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des-encuentros, 2011,
Vol 9, P 44-54
Autoestima y Ansiedad Social en Personas con Discapacidad
Visual que Participan en Deporte Competitivo
y en Actividades Recreativas
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Autoestima y Ansiedad Social en Personas con Discapacidad
Visual que Participan en Deporte Competitivo
y en Actividades Recreativas
Self–Esteem and Social Anxiety in People with Visual Disabilities
to Participate in Competitive Sport and Recreation
Ana Lorena Mora Mora, Jorge Lobo Di Palma Msc. *
Resumen: El propósito de este estudio fue probar
cuales actividades (recreativas o competitivas) generan
los mayores niveles de ansiedad social y autoestima, además de establecer la relación entre estas dos variables en
personas con discapacidad visual. Método. La muestra
estuvo constituida por 18 participantes, de los cuales, 10
eran deficientes visuales y 8 ciegos totales. 13 participaron en campamento recreativo y 5 son practicantes de
deporte de competencia. Se aplicó por una vez a todos
los participantes la escala de autoestima de Rosemberg
y la subescala de ansiedad social de la escala de autoconciencia (versión revisada por Scheier y Carver, 1985).
Para conocer la relación entre las variables autoestima y
ansiedad social se realizó un análisis correlacional utilizando Spearman; para establecer diferencias entre los
dos grupos en esas variables, la prueba U-Mann Withney. Resultados. No se encontraron diferencias entre
los grupos en autoestima (participantes en campamento
x=24.6, y participantes en deporte x=25.6). Sí se encontraron diferencias en ansiedad social (participantes en
campamento x=10.6; participantes en deporte x=6.6).
Los resultados de la prueba U Mann-Whitney establecieron diferencias estadísticamente significativas (p = 0.02)
en la variable ansiedad social entre los grupos; no hay diferencias en autoestima (p > 0.05). El coeficiente de correlación de Spearman fue de 0.17. Conclusiones. No
hay diferencias en la variable autoestima entre los participantes del estudio. Los partícipes en deportes mostraron
niveles inferiores en ansiedad social con respecto a los
que estuvieron en campamentos recreativos. No existe
relación entre las variables autoestima y ansiedad en personas ciegas y deficientes visuales que participaron en
este estudio.
Palabras clave: Autoestima, Ansiedad Social, Discapacidad visual.
* Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica.
ana.lorena2mora@gmail.com
Abstrac: The purpose of this study was to test what type
of activities (recreational or competitive) generate higher
levels of social anxiety and self-esteem, and the relationship between these two variables for people with visual disabilities. Method. The sample consisted of 18 participants
of which 10 were visually impaired and 8 totally blind. 13
people participated in recreational camps and 5 are regular
participants in competitive sport. Rosenberg self-esteem Scale and social anxiety subscale of the scale of self-awareness
(revised by Scheier and Carver, 1985) was applied, Once all
participants. To see if there was a relationship between the
variables self-esteem and social anxiety correlational analysis
was performed using the Spearman coefficient, and to know
the differences between the two groups on these variables
using the Mann Whitney U-test. Results. There were no
differences between groups in self-esteem (participants in
camp x = 24.6, and participating in sports x = 25.6). differences were found in social anxiety (participants in camp x
= 10.6; participating in sports x = 6.6). The results of the
Mann-Whitney U test Statistically significant differences (p
= 0.02) for social anxiety variable between groups, no differences in self-esteem (p> 0.05). The Spearman correlation
coefficient was 0.17. Conclusions. No differences in the
variable self-esteem among study participants. Sports participants showed lower levels in social anxiety than those who
participate in recreational camps. There is no relationship
between the variables self-esteem and anxiety in people who
are blind and visually impaired participants in this study.
Key words: Self-Esteem, Social Anxiety, Disability visual.
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des-encuentros, 2011,
Vol 9, P 44-54
Recibido: 21 de enero de 2011. Aceptado 25 de mayo de 2011
Mora, A.; Lobo Di Palma, J. Autoestima y Ansiedad Social en Personas con Discapacidad
Visual que Participan en Deporte Competitivo y en Actividades Recreativas
El desarrollo de oportunidades para sentirse
bien consigo mismo y para interactuar y ser
aceptado por otros debería ser un objetivo de
primer orden para los profesores que atienden
personas con discapacidad. Esa sensación de
bienestar y logro personal se relaciona con la
práctica de actividades recreativas y deportivas
de competición tanto en lo individual como en
lo grupal.
