Las damas y el mandala. Las mujeres de Remansito en la huerta circular, una experiencia que pretenden replicar y extender en su comunidad. NÚMEROS SALUDABLES Cántaros de vida y salud Para el riego o para potabilizar el agua, los cántaros y filtros Yambui ayudan a optimizar el uso del líquido vital apelando a materiales reutilizables y sin agredir el medioambiente. Y ambui significa cántaro en guaraní occidental. Es el nombre que sus creadores le dieron a los productos que, fabricados con arcilla, son eficaces para un riego más eficiente y para obtener agua potable, útiles principalmente en zonas donde este líquido es escaso e insalubre. 20 VIDA Las piezas de alfarería acompañan al hombre desde la prehistoria y están íntimamente ligadas al desarrollo de la agricultura y de los primeros asentamientos humanos. En Paraguay, el Taller de Estudios para la Mejora del Hábitat (Temha), una empresa social, redescubre la utilidad de estos recipientes de cerámica y con sus productos ayuda a un mejor aprovechamiento del agua. Uno de ellos es el sistema de riego por membrana cerámica calibrada, un nombre extenso para designar el método que utiliza el kambuchi para proveer de agua a los cultivos. Y si bien los cántaros para el riego no son un descubrimiento nuevo, las ventajas que ofrece este sistema lo convierten en ideal en lugares con reducidos recursos hídricos como el Chaco. EXPERIENCIA A 150 metros de la ruta Transchaco, en el local del Centro de Desarrollo Comunitario de Remansito, una decena de mujeres, que representan a otras tantas familias del lugar, preparan un lugar de cultivo que utiliza el citado método de irrigación. Lidia Careaga, secretaria del Centro de Desarrollo Comunitario, toma la palabra y describe cómo se prepara la huerta orgánica, la que va a servir de muestra para que otras familias la reproduzcan en sus hogares. Antes de comenzar, Lidia nos muestra un montículo, que no parece diferente al que se forma cuando se barren las hojas del patio. Pero no. Servirá para el abono, que se prepara precisamente con restos de pastos, ramas y plantas que se dejan secar Hasta ahora, 2.700 cántaros calibrados para agricultura han sido distribuidos e instalados en las huertas orgánicas de más de 90 familias de comunidades indígenas de los Departamentos de Villa Hayes y Boquerón. Las comunidades beneficiadas son 28. De ellas, siete son del pueblo Angaité, seis de la parcialidad Enxet Sur, siete del pueblo Lengua Enlhet Sur y ocho de la parcialidad Nivaclé. Además, 120 mujeres y 12 varones cursaron en la Escuela Yambuí el módulo inicial intensivo de formación para monitores agroecológicos de huertas orgánicas familiares y un curso intensivo para la fabricación de un filtro cerámico bacteriológico. y pulverizar de manera natural. Ese nutriente se esparce en el hoyo donde está enterrado el cántaro, alrededor de este y en el espacio que queda entre sus paredes y las del agujero. El recipiente debe estar tapado para evitar que se convierta en criadero de mosquitos. En la tarea participan las 10 mujeres de la comisión Unidos Avanzaremos. Una de ellas, la que estaba cavando, colabora en la aplicación del abono. Lidia le da al- gunas indicaciones y aclara que se rellena con tierra el espacio que queda y se vuelve a poner el compuesto orgánico sobre la superficie alrededor de la boca de la tinaja. Luego se esparce ceniza –común, de carbón vegetal– a modo de plaguicida. La ventaja de este sistema es que cada planta elige cuándo consumir el agua y no depende del riego, ya que su acceso al líquido es permanente. El tamaño y la capacidad de cada tinaja se deben adecuar a cada planta en particular, pues existen las que son de alto consumo, como el tomate, y otras de bajo consumo, como el perejil y la albahaca, por citar ejemplos. Además, para que el proceso sea amigable con la naturaleza, el combate a las plagas se hace también de manera natural, como ya se