Cartilla LA BORAL Call Center Un tipo de trabajo postindustrial 1 1.-Descripción del negocio Estas empresas disponen de una serie de trabajadores cuyos empleadores llaman agentes y que se dedican a atender (inbound) o a realizar (outbound) llamadas telefónicas o incluso ambas tareas, con diversos objetivos, tales como atención a clientes, atención de reclamos, asistencia o soportes técnicos, encuestas o telemarketing, entre otros. Como la actividad de estas empresas se centra en la realización o recepción de llamadas telefónicas, el control de la información que está relacionada con éstas es vital, tanto para vigilar las actividades al interior de la empresa, como para ofertar sus servicios a otras compañías. En este sentido, las dimensiones que son tomadas en cuenta son el número de llamadas recibidas y realizadas, duración y contenido de éstas, tiempos medios, tiempos de respuesta, disponibilidad de agentes. Para distinguir la diferencia entre la producción industrial y postindustrial se debe analizar no sólo lo que se produce, sino que la nueva forma en que se produce. Organizativamente los callcenters, en su mayoría, están formados por: a) Gerente general b) distintas subgerencias, c) jefes de plataformas, d) supervisores, e) team líder y f) teleoperadores. Es usual que un supervisor tenga a cargo un grupo de agentes telefónicos. Igualmente existen los especialistas en datos o de suministro de información estadística, que sirven de insumo para una mejorar la competitividad del negocio, que ejercen una especie de asesoría para la lograr una eficacia El total de trabajadores que la empresa reconoce es de 70.000. Aunque se estima que la cantidad de trabajadores asociados a empresas contratistas o subcontratistas, la haga superar las 150.000 fuentes laborales dependientes de la producción de su capital. GERENTE GENERAL 2 Esta actividad, símbolo de la flexibilidad, tanto geográfica como laboral, comenzó a masificarse cuando grandes empresas de los países desarrollados decidieron contratar servicios telefónicos de atención al cliente en países cuyas principales características en materia laboral son el bajo costo de la mano de obra y un crecimiento de la capacidad tecnológica. En un primer momento estos capitales pusieron sus ojos en India, pero desde hace poco más de una década, países de Latinoamérica con relativa estabilidad, como Perú, Colombia, Uruguay y Chile han sido los principales mercados para su arribo. tratos; son tierra fértil para la emergencia de estas empresas. 2) Factores educacionales. Los estudiantes universitarios son la fuente más importante de reclutamiento de trabajadores de callcenters, aunque no la única. Personas egresadas de enseñanza media, con un grado mínimo de conocimientos informáticos y tecnológicos o, si se quiere, alfabetizados digitalmente, son también potenciales trabajadores para estas compañías. Esta es una decisión estratégica en la formación de la fuerza de trabajo de un callcenter, debido a su bajo costo, poca experiencia y docilidad a la hora de aplicar condiciones de trabajo flexibles. Los principales factores que son tomados en cuenta a la hora de decidir la instalación de este tipo de empresas en los países de la región han sido los siguientes: 1) Factores laborales. La tasa de desempleo del país no debe ser muy baja ya que se necesita contar con una alta población de personas, principalmente jóvenes, para reclutar y entregar continuidad de fuerza de trabajo, para que se asegure el flujo constante de trabajadores, los cuales, en general, son mujeres jóvenes, estudiantes con horarios flexibles o trabajadores de tiempo parcial. Las condiciones de trabajo flexible, relacionadas con las jornadas, los salarios, contratos y subcon- 3 aquello (saludar, presentarse, realizar preguntas de rigor, solucionar problemas o derivar la llamada cuando es necesario, despedirse, indicar nuevamente su nombre y agradecer de parte de la empresa mandante el llamado; son parte de este prototipo para la relación con el cliente). No está demás decir que estas llamadas están siendo permanentemente monitorizadas, tanto su cantidad, duración y contenido; este monitoreo se puede realizar en detalle gracias a que es el propio medio de producción de los teleoperadores, es decir, la computadora, la que almacena toda esta información que queda a disposición de los supervisores para su posterior evaluación. Los callcenters son el mejor ejemplo del trabajo postindustrial puesto que su surgimiento sólo se puede dar en: q Una era globalizada q Con elevado desarrollo tecnológico q Donde la información adquiere un carácter mercantil q Y la subcontratación