Alberto Accattoli, Cardiólogo, MP 92287 Alumno del Magíster de Ecocardiografía * Titulo Influencia de la desviación del eje QRS en el plano frontal, sobre la asincronía inter e intraventricular y sobre el movimiento septal, en los pacientes con bloqueo completo de rama izquierda. * Introducción. Estado actual del problema. El bloqueo completo de rama izquierda (BCRI) expresa una demora o interrupción en la conducción del impulso eléctrico en algún sitio de la rama izquierda o sus ramificaciones, llevando, en la mayoría de los casos, a una asincronía interventricular (AIE) e intraventricular (AIA) de la activación ventricular izquierda.(1). El BCRI benigno es raro, usualmente tarde o temprano la enfermedad miocárdica se manifiesta. Aun en ausencia de enfermedad demostrable acarrea un ligero aumento de mortalidad. En casos de cardiopatía, la mortalidad total y súbita se incrementa hasta 10 veces (2) La mortalidad es mayor en pacientes con eje a la izquierda con respecto a los pacientes con eje normal, aunque la progresión a bloqueo aurículo-ventricular en ambos casos es baja (3). Este bloqueo de rama puede deberse a lesión del tronco de la rama izquierda o de ambas divisiones simultáneamente. Electrocardiográficamente estas dos alternativas son indiferenciables, pero pueden indicar condiciones anatómicas y evolutivas diferentes ya que, en el primer caso (troncular), puede encontrarse en ausencia de cardiopatía demostrable , en tanto que en el segundo, siempre acompaña a extensas lesiones miocárdicas (4). En todos los casos, el BCRI implica una profunda desorganización del complejo QRS. Los criterios electrocardiográficos que definen al BCRI, según datos de la bibliografía (1-5), son los siguientes: duración del complejo QRS igual o mayor de 0.12 segundos, ausencia de onda q en las derivación D1 AVL V5 y V6, complejos rS o QS en V1 V2, ondas R anchas y melladas en D1 AVL y precordiales izquierdas, trastornos del ST-T generalmente oponentes en V1 V2 y V5 V6. Ecocardiográficamente el BCRI se manifiesta como un movimiento anormal septal en el registro modo M.(6) Sin embargo, existe una amplia variabilidad en dicho trastorno de motilidad, observándose en algunos casos de BCRI, un movimiento septal normal, desde el punto de vista ecocardiográfico 1 modo M, indistinguible de los pacientes con conducción cardiaca normal; en otros casos, una o múltiples oscilaciones del septum en su posición sistólica y/o diastólica, y, en casos extremos, un movimiento paradojal septal. (7-8) Aun no existe una clara explicación para este grado de variabilidad aunque algunas teorías tratan de explicarlo (9-10). En la figura 1 se describe una de ellas. En el BCRI, la contracción del ventrículo derecho (VD) ocurre mas temprano que la sístole del ventrículo izquierdo (VI) y esta asociada con un abrupto desplazamiento del septum hacia el VI (periodo de contracción isovolúmica del VD) (flecha1). La eyección pulmonar ocurre durante la contracción isovolúmica del VI y produce un desplazamiento del septum hacia el VD (flecha 2). Durante la simultánea eyección de ambos ventrículos el movimiento septal es usualmente plano o paradojal (flecha 3). La sístole del VI continua luego del cierre de la válvula pulmonar y esta asociada con desplazamiento del septum dentro del VD (flecha 4). El desplazamiento del septum de nuevo hacia el VI ocurre con la apertura tricuspídea (flecha 5) y es revertido luego de la apertura mitral (flecha 6). Un nuevo desplazamiento del septum hacia el VD, ocurre con la sístole auricular (flecha 7). Figura 1: VD: ventriculo derecho, VI: ventriculo izquierdo. Por lo tanto las oscilaciones que ocurren en el BCRI pueden de hecho estar relacionadas a la asincronía de, contracción , eyección, fin de sístole y de diástole entre ambos ventrículos. La magnitud y dirección del movimiento sistólico septal parecen estar asociados con la relación : duración llenado VD/ duración llenado VI. Los pacientes con una mayor relación de este tipo (indicador de mayor asincronía), tienden a tener un movimiento septal paradojal (9). Sin embargo, como ya fue comentado, hay una marcada variabilidad en la ocurrencia de este trastorno. En una casuística de Grines et al., de 18 pacientes con BCRI, 2 pacientes tuvieron movimiento septal normal, uno marcado 2 movimiento paradojal y el resto un trastorno de motilidad , como el anteriormente descripto en la figura, con múltiples oscilaciones (9). Algunos estudios han concluido que la posición y forma del septum esta determinada por el gradiente de presión transeptal interventicular. La reversión de este gradiente resulta en desplazamiento septal dentro del VI durante la diástole y movimiento paradojal septal durante la sistole.