El ruido Considerando que en al mayoría de las situaciones el ruido aparece como un efecto no deseado, y que conlleva unos daños a la salud de las personas, debemos considerar el ruido como un factor de contaminación ambiental tan preocupante como cualquier otro y por tanto, dedicarle los esfuerzos y los recursos necesarios para controlarlo en unos niveles aceptables. La higiene industrial es la ciencia de la anticipación, la identificación, la evaluación y el control de los riesgos que se originan en el lugar de trabajo o en relación con él y que pueden poner en peligro la salud y el bienestar de los trabajadores, teniendo también en cuenta su posible repercusión en las comunidades vecinas y en el medio ambiente en general. Existen diferentes definiciones de la higiene industrial, aunque todas ellas tienen esencialmente el mismo significado y se orientan al mismo objetivo fundamental de proteger y promover la salud y el bienestar de los trabajadores, así como proteger el medio ambiente en general, a través de la adopción de medidas preventivas en el lugar de trabajo. La higiene industrial no ha sido todavía reconocida universalmente como una profesión; sin embargo, en muchos países está creándose un marco legislativo que propiciará su consolidación. Los contaminantes físicos son distintas formas de energía que, generadas por fuentes concretas, pueden afectar a los trabajadores sometidos a ellas. Los agentes físicos considerados habitualmente son: - Ruido y vibraciones. Radiaciones: ionizantes y no ionizantes. Estrés térmico (ambiente térmico, condiciones termohigrométricas). Hemos de tener presente que durante toda la historia de la humanidad y hasta la industrialización, la función del oído fue percibir los ligeros sonidos producidos en un entorno agrario y oír las palabras producidas por otra persona. Sin embargo, desde la industrialización hasta hoy, el oído humano soporta cada vez mayores niveles sonoros en su entorno normal, tanto laboral (máquinas, golpes, chorros de aire, sirenas de alarma, explosiones, etc.) como social (ruido de tráfico, radio, TV, equipos de música portátiles, etc.). El oído humano no ha podido adaptarse a un cambio tan brusco. Dado que el oído no esta preparado para ruidos tan elevados, la situación actual implica, en un período más o menos largo, la fatiga del oído y finalmente su 1 deterioro, es decir, la pérdida de la capacidad auditiva, todo ello sin olvidar que otras funciones del organismo también pueden verse alteradas. Además de la ya citada y muy conocida pérdida de la capacidad auditiva, el ruido como agresivo puede producir otros efectos como la alteración de la capacidad de concentración para la realización de las tareas, alteraciones del sueño, nerviosismo, híperirritabilidad, aumento de la tensión arterial, trastornos digestivos y plantear problemas de seguridad como falta de entendimiento en la comunicación, enmascaramiento de señales de alarma acústicas, etc. La actuación frente a un riesgo (gestión del riesgo) se basa en tres puntos consecutivos: v Identificación del riesgo. v Evaluación del riesgo. v Control del riesgo. El ruido es un agresivo que resulta fácil de identificar dado que es un fenómeno muy específico, actúa sobre un órgano muy concreto (el oído) y produce unos efectos determinados. No resulta difícil para cualquier persona que se introduce en un ambiente ruidoso detectar la existencia de ruido. A pesar de que el reconocimiento de este agresivo resulta sencillo, existen una serie de características del mismo que pueden resultar decisivas para realizar una correcta evaluación. El ruido, como ya se ha indicado, es una forma de energía y se transmite a través del espacio por medio de ondas, de forma similar a como lo hacen las ondas que se forman cuando se lanza una piedra en una superficie de agua. Presión Longitud de onda Tiempo Las ondas cuando chocan con las paredes se reflejan en parte, volviendo parte de la energía hacia el interior, otra parte de la energía es absorbida en el choque con la pared y se transforma en calor y, finalmente, otra parte es transmitida a la otra parte de la pared. Estas propiedades son importantes ya que el ruido reflejado en las paredes puede provocar, y de hecho lo hace, un aumento del ruido del local. La energía absorbida por las paredes representa una disminución del ruido, y el ruido transmitido al otro lado de la pared puede representar un aumento del ruido en el otro local. El oído humano está capacitado para oír ruidos muy bajos (simples susurros) y para oír ruidos muy fuertes (como estampidos y explosiones). A la diferente fortaleza que puede presentar un ruido se le denomina intensidad del ruido, que no debe confundirse con la intensidad sonora que es otro concepto distinto. 