero es transmitido por el decir de cualquiera –es el caso de quien asevera: “… nadie puede creer que un chamaquito de veintitantos años por sí solo, le haya dado de balazos a un hombre que sin duda era una opción para gobernar al país…”19. Esta situación, basada en una 17 Ibíd. Durante la entrevista con los legisladores, Aburto se muestra dueño de la situación: les pregunta, “cuántos abogados hay (entre ellos) que conozcan bien de leyes”, porque según él, “no soy un erudito en la materia en derecho, ni nada por el estilo, pero creo que es la única manera en que me puedan entender un poco mejor…”; después de lo cual su discurso hace alarde de conocimiento de términos jurídicos. Respecto al llamado Libro de Actas acepta que lo escribió de su “puño y letra”, aunque afirma que fue alterado les propone a sus interlocutores que lo publiquen, para “que sea la gente la que tomen su decisión y diga en verdad, que se forme un concepto”. 18 PGR. Informe… Tomo III. pp. 66-67. Previamente, el 15 de agosto de 1994, en un pliego de alegatos escrito de su puño y letra, presentado ante el Juez Primero de Distrito en el Estado de México, Aburto acepta haber disparado contra Colosio, si bien agrega que fue “un accidente”, e involucra al agente de Gobernación en el segundo disparo: “… han borrado y ocultado pruebas que me pueden servir para el esclarecimiento del caso y poder comprobar de que efectivamente fue un accidente, y que una persona tal vez compañero de ellos o de seguridad nacional hizo el segundo disparo”. Ibíd. 19 González V. “Investigación total sobre el crimen de Colosio, pide Monroy Zorrivas”. El Universal. 1994, marzo 26. 214 especie de axioma compartido socialmente, que sostiene que un crimen en contra del poder sólo puede provenir del poder, por lo menos le permite a Aburto seguir teniendo un lugar protagónico: como la otra víctima del asesinato de Colosio. Sí, él es la víctima de una conspiración. Un amo conspira El rumor que señala a una conjura como la causa del asesinato de Colosio surge como el único asidero colectivo que permite darle sentido a un momento político marcado por la incertidumbre ante la caída del sistema de referencias que organizaba la cosa pública en México. Si bien existía el antecedente de la crisis política de las elecciones del `88, cuando Salinas toma posesión de la presidencia en medio de acusaciones generalizadas de fraude electoral, los acontecimientos de 1994 desarticulan algunos de los engranajes fundamentales del régimen. La paz social que durante décadas había servido como un argumento legitimador del autoritarismo priísta, llega a su fin con la rebelión armada de los zapatistas. La tradición sucesoria que tenía sus momentos culminantes en el “dedazo” y el “destape”, queda interrumpida con el homicidio del candidato oficial. El poder presidencial que otrora fuera considerado absoluto, se encuentra súbitamente limitado en sus márgenes de acción por las nuevas circunstancias políticas. Los esquemas tradicionales de explicación de la vida política mexicana no son suficientes para dar cuenta de una crisis política que ha dislocado a la maquinaria del poder del régimen más longevo del siglo XX. Particularmente el asesinato del candidato priísta presenta rasgos que hacen vacilar a los intentos de darle un sentido: el acto de un joven obrero que con toda facilidad se acerca al candidato y sin que nadie se lo impida dispara sobre él; la muerte de un personaje público que para vastos sectores de la sociedad mexicana aparece todavía como el heredero de la institución presidencial, alrededor de la cual se articula el funcionamiento del régimen de partido de Estado; esta muerte, además de producir un cadáver real, un resto humano, es una herida mortal en la cabeza de ese régimen, al poner en entredicho a la figura que concentra el poder del Estado, alterando los rituales que constituyen a éste y le dan impacto ceremonial a la acción de gobierno. Es en respuesta a esta situación inédita que surge el 215 rumor que atribuye el asesinato de Colosio a una conjura dirigida desde las altas esferas del poder. Esta versión de la voz popular tiene la estructura de una “teoría de la conspiración” que busca aportarle sentido a un real que escapa al sentido. Tal teoría conspirativa supone que el crimen del candidato del PRI fue planeado y ejecutado por un poder capaz de controlar a una gran cantidad de personas (el “asesino material” y sus cómplices en la escena del crimen), manipular instituciones (policíacas, judiciales, académicas), sobornar y/o coaccionar a peritos nacionales y extranjeros (del FBI, de la policía científica española), silenciar a quienes hayan podido encontrar alguna prueba de la conjura, suplantar al verdadero asesino, nombrar a un nuevo candidato presidencial a su conveniencia y engañar indefinidamente a la opinión pública nacional e internacional20. Todo esto sin dejar ninguna huella, sin cometer ningún error que pueda delatar a los conspiradores. En semejante trama no hay lugar para el azar, lo inesperado, lo accidental, la impericia o la distracción que dejen algún cabo suelto21. Siguiendo esta lógica conspirativa sólo hay lugar para una oposición binaria: “asesino solitario” versus “conspiración”. Pero ambos términos suponen una acción que tiene su origen en la voluntad individual –prescindiendo, en el segundo caso, de un criterio numérico: sea un individuo que concibe la conspiración y luego se asocia con otros para ejecutarla, sea que varios individuos coinciden simultáneamente en sus propósitos, en estas dos modalidades se trata de la voluntad individual como principio eficaz que prevalece sobre cualquier circunstancia histórica, política y social. Esta teoría de la conspiración le sustrae al “asesino solitario” lo que le atribuye al “conspirador”: Es como si a nadie le cupiese la idea de que un ‘asesino solitario’, un loco anarquista o un perturbado, fuese capaz de provocar una conmoción social de semejante magnitud. Un resabio de la rebelión de las masas consiste en negar la 20 Todo lo cual supondría la realización del “crimen perfecto”. Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 46-47. 21 Sobre estas características de las llamadas “teorías de la conspiración” véase: Pereda C. “Teorías de la Conspiración”. Artefacto, 2001, 8. También: Patán J. Conspiraciones. Breve historia de la conquista del mundo por los extraterrestres, los masones, la ONU, las élites financieras, el establishment, etc. México, Paidós; 2005. Igualmente: Castillón J. C. Amos del Mundo. Una historia de las conspiraciones. Barcelona, Random House Mondadori; 2006. La teoría de la conspiración de la que nos ocupamos aquí explica un acontecimiento particular, circunscrito a nuestro país en un momento histórico determinado, por lo que no tiene el alcance universal, que atraviesa fronteras y siglos, que tienen algunas de las teorías conspirativas que estudian los textos mencionados. 216 posibilidad de que una voluntad individual altere, de forma tan drástica, el destino de millones de personas. La sola mención de esta alternativa deja a la sociedad -y en especial al gobierno- con tal sensación de desamparo y desprotección que resulta horroroso tener que reconocerla.22 A diferencia de lo que este autor sostiene, el rechazo a la posibilidad de que un “asesino solitario” pueda ocasionar una conmoción social como la provocada por el asesinato de Colosio no se debe a un “resabio de la rebelión de las masas”; este factor tampoco es lo que lleva a la negación de que una “voluntad individual” pueda alterar el “destino de millones de personas”, para llevar a suscribir en sentido contrario la existencia de una conspiración. La creencia, ampliamente compartida, en tal conspiración, reafirma el papel determinante de una “voluntad individual”, pero lo que no puede admitir, a riesgo de quedar en el desamparo y la desprotección, es que esa voluntad sea la de “cualquiera”, la de “un chamaquito de veintitantos años”23. A esta voluntad opone otra, la voluntad omnímoda de un amo: alguien con un poder tal como para encabezar una conjura en la que mueve a su antojo los hilos del régimen y del gobierno. Aquella creencia le sustrae la iniciativa al “asesino solitario” para adjudicársela a ese personaje que dirige la conspiración, cuyo poder sería proporcional a las consecuencias políticas y sociales del crimen en cuestión, pues parte del principio de que “tiene que haber una Causa de la misma dimensión de los males que nos suceden”24. Esta interpretación conspirativa se erige en oposición a las informaciones de lo acontecido que proporciona el discurso oficial, se ostenta como más rigurosa, profunda, informada, estando al tanto de datos encubiertos que implican a fuerzas oscuras que actúan al margen de la ley25. En el caso que estudiamos, estos elementos aparecen en versiones tales como la que sostiene que una mañana de principios de enero de 1994 habría tenido lugar en Los Pinos una reunión entre Salinas, Camacho, Carpizo y Ruiz Massieu, en la que los participantes decidieron que, una vez resuelto el conflicto en Chiapas, el nuevo 22 Volpi J. La guerra y las palabras. Una historia intelectual de 1994. México, Ediciones Era; 2004. p. 155. González V. “Investigación total sobre el crimen de Colosio, pide Monroy Zorrivas”. El Universal. 1994, marzo 26. 24 Pereda C. Op. Cit. p. 261. 25 Sobre estos aspectos de las teorías conspirativas cf. Pereda C. Op. Cit. pp. 242-243. También cf. Castillón J. C. Op. Cit. pp. 20 – 21. 23 217 candidato del PRI sería Camacho26. La cuestión es que todas estas versiones que aluden a datos encubiertos -como aquella que asegura que, el mismo día en que es asesinado, Colosio habría recibido una llamada de Córdoba en la que éste le pide que renuncie a la candidatura presidencial27- se basan en testimonios indirectos, en lo que algún otro dijo, en “fuentes de información confiables”28 que sin embargo no pueden ser reveladas o su testimonio por alguna razón no puede ser corroborado. Quien transmite esta información secreta, que las fuentes oficiales se encargarían celosamente de ocultar a la opinión pública, nunca puede decir: “me consta, yo estuve presente”. Una propiedad atribuida a una conspiración de este tipo es que, habiendo participado en ella una gran cantidad de individuos, directa o indirectamente, sea como conjurados activos, sea como coaccionados o sobornados para colaborar, nunca deja de ser una operación secreta, ninguno de los participantes se retracta con el paso del tiempo y revela lo que sabe, la forma en que colaboró por decisión o por coerción. De la larga cadena de quienes estuvieron relacionados con la realización de la campaña de Colosio, con las circunstancias de su crimen y posteriormente con las investigaciones, nadie, hasta la fecha, ha hecho una confesión que lo involucre con algún grado de participación en un complot ni ha dado a conocer un testimonio directo que permita constatar la implicación de algún otro. Para explicar esta permanencia del carácter secreto de la conspiración, el rumor popular se ha enriquecido con relatos que atribuyen una serie de muertes violentas a la participación que sus víctimas tuvieron en las investigaciones judiciales del homicidio de Colosio. Según esas versiones, diversos funcionarios policíacos y de la procuración de justicia habrían sido asesinados en distintos momentos para silenciar lo que sabían, impidiendo así que dieran a conocer información comprometedora que revelaría la existencia de la conjura. Sin embargo, ninguno de ellos había tenido un papel importante en las indagatorias del caso, su intervención se había limitado a las primeras diligencias, en las 26 Arvide I. Asunto de Familia. México, Grupo Editorial Siete; 1995. pp. 65-68. Otros de los acuerdos ahí tomados serían el cese al fuego, la designación de Carpizo como secretario de Gobernación, su sustitución en la PGR por Diego Valadés y el nombramiento de Ruiz Massieu como dirigente del PRI una vez que Camacho asumiera la candidatura. Esta versión confluye con aquella que señala que Ruiz Massieu fue asesinado en septiembre de ese año debido a su posterior desacuerdo con las decisiones tomadas en dicha reunión. 27 Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 44 y Tomo IV. pp. 201-206. Cf. también supra el capítulo IX. La conspiración del rumor, el rumor de la conspiración. 28 Arvide I. Op. Cit. p. 65. 218 que participaron junto a varias decenas de personas: funcionarios de diversos niveles, policías de distintas corporaciones locales y federales, peritos, agentes del ministerio público29. La estructura de una teoría de la conspiración excluye la posibilidad de que sea comprobada30. Si tal eventualidad fuera posible la conjura perdería sus cualidades más notables: no dejar huellas, no cometer errores, estar conformada por datos encubiertos, proceder por operaciones secretas y estar impulsada por poderosas fuerzas ocultas. Si alguien ajeno a ella puede acceder a los datos que comprueban la existencia de la 29 El más difundido de estos casos es el de José Federico Benítez López, director de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, asesinado treinta y cinco días después del crimen del candidato priísta. Su participación en el caso había estado circunscrita a los primeros momentos: un “Grupo Táctico” bajo su mando colaboró indirectamente en el acto de Lomas Taurinas, resguardando la seguridad en los alrededores de la colonia popular; este mismo grupo atajó y después escoltó al vehículo en que los miembros del Estado Mayor Presidencial trasladaban a Aburto, después de detenerlo en el lugar de los hechos, de Lomas Taurinas a las instalaciones de la PGR en Tijuana; circunstancialmente le tocó recibir el baúl con “El libro de Actas” y otras pertenencias de Aburto, del cual hizo entrega inmediata a un agente del Ministerio Público Federal. Según una versión, Benítez es asesinado, junto con su escolta, por realizar una investigación paralela a la de la PGR sobre el homicidio de Colosio. Otra versión dice que fue asesinado porque los miembros del Estado Mayor Presidencial no le perdonaron a Benítez que el grupo bajo su mando los hubiera detenido cuando trasladaban a Aburto a la PGR de Tijuana, exigiéndoles a los integrantes del EMP que se identificaran, para después escoltarlos hasta esa institución; con lo cual se supone que el grupo bajo órdenes de Benítez habría impedido que desaparecieran o suplantaran a Aburto. En los últimos días antes de su muerte, Benítez había comentado con su secretaria particular y con algunos de sus colaboradores cercanos que había estado recibiendo amenazas de muerte después de que descubrió un cargamento de dos toneladas de cocaína y se negó a recibir un soborno de los narcotraficantes implicados. Tanto los superiores como los subordinados del funcionario aseguran que éste no se encontraba realizando investigación alguna del crimen de Colosio. Cf. Reveles J. “Te paras, se identifica o disparo”. El Financiero. 1995, marzo 20. También cf. PGR. Informe… Tomo I. pp. 4950. Al parecer, tal como le ocurrió a Benítez, también los demás funcionarios y policías que murieron –dos ex delegados de la PGR en Baja California, un ex subdelegado de esta misma institución, un exagente del Ministerio Público Federal, un comandante de la Policía Judicial Federal-, fueron ejecutados por individuos ligados al narcotráfico o murieron en enfrentamientos con bandas de narcotraficantes Esta lista de muertes violentas incluye además a un habitante de Lomas Taurinas, que junto con otros vecinos custodió la bala encontrada en el lugar en que Colosio cayó herido, quien posteriormente falleció en un accidente automovilístico. Sobre todos estos casos cf: PGR. Informe… Tomo I. pp. 49-50 y 206-213. 30 En relación con este punto Volpi escribe: “A diferencia de lo que ocurre con cualquier otra explicación de la realidad, una conjura no necesita ser probada: de antemano se sabe que sus motivos son misteriosos y sus autores decididamente perversos, por lo cual nadie está autorizado a ponerla en duda”. Volpi J. Op. Cit. p. 156. En el caso que estudiamos, el rumor que le imputa el asesinato de Colosio a una poderosa conspiración rebosa en la atribución de motivos. Éstos aparecen bastante claros para la voz popular: al ver amenazados sus intereses, Salinas o algún otro personaje poderoso decide eliminar a Colosio, para lo cual urde una conjura en alianza con otros que coinciden con sus objetivos; después de lograr su propósito designan a un nuevo candidato que les permita seguir ejerciendo el poder tras el trono y preservar así sus privilegios políticos y económicos. 