de servicios se transforma en una relación contractual normal y normada, pese a toda la precariedad que ésta tiene en potencia. Condiciones de trabajo La gran mayoría de los callcenters funcionan durante todo el año. Se trabajan las 24 horas del día, durante los 7 días de la semana y, para cubrir todos los horarios, pueden llegar a existir hasta 50 tipos de turnos, lo que habla del alto grado de flexibilidad horaria de estas empresas. En cuanto a los tipos de contrato, es común que en estas empresas exista un periodo de prueba con contratos de plazo fijo. En algunos casos durante los dos primeros meses se realiza un contrato por mes, posteriormente, a partir del tercer mes, el contrato pasa a ser indefinido. En otros casos puede existir un periodo de prueba de un año, con dos contratos de plazo fijo de seis meses y luego un contrato indefinido. Si bien es común la contratación indefinida, esta no necesariamente es sinónimo de estabilidad laboral, lo que confirma las cifras que indican que en Chile alrededor del 30% de este tipo de contrato no supera el año de duración1, relativizando la estabilidad que éste supone. Por otro lado, ningún contrato indica cuál de los 50 turnos son los que el trabajador debe cumplir. Estos especifican la cantidad de horas semanales de trabajo, el sueldo base y el detalle de los bonos que conforman el resto de sueldo final. Los turnos, generalmente, son asignados a los trabajadores por los supervisores de plataformas o, en el mejor de los casos, son acordados entre ambas partes. Durante la jornada laboral, cada tres horas se le debe otorgar un descanso de 15 minutos al trabajador. Esta normativa generalmente no es cumplida debido, principalmente, al “encolamiento” de las llamadas entrantes, las cuales no demoran más de tres segundos en activarse, es decir que cuando termina una llamada, el trabajador tiene menos de tres segundos para estar listo y atento para contestar la siguiente, siguiendo, con amabilidad, una pauta establecida para Con respecto a los salarios, estos son variables por definición y dependen, en primer lugar de la cantidad de horas trabajadas, lo cual conforma Dirección del Trabajo, ENCLA 2008, Santiago, 2009, p. 46. 1 4 el sueldo base y, en segundo lugar, de las tareas realizadas, evaluadas según las pautas establecidas por la empresa, y que son la parte del salario variable. Éstos, en el mejor de los casos, alcanzan los $250.000 mensuales, aunque tienden a agruparse en el rango que va entre los 150 y 200 mil pesos, con un valor hora-hombre que varía entre los $800 y $1.300. Los temas de la maternidad y salas cunas son muy importante para los trabajadores de callcenter puesto que, como se ha indicado, la mayor parte de los empleados que se desempeñan en estas empresas son mujeres jóvenes, en edad fértil, o en muchos casos madres solteras. Al respecto la presidenta de la FETRACALL indica que las empresas cumplen con las normativas legales que tienen relación, por un lado, con la obligación de entregar el servicio de salas cunas para los hijos menores de dos años de las trabajadoras y, por otro, con aquellas que tienen derecho a una hora para amamantar a sus hijos, hasta que termine este periodo; solo y siempre y cuando los trabajadores mismos estén en permanente fiscalización, es decir, no existe un acercamiento de parte de las empresas hacia las madres para que éstas ejerzan sus derechos sino que deben ser ellas o, en muchos casos, los sindicatos, quienes se encarguen de “recordar” a la empresa tales obligaciones. a un empleado sin despedirlo, o sea, haciéndolo renunciar para evitar pagar las indemnización que el despido acarrea, la empresa lleva a cabo métodos de hostigamiento que tienen que ver con realizar cambios de turnos o de horas de ingreso “sorpresas”, de los cuales se entera el trabajador cuando llega a trabajar o cuando se retira, al final de la jornada laboral que supuestamente le correspondía. Esta práctica se lleva a cabo ya que, contractualmente, en la mayoría de los callcenters, si el trabajador acumula 90 minutos de atrasos en 6 meses es causal de despido. En relación con las enfermedades físicas, el lumbago y la tendinítis son propias de las dinámicas laborales de estos trabajadores. Lo reducido de su lugar de trabajo, el constante digitar que deben llevar a cabo para llenar el “historial” de lo que han dicho y escuchado en cada llamada y las horas continuas, sin descansos, que implica su jornada laboral, contribuyen a esto. Con respecto a la relación con los clientes, esta no siempre es de las mejores, sobre todo en los casos en que las llamadas están relacionadas con la cobranza de alguna