2 PRESIÓN TIEMPO PRESIÓN TIEMPO La intensidad del ruido la medimos en decibelios, que es una unidad un poco especial y que debe manejarse con cuidado, La escala de decibelios que normalmente se utiliza en la industria va de 0 a 140 dB. La principal característica de los decibelios es que no se suman de forma tradicional, para sumarlos nos valemos del gráfico siguiente. INCREMENTO EN dB (sumar al nivel más alto) 3 2 1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 DIFERENCIAS EN dB ENTRE LOS DOS NIVELES A SUMAR Así, cuando sumamos dos ruidos iguales el nivel de ruido en dB aumenta en tres unidades independiente de las cifras que estemos sumando 100 + 100 = 103 dB 50 + 50 = 53 dB En el extremo contrario, cuando sumamos dos ruidos que difieren mucho uno de otro, más de 10 ó 15 dB el ruido resultante de la suma de los dos es el ruido mayor. 90 + 70 = 90 dB Esto último ya lo sabemos por experiencia: un ruido mayor enmascara e impide oír un ruido más pequeño. De aquí que ya podamos sacar una conclusión de importancia laboral: cuando en un puesto de trabajo incidan varios ruidos 3 trataremos de eliminar el ruido mayor, ya que solo así podremos controlar el nivel de ruido del puesto de trabajo. Cuando nuestro oído oye diversos ruidos puede distinguir en ellos una cualidad, que es el hecho de que haya sonidos graves o bajos como la sirena de un barco o la voz masculina y sonidos altos o agudos como un pitido o la voz femenina. 20 Hz 20.000 Hz Distinguir entre sonidos graves y agudos también es importante en la evaluación, por que los sonidos graves son peor percibidos por el oído, en tanto que los sonidos agudos se perciben mucho mejor. Como consecuencia de ello los sonidos agudos son más dañinos para el oído que los sonidos graves. Los sonidos como ya se ha indicado se perciben a través del oído, el cual esta compuesto de tres partes; oído externo, oído medio y oído interno. El oído externo está constituido por la oreja y el conducto auditivo que conduce hasta el tímpano. El tímpano es una membrana que recoge las ondas sonoras y vibra debido a ellas, como una membrana de tambor. Esta vibración del tímpano se transmite a lo largo del oído medio a través de una cadena de huesos: martillo, yunque y estribo, llegando hasta otra membrana denominada membrana oval donde comienza el oído interno. En el oído interno están situadas las células auditivas, las cuales transforman las vibraciones en señales nerviosas que se envían al cerebro. 4 Las ondas del sonido, desde que llegan a nuestra oreja y hasta que alcanzan el oído interno donde están las células auditivas, sufren una serie de modificaciones y pasan a través de varias barreras (membranas, huesos, etc.). Dado que no todas las ondas se comportan igual frente a estos cambios es por lo que oímos mejor unos sonidos que otros. Los sonidos graves pasan con dificultad a través de todos estos medios y tienen que ser ruidos muy fuertes para que lleguen al oído interno y se perciban. Los sonidos medios pasan con facilidad hasta el oído interno y se oyen perfectamente. Este comportamiento del ruido al atravesar el oído es muy importante a la hora de evaluarlo, dado que en la evaluación del ruido desde el punto de vista laboral, no nos interesa tanto el ruido que produce la máquina como la parte de ese ruido que el trabajador recibe en su oído interno, ya que es este ruido el que le resulta perjudicial. Con el objeto de medir el ruido de igual forma a como lo recibe el oído humano, se introducen en los equipos unos filtros de sonido que actúan frente al ruido de al misma forma que lo hace el oído humano, disminuyendo la intensidad de los sonidos graves y aumentando la intensidad de los sonidos medios. Este filtro de sonido también se denomina escala de ponderación o escala A y cuando se mide un ruido con un aparato que lleva incorporado el filtro citado se dice que se está midiendo decibelios A ó dB(A). Cuando medimos un ruido en dB(A) indicamos que estamos midiendo un ruido como lo está percibiendo el oído humano. Apreciar el tipo de ruido que vamos a medir es muy importante para poder seleccionar el equipo de medición correcto y preparar el método de medida más adecuado para obtener un resultado representativo. El ruido y las vibraciones son formas de energía mecánica. El ruido es uno de los contaminantes más frecuente en el mundo del trabajo. Según la OMS, está demostrado que exposiciones superiores a los 70-75 dB(A), para una jornada de 8 horas/día, provoca la pérdida de la capacidad auditiva así como otros trastornos. 