Corte Poético Sola, fría, desamparada sin hogar común ni espacio para sonreír. Después de las perdidas constantemente se vive en perdición. Hendí por medio de olas en tropel de quienes no entendían mi sufrir. Por un momento te vi, tan sólo por un instante te sentí, evoque tu presencia tan generosa, piadosa, pura, rodeando tu rostro de tul tanto así como te gustaba. Mi alma entró en embriaguez divina, mi espíritu anhelaba enlazarse contigo, mas siendo imposible, mi alma anego y así comprendí que sólo muerta contigo podría vivir. Karoll Mendoza