LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN METODO DE AMISTAD Antonio Punyed Esquema I. La vocación seglar II. La vocación seglar en los Cursillos de Cristiandad III. Un método de amistad DESARROLLO «Los Cursillos son un movimiento que, mediante un método propio, intentan de desde sde la Iglesia . » Y aquí me quedo un momentito. Porque Ideas Fundamentales dice bien claro que es un movimiento de iglesia y punto. Creo que es más profundo hablar de «desde» la Iglesia, porque no es «para» la Iglesia, encerrado en la Iglesia, en un ghetto de Iglesia que alguien pueda manosear, sino sencillamente «desde» la Iglesia y —como dijo Eduardo Bonnín— hasta llegar a la luna «...intentan desde la Iglesia que las realidades de lo cristiano —el ser cristiano— se hagan vida en la singularidad, originalidad originalidad y creatividad de la persona, para que, descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, conduzca su libertad desde su convicción... convicción... —no por el Decreto 44, ni por el artículo 38, ni nada por el estilo—, refuerce su voluntad con su decisión decisión y propicie la amistad en virtud de su constancia en su cotidiano vivir, individual y comunitario». comunitario». El hombre, de lo creado, es lo más importante de la naturaleza. Es el único ser dentro del reino animal que está dotado de inteligencia, voluntad y libertad. Esto lo leemos, lo sabemos y lo aprendemos en el rollo de Ideal. El hombre es persona y debe moverse y ejercitarse como tal. La persona es imagen, semejanza y la expresión de la intención de Dios sobre el ser humano. En el interior de las personas es donde Dios ha creado lo más bello y maravilloso de su creación. Por esto decimos bien claro que el conocerse uno dentro de sí mismo es empezar a conocer a Dios, no fuera, que a veces lo buscamos por fuera. © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca - Spain 2 / 11 El hombre existe bajo tres dimensiones en su vivir: la persona, el personaje y la personalidad. ─ Persona: lo que de verdad se es; es un «qué». ─ Personaje: lo que estamos llamados a representar en la vida; «el cómo». ─ Personalidad: facultad de no olvidar que se es persona, a pesar de actuar como personaje. Ser persona es tener convicción, y tener decisión y criterio para llevar esta convicción a la práctica en la vida. Cuando la persona está inquieta, preguntándose con sinceridad: ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿Para qué vengo?, ¿Hacia dónde voy?, cuando uno se siente vacío, en ocasiones decepcionado y perdido, y no halla respuesta a sus inquietudes, comienza la búsqueda de grandes ideas para hacerlas convicciones, que lo muevan a tomar decisiones por donde hallar el ideal para encontrar la auténtica felicidad... La persona que en su diario vivir MUEVE —porque es un hombre inquieto que no está sentado ni sedentario, sino dispuesto a seguir buscando—, REMUEVE —aquello que ve mal, y tiene la audacia y la astucia y todo lo necesario para cambiar las cosas, y hace que realmente los demás digan: ¿por qué Toño, o Pedro, o tal es así?— y CONMUEVE —que no es ni más ni menos que el hombre dirigente en el mundo—, esta persona descubre en el otro un «amigo cercano», la alegría de una felicidad que le hace testimonio, siendo sal y luz, y que contagia con su generosidad a cuantos le rodean, para que también ellos puedan descubrir «el tesoro escondido», la gracia, germen de la paz interior indispensable para el encuentro de la felicidad. Decimos nosotros, y hemos aprendido y profundizado, una frase muy interesante: «Por el trato, al conocimiento» conocimiento» «Y por el conocimiento, a la amistad» amistad» «Por el trato», porque hay que tratarse entre las personas para poderse conocer. Es muy difícil que las personas se conozcan. En realidad es por el contagio, por el trato de tú a tú, que vas conociendo a aquella persona, y al ir conociendo a la persona vas descubriendo sus