GENERAL JUAN MACKENNA O’REILLY Extractado del libro de RAUL TELLEZ YAÑEZ Por GDD Bruno Siebert H. Cdte. Rgto. Trad. Ing. LUMACO (2004-2007) El 26 de Octubre de 1771 nace Don Juan Mackenna en Clogher (Irlanda) a 30 leguas al N.O. de Dublín, hijo de Don Guillermo y Doña Eleonora. A los 13 años se traslada a España donde se matricula en la Real Academia de Matemáticas de Barcelona y con 16 años se recibe de Cadete del Regimiento de Irlanda en España. En 1787 parte a Africa a combatir a los moros, su prueba de fuego, donde obtiene el grado de Subteniente y en 1791 regresa para continuar sus estudios. En 1792 asciende a Teniente del Real Cuerpo de Ingenieros, recibiendo adicionalmente el título de Ingeniero Extraordinario de los Ejércitos Reales. Entre 1793 y 1796 participa en el Ejército español en la guerra contra Francia, distinguiéndose especialmente en la defensa de la Plaza de Rosas lo que significa su ascenso a Capitán. Mas tarde, al ser pospuesto en su ascenso a Teniente Coronel por méritos en combate, decide continuar su carrera en América, recomendado, al también irlandés al servicio de España, Don Ambrosio O’Higgins, Virrey del Perú, y que había sido Gobernador y Capitán General de Chile. Llega inicialmente a Montevideo, pasa a Buenos Aires, Santiago, Valparaíso donde se embarca a Lima llegando en Mayo de 1797. O’Higgins, le encarga el proyecto de un nuevo puente sobre el río Rimac. Al percatarse de su preparación y capacidad, lo nombra Gobernador político y militar de Osorno, dependiendo directamente del Virrey. Durante once años permanece en esta ciudad desarrollando una notable labor. En 1808 el Virrey Abascal lo traslada a Santiago donde se hacen necesarios sus servicios ya que hay vientos independizantes a raíz de la invasión de España por Napoleón. En Santiago conoce y se casa con Doña Josefina Vicuña y Larraín, joven aristocrática que pertenecía a la falange revolucionaria, lo que hace que a partir de 1810 ambos integran las filas patriotas. Ya en Octubre de 1810 le encomiendan nada menos que un Plan para la Defensa del país. Hace amistad con Bernardo O’Higgins y lo acompaña en su vida política y en el campo de batalla. Del intercambio epistolar entre ambos se deduce que se debe a Mackenna la instrucción militar del primer soldado de la República. En 1811 es nombrado como primer Gobernador de Valparaíso. Ahí conoce a José Miguel Carrera y se entabla una grata amistad entre ambos. A los 2 meses Carrera se toma los cuarteles militares en la capital, depone la Junta y nombra a una nueva en la cual incluye inicialmente al ya Coronel Mackenna como uno de sus miembros. En Marzo de 1811 había sido nombrado Comandante General de Ingenieros con el grado de Tte. Crl. En Septiembre es nombrado adicionalmente Comandante General de Artillería recibiendo los despachos de Coronel graduado el 19 de Septiembre. En Noviembre de 1811 Carrera da un nuevo golpe, depone a la Junta y nomina otra en que ingresa como miembro reemplazante Don Bernardo O’Higgins. Mackenna es acusado injustamente de conspirar contra la Junta anterior, es destituido, enviado a prisión y condenado a destierro primero y después se le conmuta por confinación en la Hacienda de Catapilco. Curiosamente, el mismo Carrera había atestiguado a su favor. En Marzo de 1813 se pone fin a su condena al ser llamado por la Junta para ayudar a defender a la Patria ante la invasión de Pareja. Ya en Enero de ese año había recibido la comisión de levantar la carta de Chile. En esta primera campaña actuaron como jefes principales el General Carrera, el coronel O’Higgins y el coronel Juan Mackenna, nombrado además Cuartel Maestre General, por ser el militar mas preparado de Chile. Después de varios encuentros armados, en Talca y San Carlos, Carrera puso sitio a Chillán, desoyendo los consejos de Mackenna, lo que condujo a un fracaso y lo que marca el principio del desprestigio de Carrera. La Junta releva del mando a Carrera y nombra a O’Higgins, que se había destacado en Yerbas Buenas y en El Roble, como Cdte. en Jefe. O’Higgins indeciso de tomar el mando, acepta después de obtener la aprobación del propio Carrera y de una leal oferta de apoyo de Mackenna.” A fines de Enero de 1814 desembarca el Brigadier Gainza con fuerzas considerables. Mackenna se encuentra en Quirihue al mando de una División, en reemplazo de Juan José Carrera. Mantiene contacto por carta con el General O’Higgins y recomienda unir las fuerzas. Las fuerzas de Mackenna realizan notable labor de guerrilla y también de explotación de la zona para abastecer al Ejército patriota. Lamentablemente cae Talca en manos de Gainza y a pesar de los esfuerzos de Mackenna no se produce