219 conspiración, ésta queda desprovista de la cuasi-perfección que le da sustento a la teoría que la postula31. La contraparte de los rasgos inquietantes de una teoría conspirativa está dada por la coherencia que ella hace posible: El mundo de los que creen en las conspiraciones tiene una coherencia de la que carece el mundo real: en el mundo real las cosas no siempre se ajustan a la lógica, mientras que en el de las tesis conspirativas todo parece hacerlo. Los que creen en conspiraciones no creen en accidentes. Al contrario que la realidad que siempre está expuesta a los accidentes y la estupidez humana, las tesis conspirativas siempre cuadran una vez puestas por escrito. Es el más evidente de sus múltiples encantos.32 Sólo agregaríamos que el rumor es también una forma en la que una teoría de la conspiración queda escrita, tanto en las huellas impresas que deja sobre papel como en las que deja en la memoria popular que transmite relatos que atraviesan las generaciones. La atracción que ejerce una teoría de este tipo, que puede sobrevivir en estado larvario durante varias generaciones, está ligada al constreñimiento que le da su organización, en la que se acomodan todas las piezas que de otro modo no mantienen relaciones evidentes entre sí y que resultan enigmáticas al ser consideradas fuera de esa evidencia. Cada información adicional, cada nuevo dato, son engullidos para alimentar la maquinaria conspirativa. Se produce un orden que excluye lo incomprensible y que por lo mismo pone fin a cualquier incertidumbre. La teoría de la conspiración aparece entonces como portadora de un saber en el que todas las piezas encajan sin dificultad; un fenómeno que es propio, aunque no exclusivo, de la política: “… la idea de que el saber puede constituir una totalidad es, si puede decirse así, inmanente a lo político en tanto tal”33. Semejante portento sólo puede ser sostenido por un amo que detenta un poder y un saber ilimitados. Sólo él es capaz de realizar todas las proezas necesarias para echar a 31 Julio Patán describe así una de las características de las teorías de la conspiración de alcance universal que él estudia: “… debido a la capacidad de planeación y ejecución que se tribuye a sus perpetradores y a los medios inagotables con que cuentan, las conspiraciones que describen parecen libres de fallos. Se refieren, en una palabra, a conspiraciones perfectas, o poco menos”. Patán J. Op. Cit. p. 13. 32 Castillón J. C. Op. Cit. p. 313. 33 Lacan J. El Reverso del Psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1992 p. 31. 220 andar, impulsar y mantener encarrilada la maquinaria de la conspiración. Su voluntad soberana somete a instituciones, tecnologías, grupos e individuos. Pero además, su poderosa intervención le otorga sentido a lo que se presenta como vacío de sentido. Ese sentido tiene la apariencia de la plenitud, en él los elementos que estarían disjuntos quedan englobados en una esfera en la que todos encuentran su acomodo y se tornan comprensibles. Así, se pone fin a la incertidumbre, dando lugar a un discurso que se considera unívoco, el discurso del amo34: la voluntad todopoderosa del amo es la que hace posible que la conjura esté libre de fallas, que se acerque a la perfección. El proceder del amo aparece como infalible, una característica del falo, que se muestra engañosamente como lo que no es, con una potencia que no le pertenece. En el imaginario popular de nuestro país, si hay un personaje que reúne las características necesarias para ocupar el lugar de ese amo, capaz de orquestar una conspiración como la descrita, es el presidente de la República. De ahí el rumor que señala a Salinas como el cerebro de un complot que llevó a cabo el asesinato de Colosio. Hasta épocas muy recientes, del presidente de México se podía decir: Si hay algo en lo que hasta hace poco estaban de acuerdo los mexicanos es que su presidente lo puede todo. Desde siempre se le atribuyó un poder inmenso, al que nada le está negado; un poder casi mágico, sin límites. Todavía hace unos meses, casi nadie ponía en duda que el también llamado, paradójicamente, primer mandatario, era el jefe de todo: jefe de Estado, jefe de gobierno, jefe del ejército, jefe del partido en el poder, jefe de los tres poderes del Estado: ejecutivo, legislativo y judicial. Una frase o lugar común para poner fin a cualquier discusión era: ‘En este país no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad presidencial’.35 34 El discurso del amo es uno de los cuatro discursos que Lacan propone a partir del discurso del analista. Esta lista, que luego será ampliada con el discurso del capitalismo, no es exhaustiva, sino que delimita estructuras discursivas que toman relevancia a partir del surgimiento en la cultura del discurso del analista. La distinción entre los cuatro discursos se establece a partir del término que en cada uno desempeña el papel de agente: el sujeto escindido en el discurso de la histérica, el saber en el discurso universitario, el significante amo en el discurso del amo y el objeto causa del deseo en el discurso del analista. Lacan especifica que el del debe ser tomado como genitivo objetivo, v. gr. El discurso del amo es el que discurre acerca del amo. Cf. Lacan J. El Reverso del Psicoanálisis. Ed. Cit. 35 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 45. 221 La descripción deja ver los alcances del poder que el Presidente efectivamente había concentrado en su función de columna vertebral del régimen de partido de Estado y los del poder que la tradición popular le ha atribuido. Este último es equiparable al poder que el dicho popular le concede a Dios: “no se mueve la hoja de un árbol sin su voluntad”. La semejanza establecida entre los dos parece confirmar la aseveración de Karl Popper que sitúa a la teoría conspiracional de la sociedad como “el resultado típico de la secularización de las supersticiones religiosas”36. De este modo se establece un determinismo lineal en el que una voluntad absoluta, como la de Dios, cumple el papel de principio explicativo de lo que ocurre en una sociedad. Ese punto de vista contrasta con lo que ocurre en las conspiraciones que en efecto tienen lugar en el mundo de la política. Éstas encuentran las limitaciones propias de una acción que se lleva a cabo en un terreno conformado por grupos de poder, intereses políticos y económicos divergentes, aparatos institucionales, hábitos culturales e individuos que pueden cometer errores o fallar en sus propósitos. De tal manera que no es raro que una conjura fracase en su ejecución o que por lo menos sus resultados difieran considerablemente de su concepción inicial. Estas imperfecciones ocurren tanto cuando está organizada contra el poder como cuando está dirigida desde éste, aun cuando la correlación de fuerzas pudiera ser más favorable a los objetivos de la conjura cuando cuenta con las ventajas que da el ejercicio del poder establecido37. No siempre es fácil establecer una línea divisoria entre conspiraciones reales y teorías de la conspiración –hay ocasiones en que aquéllas usan a éstas como argumento38-, pero si hay un índice que permite 36 Popper K. R. “Predicción y profecía en las Ciencias Sociales”. En: Popper K. R. Conjeturas y refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico. Barcelona, Paidós; 1972. p.409. 37 “… si bien en su origen las conjuras se entendían como reuniones de sujetos exteriores al poder que planeaban asaltar el poder –ésa era la idea que se tenía desde Catilina hasta Napoleón-, el siglo XX ha revertido sus efectos. A diferencia de lo que ocurría en la antigüedad, ahora no se entiende el sentido de una conspiración si no se la hace nacer directamente de los entresijos de las élites económicas o políticas. Surgida durante el zarismo en la forma de los Protocolos de lo sabios de Sión, perfeccionada por Stalin y llevada a su culminación por Hitler tras el incendio del Reichstag, el uso de la teoría de la conspiración como raison d’État ha excedido desde entonces el ámbito de los regímenes autoritarios. En una sintomática inversión de su esencia, la conjura no es más un arma contra el poder que un arma del poder contra sus enemigos”. Volpi J. Op. Cit. p. 156. 38 Un ejemplo de esto es la utilización que hizo el nacionalsocialismo alemán de la teoría de la “conspiración judía mundial”, para justificar la política de Estado que condujo a la creación de los campos de concentración y exterminio y a la llamada “solución final” durante la Segunda Guerra Mundial. Cf. Patán J. Op. Cit. pp. 75145. También: Popper K. R. Op. Cit. p.409. 222 distinguirlas es éste: las primeras no carecen de fallas y su éxito es parcial, las segundas poseen la fuerza seductora de lo infalible. En el caso que estudiamos el rumor de la conspiración se convierte en “arma de castigo de la sociedad” en contra de la clase gobernante, al mismo tiempo que cumple la función de “juicio político nacional” que condena a los miembros de esa clase que considera culpables del asesinato de Colosio39. La murmuración popular forma parte de una tradición que desconfía sistemáticamente de las declaraciones provenientes del gobierno y sus representantes: El rumor es, en una proporción enorme, la respuesta social a las mentiras del gobierno. No es sólo eso desde luego, involucra grados de experiencia personal y social, informaciones verídicas, intuiciones conjuntas que resultan asombrosamente exactas. Pero en las actitudes gozosas de quienes aceptan sin más el rumor y lo difunden, hay malignidad, revanchismo, la credulidad que complementa a la falta de credibilidad. En la cultura del rumor creer lo que sea es el método para continuar la publicidad del gobierno y de los empresarios. Este es el razonamiento: ‘Abandono mi estructura lógica y le doy el beneficio del gozo a este rumor para no volver a creer en las interpretaciones que al cabo de un día exhiben su falsedad. Si difundo, un tanto condimentado, el rumor me afilio a la línea de explicaciones Desde Arriba’.40 Partiendo de lo anterior se puede establecer una fórmula: la credulidad que le da sustento al rumor es inversamente proporcional a la falta de credibilidad del gobierno. La primera toma su impulso en el vacío que deja la ausencia de la segunda. Y si bien es cierto, como dice Carlos Monsiváis en la cita anterior, que para quien transmite el rumor está en juego “el beneficio del gozo”, en otras palabras, la revancha que va de la mano del goce de la degradación del poderoso –que no tiene por qué producirse a expensas de la “estructura lógica” del participante del rumor, pues la teoría conspirativa posee una lógica que no está exenta de rigor-, también es cierto que ese mismo movimiento reafirma el poder del amo. El rumor que le atribuye a Salinas, o a un personaje que participaría de un poder como el suyo, la autoría de esa portentosa conspiración para asesinar a Colosio, permanece girando 39 40 Monsiváis C. “El rumor y las hipótesis”.El Financiero. 1994, abril 10. Ibíd. 223 alrededor de un amo, alimenta la fascinación hipnótica dirigida al poder de una figura a la que admira y repudia por igual. Al atribuirle una acción tan siniestra como perfecta lo ratifica en su lugar de amo. Si esta modalidad de la voz popular aporta un sentido a lo que no lo tiene, es en la medida en que devuelve al terreno del poder lo que escapa al poder: no hace más que reintegrarle a la figura del presidente un poder desmedido que ya perdió, como lo demuestran aquel crimen y las circunstancias que lo hicieron posible. Los medios juegan un papel determinante en el surgimiento y transmisión de este rumor. Las televisoras exhiben incesantemente el video en el que una mano se alza entre la muchedumbre, acerca una pistola al candidato priísta y dispara sobre él. Una y otra vez millones de televidentes se convierten en espectadores de la escena en que Colosio camina entre la multitud y un segundo después cae mortalmente herido, ese momento en el que está vivo y un instante después ya no lo está, pasaje sin retorno que el real del tiempo impide volver atrás como lo permite el poder de la tecnología. Aquellas emisoras junto con las estaciones de la radio y la prensa escrita se encargan de poner en duda la identidad de Aburto, difunden la existencia de dos armas y dos tiradores, constatan los movimientos de la “acción concertada”, aseveran la existencia de un crimen de Estado, discurren sobre los presuntos implicados –todo eso contando con la colaboración voluntaria e involuntaria de las autoridades encargadas de la investigación; destacadamente, en los primeros meses, con la del subprocurador especial Miguel Montes. La magnitud del suceso llama a la especulación y los medios tienen que ofrecer a sus audiencias un objeto suficientemente atractivo, la noticia deseada: “aquella en la que la opinión pública quiere creer”41. La versión de un asesino que actuó por su cuenta, cualesquiera que sean las causas que lo llevaron a ello, no vende. Es necesario mantener vivas las escenas, rastrear las pistas y darle forma a los relatos que alimenten la sospecha de la conspiración. Prolongar la intriga por capítulos en los que cada entrega puede ser más escandalosa que la anterior, dándole nuevas oportunidades al goce de denostar a los jerarcas del grupo en el poder. Por su parte, el gobierno está obligado a probar que Aburto forma parte de una conspiración. Cualquier otra conclusión de las investigaciones es inaceptable para la 41 Wiñazki M. La noticia deseada: Leyendas y fantasmas de la opinión pública. Buenos Aires, Marea; 2004. p. 9. 224 opinión pública. Esta circunstancia constituye un callejón sin salida: si admite la existencia de la conjura, el gobierno acepta simultáneamente que en el asesinato de Colosio participaron sectores del grupo gobernante; si niega esta posibilidad y afirma la acción de un “asesino solitario”, expone públicamente su propia fragilidad y la del régimen, además de caer en el descrédito. Ambos desenlaces se vuelven en su contra. El impasse está constituido de tal manera que el caso queda condenado a no poder ser resuelto jamás, como lo muestra el siguiente editorial de La Jornada, publicado poco antes de cumplirse diez años de la muerte del candidato priísta: Cuando están por cumplirse 10 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, las demandas de esclarecimiento vuelven a ocupar el centro de la escena política y retornan las sospechas –nunca despejadas- de que el sacrificio del candidato priísta a la Presidencia en Lomas Taurinas, en 1994, fue un crimen urdido en las entrañas del poder público. Tal vez Carlos Salinas de Gortari sea, como alega, inocente de ese crimen, pero es un hecho que no quiso o no pudo realizar una investigación verosímil del homicidio, y le corresponde, en esa medida, una grave responsabilidad. Baste recordar que ni Salinas es capaz de defender en público la hipótesis del ‘asesino solitario’. Otro tanto puede decirse de Ernesto Zedillo: acaso no haya estado implicado en el crimen, pero su gobierno fue incapaz, por ineptitud o por designio, de limpiar la desaseada pesquisa que heredó, profundizarla y establecer la verdad de lo ocurrido, y resulta, asimismo, corresponsable de esta asignatura pendiente. Y así sea por no haber hecho justicia, hoy uno y otro resultan blanco de la sospecha.42 La estructura argumentativa de este texto no deja elección: la única manera de hacer justicia es probando la existencia de la conspiración y castigando a quienes participaron en ella. Una conclusión distinta a ésta sólo puede dejar caer la sombra de la sospecha sobre los mandatarios priístas que tienen en sus manos las riendas del Estado y del gobierno durante y después del asesinato de Colosio: Salinas y Zedillo. El hecho de que Aburto esté en prisión purgando una sentencia por un crimen que en su momento aceptó haber cometido, sólo puede ser una prueba de que no se ha hecho justicia. 42 “Colosio y otras asignaturas pendientes”. La Jornada. 2004, febrero 13. 225 Partiendo de esta perspectiva, cualquier resultado parcial de las investigaciones que no agregue elementos a la demostración de la conjura es considerado inválido o de plano sospechoso de encubrir a los “verdaderos culpables”, lo cual fuerza al hallazgo ficticio de “pruebas” de la conspiración. El ejemplo más notorio de esto es la gestión de Pablo Chapa Bezanilla al frente de la Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio. Nombrado por Zedillo al inicio de su gobierno, Chapa va a empeñarse en sostener la tesis de la acción concertada, para lo cual insiste en la existencia de un segundo tirador. Dos meses después de haber asumido su cargo como subprocurador especial, y un poco antes de cumplirse un año del asesinato de Colosio, Chapa detiene y consigna como autor del segundo disparo a un joven priísta de Tijuana que había colaborado como chofer en la gira de Colosio por esta ciudad y que se encontraba a la izquierda del candidato cuando éste es herido43. Posteriormente el inculpado será absuelto por el juez del caso, al no encontrar elementos probatorios, considerar que los tres testimonios en los que se basaba la acusación eran “extemporáneos, incongruentes y contradictorios” y concluir que los testigos fueron inducidos y recibieron pago por cambiar sus declaraciones –al inicio de las investigaciones no señalaban al presunto segundo tirador, después afirmaban haberlo visto empuñando un arma, lo cual desmintieron los videos filmados en Lomas Taurinas, e incluso disparar en contra de Colosio44. 