valores y también sus limitaciones, pero con ese poder de admiración que debemos tener todos y cada uno de nosotros hacia el otro. Viendo sus cualidades y descubriendo en él las maravillas que tiene, llegamos a una cosa que se llama «amistad», llegamos a la auténtica amistad. «Por el conocimiento a la amistad», amistad sin la cual no se adquiere jamás la autenticidad del otro, «su verdad», su auténtica verdad. Es cuando vamos conociendo al otro que éste se va abriendo, por la amistad, y va diciendo las cosas como son. LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 3 / 11 Hay mucha gente que ha triunfado en su vida profesional y económica, y ha tenido mucho éxito, pero en cuanto tú tienes este trato y este conocimiento con él, llega un momento en que te dice: «—Toño, he buscado más de una vez una pistola para matarme, porque no soy feliz. He conseguido todo, pero no tengo la felicidad». Pero para esto, para que él se desnude delante de ti, tiene que haber esto que se llama la auténtica amistad. Al ir descubriendo y sentir que este hombre puede, debe y quiere encontrar el camino, la verdad y la vida —ni más ni menos que lo que nosotros llamamos precursillo—, que es la auténtica felicidad, se le invita a tener la vivencia del Cursillo —tres días—, donde irá asumiendo los tres encuentros —fases—, irá descubriendo el valor de sentirse persona —que es lo primero que uno tiene que sentir en el Cursillo, que es persona, la dignidad de ser persona—, a través del mejor medio de comunicación inventado por el hombre: la amistad, y asimilando la gran noticia: que Dios en Cristo le ama. Esa es la noticia que debería salir todos los días que hay la clausura de un Cursillo, que Dios en Cristo nos ama. ¿Cuántas noticias salen en los periódicos diciendo que mataron, que robaron, que violaron....? Pero nunca sacan que hay unos hombres que han encontrado el tesoro maravilloso de la Gracia, que es el sentirse amado por el Señor. Ya en el Cursillo, poco a poco y de forma concatenada, va recibiendo el mensaje en vivencias de las verdades de lo fundamental de nuestro cristianismo: ─ Dios: que se hizo hombre en Cristo. ─ Cristo: que quiso perdurar siempre, eternamente, en su Iglesia. ─ Iglesia: en quien puso Él los... ─ Sacramentos: para que a través de ellos nos llegara la Gracia. Mediante una cosa casi tan o más importante que cualquier rollo en el Cursillo de Cristiandad, la labor de pasillo, voy conociendo a este hombre, nos vamos haciendo amigos, me intereso realmente por las cosas de él, que eso es la amistad, y entonces, automáticamente acepta estas verdades —por la fe— y las hace vida por la Gracia. La vocación seglar ¿Por qué decimos que la seglaridad es una vocación? Quizás deberíamos ir por partes y definir qué es una vocación, en qué consiste y cómo debemos entenderla los seglares —no el sacerdote— desde nuestra vida. Vocación: según el diccionario significa «llamado». Por tanto, debemos entenderla como un llamado de Dios a cada uno de nosotros. Ejemplos: Dios llamó a Abraham en UR (Irak) para empezar y crear el pueblo escogido de Israel. LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 4 / 11 Cristo Jesús, que ya sabía lo que hacía y que se acordaba que un día empezarían los Cursillos de Cristiandad, sabía que si no había una comunidad no podía hacer nada. Tenía a su madre, que era lo más grande que tenía, pero le hacía falta una comunidad. Y entonces eligió a doce. Y de entre estos doce, escogió a tres, a Pedro, Santiago y a Juan, y les dijo: «—Venid, os voy a dar una vivencia testimonial que van ustedes a caer de rodillas». Y fue la transfiguración del monte Tabor. Con esto de ver a todo un Dios y a Moisés y a Elías, «¡vamos a hacer tres tiendas, y de aquí no salimos!» Y el Señor les dijo: «—No, vayamos al mundo, ahí está nuestro trabajo», ésa es nuestra vocación, ése es nuestro llamado. Esta es la vocación de nuestros primeros hermanos en la