COMENTARIO DE UN TEXTO DE MARÍA ZAMBRANO “A pesar de que en algunos mortales afortunados, poesía y pensamiento hayan podido darse al mismo tiempo y paralelamente, a pesar de que en otros más afortunados todavía, poesía y pensamiento hayan podido trabarse en una sola forma expresiva, la verdad es que pensamiento y poesía se enfrentan con toda gravedad a lo largo de nuestra cultura. Cada una de ellas quiere para sí eternamente el alma donde anida. Y su doble tirón puede ser la causa de algunas vocaciones malogradas y de mucha angustia sin término anegada en la esterilidad. Pero hay otro motivo más decisivo de que no podamos abandonar el tema y es que hoy poesía y pensamiento se nos aparecen como dos formas insuficientes; y se nos antojan dos mitades del hombre: el filósofo y el poeta”. (“Filosofía y poesía”) 1º. Explica el significado de las palabras subrayadas. Forma expresiva: El ser humano tiene diversas maneras de manifestarse que se corresponden a sus diversas necesidades, experiencia, sentimientos. En el plano gramatical distinguimos entre oraciones enunciativas, exclamativas, desiderativas. Aunque María Zambrano se refiere a algo más importante que es la diferencia entre el concepto y la metáfora, es decir, que el ser humano se aproxima a la realidad, bien del modo cerrado y riguroso que le permite el concepto ( su forma expresiva más importante es la Ciencia) o bien en la forma abierta a las diversas posibilidades que la metáfora permite y que tiene su forma de expresión más acabada en la poesía. Dos mitades del hombre: María Zambrano se refiere a las dos dimensiones desde las que nos podemos entender: -Dimensión material: La cual se corresponde con las leyes físicas de este mundo concreto en el que vivimos. A esta dimensión se accede mediante la forma de expresión conceptual. -Dimensión espiritual: Se corresponde con un fondo oscuro, enigmático, misterioso, sagrado, que es el que dotaría de sentido real a nuestras vidas. A esta dimensión se accede mediante la metáfora y la poesía. 2º. Temática planteada en el texto. En este texto María Zambrano combina las preocupaciones lingüísticas con las antropológicas, es decir, las disquisiciones sobre el lenguaje con las referidas al ser humano, ya que ambas están íntimamente entrelazadas. María Zambrano vivió una época de crisis de la ciencia, crisis de la razón, crisis del ser humano en definitiva. Las guerras. Los holocaustos hacían plantearse la cuestión definitiva de qué es la humanidad. Algunos pensadores, como Nietzsche, habían dictado la sentencia de muerte para el ser humano, y otros, como Heidegger, la estaban llevando a la práctica. Sin embargo, para María Zambrano todavía había motivo para la esperanza, una esperanza que residía en la regeneración de la dimensión perdida por el ser humano (la dimensión de lo sagrado). Esa dimensión humana había sido olvidada, mutilada por una cultura, la occidental, que habría puesto el énfasis exclusivamente en la dimensión material. Una cultura que habría llegado a su apogeo en la moderna sociedad democrático-capitalista al reducir al ser humano a un nuevo objeto y sujeto de consumo. Esta regeneración de lo sagrado solo es posible mediante la forma de expresión literaria de la metáfora en cuanto que ésta es el instrumento lingüístico capaz de, bordeando las apariencias, llegar al núcleo de la realidad. 3º. Contraposición con otra posición filosófica. Resulta esclarecedor contraponer la filosofía de María Zambrano a la de su maestro Ortega, ya que a partir de un mismo tronco común se encuentran sutiles, a la vez que grandes diferencias. María Zambrano aprendió de Ortega la repuesta de su época a la crisis de la razón moderna: el Raciovitalismo, doctrina filosófica que busca enmarcar la Razón en un marco global que sirva para concretizarla. María Zambrano se diferencia de Ortega precisamente en el marco que postulan para comprender la razón. Ortega propugna una Razón Histórica en la que el individuo se comprende a partir del estudio de las circunstancias históricas, sociales, culturales en las que vive. La frase de Ortega “Yo soy yo y mis ciercunstancias” sintetiza este punto de vista. Por el contrario María Zambrano se adentra en el seno del individuo para buscar en él y desde él las raíces vitales de una razón plena, encontrando en el fondo oscuro del individuo una dimensión sagrada, misteriosa, enigmática desde la cual se hace posible un conocimiento o Razón Poética. En este punto, por tanto, María Zambrano se aleja de su maestro Ortega y se acerca a otro filósofo español de la época, Miguel de Unamuno, en el que encontrará la inspiración para esta dimensión poética del ser humano. También hemos de considerar el paralelismo que se establece entre el pensamiento de María Zambrano y el de Martín Heidegger, que por las mismas fechas estaba igualmente buceando en las raíces existenciales del individuo. Actualidad de su pensamiento: · su insistencia en bucear en la s profundidades del ser humano buscando lo que tiene de especial y original. · su manera d e relacionarse con los demás mediante lazos de amor y no de odio. · su predisposición de abrirse al mundo en vez de imponerse a él. Las anteriores son categorías fundamentales en unos tiempos de crisis de la civilización occidental como en los que vivimos, en los que la globalización, el consumismo, la manipulación mediática, las guerras imperialistas, el auge de los fundamentalismos, parecen estar condicionando a la humanidad en bloque a una confrontación destructiva con ella misma y a la naturaleza.