De Paw (1985), indica que la Educación Física es
un medio eficiente con el cual las personas con
discapacidad pueden realizarse social y emocionalmente. Según esta investigadora, algunos de
los beneficios sociales que pueden obtener las
personas con discapacidad son:
• Despliegue de características socialmente aceptables.
• Habilita una variedad de experiencias e interacciones sociales.
• Fomenta en él y en los que lo rodean el aprendizaje
de sus capacidades.
• Promueve el querer contribuir en los esfuerzos del
grupo.
• Los capacita a volverse espectadores inteligentes
en las actividades deportivas en que participan.
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Asimismo, la literatura ha descrito los beneficios psicológicos del deporte en personas con
discapacidad. Entre ellos se pueden enumerar:
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les ofrecen una formidable oportunidad para interactuar con sus iguales y aprender comportamientos sociales adecuados. Asimismo, tienen la
posibilidad de ampliar el bagaje de experiencias
de vida a la vez que consiguen (en actividades
recreativas y deportes de conjunto) desarrollar
su sentido de cooperación para un fin común.
Del mismo modo, la posibilidad de aprender
mediante la práctica, acerca de actividades recreativas y competitivas, dará como resultado
un sentimiento de bienestar y seguridad. Un
estudio realizado por Martin (2006) concluyó
que atletas jóvenes con discapacidad informaron que su experiencia en deportes fue positiva.
Además que el placer de la participación deportiva es altamente predictivo, puede ayudar a los
jóvenes con discapacidad a mantener su deseo
de permanecer en el deporte.
Albarrán y Alvarado (1993), indican que es muy
importante la forma en que nos percibimos y
sentimos al realizar actividades. Las poblaciones
especiales también necesitan de estas percepciones positivas. La realización de actividades
que producen sentimientos de bienestar físico y
mental, va a permitir que las personas con discapacidad logren sobresalir y tener aceptación
de sí mismos y de las personas que los rodean.
Desarrollo de la autoconfianza.
Mejoramiento de la autoestima.
Disminución de la depresión.
Prevención de la deserción y la reclusión.
Gran desenvolvimiento en otros programas educacionales y de entrenamiento.
• Identificación con el deporte y el rendimiento (Asken y Goodling, 1986)
La autoestima, considerada por algunos autores como el componente afectivo y evaluativo
del autoconcepto, y la ansiedad social, ocupan
nuestra atención en este estudio como aspectos
psicológicos que deben ser considerados al planificar y ejecutar el trabajo del educador físico y
el entrenador que atiende a personas con discapacidad. Son muchos los autores que coinciden
en establecer una relación entre el ambiente positivo y el aprendizaje deportivo y recreativo.
La participación en actividades como campamentos recreativos y competencias deportivas,
Para Haeussler (1995), la autoestima constituye
la suma de juicios que una persona tiene de sí
•
•
•
•
•
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misma; es decir, lo que la persona se dice a ella
de sí misma. Es la dimensión afectiva (y evaluativa) de la imagen personal que se relaciona con
datos objetivos. Sería entonces el grado de satisfacción consigo mismo, la valorización de uno
mismo. De la misma forma (Clark et al, 1994),
considera que la autoestima es el concepto que
el individuo tiene de su propia valía y se basa en
todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre ellos mismos han
ido recogiendo durante su vida.
El concepto de autoestima, descrito por Reasoner (1982), depende de factores que deben conocer quienes trabajan con diferentes tipos de
poblaciones. Algunos de esos factores son:
• El sentido de seguridad, el cual se forma poniendo límites realistas y fomentando en las personas
el propio respeto y la responsabilidad. El hecho de
perder y ganar, fomenta en las personas ese sentido realista de sus propios límites.
• El sentido de identidad, que se logra demostrando
afecto y aceptación y entregando retroalimentación
a través del reconocimiento de las fortalezas de las
personas.
• El sentido de pertenencia, que se desarrolla fomentando la aceptación, las relaciones entre los
miembros de un grupo, la incorporación de todos
al trabajo y la estructuración de un ambiente adecuado. Durante la realización de actividades en
campamentos y deportes de equipo se desarrolla
de manera importante este aspecto, al tener que
compartir las responsabilidades de la ejecución de
destrezas de orden cultural y deportivo en donde
cada elemento del equipo cumple un rol.
