El verdadero cambio de cosmovisión, se dio lentamente a lo largo de por lo menos dos siglos. Los primeros copernicanos lo fueron en un carácter instrumental. Asumir el modelo heliocéntrico facilitaba los cálculos astronómicos y fue central en la Reforma del calendario que culminó en 1583, pero eso no implicaba que se le tomara como real. No fue sino hasta más tarde que hombres como Johannes Kepler y Galileo Galilei empezarían a defender el sistema copernicano como verdadero y conducirían finalmente hacia una nueva ciencia que tendría su culmen o momento más alto en la síntesis newtoniana. Hablar de “la revolución copernicana” es atribuirle tal vez demasiado a este astrónomo. No lo decimos con la intención de hacer menos a un personaje de suma importancia en la historia de la humanidad, sino con el propósito de humanizarlo, entenderlo en su contexto histórico y atender, no a una suma de sus logros, sino a comprender algo de la historia de la ciencia como una actividad humana que no puede desligarse de las demás pasiones humanas. Recordémoslo ahora que se cumplen 540 años de su nacimiento y que su nombre ha quedado inmortalizado de mil maneras, entre ellas dos que nos hablan de grandes logros científicos en lo referente a la exploración espacial y a la comprensión de la materia: el cráter lunar Copernicus y el elemento químico de la tabla periódica copernicio. Momumento en Varsovia (c) http://www.