El sistema de prisiones colombiano opera bajo niveles de presión crecientes; los derechos humanos de las personas privadas de libertad en riesgo. El Procurador General de la Nación reitera su llamado de alerta formulado el año pasado sobre el estado general de las prisiones en el país y solicita a todas las autoridades competentes que adopten una política pública racional y coherente sobre el uso de la prisión en Colombia, incluyendo medidas de aplicación inmediata que hagan frente a la crítica situación de superpoblación. _______________________ Los niveles de hacinamiento existentes en las prisiones del país ponen en entredicho la aplicación de la ley de ejecución penal, generan situaciones de violaciones a los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad y someten a los funcionarios del sistema penitenciario a trabajar bajo condiciones de altísimo riesgo. El Procurador General de la Nación emitió el 15 de agosto de 2003 un documento denominado “El hacinamiento en las prisiones del país pone en riesgo el respeto y la garantía de los derechos humanos de las personas privadas de libertad“, en el que hizo un llamado de atención a las autoridades nacionales para que adoptaran medidas con miras a encarar y solucionar esa situación. Desde ese momento, de acuerdo con la información suministrada por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) y los resultados de las visitas de inspección realizadas por la Procuraduría General de la Nación, la situación no ha mejorado y las medidas adoptadas hasta la fecha no han tenido un impacto efectivo. El sobrecupo carcelario reflejado al finalizar el primer semestre del año pasado era de 14.075 personas de acuerdo con las plazas disponibles reportadas. En la actualidad, con base en cifras de agosto de 2004, proporcionadas por la autoridad penitenciaria, el sobrecupo es de 18.806 personas. La tasa global del hacinamiento en las prisiones del orden nacional ha aumentado, en un año, de 31 por ciento a 38,5 por ciento, con un total a agosto de 2004 de 67.683 personas privadas de libertad en 139 establecimientos de reclusión del orden nacional1 que tienen capacidad para albergar 48.877 internos. (Véase Anexo. Gráficas Nos. 1, 2 y 3 que ilustran de manera esquemática la progresión de la situación y el estado actual del hacinamiento y del sobrecupo). 1 Si se tienen en cuenta las personas privadas de libertad en cárceles municipales y distritales, estaciones de policía, guarniciones militares y otras salas de retenidos el total de personas privadas de libertad en el país es superior a 73.000 personas. Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 1 De acuerdo con el consolidado de información estadística de agosto del año en curso, 59.303 personas están recluidas en condiciones de hacinamiento, esto implica, entre otras cosas, que el 90 por ciento de las personas privadas de libertad, en prisiones del orden nacional, están sometidas a algún nivel de hacinamiento. El hacinamiento es un factor perjudicial para el funcionamiento del sistema penitenciario. Cualquier nivel de hacinamiento pone los recursos físicos y humanos de un sistema de prisiones a funcionar bajo presión y genera situaciones de ingobernabilidad y de violencia. La superpoblación carcelaria impide la clasificación de las personas privadas de libertad de acuerdo con sus características personales, incluyendo la debida separación de personas sindicadas y condenadas. El hacinamiento agrava las condiciones de ejecución de las medidas precautelares y punitivas de prisión, más allá de lo estipulado en la ley. El hacinamiento anula cualquier pretensión de resocialización que tenga la institución de la prisión, puesto que genera condiciones objetivamente indignas y puede llevar a consolidar una cultura y práctica vulneratorias de los derechos fundamentales de los internos y del personal administrativo y de guardia. En casos críticos, el hacinamiento lleva a que los presos sean tratados como objetos o productos; el cúmulo de presos es tratado en masa y la administración de la prisión se limita a contarlos, alimentarlos, encerrarlos y contenerlos2. El hacinamiento necesariamente conduce a la deshumanización del sistema y, además, entorpece la seguridad y el control que deben existir en cualquier