• El sentido de propósito, que se consigue permitiendo que las personas se fijen metas, a través de la
comunicación de las expectativas y de establecer
una relación de confianza.
• El sentido de competencia, el cual se favorece ayudando a las personas a realizar sus propias opciones y decisiones, permitiéndoles e incitándoles a
realizar autoevaluaciones y entregándoles señales
de reconocimiento de sus logros.
Según Haeussler (1995) la autoestima puede
expresarse de diferentes maneras dependiendo
de la personalidad del individuo, de sus experiencias vitales y de los modelos de identificación a los que ha estado expuesto. Algunas de
las actitudes y conductas más frecuentes de las
personas con problemas de autoestima son los
siguientes:
• Actitud excesivamente quejumbrosa y crítica, buscando la atención y la simpatía de los otros, pero
pueden llegar a ser rechazados porque los demás
se aburren de sus quejas constantes.
• Necesidad compulsiva de llamar la atención. Suelen interrumpir muchas veces de manera inapropiada demandando ser atendidos.
• Necesidad imperiosa de ganar, se ofuscan y frustran de forma desproporcionada si pierden. En algunos casos, esto es muy evidente en competencias
deportivas.
• Actitud inhibida y poco sociable; al valorarse poco,
tienen temor de exponerse para no ser rechazados.
• Temor excesivo a equivocarse, viendo tal posibilidad como algo catastrófico, por ello se arriesgan
poco o nada. A menudo presentan ansiedad frente
a las exigencias (deportivas, escolares, laborales).
• Actitud insegura, pues confían poco en sí mismos,
por ello evitan hablar en público y tienen un marcado sentido del ridículo.
• Actitud derrotista; por su historia de fracasos, tienden a imaginar que los resultados de cualquier cosa
que emprendan serán deficientes.
Además, Haeussler (1995), señala expresiones
que caracterizan a un individuo con autoestima
positiva. Estas son variadas y dependen tanto
de factores de personalidad como de factores
ambientales, entre estas se citan:
• Posee una actitud de confianza frente a sí mismo,
actúa con seguridad y se siente capaz y responsable por lo que siente, piensa y hace.
• Es una persona integrada, que está en contacto con
lo que siente y piensa.
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• Tiene capacidad de autocontrol y es capaz de autorregularse en la expresión de sus impulsos.
En relación con los demás:
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• Es abierto y flexible, lo que le permite crecer emocionalmente en la relación con otros.
• Tiene una actitud de valoración de los demás y los
acepta como son.
• Es capaz de ser autónomo en sus decisiones y le es
posible disentir sin agredir a los demás.
• Toma la iniciativa en el contacto social y, a su vez,
es buscado por sus compañeros, porque su compañía es atractiva.
• Su comunicación con los demás es clara y directa.
• Muestra una actitud empática, siendo capaz de conectarse con las necesidades de los demás.
• Es optimista en relación a sus posibilidades para
realizar cualquier tarea.
• Se esfuerza y es constante a pesar de las dificultades.
• Percibe el éxito como el resultado de sus habilidades y esfuerzos.
• Cuando se equivoca es capaz de reconocerlo y de
enmendar sus errores.
• Es capaz de trabajar en grupo con otros.
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Según Sherril (1993), los muchachos con alguna
discapacidad, a diferencia de estudiantes regulares, al percibir el fracaso en actividades que parecen fáciles a otros, se generan baja autoestima.
Estudiantes con poca aptitud motriz y física, tienen poca fe en su habilidad para superar estos
problemas; por ello tienden a estar pobremente
motivados, y fuertemente influenciados por fracasos pasados y desilusiones. Muchos perciben
la actividad física como poco beneficiosa para
ellos, en cuanto a diversión, relajación o satisfacción.
Varios investigadores afirman que los niños con
discapacidad visual a menudo se manifiestan
egocéntricos y con una mayor madurez social
que los niños sin discapacidad, mientras que las
dificultades que enfrentan para observar e imitar a sus pares pueden impedir el desarrollo de
una autoestima positiva (Warren, 1994; Tuttle,
2004). Igualmente Webster y Roe (1998) describen a individuos con deficiencia visual como
personas con baja autoestima, que muestran pasividad, indefensión aprendida y/o asertividad
limitada.