fe y que nos llamaron a que siguiéramos el testimonio. Antonio Punyed tuvo un llamado. Qué bien estaba yo en Tarragona, la imperial Tarraco, no me faltaba nada!. Sin embargo, una gracia actual se me cruzó; la gracia actual del Señor permitió que yo pudiera realmente entrar en un Cursillo de Cristiandad y tuve el encuentro personal con el Señor. Yo tenía una formación religiosa, no digo igual que la de Eduardo pero de las mismas raíces, porque ambos somos hermanos de la doctrina de La Salle... O sea, que tenemos formación... Y a mí me decían: «Pero Antonio, ¿por qué eres tan malo? » «—Pues porque me gustaba más, [...]!» Tal vez no había encontrado el sabor del Señor Jesús. ¿Y que quiso luego el Señor conmigo? Me dijo: «andá», y anduve... pendejo una temporada hasta que llegué a tierras de El Salvador, y ahí empecé a trabajar. Yo llevaba a El Salvador un gran testimonio cuando llegué aquel año 1958, el Cursillo lo hice en 1955. Llego yo a El Salvador con mi novia —todavía no me había casado—, voy al arzobispo y le digo: «—Monseñor, aquí traigo una carta de mi cardenal de Tarragona, Benjamín Arriba y Castro, que dice que soy dirigente de Cursillos de Cristiandad». Y me dijo: «—Toño, aquí tiene usted todo este país, haga lo que quiera!» Y me encontré —lo voy a decir—, como aquellas veces que voy a Miami y veo esas cubanas tan grandes, que sé lo que hay que hacer pero no sé por donde empezar. Esta es la realidad! Entonces, ¿qué sucedió? Que poco a poco empecé a trabajar profesionalmente y a hacer vida aquello que quiere el Señor, aquello que nos dijo San Pablo: «haceos judíos con los judíos para convertir a los judíos». Y tuve que hacerme salvadoreño con los salvadoreños para conocerlos y poder salvar a los salvadoreños. Y pasé del 1958 al 1962. Tenía que hacer lo que decía Eduardo Bonnín: conocer el ambiente. Si no se conoce el ambiente —el primer rollo del Movimiento de Cursillos— estamos perdidos. ¿Qué vamos a cristianizar si no sabemos donde tenemos los pies puestos? Esta es la verdad. Si «aquél» dice en el libro que es un aprendiz de cristiano, yo todavía estoy abriendo el libro! No sé por dónde ando, pero sí he procurado aquello de «a donde me llaman allá voy», porque siento que tengo que dar lo poco que el Señor me ha dado, que es mucho! Pero en realidad lo LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 5 / 11 que yo tengo no es mío, lo que yo tengo de mis experiencias, de mis vivencias y de mi vida entera ha sido porque Dios me lo ha dado! Claro está que a veces el Señor se disfraza —aunque lo duden— de mujer. Si yo no hubiera tenido la esposa que tengo no hubiera empezado nada. ¿No será que no son tan tontas las mujeres? María y todas las mujeres son parte integrante de la familia y del matrimonio que quiere ser luz y sal del mundo. Bien, estábamos hablando de la vocación como la llamada que Dios hace a todo hombre a participar de la vida comunicada en su hijo Cristo Jesús, formando parte de su Iglesia. La llamada de Dios a una misión no es tanto una exigencia cuanto una elección, y aquí debemos definir el término seglar como «la persona que vive en el siglo». Y por esto decíamos que los mejores santos son los que tienen pasta de diablo, porque hemos tocado hasta el fondo, y desde ahí nos las podemos todas. En cambio, aquel que es bueno y toda la vida ha sido bueno, ¿para qué sirve?, sólo para ser bueno. Y pues, ¿qué mérito tiene? El seglar es el hombre que vive en el siglo y cumple su misión cristiana en medio de las realidades del mundo: familia, política y negocios. El seglar es equivalente, pero no igual, a laico —LAOS = pueblo de Dios—; son los seglares bautizados que no tienen ministerio ordenado. En el rollo de El seglar en la Iglesia dejamos clara esta misión —vocación— y la acentuamos desde el Concilio Vaticano II: los seglares participamos de la misión salvífica de la Iglesia, ordenando los asuntos temporales, aquellos a