deuda o el reclamo de algún tipo de problema con un servicio o producto que la empresa mandante del callcenter entrega. Cuando existen malos tratos de parte de los clientes esto provoca problemas psicológicos, de estrés y/o depresiones en los trabajadores. Mensualmente, aproximadamente el 10% de los trabajadores presenta una licencia médica aludiendo estas problemáticas. La voz del Capital En síntesis, con este tipo de actividades productivas, caracterizadas por la flexibilidad absoluta, geográfica y laboralmente hablando, cuya emergencia sólo es posible en un contexto neoliberal, de desarrollo tecnológico Las empresas también contribuye al estrés laboral que sufre el trabajador ya que en muchos casos, cuando se necesita desvincular 5 constante y acelerado, mercados altamente transnacionalizados y países con políticas tendientes a favorecer al capital, flexibilizar la fuerza de trabajo y atomizar a los actores sociales, con economías puestas en contra de un desarrollo socialmente sustentable; nos damos cuenta con la producción postindustrial la sociedad del trabajo no ha llegado a su fin. ! ! Para esta nueva configuración social, se hacen cada vez más necesarios nuevos tipos de trabajos que la soporten. Los callcenters están dentro de esta categoría, puesto que el servicio que entregan sus trabajadores es consumido justo a tiempo por personas de cualquier parte del mundo, pero a la vez son el soporte físico de innumerables compañías que lucran con las experiencias de consumo. Hoy las compañías nacionales o transnacionales instaladas en Chile, que optaron por externalizar sus servicios de atención al cliente vía telefónica lo hacen en algunas de las 60 empresas de callcenters ubicadas en el país. Muchas de las que aquí operan son transnacionales como Sitel, Teleperformance, Transcom, ACS Multivoice, Unísono o Atento; las cuales a su vez, muchas veces, aumentan el nivel de subcontratación, por medio de la contratación de trabajadores a través de empresas colocadoras de personal o creando otras razones sociales para este fin, lo que desvirtúa la “clásica” relación triangular de la subcontratación, derivando a una relación de subcontratación poligonal. Los trabajadores de callcenters son quienes están del otro lado del teléfono cuando se requiere contratar algún servicio, comprar un producto o cuando fallan aquellas mercancías que permiten el consumo experiencial; son la voz de las marcas de diversas compañías, tales como Coca-Cola, Movistar, Unilever, Microsoft, Nokia, VTR, Vodafone, Repsol, Santander o Falabella; son la contraparte del consumidor. A través de ellos habla el Capital. Los callcenter en Chile A Chile, estas empresas, empezaron a llegar a fines de los noventa. Atento S.A., de la mano de Telefónica o, ahora, Movistar, el gigante español de las telecomunicaciones instalado en América latina desde comienzos de esa misma década; es la primera empresa importante que llega en nuestro país para exclusivamente prestar servicios de este tipo, primero a la propia Telefónica, dueña del casi el 30% de Atento, y posteriormente a cualquier compañía que lo requiriera, dentro o fuera de las fronteras nacionales. Los sectores productivos donde las empresas de callcenters prestan servicios son principalmente las telecomunicaciones, abarcando el 34% de su demanda; el sector financiero con un 33% y el retail con 7%. De ellas, el 80% son nacionales o, lo que a esta alturas pasa a ser un sinónimo, transnacionales operando en el país, y el 20% son empresas que desde el extranjero, principalmente España, contratan estos servicios , donde trabajadores instalados en oficinas en Chile prestan servicios a empresas y personas Diario La Nación del Domingo 8 de Agosto de 2010. 2 6 ¿A qué obedece esta realidad? Aproximaciones para una definición del trabajo postindustrial Las transformaciones neoliberales, producidas a partir de la década de los 70 del siglo XX, generaron las condiciones para pasar de una sociedad industrial a una de nuevo tipo, llamada postindustrial donde el trabajo habría dejado de tener la centralidad que tuvo en la sociedad industrial. Si antes el obrero hacía su trabajo en la industria, se organizaba en sindicatos, se constituía como clase trabajadora, vivía en poblaciones obreras, al alero de las mismas industrias donde se desempeñaba la mayor parte de su vida productiva y, en definitiva, su vida giraba en torno a su trabajo. Hoy el trabajador tiene una relación más bien fragmentada e inestable frente a su trabajo, lo que impacta negativamente en la configuración de una identidad obrera o de clase trabajadora. Los trabajadores son más bien agentes nómades