Estimada comunidad educativa, solo unas líneas para despedirnos y darles las gracias por el trato que de ustedes hemos recibido y por la dedicación que ponen en la noble tarea de enseñar y de aprender. Nos vamos conscientes de que aún son muchas las cosas que quedan por hacer, pero con la satisfacción de haber aportado nuestro granito de arena para que las generaciones futuras estén mejor preparadas, sean más críticas y responsables con la sociedad que les ha tocado vivir. Allí donde nos encontremos, siempre estaremos a su disposición con la convicción del poder de la educación como único camino de superación permanente. Manuela Armas Rodríguez