por qué los jóvenes colombianos no quieren estudiar ciencias

Anuncio
Ingreso y permanencia:
¿por qué los jóvenes
colombianos no quieren
estudiar ciencias,
tecnología y matemáticas?
Fotografía: http://galleryhip.com/hyperactive-children.html
Paula Catalina Luna A.
Ingreso y permanencia:
¿por qué los jóvenes colombianos no quieren
estudiar ciencias, tecnología y matemáticas?
Paula Catalina
Luna A.
Química, estudiante de
maestría en Química en la
Universidad de los Andes
pc.luna10@uniandes.edu.co
En el mundo contemporáneo el desarrollo de la ciencia y la tecnología ha llegado a extremos nunca antes vistos en las sociedades
occidentales, debido a esto se les considera factores de desarrollo para cualquier nación. Sin embargo, entre los jóvenes se
ha venido generando una postura escéptica sobre la ciencia [1],
particularmente en los países de economías desarrolladas, como
Japón, Alemania, Austria o los países escandinavos [2]. Esta situación crea un problema en la medida en que el abandono de las
aulas de ciencias implica una disminución del número potencial
de futuros científicos, esto tiene un efecto desfavorable en las
proyecciones relativas a la ciencia y la tecnología previstas en las
agendas de los diferentes países. Lamentablemente, este problema no solo aqueja a los países desarrollados, sino también a un
buen número de países latinoamericanos [3].
Un estudio realizado en Colombia por el Observatorio de Ciencia y Tecnología, en el que participaron
6.500 estudiantes que cursaban el último año de bachillerato en Bogotá, permitió concluir que, a pesar
de que los jóvenes tienen una buena apreciación de los beneficios de la ciencia y la tecnología, muy
pocos consideran una carrera científica como una opción profesional [3].
Una de las razones que se suele mencionar para justificar el bajo número de matrículas en las carreras
de ciencias, tecnología y matemáticas (ctm) es la presencia de un alto contenido de matemáticas en sus
programas curriculares. No obstante, los programas de ingenierías, que tienen los contenidos de matemáticas más amplios, son los más apreciados en nuestro país. El prestigio de las carreras de ingeniería,
comparado con el de las carreras de ciencias, está asociado a la proyección laboral, pues se cree que
el trabajo de ingenieros es más estable —al menos en nuestro contexto local y según ese estudio—.
Otro estudio relevante realizado en el país en 2013, fue el proyecto IRIS (Interests & Recruitment in Science). El proyecto estudia los factores que influyen en la elección que hacen los jóvenes, particularmente las
mujeres, a la hora de optar por una carrera relacionada con CTM, una perspectiva novedosa, si se tiene
en cuenta que normalmente solo se visualizan las opiniones de quienes no ingresan a estas carreras, y
no de quienes sí las eligen. Para este estudio se aplicó una encuesta respondida de manera voluntaria
por 1.200 estudiantes de primero a tercer semestre de carrera profesional de diferentes universidades
públicas y privadas.
90 Hipótesis, Apuntes científicos uniandinos, núm. 18, 2015
Figura 1. La inteligencia artificial es una muestra del desarrollo que ha alcanzado la ciencia y la tecnología.
Fuente: http://pixabay.com/es/robot-inteligencia-artificial-mujer-507811/
Tabla 1. Factores que influyen en la elección de carrera
Influencias
Mujeres
Hombres
Buenos profesores
61%
51%
Madre
40%
30%
Programas de televisión
69%
68%
Fuente de autor
Participaron 68% de hombres y 32% de mujeres, dato que refleja el predominio masculino, con un promedio de edad de 19
años, pertenecientes a las carreras de biología (12,6%), estadística (6,4%), farmacia (2,2%), física (6,2%), geología (0,9%),
matemáticas (7,4%), química (14,0%) y de las siguientes ingenierías: sistemas (7,8%), electrónica (12,4%), mecánica (9,1%),
química (19,2%) y otras (1,7%).
sidad) opinaron que sus maestros no eran influyentes para elegir
su carrera, y reconocieron que su familia, en cambio, ejercía una
influencia determinante [3]. Otra conclusión relevante que este
estudio arrojó fue que los jóvenes de estas carreras se encontraban altamente motivados y que no pretendían abandonarlas
(véase tabla 2).
Tabla 2. Vida universitaria y permanencia
Experiencias como estudiante universitario
Mujeres
Hombres
Disfruto la compañia de mis compañeros
77%
67%
Siento que encajé bien
70%
64%
Veo la relevancia de lo que aprendo
89%
84%
Mi carrera concuerda con quien soy
84%
82%
Estoy muy motivado
93%
94%
Fuente de autor
La principal conclusión de este estudio fue que las personas
más influyentes para estos jóvenes, a la hora de elegir su carrera, fueron sus buenos profesores y padres, particularmente
la madre (véase Tabla 1). Este resultado contrasta con el de la
encuesta del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología
(OcyT), en la que los jóvenes (que no estudian aún en la univer-
Ahora, si los estudiantes mencionaron estar motivados para
estudiar ciencias, si en el momento en que contestaron la encuesta no deseaban abandonar sus carreras, ¿cómo se explica
que en nuestro país los índices de deserción de estas carreras,
antes de culminar la mitad de los estudios, superen el 50%? [4].
Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias 91
Figura 2. La deserción en las carreras de CTM es superior al 50%.