que transitan de puesto de trabajo en puesto de trabajo intentando adaptarse a los vaivenes de una vida laboral inestable. En definitiva, el trabajo ya no produciría la vida, pues su importancia es secundaria, ahora lo más importante es el consumo. El modo industrial de organizar la producción3 Estado Desarrollista. Este tipo de Estado fue fundamental para los intentos de industrialización en la región, la cual fue de carácter sustitutiva y se replicó en un modelo de desarrollo de crecimiento hacia dentro y dio paso a la configuración de un marco institucional que canalizaba las demandas de los trabajadores organizados frente a la estructura de poder. La organización del trabajo del periodo que va desde los años 20 hasta fines de los 60 y las políticas económicas keynesianas4 dieron paso a la configuración del Estado de Bienestar europeo o, para el caso latinoamericano, al Para una definición más detallada del concepto ver Ricardo Antunes, ¿Adiós al trabajo? Ensayo sobre la metamorfosis y la centralidad del mundo del trabajo, Corez Editora, Sao Paulo, 2001. 4 Al respecto ver Lucas Pacheco, Política Económica. Un enfoque desde la economía política, Editorial Letra Mía, Quito, 2004. 3 7 El Estado pasó a iniciar fuertes políticas de defensa arancelarias del mercado. Esta organización social propició la formación de distintas clase sociales: burgueses o empresarios y proletarios o trabajadores, y también gracias a ella comienza a surgir la burocracia estatal y, con esta, los sectores medios que se identifican con el Estado y vieron en él sus posibilidades de futuro. Los trabajadores cumplieron un rol fundamental para la expansión económica y, por lo mismo, alcanzaron diversos derechos sociales como fueron la organización sindical, el derecho a huelga y la seguridad social. Surgieron grandes sindicatos industriales que fueron un actor de gran peso político a la hora en que el “Estado Protector” debía tomar decisiones. El sindicalismo nacional se consolidó como tal, puesto que se generaron los canales institucionales que permitieron a las organizaciones de los trabajadores negociar, ahora legalmente, con la clase dominante. Cómo Chile giró hacia el neoliberalismo: cambios en el Estado e impacto en los trabajadores Para José Piñera, ideólogo neoliberal, “Chile es un país paradigmático. [Pues] fue el primer país tercermundista en emprender una revolución de libre mercado”5 . El ajuste estructural llevado a cabo en el país en la segunda mitad de la década de los 70 se dio en un contexto latinoamericano de crisis económica y fue promovido tanto por el Banco Mundial (BM) como por el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el objetivo de implementar el neoliberalismo como modelo de desarrollo en la región. Para alcanzar tal meta, la dictadura militar implementó una serie de políticas de ajuste estructural que tenían la intensión de, primero, “estabilizar” la economía nacional a través de un “tratamiento de shock”6, disminuyendo el gasto fiscal y desincentivando la demanda interna por medio de la rebaja en los salarios; y, segundo, abrir la economía nacional, quitando el proteccionismo y dando paso a una liberalización del mercado mediante la promoción de las exportaciones, la desregulación, 5 José Piñera, Libertad, libertad mis amigos, http://www.josepinera.com/text/Libertad_libertad.pdf, Archivo electrónico, p. 4.4Al respecto ver Lucas Pacheco, Política Económica. Un enfoque desde la economía política, Editorial Letra Mía, Quito, 2004. 6 Termino utilizado por Jorge Cauas, Ministro de Hacienda del periodo, citado por José Piñera en La revolución laboral en Chile, http://www.josepinera.com/text/revolucion_laboral.pdf, Archivo electrónico, p. 8. 7 Al respecto ver Daniel Núñez, El trabajo desregulado en Chile, 1990-2000. Crónica de la historia oculta de una década de desarrollo capitalista en Rolando Álvares y Antonio Aravena (editores), Los trabajadores y la nueva cuestión social, Ical, Santiago, 2004, pp. 13 – 21. 