mencionó, con defensivos orgánicos preparados con extractos vegetales y que no han tenido un proceso químico. “Los defensivos orgánicos son tóxicos”, aclara Rosa Gayoso, licenciada en Ciencias Agrarias y Ecológicas y asesora técnica de Temha, quien explica que también es posible combatir a las plagas con el cultivo de las llamadas plantas compañeras, cuyas flores atraen a insectos amigos, que se alimentan de los que atacan a los cultivos. La mariquita, la vaquita, el mboisy (mantis religiosa) y hasta las arañas se encuentran entre los insectos benignos y amigos del agricultor, e incluso las lombrices son beneficiosas a la hora de defender a los cultivos. VIDA 21 1 2 - El hoyo cavado 1 debe tener la profundidad suficiente como para cubrir el cántaro hasta el cuello. - El recipiente se 2 introduce en el agujero. - Se tapa la tinaja, 3 se rellenan los espacios y se dispersa alrededor el abono. 3 Otro aspecto notable de la huerta de Remansito es que los almácigos están dispuestos en una forma circular, llamada mandala, que también conecta a los cultivos con la armonía de la naturaleza, según los defensores del método. Están en preparación varias huertas, de distinto diseño. Tomate, locote, lechuga, acelga, zanahoria, perejil y apio son los cultivos preferidos. CONCEPTO El riego a través de cántaro permite un ahorro del 80% en la utilización del agua. Su utilización se enmarca en la corriente ecologista denominada permacultura, que consiste en el diseño de sistemas de agricultura y hábitats humanos sostenibles, basados en las relaciones encontradas en los patrones de la naturaleza. La experiencia de Remansito, que apoyan Global Infancia y la Christian Children’s Fund, pretende extender la adopción de este sistema entre las familias del lugar. Esta es la primera iniciativa que se realiza en una comunidad no indígena, pues varios grupos de pueblos originarios asentados en el Chaco ya la han incorporado desde tiempo atrás. 22 VIDA El cántaro con el filtro y el grifo incorporados. Garantía de agua potable y saludable. Las parcialidades aborígenes y la gente de Remansito, asimismo, tienen en común el uso de los filtros bacteriológicos, también desarrollados por Temha en un pro- ceso que llevó tres años de investigación al equipo encabezado por Antonio Mompó. Los coladores en cuestión son de cerámica, hechos con un compuesto que incluye arcilla del lugar, arena y material orgánico, aromita y aserrín. Se cuecen a 860 grados y después se les da un baño de plata coloidal para eliminar prácticamente el cien por ciento de las bacterias. El filtro, que tiene el aspecto y la forma de una plantera, se ubica en la boca del cántaro de arcilla y en él se echa el agua. La porosidad de la cerámica filtra el agua y la vuelve potable, algo indispensable para las comunidades que solo acceden al líquido a través del que se acumula en los tajamares. Para que el filtro mantenga sus propiedades de potabilizar el agua, se recomienda que sean sustituidos cada año y medio o cada dos años. En el caso de las comunidades indígenas, los que están instalados en las escuelas deben ser renovados preferentemente al comienzo de cada año lectivo. Los cántaros para irrigación y los filtros bacteriológicos son adquiridos incluso por residentes en zonas urbanas, pues los primeros son ideales para regar plantas ornamentales y los segundos garantizan la disponibilidad de agua potable, que puede ser utilizada incluso para lavar alimentos y utensilios. Presentes en la historia de la humanidad desde sus albores, las tinajas de cerámica siguen siendo hoy una alternativa no solo utilitaria sino también amigable con la naturaleza y, sobre todo, vehículos de salud, lo que multiplica su importancia en un país en el que amplias franjas de su población (solo el 55% de los paraguayos tiene este servicio) se encuentran con necesidades básicas insatisfechas. Texto: Carlos Darío Torres Fotos: Javier Valdez.