Por otra parte, De Paw (1985), señala que las
características emocionales y sociales de las personas con discapacidad visual, varían de acuerdo a cada individuo. Indica además, que estas
personas obtienen puntajes significativamente
bajos al medir madurez social. Las personas sin
discapacidad adquieren los hábitos sociales a
través de la imitación; en el caso de los ciegos
esta carencia de retroalimentación visual e imitación los coloca en franca desventaja (Fraiberg,
1982), ya que ellos requieren instrucción directa
cada día para el ajuste social. La falta de procedimientos instruccionales individualizados puede
contribuir a la frustración, por el hecho de crear
situaciones que acentúan, en vez de minimizar,
las diferencias.
A pesar de lo importante de la investigación que
involucre población con discapacidad visual, es
limitada la cantidad de estudios. Sin embargo,
en la actualidad se está prestando mayor atención a las características y comportamiento (en
el ámbito emocional) de las personas con discapacidad, y un ejemplo de ello son los estudios
que se han realizado involucrando personas con
y sin discapacidad (Sherril, 1993). Algunas de las
investigaciones realizadas involucrando a personas con discapacidades físicas y su integración
a la sociedad, son desarrolladas por Sherrill y
Rainbolt (1988), quienes estudiaron a atletas
con parálisis cerebral y atletas sin discapacidad,
encontrando perfiles similares en autorrealización. Además, Sherrill et al (1990), realizaron
un estudio involucrando participantes con dis-
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tintos tipos de discapacidad; la mayor cantidad
eran atletas ciegos (57), con edades entre 9 y 18
años. Se evaluaron distintos dominios de autoconcepto, encontrando que jóvenes atletas con
discapacidad siguen el mismo modelo general
de jóvenes sin discapacidad.
Asimismo, dos estudios (Greenwood, Dzewaltowski, y French, 1990; Jacobs, 1989), reportaron que los perfiles psicológicos de atletas con
discapacidades demostraron más vigor y menos
depresión que los perfiles de personas con discapacidad no atletas.
Mastro y French (1985), Albarrán (1988), Albarrán y Lind (1990, 1991), Albarrán y Alvarado
(1993), son ejemplos de investigadores que han
realizado estudios comparando a atletas videntes
con atletas no videntes, y atletas con deficiencia
visual con atletas ciegos totales. Los primeros
examinaron las características psicológicas de
atletas videntes y no videntes, encontrando semejanzas entre ambos. Asimismo, en un estudio
de Albarrán (1988) acerca de la percepción de
Localidad de Control en Actividades Recreativas de estudiantes universitarios videntes y ciegos, ambos grupos tuvieron los mismos índices
de percepción y se concluyó que la población
con discapacidad visual puede realizar las mismas actividades y al mismo tiempo obtener sentimientos de satisfacción igual que las personas
sin discapacidad visual. Otra variable psicológica estudiada por Albarrán y Lind (1990,1991)
es el autoconcepto, entendiéndose este como la
manera en que uno percibe a otros, la interacción social y la percepción propia; uno de ellos
trata acerca de los niveles de autoconcepto entre
atletas masculinos ciegos totales y ciegos parciales (deficiente visual), y el otro sobre índices de
autoconcepto en jugadores de bolagol puertorriqueños y venezolanos, los cuales obtuvieron
resultados similares ya que en ambos estudios se
llegó a la conclusión de que no existen diferencias de autoconcepto entre dichos atletas
Resultados similares son reportados por Albarrán y Alvarado (1993), quienes compararon el
autoconcepto en mujeres deportistas ciegas (B1)
y en deficientes visuales (B2). En este trabajo
nueve atletas fueron sometidas a estudio para
determinar las condiciones específicas en auto
concepto. Los resultados obtenidos no indicaron diferencias significativas en esta variable,
pero sí indicaron que el nivel de autoconcepto
de las deportistas ciegas se comporta similar al
nivel de sus iguales masculinos.