(11) Con respecto a la activación electrica del VI, está alterada desde su comienzo. Desaparece el vector septal izquierdo normal, al interrumpirse la conducción por la rama izquierda. En su reemplazo se registra el vector septal derecho con una dirección inferior anterior e izquierda. Posteriormente se registra un vector de activación que comienza en la región antero-apical septal izquierda y avanza en dirección posterior e izquierda. Con la aparición de este vector se inicia la activación del miocardio septal izquierdo en forma aberrante y en sentido opuesto al habitual, es decir desde el espesor parietal al endocardio izquierdo. Esto genera un marcado enlentecimiento en el registro del complejo QRS. Las fuerzas finales representan la activación parietal izquierda con una dirección izquierda y superior (4). Como se ha expuesto en los pacientes con BCRI la activación ventricular derecha comienza y es completada antes que la activación ventricular izquierda. La activación ventricular izquierda comienza a nivel del septum interventricular y desde allí se extiende al resto de los segmentos de dicha cámara. Según los datos de la bibliografía, en estos pacientes, la activación mas tardía se produce en la pared lateral en un 35 a 67% de los casos, en la pared anterior en un 26%, en la posterior en un 23% y en la septal inferior en 16% de los casos (12). En otra casuística la pared lateral del VI fue la mas retrasada en el 89% del los casos (13) Por lo tanto, en los pacientes con BCRI, suele existir una activación cardíaca anormal, con una activación precoz septal y una mas tardía en otros segmentos del ventrículo izquierdo, aunque no en todos los casos ocurre de esta manera, y, en un pequeño porcentaje, puede, el septum ser la pared mas retrasada, sin que exista una clara explicación para ello. Esta activación anormal, con un segmento precediendo a otro, acontece para lo que se conoce como asincronía intraventricular (AIA), la cual tiene influencia en la función ventricular regional y global, en la evolución y pronostico y en la respuesta a la terapia de resincronización (13-14-15-16) La diferencia del tiempo de activación entre ambos ventrículos se conoce con asincronía interventricular (AIE) , que suele estar alterada también en el BCRI. 3 Esta ultima ha sido evaluada a través de Doppler tisular (DT ) comparando la duración del intervalo entre el inicio del complejo QRS, en el registro del ECG simultaneo, y la onda sistólica tisular, entre la porción basal de la pared libre de VD y el segmento mas retrasado (usualmente la pared lateral) del VI (17-18) . En una revisión sobre métodos ecocardiográficos para seleccionar candidatos para terapia de resincronizacion, Flachskampf et al, proponen como alternativa la medición de AIE como la relación entre el tiempo al pico de la pared basal de VD y el tiempo al pico de la pared lateral.(19). Precisamente, en el estudio YU et al, se utilizo esta metodología.(20) La AIA se puede medir con la misma técnica entre el segmento mas precoz y el mas retrasado del VI. El grado de AIA y AIE puede ser diferente entre los pacientes con el mismo trastorno eléctrico de conducción intraventricular. Algunas variables han sido relacionadas a estas variaciones en la AIA como se detalla en el articulo de Bader et al., donde, la anchura del complejo QRS mayor de 140 milisegundos, influiría significativamente en un mayor grado de asincronía en la activación (12). La ubicación del eje eléctrico cardiaco en el plano frontal es una de las variables que no se investigado como condicionante de la variabilidad en la activación inter e intraventricular. El eje eléctrico es el producto de los tres vectores principales de activación cardiaca y es considerado normal cuando se ubica entre los 0 y 90º o entre -30 y 90º en el plano frontal, según diferentes autores (1, 4, 5). La dirección del eje eléctrico es determinada por la interacción de 3 factores: la posición anatómica del corazón, las propiedades del sistema de conducción y las propiedades de activación del miocardio. En la practica la posición anatómica contribuye relativamente poco a la desviación de eje (5) . La influencia de los otros factores descriptos parece ser mas importante. Una desviación de eje QRS frontal a la izquierda puede observarse en individuos obesos o brevilíneos, pero es en general un signo de hipertrofia o agrandamiento del VI. En el caso de BCRI, desplazamientos acentuados del eje QRS frontal hacia la izquierda sugiere, adicionalmente, bloqueos parietales por cardiopatía asociada, habitualmente con hipertrofia ventricular izquierda.