¿Podemos prescindir del dinero?

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¿Podemos prescindir del dinero?
Resumen:
El dinero no viene definido por ningún tipo de característica física, ni por ninguna normativa, sino por la
convención social de ser un medio de pago generalmente aceptado y de facilitar el intercambio comercial.
Por ello, independientemente de la forma en que se materialice el dinero, monedas, billetes o cualquier otra
fórmula, es uno de los inventos más influyentes en el desarrollo del género humano.
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http://www.rtve.es/alacarta/audios/finanzas-para-todos-los-publicos/finanzas-para-todospublicos-podemos-prescindir-del-dinero-18-11-13/2252625/
Texto del programa:
El dinero es uno de los inventos más influyentes en el desarrollo del género humano. Sin embargo, ha
sido y sigue siendo objeto de polémica.
Para unos, el dinero lo es todo. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, escribió en el Libro de Buen Amor (S.
XIV):
El dinero del mundo es un revolvedor:
señor face del siervo y del señor servidor
Sin embargo, esta idea no ha sido compartida por todo el mundo y aún en 1994 Heidemarie Schwermer
creó una sociedad de trueque en Dortmund para intercambiar servicios y no dinero.
“Si tu sabes cocinar y me haces la comida, yo te arreglo el coche”
Acostumbrados como estamos a usar el dinero habitualmente, no somos conscientes de su papel y de la
importancia que tiene en nuestra sociedad.
Las tribus primitivas no utilizaban dinero. No lo necesitaban porque eran autosuficientes y no precisaban
hacer intercambios con otras tribus.
Cuando empiezan a producir bienes en cantidades superiores a las que podían consumir y generar
excedentes se plantean cambiarlos por otros bienes que necesitaban mediante el trueque o intercambio
directo de bienes y servicios.
Con el desarrollo del comercio, la comunidad puede dedicar parte de su actividad a producir los bienes
para los que estaba mejor preparada. Aparecen la especialización de tareas, nuevos oficios y una mayor
cantidad de bienes disponibles.
En estas condiciones, el trueque deja de ser eficaz como medio de cambio ya que es imprescindible hacer
coincidir las voluntades de los que intercambiaban:
Por ejemplo, encontrar a alguien que quisiera permutar unas sandalias por un hacha de sílex y a la
inversa.
Y ¿Cómo se compensaban las diferencias?
¿Qué hacer si las sandalias valían un hacha y un poco más?
Dirección de Educación y Divulgación
Para solventar estas dificultades, surge el dinero que permite dividir el trueque en dos partes: bienes por
dinero y con el dinero obtenido se adquieren otros bienes, pero sin necesidad ya de que coincidan las
voluntades de los agentes que intercambian ni el importe exacto de los bienes que se entregan.
A lo largo de la historia se han utilizado múltiples formas de dinero, las más usadas fueron el oro y la
plata, primero en lingotes y luego en monedas.
En la Edad Media, el riesgo que suponía trasladar estas monedas de un lugar a otro, extendió la costumbre
de depositarlas en unos comercios que a cambio emitían unos recibos.
A medida que la confianza en estos comerciantes o cambistas creció se extendió la costumbre de pagar
con los recibos, que inicialmente eran nominativos y luego se emitieron al portador. Estos recibos
suponen el antecedente de los billetes de banco. De hecho, los mayores recordarán que antes en los
billetes figuraba la leyenda “El Banco de España pagará al portador la cantidad de tantas pesetas”.
El dinero no viene definido por ningún tipo de característica física, ni por ninguna normativa, sino por la
convención social de ser un medio de pago generalmente aceptado y facilitar el intercambio.
Por ello, independientemente de la forma en que se materialice el dinero, monedas, billetes o cualquier
otra fórmula, la sociedad actual difícilmente podrá prescindir de su uso.
Dirección de Educación y Divulgación
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