La ansiedad es otro aspecto psicológico que
acompaña a todo ser Humano. Considerada
como una respuesta multifacética ante una situación amenazante (Leary, 1991), representa
una reacción más larga y duradera que la causada
por el miedo; responde a un rango más amplio
de estímulos que los que inducen miedo. La ansiedad a menudo ocurre en ausencia de un estímulo obvio externo generándose una asociación
con procesos cognoscitivos pasados; no sólo se
caracteriza por sentimientos desagradables de
aprehensión, sino que se combina típicamente
con alteraciones del sistema nervioso autónomo, tal como un cambio en el ritmo cardiaco
(Leary, 1991). Así, la ansiedad involucra sentimientos subjetivos persistentes, que se pueden
inferir por informes de la persona; y objetivos
que se pueden medir directamente. Aunque la
ansiedad es una respuesta normal ante un peligro real o imaginario, el haber experimentado
intensa ansiedad no implica tener un desorden
de ansiedad (O`Connor y otros, 2000). En este
punto se hace necesario distinguir entre ansiedad rasgo, característico de la personalidad, y
ansiedad estado, que se refiere a las variaciones
en intensidad momento a momento (O`Connor
y otros, 2000).
Según Figueiras et al (1996), la ansiedad es una
de las variables que incide negativamente en el
autoconcepto y en la personalidad del niño, originando con ello no pocos problemas de apren-
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Mora, A.; Lobo Di Palma, J. Mora, A.; Lobo Di Palma, J. Autoestima y Ansiedad Social en Personas con Discapacidad
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dizaje. Así, los niños con un alto grado de ansiedad, se encuentran sometidos con frecuencia a
sentimientos de inutilidad produciendo en ellos
una baja autoestima, con lo cual las expectativas de rendimiento suelen ser bajas, reduciendo
el esfuerzo realizado. En consecuencia, se produce un bajo logro escolar y personal, lo que
a su vez se traduce en nuevos sentimientos de
inutilidad, aumentando así la ansiedad. En este
caso se hace alusión directa a la relación de la
ansiedad con otras variables como el autoconcepto y la autoestima. En ese orden, los resultados obtenidos por estos autores indican que
a medida que aumenta la ansiedad, aumenta el
autoconcepto negativo y disminuye el positivo,
siendo esto más frecuente en las mujeres que en
los varones.
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Es importante comprender la variabilidad de
los estímulos que provocan ansiedad durante la participación en actividades deportivas, y
cuanto podrían afectar los resultados de dicha
práctica. Es conocido que la ansiedad social se
manifiesta cuando las personas se preocupan
particularmente por situaciones como hablar en
público o con figuras de autoridad, actuar frente
a un grupo (como sucede naturalmente durante
los campamentos), al ser llamados o examinados en clase, al tener relaciones sexuales, o en el
caso que nos ocupa, al competir en deportes.
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Las situaciones de competición deportiva y la
participación en actividades recreativas pueden
ocasionar episodios de ansiedad de variable intensidad, tanto si se obtiene el éxito como el
fracaso. Según (Straub, 1978) citado por Aragón
(2006): “…la ansiedad en la actividad deportiva es particularmente amplia por el hecho de
que aquí, la persona posee un antecedente considerable de carga física y neuropsíquica en las
sesiones de entrenamiento y competición, estando constantemente sometido a la actuación
de las más variadas influencias interpersonales y
ambientales”.
Los niveles de presión varían en los períodos
antes, durante y después de una situación tensionante; la proximidad de un evento ejerce influencia sobre el individuo, siendo el contacto
real con la situación lo que hace que los niveles
de ansiedad disminuyan. Además, el grado en
el que la competición aumenta o disminuye la
ansiedad varía según la tarea (Jodra, 2008); por
ejemplo, varía si se trata de una actividad de
equipo o individual, o varía según lo que signifique a futuro el resultado de la competencia. Así,
incluso después del evento en cuestión podrían
mantenerse altos niveles de ansiedad.
García, D. (1993) sugiere que en cualquier cuadro de Ansiedad Social se pueden distinguir
cuatro conjuntos de síntomas:
• Conductuales. Con inhibición del habla, de la actividad motriz.
• Reacciones emocionales negativas como tensión,
inquietud.
• “Excitación” fisiológica, especialmente del sistema
nervioso autónomo con sudoración de las manos,
frente, voz temblorosa, náuseas, vómitos, etc.
• Respuestas cognitivas: expectativas negativas.
