Olot, 22 de janerde 1911 Any III — • PREUS DE.SUSCRIPCIO — Olot 5 ptes. Cutalunya y demés nacions ibèriques 5 » Extranger 10 » Nombre solt O'IO N o m b r e OQ . REDACCIÓ Y ADMISTRACIÓ Hostatge social del C. N. It. Carrer de la Presó Vella, n-0 5 Setmanari polític y defensor dels interessos de -Ja comarca adherit a la UNIÓ FEDERAL NACIONALISTA REPUBLICANA No's tornen els originals, encara que no's publiquin ANUNCIS, REMITITS Y ESQUELES MORTUÒRIES A PREUS CONVENCIONALS DEL MESTRE NUESTRO SISlEffA No se hace contra nuestro sistema sinó un argumento de alguna fuerza. Si no ha de regir el Estado més que la vida de relación de las regiones, y los poderes regionales la vida de relación de los municipios, lo Iógico es que el municipio rija la de los individuos, y por lo tanto sea el regulador del derecho. No retrocedemos nosotros ante ninguna consecuencia lògica de los principios que sustentamos; y sin vacilar decimos que los que así nos combaten estan en lo cierto. Por cierto lo tienen ellos mismos, ya que uno de sus màs conspícuos hombres admite como fuente de derecho la costumbre y, según creemos, no tendría reparo en reconocer la del pueblo de Llànabes, que cada diez afios reparte entre sus vecinos las tierras del termino. La costumbre es principalmente municipal, y admitirla como origen de derecho equivale à reconocer en los municipios el poder legislativo, que legislar es sobreponer la costumbre à las leyes. Por el derecho municipal empezó la legislación de todos los pueblos, y aun en tiempos cercanos à nosotros por leyes municipales se rigieron ciudades y villas. Los fueros de las de Castilla no eran simplemente cartas políticas; encerraban leyes civiles, leyes penales y aun leyes de procedimlentos. En el fondo, icuàl es, por otra parte, el derecho de las naciones cultas, ya latinas, ya anglo-sajonas? Un derecho municipal, el de la antigua Roma. iQuiere decir esto que cada municipio deba forzosamente en nuestro sistema regirse por especiales leyes? No las mismas regiones aforadas— las islas Baleares, Catalufía, Aragón, Navarra, Vizcaya—se regfan por sus leyes de hoy siglos antes de su incorporación à la corona de Castilla: no volverían, de seguro, aunque pudiesen, al primitivo derecho de sus municipios. Tienen un derecho regional, y lo defienden con tesón y brío contra las invaslones de cualquiera otro derecho. •Nuestros adversarios, aun los que menos parecen distar de nosotros.han llegado à creemos ene- Diputació de Girona — Servei de Biblioteques migos incondicionales de la unidad; y conviene que entiendan que, si no admitimos la que nace de la fuerza, estamos decididamente por la que es hija bel libre consentimiento, ^uestro entender el solo vinculo racional entre los hombres. Ochenta afios hace que se penso en escribir un Código para toda la monarquia, y esta es la hora en que no se ha llegado à la unidad, à pesar de no haberse perdonado esfuerzos por conseguirlo. Promulgóse el afío 1889 un Código civil, y se lo hubo de circunscribir à las provincias que venían gobernàndose por las leyes de Castilla. Por nuestro sistema estamos persuadidos de que se habría conseguido mas pronto esa unidad, ya que las regiones aforadas tienen hace siglos petrificado su derecho por no haberlo podido corregir acomodàndolo à las circunstancias de los tiempos y à las evoluciones porque va pasando la idea de justícia. Dejemos que las regiones legislen, y llegaremos de seguro à la que tanto se codicia. Adoptaron el Código de Napoleón pueblos completamente extrafios à Francia, y aun hoy se rigen por él Westphalia y Bèlgica: concedida la libertad que nosotros deseamos, isería de extrafiar que adoptasen en todo ó en parte nuestras regiones el derecho porque se rige las de Castilla? Habria desde luego agitación jurídica, largos debatés, choquede ideas, y seria fàcil que de aquí naciese por de pronto afinidad de leyes; mas ó menos tarde, la unidad de derecho. F. Pi Y MARGALL. D'M Nttevo Rèçimen—1891. LA PETITA ASSAMBLEA De lluny y sense pendre part activa al procés de formació y deliberació de l'Assamblea celebrada recentment, la crítica pot ésser més serena y, per tant, més justa, que no pas la que pugui fer qui hagi estat impregnat de la viva discussió y s'hagi trobat envoltat de l'entussiasme que irradia l'aplec d'una moltitut moguda per la comunitat d'idees. Trobo que a l'Assamblea hi mancà la grandio- sitat; trobo que, donada l'assistència de quasi tots els companys, que havent sigut nombrosos els assistents, les impresions de moment, els darrers fets polítics constituïren la dominant de l'Assagi- _ blea. Y això es petit, car l'Assamblea havia estat convocada pera ficsar un plan a seguir, un d'aquells plans que per la seva magnitut assegura no haverse de reunir altra volta fins haver complert la pràctica de les orientacions senyalades. Mes, ha sigut prou que un element de la política espanyola's desitnés, pera que'l fort de la discusió versés sobre'I particular. En l'Assamblea s'ha discutit lo que s'havia de resoldre en els cassinos: petites coses. Sí, res més que petites coses; l'Assamblea ha sigut una reunió d'oportunistes. Jo esperava de l'Assamblea la declaració unànim de futuritat, deixant als directors del partit la tàctica de la lluita, quedant pera'ls dirigits el compromís de disciplina. La dual preocupació suprema, el passat y l'avenir, la tradició y l'enmancipació, no han merescut una ponència. La tradició qui's resumeix concretament en el tros de terra ont l'home senyala'l seu domini y l'emancipació, aquesta ascendència qui aixeca l'home fins a lo més enlairat, no sigueren obgecte d'atenció. Jo pensava que de l'Assamblea'n sortia la necessitat d'establir ab Galícia y Portugal, principalment, afectuoses relacions, preparant aixi la realitat de la futura Iberia. Jo creia que'l Socialisme espantava únicament als apaga-llums y he vist ab dolor que encara republicà y conservador poden conviure simbióticament. No; de l'Assamblea no ha sortit com esperava la decisió enèrgica de la Federació ibèrica; l'Assamblea no s'ha interessat ber la qüestió pública, universal; en aquest punt ha fet obra de partit, es a dir de classe. La proposició incidental den Rovira y Virgili fa l'efecte de volguer corretgir aquest últim descuit. Degut ala falta de grandiositat, l'Assamblea discutí petites coses y's manifestà lo que devia callarse: aquelles diferencies d'origen dels assambleístes, diferencies que encara no estan del tot borrades. Obtenir el reconeixement de la personalitat ca-