8 La autorregulación del libre mercado deja atrás al Estado, antes interventor y redistribuidor de la riqueza –modelo ISI-, ahora acotado a un rol macroeconómico, dedicado a “mitigar los ciclos [de crisis] y lograr en cada momento el mayor empleo posible de los factores productivos”8 , es decir, sostener, cuando ya no se soporte, la anarquía que genera el mercado. La desregulación del mercado del trabajo es un factor estratégico para la instalación, consolidación y profundización del neoliberalismo puesto que la flexibilización laboral constituye la condición, pero también el sello distintivo del modelo neoliberal, pues sin ella el principio de los ajustes microeconómicos del mercado se hace casi imposible9 y, además, tiene altos efectos políticos puesto que desarticula a un actor clave: el movimiento de los trabajadores10. El postfordismo Esta reestructuración política, económica y social que vivió el mundo capitalista fue el comienzo de cambios radicales en la organización del trabajo. En lo relacionado con el trabajo formal, la introducción de nuevas tecnologías impactó directamente en la organización de las funciones, ahora caracterizadas por la flexibilidad interna y los cambios en las calificaciones. Por otro lado, parte del mercado del trabajo tiende a la informalidad o a la precarización laboral que viene de la mano del empleo a tiempo parcial y la subcontratación11 . La organización del trabajo, en esta nueva perspectiva, debe tener la capacidad de adaptarse a las crisis económicas propias del capitalismo, se trata de generar dinámicas productivas que, lejos de evitar las crisis, se ajusten a ellas. Se trata, en definitiva, de generar una “acumulación flexible”. FORDISMO Supuesto era la demanda continua POSTFORDISMO El supuesto es la demanda discontinua y heterogénea Producción continua, en serie, estable, homogénea Se produce según la demanda, por lo tanto de manera discontinua y diferenciada. La producción es flexible. Se busca acumular de mercancías. No hay acumulación de mercancías. Principio de cero existencia y acumulación flexible. José Piñera, Op. Cit., p. 14. Tomas Moulian, Chile Actual. Anatomía de un Mito, Lom, Santiago, 2002, pp. 292 – 293. Daniel Núñez, Op. Cit., p. 17. 11 Enrique De La Garza, El papel del concepto de trabajo en la teoría social del siglo XX, en Enrique De La Garza (Coordinador), Op. Cit., p. 31 8 9 10 9 que la condición de producción del ser humano es independiente a cualquier tipo de sociedad y, por lo tanto, subyace con la existencia humana y a la vez la produce. En este contexto las empresas necesitan responder con discontinuidad en los procesos productivos, es decir, adaptarse a una demanda intermitente mediante flexibilización de la organización del trabajo y, por lo tanto, de las condiciones laborales de los trabajadores, “derechos flexibles para poder disponer de una fuerza de trabajo en función directa a las necesidades del mercado consumidor”12 , pues el supuesto es que primero se vende y luego se produce. Se comercializa antes de vender, se produce justo a tiempo con plantillas de trabajadores variables, representados en los subcontratados, que pueden aumentar o disminuir según las necesidades de la producción, y adaptables a diversos rubros, lo que no quiere decir necesariamente que el trabajador sea un experto en cada una de las actividades a las cuales se debe adaptar, sino que, más bien, se ha debido transformar en un experto en adaptarse. Dos Lo que caracteriza a cualquier actividad productiva es que pone en relación cuatro categorías13: A) Producción La fuerza de trabajo, es decir, los trabajadores, producen o transforman a las materias primas. En la producción se consumen las capacidades del individuo que produce y de los medios de producción que se emplean, es decir, de las herramientas o tecnología utilizada en este proceso. Cambios en el trabajo El trabajo ha cambiado. Esto ha traído consecuencias que se desbordan hacia todas las esferas de la vida, por lo que se hace necesario realizar ciertas distinciones conceptuales que ayuden a comprender de mejor forma estas transformaciones y sus consecuencias. B) Consumo Los productos alcanzan su realización sólo cuando se les consume, antes sólo son objetos. Es decir, un automóvil es tal sólo cuando se le conduce o un computador sólo cuando se le utiliza; un martillo comienza a ser una mera herramienta sólo cuando se clava un clavo con él; un billete alcanza la categoría de valor cuando con él puedo adquirir otros productos. Uno En primer lugar debemos decir que el trabajo no es sólo fuente de riqueza sino que, y antes que todo, es creador de valores en general. La producción humana, antes de intercambiarse en un mercado y, por lo tanto, antes de transformarse en mercancía y tener un valor de cambio, puede ser entendida como la creación de objetos que permiten satisfacer determinadas necesidades, es decir, el trabajo se nos muestra siempre, antes que todo, asociado a una utilidad y su valor es definido por su uso. Podemos decir entonces A través del consumo es que es posible la generación de productores y consumidores. En Ricardo Antunes, Op. Cit., p. 40. Carlos Marx, Introducción general a la crítica de la economía política 1857, Ediciones Carabela, pp. 21-48. 