Entre los desórdenes de ansiedad más frecuentes se distinguen las fobias específicas y las sociales. Las primeras consisten en ansiedad clínicamente significativa provocada por exposición
a un objeto o situación de temor específica. Las
fobias sociales son las que producen ansiedad
ante la exposición a cierto tipo de situaciones
sociales. Ambas llevan con frecuencia a una conducta de anulación, siendo las mujeres las que
presentan mayormente desórdenes de ansiedad
(O`Connor y otros, 2000). Según Newbegin
(1996), investigaciones han confirnado la relación inversa entre autoestima y ansiedad
Conociendo la importancia de la actividad física para las personas con discapacidad visual,
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Visual que Participan en Deporte Competitivo y en Actividades Recreativas
y sus implicaciones a nivel social y emocional,
este estudio tiene como propósito determinar
si las actividades deportivas de competencia tienen un efecto más positivo sobre la autoestima,
que las actividades recreativas en personas con
deficiencia visual y ciegos. Asimismo, si existe
relación entre los niveles de ansiedad y autoestima en esta población.
Es importante conocer qué tipo de actividades
(recreativas o competitivas) generan los mayores niveles de ansiedad y autoestima, así como
la relación entre estas dos variables en personas
con discapacidad visual, para que educadores físicos y entrenadores sean capaces de seleccionar
y programar las actividades apropiadas y tomar
las medidas necesarias al trabajar con este tipo
de población.
Definiciones operacionales
Autoestima es la consideración positiva o negativa que una persona con discapacidad visual,
que participa en deporte competitivo y en actividades recreativas, tiene de si misma.
Ansiedad social se identifica con las personas con discapacidad visual que sufren alguna
aprensión o incomodidad, cuando se sienten o
están en presencia de otras, durante su participación en deporte competitivo y en actividades
recreativas.
Metodología
Sujetos
La muestra estuvo compuesta por 18 participantes de los cuáles 10 eran deficientes visuales
y 8 ciegos, con una edad promedio de 15.5 años.
13 de los participantes asisten a campamentos
recreativos y 5 practican deporte de competencia (Atletismo, natación, Judo).
Instrumentos de Evaluación
Para valorar autoestima global se aplicó la escala Rosemberg. Dicho instrumento consta de 10
items, cinco de los cuales están enunciados en
forma positiva y cinco de forma negativa. Las
respuestas son puntuables entre 1 y 4 puntos
de la siguiente manera; Muy de acuerdo: 4, de
acuerdo : 3, en desacuerdo : 2, muy en desacuerdo: 1. Ello permite obtener una puntuación mínima de 10 y máxima de 40.
Además, se administró la subescala de ansiedad
social de la escala de auto-conciencia (versión
revisada por Scheier y Carver, 1985). Esta consta de 6 itemes que miden la presencia de una
aprehensión ante situaciones de orden social.
Con un formato de respuesta de cuatro opciones, que van desde “completamente de acuerdo” en un extremo hasta “completamente en
desacuerdo”, en el otro.
Se aplicaron ambos instrumentos a todos los
participantes una vez.
Estadística
Se obtuvieron los promedios y desviaciones estándar. Para conocer si existía relación entre las
variables autoestima y ansiedad social se realizó
un análisis correlacional utilizando el coeficiente de Spearman; y para conocer las diferencias
entre los dos grupos en esas variables se utilizó
la prueba U-Mann Withney.
Resultados
Los resultados de la prueba U Mann-Whitney
establecieron diferencias estadísticamente significativas (p = 0.02) en la variable ansiedad social
entre los grupos; no encontrándose diferencias
en la variable autoestima (p > 0.05).
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Mora, A.; Lobo Di Palma, J. Mora, A.; Lobo Di Palma, J. Autoestima y Ansiedad Social en Personas con Discapacidad
Visual que Participan en Deporte Competitivo y en Actividades Recreativas
Los promedios obtenidos no muestran diferencias entre los grupos en autoestima (participantes en campamento x=24.6, y participantes en
deporte (x=25.6). Estos resultados son presentados en el Grafico # 1.
Discusión
Este estudio tuvo como principal limitante
la escasa investigación acerca del tema a nivel
local en Costa Rica, así como la poca cantidad
de practicantes en deportes con discapacidad
visual.
La autoestima constituye la suma de juicios que
una persona tiene de sí misma. Es la dimensión
afectiva (y evaluativa) de la imagen personal que
se relaciona con datos objetivos. La autoestima
es el concepto que el individuo tiene de su
propia valía y se basa en todos los pensamientos,
sentimientos, sensaciones y experiencias que
sobre ellos mismos han ido recogiendo durante
su vida. (Haeussler, 1995).
