FERT NT.112_2/1 Los nietos y las etapas educativas Introducción Para orientar debidamente la educación de un niño, hay que partir de dos elementos fundamentales: Su temperamento y las características propias de su edad. Conviene distinguir entre temperamento y carácter. El temperamento es el conjunto de inclinaciones innatas en cada persona, resultantes de su constitución biológica, que imprimen unos rasgos instintivos a su conducta. Por otra parte, el carácter comprende aquellas disposiciones, actitudes y comportamientos habituales que están modelados por su inteligencia y su voluntad. Así podría afirmarse que “con el temperamento se nace “ pero “el carácter se hace “. Desde esta perspectiva: el conocimiento de los hijos sería el punto de partida; la educación del carácter su finalidad Diferentes tipos de temperamentos Entre otras, es muy conocida la clasificación que hace Le Gall sobre los distintos tipos de temperamento. Se apoya en la combinación de tres componentes: la actividad, la emotividad y la resonancia La actividad no tiene nada que ver con el activismo, o con el movimiento exacerbado de la persona nerviosa. Es activo quien tiene una necesidad espontánea de actuar; se siente empujado a la acción. La emotividad es la conmoción que nos producen los acontecimientos de nuestra vida diaria. Todos tenemos esa capacidad de conmovernos, pero se llama emotivo, únicamente a quien se conmueve con mucha facilidad. FERT NT.112_2/2 La resonancia es la repercusión que las impresiones tienen sobre el ánimo de cada persona. Cuando las impresiones tienen efecto de manera inmediata, la resonancia es primaria. En cambio si las impresiones influyen en un momento posterior a la excitación la resonancia es secundaria. De la combinación de estas tres características, se pueden obtener ocho tipos diferentes de temperamentos: - Emotivo, Activo, Primario COLÉRICO - Emotivo, Activo, Secundario APASIONADO - Emotivo, No - activo, Primario NERVIOSO - Emotivo, No - activo, Secundario SENTIMENTAL - No - emotivo, Activo, Primario SANGUÍNEO - No – emotivo, Activo, Secundario FLEMÁTICO - No - emotivo, No - activo, Primario AMORFO - No – emotivo, No activo, Secundario APÁTICO Evidentemente estos temperamentos no se dan casi nunca de forma exclusiva . Lo habitual es que el temperamento de una persona se aproxime a uno de ellos y tenga algún matiz de otro. El colérico necesita a una persona que le ayude a reflexionar, a encauzar sus proyectos, que le exija a dejar bien acabadas las tareas que empieza. No sirven de nada ni las amenazas ni la exigencia extrema. Se llega a él a través de los sentimientos . El apasionado- por su tendencia a ser independiente – necesita participar en trabajos de equipo y de servicio a los demás Debido a su vertiente emotiva, se le puede ganar por el “corazón”. El nervioso necesita mucha serenidad en las personas de su entorno que desean ayudarle. Hay que exigirle en objetivos muy concretos, a corto plazo y con un seguimiento constante durante su ejecución. FERT NT.112_2/3 El sentimental necesita un ambiente que le dé confianza por parte de sus educadores, que le ayude a creer en sus posibilidades. Conviene que- con el tiempo- vaya aceptando encargos de dificultad creciente. El sanguíneo, debido a su tendencia a la extroversión, necesita de una mayor integración en la familia. Hay que estimularle su generosidad y respeto por los que le rodean . El flemático necesita de variedad de objetivos que le lleven a romper con la rutina .Hay que hacer que conviva y comparta con otros actividades o tareas en común. El amorfo necesita de una autoridad firme- aunque comprensiva-, que siga de cerca el cumplimiento de sus obligaciones sin admitir excusas . El apático necesita ayuda y comprensión para sacarle de la rutina que envuelve su vida. No hay que desaprovechar cualquier oportunidad que se presente, para alabar los logros que va adquiriendo Agunos rasgos propios según las edades Edad de la crianza. Hasta los dos y medio ó 3 años La imitación, el afán de repetir y el gusto por aprender son como “instintos” que se movilizan. Los padres son su marco de referencia. Durante la primera infancia: De 2 y medio a 3 años y medio Terquedad y obstinación: “Edad del no “. Afán de posesión: repiten con frecuencia “mío”. Aparición de los celos: quieren monopolizar el cariño de los padres. Sus movimientos ya no son tan espontáneos empiezan a tener algo de “picardía”. Empiezan a relacionarse con otros niños a los que tratan como objetos (les sirven para….). FERT NT.112_2/4 Los padres han de actuar de forma que les inspiren confianza y le exijan en su medida (evitando el niño caprichoso o el acomplejado). De 4 a 6 años: Edad del “juego en serio” Lo más característico es la mentalidad mágica y las preguntas continuas. Los padres necesitan llenarse de paciencia ante la avalancha de preguntas que son capaces de generar en poco tiempo. De 6 – 9 años Se produce la definitiva separación del juego a lo que propiamente son sus tareas. Se acabaron los cuentos y fábulas .Son los hechos reales o posibles los que atraen su interés. Siguen preguntando. Les gusta realizar encargos. Comienzan los primeros razonamientos. Etapa social centrada en sus compañeros de juego. De 8 y medio años - 11 años en niñas, 9 -12 niños En esta etapa ya comprende, ya se explica, ya es capaz de subordinar del caso particular a la ley general. Los chicos tienden a la intrepidez, al carácter pendenciero, a las pruebas de fuerza, travesuras, juegos violentos. Las niñas manifiestan formas más apacibles de vitalidad; juegos de habilidades, rítmicos... Ambos sienten una atracción por coleccionar. Aparecen los líderes de grupo. En los chicos según una valoración competitiva. En las chicas según el éxito que tengan por su atractivo personal. Se mueven según una moral colectiva: lo que “piensa”, lo que “hace” la mayoría. Empiezan a no ser sumisos a la autoridad. De 11 a 16 años en niñas, 12- 17 en niños Último periodo de crecimiento y aparición de los caracteres sexuales secundarios. Atracción y curiosidad por lo sexual . FERT NT.112_2/5 Afán de conocer todo lo nuevo. Eso les lleva a cambiar de opinión y de interés con frecuencia. Descubrimiento de su “yo”. Cuando eran pequeños, la opinión de sus padre profesores o personas adultas en general tenía para ellos visos de verdad, sin embargo ahora ya empiezan a querer manifestar su disconformidad – en general- a cualquier autoridad constituida. Es la etapa más emotiva de la vida. El “corazón” puede mucho más que la “cabeza”. Predominio del sentimiento sobre la voluntad. Aparecen en alto grado la necesidad de sentirse: amado, valorado y protegido. Con ello los primeros enamoramientos. Etapa muy propensa para idealizar: a personas, situaciones, proyectos etc. Como consecuencia de lo anterior muchas veces su personalidad está hecha de “retazos” (de las personas a las que admira). Se trata de un periodo caracterizado por la estabilidad emocional.