donde el sacerdote no puede llegar, y es nuestra misión cristiana proveniente del ser bautizados. La vocación seglar no es otra cosa que ser y comportarse como hijo del Padre, hermano de Cristo y templo del Espíritu Santo; en una palabra, reconocer y querer ser miembro activo del cuerpo místico. Esta vocación seglar, entonces, es en todo cristiano el llamamiento a una vida orientada por las verdades del Evangelio, en el mundo donde Dios lo tiene plantado. De manera que podemos llamar vocación seglar la vocación al matrimonio, que debemos cultivar y aceptar como un llamado de Dios a la formación de la familia, al amor de Dios presente en la pareja y a la formación y educación cristiana de los hijos. Y diferenciamos o separamos lo que es ser seglar y lo que es ser sacerdote: todo son vocaciones, todo son llamados. Y si yo puedo ir a hablar con los obispos no es porque me llame Toño, voy a hablar con ellos de cara a cara porque no me pueden engañar, porque tengo que estudiar, porque tengo que conocer los documentos, tengo que vivir los documentos de la Iglesia, tengo que estar formado! Porque tenemos nosotros muchos dirigentes de Cursillos que están totalmente deformados, y este es un problema de nuestra Iglesia: que no hay seglares formados o laicos preparados. LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 6 / 11 Hazte amigo de un cura, cuando él sea tu amigo de verdad conseguirás de él lo que quieras, no te digo que el perdón de los pecados, pero casi casi!. Hay que hacerse amigo de ellos, no son unos bichos raros de la naturaleza, son unos hombres que tienen una vocación, un llamado especial de Dios para transmitirnos la gracia, y nosotros para vivirla en plenitud. Claro está que a veces se olvidan de aquella frase que dice «no he venido a ser servido sino a servir». Se olvidan de esto y quieren que los laicos sirvan a los curas. Y yo, cuando encuentro un cura así, le digo: «—Mire padre, ¿usted ha leído esto que dice el Santo Padre de que es el siervo de los siervos del Señor? Y usted, pues, ¿qué está haciendo? Si quiere, le damos ya las dispensas... » Es también una vocación seglar la vida profesional dentro del ejercicio de nuestras funciones temporales en el ámbito de lo social, cultural, económico y político, donde debemos ejercer la misión cristiana de ser otros Cristos; con nuestra labor en este mundo vertebramos o deberíamos vertebrar en cristiano todo lugar donde Dios nos tiene inmersos. No es justo que nos quedemos sólo en la familia! Los laicos no podemos quedarnos en la familia, ni como decía hace un rato, tampoco podemos quedarnos sólo en la Iglesia... Tenemos que salir, correr riesgos, lo que sea... Este es el seglar. Debemos también meternos en política, a pesar de que me digan que la política es sucia y que en estos países sudamericanos se ven tantas corruptelas.... Cuando mi yerno, que durante veintitrés años estuvo trabajando conmigo de abogado, notario y de asesor en mis empresas, me dijo: «—Me han llamado para un cargo en uno de los Ministerios del país», yo le dije: «—Hoy sí puedes entrar». Hoy ya tenemos gente preparada, gente que son de misa y comunión diaria, ya hay ocho o diez ministros que son hombres que viven lo que es la vida de la gracia y que tienen que dar testimonio donde Dios los ha plantado. Cuando me tocó hablar en la primera Ultreya Mundial de Roma en el año 1966, dije «me siento orgulloso de estar en Centroamérica —me olvidé que era catalán, que le vamos a hacer, son los defectos de construcción—». El Salvador tiene a los tres poderes de la República, cursillistas!, el presidente de la Asamblea, el presidente de la República y el presidente de la Corte Suprema de Justicia. Somos el faro cristiano de América! ¿Qué sucedió? Pues que al cabo de unos años llegó la guerra a El Salvador. Y todos nos sentimos culpables, yo me siento culpable en parte, porque yo empecé por las élites del país, buscando las