(4) Los pacientes con BCRI, pueden tener un eje QRS normal en el plano frontal (-30 a 90º) o pueden tener un eje desviado a la izquierda (-30 a –90º), siendo igual de frecuentes ambos casos (5) Otros autores, , también consideran 4 estos puntos de corte del eje, en su trabajos, para definir la orientación del mismo. (22) Aparentemente la desviación del eje a la izquierda no tendría influencia en la función ventricular medida por fracción de eyección (FE) , como sí la tendría la duración del complejo QRS (21), pero podría implicar un mayor grado de enfermedad cardiaca orgánica (22-23). La desviación de eje a la izquierda tuvo, en un estudio, una sensibilidad del 41% y especificidad del 91% para la presencia de enfermedad cardiaca orgánica (22) Además algunos estudios indican, que los pacientes con BCRI con eje a la izquierda tendrían una prolongación de la conducción infra- hisiana (24) Sin embargo tal desviación del eje QRS a la izquierda, no ha sido estudiada como variable que influencie el grado de AIA, AIE y movimiento septal en pacientes con FE normal. La desviación del eje a la izquierda podría indicar un mayor grado de hipertrofia, dilatación o desorganización de las fibras miocárdicas del VI, lo cual influiría en la asincronía intra y/o interventicular y en el movimiento septal. Si como se explico anteriormente, la activación del VD más precoz, sumado a la mayor relación llenado VD/VI tiene influencia en el gradiente transeptal, es lógico pensar que estos parámetros influencian una mayor AIE. A su vez una mayor masa asociada a hipertrofia o agrandamiento VI sugerido por el eje a la izquierda, influenciarían un mayor grado AIA. Este aspecto podría ser estudiado por intermedio de ecocardiografía modo M y Doppler Tisular . De existir estas diferencias en la AIA, AIE y movimiento septal con respecto a la desviación del eje QRS, esto podría tener implicancias evolutivas y terapéuticas. La desviación del eje a la izquierda podría indicarnos un subgrupo de pacientes en los cuales, aun con FE normal, existe un grado mayor de AIA, AIE y movimiento anormal septal. Por lo tanto el objetivo seria observar diferencias entre los pacientes con bloqueo completo de rama izquierda con desviación a la izquierda del eje QRS en el plano frontal y con eje normal, con respecto al grado de asincronía inter e intraventricular , y sobre el movimiento septal , a través del registro eco modo M y la medición del tiempo de acoplamiento electromecánico con Doppler Tisular . 5 * Hipótesis. Los pacientes con bloqueo completo de rama izquierda con eje QRS normal en el plano frontal, tienen significativamente menos asincronía inter e intraventricular y menor alteración en el movimiento septal, que los pacientes con bloqueo completo de rama izquierda con desviación del eje QRS a la izquierda. * Material y métodos. Tipo de estudio: Se trató de un estudio prospectivo, donde se seleccionaron pacientes mayores de 18 años de la población general que concurrieron al Servicio de Cardiología con BCRI en el registro electrocardiográfico de superficie. Las características que definieron BCRI fueron las siguientes: 1) duración del complejo QRS igual o mayor de 0.12 seg 2) ausencia de onda q en las derivación D1 AVL V5 y V6 3) complejos rS o QS en V1 V2 4) ondas R anchas y melladas en D1 AVL y precordiales izquierdas 5) trastornos del ST-T generalmente oponente en V1 V2 y V5 V6 Esta población fue dividida en dos grupos, de acuerdo a si presentaban eje QRS en el plano frontal, normal (-30 a 90º) o desviado a la izquierda (-30 a –90º) de acuerdo a los criterios existentes en la bibliografía (4). Todos los pacientes tuvieron función sistólica ventricular izquierda normal, definida por una fracción de eyección mayor de 0.50. Fueron excluidos los pacientes con FE menor de 0.50 y con antecedentes de infarto de miocardio previo, valvulopatías severas, miocardiopatías dilatada, hipertrófica o restrictiva previamente establecidas, pacientes con marcapaso, con trastornos del ritmo cardíaco (ej. Fibrilación auricular) o cualquier trastorno de conducción auriculo-ventricular o intraventricular diferente del BCRI. Además se seleccionó una población para ser usada como control, sin patología cardiaca evidente y con conducción cardiaca normal desde el punto de vista electrocardiográfico, Lugar de realización: El estudio se realizó en dependencias de la Clínica Colon de Mar del Plata , comenzando a partir de Abril del 2006 . 6 Técnica de evaluación: Se realizó un ecocardiograma Doppler color completo en todos los pacientes de acuerdo a las guías de la American Society of Echocardiography (25). Se midió FE por el metodo de Simpson (en 4 y 2 cámaras) y masa por la formula de Devereux, (26), esta ultima corregida por superficie corporal o sea índice de masa ventricular izquierda (IMVI). El movimiento septal fue visualizado en el registro modo M y registrado a una velocidad de 100 milímetros por segundo, observándose su posición y oscilaciones durante la sístole y diástole. Se realizó una evaluación cualitativa del tipo de movimiento, clasificándolo como: 1, para movimiento normal, 2 para movimiento anormal típico con oscilaciones y 3 para movimiento francamente paradojal. Las figuras 2 y 3 muestran ejemplos del movimiento anormal tipico y del