ROUGGE “Monochrome” ROUGGE PRODUCTION – PIANO Y VOZ. Una tentación, en la que inevitablemente cae la nota promocional de “Monochrome”, es cali ficarlo de evanescente. No, la música de su autor no se desvanece en el éter ni se esfuma en el olvido. Por contra, permanece impregnada en la memoria, y no solo por su excentricidad. Para que se hagan una idea aquellos que no conocen a Rougge, podríamos decir que ejercita una técnica vocal similiar a la del contratenor Wim Mertens. Desde luego mucho más expresiva, más cerca de cantantes operísticos como Ernesto Tomasini (Othon), no tan minimalista como la del ex Soft Verdict, sí compartiendo técnica lírica: canta sin significado semántico. Elisabeth Fraser (Cocteau Twins) hacía lo mismo, solo que el de Nancy, en lugar de saturar el sonido, lo conduce hasta su pureza más desafiante y desnuda. Ocho piezas a piano solo y voz, melódicas, melancólicas, por momentos inquietantes, a las que te vas acostumbrando y puedes acabar amando, como la bella a la bestia (o viceversa), todas ellas, más que tituladas, referenciadas como “fragmentos” junto a su correspondiente número cardinal. Solo en el corte “añadido” (“Fragment 22”) se permite el enigmático galo introducir unos refrescantes arreglos de cuerdas y percusión que sientan a gloria bendita. Único lujo permitido en este su segundo trabajo largo tras, adivínenlo, “Fragments” (2007). Planteamiento de una audacia casi suicida, por monocromática, solo al alcance de individualidades auténticas. Juzguen ustedes. JOSÉ MANUEL CATURLA ROCKDELUX – DICIEMBRE 2015