locomotoras del país, los que movían las estructuras, y sin embargo, me sentí fracasado. Me dije bien claro: «no he sido lo generoso que el Señor esperaba de mí». He dado todo lo que he podido y les he dado el Movimiento de Cursillos de Cristiandad, que es lo más grande que tengo yo, el tesoro más grande de la gracia, y sin embargo, tal vez me faltó aquello de «pastorear» a estas gentes que trajimos a la gracia; el acompañarlos, situarlos e iluminarlos para que fueran testigos de Cristo y se comportaran como Cristo. Y eso fue un problema. Por LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 7 / 11 esto uno no puede hablar mucho, porque a veces la soberbia te pega unos sablazos tremendos. Los seglares debemos incrustarnos profesionalmente donde el Señor nos llama. Es una vocación que se pone de manifiesto cuando incursionamos en los ambientes profanos donde diariamente nos metemos y en los que debemos ser luz y sal. Una vocación es un llamado a ser amigo y testigo de Cristo, ser el mismo Cristo, en el lugar donde estamos inmersos. Finalmente, es una vocación por nuestra conciencia de ser y sentirnos Iglesia, que es esencialmente misionera y comunitaria, por anunciar gozosamente al hombre de hoy que es hijo de Dios y, a la vez, sacramento de comunión con Dios y con los hombres. La vocación seglar en los Cursillos de Cristiandad Los Cursillos de Cristiandad, como dijo Pablo VI, son una escuela de espiritualidad cristiana, y normalmente deberían asistir a ellos los más alejados de la verdad, los que buscan la verdad. Claro que hay que llevar locomotoras, pero ¿qué van a arrastrar las locomotoras si no llevamos de vez en cuando vagones donde se ponga el carbón? Siempre son necesarios carros que no sean motor. Pero, en general, no podemos llevar a cualquier persona a Cursillos. Claro está que es obligación mostrar al mundo entero que Dios en Cristo ama hasta la última criatura, es cierto, pero no todo el mundo tiene que ir a Cursillos de Cristiandad, sólo algunos. No todos los religiosos pueden ser jesuitas, ni todos pueden ser franciscanos.... ¿Por qué? porque el llamado es a algo especial, específico. Hombre, si solamente nos salváramos los cursillistas, entonces sí, habría que hacer un Cursillo cada media hora para ver si salvábamos a todo el mundo... Pero nosotros necesitamos llenar los cursillos con gente que realmente al salir propague, irradie y testifique las maravillas que ha encontrado en un Cursillo de Cristiandad. Por lo tanto, hay que escoger a los mejores, que son los más jodidos, los que más cuestan, y normalmente nosotros buscamos a los más tontos... Y algunas veces les decimos: ¿quieres ir a un Cursillo? Y se dicen: «—Pues iré, porque no tengo trabajo y a lo mejor ahí me dan trabajo... » Y otras veces decimos: «mira, te invito a un Cursillo y te lo voy a pagar yo». Hombre, esto ya es el colmo de los colmos, que nos achiquemos para decir que un Cursillo vale oro! Yo exigí desde el principio de los Cursillos en El Salvador que los dirigentes pagaran por completo o casi el doble de lo que vale el Cursillo. Y eso que van a servir, pero saben lo que vale un Cursillo, saben lo que se encuentra en un Cursillo, pero este es otro tema... Lo que da precisamente al Cursillo su espíritu seglar es que en él se despierta a los alejados la vocación a una nueva vida, que las verdades proclamadas en el Cursillo le llaman a ser hombre, a ser cristiano y a ser Iglesia en sus realidades temporales. De ahí que el mensaje de Cursillos está dirigido, precisamente, a la persona que, con nombre y apellido, desde su propio pozo, como a la samaritana, Cristo ha iluminado su vida. LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 8 / 11 Dios no vino para cambiar estructuras, sino para salvar al hombre, a este hombre que, una vez convertido o en el proceso de conversión, podrá cambiar las estructuras si tiene agallas suficientes para cambiarlas. Los rollos