movimiento paradojal. Figura 2: Ejemplo de movimiento anormal septal típico del BCRI. 7 Figura 3: Ejemplo de movimiento paradojal septal en el cual la contracción septal ocurre prácticamente en diástole en franca asincronía con la contracción de pared posterior. A través de la técnica de Doppler Tisular y en un analisis off-line de las curvas de velocidad se midió el intervalo de acoplamiento electromecánico (inicio del complejo QRS- pico de onda s tisular) en las porciones basales de, la pared libre del VD, septum y pared libre lateral del VI. Esta evaluación se realizó con DT en la vista apical de 4 cámaras para observar la pared libre del VD, el septum y la pared lateral del VI. En cada una de estas paredes se colocó la muestra de volumen Doppler en los segmentos basales , analizándose por lo tanto 3 segmentos en total . En la representación de curvas de velocidad, se identificó la onda sistólica principal (posterior a la onda representativa de la contracción Isovolúmica sistólica) y se midió el intervalo desde el inicio del complejo QRS en el ECG simultaneo, hasta el pico de la onda S del registro tisular (como representante del acoplamiento electro-mecánico regional) en los tres segmentos descriptos. La diferencia de tiempo entre el segmento de activación mas precoz en el VI y el segmento mas retrasado se definió como AIA (13). La diferencia de tiempo entre la pared libre del VD y la pared mas retrasada del VI se definió como AIE. En las figuras 4 y 5 se muestran ejemplos. 8 Figura 4: Ejemplo de normal sincronía entre los tres segmentos analizados. Obsérvese que las tres curvas hacen su pico sistólico al mismo tiempo. La curva naranja corresponde a la pared basal del VD, la lila al Septum y la blanca a la pared basal del VI. Figura 5: Ejemplo de asincronía inter e intraventricular. En el trazado central se observa que las curvas correspondientes a Septum (lila) y pared lateral del VI (blanca) hacen su pico sistólico mas tardíamente que la curva de la pared lateral del VD (naranja). 9 Las mismas mediciones de DT se realizaron en el grupo control, con conducción cardiaca normal y sin evidencia de cardiopatía, en los cuales a través de la medición de la media +/- un desvío estándar de las distintas velocidades, se pudo establecer el limite de asincronía inter e intraventricular, propio de los corazones normales, por encima de las cuales se consideraron significativamente elevados estos parámetros (12) Todas estas mediciones se realizaron con el equipamiento disponible en la institución ( Esaote My Lab 50) Análisis estadístico Para comparar la asincronía inter e intraventricular entre los casos con eje normal, eje a la izquierda y controles, el análisis estadístico fué realizado utilizando los siguientes programas: Epi Info. 3.5.1; XL Statistics y XLSTAT 7.5.2. Las variables cuantitativas se analizaron utilizando el test de T y se testeó la normalidad de la dispersión de los datos con los tests de Shapiro-Wilk y de Anderson-Darling. Los resultados se expresaron como media y desviación estándar o medianas y limites intercuartilos según corresponda. Se realizaron tests de correlación para asociación de dos variables numéricas y se expresaron los valores como coeficiente de correlación y se otorgo significación al nivel de p< 0,05. Se realizaron las pruebas de Chi2 para el cruce de dos variables cualitativas y para comparación de una variable cuantitativa dependientes con una variable cualitativa independiente, se aplicaron los test correspondientes en función de las diferencias entre las varianzas de acuerdo al test de Bartlett, utilizandose ANOVA para varianzas similares o Mann-Whitney/Wilconxon (Test de Kruskal-Wallis para dos grupos) cuando las varianzas fueron heterogéneas. El nivel de significación requerido fue de una p<0,05. Parte de las imágenes adquiridas fueron analizadas por 2 observadores independientes y por el mismo observador dos veces para obtener valores respecto a la consistencia de las mediciones. *Resultados: Se estudiaron un total de 48 pacientes con BCRI, 26 con eje QRS normal y 22 con eje QRS desviado a la izquierda. Las variables demográficas , electrocardiográficas y las mediciones ecocardiográficas fueron estadísticamente similares entre ambos grupos 10 DATOS DEMOGRAFICOS, ELECTRO Y ECOCARDIOGRAFICOS EJE N EJE I EDAD MUJERES QRS MASA DDVI DSVI SEPTUM P. POST. FE HTA 64 +/- 13,5 63 +/-11,4 65% 128 +/-12 156 +/-50 50 +/- 6.7 33 +/-5.8 12,4 +/- 2.2 11.7 +/- 2.3 60 +/- 9.3 130 +/-13 164 +/- 46 50 +/- 6.0 34 +/-6.7 12.2 +/- 1.9 11.8 +/- 1.6 61 +/- 8.2 70% P NS 68% NS NS NS NS NS NS NS NS 72% NS Tabla 1: Características basales de ambos grupos. Valores promedio.DDVI: diámetro diastólico del VI, DSVI: diámetro sistólico del VI. FE; fracción de eyección del VI. HTA: hipertensión arterial. NS: diferencia estadísticamente no significativa. EJE N: eje normal. EJE I: eje a la izquierda. Distribución del eje QRS: De los 48 pacientes estudiados, 26 ( 54,17%) presentaban eje QRS normal y 22 (45.83%) eje desviado a la izquierda. IZQUIERD A 46% NORMAL 54% Figura 6: porcentajes de casos con eje QRS normal (54%) y eje QRS a la izquierda (46%). 