prisión. Recordando la responsabilidad del Estado de garantizar la integridad de los detenidos y prevenir la violencia en las prisiones, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señaló al examinar la masacre acontecida en 1992 en el penal de Carandirú en Brasil que, “como indica la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ‘en los términos del artículo 5(2) de la Convención (americana) toda persona privada de la libertad tiene derecho a vivir en condiciones de detención compatibles con su dignidad personal y el Estado debe garantizarle el derecho a la vida y a la integridad personal’3. En consecuencia, el Estado, como responsable de los establecimientos de detención, es el garante de estos derechos de los detenidos. Las condiciones de existencia de los penados en el establecimiento, que no se ajustaban a las normas internacionales por el hacinamiento y falta de actividades de recreación, creaban las condiciones para el estallido de fricciones entre los penados, que podían fácilmente escalar en actos de amotinamiento general y la consiguiente reacción descontrolada de los agentes de Estado frente a las condiciones de violencia reinantes”4. Este pronunciamiento de la CIDH debe servir de principio 2 Véase Andrew Coyle, Humanity in Prison, Questions of definition and audit, ICPS, Londres (2003), p. 18. Corte I.D.H. Caso Neira Alegría, Sentencia del 19 de enero de 1995, párr. 60. 4 CIDH, Informe Nº 34/00, Caso 11.291 Carandirú, Brasil (13 de abril de 2000), párr. 60. 3 Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 2 rector para enmarcar y organizar toda la actuación gubernamental para hacer frente a las situaciones cada vez más agudas de hacinamiento en las cárceles colombianas. A continuación se destacan cuatro de las características más sobresalientes de la situación de hacinamiento que padecen las personas privadas de libertad en el país. Posteriormente, se formula, a manera de conclusión, un breve comentario sobre las medidas tomadas por el gobierno para enfrentar la situación y, finalmente, se ofrecen unas recomendaciones a las autoridades para atender de manera integral esta situación. 1. El hacinamiento carcelario y penitenciario ha aumentado y tiende a la concentración en niveles extremos. Como se comentó anteriormente, aproximadamente el 90 por ciento de todas las personas privadas de libertad en prisiones del orden nacional están sometidas a algún nivel de hacinamiento. Cualquier nivel de hacinamiento es inaceptable y puede generar situaciones violatorias de los derechos humanos. En este contexto, resulta de particular preocupación que la mayoría de las personas privadas de libertad, no sólo están expuestas a hacinamiento, sino que están sometidas a índices críticos de sobrepoblación. De acuerdo con el parámetro internacional, cualquier sistema de reclusión o prisión que trabaje bajo condiciones de hacinamiento superiores a 20 por ciento (es decir, 120 personas recluidas por 100 plazas disponibles) se encuentra en estado de “sobrepoblación crítica”. Una situación de “sobrepoblación crítica” puede generar violaciones o desconocimiento de los derechos fundamentales de los internos. En el país, 68 centros de reclusión revelan una cifra de hacinamiento mayor al índice de sobrepoblación crítica. Un total de 41.819 personas experimentan condiciones de vida inaceptables bajo el parámetro internacional, esto es, el 62 por ciento del total de la población recluida. (Véase Anexo. Gráfica No. 4 que ilustra la concentración de personas bajo situaciones de hacinamiento crítico.) De ese total, 27.460 personas están recluidas en condiciones de hacinamiento extremo (es decir, una tasa de hacinamiento superior a 50 por ciento). Este grupo de la población carcelaria se encuentra en 33 centros de reclusión de todo el país. Debe destacarse que, en el rango de prisiones que presentan una situación extrema, hay 13 prisiones que albergan un número de internos superior en más de dos veces a su capacidad real. En dichos centros de reclusión la situación es volátil y el disfrute de los derechos humanos está bajo constante amenaza. Estos centros son: EC La Modelo Bogotá, RM Popayán, EC Yopal, EPC Riohacha, EPCAMS Itaguí, EPC Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 3 Bellavista Medellín, RM Cali, EC