06-07-2013 http://www.elperiodico.com.gt/es/20130705/pais/230642/ OEA promueve una tregua entre maras en Guatemala Adam Blackwell confirma que ha platicado con las pandillas guatemaltecas para propiciar que se “corra el Sur”, que es la norma entre las pandillas que prohíbe los ataques entre ellos. Después de la tregua entre las pandillas de El Salvador y Honduras, donde dejaron de enfrentarse a raíz de un pacto promovido por el Gobierno y la Iglesia católica, los reflectores apuntan hacia Guatemala, donde ocurren 95 homicidos por cada 100 mil habitantes anualmente. El secretario de Seguridad Multidimensional de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Adam Blackwell, quien ha articulado las treguas en los países vecinos y ha hablado con las pandillas de Guatemala desde hace ocho meses, espera que un pacto se formalice en medio año. La estrategia busca que las pandillas salvadoreñas transmitan su experiencia a las guatemaltecas, para que compartan los beneficios del pacto, que ha disminuido la tasa de homicidios y que pretende reinsertar a sus miembros en la sociedad, mejorar la vida carcelaria y que se deje de criminalizar a los parientes de los pandilleros. Raúl Mijango, el exguerrillero que medió en la tregua salvadoreña, ha confirmado las reuniones con integrantes del Barrio 18 guatemalteco, para informarles de la evolución de la tregua que ha reducido a un 30 por ciento los homicidios (según datos de la Policía de El Salvador), en un año y tres meses. En Honduras, Blackwell está trabajando en el desarme, ya que el 29 de mayo los pandilleros pidieron perdón a la sociedad y firmaron la tregua. El primer paso En marzo de 2012, Mijango y Fabio Colindres (un exguerrillero y un sacerdote) mediaron para que las pandillas enemigas dialogaran adentro de la cárcel de Zacatecoluca, en El Salvador, y acordaran “no matarse” a cambio de mejoras carcelarias. Ambos indican que los representantes de las pandillas guatemaltecas que viajaron a El Salvador manifestaron su interés en la tregua. Personas cercanas a las pandillas de Guatemala aseguran que desde hace varios años han tenido el deseo de afianzar un pacto, de reingresar a la sociedad y conseguir trabajos legales, pero señalan que existe mucha desconfianza. Afirman que el Gobierno debiera acercarse “honestamente”, ya que han existido intentos de diálogo con las autoridades donde los pandilleros creyeron en ellos y terminaron asesinados. Una de las diferencias que complica la tregua en Guatemala es que aquí ya hubo un pacto en 1992, pero la MS-13 lo rompió el 15 de agosto de 2005. Ese día, adentro de nueve cárceles, la MS-13 sorprendió al Barrio 18. La jornada de vuelta a la guerra dejó 36 muertos a manos de los salvatruchas. Este hecho es algo que los de la Mara 18 no olvidan. Incluso, algunos se han tatuado esa fecha junto al nombre de algún compañero caído. El ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, indica que “sería bienvenido un pacto sin la mediación del Gobierno, planeado por personas ajenas al Estado”. Asegura no saber de las pláticas de la OEA con los pandilleros, pero que el primer paso debería ser “entregar las armas y que se pronuncien públicamente diciendo que abandonan el sicariato y las extorsiones”. El Ministro señala las diferencias entre el caso de El Salvador y el de Guatemala, pues según él, las células pandilleras guatemaltecas están más dispersas y actúan separadas entre sí. La raíz El exdirector de la Policía de Nicaragua Francisco Bautista indica que las razones de la existencia de las pandillas son las desigualdades socioeconómicas. Según Bautista, “mientras Honduras, El Salvador y Guatemala se ven afectados por la violencia de las pandillas, Nicaragua no sufre los mismos niveles de homicidios”. Las razones para que en Nicaragua ocurran cada año 11 homicidios por cada 100 mil habitantes en lugar de 95, son varias, según Bautista. “La Revolución Sandinista de 1979 tuvo un impacto en la vida social del país, pues se profundizó la oportunidad para las movilizaciones sociales y fue la base para limitar las pandillas”, opina. Además, durante la Revolución “a los nicas les dieron asilo político en Estados Unidos, porque estaban confrontados y eso impidió la deportación de personas vinculadas a las pandillas“, acota Bautista. López Bonilla aceptó que era necesaria una Policía Preventiva como la nicaragüense. elPeriódico contactó al sacerdote Hugo Otto Paz, quien dirige un centro en el que se les brinda ayuda a “jóvenes en riesgo” para que no se involucren en las pandillas. Según Paz, “la búsqueda de una pandilla es la búsqueda de supervivencia”. El religioso cree que el pacto que realmente deben hacer los gobiernos es “construir más escuelas, más hospitales y eliminar la pobreza”. Pero los pactos tienen sus detractores. Una fuente, que pidió no ser citada, refirió que “el único sentimiento de las maras es aniquilar al oponente”. Según esta persona, quien laboró en el Sistema Penitenciario, “las extorsiones solo son un medio para perpetuar la guerra entre las pandillas”. Esta fuente cree que el pacto es una estrategia fraguada por las pandillas, porque “es la única forma que tienen de sobrevivir” y considera que los proyectos de reinserción de pandilleros han fallado, ya que en muchos casos utilizan la confianza de los individuos para aprovecharse de esas oportunidades, sin pensar por un minuto en cambiar su forma de vida”.