de Cursillos están orientados a plasmar en el corazón del hombre su vocación o el llamado a una vida de santidad, de testimonio y de apostolado, lo que se conoce en Cursillos como inicio de conversión, y a ser y sentirse Iglesia, cuerpo místico de Cristo. Santidad: que es la vida de Cristo en nuestra vida «ya no soy yo quien vive sino...» Testimonio: que es gritar con alegría mi amistad con Cristo con toda normalidad pero hasta las últimas consecuencias, para que puedan descubrir en mí al mismo Cristo —quinto Evangelio—. Hoy los países pobres no tienen dinero, ¿cómo van a comprar los Evangelios? Hay muchos que nunca comprarán ni la Biblia, ni el Nuevo Testamento, ni nada... ¿cómo van a encontrar y a descubrir a Cristo? ¡Por mi vida! Yo soy Cristo, todos nosotros somos Cristo, somos el quinto Evangelio, viendo nuestra vida ven a Cristo, y por esto debemos hacernos aquella famosa pregunta: «¿qué haría Cristo en mi lugar?» «¿Cómo actuaría Cristo?» Ser apóstol, apostolado: no ser egoísta, no podemos ser totalmente felices sabiendo que hay quienes nunca han oído hablar de ese amigo Jesús que les ama. Los tres tiempos del Movimiento apuntan a esta misión: hacer que los hombres se encuentren con el amor de Dios, y ello provoque que la persona descubra gozosamente su vocación seglar. No se trata en los Cursillos de presentar un Cristo cargado de responsabilidades y compromisos; y algunos sacerdotes te crean más y más responsabilidades, y venga y dale y dale... Y esto es pecado, no para el seglar, sino para el sacerdote, por exigir lo que él no cumple. Se trata de presentar, a través del testimonio gozoso de los hijos de Dios, la presencia misericordiosa del Padre, la vivencia personal de quienes decidieron un día seguir a Cristo y la mano amiga de aquellos que, con una fe viva, se lanzaron a la aventura —supuesta la gracia de Dios— de presentar a los más alejados el mensaje de que Dios, en Cristo, nos ama. De manera que el hombre descubra, a través del Cursillo, que Dios es amor y no castigador, que no le interesa ser Juez, sino ungir de su misericordia, que Dios nos da una oportunidad y no una responsabilidad, que Dios nos hace libres y no comprometidos. Ser cristiano es tener una actitud en su vivir que impregne todo, porque el amor libera. Un método de amistad Los Cursillos de Cristiandad, con su método propio, pretenden conseguir que los hombres descubramos nuestra vocación seglar en la vida. Los Cursillos no pretenden una vida nueva ligada a una vida «de rodillas», al cambio de posición o la ubicación de los hombres en LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 9 / 11 compromisos eclesiales, o por el vencimiento de actitudes a través de arrancar decisiones con muy pocas convicciones. El método es, ante todo, testimonial, impartido por hombres libres y gozosos, que un día entendieron la alegría del ser cristiano, compartido con los demás y repartido en gracia para los que, libremente, optan por aceptar este camino, verdad y vida. El secreto de los Cursillos de Cristiandad, y el efecto en la vida de las personas, está en algo muy sencillo, pero por sencillo valioso, por valioso hermoso y por hermoso sublime: la amistad. Para un cursillista nuevo, lo más cercano a la figura del Dios que le hemos presentado siempre será «su» dirigente, al que ha admirado, el que lo escuchó, que se acercó, que se hizo amigo para hacerlo amigo del Señor y que lo llevó a los pies del sagrario para decir juntos «vamos a llorar por el Señor y con el Señor para resolver tus problemas y para que encuentres el camino, la verdad y la vida que son la auténtica felicidad y que tú has venido a buscar aquí». El dirigente encuentra en esta realidad el ofrecer lo mejor de su vida apostólica como testimonio en su vida de conversión, y por ello contagia. La amistad se presenta como un cauce para este método. La labor de pasillo, los rollos, la Ultreya, la Reunión de Grupo, la