11 Asincronia interventricular e intraventricular en los controles: La media de AIE en los controles fue 9 +/- 6 mseg. La media de AIA fue 7 +/- 5 mseg. Comparacion de asincronia interventricular entre controles y casos Hubo diferencia estadísticamente significativa de las medias de AIE entre controles y casos con BCRI en general. La media de AIE en los casos con BCRI fue 48,3 +/- 59 mseg. En los controles fue 9,1 +/- 5 mseg. Valor de p: 0.0072. Figura 7: relación en cuanto a asincronía interventricular (INTER, en la figura, en milisegundos) entre casos con BCRI y controles. Comparación de asincronía intraventricular entre controles y casos Hubo diferencia estadísticamente significativa de la AIA entre controles y casos con BCRI. 12 La media de AIA en los casos con BCRI fue 38 +/- 54 mseg. En los controles fue 7 +/- 5 mseg. Valor de p: 0.0094. Figura 8: relación en cuanto a asincronía intraventricular (INTRA en mseg., en la figura) entre casos con BCRI y controles. Reuniendo los dos grupos de BCRI, es decir los 48 casos en total, el 58% presentó AIE, el 48% presentó AIA y el 84% presentó movimiento anormal septal. La coincidencia de AIE y AIA en el total fue de 47%. Comparación de asincronía interventricular entre eje normal y eje a la izquierda: En los pacientes con eje normal la diferencia de tiempo promedio entre el pico sistólico del VD y la pared mas retrasada del VI fue: 227 +/- 53 mseg.para el VD vs 271+/-58 mseg. para el VI. Diferencia: 44 mseg. En los pacientes con eje a la izquierda los mismos parámetros fueron: 189+/-61 mseg. para el VD vs 239+/-65 mseg. para el VI. Diferencia: 50 mseg. Siendo las varianzas homogéneas, se tomo como válido el test de ANOVA 13 Las diferencia entre estos dos valores (44 vs 50 mseg,) no fue estadísticamente significativa. Valor de p: 0.71. INTER 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 NORMAL IZQUIERDA EJE Figura 9: relación en cuanto a asincronía interventricular (INTER en mseg., en la figura) entre casos con eje QRS normal y casos con desviación del eje a la izquierda. Comparacion de asincronía intraventricular entre eje normal y eje a la izquierda: En los pacientes con eje normal la diferencia de tiempo entre el pico sistólico de la pared mas precoz del VI y la mas tardía fue: 241+/-55 mseg. para la mas precoz vs 271+/-58 mseg. para la mas tardía. Diferencia: 30 mseg. En los pacientes con eje a la izquierda los mismos parámetros fueron: 192+/-59 mseg. para la mas precoz vs 239+/- 65 mseg. para la mas tardía. Diferencia: 47 mseg. La diferencia entre estos dos valores (30 vs 40 mseg) no fue estadísticamente significativa. Valor de p: 0.57. 14 80 INTRA 70 60 50 40 30 20 10 0 NORMAL IZQUIERDA EJE Figura 10 : relación en cuanto a asincronía intraventricular (INTRA en mseg, en la figura) entre casos con eje QRS normal y casos con desviación del eje a la izquierda. Movimiento anormal septal La prevalencia del movimiento aormal septal típico con multiples oscilaciones fue: 88% en el grupo eje normal y 81% en el grupo eje a la izquierda (diferencia no significativa). En el resto de los pacientes el movimiento septal fue normal. No hubo casos de movimiento septal paradojal. 120 100 % 80 60 40 20 0 1 NORMAL 2 IZQUIERDA Figura 11: porcentaje de movimiento anormal septal (en azul) entre casos con eje QRS normal y eje desviado a la izquierda. 15 Correlación entre el ancho del QRS y asincronia interventricular No se pudo establecer una correlación entre el ancho del complejo QRS y el grado de asincronía interventricular. Los casos con mayor anchura del complejo QRS no mostraban mayor asincronía interventricular. Coeficiente de correlación : 014. Valor de p: 0.31. Figura 12: ausencia de correlacion entre asincronia interventricular (INTER en mseg, en la figura ) en ordenadas y anchura del QRS en mseg., en abscisas. Correlación entre el ancho del QRS y la asincronía intraventricular Tampoco hubo correlación entre estas dos variables. Es decir los casos con mayor anchura del complejo QRS no mostraban mayor asincronía intraventricular. Coeficiente de correlación 0.04. Valor de p: 0.77. 16 Figura 13: ausencia de correlacion entre asincronia intraventricular (INTRA en mseg., en la figura) en ordenadas y ancho del QRS en mseg., en abscisas. Correlación entre orientación del eje y el indice de masa ventricular izquierda Las media de IMVI del grupo eje normal fue 160 +/- 49 gramos/ m2 de superficie corporal, mientras que la media del grupo eje a la izquierda fue 160 +/51 gramos/ m2. La diferencia no fue estadísticamente significativa. Valor de p: 0.95. Figura 14: ausencia de correlación entre la orientación del eje QRS y el IMVI. 17 Correlación entre fraccion de eyeccion ventricular izquierda y la asincronia interventricular: No hubo correlación entre la FE del VI y el grado de asincronia interventricular. Coeficiente de correlación: 0.035. Valor de p: 0.81. 