43 Othón Cortés Vázquez es el nombre del acusado. Chapa es el tercero de los fiscales especiales del caso Colosio. En el capítulo anterior mencionamos que la gestión del primero, Miguel Montes García, queda marcada por su retractación respecto de la tesis de la acción concertada. Al renunciar éste, después de tres meses y medio de labores, Salinas nombra fiscal del caso a Olga Islas de González Mariscal, quien se cuida de asumir una postura específica en relación con la posible existencia de coautores o cómplices del crimen. Su administración dura cinco meses, durante los cuales Aburto es condenado a 42 años de prisión por el homicidio de Colosio –después de que Aburto apela a la sentencia, ésta será ampliada a 45 años. El 16 de diciembre de 1994 Zedillo designa a Chapa fiscal especial encargado de investigar los homicidios de Luis Donaldo Colosio Murrieta, de José Francisco Ruiz Massieu y del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo –previamente, al tomar posesión de la presidencia, Zedillo había puesto la Procuraduría General de la República en manos de un panista: Antonio Lozano Gracia. Chapa termina su gestión de veinte meses en medio del escándalo, al salir a la luz pública la inducción y el pago de testigos en el caso Colosio, además de “la siembra” de un cadáver que localiza con las indicaciones de una vidente; cadáver que supuestamente sería el del diputado priísta Manuel Muñoz Rocha, quien presuntamente habría sido asesinado por Raúl Salinas de Gortari, después de haber sido cómplices en el homicidio de Ruiz Massieu. El cuarto y último fiscal del caso Colosio, Luis Raúl González Pérez, toma posesión el 31 de agosto de 1996 y es designado también por Zedillo. Después de poner orden y ampliar considerablemente las investigaciones, el 21 de octubre del 2000 deja el caso en reserva -“… a la espera de que surjan datos que pudieran modificar las conclusiones que hasta ahora se han obtenido”-, tras concluir que “de lo actuado hasta este momento no han resultado elementos que permitan sustentar acusación en contra de alguna persona, como presunto cómplice o instigador de Mario Aburto para la ejecución del crimen, o que alguien, además de 44 226 Por otro lado, al considerar que cada acción está calculada con precisión, la teoría conspirativa también excluye lo que puede ser muestra de improvisación o de desconcierto en el proceder. Es el caso de lo que ocurre con las indagatorias judiciales en las primeras horas posteriores al homicidio de Colosio. En ausencia de un mando central que ponga orden en las averiguaciones y en la información recabada, intervienen simultáneamente: el Estado Mayor Presidencial, la Policía Municipal de Tijuana, la Policía Judicial del estado de Baja California, la Policía Judicial Federal y la delegación de la Procuraduría General de la República en Tijuana –en la cual intervienen en paralelo dos mandos: el subprocurador de Delegaciones y el de Averiguaciones Previas. Esta situación empieza a modificarse a partir del arribo a Tijuana del procurador general de la República, Diego Valadés, y del momento en que la institución a su cargo ejerce la facultad de atracción del caso hacia el fuero federal. Entre el instante en que Colosio cayó herido (17.05 hora local de Tijuana) y la llegada del titular de la PGR (22 horas aproximadamente) transcurrieron sólo cinco horas; tiempo suficiente para producir un cúmulo de irregularidades: Así, se ha observado que en las primeras diligencias faltó un método, se actuó con carencias técnicas, fue precario el control del Ministerio Público sobre la Policía Judicial, no se preservó debidamente el lugar de los hechos, se incurrió en contradicciones y deficiencias.45 Sin embargo, el caos no desparece inmediatamente. Una muestra de ello es que tres días después del crimen nadie había identificado todavía a un miembro del grupo de seguridad organizado por el PRI de Tijuana, Tranquilino Sánchez Venegas, que iba a un lado de Colosio en el momento del atentado, tratando de “abrir valla” entre la multitud. Fue hasta que Sánchez Venegas aparece en una fotografía de un diario de San Diego California, y después de ser identificado por el responsable de crear aquel grupo de seguridad, que los agentes de la PGR empiezan a buscarlo. Lo encuentran platicando tranquilamente en las oficinas del PRI local, presumiendo con sus conocidos por haber salido en la prensa. él, acordó o preparó su realización”. PGR. Informe… Tomo I. pp. 61-62. Desde entonces el expediente está resguardado en una bóveda de seguridad. Sobre el desempeño de los cuatro fiscales véase también: PGR. Informe… Tomo I. pp. 437-453. Y: Venegas J. M. y Castillo G. “A diez años de la muerte de Luis Donaldo Coloso. Duda y descrédito, las conclusiones”. La Jornada. 2004, marzo 23. Sobre Chapa en particular cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 240-241. 45 PGR. Informe… Tomo I. p. 440. 227 Después de sufrir torturas durante cinco días, va a ser acusado de asociación delictuosa para dar muerte al candidato del partido al que había servido voluntariamente46. Si el relato anterior dejar ver el modus operandi cotidiano de las policías y las instituciones encargadas de la justicia en México –desorganización en los procedimientos judiciales, deficiencias técnicas, lagunas en la información, tortura, etc.-, es necesario tener en cuenta que el asesinato de Colosio constituye una situación extraordinaria que desborda considerablemente las precarias capacidades existentes: La investigación estuvo inmersa en un contexto de sorpresa, falta de estrategia sobre las indagaciones y proyectó carencias en los ámbitos técnico, ministerial y pericial, pues la magnitud del homicidio rebasó las habilidades del personal técnico que las realizaba.47 Es difícil hacer coincidir tal despliegue de ineptitud y arbitrariedad con la idea de una conjura cuidadosamente planeada, por eso para la teoría conspirativa no tienen cabida todos estos aspectos que ponen en cuestión la creencia en la que se funda. A menos que esta teoría recupere sus fueros planteando que la conspiración aprovecha a su favor, por conocerla de cerca, esa peculiar manera de proceder de las instituciones de procuración de justicia en nuestro país. Es decir, que la maquinación escrupulosa de la conjura incluye entre sus cálculos la manera de ocultarse detrás de las fallas y deficiencias mencionadas. Sólo de esta manera queda salvada la voluntad absoluta del amo que urde la conspiración. Ella es la excepción a la regla de la costumbre tan mexicana del “ai-se-va”: la práctica ampliamente compartida de hacer las cosas “al aventón”, improvisadamente, sin cuidado por las consecuencias o el resultado final –de lo cual dan un inmejorable ejemplo esas primeras averiguaciones después del asesinato de Colosio. Esta forma de proceder es también el llamado a alguien que diga cómo hay que hacer las cosas, que dicte las órdenes a acatar, un amo al cual obedecer. La voluntad poderosa que conspira está en las antípodas de ese hábito de la negligencia y al mismo tiempo tiene la sagacidad de usarlo de máscara. Las siniestras habilidades que le son atribuidas son proporcionales a la admiración que 46 Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 83-86. Como todos los que fueron acusados con él, Tranquilino Sánchez fue posteriormente declarado inocente y liberado por falta de pruebas. 47 PGR. Informe… Tomo I. p. 442. 228 despierta. Su capacidad de engañar es superior a la que Aburto le concede al Imperio contra el que lucha: puede engañar a todos todas las veces48. Conspiranoia Es posible encontrar una serie de rasgos comunes entre las teorías de la conspiración y lo que en la tradición psiquiátrica y psicoanalítica ha sido clasificado en el rubro de los delirios sistematizados. En particular, el que Sérieux y Capgras han denominado delirio de interpretación, característico de lo que ellos llaman locuras razonantes, se asemeja en su forma de presentación a aquellas teorías. He aquí una descripción de cómo opera el interpretador: Todo se integra, todo se encadena en su historia; a sus ojos, ningún detalle está de sobra. Si se le contradice, se detiene, sorprendido, preguntándose si uno es sincero. Acumula prueba tras prueba; en caso de alguna objeción, cuenta con una respuesta ya preparada, sabe cómo contestar a los argumentos. Aporta datos, hace precisiones en los puntos más insignificantes, añade opiniones propias, plantea problemas, hace suyo el hecho más mínimo para emplearlo hábilmente en su favor. Apela a la información que toma de su entorno…49 No difieren mucho los procedimientos que lleva a cabo quien sostiene una teoría de la conspiración. En ambos casos queda excluido el azar, todo acontecimiento adquiere una significación que se suma a la cadena de razonamientos, pues nada de lo que ocurre es fortuito o casual, no existen las coincidencias. Cada nuevo dato que proporciona el entorno es incorporado para fortalecer la trama interpretativa. Si los argumentos en contra son tomados en cuenta es sólo para encontrar indicios que permitan rechazarlos y confirmar la convicción en las premisas de partida. ¿Esto quiere decir que cualquiera que participa de un rumor organizado por una teoría de la conspiración está en la misma posición de quien delira? 48 “Se puede engañar a muchos alguna vez y algunos todas las veces pero jamás se a podido engañar a todos todas las veces”. Frase escrita en el Libro de Actas de Mario Aburto: cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 363. 49 Sérieux P y Capgras J. Las locuras razonantes. El delirio de interpretación. México, Colección libros de artefacto; 2002. pp. 61-62. 229 Es necesario tener en cuenta que un delirio es una creación del lenguaje y como tal involucra una relación con la realidad humana que está tejida en el campo del lenguaje y sus producciones. Es decir, que el delirio es inseparable de los discursos, los signos y los mensajes que forman parte del lazo social en el que tiene lugar y que constituyen su estructura, su materia y su tema. El que delira participa de una realidad compartida con otros que están también inmersos en el lenguaje. Aquél mantiene un estrecho contacto con su entorno, está al tanto de rumores y de interpretaciones que circulan en la sociedad en la que habita, a la que escudriña y estudia detenidamente. De tal manera que el rumor y el delirio no son ajenos, ambos están ligados por un “se dice” que viene de los otros. Sérieux y Capgras establecen una distinción entre la interpretación delirante y la idea delirante. De la primera dicen que “se trata de un razonamiento falso, que parte de una sensación real o de un hecho exacto”, y que partiendo de este punto preciso adquiere, a través de la inducción o la deducción erradas, “una significación personal para el enfermo, quien cree que todo está relacionado con él”. De la segunda plantean que es una “concepción imaginaria”, que es totalmente inventada y no se puede deducir de un hecho observado, “es errónea, incluso en sus fundamentos”. Pero en seguida reconocen que es más difícil diferenciar entre un error y una interpretación delirante. Según ellos, el error “casi siempre se puede corregir; en cambio, la interpretación delirante es incorregible”. Aquél permanece “aislado, circunscrito”, quedándose a nivel teórico y sin tener por objeto al yo; ésta “tiende a la difusión, a la irradiación, se asocia a ideas análogas y se organiza sistemáticamente”, además de poseer “un marcado carácter egocéntrico” y de dominar la actividad del sujeto. Después de todos estos intentos de circunscribir la especificidad de lo que el adjetivo delirante indica, concluyen: ¿Bastaría con decir que la interpretación delirante es absurda e inaceptable para la gente espiritualmente sana? De ningún modo. Numerosas interpretaciones delirantes, más verosímiles que muchos errores, atraen la atención de personas sanas e inteligentes.50 Si la separación entre una interpretación y una idea consideradas como delirantes es problemática, no lo es menos la delimitación de lo delirante respecto a la falsedad, el 50 Sérieux P y Capgras J. Op. Cit. pp. 21-22. 230 error y la verosimilitud. Para empezar, los autores citados oponen una “concepción imaginaria” a lo que posee el atributo de lo observable, como si las imágenes no fueran observables y como si lo imaginario no poseyera otra consistencia que la del error. Por otra parte, tienen que admitir que la verosimilitud tampoco permite establecer una demarcación ahí donde buscan afanosamente fundarla: resulta que existen interpretaciones delirantes que son más verosímiles que un error y que suscitan mayor adhesión que éste –otro tanto se puede decir de ideas calificadas de delirantes y que llegan hasta el punto de impulsar la formación de “sectas” y comunidades del más extravagante signo51. Si lo delirante tiende a la irradiación, no es solamente hacia nuevos indicios que permiten enriquecer la cadena de razonamientos, sino que también se propaga convocando al interés de otros que lo convalidan. Estos cuestionamientos vuelven igualmente resbaladiza la siguiente definición de idea delirante, propuesta por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana: Falsa creencia basada en una inferencia incorrecta relativa a la realidad externa que es firmemente sostenida, a pesar de lo que casi todo el mundo cree y a pesar de cuanto constituye una prueba o evidencia incontrovertible y obvia de lo contrario. La creencia no está aceptada ordinariamente por otros miembros de la subcultura o cultura a la que pertenece el sujeto (p. ej., no es un artículo de fe religiosa).52 Mientras la “realidad externa” sea definida a partir de un pretendido consenso social queda excluido que un delirio sea compartido. Los casos de locura compartida que han llegado a los medios de comunicación masiva debido a sus consecuencias sociales, frecuentemente ligadas al escándalo, muestran que una concepción delirante puede ser suscrita por un grupo social más o menos amplio, sea que se lo califique de cultura o subcultura, hasta el punto de llegar a la conformación de una comunidad que se compromete en acciones concretas, que pueden tener el valor de un artículo de fe religiosa. El paso dado por Lacan en 1975 en el seminario Le Sinthome permite plantear que la locura compartida no es una entidad clínica más, junto a los casos de una pretendida locura 51 Basten como muestra las comunidades que han llevado a cabo suicidios y/o asesinatos colectivos (por ejemplo la Orden del Templo Solar), o las que sostienen que el origen de la vida en nuestro planeta es el resultado de la acción de seres extraterrestres superiores en inteligencia a los humanos (por ejemplo el Movimiento Raeliano). 52 DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Texto revisado. Barcelona, Masson; 2002. p. 918 (el paréntesis corresponde al original). 231 individual, sino que constituye la estructura propia de todo caso de locura, al mismo tiempo que proporciona una indicación de sus condiciones determinantes53. ¿Y qué lugar darle a la “significación personal” a la que aluden Sérieux y Capgras? Pero creer que “todo está relacionado con uno mismo”, ¿no es una de las características constitutivas del yo? Ya Lacan señaló, desde los primeros años de su recorrido, la estructura paranoica del yo, ahí donde sitúa el “viraje del yo especular al yo social”; momento en que el yo queda incluido en el lazo social a través de la identificación con la imagen del semejante y la rivalidad de los celos que la acompaña54. Para avanzar un paso en este terreno, cuya confusión no puede sino despertar sospechas, parece conveniente introducir algunas consideraciones acerca del papel que tiene la certeza en la experiencia de la locura. En el seminario de Las estructuras freudianas en las psicosis, después de señalar que, contrariamente a lo que sostienen los psicólogos, el loco no cree en la realidad de su alucinación, Lacan precisa: Lo que está en juego no es la realidad. El sujeto admite, por todos los rodeos explicativos verbalmente desarrollados que están a su alcance, que esos fenómenos son de un orden distinto a lo real, sabe bien que su realidad no está asegurada, incluso admite hasta cierto punto su irrealidad. Pero, a diferencia del sujeto normal para quien la realidad está bien ubicada, él tiene una certeza: que lo que está en juego –desde la alucinación hasta la interpretación- le concierne. En él, no está en juego la realidad, sino la certeza. Aun cuando se expresa en el sentido de que lo que experimenta no es del orden de la realidad, ello no afecta a su certeza, que es que le concierne. Esta certeza es radical.55 Un momento antes Lacan había puntualizado que el sujeto llamado normal es el que “se caracteriza precisamente por nunca tomar del todo en serio cierto número de realidades cuya existencia reconoce”56, incluso realidades amenazantes de cuya existencia 53 Cf. Lacan J. Le Sinthome. Versión G. T. Reunión del 16 de diciembre de 1975. Véase supra el capítulo “II. Una herida mortal en la cabeza del régimen”, donde se despliega lo planteado por Lacan respecto a la locura compartida. 54 Lacan J. “El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”. En: Escritos 1. México, Siglo XXI; 1989. p. 91. 55 Lacan J. Las Psicosis. Buenos Aires, Paidós; 1984. p. 110 (sesión correspondiente al 11 de enero de 1956). 