escuela, el Secretariado, todo son posibilidades para que la amistad encuentre cauce y penetre en lo más íntimo de las personas: su corazón enamorado de Cristo por el testimonio de los hermanos que le han tendido la mano. Esa es la amistad: el amor de Cristo que apremia a los hombres. Leyendo, oyendo y meditando a Eduardo, éste dice que «Cristo se hizo semejante a nosotros para hacerse amigo nuestro, de los hombres y las mujeres. Él es el prototipo de la amistad verdadera, de la que no repara en ningún sacrificio para hacerla real en su vivir en vivo y en directo, el que nos señala a lo más grande que puede llegar la amistad: a dar la vida por el que se ama». «Cuando la persona, por la vivencia de la gracia consciente, experimenta la amistad con Cristo, va dándose cuenta de que El es el verdadero amigo, el que nos ama de verdad y siempre, el que nos mira con ilusión, el que nos escucha con interés apasionado, el que conoce nuestra intención, y aún así, está pendiente de nuestro gesto, el que se alegra con nuestra alegría». Este es el Cristo que conocemos en el Cursillo y que se nos presenta como modelo leal de amistad y que nos hace descubrir las más profundas dimensiones de la amistad. Prosigue Eduardo «cuando la amistad entre dos amigos es afirmada y reforzada por la amistad que ambos tienen con Cristo, se multiplica el gozo de ser amigos y se disfruta a un nivel más profundo la realidad de serlo, porque la amistad forjada, basada y cultivada a la luz de Cristo y al calor de la unión con El por la gracia, se diría que está respaldada y asegurada por Él». Este es el motivo por el cual nosotros decimos en el rollo de Seguro total que «donde dos o tres LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 10 / 11 están reunidos en mi nombre, yo estoy con ellos». Esto es! Cristo Jesús es el que nos da la garantía y el que lo asegura. Les recuerdo que ser cristiano, ser un dirigente de Cursillos o pertenecer a Cursillos no quiere decir: Cursillos, Cursillos, yo y nada más!. Es cierto que tenemos una primera obligación, y es la de testimoniar a Cristo donde Dios nos ha plantado, donde Dios nos dio la vocación. Pero el que es médico tiene que ser el mejor médico, no puede ser que vaya a poner ladrillos porque hace falta arreglar la pared del convento y se le muera un paciente, porque este paciente, cuando esté ya en su quinto día, va a estar esperando a este desgraciado médico para llamarle la atención. O sea, que la misión del médico es ser el mejor médico, y no se puede admitir a un dirigente de Cursillos o a un cursillista que no sea un hombre que testimonie a Cristo en su profesión. Por lo tanto, tiene que ser el mejor profesional hasta donde él pueda, según sus cualidades y aptitudes, y esta es la primera cosa que hay que entender. En segundo lugar, tampoco quiere decir: «yo bien, y la Iglesia allá queda». No!, somos Iglesia y tenemos que librar con ella y con su mandato y con la jerarquía. Tenemos que ser un eco y vibrar con él!. La única forma de que un obispo entienda lo que es Cursillos es estar sentado tres días ahí y que le duela el trigénimo, hasta que realmente llegue a entender lo que es Cursillos de Cristiandad. Esta es la verdad. Claro que cuesta, porque hay que ser amigo de él para que vaya a vivir un Cursillo! Cuando yo empecé Cursillos en El Salvador todos los obispos eran cursillistas. Al mismo Monseñor Romero, famoso, que murió después, lo llevé sentadito y humilde en una silla — como cura de pueblo que era, de San Miguel— a vivir su Cursillo, engañado, pero vivió su Cursillo. Le encantó tanto que durante quince años fue asesor de Cursillos. Y luego, como era cursillista, le apoyamos y llegó a ser obispo auxiliar, y era tan cachimbón, claro!, porque era cursillista!, que lo sacrificaron y hoy va a ser mártir y santo... ¿qué más quieren? Este es el espíritu que hay que tener, hay que amar y ayudar a nuestros pastores, a nuestros