PERIODICO: EL TIEMPO FECHA: MAYO 5 DE 2000 TEMA: DERECHOS HUMANOS Se define suerte de desaparición forzada Si la Cámara aprueba hoy las objeciones presidenciales a la ley de desaparición forzada, Colombia castigará este delito después de 11 años de intentar su aprobación en el Congreso. Los ponentes que estudiaron las objeciones presidenciales a la ley de desaparición forzada dirán hoy que los reparos del Gobierno no son válidos. Pero, que a pesar de ello, la Cámara de Representantes deberá acogerlas para evitar que se hunda la ley. Si la plenaria de la Cámara aprueba esta ponencia, Colombia, después de once años de tramitar infructuosamente esta iniciativa en el Congreso, contará con una legislación que permita la investigación y el castigo de las más de 3.000 desapariciones forzadas ocurridas en los últimos quince años. Este proyecto de ley es de gran trascendencia y no podemos tomar el riesgo de hundirlo, concluyeron los representantes ponentes María Isabel Rueda, Luis Fernando Velasco y Antonio Navarro. El 30 de diciembre pasado, el Presidente Andrés Pastrana objetó la ley de desaparición forzada aprobada por el Congreso por considerarla inconstitucional e inconveniente. Inconstitucional, porque argumentó la ley no había surtido todos los trámites legales para ser aprobada. E inconveniente, porque la tipificación del genocidio incluía el exterminio de grupos políticos. Lo cual, en opinión del Presidente, podría generar el riesgo de que militares que combatieran a la guerrilla, hoy con status político, fueran acusados de genocidio. En febrero, el Senado aprobó las objeciones presidenciales a pesar de que el ponente Germán Vargas LLeras propuso rechazarlas por considerar que carecían de sustento. La Comisión de la Cámara también concluyó que las objeciones del Gobierno carecían de validez. Dijeron que el proyecto era constitucional porque fue debatido por todas las instancias del Congreso, como consta en las actas. Y, que no era inconveniente, porque consideraban que no era cierto que los militares pudieran ser considerados genocidas por perseguir a la guerrilla, así como no son considerados homicidas por matar a un guerrillero en combate. Los representantes a la Cámara argumentan en su ponencia que en el caso colombiano tipificar el genocidio político era importante por el antecedente del exterminio de la Unión Patriótica, que entre 1985 y 1993 perdió a casi 4.000 militantes asesinados selectivamente. Asesinatos que están, en su mayoría, en la impunidad. Y que, aprobadas las objeciones del presidente, si volvieran a ocurrir no se considerarían como genocidio. Los ponentes también dicen no estar de acuerdo con objetar el artículo siete de la ley que establecía que estos delitos serían juzgados por jueces ordinarios y no por jueces PERIODICO: EL TIEMPO FECHA: MAYO 5 DE 2000 TEMA: DERECHOS HUMANOS militares, como lo establece la legislación internacional y lo ha dicho la Corte Constitucional. Disposición que es criticada por Ongs de derechos humanos. La ley significa un avance legislativo siempre y cuando se sigan los lineamientos de la Corte Constitucional -que pide que todos los crímenes de lesa humanidad y graves violaciones a los derechos humanos sean juzgadas por jueces ordinarios-, lo cual es ratificado por recomendaciones tanto de la ONU como de la OEA, dice Andrés Sánchez, abogado de la Comisión Colombiana de Juristas, Ong que defendió este proyecto en el Congreso. Pero la Comisión Colombiana de Juristas anota que al entrar en vigencia el Código Penal Militar, en los próximos meses, será obligación de los jueces colombianos que estos delitos, así como las demás graves violaciones a los derechos humanos, sean transferidos a la justicia ordinaria. No obstante estas aclaraciones, los ponentes invitarán a la Cámara a que vote a favor de las objeciones con el fin de que exista la ley en Colombia. Implicaciones De ser votada de forma positiva esta iniciativa, Colombia penalizaría delitos de lesa humanidad como la desaparición forzada, la tortura, el genocidio y el desplazamiento forzado, siguiendo así las recomendaciones del derecho internacional. Contar con una ley de desaparición forzada en Colombia implicaría que este delito sería castigado con una pena de 25 a 40 años. Hasta ahora, la desaparición de una persona a manos de una autoridad era muy difícil de juzgar porque no era un secuestro, ya que no había una extorsión de por medio. Y no era un homicidio, si no se encontraba el cuerpo. El resultado, entonces, era la impunidad. A partir de la aprobación de la ley, se establecería un mecanismo judicial de búsqueda urgente del desaparecido. Se formaría un grupo de trabajo, integrado por la Fiscalía, familiares de los desaparecidos, Ongs de derechos humanos y militares, que se encargaría de buscar a estas personas al momento de la denuncia. Además habría un registro nacional de detenidos, que hoy no existe, lo cual permitiría prevenir la desaparición forzada de personas luego de detenciones arbitrarias por parte de alguna autoridad. La nueva ley también determina que la desaparición forzada no es un delito únicamente cometido por miembros del Estado sino que también ocurre a manos de particulares como la guerrilla o las autodefensas. Además, a partir de la existencia de esta ley, el Gobierno podría desarrollar una política de Estado contra la desaparición forzada comparable a la que acaba de lanzar contra el secuestro.