ESCUCHARPARA GERMINAR M¡rcos4,1-20 ScpoeÉ Eo ls verslq¡los I y 2 mnub, mos va¡ias veces la pahbra "enseñanza".Cuar¡doen la Bibtia se repitela mismapalabrano es casualmente. sino porque quiere resaltar algo.¿.Qué esesealgo? Jesúsquiere comunicarnos,enseñarnosel camino que conducehacia el Padre,y estaenseiranzala hace comoMaestro, Un Maestroque quiereconducirnos al conocimientode los secf€tos del reino. "Yo soy el Maestroy vosotrossois rnis discipulos".No todo el mundo, por consiguiente,podrá accedera los secretosde ese Reino. Se requiereestar con Jesus.conro hacla la muchedumbre,y estar dispuestosa aprender¿e ÉL De aqul puodebrotar nuestraprimera petición al Señon "Dams, Señor el don de acoger lo que Tú quierescomunicarme". AlNoril¡ddhgo Quien teqrarúla._ Enlosn.oi*brffi mos de nuevo una palabra repetida: "escuchad"y "guien tengaoÍdóspara oir que oiga',. Jesúsante un gentio que busca palabrasde vida que den senrido y orientacióna su vivir, va a deciralgó muy imponante. Nos invit¿ a no quedarnossólo con las pahbras, sino a escr¡charen profindidad y pr€gr¡darnoslo que ¿eÉ grrdcn Fy-o". esaspatabnas: , ¿q¡¡émedbeoaml? De cstamaDeray sólo de estama- en&arcmos daeo del seretq y nos pasarácomoa los de fuer4 pornu¡sque minn, no verL..,l Sa¡¡ód ¡enbndor.Jesrs es quien siembra,es quien pone su confianza en que la semilla de su palabraseaacogidapor un corazónsirrceroy puedadar fu¡to abundante. Dcsdeel inició, Jesrisconfta en ser hr¡mano, en cada u¡o de tros. Y, por eso, nos deja su palabra Hay una segundapalabn que resalta: la del "lago". Marcos r¡tiliz'¡ muchasvecesel rnar como contexto ¿Cómola rccibeel hombre?ÉIaydi de la actrución de Jesr¡s.Aqui, el vgfsas flranelas: mar tiene una €trorrne ñ¡erz¡ a) Atgo cryo cr h vcrul¡; simbólica ror loepliuw y rc h ouicro¡. Mientras que la montaña es el ¿Quienessou los de la simbolo del ercuentro con Dioo: a "bn 6os et Eiana se síatbra ella se retira Jesúsa orar con el Pare; mensajepqo aundo Io esanch¿n, ahi eligea los disc$trlos... vienc &tunas y se lleva el El mar iodica el lugar donde se senbrudo en ellos". vive con toda s¡ corytcjidad, doodc La vereda puede reprcsentara lr penom humam s€ boe los grar' aquellosque, a pesarde escuchar el de irüerrogantes;es el hgar de los Evangelio,se muestraninsensiblesa miedos, de Ia desconfianza,de la todos los valoresque propone Jesús. confusión. Siemprejustifican su modo de vivir Y es ahí. dondese juega la vida" y se ¿rmparanen las cúticas a los que Jesusva a enseñarnos el secreto demásy a las insin¡ciones, autojusdel Reinode Dios. tificá¡¡dosede estemodo. Les faha la Como Maestro,con su sola pre- sinceridadde corazóny el deseode sencia. en medio de imenogantese conocera Jesrsy de caminarcon É1. incertidumbres,nos va a da¡ l^ pu. b) "Otra perte cayó en tcrrcno la serenidady el gozo de encoutrarel rocoso, donde aperns tenia tiena; caminoque lleva a la Vida. como la tierra no era profunda,brotó Y de nuevosurgenuestmoración: en seguid4 pero en cuanto salió el "Dame, Señor, el don de acogerte sol se abrasóy, por f¡lt¡ de nÍA sc como Señor de los maresborrasco- sEo'. sos. En las encrucija.lasde Ia vida, ¿Quiénesson los dcl tcureooroco, quieroabandonarme en Ti y escuchar so? &¡ los gre o@gat el nansaje tu Palabra,que es luz que ilumina Y d¿ Jesúscon alegría, pero u) tiqtst haceverclaroen la oscu¡idad". raírc". El teneno rocoso rcpresenfarfaa Ias personasentusiastasy, a la va, incor¡stames;interesadasa la hon de esc¡¡cbar,pcro con gran facilidad para olüdar. Son los que al escuchara una persona,un testimonio.