TEMA 4. EL ARTE ISLÁMICO I – EL CONTEXTO HISTÓRICO. II – LA ARQUITECTURA ISLÁMICA A – CARACTERÍSTICAS GENERALES B – EVOLUCIÓN Y MODALIDADES LOCALES III – EL ARTE EN AL-ANDALUS A – EL ARTE CALIFAL B – EL ARTE EN LOS REINOS DE TAIFAS C – EL ARTE ALMORÁVIDE Y ALMOHADE D – EL ARTE NAZARÍ E – EL ARTE MUDÉJAR ______________________________ I – EL CONTEXTO HISTÓRICO Entre los años 622 y 632 surge en Arabia la tercera gran religión monoteísta asomada al Mediterráneo, por tanto con gran influencia en la cultura y arte occidentales. Es el Islam, religión predicada por Mahoma, que sintetiza antiguas creencias de los beduinos árabes con algunos aspectos del Cristianismo y Judaísmo. Islam significa “sumisión a Dios”, y ese teocentrismo va a determinar todos los aspectos de la vida en el mundo islámico: la organización política, social, cultural, y por supuesto el arte. La vida del musulmán se rige por el “Al-Corán”, las enseñanzas de Mahoma, revelada a él por Dios. El musulmán debe mostrar su sumisión a Allah mediante una serie de prácticas: limosna, ayuno en el mes del ramadán, hospitalidad, peregrinación a la Meca, y sobre todo la oración (5 veces al día, orientado hacia La Meca y postrándose ante Allah). Tras la muerte de Mahoma le sucedieron sus parientes más próximos, y luego una serie de dinastías mas o menos emparentadas con su familia (Omeyas, Abbasidas). Se produjo una confusión entre poder político y religioso (Califa significa “sucesor del Profeta”) ya que los Califas eran la máxima autoridad política y religiosa. Por eso todo el mundo islámico gira en torno a la religión y al poder político, califas y emires que al fin y al cabo no dejan de ser sino los líderes religiosos (algo que entronca con la tradición de Oriente Próximo : Egipto, Mesopotamia, etc, incluso de Roma y Bizancio). Al igual que el judaísmo, el Corán prohíbe la representación de la figura humana y sobre todo de los personajes de la fe (Allah, Jesucristo, los Profetas, etc) por lo que escultura y pintura van a tener un escaso desarrollo. Por eso, de entre las artes mayores sólo destaca la arquitectura, mientras florecen las artes menores (orfebrería, miniaturas, eboraria –marfil-, ebanistería, tapices) y sobre todo la decoración en yeso, estuco, cerámica, madera, etc, siempre usando motivos geométricos, vegetales o cúficos (caracteres árabes que reproducen sentencias, generalmente “azoras” -suras- del Corán). Tras su aparición en Arabia, el Islam se extendió rápidamente en dirección Este y Oeste: en el S. VII por Oriente Próximo (Egipto, Mesopotamia, Persia. N de África); en el VIII llega al África subsahariana, Península Ibérica, Asia Central, y posteriormente, por contagio de ideas a África Oriental, N de la India y Extremo Oriente (Filipias, Malasia, Indonesia). Por ello habrá una cierta variedad artística derivada de los diversos gustos y tradiciones artísticas de las zonas a las que llegó el Islam. El Islam entró en contacto con otras civilizaciones, más avanzadas (Persia, Bizancio, Mesopotamia, Visigodos) de las que tomó rasgos artísticos (arco, bóveda, cúpula) y culturales (filosofía griega, etc), siendo muy importante su influencia: cultura y arte de síntesis. Pero la gran unidad religiosa, política y cultural, gracias a las peregrinaciones, al mismo tipo de clima (cálido y seco) y sociedades (tribales, seminómadas, etc) hizo que hubiese una gran unidad de estilo. Sólo a partir del S. XII, con la aparición de varios reinos islámicos (aunque en teoría bajo la protección del Sultán turco del que eran vasallos) se aprecia una mayor diversidad regional, pero siempre dentro de la unidad. Si lo importante es la demostración del fervor religioso y del poder de los gobernantes, el papel del artista nunca fue muy reconocido. Sabemos el nombre del gobernante o la dinastía que hizo construir un monumento, pero raramente el del artista constructor. Por el mismo motivo las obras fundamentales están relacionadas con la religión (templos) y con el poder (palacios, y alguna que otra tumba).