curas. El párroco mío, que fue dirigente de Cursillos durante un tiempo, quería que toda la gente que salía de Cursillos fuera a su parroquia. Claro!, esto es lo que les interesa a ellos!. Pero yo siempre le decía la misma frase: «¿Y, el día que te echen a ti al [...] de esta parroquia, qué hacemos con estos desgraciados que has traído aquí?» No puede existir un dirigente cristiano que no esté al día con las noticias del mundo, porque estamos en el mundo, y porque para esto somos cristianos, para poder resolver las cosas del mundo, una vez resueltas las nuestras, nuestro mundo interior, que el que más cuesta muchas veces. LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain 11 / 11 Yo soy amigo de todos los obispos. Me impresionó un día de estos que hicimos un encuentro nacional de dirigentes, y me dije «¿por qué no llamo a los obispos de cada diócesis para que vengan a dar una meditación?» Imagínense ustedes, ¡qué capricho más grande tiene Toño...! Pero como el Señor dijo: «pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá y todo lo que pidáis al Padre en mi nombre se os dará», entonces dije: «—Bueno!, pues vamos a probarlo!» y llamé a todos los obispos. Llegaron todos y cada día uno dio la meditación. Y lo más fabuloso fue cuando uno me dijo, así en público, «—He venido porque a Toño no le puedo negar nada. Cuando la Iglesia necesita de él, él siempre está presente!». La conferencia episcopal de El Salvador necesitó en un momento dado que no pasara la ley del aborto, así que llamó a Toño, y Toño organizó una, llamémosla empresa, que se llamaba De Vida, a favor de la vida. Y empezamos, no sabía por donde, pero toqué todo, hablé a los curas de todas las diócesis reunidos allí con su pastor, ochenta curas, imagínense... Y en cierta ocasión tenía detrás al obispo y al obispo auxiliar y dije bien claro: «Miren! Yo he organizado esta empresa De Vida, pero quiero decirles una cosa: Ustedes son los primeros responsables de que esta ley no pase, y tienen que albirarlo en las parroquias, porque cuando quieren que un partido político gane ustedes hacen lo que sea para convencer a sus pobres feligreses —ovejitas— para que hagan lo que el pastor quiere...» Y de pronto, un franciscano me dijo: «—Toño, ¿tú crees que vas a lograr este asunto?» Y yo, claro, con los obispos aquí atrás, me dije: «—Toño, ¿te vas a dejar vencer por un franciscano? Si fuera un jesuita todavía, pero siendo franciscano...» y dije: «—Padre, yo he aprendido de ustedes que con Cristo se puede todo, y yo estoy trabajando por la causa de Cristo. Si usted no hace lo que tiene que hacer es usted quien posiblemente no va a ganar el cielo...!» Al final tuve que hablar con el partido comunista, y con otros, hasta que se logró ser uno de los tres países del mundo donde se acabó NO aprobando el aborto. ¿Lo hice yo? No! Lo hizo el movimiento que entre todos tuvimos que hacer, y los obispos lo saben... Y uno debe quererles y ayudarles, porque ayudando a la jerarquía ayudas a Cristo. Los Cursillos de Cristiandad, en definitiva, son un método que, desde la Iglesia, promueve la amistad de Cristo con los hombres y de los hombres entre sí, para que estos descubran su vocación seglar consagrada en las realidades temporales, donde también está Dios, que lo convierte en instrumento de su amor. En conclusión, todo el Movimiento de Cursillos es ir descubriendo o despertando al hambre de Dios, conociendo y aceptando el Evangelio —la vida de Cristo— para que, con sentido común, lo apliquemos a nuestra propia vida por la vía de la normalidad para que sea atractivo, con una dosis inmensa de alegría y de simpatía. De Colores! Presidente del Secretariado Nacional de El Salvador LA VOCACIÓN SEGLAR EN CURSILLOS: UN MÉTODO DE AMISTAD – II CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA © Fundación Eduardo Bonnín Aguiló www.feba.info – Mateo Enrique Lladó 3, 2ºB – 07002 Palma de Mallorca – Spain