Reactivación de usuarios inactivos en campañas de email: Transformando problemas en oportunidades Por Ignacio Ayerbe, director Comercial de Experian CheetahMail. Marzo de 2013. Artículo para Anuncios Juan Antonio trabaja en una empresa de ecommerce como responsable de marketing digital. Desde que se lanzó su sitio web ha estado obsesionado con que sus campañas de email marketing lleguen correctamente a sus usuarios y se lo toma muy en serio: realiza doble optin; lleva mucho cuidado en cómo se sirven las imágenes y las palabras que se utilizan en sus campañas; emplea a un proveedor de correo electrónico que le garantiza una buena infraestructura de envíos y que limpia automáticamente todos los correos rebotados, mide mucho la frecuencia de sus envíos… Toda esta estrategia le ha funcionado a la perfección. El ROI es muy positivo, sus jefes están contentos, y así lleva casi dos años sin sobresaltos. Hace unos días, Juan Antonio ha empezado la jornada con unos problemas para los que no estaba preparado. Al revisar las estadísticas, se da cuenta de que los ratios de apertura han caído sin ninguna explicación y ve que la situación no mejora. Como tiene claro que él hace todo bien, culpa a las IPs a través de las que se envían sus mensajes, a su proveedor de email, a sus diseñadores, en fin, a todo el mundo. Pero, como muchos otros, no ha caído en que el problema es que el número de usuarios que ignoran sus mensajes es tan grande, que esto ha empezado a afectar a su reputación de “entregabilidad” y algunos mensajes se están yendo a la bandeja de spam. Ésta es una situación que se repite casi a diario en muchas empresas de todo el mundo y, aunque se llega a este extremo por inconvenientes como los que se enfrenta el protagonista de nuestra historia, la parte positiva es que, cuando se pone toda la atención para solucionarlo, no solo se gestionan los problemas de “entregabilidad”, sino que además se abre una ventana de oportunidades para conseguir unos interesantes ingresos adicionales. Pero, ¿por qué se producen estos problemas? La cuestión principal que hay que tener en cuenta es la definición de “activación” dentro del email marketing. Se consideran clientes activos aquellos que, al recibir un correo electrónico, interactúan con él (abriéndolo, haciendo clic en los enlaces). Por el contrario, los usuarios inactivos son aquellos que, aunque se hayan suscrito correctamente, hayan aceptado el opt-in y realmente tuvieran interés en recibir las comunicaciones, llevan cierto tiempo ignorando los emails que se les envían. Que no los abren, vamos. Si esa falta de actividad se prolonga en el tiempo y pasan más de doce meses sin interactuar con los correos electrónicos, se les considera “inactivos de alto riesgo”. Para comprender porqué tener “inactivos de alto riesgo” se acaba convirtiendo en un problema de “entregabilidad”, hay que entender que los ISPs y los webmails, a la hora de discriminar si un email es spam o no, cada día tienen más en cuenta el factor de la actividad. Es lógico pensar –y así lo hacen ellos– que si alguien recibe durante un año correos que son sistemáticamente ignorados, hay una buena probabilidad de que sean “no deseados”. Esta situación puede volverse aún más grave si alguna de estas direcciones “inactivas de alto riesgo” llega a ser considerada como trampa de spam (spam trap) por asociaciones como, por ejemplo, pero no solo, SpamHaus. Esto puede producirse si un usuario está suscrito a varias newsletters de distintas empresas y las ignora durante un largo período de tiempo, lo que haría que su dirección se considere una trampa de spam y afecte a la reputación de nuestra lista de emails. En definitiva: un trabajo excelente en cuanto a la higiene de la base de datos y siguiendo todas las pautas de una perfecta “entregabilidad” como las que seguía Juan Antonio, puede derivar en problemas importantes si no se aborda la reactivación de los usuarios inactivos. Las campañas de reactivación van encaminadas a recuperar el interés de aquellos usuarios en nuestra comunicación a los que no resultábamos atractivos con nuestros correos electrónicos y a que interactúen con ellos de nuevo. Las mejores prácticas de campañas de reactivación, nos invitan a considerar lo siguiente: 1) Establecer campañas específicas para usuarios inactivos y que además tengan una frecuencia menor a la de sus campañas habituales. Las estadísticas muestran que la mayor efectividad se consigue con campañas de carácter mensual o trimestral. 2) Ofertas especiales de precio y de envío gratuito, con las mejores opciones a considerar si dispone y ofrece comercio electrónico. 3) Si no cuenta con de ecommerce, crear la sensación de urgencia con un mensaje del tipo: “Solo tiene X días/horas para…”, es posible que consiga unos buenos resultados. 4) Pruebe distintos asuntos y creatividades que se salgan de su comunicación habitual para ver qué funciona mejor con sus usuarios. 5) Considere hacer encuestas para saber los motivos que han llevado a los usuarios a ser inactivos. Suelen ser efectivos para reactivar, pero también ayudan a prevenir la inactividad en función a los resultados. 6) Si el email no funciona, considere la multicanalidad, combinando campañas por móvil o redes sociales. 7) No dude en ofrecer una comunicación del opt-in si todos sus intentos de recuperar actividad con un usuario fallan. Y si no consigue tampoco esa reconfirmación, es hora de plantearse el retirarlo de sus comunicaciones. Por supuesto, esto implica más trabajo del que ya se hacía y puede resultar tentador el no hacer nada, pero aquí es donde entra en juego la oportunidad de negocio adicional. Según datos de campañas de reactivación, es posible recuperar entre un 4% y un 12% de los usuarios considerados ”inactivos de alto riesgo” por medio de un buen programa específico. Solo con esto, contribuirá a mejorar su reputación. Y además imagine los ingresos adicionales que puede conseguir, especialmente si su base de datos tiene un tamaño considerable. Juan Antonio va teniéndolo claro y, superada su frustración inicial, ha decidido incluir la reactivación en el ciclo de vida que ha creado para los clientes, sobre todo al ver los resultados económicos extraordinarios que no había previsto. Quizá es hora de que todos se planteen esta cuestión antes de que se produzcan los problemas, lo cual sería aún más beneficioso.