RESOLUCIÓN DE LAS TRES PRIMERAS PREGUNTAS DEL EXAMEN DE SELECTIVIDAD “¿CÓMO ES POSIBLE QUE…?” 1.- Señale la organización de las ideas del texto. Podemos estructurar el contenido de este texto expositivo-argumentativo en dos partes que coinciden con la distribución de los párrafos. En la primera parte, que se corresponde con el primer párrafo, se presenta el problema y se reflexiona sobre el mismo. Se alude al hecho que da pie al artículo: el estudio del Ministerio de Sanidad. Se expone la idea inicial: la moda ejerce una influencia negativa sobre la población femenina. Y se presentan los datos que lo demuestran: la extremada delgadez de las más jóvenes. Por último, dentro de esta primera parte, se comentan las consecuencias negativas que esto conlleva: los cambios en los cánones estéticos, los sacrificios que implica, la vida insalubre, etc. En la segunda parte, que ocupan el segundo y el tercer párrafo, se proponen soluciones: por un lado, las medidas de control necesarias (revisión y control de la publicidad, control a tiendas y fabricantes mediante la unificación); y por otro, la finalidad que se persigue: evitar riesgos sanitarios y respetar la imagen de personas con hábitos saludables. 2. Indique el tema y escriba un resumen del texto. Tema El tema puede enunciarse de varias maneras. En primer lugar, optamos por enunciar el tema en modo afirmativo, y podría expresarse así: la imagen femenina impuesta por la moda, sus consecuencias negativas y sus medidas de control. A continuación, incluimos otra enunciación del tema teniendo en cuenta el posicionamiento del autor: necesidad de controlar la influencia negativa que la moda ejerce sobre la estética femenina. Incluso podría enunciarse poniendo el énfasis en la función apelativa: denuncia de la delgadez extrema impuesta por la moda y propuestas de medidas correctoras. Resumen Según un estudio realizado por el Ministerio de Sanidad, el canon de belleza femenina impuesto por los dictados de la moda ejerce una influencia excesiva sobre la población, especialmente entre las mujeres más jóvenes, orgullosas de su extremada delgadez aún a costa de su salud. De ahí que sea necesario controlar la publicidad y fomentar medidas como la unificación de tallas, para obligar a los diseñadores y vendedores a utilizar tallas que se ajusten al cuerpo real de hombres y mujeres con hábitos saludables. 3. Comentario crítico sobre el contenido del texto El texto que comentamos es un texto periodístico de opinión publicado en el diario de tirada nacional El País, en concreto, un editorial, artículo que suele tener lugar destacado en el diario RESOLUCIÓN DE LAS TRES PRIMERAS PREGUNTAS DEL EXAMEN DE SELECTIVIDAD “¿CÓMO ES POSIBLE QUE…?” y responde a la línea ideológica del mismo. También se caracteriza por no tener firma y por tratar un tema de actualidad y de interés general. Se trata de un texto expositivoargumentativo en el que se reflexiona, desde una perspectiva crítica, sobre la imagen de la mujer que impera en nuestra sociedad y en el que se proponen medidas para combatir dicha imagen propiciada y respaldada por los diferentes sectores de la moda. La reflexión está motivada por los inquietantes datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad en un estudio reciente cuyo objetivo era la unificación de las tallas de ropa. El editorialista se alarma ante la influencia negativa que la moda tiene especialmente en las mujeres jóvenes y, apoyándose en los datos extraídos del documento y en ejemplos (como el de Cindy Crawford), afirma que las jóvenes obedecen los severos cánones de belleza que dicta el mundo de la moda y de la publicidad, y lo hacen, sostiene, poniendo en riesgo su salud. El editorial considera que, ante este grave problema, las medidas propuestas por el gobierno (la unificación del tallaje de la ropa) son insuficientes y señala la necesidad de nuevas iniciativas ofreciendo como ejemplo el control de diseñadores y modistos y el control de la publicidad. El tema del que trata el editorial parece evidente, no es un tema novedoso: hace ya mucho tiempo que voces críticas vienen señalando en diversos medios los peligros sociales y sanitarios que acarrea esta batalla contra nuestro propio cuerpo. Los que estamos acostumbrados a oír o leer opiniones como esta podríamos decir tras su lectura aquello de “nada nuevo bajo el sol”. Sin embargo, resulta sorprendente comprobar que todas las voces de alarma son pocas y que tras las (necesarias y certeras) reflexiones como la presente, todo sigue su rumbo: el de una sociedad insatisfecha que busca la perfección en los cánones dictados por la publicidad y la moda. Parece loable la intención del editorialista de dar un grito de alarma ante el desolador panorama que revela, nada que no reflejase con igual dramatismo un simple paseo por la calle, las tiendas de moda o los anuncios en revistas y vallas publicitarias; y, obviamente, comparto su opinión. No obstante, hay algo hipócrita en los medios de comunicación que yuxtaponen (tanto en la radio, como en la prensa escrita, televisión e Internet) serias reflexiones bienintencionadas como la que nos propone el artículo con publicidad que atenta contra los mismos principios que, justo al lado, se critican. Y todo justificado bajo el dudoso axioma de “la publicidad es la que manda porque es la que financia los medios”. Coincido con el editorial en que es necesario controlar este tipo de publicidad dañina, pero, en mi opinión, en lugar de intentar combatirla desde los mismos medios que la soportan, sería enormemente más eficaz que esos mismos medios la eliminasen de sus programaciones o de sus páginas. Los cánones estéticos son esclavizantes y perversos, y el daño –como se afirma en el artículono es sólo personal, sino también social. La sociedad, como los medios, se comporta de una manera esquizofrénica: por un lado vive al dictado de la moda, y por otro “se gasta un dineral” y realiza un ingente esfuerzo para paliar las consecuencias negativas que sus dictados provocan. RESOLUCIÓN DE LAS TRES PRIMERAS PREGUNTAS DEL EXAMEN DE SELECTIVIDAD “¿CÓMO ES POSIBLE QUE…?” Al lado de un centro estético que ofrece mágicas soluciones contra “los kilos de más”, encontramos un centro de ayuda psicológica que nos promete aceptarnos a nosotros mismos. Se emiten mensajes como el presente en un mundo donde lo que efectivamente triunfa es la delgadez extrema que en ellos se critica. Parece que nuestra sociedad es la que está enferma. En mi opinión, hay dos razones para pensar que esta enfermedad requeriría algo más que remedios paliativos. La primera de ellas tiene que ver con el individuo: un individuo cada vez más insatisfecho, que estaría canalizando toda su frustración vital en procurar de una felicidad superficialmente eficaz (de la que el cambio de imagen corporal sería un buen paradigma). La segunda, hace referencia a la tan traída y llevada “sociedad de consumo”. Mientras haya campañas dirigidas a darle respuesta por un módico precio, seguiremos enfermos. En conclusión, estamos ante un editorial certero, que apunta donde duela, dispara donde debe (en el seno de la publicidad y de la moda) e invita a una necesaria toma de conciencia. La exposición es clara, los argumentos contundentes y la tesis certera. Es una pena que la industria que paga esta batalla sea la misma que subvenciona la de miles de francotiradores que apuntan y disparan en la dirección contraria.