56 Ibíd. p. 109. 232 no duda, por lo que al no tomarlas seriamente puede mantenerse en una “feliz incertidumbre” en la que piensa, y Lacan cita aquí a Claudel, que “lo peor no siempre es seguro”. Para quien procede de esta manera la certeza es “la cosa más inusitada”57; pero justamente esto le permite no quedar tomado por la convicción de que le va a ocurrir lo peor y en cambio logra transitar por el mundo con una relativa tranquilidad, en un estado en el que una gran cantidad de significaciones que podrían concernirle quedan suspendidas, en una especie de condición virtual. La certeza radical del loco está directamente ligada a lo que Sérieux y Capgras identifican como la divisa del interpretador: tua res agitur58. Esta expresión está tomada de una epístola del poeta latino Horacio: Tua res agitur (tu interés está en juego): Pensamiento de Horacio [Epístola, I, 1884] que significa en su aplicación: esto te atañe, esto te concierne, es de tu interés.59 La frase latina era conocida en los círculos afines a la cultura humanista del siglo XIX y principios del XX, tanto en Alemania como en Francia. Es a este título que Sérieux y Capgras pueden citarla en 1909 sin necesidad de traducirla, en Las locuras razonantes. El delirio de interpretación, para referirse al “verdadero delirio de significación personal”, característico del interpretador60. Por su parte, cuando Lacan dice en el seminario de Las 57 Ibíd. Sérieux P y Capgras J. Op. Cit. p. 45. 59 Definición del Nouveau Petit Larousse Illustré, edición de 1940. Citada en: Vindras A-M. “El deseo del Otro: un artificio franco-latino”. Me cayó el veinte. Revista de psicoanálisis, 2001, No. 3. p 44. Vindras comenta que la frase desapareció de las páginas rosas del mencionado diccionario en 1947; desde entonces no figura ni siquiera en los diccionarios franceses especializados en citas latinas. Al parecer en Alemania sí aparece en este tipo de publicaciones. En la misiva mencionada Horacio se dirige a un joven amigo, que tiene interés en hacer carrera bajo la protección de un personaje poderoso, aconsejándole que tenga cuidado con los individuos que podría recomendar a sus superiores. A propósito del riesgo de recomendar a personas indignas de su confianza, el poeta le dice a su amigo: “Nam tua res agitur, paries cum proximus ardet, Et neglecta solent incendia sumere vires” – “Ya que tu interés está en juego cuando se quema el muro de al lado. Y, si se descuida, el incendio suele propagarse”. Cf. Vindras A-M. Op. Cit. pp. 44-45. 60 Freud también utiliza la frase de Homero en La interpretación de los sueños, publicada en 1900. Aparece en el relato de un sueño de Freud que termina así: “‘Sí, tienen razón; nosotros dos somos los locos’. Que ‘mea res agitur’ me lo señala con vigor la mención del breve e incomparablemente bello ensayo de Goethe, pues su exposición en una conferencia popular fue lo que me impulsó, siendo yo un bachiller todavía vacilante, al estudio de la ciencia natural”. Freud S. La interpretación de los sueños. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu Editores, Vol. V; 1979. p. 440. Vindras comenta respecto a la modalidad que toma la frase en este pasaje: “La familiaridad de Freud con este pensamiento de Horacio parece ser tal que se permite citarlo en 58 233 estructuras freudianas en las psicosis, que en la alucinación y en la interpretación delirante no se trata de realidad sino de certeza, la certeza de que eso que está en juego le concierne al loco, parece aludir a la expresión de Horacio retomada por Sérieux y Capgras. Esta alusión se concreta cuatro años después, en 1960, cuando en Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano, Lacan especifica cómo hay que leer su fórmula del inconsciente como discurso del Otro: “en la que hay que entender el ‘de’ en el sentido del de latino (determinación objetiva): de Alio in oratione (complétese: tua res agitur)”61. La forma en que es introducida la frase que hemos venido comentando hace necesario puntualizar algunas cuestiones: va precedida del imperativo “complétese”, a cuyo mandato da respuesta; la enunciación de la fórmula de Lacan recuerda en su balanceo las frases interrumpidas del delirio de Schreber, que requieren ser completadas62; la remisión velada, en forma de alusión, a la experiencia de la psicosis, vía Sérieux y Capgras, parece dirigida “al buen entendedor”; queda así establecida una relación entre el inconsciente y el discurso del interpretador63. En lo que respecta a la posición de Aburto, hay algo que él tiene la certeza de que le concierne: el sacrificio que él debe realizar de su nombre, su familia y su vida, para salvar al país del peligro en el que se encuentra –“renuncié a todo, a mi familia, a mi una variante personal” (Op. Cit. p. 46). En ese sueño “el señor M, ha sido atacado en un ensayo nada menos que por Goethe…”, y Freud toma partido por él -en los “pensamientos oníricos” dice que se trata de su amigo Fl. [Fliess] de Berlín. Es interesante tomar nota de la relación que hay en este sueño entre la frase de Horacio y la locura, pues en el ensayo mencionado se acusa a Fliess de estar “loco”, debido a sus planteamientos acerca de “las relaciones de tiempo de la vida”. Freud se incluye en esa locura -“en este sueño hago mías las cosas de mi amigo y me pongo en lugar de él”-, como lo muestran las frases citadas supra, con las que termina el relato del sueño. 61 Lacan J. “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”. En: Escritos 2. México, Siglo XXI; 1989. p. 794. La fórmula lacaniana está apoyada sobre un artificio de lenguas, en el que están enlazados el latín “de” Lacan y la gramática francesa. Sobre este artificio franco-latino cf. Vindras A-M. Op. Cit. La “determinación objetiva” a la que se refiere Lacan hace referencia al genitivo objetivo. El genitivo es el caso de la declinación que indica la propiedad o la posesión y lleva antepuesta la preposición de (Véase: Moliner M. Diccionario de uso del español. Madrid, Gredos; 1998. p. 1388). Con la frase de Alio in oratione, en la que el “de” ha de ser entendido como el de latino correspondiente al genitivo objetivo, Lacan especifica que su fórmula se puede leer más o menos así: “En el discurso a propósito del Otro…”. En español la preposición de puede usarse tanto en el sentido del genitivo objetivo como del subjetivo. Cosa que no ocurre en el francés, en el que sólo se usa con el sentido del genitivo subjetivo: el discurso del Otro es el que éste pronuncia. De ahí que Lacan tiene que recurrir al latín para subvertir su fórmula. 62 Schreber D. P. Memorias de un enfermo de nervios. México, Editorial Sexto Piso; 2003; pp. 83-84. 63 Sobre esta relación y las diferencias entre el interpretador y el analizante, cf: Allouch J. “¿Paranoización? Simple indicación a propósito de la dirección de la cura”. Stylus, 1991, No. 3. 234 nombre”, “yo mejor prefiero morir a que sigan pasando actos bélicos”64. Su sacrificio se concreta a través del asesinato de Colosio: al sacrificar al candidato presidencial del Imperio, Aburto se ofrece él mismo en sacrificio para salvar al país “de alguien extranjero” que lo está poniendo en peligro, para evitar más “actos bélicos” como el de Chiapas y para terminar con la tiranía del Imperio. Es aquí donde se confirma la pertinencia del adagio latino: tua res agitur, esto te concierne65. En este nudo constituido por su sacrificio y el asesinato del candidato del régimen, Aburto se encuentra directamente concernido, hay ahí algo que lo compromete en un acto que le corresponde realizar únicamente a él. Por eso cuando es interrogado en las primeras horas posteriores al crimen dice: “yo lo tenía que hacer”66. Ese sacrificio les es impuesto como un destino que él está obligado a cumplir. Es para eso que fue nombrado “Caballero Águila” por un anciano revolucionario. En la pequeña ceremonia en la que Aburto recibe este nombramiento -de parte de un señor de avanzada edad; todo un Revolucionario; Alto, ojos de color, cabello blanco de la esperiencia y de la sabiduria, con una enerjia envidiable67-, queda claro que no es él quien se toma por “Caballero Águila”, sino que es en el lugar del Otro que él es tomado por tal. La sabiduría del viejo revolucionario le permite reconocer en Aburto las cualidades necesarias para recibir ese nombramiento: … yo tan solo soy la mecha, y un dia la pluma sera mi arma pero mi arma mas peligrosa para losinjustos cera mi voca. Y mi ejersito seran mis ideales y mi 64 PGR. Informe… Tomo II. pp. 374-375. Si el diagnóstico que le fue asignado a Aburto es el de “delirio crónico sistematizado de tipo reivindicativo” (Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 159-160. También: Jáquez A. “El complot de la Investigación”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo- abril 2004, p.14) y no el de “delirio de interpretación”, aquí hacemos a un lado la preocupación taxonómica y la que tendría por objeto establecer un diagnóstico diferencial. Esto en la medida en la que partimos de la consideración de que el delirio no es de interpretación sino que es una interpretación: “Puede decirse que, contrariamente a lo que ocurre con los sueños, que deben ser interpretados, el delirio es en sí mismo una actividad interpretativa del inconsciente. Y ahí tenemos un sentido completamente nuevo que se ofrece al término ‘delirio de interpretación’” (Lacan J. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. México, Siglo XXI; 1987. p. 266). 66 Zeta/Tijuana. “Yo lo tenia que hacer, dice Mario Aburto”. Siglo 21, 1994, marzo 26. 67 Cf. Libro de Actas de Aburto: cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 364. La transcripción literal conserva la ortografía del texto de Aburto. Este pasaje es comentado también supra, en el capítulo Un sacrificio para salvar a la Patria. 65 235 filosofía reconstructiva. y cada vez mas mis filas iran asiendose cada vez mas numerosas. Por que todos apollaran ala justicia. El me dijo: -Estas seguro de lo que dises y de tus ideales por que yo estoy de acuerdo en ellos. Yo le conteste quesi. El dijo: -Que sea para bien de la patria, y en nombre del pueblo yo te nombro Caballero Águila. Alo que yo conteste: Rindo protesta sin reserva alguna guardar y hacer valer la constitucion y las desiciones del pueblo que es nuestro pais, con sus reformas alas leyes y desempeñar patrioticamente mi nombramiento, mirando por el bien y prosperidad de nuestro pais. Alo que el dijo: -Si asi lo hicieres que la nación os lo premie, y sino os lo demande. Recuerda que un pueblo engañado es capaz de todo. 68 Esa nominación que le es asignada desde el Otro posee una modalidad enunciativa particular: el anciano no habla en su nombre sino en nombre del pueblo. Al asumirla en una ceremonia de toma de protesta, Aburto acepta la nominación junto con todas sus consecuencias: el sacrificio forzoso de su nombre, su familia y su vida; lo que al mismo tiempo le permite quedar inscrito en una nueva genealogía en la que se convierte en un hijo mallor de la patria69. Así, cuando Aburto declara que no hablará aunque lo torturen y que no dirá los motivos que tuvo para asesinar al candidato priísta “si no es ante la prensa extranjera”70, emplaza transferencialmente a otro(s) para que reciba(n) lo que él se propone hacer saber: que el país está en peligro, que en varios estados de la República hay miles de personas dispuestas a usar la violencia como en Chiapas, que hay alguien extranjero que está poniendo en riesgo la estabilidad del país, que ha llegado el momento de cambiar de táctica 68 Ibíd. Ibíd. p. 366. 70 Zeta/Tijuana. “Yo lo tenia que hacer, dice Mario Aburto”. Siglo 21, 1994, marzo 26. 69 236 para sacudir las bases del Imperio que ha cerrado las puertas del cambio pacífico provocando aquella violencia, y que él ha sido nombrado por un representante del pueblo para poner fin a esa situación mediante su sacrificio, que él es el elegido para salvar a la Patria71. Su posición es la de quien no deja de saber lo que ocurre en el lugar del Otro, dado que él puede ver lo que otros no ven, es por eso que su misión consiste también en quitarle la venda de los ojos al pueblo, para que pueda ver la verdad72. Él es el testigo privilegiado de una crisis histórica del régimen de partido de Estado y el encargado de ponerle fin a su Imperio. De tal manera que cuando Aburto busca “ser tomado en cuenta por la prensa”, es porque pretende hacer valer su testimonio a través de otro(s) que lo convalide(n): que no sólo en el país sino en el mundo entero se sepa que él dice la verdad cuando afirma que el Imperio contra el que lucha ha fracasado al cumplir sesenta y cinco años en el poder y cuando asevera que hay un saber en el Otro –la sabiduría del anciano revolucionario- que ha reconocido que él tiene las cualidades para ser nombrado “Caballero Águila”; un guerrero capaz de sacrificarse para darle el tiro de gracia a ese Imperio y así cambiar la historia. En este último aspecto el estilo de su posición enunciativa es el de quien dice: “no soy yo el que… sino el Otro el que me nombra para…” Es posible a partir de aquí establecer una distinción entre la posición de Aburto y la de quien participa en la difusión del rumor que pregona que el asesinato de Colosio es el resultado de una conspiración. Si bien en ambos casos hay una relación directa con un “se dice” que proviene de los otros, quien transmite aquel rumor participa específicamente de una creencia que es ampliamente compartida. Esta creencia no sólo predica que el homicidio del abanderado priísta fue llevado a cabo por una conspiración fraguada en las altas esferas del poder, sino que sostiene que este poder es poder-todo, que lo puede todo. De ahí las posibilidades ilimitadas de la conjura para manipular circunstancias, individuos, grupos e instituciones, su habilidad para mantenerse oculta, su capacidad hipnótica para engañar. Sin embargo, a este poder-todo le falta la garantía de su existencia; puede todo, pero no puede dar la prueba última de que existe –como ocurre con el dios todopoderoso. Así, la creencia en tal poder está ligada, como toda creencia, a la posibilidad de que a su 71 Cuestiones todas ellas que plantea en el primer interrogatorio y en el Libro de Actas. Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 363 a 369 y 374. 72 Ibíd. p. 367. 237 objeto puede faltarle la existencia. Esto es lo que hace de la creencia un producto inacabado, carente de plenitud, en la medida en que está en una relación de dependencia respecto de un sentido que puede disiparse: “no hay creencia que no suponga en su raíz que la dimensión última que tiene que revelar es estrictamente correlativa al momento en que su sentido va a desvanecerse”73. Es por esto también que la creencia tiene que insistir en la búsqueda repetida de pruebas que le den respaldo, como ocurre con el rumor de la conspiración, que sólo puede mantener su impulso buscando reiteradamente los indicios que lo confirmen. Ahora bien, quien toma parte en la transmisión del rumor de aquella conspiración, y por lo tanto comparte la creencia que lo sustenta, participa ahí en calidad de cualquiera. A él también se le podría dirigir la consigna tua res agitur; si bien su interés está en juego, en la medida en que los hechos de los que habla el rumor le conciernen como miembro de una colectividad organizada por cierto régimen político, interviene en la difusión del rumor como cualquiera, pues la característica del rumor es que cualquiera está en condiciones de transmitirlo, no tiene autor o punto de origen identificable. El rumor no compromete el nombre ni la posición enunciativa del que lo propaga, por lo tanto no lo conduce a un acto. Para Aburto las cosas son radicalmente distintas: él es convocado “personalmente” por las condiciones políticas, sociales e históricas que dieron lugar al rumor de un cambio de candidato en el PRI. Para él se trata de una significación personal que pone en juego su nombre propio y la nominación de Caballero Águila que viene a ocupar el lugar de éste. A diferencia del que comparte la creencia que le da sustento al rumor de la conspiración, Aburto está comprometido con un acto con el que termina por suscribir esa certeza que le concierne: Porque los verdaderos hijos de la patria lo demuestran con hechos no con palabras74. En este punto se confirma lo que dice Lacan del denominado psicótico: “…el psicótico es un mártir del inconsciente, dando al término mártir su sentido: ser testigo. Se trata de un testimonio abierto. El neurótico también es un testigo de la existencia del inconsciente, da un testimonio encubierto que hay que descifrar. El psicótico, en el sentido en que es, en una primera aproximación, testigo abierto, 73 Lacan J. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1987. p. 246 (sesión del 10 de junio de 1964). La relación de la creencia con la verosimilitud del rumor es abordada en el capítulo La eficacia del rumor. 74 Cf. el Libro de Actas de Aburto: cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 363. 