Grafico #1
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En lo referente a la variable ansiedad social,
los resultados obtenidos pueden observarse
en el Gráfico # 2. En ellos se encontraron
diferencias estadísticamente significativas en
dicha variable (participantes en campamento
x=10.6; participantes en deporte x=6.6). El
coeficiente de correlación de Spearman fue de
0.17, mostrando una muy baja relación entre las
variables autoestima y ansiedad social.
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Grafico #2
En este estudio, no se encontraron diferencias
significativas en la variable autoestima entre
personas ciegas y con deficiencia visual que
participaron en campamento y personas con
características similares que practican deporte
competencia, mostrando ambos valores
aumentados en esta variable. Ello coincide
con lo establecido por Paw (1985), Asken
y Goodling, (1986), Martin (2006) quienes
reportaron que mediante la práctica deportiva
y recreativa personas con discapacidad logran
desarrollar autoconfianza, un mejoramiento
de la autoestima, disminución de la depresión.
Asimismo, Albarrán y Alvarado (1993), indican
que la participación en actividades que producen
sentimientos de bienestar físico y mental, va
a permitir que las personas con discapacidad
logren sobresalir y tener aceptación de sí mismos
y de las personas que los rodean.
Según Martín y otros (2007) aunque los autores
del cuestionario no han establecido puntos
de corte, es decir, puntuaciones que permitan
clasificar el tipo de autoestima según la puntuación
obtenida (pues es unidimensional), se suele
considerar como rango normal de puntuación el
Autoestima y Ansiedad Social en Personas con Discapacidad
Visual que Participan en Deporte Competitivo y en Actividades Recreativas
situado entre 25 y 35 puntos aproximadamente.
Las personas con discapacidad visual que se
encuentran dentro de este rango tienen buena
confianza en sí mismas.
Variables psicológicas, entre ellas la
autoestima fueron estudiadas por Greenwood,
Dzewaltowski, y French, (1990); y Jacobs, (1989),
quienes reportaron que los perfiles psicológicos
de atletas con discapacidades demostraron
más vigor y menos depresión que los perfiles
de personas con discapacidad no atletas. En
esta investigación los sujetos participaban en
deportes de competencia o en actividades
recreativas de campamento, en ambos grupos se
practicaba actividad física, de ahí la valoración
de niveles similares en autoestima entre los
grupos estudiados.
La ansiedad es otro aspecto psicológico que
acompaña a todo ser Humano. Considerada
como una respuesta multifacética ante una
situación amenazante (Leary, 1991). Las fobias
sociales son las que producen ansiedad ante la
exposición a cierto tipo de situaciones sociales
(O`Connor y otros, 2000). Los participantes
ciegos y con deficiencia visual que participan
en deportes mostraron niveles inferiores en
ansiedad social que los que participan en
campamentos recreativos. Esto podría deberse
a que en actividades que se realizan durante
campamento, los participantes están más
expuestos a tener que realizar presentaciones
ante grupos (representaciones, danzas, cantos,
juegos cooperativos, etc), poniendo en evidencia
carencias en alguna de esas áreas. No así en la
práctica deportiva, en donde el practicante se
convierte en un “experto” en ese deporte en
particular, y por lo tanto se comportará con
mayor solvencia a nivel emocional. La subescala
de ansiedad social exploró las reacciones
y sentimientos de los participantes con
discapacidad visual ante situaciones sociales.
Sentimientos que contempla la subescala y
que posiblemente se manifestaron durante
las actividades en campamento son: timidez,
inquietud, dificultad para hablar en público o
con desconocidos, y el relacionarse con grupos
grandes.
Por último, no se encontró una relación fuerte
entre las variables autoestima y ansiedad social
en personas ciegas y deficientes visuales que
participaron en este estudio. Lo cual parece ser
razonable, ya que si los participantes obtuvieron
altos índices de autoestima, podría esperarse
que experimenten menores niveles de ansiedad
social.
Referencias
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Autoconcepto en deportistas y deficientes visuales. XIV
Congreso Panamericano de Educaciòn Física. San José,
Costa Rica, Vol 1.
- Albarrán, M., Lind, R. (1990). Miveles de Autoconcepto
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- Albarrán, M., Lind, R. (1991). Indices de Auto-concepto
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Deportes. Puerto Rico.
- Albarrán, M. (1989). Percepción de Localidad de Control
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- Aragón, S. 2006. La ansiedad en el deporte. www.
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11 - N° 95.
- Asken, M. J., Goodling, M. D. (1986). Sport psychology:
An undeveloped discipline from among the sport sciences
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