-.les entran en seguida grandes deseos de hacsr muchasc¡)sas,de "comerseel mundo"; pero pasadosu¡95 dl^s, ese d€seose desranecey termina por olvidarsa c) "Otr¡ p¡rtc cayó entne zarzes: crecieronlas zarzas,la ahogaron y no gfanó". "Son bs qrc ¿Quiénesson estos? escuhan el nansaja peto los agobbs d¿estavido--.'. [:s penonas representadas en las zuÍlas acogenbien y con gran si¡¡ce rid¿d el mensajede Jesús,pero las z:'rzaso espinasson los obstáculos que no dejanque esapalabralleguea maduraryquedé fruto. Estosobstáculospuedenprovenir del ambiente que invia al tener, a üvir bien dapreocupándosede los dernás...;en definitiv4 un ambiente que invita al qgofsmo. Puedenprovenir tambiéndel juicio que los amigosy compañerosse hacen de mí, porque tengo interes por Dios, por Jesus,porquevoy a la lglesia o estoy en algún gupo cristiano... En est6 tres terrenos,la semilla, pormuy hrena que s€4 no podrá dar ñfffffopoqw no es arogrda o m qt cr¡idada d) "Otros granos c¡¡yeron en ticrra buen¡: ñreron brotando,creciendo y granando, y dieron uno treinta" otfo sesenta,uno ciento". nbn los quc *arcrn, el nensaje lo ocqun y dan st cosecta...'. [¿ tierra br¡em rqpresentaa todas las personas que quieren camina¡ con Jesúsy ponen los medios para el c+ mino, que están dispuestosa acoger la palabm de Jesuscomo palabra viva y verdadera Una vez en el camino, no ponen condiciones a Dios, sino que están dísponiblesa quc el Señor, mediaúc sr Esp¡ri¡¡, vaF gr¡ü¡ndoy modcb' do s¡¡vida Mc.4r1-2o Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentóitoda '*ur. gente estaba en la tierra a la orilla del Les enseñabamuchas cosaspor medio de parábolas.Les decía en su instrucción: <Escuchad.Una vez salió un sembradora sembrar. Y. sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo d.el camino; ünieron las avesy se la comieron. otra.parte cayó en terreno pedregoso,donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostóy, por no tener raí2, se secó. otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron,y no dio fruto. otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras ,.r"ntu, otras ciento.> <Quientenga oídospara oír, que oiga.> Y decí_a: cuando _quedóa solas, los que le Áeguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. El les dijo: <A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, puru qrré por mucho que miren no vean, por mucho que oigán no entieidur,^ro seaque se conüertan y se les perdone.>t Y les dice: <éNo entendéis esta parábola? icómo, entonces, comprenderéistodas las parábolas? El sembradorsiembrala Palabra. Ios que están a lo largo del camino donde se siembra la palabra son aquellos_que, _9ncuanto la oyen, üene satanás y se lleva la palabra sembradaen ellos. De igrrr¿lmodo, los sembradosen terreno pedregososon los que, al oír la.Palabra, al punto la reciben con alegríá, peú no tienen iaíá en sí misqos, . sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la palabra, zucumben en seguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seáucción d.e las riquezas y las demás concupiscenciasles invaden y ahogan la palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la acogeny dan fruto, unos treinta, otros sesenta,otros iiento.,