238 parece fijado, inmovilizado, en una posición que lo deja incapacitado para restaurar auténticamente el sentido de aquello de lo que da fe, y de compartirlo en el discurso de los otros”75. Las consecuencias del acto de Aburto muestran que en efecto no logra restaurar para los otros el sentido de aquello de lo que da fe, pues en este caso el rumor posterior al asesinato de Colosio funciona como un coro delirante que contradice sistemáticamente todo lo que aquél pretendía hacer valer. Al insistir en la versión de la conjura, la conspiranoia de la voz popular lo despoja de su testimonio y lo excluye de su función de testigo, dejándolo forcluido del campo del Otro. En ese Otro, del que forma parte el sistema simbólico de la política, Aburto no tiene cabida, pues no pertenece a los circuitos del poder establecido. 75 Lacan, J. Las Psicosis. Ed. Cit. p. 190. 239 XI. Un crimen de Estado Lo colectivo es el sujeto de lo individual En su Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta1, editado en septiembre del año 2000, la Subprocuraduría Especial del caso, encabezada en ese momento por el abogado Luis Raúl González Pérez, describe en los siguientes términos la tarea que ha llevado a cabo: No cabe duda que esta investigación ha sido una de las más completas y acuciosas que se haya hecho sobre homicidio alguno, y no podría haber sido de otro modo, dada la magnitud del crimen y las repercusiones que de él derivaron para la vida nacional. Con independencia de otras apreciaciones, que mucho respetamos, tenemos la convicción de que el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, por ser una figura pública, el candidato presidencial del entonces partido gobernante y la repercusión social, política, económica y financiera que tuvo el crimen, alcanzó los grados de un magnicidio.2 Por nuestra parte agregaríamos que también ha sido una de las indagatorias judiciales que más desconfianza y suspicacia ha despertado en la historia reciente de nuestro país, y por lo mismo una de las más vigiladas por la sociedad, tanto la civil como la política, por los medios, tanto los electrónicos como la prensa escrita, y por la oposición política, partidista y no partidista, dentro y fuera de las instancias parlamentarias. Las consecuencias de este magnicidio -no vemos por qué habría que regatearle ese término al asesinato de Colosio- y las circunstancias en que ocurrió, marcadas por una profunda crisis del régimen, determinaron que la versión popular que se impuso para dar cuenta de lo ocurrido fuera la de una conspiración organizada desde las altas esferas del poder. En estas condiciones la Subprocuraduría Especial queda obligada a comprobar la existencia de tal conjura, para disipar la persistente desconfianza social. De tal manera que la Subprocuraduría se tiene que plantear su labor en estos términos: 1 Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Cuatro Tomos. México; 2000. 2 PGR. Informe… Tomo I. p. 58. 240 “… en tanto sentenciado, no se investigó a Aburto por sí, sino en función de la búsqueda de otros posibles participantes”.3 Para lo cual se propuso responder las siguientes interrogantes: ¿Contó Mario Aburto con la participación de otras personas para la concepción, preparación y ejecución del crimen?, ¿fue instigado para ello?, ¿qué lo motivó para actuar como lo hizo?4 Pero después de la declaración citada inmediatamente antes, la última de estas interrogantes queda inevitablemente subordinada a las anteriores, pues la indagatoria no está organizada por la necesidad de establecer la verdad jurídica que responda a la pregunta: ¿quién(es) asesinó(aron) a Colosio y qué motivos tuvo(ieron) para hacerlo?, para entonces determinar la responsabilidad penal por el delito5, sino que los procedimientos que conforman la indagatoria están orientados a satisfacer la demanda social de comprobar la conspiración y castigar a quienes la orquestaron. Ningún otro resultado es aceptable para la opinión pública, por lo que la investigación queda condenada a permanecer siempre inacabada. De ahí las conclusiones de la fiscalía especial: El Ministerio Público persigue delitos y presuntos responsables y de lo actuado hasta este momento no han resultado elementos que permitan sustentar acusación en contra de alguna persona, como presunto cómplice o instigador de Mario Aburto para la ejecución del crimen, o que alguien, además de él, acordó o preparó su realización. De haber sido el caso, hubiéramos procedido a su inmediata consignación ante los tribunales. Ello no quiere decir que no pudieran existir otros probables responsables; esta Subprocuraduría nunca ha buscado probar que no los haya; lisa y llanamente 3 Ibíd. p. 18. Ibíd. p. 59. 5 Michel Foucault aborda el surgimiento de la indagación en el ámbito jurídico, a partir del siglo XII en Europa, como un procedimiento para acceder a la verdad, que pasa de ser el resultado de un litigio entre particulares a tener una dimensión pública, ligada al poder político, con repercusiones sobre dominios como la medicina, la botánica y la zoología: “La indagación es precisamente una forma política, de gestión, de ejercicio del poder que, por medio de la institución judicial, pasó a ser, en la cultura occidental, una manera de autentificar la verdad, de adquirir cosas que habrán de ser consideradas como verdaderas y de transmitirlas”. Foucault M. “Tercera Conferencia. De la verdad entre particulares a la verdad pública: el nacimiento de la indagación jurídica”. En: La verdad y las formas jurídicas. Barcelona, Gedisa; 2005. pp. 63-92. 4 241 significa que, después de haber sido exhaustivos en las investigaciones, hasta ahora no se han encontrado. […] la averiguación previa deberá estar a la espera de que surjan datos que pudieran modificar las conclusiones que hasta ahora se han obtenido.6 Esa espera es la de una gran parte de la sociedad mexicana. Cada año, al cumplirse un aniversario más del asesinato de Colosio, en los medios electrónicos y la prensa escrita aparecen declaraciones de miembros de la familia de Colosio y de personajes públicos, comentarios, opiniones y textos de periodistas y analistas políticos –que ciertamente van disminuyendo año con año,- exigiendo que se haga justicia, se esclarezca el crimen y se castigue a los verdaderos culpables. Para una gran parte de la opinión pública el caso está abierto, la justicia sigue pendiente y nada anuncia que algún nuevo dato pueda cambiar esta postura generalizada7. Tal vez la única excepción en el ámbito del periodismo mexicano sea la posición del equipo coordinador del semanario Zeta de Tijuana. Después de una minuciosa investigación de varios años, el periodista Jesús Blancornelas y sus colaboradores, al no encontrar prueba alguna que permita sostener la intervención de una conjura para asesinar a Colosio, llegan a la resolución de que Aburto actuó por su cuenta. Cuestionan la idea de que Salinas haya podido planear y llevar a cabo “el crimen perfecto, en el que cientos de piezas embonaron con la exactitud de un rompecabezas que se armó y ya no se puede desarmar”; además de mantener en su puño la voluntad y el silencio “de hombres de todos los niveles y hasta de varias nacionalidades”. Apuntan que Lomas Taurinas era el lugar ideal para apostar un francotirador experto, armado con un rifle de alto poder, y no para dotar a un tirador inexperto con un viejo revolver calibre .38, que quedó trabado después de disparar las únicas dos balas que traía cargadas. Y si se trataba de ocultar la conspiración 6 Ibíd. pp. 61-62. Algunas muestras al respecto: “El 88 por ciento de los mexicanos creía en el año 2003 que el asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, cometido diez años antes, había sido fruto de una conspiración”. Aguilar Camín H. “¿Quién mató a Colosio?”. Milenio, 2009, marzo 24. En 2005, al cumplirse once años del asesinato que dio muerte a Colosio, Terra Noticias coloca en Internet una encuesta en la que de un total de 1023 votantes que contestan a la pregunta: “Quién crees que fue el autor del asesinato de Colosio?”, el 85% responde que Salinas, el 9% que Zedillo y el 6% que Camacho. Cf. http://www.terra.com.mx/noticias/articulo/156642/ . El 23 de marzo de 2009, al cumplirse quince años del crimen, el Gabinete de Comunicación Estratégica realiza una encuesta nacional (800 entrevistas telefónicas) en la que sólo el 0.7% de los entrevistados responde que no hubo más asesino que Aburto. Cf. Gómez Leyva C. “Colosio te da sorpresas”. Milenio, 2009, marzo 24. 7 242 detrás de tal precariedad, se preguntan, ¿por qué los participantes en la conspiración no asesinaron a Aburto en el momento del crimen, haciendo aparecer todo como la respuesta lógica de la escolta del candidato para defenderlo?, “¿por qué se iban a arriesgar a que tarde o temprano Aburto confesara la verdad?”. Además, los periodistas señalan que si Zedillo, como sucesor de Colosio en la candidatura, estuviera implicado como cómplice de Salinas, habría que pensar que las pugnas entre ambos por el “error de diciembre” y la consignación de Raúl Salinas de Gortari serían solamente una coartada para encubrir la complicidad. En la misma línea argumentativa, agregan que “nadie de la vieja clase política se benefició con el asesinato”: los “dinosaurios” del PRI, conocidos por su sumisión sin límites al presidente de la República, no salieron beneficiados con el crimen que dio muerte a Colosio y más bien resultaron perjudicados en sus posiciones políticas; tampoco Córdoba Montoya, que quedó desterrado de la política mexicana y nunca fue defendido por su jefe Salinas; y menos todavía Raúl Salinas, a quien Colosio difícilmente podría haber encarcelado por ser el hermano de aquel a quien le debía su carrera política. Respecto de los narcotraficantes, el equipo de Zeta aduce que, de acuerdo a las reglas preestablecidas, éstos no negocian directamente con el presidente de la República; mucho menos tenían entonces la necesidad de negociar con un “hombre titubeante, que no estaba seguro si quiera de mantener su candidatura” y que no tenía garantizado el triunfo en las elecciones. Para los narcos, asesinar a un candidato con estas características y condiciones sería correr el riesgo de provocar inútilmente a la fuerza del Estado. De todo lo anterior, Blancornelas y sus colaboradores concluyen: Mario Aburto habría actuado sin ayuda en Lomas Taurinas. Era el clásico asesino solitario. […] Varios detalles pudieron obligarlo a matar a Colosio: el dedazo de Salinas, el discurso del sonorense, el conflicto armado en Chiapas, la presión de los candidatos de oposición o la figura creciente de Manuel Camacho Solís. […] Así, Mario Aburto actuó solo. Fue su propia y única decisión. El asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta había sido obra de un magnicida. Ni más ni menos.8 Aunque desde posiciones distintas, la Subprocuraduría Especial y el semanario Zeta llegan a la misma conclusión: se trató de un asesino solitario. Su soledad consiste en 8 Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. El tiempo pasa de lomas taurinas a los pinos. México, Océano; 1997. pp. 50-52. 243 que él se encuentra ya ahí, previamente constituido, frente a circunstancias políticas y sociales que pueden influir en él, pero que no alteran el carácter individual de sus decisiones y sus actos. De esta manera se mantiene una disyunción entre lo individual y lo colectivo, que introduce subrepticiamente la noción de una individualidad que prevalece como principio explicativo eficaz por sobre la colectividad en la que realiza su existencia y su actividad cotidiana. Así, lo colectivo es concebido solamente como una agregación de individualidades que conservan su unidad por encima del lenguaje y los discursos concretos que las habitan, en donde están en juego significaciones compartidas, saberes, relaciones sociales y de poder. Otra disyunción que se encuentra operando aquí es la que contrapone “asesino solitario” a “conspiración”, la cual trae consigo otra más, con la que comparte su estructura binaria: “autor material” versus “autor intelectual”. Esta última repartición parece organizada por el dualismo cartesiano, que plantea una escisión entre el cuerpo, res extensa, y el pensamiento, res cogitans9. Al calificar a Aburto de “asesino solitario” se hacen coincidir en él las instancias del autor material y del autor intelectual, pero teniendo siempre como punto de referencia, aunque sea por oposición, la posibilidad de una conspiración; no obstante, la exigencia social que prevalece, que empuja a comprobar forzosamente tal conspiración, escinde cartesianamente aquellas dos instancias y despoja al asesino confeso de cualquier pensamiento con capacidad de planear y ejecutar el crimen, lo reduce a un cuerpo que sigue los dictados del pensamiento de Otro que lo supera en habilidad, un instrumento material desprovisto de participación subjetiva en un acto que, sin embargo, su ejecutor se esfuerza en reivindicar, por lo menos al principio, como de su autoría. Aburto queda atrapado en esa estrategia al servicio del discurso del amo, que lo excluye del lugar que su acto buscaba otorgarle10. 9 “Y aun cuando, acaso, o más bien, ciertamente, como luego diré, tengo yo un cuerpo al que estoy estrechamente unido, sin embargo, puesto que por una parte tengo una idea clara y distinta de mí mismo, según la cual soy algo que piensa y no extenso y, por otra parte, tengo una idea distinta del cuerpo, según la cual éste es una cosa extensa, que no piensa, resulta cierto que yo, es decir, mi alma, por la cual soy lo que soy, es entera y verdaderamente distinta de mi cuerpo, pudiendo ser y existir sin el cuerpo”. Descartes R. Meditaciones metafísicas. México, Espasa Calpe; 1994. pp. 139-140 (Meditación sexta). 10 Si la distinción entre asesino material y asesino intelectual parece necesaria para que la justicia pueda atribuirle a alguien la responsabilidad penal correspondiente, para el psicoanálisis la cuestión adquiere otra complejidad, que no puede ser reducida a esa oposición binaria: ¿quién alberga al sujeto surgido del acto? 244 El análisis que hemos llevado a cabo del entramado de lazos sociales en el que tuvo lugar el asesinato de Colosio ha transitado por vías distintas a las que marcan las oposiciones binarias antes mencionadas, mostrando que “lo colectivo no es nada sino el sujeto de lo individual”11. Al delimitar los puntos de anudamiento entre ese crimen y la crisis del régimen de partido de Estado, la cual tiene como una de sus manifestaciones más ostensibles el fracaso de las formas tradicionales de transmisión del mando presidencial, se ha mostrado la consistencia del acto de Aburto como una modalidad singular de realización de los designios de la voz popular que, advertida de aquellas circunstancias políticas, denuncia, bajo la modalidad del rumor que pregona un cambio de candidato en el partido oficial o la designación de un candidato alterno apoyado por el presidente de la República, la desarticulación definitiva del mecanismo sucesorio del régimen. En este sentido, el asesinato del candidato priísta es en efecto un crimen de Estado, pero no porque sea necesariamente el resultado de una conspiración maquinada en la cúpula del poder estatal, sino porque está ligado a la desaparición de una forma particular del Estado mexicano. Al dar muerte a Colosio, Aburto termina por derrocar uno de los pilares fundamentales del régimen priísta. Sin embargo, él no hace sino llevar hasta sus últimas consecuencias una tarea que otros acontecimientos y personajes habían comenzado tiempo atrás: - La rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que irrumpe en el panorama político el primero de enero de 1994, desata en el régimen de partido de Estado una crisis de legitimidad, la cual debilita el asentimiento social que el gobierno en turno requiere para ejercer el mando en el que se basa la relación entre gobernantes y gobernados. La ilegitimidad, cuya sombra estaba presente desde el impugnado triunfo electoral de Salinas, alcanza a las formas tradicionales de transmisión del poder presidencial, dejando en entredicho al ritual sucesorio del “dedazo” y el “destape” y por lo tanto a la candidatura misma de Colosio. 11 Cf. Lacan J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”. En: Escritos 1. México, Siglo XXI; 1989. p. 203. 