90 FE = -0,005 INTER + 61,083 80 70 FE 60 50 40 30 20 10 0 0 50 100 150 200 250 300 INTER Figura 15. ausencia de correlación entre FE (en porcentaje) y asincronía interventricular (INTER en mseg.,en al figura) Correlación entre fracción de eyección del ventriculo izquierdo y la asincronía intraventricular: No se observo correlación entre ambas variables. Coeficiente de correlación: 0.010. Valor de p: 0.94. 90 FE = 0,002 INTRA + 60,771 80 70 FE 60 50 40 30 20 10 0 0 50 100 150 200 250 300 INTRA Figura 16: ausencia de correlación entre FE (en porcentaje) y asincronía intraventricular (INTRA en mseg. en al figura) 18 Variabilidad intra e interobservador Los distribución de los valores de las mediciones fue testeada en cuanto a su distribución, observándose que esta no era normal, no aplicando por lo tanto la utilización de correlación lineal de Pearson. Los valores fueron convertidos a variables categóricas de acuerdo a los límites de normalidad aceptados como máximos (20 ms), y se aplicó el coeficiente de correlación Kappa como medida de concordancia entre las mediciones intra e inter obsevador. El indice Kappa promedio de las correlaciones intraobservador fue de 0,9 , al igual que el promedio de dicho índice en la concordancia interobservador (0,9). El valor de Kappa mas bajo fue de 0,8, obtenido en la concordancia intrerobsrvador AIE1 AIE 3. *Discusion Ambos grupos de casos con BCRI, resultaron ser homogéneos en cuanto a las características demográficas, electrocardiográficas y ecocardiográficas. Se trató de individuos con índice de masa ventricular izquierda aumentada, según los nuevos criterios de medición de la misma, y con hipertrofia leve de tipo concéntrico (25) Con eje QRS normal el 70% eran hipertensos y con eje QRS a la izquierda el 72 % de los casos. La distribución del eje fue coincidente con los datos de la bibliografía, es decir aproximadamente un 50% para cada grupo (5). En el presente estudio fue 54% para eje QRS normal y 46% para eje QRS desviado a la izquierda. Como era esperable ambos grupos presentaron AIE y AIA , en grado significativo con respecto al grupo control, coincidente con la presencia de BCRI y el trastorno de activación que éste produce (27). Esta conclusión se obtuvo a partir de la comparación con las medias del tiempo al pico ( QRS- pico S) de los segmentos en estudio, del grupo control. Esta metodología fue utilizada en el estudio de Bader et al (12) .En los controles tanto la AIE como la AIA estuvieron por debajo de los 20 mseg. Estos valores son coincidentes con los descriptos en la literatura. En un estudio en corazones normales las diferencias regionales de retraso electromecánico estuvieron en el orden de los 10 a 20 milisegundos (28) 19 El aspecto mas importante del presente trabajo es que no se observaron diferencias de la AIE, AIA y movimiento anormal septal, entre el grupo eje QRS normal y el grupo con eje QRS a la izquierda. Evidentemente, al menos como lo sugiere este estudio, como aspecto aislado la desviación del eje no parece tener influencia en la asincronía en general, cuando las otras variables (electro y ecocardiográficas) son similares en ambos grupos poblacionales. La desviación del eje a la izquierda en este caso estaría reflejando un trastorno meramente eléctrico, no acompañado por anomalías estructurales suficientemente graves, como para influenciar un mayor grado de asincronía. En la literatura se ha intentado dar una explicación sobre el origen de la desviación del eje a la izquierda en el BCRI. En un trabajo con anatomía patológica de corazones con BCRI, Havelda y col (31), describen diferentes mecanismos : un retraso adicional en la conducción del fascículo anterior izquierdo o bien la ausencia de fuerzas vectoriales, inferiormente dirigidas , debidas a perdida de tejido en cara inferior del miocardio, como ocurriría en caso de un infarto de cara diafragmática. En el presente estudio los pacientes con antecedentes infarto fueron excluidos, por lo cual este mecanismo ultimo citado, no tendría lugar. El porcentaje de movimiento anormal septal fue elevado en los dos grupos, 88% en el grupo con eje normal y 81% en el grupo con eje a la izquierda. Esto es coincidente con la casuística de Grines et al., en la cual el 83% de los pacientes, mostró movimiento anormal septal (9). En el presente estudio no hubo casos de movimiento paradojal septal en ninguno de los dos grupos. En el estudio de Strassberg et al en el grupo eje a la izquierda, el 65% de los pacientes tuvieron este tipo de trastorno, contra el 7% en el grupo eje normal (8). Es