Zipaquirá, EPC. Arauca, EPC Valledupar, EPC-ERE Cali, EPC Tulúa, y EPC-ERE Bucaramanga. Sumada su capacidad, estos trece centros de reclusión ofrecen 8.115 plazas, dado que en agosto de 2004 se reportaron 18.524 personas recluidas en ellos, el índice porcentual de hacinamiento en ellos oscila entre el 100 y 181 por ciento. Aunque se trata de centros de distinta naturaleza, en donde las condiciones pueden materializarse de manera desigual, los índices anotados demandan la adopción de medidas inmediatas frente a cada uno de estos centros. Cabe recordar, que el análisis cuantitativo del hacinamiento es una herramienta útil de alerta, pero no revela las condiciones de degradación que se manifiestan en situaciones concretas de manera cotidiana y continua en los establecimientos de reclusión. El hacinamiento genera situaciones que humillan a la persona humana, privándola del trato humano y digno que es debido a todas las personas privadas de libertad. 2. La concentración del hacinamiento es asimétrica; perjudica ciertas regiones y se evidencia de manera particularmente grave en los establecimientos de mayor capacidad ubicados en capitales departamentales. Si bien el hacinamiento se extiende a casi a todas las prisiones del país, las estadísticas oficiales reflejan una concentración de particular preocupación en dos regionales administrativas del INPEC. En primer lugar, la Regional Occidente, que agrupa centros de reclusión de los departamentos de Valle, Cauca, Nariño y Putumayo, la cual presenta un índice de hacinamiento del 50 por ciento. En segundo lugar, la regional Noroeste, que comprende las prisiones de Antioquia y Chocó, revela una tasa colectiva de hacinamiento superior al 70 por ciento5. Además de alertar sobre una situación límite, estas dos cifras ilustran la irracionalidad de la distribución de los internos y la imposibilidad de cumplir con criterios de clasificación que tengan en cuenta las necesidades de la persona privada de libertad, incluyendo la cercanía familiar, al momento de designar el lugar de reclusión. De igual manera, la tendencia a la concentración del hacinamiento se aclara al estudiar los índices de sobrepoblación experimentados en las prisiones grandes usualmente ubicadas en capitales departamentales. A manera de ejemplo, tomamos las principales prisiones de Bucaramanga, Cúcuta, Medellín, Cali, Ibagué y Bogotá, las cuales concentran la mayor parte de la población y también registran los más 5 La insuficiencia de cupos carcelarios en estas dos regiones del país es evidente y se agrava si se considera que una gran cantidad de habitantes de los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca (particularmente de las zonas capitalinas) se encuentran presos en regiones muy apartadas de sus hogares. Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 4 altos niveles de hacinamiento6. Estas nueve prisiones recluyen a 25.398 personas, no obstante que, tienen capacidad reportada para 3.218 personas. Estas nueve cárceles albergan aproximadamente al 38 por ciento de los presos del país, los cuales están sometidos a niveles de hacinamiento que oscilan entre 31 y 181 por ciento. Como se ha reiterado, estos altos niveles de hacinamiento acarrean graves consecuencias en el balance interno de la prisión (control, seguridad y justicia) y obstaculizan la prestación de servicios y la garantía de los derechos de las personas privadas de libertad. 3. El hacinamiento afecta de manera generalizada a las mujeres privadas de libertad. En las prisiones nacionales hay 4.688 mujeres privadas de libertad. Es una proporción muy inferior a la población masculina, sin embargo su situación presenta particularidades que suscitan preocupación. De una parte, en el país, sólo hay 12 establecimientos destinados exclusivamente para la reclusión especial de mujeres. Dada la escasez de plazas particularmente habilitadas para la detención femenina, el hacinamiento tiende a ser de particular intensidad en las Reclusiones de Mujeres. Esta docena de establecimientos presenta características variadas, hay prisiones con capacidad menor a 50 plazas y un establecimiento con capacidad mayor a 800 personas. No obstante, un factor común en todas las Reclusiones de Mujeres – exceptuando una, la RM de Girardot – es el hacinamiento. (Véase