245 - La decisión de Salinas de nombrar a Camacho como Comisionado para la Paz y la Reconciliación reabre de facto la sucesión presidencial, al colocar al principal rival de Colosio en una posición privilegiada en la negociación de la agenda política nacional y por lo tanto en el centro del entramado de poder del régimen. Las condiciones inéditas de fragilidad de la candidatura de Colosio, cuyo inicio de campaña coincide con la designación de Camacho, reanudan las pugnas por la sucesión al interior del grupo gobernante. - Las condiciones políticas creadas por aquella crisis, la elección que hace Salinas del negociador para la paz, el lugar protagónico de Camacho que opaca al de Colosio, hacen surgir insistentes cuestionamientos sobre la viabilidad de la candidatura de éste, sobre sus capacidades para enfrentar la nueva situación del país, sobre sus posibilidades de triunfo. La voz popular que proclama un cambio de candidato en el PRI o una candidatura alterna que contaría con todo el apoyo del poder presidencial, toma nota de una situación, y al mismo tiempo contribuye performativamente a configurarla, en la que el estatus de Colosio como candidato del régimen queda en suspenso. - En el momento de ser “destapado” como candidato, Colosio enfrenta una tarea lastrada con un gran peso de contradicción: ganar la presidencia de la República apoyándose en un partido cuyas estructuras ha contribuido a socavar. Salinas ha sido el principal destructor del viejo PRI12-labor que inicia su antecesor, Miguel de la Madrid- y Colosio ha sido una pieza importante en esa parte de su estrategia: primero como presidente nacional del PRI y luego como responsable de la política social del salinismo13. - Para poner a tono al Estado mexicano con las exigencias de la globalización capitalista, la administración de Salinas se propuso: terminar con el intervencionismo estatal en la economía, transmutando el Estado surgido de la Revolución Mexicana y consolidado en las primeras décadas del siglo XX, para 12 Cf. Rodríguez Araujo O. “Metamorfosis del régimen político mexicano, ¿irreversible?”. En: Rodríguez Araujo O. Coordinador; Aziz Nassif A. et al. México: ¿un nuevo régimen político? México, Siglo XXI; 2009. p. 271. 13 “Miguel de la Madrid los marginó, Carlos Salinas los desplazó y a Luis Donaldo Colosio le estaban viendo cara de enterrador. Son los dinosaurios, es decir, los más reconocidos representantes vivos del viejo sistema político mexicano. Estos fueron humillados, combatidos e incluso llegaron a estar acorralados por los priístas modernizadores…” Arreola F. “El milagro frustrado”. El Financiero, 1994, abril 8. 246 convertirlo en un Estado integrado a los patrones globales de concentración de la riqueza y funcional con los intereses del capital financiero internacional; en consonancia con lo anterior, desmantelar la estructura productiva del Estado y poner las empresas que le pertenecían a éste en manos del capital privado, tanto nacional como extranjero; revertir la reforma agraria producto de aquella revolución, que defendía la propiedad colectiva de la tierra en los ejidos y comunidades, para impulsar la privatización en gran escala de la propiedad y la producción en el campo; reorganizar las relaciones entre capital y trabajo, para intensificar la explotación laboral individualizada, dando marcha atrás a las conquistas laborales colectivas; consumar la integración de la economía nacional a la estadounidense a través de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; modificar la estructura corporativa del PRI -organizado en los tradicionales sectores obrero, campesino y popular-, para convertirlo paulatinamente en un partido de ciudadanos organizado territorialmente; de conformidad con lo anterior, debilitar el poder de negociación de las organizaciones corporativas del PRI –sindicatos, organizaciones campesinas y gremiales, así como las centrales en que se agrupan-, concentrando el flujo de los recursos económicos destinados a la política social en los comités ciudadanos establecidos por el programa de Solidaridad; transfigurar el Nacionalismo Revolucionario, como ideología oficial del régimen de la Revolución Mexicana, en la ideología del Liberalismo Social, que el salinismo propone como una vía intermedia que supuestamente equilibra los excesos del estatismo y del neoliberalismo14. 14 Al parecer, la formulación del Liberalismo Social es obra de Colosio y su equipo de asesores. Cf. Monsiváis C. “Lecciones de Lomas Taurinas”. Público, 2004, marzo 28. Monsiváis se refiere a la suerte posterior de la contribución de Colosio, doce años después de que fue dada a conocer, en estos términos irónicos: “Es curioso: ¿quién ha mencionado en este tiempo el impulso a la teoría política del invento del liberalismo social, fundamento ideológico del PRI y de México, como aseguró Colosio durante el mes aguerrido que duró su hallazgo? Nadie, absolutamente nadie. Como teórico, Colosio pasó inadvertido”. Respecto del famoso discurso del 6 de marzo de 1994, Monsiváis escribe: “…no hay a lo largo del texto la mínima seña de autocrítica, ni una referencia directa al grupo que apoyaba a Colosio, y que explotaba con prodigalidad (por lo menos hasta el 5 de marzo de 1994) la impunidad, la corrupción, etcétera”. Ibíd. La nueva ideología será rápidamente dejada en el olvido y desechada explícitamente en la XVII Asamblea Nacional del PRI, realizada en septiembre de 1996, durante el gobierno de Zedillo. La propuesta del viraje político-ideológico, “la reforma de la Revolución”, había sido presentada por Salinas el 4 de marzo de 1992, en el aniversario número 63 del PRI. 247 - Las consecuencias que estas transformaciones tienen en la estructura del PRI afectan en primer lugar a las dirigencias corporativas –los llamados “líderes charros”, que forman parte de los “dinosaurios” priístas-, al restringir sus posibilidades de negociación de puestos políticos, erosionar su legitimidad frente a las bases a las que formalmente representan y estrechar sus posibilidades de “vivir del presupuesto”. Pero en estas circunstancias la institución presidencial no queda incólume. La modernización impulsada por Salinas implica someter el ejercicio y la transmisión del poder presidencial a las reglas de la democracia liberal representativa y al equilibrio de la división de poderes, en un contexto global que así lo exige, pero también en condiciones de una mayor competencia política en el país, en donde la oposición ha ido ganando cada vez más terreno y limitando las facultades presidenciales. Al mismo tiempo, todos esos cambios promovidos por Salinas conllevan el traspaso de una parte del mando presidencial a la oligarquía financiera y una cesión de soberanía a las instancias internacionales que concentran el poder impersonal e invisible de las finanzas. Al perder el monopolio de la representación del poder estatal, el presidente de la República deja de ser el pilar en el que se sostenía el pacto constitucional que había fundado el Estado postrevolucionario15. - Aunque las coordenadas de la política han cambiado considerablemente, Salinas designa a Colosio siguiendo el método tradicional del “dedazo” presidencial, con lo cual parece que éste tiene asegurado su triunfo, como si fuera uno más de la serie de los candidatos oficiales de un régimen que tiene casi sesenta y cinco años en el poder. Sin embargo, el antecedente del dudoso triunfo de Salinas en las elecciones del ’88, las reformas que su gobierno ha impulsado o se ha visto obligado a realizar16, y un escenario de fuerte competencia política, hacen que el triunfo de Colosio sea incierto. Su posición tiene algo de insostenible: él es 15 Sobre las transformaciones sufridas por el Estado y la institución presidencial en México, véase: Roux R. El príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado. México, Era; 2005 (particularmente el “Epílogo. Una mutación epocal”. pp. 225-246). 16 El día que asesinaron a Colosio iba a ser aprobada la reforma electoral que la oposición venía negociando con el gobierno desde enero de 1994. Cf. Gómez Leyva C. “Fue un destape desangelado, con un candidato que parecía rehén”. El Financiero, 1994, marzo 30. Un día después del crimen, el Senado de la República aprueba la reforma del artículo 41 de la Constitución, para ampliar la autonomía de los órganos electorales y “ciudadanizarlos”. Cf. Rojas-Zea R. “Reforma el Senado el 41 constitucional; mayor autonomía a órganos electorales”. El Financiero, 1994, marzo 25. 248 el candidato de un presidente que se ostenta como el gran modernizador de la economía y la política, pero ha sido investido con un procedimiento atávico y autoritario; es el candidato de un poderoso régimen, pero éste ya no tiene garantizada su permanencia en el poder. - Quien suceda a Salinas enfrentará un panorama en el cual la institución presidencial ha perdido algunas de sus principales atribuciones, su poder ha sido acotado y han disminuido los apoyos con que tradicionalmente contaba. A esto se suma el formidable cuestionamiento de los zapatistas, al encabezar una rebelión que moviliza a vastos sectores sociales que se oponen a una modernidad que los excluye. - Para Salinas deja de ser una prioridad el triunfo del candidato que él designó. Ahora su reto más importante es alcanzar un acuerdo con la guerrilla, que le permita recuperar la paz social y mantener un clima político en el que se puedan llevar a cabo las elecciones que ponen término a su sexenio, asegurar una transferencia pacífica del poder al próximo presidente, conservar la estabilidad económica y financiera, terminar su mandato de manera satisfactoria y cuidar su prestigio internacional de gran modernizador del país17. Salinas necesita salvarse a sí mismo, a “su enorme orgullo de auténtico hombre de Estado”18 y a su gobierno. Estos objetivos están por encima de la preocupación por garantizar una sucesión priísta ortodoxa, por lo que los intereses de la campaña y del candidato quedan subordinados a ellos. - El presidente ha perdido, tanto porque sus prioridades son otras como porque su margen de acción ha quedado drásticamente reducido, la máxima facultad metaconstitucional de su poder, pues ya no puede garantizar el triunfo de quien él había designado como su sucesor. El candidato priísta queda así abandonado a su suerte: en la realización de su campaña no cuenta ya con el 17 No hay que perder de vista que uno de los propósitos de corto plazo de Salinas es dirigir la Organización Mundial del Comercio, que en esos momentos está próxima a fundarse (1º de enero de 1995). La crisis financiera producto del “error de diciembre” (de 1994) y la consignación penal de su hermano Raúl (en marzo de 1995), acusado de enriquecimiento ilícito y del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, van a echar por tierra esa pretensión de Salinas. 18 Frase utilizada por Zedillo en la carta que le dirige a Colosio cuatro días antes de su muerte. Cf. PGR. Informe… Tomo IV. pp. 152-153. Las implicaciones de esta misiva son comentadas en el capítulo IV. Fin a lo que no funcionó. 249 poderoso apoyo de toda la estructura de su partido, otrora movilizada por la voluntad del presidente y su seguro sucesor. En esta original configuración política Colosio se ha vuelto un candidato oficial prescindible. Su triunfo no sólo no está asegurado, sino que tampoco es un factor indispensable para que el grupo en el poder pueda encontrar una salida que le permita preservar sus intereses. Esta es la constelación de factores que conspira para provocar el aborto de la candidatura de Colosio19. Todos ellos no bastan para obligar a Aburto a jalar el gatillo y terminar con la vida del candidato priísta, pero constituyen el conjunto de circunstancias desde las cuales aquél es llamado a cumplir su misión20; la que exige su sacrificio personal para salvar al país. En ese ambiente político Aburto conspira, es decir, respira junto con otros21 -que igual que él forman parte de una comunidad política cuyo régimen está en crisis- los vientos que anuncian el principio de un gran y verdadero cambio22. Al asesinar a Colosio, Aburto culmina con un tiro de gracia la serie de transformaciones y acontecimientos que de hecho ya habían terminado con las atribuciones más características de la institución presidencial del régimen priísta. Su acto entonces no es individual ni está aislado de las determinaciones colectivas de las que él queda sujeto. La ruptura de un pacto En vista de la descomposición actual de la vida pública y social de nuestro país, que tiene entre sus manifestaciones más alarmantes un ambiente de inseguridad, resultante del avance de la delincuencia organizada, hay quien sostiene que después del atentado que 19 Una de las definiciones de “conspirar” que da el Diccionario de la Real Academia Española es: “Dicho de dos o más cosas: Concurrir a un mismo fin”. Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia Española, Vigésima segunda edición; 2001. 20 Otra definición de “conspirar”, de la cual el mismo diccionario especifica que se usaba antiguamente como verbo transitivo: “Convocar, llamar alguien en su favor”. Las otras dos definiciones que se encuentran ahí mismo son más conocidas: “Intr. Dicho de varias personas: Unirse contra su superior o soberano” y “Dicho de varias personas: Unirse contra un particular para hacerle daño”. Ibíd. 21 “Conspiración viene del latín conspirare: ‘respirar juntos’”. Castillón J. C. Amos del Mundo. Una historia de las conspiraciones. Barcelona, Random House Mondadori; 2006. p. 19. 22 Cf. El Libro de Actas de Mario Aburto. PGR. Informe… Tomo II. p. 363. 250 dio muerte a Colosio “todo se vale”23; también hay opiniones que establecen una relación de causalidad entre este crimen y el estado de la política: “Existe una línea de vinculación entre el asesinato de Colosio y el deterioro que ahora vivimos en al ámbito de la política, una degradación surgida de la pérdida de visión de conjunto…”24 Tales puntos de vista nos permiten tener en cuenta cuestiones importantes, siempre y cuando se incluya el homicidio de Colosio en el entramado complejo de la crisis terminal de un régimen, del cual el candidato priísta era uno de los representantes más conspicuos. El conjunto de elementos constitutivos de esta crisis, descrito más arriba, es inseparable de la ruptura del pacto constitucional en el que se había fundado el Estado mexicano: “El pacto estatal mexicano había implicado la cesión de los derechos políticos ciudadanos (sufragio, elección de los gobernantes, libertad de asociación, organización en partidos políticos, disidencia partidaria) a cambio del cumplimiento de derechos sociales corporativos. En ese acuerdo no escrito los ciudadanos no elegirían a quienes los gobernarían: vigilarían que cumplieran con lo pactado”25. Este pacto, que entraña fidelidad y obediencia a los gobernantes, a cambio de protección y resguardo de los derechos sociales corporativos de los gobernados, tenía como su garante al presidente de la República: representación unitaria y suprema del poder estatal, figura simbólica de su soberanía26. Es esa modalidad de organización de las relaciones de mando-obediencia lo que le daba legitimidad a un régimen que ha sido tildado de “paternalista”. Su ocaso acarrea la disolución de los lazos de protección propios de la comunidad estatal: de aquí en adelante cada sujeto dejará de ser considerado, en su relación 23 “La muerte de Luis Donaldo Colosio ensombreció todos y cada uno de los horizontes de la vida mexicana. Fue uno de los factores –además, por supuesto, de la galopante crisis económica- que le dio una especie de carta blanca a la delincuencia en México. Fue como si los pillos dijeran, a partir de ese 23 de marzo de hace 10 años, algo así como lo que sigue: ‘Si eso se vale, entonces todo se vale… todo se puede’”. 23 Huerta D.”Aquel marzo imborrable de 1994”. El Universal, 2004, febrero 12. 24 Palma S. “Colosio, a diez años”. El Financiero, 2004, marzo 23. Samuel Palma se desempeñó como subcoordinador de Estrategia de la campaña electoral de Colosio. 25 Roux R. El príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado. México, Era; 2005. p. 168. 26 Esta función del presidente de la República le permite a Rhina Roux equipararlo con la figura del Príncipe, proveniente de la tradición política romana. Cf. Roux R. Op. Cit. (particularmente el capítulo 6: “El príncipe mexicano”. pp. 173-204). 