dificultoso encontrar una explicación de porqué en el presente trabajo no se observaron casos de septum paradojal, sobre todo en el grupo eje a la izquierda. En general cuando existe movimiento paradojal septal hay deterioro de la función sistólica del VI, por la severa asincronía que este trastorno produce (929). Además hay evidencias que en pacientes con movimiento paradojal septal existe un trastorno de la perfusión septal, puesto de manifiesto por estudios con Talio 201, lo cual probablemente deteriora aun mas la función sistólica ventricular (30). En el presente trabajo, al elegir pacientes con función sistólica normal como criterio de inclusión, pudieron haber quedado afuera los pacientes con septum paradojal por tener deterioro de la misma. Precisamente en el trabajo de La Canna et al, los pacientes con movimiento paradojal septal mostraron un defecto fijo en la captación de Talio 201 como evidenciando un daño septal mas severo, a diferencia de los pacientes con movimiento normal o anormal típico donde no hubo defectos o estos fueron reversibles (30) Por lo tanto es probable que deba 20 existir una alteración miocárdica septal mas severa para generar el movimiento paradojal del mismo. La AIA y la AIE se han relacionado, en la literatura, con el ancho del QRS. Ghio S. et al, relacionan la duración del QRS con la AIE, pero a su vez dicen que no hubo diferencias significativas de AIA, entre QRS mayor de 150 milisegundos, con respecto al grupo de 120 a 150 milisegundos (32) Bader sugiere que la AIA seria mas significativa con un QRS mayor de 140 milisegundos (10) En un articulo de Bleker et al, un 30 a 40% de pacientes con QRS mayor de 120 milisegundos no mostraban AIA (33) También en un artículo de Emkanjoo et al, se llega a esta conclusión.(34). Sin embargo en el trabajo de Mehmet M. et al., hubo una débil correlación entre la duración del QRS y el retraso septal/lateral (AIA), en pacientes con BCRI aislado, como es el caso de los pacientes del presente estudio (35). En el trabajo de Prinzen y Auricchio , estos autores, describen que la activación del VI en el BCRI sigue una forma de U comenzando en el septum y rodeando la punta del VI para terminar en la cara inferior del mismo. Este patrón de activación es generado por una línea de bloqueo funcional orientada de la base a la punta del VI. La localización, y la longitud de las líneas de bloqueo son altamente variables. La línea de bloqueo es predeciblemente localizada en cara anterior del VI cuando la duración del QRS es mayor de 150 milisegundos y por lo tanto existe una gran área de conducción retrasada en cara lateral donde se encuentra la vena lateral. Es, en estos casos, en los cuales la terapia de resincronización ha tenido tasas de éxito de mas del 90%. En contraste en pacientes con QRS menos de 150 milisegundos parece haber una línea de bloqueo mas pequeña localizada en la región lateral del VI y en estos casos la efectividad de la resincronización no seria tan elevada.(28) En el presente estudio la duración del QRS promedio en ambos grupos fue relativamente pequeña, 128 milisegundos y 130 milisegundos para el grupo de eje normal y el grupo de eje a la izquierda respectivamente. Esto podría explicar la ausencia de correlación entre los diferentes grados de anchura del QRS y el grado de AIA o AIE. También Bax J. et al, coinciden en que la AIA estaría en relación con el ancho del QRS: 27% para menos de 120 milisegundos, 60% para 120-150 milisegundos y 70% para mayor de 150 milisegundos.(13) En el presente trabajo solo hubo 3 pacientes con QRS mayor de 150 milisegundos, uno en el grupo eje normal y dos en el grupo eje a la izquierda, lo cual no permite sacar mayores conclusiones. Evidentemente tampoco en el presente estudio la desviación del eje tuvo influencia en la duración del QRS como lo sugieren Paradihis y Dingra (22-23) ya que la duración del complejo citado, fue prácticamente igual en ambos grupos como lo indica la comparación de las características basales en ambas poblaciones. En el presente trabajo, los pacientes con eje a la izquierda no tenían mayor índice de masa ventricular izquierda, hipertrofia o alteraciones estructurales cardiacas, que los pacientes con eje normal a diferencia de lo que señalan algunos 21 datos de la literatura, como ya fue destacado en la introducción. Esta situación podría explicar la ausencia de mayor AIA en el grupo eje a la izquierda. No hubo correlación en este trabajo, entre fracción de eyección ventricular izquierda y la AIA, considerando que el rango de FE, partía de un valor normal. En el trabajo de Mehmet et al, hubo una relación entre la AIA y la FE en pacientes con BCRI aislado con función sistólica ventricular izquierda preservada cuando se los comparaba con pacientes sin este trastorno de conducción.