la reunión de sus fuerzas con las de O’Higgins, separadas por el rio Itata. Lo anterior, que habría sido gravitante para el triunfo definitivo de los patriotas, tampoco se produce después de El Quilo, donde O’Higgins vence a los españoles. El 19 de Marzo en el Combate de Membrillar, Mackenna se cubre de gloria, logrando una importante victoria, pero tampoco decisiva, sobre los españoles, cuyos restos se retiran a Chillán. Mackenna viaja a informar al Director Supremo Lastra a Santiago donde es recibido como el “héroe de Membrillar”. Por mediación del comodoro inglés Hillyar, enviado por el virrey del Perú, se llega al ignominioso Tratado de Lircay, aceptado en contra de la opinión de Mackenna. Es una humillación para los patriotas, pero significa la paz. Entre otras cosas se estipulaba la prisión de los hermanos Carrera como rehenes. 2 En Julio de 1814 Mackenna había sido nombrado Comandante General de Armas con el grado de Brigadier y, entre otras cosas, se juega por la libertad de los Carrera. Los dos hermanos detenidos se fugan ( José Miguel y Luis, pues Juan José estaba en Mendoza). Existe, después de esto, un informe exhaustivo de Mackenna en contra de los Carrera por su permanente actitud de rebeldía. El 23 de Julio de 1814 Carrera da un nuevo golpe, depone a Lastra y encabeza una nueva Junta de Gobierno y manda a presidio a Mackenna y posteriormente al destierro. Mackenna se despide en forma definitiva de su familia y marcha a Mendoza. Antes de eso se había producido el distanciamiento y enfrentamiento armado entre O’Higgins y Carrera. El desembarco de nuevas fuerzas españolas al mando de Mariano Osorio producen la reconciliación entre Carrera y O’Higgins, unión efímera y débil que conduce al desastre de Rancagua el 1 y 2 de Octubre de ese año y marca el fin de la Patria Vieja y la marcha al destierro de todos los patriotas. En Mendoza se dividen los patriotas entre o”higginistas liderados por Juan Mackenna y carrerinos liderados por Luis Carrera. San Martin apoya a Mackenna ya que se habían conocido en las campañas en España en contra de Francia. Mackenna achaca toda la culpa del desastre de Rancagua a Jose Miguel Carrera. Mackenna parte a Buenos Aires, lo propio hace Luis Carrera. Se dice que ya en 1813 ambos se habían retado a duelo, siendo impedido por las autoridades. La división entre los bandos es grande, incluso San Martin expulsa a los carrerinos de Mendoza. En Buenos Aires, Luis le manda una misiva a Mackenna acusándolo de haber insultado a su familia y lo reta a duelo. Mackenna acepta el reto a duelo que se lleva a cabo en la noche del 21 de Noviembre de 1814. Se colocan a 12 pasos. El primer disparo hace que caiga agujereado el sombrero de Carrera. Los testigos tratan de que se ponga término al duelo. Carrera exige que Mackenna pida disculpas públicamente. Mackenna se niega. El segundo tiro de Carrera da en el guardamonte de la pistola de Mackenna, se desvía y lo impacta en la arteria de la garganta. Un instante después deja de existir, habiéndolo Carrera tomado de la mano, antes de la muerte, a insinuación de un padrino y como señal de reconciliación. Al día siguiente fue encontrado el cadáver cubierto de sangre y echado a una fosa común en los alrededores de Buenos Aires. En aquel tiempo no era permitido enterrar en sagrado al que moría en un duelo. Carrera fue detenido. Se hicieron investigaciones posteriores para identificar los restos pero fue imposible. Sin embargo Benjamin Vicuña Mackenna dice que “su cadáver casi insepulto fue arrojado en el claustro del convento de Santo Domingo”. Allá existe solo la lápida que el hizo colocar 40 años después en el altar de la iglesia de ese nombre que dice “A la memoria del General chileno Don Juan Mackenna fallecido en Buenos Aires el 21 de Noviembre de 1814 a los 43 años de edad”. R I. P.” 3 Encina, en su Historia de Chile dice que ”el cadáver de Mackenna se llevó a Buenos Aires en la mañana del 22, se colocó bajo los portales de la cárcel y casa del Cabildo para que fuese reconocido. Media hora mas tarde circuló la noticia que había sido asesinado el Brigadier del Ejército de Chile. Se llevó el cadáver a San Francisco y de allí a Santo Domingo donde se sepultó”. En 1955, con la caída de Perón, manos impías incendiaron ese convento, y desaparecieron las huellas de este hombre admirable. Recordemos que los hermanos Luis y Juan José Carrera fueron fusilados en Mendoza el 4 de Abril de 1818. José Miguel corrió la misma suerte el 4 de Septiembre de 1821. Bajo el cielo azul de Chile, no descansan pues los restos del compañero y maestro militar del Libertador Bernardo O’Higgins y héroe patronímico de nuestra Arma de Ingenieros. 4