251 con el Estado, como miembro de una comunidad en la que sus derechos son reconocidos en asociación con otros con los que comparte su actividad en las esferas de la producción y del intercambio y consiguientemente sus intereses de clase son incorporados al derecho público -forma de politicidad característica del corporativismo-, para ser considerado como “individuo libremente asociado”, miembro de una sociedad conformada por la aglomeración de individualidades abstractas, cuyos intereses pertenecen exclusivamente a la esfera del derecho privado -forma de politicidad característica de una república regida por las normas de la democracia liberal-27. Tenemos aquí una mutación del Estado corporativo priísta, que da paso a “una nueva configuración estatal sostenida en la universalización de la socialidad mercantil capitalista”28. En una sociedad en la que los intercambios entre sus miembros quedan primordialmente librados a las leyes del mercado, los sistemas de referencias que organizaban la vida colectiva dejan de tener vigencia -salvo los que provienen del mercado 27 El régimen priísta simulaba las formas republicanas, detrás de las cuales operaba un régimen corporativo negado como tal. 28 Cf. Ibíd. pp. 232-234. En esta última el reconocimiento estatal de los derechos es reemplazado por la aplicación selectiva de políticas asistencialistas. Es interesante tener en cuenta que la administración de Salinas es la que mayor porcentaje (19%) del gasto presupuestal federal dedicó al desarrollo social en el periodo que va desde 1921 (gobierno Álvaro Obregón) hasta 2002 (segundo año del gobierno de Vicente Fox). Los gobiernos que más se le acercan son el de Cárdenas (1934-40) y el de Adolfo López Mateos (195864), ambos con el 18.60%, y el de Luis Echeverría (1970-76) con el 18.50%. Ese porcentaje del gasto destinado a desarrollo social (que incluye el gasto en educación, salud, infraestructura urbana y programas de política social destinados a combatir la pobreza) cayó drásticamente en los gobiernos de Zedillo (8.45%) y de Fox (2.32%). Cf. Moreno Salazar P, Ortiz Guerrero C. y Marrufo Heredia E. “Veinticinco años de políticas de desarrollo social en México”. Sociológica, año 19, No. 54, enero-abril 2004. pp. 55-75. A partir de finales de la década de los setenta se observa una caída sistemática y continua del ingreso per cápita y de la capacidad adquisitiva del salario, por lo que el incremento en el gasto social del gobierno no significa una mejoría del nivel de vida de la población. De acuerdo a los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en 2008 hay 50.6 millones de personas (prácticamente la mitad de la población nacional) que viven en estado de pobreza de patrimonio, es decir, no cuentan con los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, y 19.5 millones viven en estado de pobreza alimentaria, es decir, no pueden cubrir ni siquiera sus necesidades de alimentación. Entre 2006 y 2008, los dos primeros años de la administración de Calderón (sin contar los efectos de la crisis económica global iniciada a finales de 2008 y principios de 2009), hay un aumento de 5.9 millones de personas en estado de pobreza patrimonial y de 5.1 millones de personas en estado de pobreza alimentaria. El economista Julio Boltvinik sostiene que estas cifras son mucho mayores si la pobreza se mide utilizando un conjunto de umbrales y de ponderadores, distinto al utilizado por las mediciones oficiales, que dan cuenta de manera más precisa de las condiciones de la pobreza en nuestro país. Cf. Boltvinik J. “Economía Moral”. La Jornada, 2009, agosto 14 y agosto 28. No está de más agregar que en México se encuentran algunas de las grandes fortunas que ocupan los primeros lugares de la lista de “las personas más ricas del mundo”, publicada cada año por la revista Forbes. Sobre los índices de pobreza del CONEVAL cf: http://www.coneval.gob.mx/coneval2/htmls/medicion_pobreza/HomeMedicionPobreza.jsp?categorias=MED _POBREZA,MED_POBREZA-med_pob_ingre 252 y de las relaciones particulares que instaura-, dando lugar a una situación en la que cada “ciudadano” se encuentra desprovisto del soporte que en otro momento el Estado le otorgaba, desalojado de su pertenencia a una comunidad29, sostenido solamente en la autonomía jurídica virtual que le dan sus garantía individuales y enfrentado a la pérdida de consistencia de esa figura del Otro, que en el régimen priísta estaba constituida por el presidente de la República en tanto representante de la unidad del Estado, cuya mediación garantizaba la existencia de un pacto en el que los lazos sociales no estaban reducidos al predominio de la mercancía y la competencia. Ese pacto, que implicaba el intercambio de protección por obediencia, es el que le daba al régimen de partido de Estado los rasgos que le valieron el calificativo de “paternalista”. Su desvanecimiento coincide con la declinación de la imago paterna y de las funciones del padre, que Lacan señaló desde 1938 –antes de que se convirtiera en una de las manifestaciones características de la posmodernidad-, indicando que esa decadencia está condicionada por la preeminencia dada al individuo y por los efectos extremos de esta operación en el progreso social: la concentración económica y las catástrofes políticas30 -con este planteamiento Lacan toma nota de las relaciones existentes entre las formas que adquieren los regímenes políticos y las formas de organización familiar en una sociedad determinada. En nuestro país, en el apogeo del régimen paternalista, Lázaro Cárdenas era nombrado popularmente con una expresión que refiere cariñosamente a un padre: “el Tata” o “Tata Lázaro”; durante su gobierno (19341940) se nacionalizó la industria petrolera, se llevó a cabo una reforma agraria basada en el reconocimiento constitucional del ejido, se incorporaron al partido de Estado las organizaciones de obreros y campesinos y se legitimaron sus derechos corporativos. En el 29 Una de las manifestaciones de esto es el desmantelamiento de la casi totalidad de los sistemas de pensiones. Si antes la comunidad, con la garantía del Estado, se hacía cargo de sostener económicamente a quien había dedicado su vida a trabajar para la sociedad en la que habita, ahora cada trabajador tiene que ahorrar para costearse su retiro, él mismo paga su pensión de jubilado. 30 Lacan J. La familia. Buenos Aires, Editorial Argonauta; 2003. p. 93. En el mismo apartado Lacan propone la posibilidad de que la aparición del psicoanálisis esté relacionada con la crisis ligada a la declinación de la imago paterna. En contraparte, la posibilidad de sobrevivencia del psicoanálisis parece depender de que abandone una posición nostálgica respecto a una declinación que nunca termina, pero que tampoco dará marcha atrás, para dar lugar a distintas modalidades de subjetivación, que están entretejidas con nuevas formas de parentalidad, de lazos familiares y de relaciones eróticas. En dirección similar, en el terreno de la cosa pública es posible salir de la nostalgia que propone el retorno del Estado paternalista. La declinación del Estado-Nación como principio ordenador de la política abre nuevas posibilidades de acción colectiva y de identificación social. Sobre esta cuestión cf. Butler J. y Spivak G. Ch. ¿Quién le canta al estado-nación? Buenos Aires, Paidós; 2009. 253 extremo opuesto, el primer presidente de la alternancia, el panista Vicente Fox (20002006), les advertía a los ciudadanos que ya no había más “papá Gobierno”, declaraba que el suyo era un “gobierno de empresarios” y en su primera gira por Europa, ya siendo presidente electo, repetía: “venimos a hacer negocios”31. La institución presidencial dejó de tener la función de salvaguarda simbólica, con sus correlatos reales e imaginarios, de un pacto que conciliaba “bien común” con “libertad individual”, conservando la lógica del intercambio mercantil entre entidades privadas, pero enmarcada en una comunidad estatal cuya estructura incorporaba, con su monto de conflictividad, los intereses particulares de las clases sociales en la constitución política del Estado. Por su parte, el PRI dejó de ser la extensión partidaria del aparato estatal, su representación para fines electorales, una especie de departamento de la administración pública encargado de los asuntos electorales, además del espacio de negociación que establecía los mecanismos de transmisión del poder al interior de la “familia revolucionaria”. Pero en el lugar de estos dos pilares del antiguo régimen no surgió uno nuevo que se caracterice por ofrecer a sus miembros una mejor forma de vida. Al romperse la cohesión del cuerpo político, lo que quedó en su lugar fue la proliferación de poderes con capacidad de disputarle al Estado, así sea en ámbitos restringidos, el monopolio de la decisión política, del uso de la violencia y de la vigencia de la ley: cacicazgos locales y regionales (entre los cuales se destacan gobernadores de ciertos estados y alcaldes de algunos municipios, junto con los grupos de poder que encabezan o a los que rinden cuentas; líderes sindicales, particularmente de sindicatos influyentes, como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación o el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana; dirigentes de organizaciones campesinas y caciques de comunidades agrarias, sobre todo en regiones del campo donde grupos priístas siguen manipulando las formas de organización); poderes fácticos de la economía (oligopolios y monopolios en la televisión y los medios electrónicos, en las telecomunicaciones, en la banca y en otros sectores clave de la economía); bandas de la delincuencia organizada (que se dedican no sólo al narcotráfico sino al secuestro, al robo en gran escala de coches, a la extorsión y a la recaudación de impuestos, por ejemplo bajo la forma del cobro de “derecho de piso”; todo 31 Roux R. Op. Cit. p. 244. 254 esto con la protección de elementos policíacos y funcionarios gubernamentales de distintos niveles32). El PRI desapareció como partido de Estado o partido del régimen33, pero no como cultura y práctica de la política: el fraude electoral es una tradición que sigue vigente (los comicios federales del 2006 estuvieron plagados de irregularidades y llevaron al candidato del PAN, Felipe Calderón, a ocupar la presidencia de la República con un discutible 0.25% de ventaja en los votos; las elecciones internas de los principales partidos políticos nacionales, cuando las hay, generalmente terminan con acusaciones mutuas de fraude electoral entre los contendientes); los mecanismos autoritarios del corporativismo permanecen prácticamente intactos (los gobiernos panistas de la “alternancia” decidieron gobernar en alianza con el PRI, lo que les ha permitido, entre otras cosas, utilizar los servicios de control social de las dirigencias corporativas, aprovechando el poder que éstas mantienen en sindicatos, organizaciones campesinas y sociales); la corrupción es una costumbre arraigada, que cuenta con un amplio consentimiento social (desde la pequeña “mordida” para evitar una multa de tránsito o agilizar un trámite burocrático, pasando por el famoso diez por ciento que un particular tiene que entregar a los funcionarios públicos que autorizan a su favor un contrato u otorgan una licitación, hasta la creación de inmensas fortunas que son el resultado de negocios realizados con el poder político y bajo su amparo34); el patrimonialismo sigue siendo una forma de utilización de los recursos públicos al servicio de los intereses privados (las compensaciones y sueldos desmedidos, canonjías y prebendas de los altos funcionarios, legisladores y ministros; la utilización de los programas de gobierno para crear o mantener clientelas que reditúen votos o capacidad de negociación de puestos públicos; las partidas presupuestales que terminan en las cuentas 32 El desafío de los cárteles de la droga al Estado y a la institución presidencial ha llegado al punto de dar a conocer en varias ocasiones mensajes en los que amenazan a Felipe Calderón, en respuesta a la campaña militar y policiaca que la administración de éste conduce en contra del narcotráfico. Esta situación, que hasta hace poco tiempo era impensable, exhibe la pérdida de la autoridad, que no hay que confundir con el poder, presidencial. 33 Octavio Rodríguez Araujo propone esta última denominación. Cf. Rodríguez Araujo O. “Metamorfosis del régimen político mexicano, ¿irreversible?”. En: Rodríguez Araujo O. Coordinador; Aziz Nassif A. et al. México: ¿un nuevo régimen político? México, Siglo XXI; 2009. p. 254. 34 Esa mezcla de corrupción, control corporativo y capitalismo oligárquico, que constituye la versión peculiar del capitalismo que impera en México y que Denisse Dresser caracterizó en la ponencia titulada “México, capitalismo de cuates”, que presentó el 29 de enero de 2009 en el foro “México ante la crisis”, convocado por el Congreso de la Unión. Cf. http://www.reportebrainmedia.com/content/el-discurso-que-casi-todosquisieran-decir 255 bancarias de los gobernantes; todo esto con independencia del partido político al que pertenezcan los usufructuarios); la impunidad continúa siendo el atributo dominante en el terreno de la justicia (más del noventa por ciento de los delitos comunes quedan sin castigo; pero además la justicia es ejercida selectivamente en beneficio de los poderosos: para proteger los abusos de poder de algunos funcionarios, el enriquecimiento inexplicable de no pocos gobernantes, los fraudes gigantescos en obras públicas realizadas por particulares y diversos delitos de “cuello blanco”). Este conjunto de rasgos muestran que la vida pública en nuestro país corresponde todavía a la de una “República simulada”. Aunque su lugar en la estructuración del Estado no sea el mismo de antes, el PRI sigue teniendo un gran poder como partido político y es la primera fuerza electoral en el país, aun cuando no cuente en su haber con la presidencia de la República. Gobierna más de la mitad de las entidades federativas, tiene la mayoría en la Cámara de Diputados y es el segundo grupo parlamentario en la de de Senadores -después de haber perdido la mayoría en la Cámara de Diputados en las elecciones federales de 1997, el PRI la recupera doce años después, en las elecciones de 2009, en las que también gana cinco de seis gubernaturas estatales en disputa35. Su posición lo coloca en una especie de co-gobierno con el PAN – pues está en posibilidades de imponer al titular del ejecutivo condiciones en la negociación de la agenda política nacional y en la aprobación de cualquier iniciativa de ley-, con lo cual prolonga en circunstancias ventajosas para sus intereses la alianza que mantiene con este partido desde que inició el sexenio de Salinas. Se habla del “regreso del PRI”36 y de que en 2012 pueda volver a la presidencia de la República para concretar una especie de 35 En las elecciones federales intermedias del 5 de julio de 2009 casi trece millones de personas votan a favor de los candidatos a diputados por el PRI. En las elecciones estatales de esta misma fecha, el PRI gana las gubernaturas de Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí. Solamente pierde en Sonora, en la que gobernaba, frente al PAN. 36 El cual se le atribuye en buena medida al poder de Salinas, a su activismo político y a sus nexos, mediante los cuales busca que su grupo político encabece la conducción del país una vez que el PRI tome posesión nuevamente de Los Pinos. El ex presidente cabildea a favor de Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México, quien encabeza la lista de precandidatos del PRI a la presidencia en las elecciones de 2012 –y quien además cuenta con el apoyo de la cadena Televisa. Algunos priístas consideran a Salinas como “el gran padrino” o “el gran gestor”. Cf. Villamil J. “De nuevo, tras el control y el poder”. Proceso. 2009, agosto 9, No. 1710. pp. 12-17. También cf. Ramírez C. El regreso del PRI (y de Carlos Salinas de Gortari). Barcelona, Planeta; 2009. Este libro, como lo dice su título, está dedicada casi en su totalidad al regreso de Salinas a la política. Sin lugar a dudas Salinas sigue teniendo un gran poder, como ningún ex presidente desde Calles, pero considerarlo el factótum de la política nacional, sin darle lugar a las condiciones políticas y a las fuerzas sociales que le hacen contrapeso, ¿no contribuye a la añoranza de un amo que tenga bajo su control al país y cuyo poderío sólo deja lugar a la resignación? 256 restauración del antiguo régimen, al capitalizar en su favor la ausencia de resultados favorables de la administración de Calderón y los efectos devastadores de la crisis financiera que inició a finales de 2008. Pero en los hechos el PRI nunca se ha ido, tiene amplias bases sociales y un núcleo duro de varios millones de votantes, sigue presente como partido, como cultura política de la simulación y como componente de la alianza estratégica entre dos bloques de derecha –la derecha priísta y la derecha panista- que actualmente gobierna nuestro país37. 37 La alianza entre el PRI y el PAN –popularmente conocida como PRIAN- va más allá de los acuerdos coyunturales que le permitieron a Salinas contar en el Congreso con los votos necesarios para tomar el poder, en medio de la crisis política desatada por la impugnación de la legalidad de las elecciones de 1988, y aprobar las reformas de corte neoliberal. La coincidencias entre las cúpulas de ambos partidos, pues la suya es una alianza que excluye a sus bases y suma a los grupos oligárquicos del poder económico del país, van más lejos, aunque eventualmente se disputen entre sí puestos públicos, cargos de elección popular y, sobre todo, el inmenso financiamiento público destinado a los partidos políticos. La liga entre esos partidos, según Arnaldo Córdova, “fue uno de esos nudos históricos que cambian el rumbo de todas las cosas” (p. 95), constituyendo una alianza estratégica de largo plazo entre dos bloques de la derecha, la priísta y la panista, para asegurar la permanencia del modelo económico del que son usufructuarios y evitar el acceso al poder de una fuerza política que pudiera cambiarlo. Véase. Córdova A. “La democratización de México. Alternancia y transición”. En: Rodríguez Araujo O. Coordinador; Aziz Nassif A. et al. Op. Cit. pp. 89-119. 