Anexo. Gráfica No. 5 que resalta las condiciones de hacinamiento que afectan a las mujeres privadas de libertad.) Nueve de las 12 Reclusiones de Mujeres experimentan sobrepoblación crítica, oscilando entre 20 por ciento y 130 por ciento. De otra parte, hay 54 establecimientos del orden nacional destinados primordialmente para la reclusión de hombres pero que se encuentran albergando mujeres, en algunos casos, de manera improvisada: en pequeños patios o lugares adyacentes donde no se garantizan las condiciones mínimas para su reclusión, no cuentan con espacios comunitarios adecuados ni áreas habilitadas para sus actividades. Al no ser lugares especiales de reclusión, estadísticamente no se cuenta con información que permita de manera periódica rendir un balance cuantitativo sobre la situación de hacinamiento en la cual se encuentran. Esta falta de información termina camuflando situaciones de hacinamiento particularmente 6 Estos centros de reclusión son: 1) E.P.C.-E.R.E. “La Modelo” Bucaramanga, 2) E.P.C. “Bellavista” Medellín, 3) E.C. “La Modelo” Bogotá, 4) E.P.C.-E.R.E. “La Picota” Bogotá, 5) R.M. “El Buen Pastor” Bogotá 6) E.P.C.-E.R.E. “Villahermosa” Cali, 7) E.P.C. Villavicencio, 8) E.P.C. E.R.E. Cúcuta, y 9) E.P.C. -E.R.E. “Picaleña” Ibagué. Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 5 severas que afectan a las mujeres presas, como ha observado la Procuraduría, entre otros, en los EPC de Valledupar, Ibagué, Santa Marta y Andes (Antioquia). 4. Nuevos establecimientos y proyectos especiales también bajo presión del hacinamiento. El hacinamiento también está afectando las nuevas prisiones construidas en Valledupar, Acacías, Popayán, Cómbita, La Dorada y Girón7. El impacto del hacinamiento es particularmente grave en estos establecimientos debido a su infraestructura, su diseño sombrío, la ubicación de algunas de estas8 y al régimen interno de alta seguridad que se aplica. La existencia de hacinamiento en estas prisiones es un indicio claro de la extrema gravedad de la superpoblación que afecta al sistema penitenciario y carcelario. En algunos casos, como en el del EPCAMS-ERE Popayán o el EPAMS La Dorada, la capacidad general de los establecimientos ha sido sobrepasada y se registran índices generales de hacinamiento cercanos al 10 por ciento. No obstante, la situación de mayor preocupación en relación con estos establecimientos, no se basa en los índices globales de hacinamiento reportados, sino en la concentración de superpoblación en ciertos patios de estos penales. A manera de ejemplo, la Procuraduría constató una de las situaciones más marcadas de superpoblación en estas prisiones nuevas, en el EPC Acacías, en el patio destinado a la reclusión de sindicados. Finalmente cabe destacar las condiciones del encierro en celda en horas de la tarde y de la noche en los patios superpoblados de las prisiones nuevas. Para atender el sobrecupo, la administración de estas prisiones encierra a tres personas en algunas celdas. Las celdas tienen un espacio, aproximado, de cuatro metros cuadrados con sólo dos planchas de concreto para camas y una unidad sanitaria que no cuenta con separación del lugar de reposo. En algunos casos de escasez de agua potable, las personas están siendo sometidas a dormir hacinadas junto a un inodoro abierto con acumulación de excrementos humanos9. Estas condiciones de vida acarrean un trato cruel, inhumano y degradante de las personas privadas de libertad. A manera de conclusión: la superpoblación carcelaria no es una situación coyuntural, debe ser abordada mediante el diseño de una política criminal integral que racionalice el uso de la prisión. 7 También podría considerarse el nuevo establecimiento de Girardot como parte de este grupo. Valledupar, Acacías, La Dorada y Girón están ubicadas en climas muy cálidos y presentan dificultades de acceso al agua. 9 Situación que se da, por ejemplo, en el establecimiento de La Dorada. 