(35) Una explicación para la diferencia con el presente trabajo podría ser que, en el estudio de Mehmet et al., la AIA promedio entre septum y pared lateral del VI fue 55 milisegundos, superior al promedio entre ambas poblaciones del presente estudio que fue de solo 38 milisegundos. Es posible que en el presente trabajo el pequeño grado de AIA (38 mseg) del grupo BCRI, aunque diferente significativamente de los controles, no haya sido suficientemente prolongada, como para provocar un deterioro de la FE VI, en este grupo. Tampoco hubo diferencias significativas en el presente trabajo entre AIE y FE. Como se expreso anteriormente el mayor grado de AIE coincide o esta asociado a movimiento paradojal septal, y, en estos casos, es probablemente evidente un mayor deterioro de la FE VI. En trabajos previos, la relación entre función sistólica ventricular izquierda y eje a la izquierda ha sido controversial. Mientras Dingra et al y Parharidis et al, dicen que el eje a la izquierda esta asociado a enfermedad cardiaca orgánica, mayor edad, síntomas , insuficiencia cardiaca y enfermedad del sistema de conducción (22-23), Mithilesh Kumar Das et al, analizando 300 pacientes, no encuentran relación entre eje a la izquierda y fracción de eyección, aunque sí , entre ésta y la duración del QRS (21). En el presente trabajo el promedio de FE del VI fue similar en ambos grupos.. Queda en el ámbito especulativo, si, en poblaciones con disfunción ventricular izquierda o mayor masa, la desviación del eje a la izquierda tiene mayor influencia en la asincronía ventricular izquierda.En los estudios donde se ha evaluado la efectividad de la terapia de resincronizacion en pacientes con QRS mayor de 120 mseg, no se ha realizado, hasta ahora, un analisis de la influencia de la desviación del eje con respeto al grado de asincronia (36-37-38) Según los resultados del presente trabajo, el eje a la izquierda no tendría relevancia, en cuanto a las alteraciones de la activación miocárdica, para diferenciar 2 poblaciones con BCRI con igual estructura cardiaca, fracción de eyección y duración del QRS. 22 *Limitaciones El escaso número de pacientes enrolados puede considerarse como una limitación del estudio, pero es necesario considerar que es dificultosa la selección de pacientes con BCRI con función función sistólica normal y que no reúnan los criterios de exclusión establecidos. Podría considerarse una limitación el haber analizado únicamente dos paredes del ventrículo izquierdo (septal y lateral) para el análisis de asincronía intraventricular, teniendo en cuenta que otras paredes (anterior o inferior) pueden estar mas retrasadas en la activación. La decisión de proceder de esta manera se basó en numerosos trabajos que han definido el retraso septal-lateral como principal representante de asincronía intraventricular. Actualmente nuevas tecnologías, como el Eco 3D o la resonancia nuclear magnética, con mayor alcance que la tecnología usada en este estudio, permiten un análisis mas preciso de la asincronía en los distintos segmentos del ventrículo izquierdo, lo cual puede tener implicancias diferentes en cuanto a los resultados. (39) *Conclusion En el presente estudio no se encontraron diferencias, desde el punto de vista ecocardiográfico, en asincronía inter o intraventricular o movimiento anormal septal, entre los pacientes con BCRI con eje QRS normal y los pacientes con eje QRS a la izquierda. 23 *Bibliografia 1) Elizari M., Arritmias cardiacas, 2ª edición, editorial Panamericana 2) Pietro Francia et al., Left bundle branch block, pathophysiology, prognosis y clinical management. Clin. Cardiol. 30:110, 2007. 3) Flowers N, Left bundle branch block: a continuously evolving concept, JACC 1987, 9, 684-697. 4) Esper R., Electrocardiografía, 1ª edición, editorial Sagitario. 5) Braunwald E., Heart disease: a textbook of cardiovascular medicine, 7ª edicion, Elsevier-Saunders. 6) Feijenbaum H., Echocardiography, sixth edition. 7) Arturi E et al. An echocardiografic study of patients with left bundle branch block. 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Heart J. 2001, 142: 881. 39) Takeuchi M.et al, Assessment of left ventricular dissinchrony with realtime 3-dimensional echocardiography. JASE ,20:1321. 2007. Agradecimientos : Al Prof. Dr. Eduardo Escudero, por su paciencia y dedicación, en la corrección y asesoramiento de mi trabajo. A mi amigo, el Dr. Marcelo Rodriguez, por su invaluable asesoramiento en el tratamiento estadístico del trabajo. A mis profesores del Magister de Ultrasonido en Cardiología, por su aliento constante para mi continua superación profesional. A mis compañeros del Magister de Ultrasonido en Cardiología (20062007), por haberme hecho vivir momentos inolvidables. A mi Madre, por su continuo aliento hacia el estudio y mi superación personal. A mi querida Facultad de Medicina de la UNLP, a la cual le debo gran parte de lo que soy. La Plata, Julio del 2010. 26