5 Las alteraciones para la salud de las personas, que produce el ruido son diversas. Son conocidas las alteraciones del sueño, la híperirritabilidad, los trastornos en la capacidad de atención y de memorización, las alteraciones del sistema nervioso, cardiovascular, hormonal y digestivo. Pero, existen otras alteraciones más especificas y de mayor trascendencia en la exposición laboral, como son los traumas sonoros y las interferencias en las conversaciones. El trauma acústico es un daño para la salud que se manifiesta en trabajadores sometidos a niveles sonoros importantes como consecuencia del ejercicio de su actividad laboral. Cuando un trabajador esta expuesto de forma repetida durante largos periodos de tiempo a ruidos elevados, la energía sonora recibida en su oído, produce una fatiga y destrucción de las células auditivas situadas en el oído interno, que trae como consecuencia la pérdida de la capacidad auditiva. Esta lesión se produce de forma lenta, progresiva e insidiosa, a lo largo de los años. Pero no es este el único efecto del ruido industrial en el trabajo, las explosiones, los impactos y otros ruidos muy elevados, aún cuando sean de corta duración, pueden producir daños en el tímpano del oído del trabajador. La incorporación de procesos industriales, fruto del avance tecnológico, en numerosos ámbitos de la civilización moderna, la han convertido en una civilización ruidosa. La industrialización tiene una parte positiva para la sociedad, ya que ha dado empleo a numerosos ciudadanos, pero también presenta un aspecto negativo, pues estos trabajadores están viendo afectada su salud por los altos niveles de ruido a los que están sometidos durante su jornada laboral. Frente al ruido industrial y sus efectos dañinos sobre la salud, se han adoptado una serie de medidas con el objetivo de prevenir el riesgo laboral, como son medidas colectivas que tratan de eliminar el riesgo en el origen o en el medio, insonorizando los equipos y alejando al usuario de estos, así como medidas de carácter individual y personal como son los protectores auditivos, orejeras, cascos etc, que son equipos de protección individual. Como consecuencia de la industrialización ocurrida en los últimos siglos, el hombre transforma las actividades laborales de un medio rural, agricultura y ganadería, a un medio urbano e industrial dominado por actividades, maquinas y equipos ruidosos. Además, esta actividad se desarrolla habitualmente en lugares cerrados, en los que la acumulación de energía sonora desprendida como consecuencia de la actividad es mayor que en espacios abiertos. Por todo ello, podemos decir que la civilización moderna es una civilización ruidosa. Muchos de los adelantos posteriores de la ciencia, han contribuido de forma significativa, al aumento del ruido soportado por los seres humanos. El invento del automóvil ha convertido a las ciudades en lugares con altos niveles de contaminación acústica, sobre todo en las zonas de tráfico intenso. De igual forma, el invento del magnetófono o cassette en los años 60, ha traído la actual cultura de la música, con un uso indiscriminado de los "radiocasete portátil", lo cual, según un estudio de la universidad de Leeds (Gran Bretaña) ha permitido constatar perdidas auditivas de entre 15 y 20 dB según las frecuencias, entre los jóvenes expuestos a música amplificada por medio electroacústicos. El ruido presenta un efecto más en la industria, como es la interferencia en las conversaciones. Los elevados niveles sonoros existentes en la industria, dificultan las conversaciones entre los trabajadores, lo que genera una situación no deseada en un ser social como es el ser humano. La situación se agrava en las ocasiones en las que un trabajador necesita de la comunicación oral para la realización de su trabajo. Así, 6 cuando se realizan trabajos coordinados entre varias personas, una incorrecta interpretación de órdenes o instrucciones, pueden dar lugar a situaciones de riesgo, que no pocas veces han terminado en accidentes con lesiones e incluso la muerte de algún trabajador. No se debe dejar de lado el hecho de que señales, avisos, instrucciones y alarmas son muchas veces acústicas en los puestos