8 Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 6 Para enfrentar el problema del creciente hacinamiento en los establecimientos penitenciarios y carcelarios, el gobierno nacional aprobó el 15 de marzo de 2004 el documento CONPES No. 3277, a través del cual se consigna la estrategia para la expansión de nuevo cupos carcelarios. El documento destaca dos líneas de acción, en primer lugar, la construcción, dotación y mantenimiento de nuevos establecimientos de reclusión y, en segundo lugar, la ampliación, adecuación y dotación de los existentes, que tendrían como resultado, según el documento, la creación de 24.331 cupos para el mes de diciembre del año 2006. Esta meta de construcción busca lograr “una tasa aproximada de hacinamiento objetivo, a diciembre de 2006, del 20 (por ciento) 10”. La Procuraduría General de la Nación considera que una política de aumento cuantitativo de plazas penitenciarias y carcelarias no resuelve el problema de hacinamiento. Cabe reiterar que, ninguna tasa de hacinamiento es aceptable. El Estado tiene la obligación de garantizar condiciones dignas a las personas privadas de la libertad. Así las cosas, la meta de reducir el hacinamiento al 20% debe ir acompañada de estrategias integrales de política criminal y de política penitenciaria y carcelaria, de lo contrario, por sí misma, pone en riesgo el cumplimiento de dicha obligación y puede eventualmente acarrear la responsabilidad del Estado así como dificultar la implementación de soluciones definitivas a corto plazo. La meta gubernamental pone en evidencia la gravedad del problema y señala la necesidad de diseñar y adoptar una clara y decidida política criminal que permita dar respuesta definitiva a la superpoblación en las prisiones del país. Esta política debe racionalizar el uso de la privación de la libertad (explorando y poniendo en práctica medidas alternativas a la prisión para ciertas conductas penales) y prevenir de manera efectiva el delito. Cada vez que el Poder Ejecutivo ha estado enfrentado a una situación de emergencia en el sistema carcelario, ha optado por tomar medidas coyunturales que distorsionan el funcionamiento del aparato de justicia y no ofrecen soluciones integrales de naturaleza sistémica. Por ejemplo, para responder a la situación de mediados de la década pasada, el ejecutivo adoptó medidas tendientes a descongestionar las cárceles por vía del otorgamiento de beneficios de libertad: beneficios de 72 horas, la libertad y franquicia preparatoria, el trabajo extramuros, permisos de salida del establecimiento carcelario por quince días y fines de semana, la libertad condicional. De esta manera se generó una distorsión puesto que, un mecanismo propio del derecho de ejecución penal que consagra un derecho de cualquier persona privada de libertad se concibió como respuesta al hacinamiento y como una medida de emergencia. 10 Véase Departamento Nacional de Planeación y otros, Documento CONPES No. 3277, “Estrategia para la expansión de la oferta nacional de cupos penitenciarios y carcelarios”, 15 de marzo de 2004, p. 18. Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 7 De igual forma, en la actualidad, mediante la expedición, bajo facultades excepcionales, de dos decretos – el 2636 y el 2637 del 19 de agosto del presente año – el gobierno vuelve a consignar medidas de emergencia que no están diseñadas para atacar de manera contundente el problema de la superpoblación carcelaria del país. Estos decretos establecen la utilización del mecanismo electrónico, como medida de alternatividad penal y la posibilidad de implementar juzgados y tribunales de descongestión penal. Si bien algunas de estas medidas pueden llegar a ofrecer un paliativo a la situación, no son determinantes en su resolución. Además existen dudas sobre la viabilidad económica de su aplicación. Es necesario fortalecer la capacidad institucional de la Defensoría Pública en la implementación del sistema acusatorio, su actuación cobrará una particular importancia en la resolución de los procesos penales y los incidentes de ejecución penal, y por lo tanto, en la incidencia del número de personas privadas de la libertad en el país. Finalmente, el estado actual de las prisiones no es una responsabilidad exclusiva de la autoridad penitenciaria; se trata de una responsabilidad de todos los actores que intervienen en las diferentes etapas del proceso penal. Sólo con el concurso de todas las autoridades pertinentes se puede garantizar un espacio de coordinación y análisis sistémico del funcionamiento de las entidades involucradas en el proceso de encarcelamiento. Como recientemente expuso la Oficina en