12 13 10 definitiva, desde una perspectiva dialéctica, producción y consumo son dos momentos donde cada uno no se limita a ser el otro de manera inmediata sino que, realizándose, produce al otro. Una pintura, por ejemplo, al ser apreciada dentro de un museo, se transforma en obra de arte y en ese preciso momento, cuando es consumida por el espectador, transforma a su productor en artista. Así tenemos que una obra o cualquier tipo de producción, al ser consumida, crea a su consumidor y a su productor. marxistas para describir la unidad productiva en general, son perfectamente utilizables en el análisis de la producción que se da en la sociedad actual, en la cual la industria no ha desaparecido sino que, gracias a la globalización, se ha trasladado a lugares específicos del planeta donde, en definitiva, los costos productivos, de materias primas, fuerza de trabajo y medios de producción, son menores y, por lo tanto, se hace más auspiciosa la sobreexplotación capitalista. C) Distribución En la sociedad, la relación entre productor y producto depende de las relaciones con los otros individuos, es decir, se da en un mercado. Así, entre productor y producto se interpone la distribución que determina, a través de convenciones sociales (“las leyes del mercado”), la parte de los productos que les corresponde a los individuos, sea relacionado con la distribución de mercancía (cantidad de pan a repartir en una comunidad, por ejemplo) o esté relacionado con la distribución de los salarios (la diferencia del costo de la “hora hombre” de un ingeniero, un medico, un profesor o un recolector de basura). La “sociedad postindustrial” necesita descansar en una compleja estructura material que produce la alimentación, maquinaría, tecnología y muchos de sus servicios -a bajo costo y en condiciones de trabajo precarias- necesarios para su reproducción. Nos encontramos frente a la radicalización del modo de producción capitalista, lo que si bien permite la emergencia de un nuevo tipo de sociedad, ésta no necesariamente anula o deja atrás a la configuración productiva industrial sino que es complementaria y, sobre todo, dependiente de ésta. Por lo tanto, en la actualidad no es posible aseverar el fin de la sociedad del trabajo, sino que por el contrario, podemos afirmar que en esta época histórica la lógica capitalista ha invadido todos los espacios de la vida, mercantilizando incluso las experiencias de vida. D) Intercambio El desarrollo de la división de trabajo y la organización de la producción son lo que determinan la intensidad del intercambio. Sea de mercancías o, en el caso de los trabajadores, de capacidades productivas. Teniendo en cuenta que el modo de producción capitalista tiene como fin último el consumo, puesto que este incrementa la demanda, lo que hace que aumente la producción y, en último termino, la explotación de los trabajadores, lo cual permite una mayor generación de plusvalía, que es apropiada por el capitalista; entonces resulta lógico otorgarle el valor de cambio a las experiencias de consumo14 , ocupando a los Tres ¿Fin de la sociedad postindustrial? Nos podemos dar cuenta que las categorías 11 productos como medios que permiten vivir una experiencia mercantilizada. Así, por ejemplo, el consumo de determinadas mercancías, sean marcas deportivas, automóviles o alimentos, nos determinan un cierto estilo de vida. Estilo que es promocionado a través de los medios de comunicación: si tomas determinada agua mineral vivirás una vida sana, si ocupas una ropa deportiva específica nada será imposible. Sin embargo, las mercancías continúan teniendo un rol fundamental para la producción y reproducción material del capitalismo puesto que son los facilitadores de las sensaciones ofertadas a través de la publicidad por las propias empresas productoras y sus marcas. Los objetos que se producen por intermedio de la industria son parte del soporte de la mercantilización de las experiencias de vida y esta mercantilización, a la vez, da cuenta de la radicalidad del capitalismo, puesto que el fetiche mismo se desmaterializa, se ha desvanecido en el aire. Este proceso es el que permite que el capitalismo, en tanto formación económica, política y social, se transforme en un capitalismo cultural, que invade cada rincón de la vida. El advenimiento del postfordismo, es decir, el cambio en la forma de producir, no implicó el fin del trabajo, sino que, más bien, trajo consigo una sofisticación de la forma de trabajo en general, en tanto generalización de las actividades productivas y mercantilización de la vida. Al respecto ver Slavoj Zizek, Recordando a Lenin, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007. 14 12 13