LA LUZ ELÉCTRICA Y EL GAS Los argumentos prueban bien, pero

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LA LUZ ELÉCTRICA Y EL GAS
Los argumentos prueban bien, pero los hechos prueban mejor.
Los
pueblos
nuevos
de
América,
que
con
prisa
mexicana
y
bonaerense están determinados a subir de un salto el puesto a que
su inteligencia y riqueza natural los llaman, obrarán con cordura al
reemplazar el alumbrado turbio de sus calles tenebrosas, en
sustituirle el que está demostrando ya todas sus ventajas sobre el
gas: el alumbrado eléctrico.
Lo que en Boston sucede puede servir de ejemplo. Cuando se
introdujo en la ciudad la luz eléctrica, pagaba el municipio por cada
mil pies de gas dos pesos, y los particulares dos pesos ochenta
centavos: ahora el municipio paga un peso treinta centavos, y un
peso ochenta los particulares; y al paso que el costo del alumbrado
ha venido siendo menor, no ha habido en los Estados Unidos
población mejor iluminada que la ciudad de los recuerdos históricos,
de los colegios y de los hombres de letras.
Un hecho incidental, que no debe ser callado, ha venido a
añadir valor a la luz eléctrica, escrutadora y penetrante: la policía de
Boston ha declarado que se nota rebaja en los crímenes desde que la
nueva luz fue introducida en la ciudad.
La América. Nueva York, abril de 1884.
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