Colombia del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACNUDH), “(l)a situación no puede ser abordada de manera aislada y la respuesta a la alarma incesante no debería limitarse a la construcción de nuevos cupos carcelarios. La situación debería ser abordada de manera integral, buscando que todos los aspectos que inciden en la generación y sostenimiento de la situación crítica sean atendidos por una política criminal coherente e informada por los principios del Estado de derecho y la garantía de los derechos humanos” 11. De lo contrario, como advierte la OACNUDH, la emergencia continuará. Recomendaciones • Que se promueva, un amplio análisis interinstitucional (ejecutivo, legislativo y judicial) de las causas del hacinamiento carcelario. Dicho análisis debe centrarse en la evaluación técnica del funcionamiento del sistema penal, inclusive la fase de ejecución penal. 11 Palabras de instalación de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el Seminario internacional: “Administración y reforma penitenciaria en Colombia y derechos humanos”, leídas por Amerigo Incalcaterra, 21 de octubre de 2004. Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 8 • • • • • • • • • • • Realizar un estudio técnico que sirva de sustento a cualquier modificación legislativa del Código carcelario y penitenciario vigente. El Poder Ejecutivo debe impulsar el funcionamiento del Consejo Superior de Política Criminal y Penitenciaria, como órgano colegiado encargado de analizar la problemática carcelaria e iniciar el diseño de una política coherente enmarcada en la racionalización del uso de la prisión. El gobierno nacional debe realizar un censo carcelario y penitenciario que permita sistematizar datos precisos relativos a las necesidades de la población carcelaria y contar con la información necesaria relativa a la condición jurídica de todos los presos del país. En coordinación con las autoridades pertinentes, el Ministerio del Interior y de Justicia debe promover jornadas de descongestión judicial. Se hace un llamado a las autoridades judiciales para que hagan uso de las medidas sustitutivas de la prisión cuando las personas procesadas o condenadas cumplan con los requisitos objetivos señalados en la ley. De igual forma, se hace un llamado para racionalizar el uso de la detención preventiva y resolver, en el marco de un plazo razonable, la situación de las personas sindicadas que se encuentran detenidas. Se solicita a los jueces de ejecución de penas y medidas de seguridad y demás autoridades judiciales que cumplen con esta función en el territorio nacional, que vigoricen su labor de control judicial sobre las condiciones materiales en las cuales se están cumpliendo las penas de prisión en el país y para que se adopten las medidas necesarias frente a penas que se tornan en tratos crueles, inhumanos y degradantes. Se recomienda al INPEC implementar de manera integral un sistema de clasificación de las personas privadas de libertad. Se recomienda al INPEC consolidar información cuantitativa que permita un seguimiento a la situación de las mujeres privadas de la libertad en el país. Esta información debe desglosar las plazas que efectivamente están habilitadas para la detención de mujeres en prisiones diseñadas para la reclusión de hombres. Se recomienda a la autoridad penitenciaria intensificar sus esfuerzos para vigilar el funcionamiento de las cárceles de entidades territoriales y rendir información sobre su estado, en particular sobre las condiciones materiales de vida de las personas privadas de libertad, incluyendo los niveles de hacinamiento. Se recomienda al INPEC, en coordinación con las autoridades judiciales, atender de manera urgente las situaciones más graves de hacinamiento que existen en las prisiones del orden nacional. En este proceso debe tenerse en cuenta la cercanía de las personas privadas de libertad con sus familias y sus comunidades. Finalmente, la Procuraduría General de la Nación hace un llamado especial a la Defensoría Pública para que informe sobre los obstáculos que encuentra para el Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 9 pleno cumplimiento de sus funciones, incluyendo la sobrecarga laboral a la cual puedan estar sometidos sus agentes. Como lo ha notado en todas las alertas expedidas anteriormente, la Procuraduría General de la Nación continuará ejerciendo el control preventivo en las prisiones del país, dando seguimiento a estas y otras situaciones que potencialmente puedan generar violaciones a los derechos de las personas privadas de libertad. La Procuraduría queda a disposición de las autoridades para profundizar sobre los aspectos aquí presentados, en el marco de su política institucional de prevención en materia de derechos humanos, sin obviar su mandato constitucional de vigilar y sancionar los actos de la actuación pública que atenten contra los derechos humanos. 