Fuente: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gambian_classroom.jpg
Las autoras del estudio IRIS aplicado en Colombia afirman que
la universidad, por sus currículos poco flexibles, por la forma
de evaluación, por las deficiencias en los sistemas de tutorías y
por las relaciones poco cercanas entre maestros y estudiantes,
entre otros factores, frustran las expectativas de los estudiantes. Con respecto al aprendizaje, la calidad de la enseñanza, lo
interesante de los contenidos, la relevancia de la carrera y su
aplicación, los motivan a seguir estudiando; pero a nivel afectivo
se generan carencias, ya que la universidad se ha convertido en
una barrera que incomunica sus aspiraciones y expectativas del
pasado con lo que pueden encontrar en el futuro.
“Disfruto de la compañía de otros estudiantes,
pero tengo que trabajar más duro de lo que esperaba
[…] A los profesores no les interesa si aprendo o no”.
(Testimonio, iris Colombia, 2013)
A pesar de los esfuerzos por mejorar la relación de los jóvenes
con la ciencia desde la didáctica de las ciencias, el punto es que,
al menos en nuestro contexto cultural, muchos de esos esfuerzos no se están emprendiendo en la universidad, lugar donde se
debilita el interés de los chicos por estas carreras.
Se ha observado que algunos juegos, como versiones especiales de Angry Birds, pueden usarse en la etapa preescolar para
desarrollar diversas habilidades cognitivas, iniciativa adoptada
por la Universidad de Helsinki, de Finlandia. Como este, existen
otros casos de inclusión de videojuegos y otras herramientas en
92 Hipótesis, Apuntes científicos uniandinos, núm. 18, 2015
Figura 3. Comentario de una estudiante de química
Fuente: http://pixabay.com/en/adult-cute-face-female-girl-15814/
la educación en diversas etapas del desarrollo infantil, cuyo propósito es facilitar la enseñanza de la ciencia. Se reconoce el poder de estas herramientas para fortalecer habilidades cognitivas,
espaciales y motoras, para reconocer la relación causa-efecto,
para facilitar la solución de problemas complejos, para aumentar
la creatividad, para estimular la competencia con otros equipos,
para aprender a seguir reglas y manejar situaciones que pueden
poner en riesgo la vida de las personas, etc. [5]. El problema
es que aún no se concibe que herramientas de este tipo puedan incluirse en espacios de enseñanza universitaria, así como
tampoco se acostumbra usar tecnologías didácticas en carreras
de CTM.
Parece no existir una investigación profunda sobre la didáctica y
la pedagogía en la enseñanza de las ciencias en el nivel universitario, porque se considera que los profesores están capacitados
para enseñar y para comunicarse con sus estudiantes, cuando
realmente la experiencia cognitiva no garantiza la posesión de
las habilidades necesarias para enseñar. De igual forma, la diferencia generacional entre profesores y alumnos requiere un gran
compromiso de innovación por parte de los docentes para lograr
una comunicación efectiva con sus estudiantes.
El panorama nacional no parece muy prometedor respecto al
tema de investigación en educación, en particular en la enseñanza de las ciencias. Aunque en 2009, con la Ley 1286, se
transformó Colciencias y se planteó una serie de objetivos para
fortalecer el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, estas
políticas, que se proponían “incorporar la ciencia, la tecnología y
la innovación, como ejes transversales de la política económica
y social del país” (Ley 1286 de 2009, artículo 2), no se tuvo en
cuenta el problema de la formación científica y de la falta de
interés de los jóvenes, resultando paradójico, si se piensa que
todos los objetivos propuestos en esta ley no podrían realizarse
si no existen personas calificadas para llevarlos a cabo.
Este problema es evidente no solo a nivel de políticas nacionales, sino también en las mismas universidades. Por ejemplo,
en la Universidad Nacional de Colombia, el 7 de noviembre de
2014 se realizó el lanzamiento oficial de las “Agendas del cono-
Figura 3. Los videojuegos pueden ser una herramienta didáctica para la educación.
Fuente: Flickr Creative Commons.
Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias 93
cimiento”, un conjunto de libros que describen los lineamientos
que debería seguir la Universidad en materia de investigación
durante los próximos veinte años. No obstante, salta a la vista la ausencia de un eje temático que aborde la problemática en materia de educación y que promueva la investigación
en este campo, lo cual demuestra el poco interés que existe
al respecto.
Sea que se adopten o no videojuegos en las clases universitarias, es importante que se realice más investigación sobre la enseñanza de las ciencias y la educación en general, para construir
herramientas docentes que rompan con la dinámica de deserción académica en las carreras de CTM. Así esta investigación
no sea formal, o no se incluya en la agenda de investigación de
nuestra universidad, es importante que como docentes o estudiantes interesados por el quehacer científico, nos cuestionemos
sobre estas prácticas de enseñanza y determinemos las posibilidades que tenemos para mejorarlas. •
REFERENCIAS
[1] Beck U. Vivir en la sociedad del riesgo mundial. Serie Dinámicas Interculturales, n.º 8. Barcelona: cidob ediciones; 2007.
[2] Sjøberg S, Schreiner C. The rose project. An overview and key
findings; http://roseproject.no/network/countries/norway/eng/
nor-Sjoberg-Schreineroverview-2010.pdf.
[3] Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología. Entre datos
y relatos: percepciones de jóvenes estudiantes sobre la ciencia y la tecnología. Bogotá: OcyT; 2011.
[4] Ministerio de Educación Nacional. Deserción estudiantil en la
educación superior colombiana. Bogotá; 2009.
[5] Alex Hudson. Los videojuegos entran en el salón de clase; bbc,
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/09/130927_
tecnologia_ninos_juegos_electronicos_escuelas.
¿ ?
Educación
Figura 5. La investigación en educación parece no ser tratada con la importancia que requiere dentro de las políticas nacionales y las agendas de investigación
Fuente: Imágenes obtenidas de Pixabay http://pixabay.com/
94 Hipótesis, Apuntes científicos uniandinos, núm. 18, 2015
Descargar