de trabajo. Su ruido es fuente de numerosos accidentes debido a las distracciones que puede originar en los trabajadores. La frecuencia de accidentes de los trabajadores en lugares muy ruidosos aumenta entre tres y cuatro veces, por el contrario, en ambientes silenciosos se percibe una tendencia a la disminución de los accidentes, en la medida en que disminuye el nivel de ruido existente en el puesto de trabajo. El fenómeno de las interferencias se presenta fundamentalmente en el sector servicios, en el personal de atención al publico, de atención al teléfono, etc. Son trabajadores que ven altamente perturbada su capacidad de trabajo por dificultades en la comprensión de las conversaciones. Pero donde quizá se manifiesta más claramente este fenómeno es en el sector de la enseñanza, donde la correcta audición e interpretación de lo expresado por el profesor o ponente es fundamental para el correcto desarrollo de la actividad. Cada vez es mayor el número de educadores, en los diversos ámbitos educativos, que manifiestan problemas en la voz como consecuencia del esfuerzo que necesitan realizar en su trabajo. Existen metodologías para valorar la interferencia del ruido, tanto en la comprensión de la palabra, como en la capacidad de interpretar las conversaciones, y del esfuerzo vocal necesario para mantener una conversación. En general, en oficinas se establece un nivel sonoro recomendado en función de la actividad que se realice en las mismas. No es lo mismo una oficina de atención al público, que una sala de lectura. También se deben de tener en cuenta los ruidos impulsivos existentes en la industria, ya que muchas veces pueden resultar más peligrosos. Estos ruidos se caracterizan por presentar unas elevaciones de más de 40 dB. En menos de 500 milisegundos, pueden ser habituales niveles que superan los 140 dB, y en ciertas actividades, como el disparo de armas de fuego, se pueden dar valores de entre 165 y 170 dB, en un tiempo muy corto. Estos ruidos, pueden dar lugar a daños mecánicos tanto en el oído interno como en el ámbito timpánico y de oído medio, que se traducen en una perdida inmediata de la capacidad auditiva. El deterioro de la capacidad auditiva depende de la intensidad del ruido, de su fluctuación y de la duración de la exposición. El nivel sonoro del puesto de trabajo fluctúa de forma muy significativa de unas tareas a otras de las realizadas por el trabajador, y dado que se asume, que el daño sobre la capacidad auditiva, es consecuencia de la energía sonora recibida por el trabajador, un aspecto importante es la cuantificación del ruido recibido. Veamos por último los referentes europeos en cuanto al ruido. En la actualidad, la Unión Europea ha establecido en una directiva del año 1986, de obligado cumplimiento desde 1990, la necesidad de minimizar el riesgo para la salud del trabajador en el puesto de trabajo como consecuencia del ruido existente en el mismo. 7 Esta directiva está transpuesta a la legislación nacional en el Real Decreto 1316/89, sobre protección auditiva de los trabajadores. El artículo 7º de dicha directiva europea dispone que en todos los puestos de trabajo donde se superan los 90 dB(A) de (LAeqd), el empresario está obligado a analizar las causas por las que se supera el nivel diario equivalente establecido y proponer una serie de medidas técnicas tendentes a reducir el nivel sonoro del puesto de trabajo. La forma de medir el ruido industrial soportado por el trabajador es mediante el nivel continuo equivalente (LAeqT). El nivel continuo equivalente se define como el nivel sonoro que, estando presente de forma continuada, representa la misma energía sonora que el ruido fluctuante, que realmente ha existido en el punto durante el tiempo considerado. En el campo de la prevención de riesgos laborales utilizamos una segunda magnitud que es el nivel diario equivalente (LAeqd). Esta magnitud representa el nivel de ruido soportado por el trabajador de forma continuada durante una jornada de ocho horas de trabajo, ya que equivale a la energía que realmente recibe el trabajador en su oído durante el trabajo. La norma ISO 1999-1990 establece que existe riesgo de perdida de la capacidad auditiva para exposiciones de (LAeqd) superiores a 75 dB(A), y las diversas legislaciones consideran la existencia de riesgo para el trabajador a partir de 80 dB(A) de (LAeqd). BIBLIOGRAFÍA Ley de Prevención de Riesgos Laborales 31/1995, de 8 de Noviembre. 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