10 de noviembre de 2004 Procuraduría Delegada en Materia de Prevención para Derechos Humanos y Asuntos Etnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios Carrera 5 No.15-80 Piso 15. Tel 3360011 ext. 11505 - 11507 10 ANEXO: Gráficas Densidad por 100 plazas Gráfica No. 1 Tasa de sobrepoblación carcelaria (2002-2004) 117 119 ene-02 ene-03 131 133 133 133 136 137 ene-04 feb-04 mar-04 abr-04 may-04 jun-04 138 138 100 0 jul-04 mes-año Procuraduría Delegada para la Prevención en Materia de Derechos Humanos y Asuntos Étnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios. Carrera 5 No. 15-80. Piso 15. Pbx: 336001-3520066. ext. 11505-11507 www.procuraduria.gov.co ago-04 Gráfica No. 2 Cupos carcelarios v. población carcelaria (2002-2004) 67234 67683 jun-04 jul-04 ago-04 52936 50000 48877 48877 48791 48791 48791 48515 47913 47825 30000 48291 40000 45667 Total de personas 66892 feb-04 66529 63523 ene-04 65130 62708 dic-03 60000 64462 62277 70000 20000 10000 0 dic-02 mar-04 abr-04 mes-año may-04 Capacidad reportada Total de personas recluidas Procuraduría Delegada para la Prevención en Materia de Derechos Humanos y Asuntos Étnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios. Carrera 5 No. 15-80. Piso 15. Pbx: 336001-3520066. ext. 11505-11507 www.procuraduria.gov.co total de población Gráfica No. 3 Aumento de la brecha entre cupos disponibles y el total de personas recluidas 80000 70000 60000 50000 40000 30000 20000 10000 0 66529 66892 67234 67683 62277 62708 63523 64462 65130 52936 45667 48291 47825 47913 48515 48791 48791 48791 dic-02 dic-03 ene-04 feb-04 mar-04 abr-04 may-04 jun-04 Capacidad reportada 48877 48877 jul-04 ago-04 mes-año Personas recluidas Procuraduría Delegada para la Prevención en Materia de Derechos Humanos y Asuntos Étnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios. Carrera 5 No. 15-80. Piso 15. Pbx: 336001-3520066. ext. 11505-11507 www.procuraduria.gov.co Gráfica No. 4 Proporción de la población carcelaria afectada por hacinamiento crítico (agosto de 2004) Sobrepoblación crítica 14359 personas (21,2 % del total) Hacinamiento 17484 personas (25,8 % del total) Hacinamiento crítico 41819 personas (61,8% del total) Sobrepoblación extrema 27460 personas (40,6 % del total) 8380 personas sin hacinamiento (12,4 % del total) Personas recluidas en establecimientos sin hacinamiento Personas recluidas en condiciones de hacinamiento menor a 20 por ciento Personas recluidas en condiciones de hacinamiento mayor a 20 por ciento y menor a 50 por ciento Personas recluidas en condiciones de hacinamiento mayor a 50 por ciento Procuraduría Delegada para la Prevención en Materia de Derechos Humanos y Asuntos Étnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios. Carrera 5 No. 15-80. Piso 15. Pbx: 336001-3520066. ext. 11505-11507 www.procuraduria.gov.co Gráfica No. 5 Mujeres presas y hacinamiento (agosto de 2004) 116 mujeres recluidas sin hacinamiento (2,5 % del total) 1373 mujeres recluidas en 54 establecimientos diseñados para hombres (sin datos específicos sobre hacinamiento femenino) 3315 mujeres (70,7 % del total de mujeres presas) recluidas en 12 Reclusiones de Mujeres 3199 mujeres sometidas a hacinamietno (68,2 % del total de mujeres presas) Mujeres recluidas en lugarse distintos a reclusiones de mujeres (sin información sobre hacinamiento) Mujeres recluidas en Reclusiones de mujeres sin hacinamiento Mujeres recluidas en Reclusiones de mujeres con hacinamiento Procuraduría Delegada para la Prevención en Materia de Derechos Humanos y Asuntos Étnicos Grupo de Asuntos Penitenciarios y Carcelarios. Carrera 5 No. 15-80. Piso 15. Pbx: 336001-3520066. ext. 11505-11507 www.procuraduria.gov.co