257 XII. CONCLUSIONES Hacer caso del magnicidio de Colosio nos ha permitido establecer su trama literal, tomando nota de los decires textuales de sus protagonistas y de los testimonios que adquirieron un estatuto público, delimitando cuando es posible la posición subjetiva de quien enuncia, los contextos de enunciación respectivos y los momentos clave que escanden este acontecimiento de nuestra historia reciente, enmarcado en la crisis terminal del régimen de partido de Estado. Esta perspectiva ha puesto en relieve la textura subjetiva de la política, volviendo tangible lo que el psicoanálisis puede aportar al estudio de esta actividad humana, con lo cual el abordaje de este caso ha hecho posible advertir algunos indicios que habían sido ignorados y le ha otorgado una consistencia distinta a otros que ya habían sido considerados por quienes se han ocupado previamente del asesinato del candidato priísta. Así, el acto de Salinas de designar a Camacho como Comisionado para la Paz y la Reconciliación muestra su estructura performativa1. Al anunciar que pone “fin a lo que no funcionó”2 Salinas no solamente remueve a miembros de su gabinete que no habían funcionado adecuadamente en la coyuntura y designa al encargado de negociar la paz con el EZLN, sino que, al resucitar políticamente al principal rival del candidato que él mismo había elegido, le pone fin a la sucesión priísta ortodoxa y a la candidatura presidencial de Colosio en tanto abanderado del régimen, al quedar en evidencia que la práctica autoritaria del dedazo y el destape se ha vuelto caduca en las condiciones de la crisis política desatada por la rebelión zapatista, dejando la legitimidad del candidato oficial en vilo, dadas esas modalidades tradicionales en las que fue ungido. Este acto de Salinas recibe una confirmación con un lapsus que el entonces presidente de la República comete: al fundamentar su decisión en las facultades que la Constitución le otorga, equivoca el artículo constitucional correspondiente y señala uno que enumera ¡los requisitos que debe cumplir un aspirante a la presidencia! En efecto, la decisión de Salinas habilita a Camacho para esa función al colocarlo en el centro del escenario y de la agenda política nacional. De tal 1 Cf. Austin J. L. Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona, Paidós; 1971. Cf. Chávez V., Moreno M., Sánchez J. y Rodríguez J. “Fin a lo que no funcionó: Salinas”. El Financiero, 1994, enero 11. 2 258 manera que un acto fallido redobla a aquel acto y le transfiere su carácter de acto logrado. La rectificación que ese mismo día por la noche hace pública la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia no puede anular la dimensión real de ese acto una vez que ha sido efectuado3. El doble acto de enunciación mencionado constituye el “grano de verdad”4 del rumor que antecede al asesinato de Colosio, el cual pregona que ocurrirá un cambio de candidato en el partido oficial o la designación de un candidato alterno apoyado por el presidente de la República, a quien se le atribuye orquestar una conspiración encaminada a estos fines. Esta versión de la voz popular adquiere una rápida y extensa credibilidad social, es insistentemente comentada en los medios de comunicación y en los espacios públicos, resiste a los desmentidos de los voceros oficiales y oficiosos, sobrevive al registro oficial de Colosio como candidato y es compartida por éste, su equipo de campaña, sus familiares y amigos. Este rumor revela tener una fuerza performativa que se muestra en los efectos reales e imaginarios que tiene sobre la candidatura del aspirante priísta, pues no se limita a constatar una situación política, sino que forma parte de ella, la provoca en alguna medida, hace al decir reiteradamente lo que dice: modifica la correlación de fuerzas tanto al interior del grupo gobernante como en las relaciones de éste con otras fuerzas políticas, profundiza la crisis del régimen que estaba en curso, reposiciona a los distintos aspirantes a la presidencia, termina por afectar la imagen pública del candidato oficial ante sus potenciales electores y lo sitúa en una posición de debilidad al quedar su candidatura marcada por la incertidumbre, hasta el punto en que el mismo Colosio llega a plantearse la posibilidad de renunciar. En estas condiciones el decir tiene valor de acto. Al estudiar este caso, el rumor deja ver otro ángulo hasta ahora inadvertido: sus relaciones cercanas con el chiste tal y como lo abordó Freud5. Tanto el chiste como el 3 Cuestión que es nuevamente confirmada por otros dos lapsus de Salinas en los que nombra a Camacho en lugar de Colosio, uno de ellos en una declaración ante el fiscal del caso (Aguilar Camín H. La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. p. 37) y el otro en una entrevista televisiva cuando están por cumplirse diez años del asesinato del candidato priísta (Castillo García G. “Niega Carlos Salinas haber tenido diferencias con Luis Donaldo Colosio”. La Jornada. 2004, febrero 12). 4 Freud S. Moisés y la religión monoteísta. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu; Vol. XXIII, 1976. p. 125. 5 Freud S. El chiste y su relación con lo inconciente. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, Vol. VIII; 1979. 259 rumor poseen el atractivo y la fascinación propia de la novedad; uno y otro corren de boca en boca y al ser creaciones del lenguaje no es posible asignarles un autor; ambos requieren de la autentificación en el lugar del Otro y cumplen su circuito en él, sea mediante la risa de quien sanciona el chiste como tal y luego se lo cuenta a otro o sea mediante la reiteración de quien habiendo escuchado el rumor lo relanza al transmitirlo a otro, quien a su vez lo transmite nuevamente; alguien le cuenta algo a otro, que a su vez se lo cuenta a otro, más lo que el chiste o el rumor predican de algo o de alguien: estos componentes están enlazados de tal manera que si uno de ellos se desanuda todos los demás se sueltan, lo que conforma una estructura borromea que al deshacerse provoca la desaparición del chiste o del rumor en cuestión. Así como el chiste también el rumor tiene un público, y si cualquiera puede participar en su difusión es necesario además que forme parte del horizonte cultural y lingüístico compartido por ese público. En el caso del chiste político aparecen otros rasgos adicionales que comparte con el rumor estudiado: en la medida en que los dos provienen del campo del lenguaje son un recurso de reivindicación en contra del poder político, pues escapan a las distintas formas de control, sea el de las convenciones sociales que regulan lo que puede o no ser dicho, sea el del saber científico que pretende explicarlos y predecirlos, sea el del poder político que busca suprimirlos o contrarrestarlos a través de la censura y la propaganda oficial y oficiosa; a través del insulto, la diatriba y la caricatura mordaz, el participante en la circulación del chiste y el rumor políticos busca la degradación del amo como único recurso en contra de su poder y encuentra un goce cercano al de lo cómico: el que se desprende al desenmascarar, por la vía de su ridiculización, la pretensión fálica de ese poder, ahí donde se presenta como lo que no es o con una potencia que no le pertenece. El murmullo popular que pertinazmente pone en duda la candidatura de Colosio no deja de ridiculizarlo al negar la “potencia”6 que los jerarcas del partido oficial le atribuyen y al insistir en su debilidad política, poniendo en entredicho sus capacidades para hacer frente a la nueva situación del régimen. El rumor que sigue al asesinato de Colosio, que atribuye este hecho a una conjura maquinada en las altas esferas del poder estatal, está organizado como una teoría de la conspiración. Esta teoría sostiene que el crimen del candidato priísta fue orquestado por un 6 Agencias. “La fuerza de Colosio está fuera de duda, dice Emilio M. González”. Siglo 21, 1994, enero 20. 260 poder capaz de controlar a una gran cantidad de individuos, manipular instituciones nacionales y extranjeras, silenciar a quienes hubieran descubierto alguna prueba de la conjura, suplantar al verdadero asesino, nombrar a un nuevo candidato presidencial conforme a sus intereses y engañar a la opinión pública a lo largo de los años, pues su proceder no deja ningún cabo suelto. La explicación exhaustiva que aporta esta teoría se apoya en la infalibilidad de un amo que detenta un poder y un saber ilimitados. De esta manera se da lugar a un discurso que tiene un sentido unívoco, pleno, en el que elementos que se encuentran disjuntos quedan englobados en una esfera en la que encuentran su sitio exacto y se vuelven comprensibles. El rumor que le atribuye a Salinas, o a un personaje con un poder equiparable al suyo, la autoría de esa colosal conspiración, tiene la estructura del discurso del amo, permanece girando alrededor de esta figura a la que admira y repudia por igual y promueve la fascinación hacia ella. Por esta vía la voz popular le reintegra al poder lo que escapa a su dominio y ratifica al amo en su lugar: le regresa a la figura del presidente un poder que ya perdió, como lo evidencia el asesinato del candidato oficial y las circunstancias políticas que lo volvieron posible. Aquí el discurso del amo demuestra su aptitud para hacer lazo social, un lazo social que sostiene las relaciones de poder vigentes y que produce un desecho: tal es el lugar en que va a quedar Aburto al ser forcluido por un rumor que le niega la autoría de su acto y hasta su identidad, al hacerlo objeto de una suplantación –de la que, por cierto, hasta su madre llega a dudar. Por otro lado, si es posible sostener que las teorías de la conspiración comparten una serie de rasgos con los llamados delirios sistematizados –otorgan a casi todo acontecimiento una significación que lo convierte en un indicio que comprueba las premisas de partida; cada nuevo dato que es captado en el entorno es incorporado para fortalecer la trama interpretativa; nada de lo ocurre es fortuito, no hay lugar para las coincidencias ni el azar; son particularmente alérgicas a las objeciones y no pueden ser objeto de discusión dado que los indicios en que se basan son encubiertos; por lo mismo, están sostenidas por un grado de convicción tal que las hace particularmente resistentes a los intentos de persuasión; atribuyen a los conspiradores planes de gran alcance, perfectos e infalibles, que se convierten en la causa de todo cuanto ocurre-, el estudio de caso que hemos efectuado aquí nos lleva a concluir que esta comunidad de forma no lo es de estructura, y esto en razón de las diferencias en la posición subjetiva de quien participa de 261 un delirio y quien participa de una teoría de la conspiración que circula bajo la modalidad del rumor. Esa disparidad es también la que existe entre certeza y creencia, y se la puede encontrar en la distancia entre la posición de Aburto y la de quien participa en la difusión del rumor que imputa el asesinato de Colosio a una conspiración. Si bien en ambos casos hay un lazo con el “se dice” que proviene de los otros, quien transmite el rumor participa de una creencia que es compartida socialmente. Esta creencia, al predicar que el homicidio del candidato presidencial priísta fue llevado a cabo por una conspiración forjada en la cúpula del poder estatal, sostiene también que este poder es poder-todo, que lo puede todo, como lo prueba la habilidad de la conjura para mantener bajo control todos los hilos, para utilizar su capacidad hipnótica de engaño y mantenerse oculta. Pero este poder-todo carece de algo: la garantía de su existencia. Puede todo, menos aportar la prueba última de que existe, lo que abre la posibilidad de su no existencia –como ocurre con dios. Por eso la creencia tiene que reiterar la búsqueda de pruebas que le den sustento, tal como ocurre con el rumor de la conspiración que busca insistentemente los indicios que lo confirmen. Ahora bien, quien participa en la transmisión de este rumor, y consecuentemente comparte la creencia que lo sostiene, lo hace en calidad de cualquiera, lo que significa que no esta comprometido su nombre ni su posición enunciativa, por lo tanto su participación no lo conduce a un acto. En lo que respecta a la posición de Aburto las cosas son fundamentalmente distintas: él es convocado personalmente por las condiciones políticas que dieron lugar al rumor de un cambio de candidato en el partido oficial. Hay en esas circunstancias algo que él tiene la certeza de que le concierne: el sacrificio que debe realizar de su nombre, su familia y su vida, para salvar al país del peligro en el que se encuentra. Se trata de una significación personal en la que está en juego su nombre propio y la nominación de Caballero Águila que viene a ocupar el lugar de éste. A diferencia del que participa de la propagación del rumor, Aburto está comprometido en la realización de un acto -al asesinar a Colosio se está ofreciendo él mismo en sacrificio para salvar al país- que solamente él está llamado a realizar y con el que termina por suscribir esa certeza que lo habita. La posición subjetiva de Aburto corresponde a la que Sérieux y Capgras identifican como la divisa del 262 interpretador: tua res agitur, tu interés está en juego, esto te concierne7. Cuestión que le viene desde el lugar del Otro, pues no es él quien se toma por Caballero Águila, sino que es nombrado como tal por un anciano revolucionario que además no habla en su nombre sino en nombre del pueblo. Al asumir esa nominación Aburto la acepta junto con todas sus consecuencias Si la posición de Aburto puede ser calificada de delirante, es necesario tener en cuenta al mismo tiempo que eso que se ha llamado delirio es una creación del lenguaje que está tejida con la realidad humana de un lenguaje compartido con otros. Un delirio está ligado al lazo social en el que surge y es entonces inseparable de los discursos, los signos y los mensajes que forman parte de su estructura, su materia y su tema. Aburto da muestras de mantener un estrecho contacto con su entorno, al que estudia y escudriña con detalle, está al tanto de la situación política del país, de la crisis por la que atraviesa el régimen y del rumor de un cambio de candidato en el PRI. Aunque Aburto no forme parte de una conspiración, no actúa solo al asesinar a Colosio: está acompañado por ese colectivo de contornos indefinidos que opera como agente del decir social que constituye la vox pópuli, del rumor que afecta a la candidatura de Colosio, pues ese colectivo está advertido de la magnitud política de la crisis que afecta al régimen de partido de Estado y a su ritual sucesorio, que en esas circunstancias se ha tornado caduco. Al jalar el gatillo de su viejo revolver, Aburto termina por darle el tiro de gracia a la tradición sucesoria del régimen priísta -uno de los pilares fundamentales de éste-, pero con esto no hace sino culminar una tarea que otros acontecimientos y personajes habían iniciado antes que él: el deterioro de sesenta y cinco años de un régimen autoritario, la crisis política del ’88 y ilegitimidad que marcó el gobierno de Salinas desde su origen, la otra crisis desatada en el ’94 por la rebelión del EZLN, la serie de acciones de los gobiernos tecnócratas encaminadas a minar las estructuras corporativas del PRI, el destape de Colosio siguiendo reglas y condiciones que posteriormente se revelerían caducas, la decisión de Salinas de nombrar a Camacho como negociador de la paz con los zapatistas. Este conjunto de factores conspira para provocar el aborto de la candidatura de Colosio y terminar con su 7 Sérieux P y Capgras J. Las locuras razonantes. El delirio de interpretación. México, Colección libros de artefacto; 2002, p.45. 263 vida. Desde estas circunstancias Aburto es llamado a cumplir su misión y convertirse en el brazo ejecutor de los designios de la voz popular. El análisis del entramado de lazos sociales en el que tuvo lugar el magnicidio que terminó trágicamente con la candidatura y la vida de Colosio nos ha permitido salir de la oposición binaria asesino solitario versus conspiración, para concluir que “lo colectivo no es nada sino el sujeto de lo individual”8. Como ya se dijo en el capítulo anterior, el asesinato del candidato priísta es un crimen de Estado, pero no porque sea forzosamente el resultado de una conspiración fraguada en las altas esferas del poder estatal, sino porque está ligado a la desaparición de una forma particular del Estado mexicano. Este es el panorama en el que hay que situar el asesinato de Colosio, con sus antecedentes y sus consecuentes. Entonces, frente a la pregunta que con escepticismo inquiere si algún día sabremos la verdad sobre este crimen, es posible responder con otra pregunta: ¿Y si la verdad está a la vista… la podremos reconocer? 8 Cf. Lacan J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”. En: Escritos 1. México, Siglo XXI; 1989. p. 203. 264 BIBLIOGRAFÍA Accetto T. De la disimulación honesta. México, Libros de artefacto; 2001. Agamben G. El reino y la Gloria.. Una genealogía teológica de la economía y del gobierno. Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora; 2008. Agencias. “Carpizo a Gobernación y Camacho a la Comisión por la Paz en Chiapas”. Siglo 21, 1994, enero 11. Agencias. “La fuerza de Colosio está fuera de duda, dice Emilio M. González”. Siglo 21. 1994, enero 20. Agencias/DF. “No declinaré a favor de Camacho, dice Cárdenas”. Siglo 21. 1994, enero 21. Agencias. “¡Que no se haga bolas nadie!, Colosio es el candidato, dice Salinas”. Siglo 21, 1994, enero 28. 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