LOS DESCENDIENTES DE LOS VERBOS LATINOS ESSE Y STARE EN ITALIANO CONTEMPORÁNEO: ESBOZO PARA UN ANÁLISIS CONTRASTIVO Damien Zalio Université París IV-Sorbonne 1. Los etimones 1.1. Los etimones latinos esse y stare En latín, el verbo esse –el cual se ve sustituido por el verbo essere en latín vulgar– declaraba la existencia y el verbo stare significaba «estar en pie», «estar inmóvil», etc. Esos dos verbos engendraron dos verbos autónomos y concurrenciales en castellano –ser y estar–, dos verbos italianos de importancia desigual en cuanto a sus frecuencias y empleos sintácticos –essere y stare– y un único verbo francés, être, que lleva en sí las características formales y semánticas de los dos etimones latinos, eligiendo ora un paradigma de essere (i. e., je fus), ora uno de stare (i. e., j’étais). El italiano conserva la discriminación inicial y crea dos verbos distintos, essere y stare, de los cuales el primer verbo extiende sus usos mucho más que stare, cuyas posibilidades de empleo discursivo son menos numerosas y marginales: el único caso en que essere no puede aparecer y competir con stare es el del la auxiliarización del gerundio. El castellano también crea dos verbos distintos, ser y estar, con una repartición de usos bastante homogénea, pero generada tras una concurrencia con otros dos verbos, los cuales, como stare, referían a una posición corporal precisa: yazer, «estar en posición horizontal», y seer, «estar sentado», por lo cual la discriminación de la declaración de la existencia se asentaba ante todo en función de una posición dada en el espacio: (1) […] debe el rey seer muy apuesto, tambien en su andar como en estar en pie, et otrosi en seyendo et en cabalgando, et otro tal quando comiere o bebiere, et otrosi en su yacer, et aun quando dixiese alguna razon. Ca el andar non conviene que lo faga mucho apriesa nin muy de vagar; otrosi estar mucho en pie non debe, sinon fuese en la eglesia […] (Las siete partidas del rey don Alfonso el Sabio, cotejadas con varios códices antiguos por la Real Academia de la Historia, Tomo II, Partida segunda, 1807, p. 27, en M. F. Delport 2009: 123) Poco a poco, estar ha ido extendiendo sus empleos y ser ha ido perdiendo algunos hasta la situación actual. De entrada, cabe decir que essere y stare mantienen la confusión en su conjugación en los tiempos compuestos, ya que es imposible diferenciar el uno del otro, dado que stato es el participio de ambos verbos. Podemos notar que desde lo que se deja observar a simple vista –el significante–, la frontera entre essere y stare, si no invisible, aparece por lo menos oscura y difícil de identificar. 1 1.2. Empleos principales Los cinco verbos essere, ser, être, stare y estar pueden desempeñar la función de cópula con un sustantivo y un adjetivo. También intervienen en la formación de la pasiva y de las perífrasis aspectuales, excepto ser en el último caso. En los tiempos compuestos, essere alterna con avere en italiano, como el francés contemporáneo con être y avoir y el castellano medieval con aver y ser, pero no del mismo modo. 1.3. Marco teórico Al concentrar nuestra atención en el concepto de los descendientes de los etimones latinos esse y stare como verbos de existencia, comprobamos que el italiano y el castellano, con intensidad distinta, dejan dos huellas semiológicas de los dos modos de «ser» que nos ofrece el mundo experiencial y que el francés no distingue: «L’être s’insère entre le devenir antécédent qui l’a créé, qui s’est accompli en lui, et le devenir conséquent et inaccompli que l’avenir lui destine.1» (G. Guillaume 1969: 85). Desde este punto de vista, en cronología nocional, el essere italiano sería anterior al stare al igual de ser y estar en castellano, como lo apuntó M. Molho (1969: 9293): La représentation assignée à ESTAR est celle d’une position acquise. Subséquent au devenir qui a apporté l’être (SER), le propre de ESTAR est de le situer dans la perspective d’un devenir ultérieur qui l’emporte […]. […] ESTAR s’adosse en espagnol à SER, dont il est, dans le champ de la notion d’«être» non quittée, l’immédiate ultériorité. Intentaremos conservar este hilo teórico para captar del mejor modo posible qué peso semántico suplementario lleva consigo el verbo stare respecto al verbo essere. 2. Análisis del corpus 2.1. Localización espacial La localización espacial no plantea un verdadero problema en castellano contemporáneo: siempre y cuando excluyamos los casos particulares en que se usa ser para localizar un acontecimiento, se usa siempre estar para colocar a un sujeto en el espacio: la frase (2) Detrás de la plaza, y por la parte de la casa de don Jesús estaba la parroquial con su campanario de piedra y su esquilón que sonaba de una manera que no podría contar [...]. (C. J. Cela [1942] 1999: 27) resultaría agramatical si se sustituyera ser por estar. En italiano contemporáneo, el fenómeno parece mucho más delicado y, sobre todo, mucho menos claro para quien desee saber sobre qué pilares conceptuales estriba la discriminación semántica entre essere y stare. De hecho, a primera vista, ¿cómo rechazar a priori el carácter idéntico del contenido informativo vinculado por las dos frases siguientes?: (3a) La strada litoranea, sul capo, passava alta; il mare era laggiù a strapiombo e dappertutto intorno, fino all'orizzonte alto e sfumato. (I.Calvino [1970] 2002: 83) 2 (3b) Stavo là, seduto davanti alla casa di Ramutha, sotto il pergolato di rose, e guardavo la luna [...]. (S. Vassalli 1999: 152) Por lo tanto, son dos frases en las que se puede hacer la conmutación de stare por essere sin que el enunciado resulte agramatical. Lo que inmediatamente podemos deducir de estos tres ejemplos es que el problema del uso de essere o stare para situar a alguien o algo en el espacio no reside en una disposición sintáctica correcta o incorrecta, compatible o incompatible con uno u otro verbo, es decir, en las capacidades semánticas y referenciales de los dos verbos a desempeñar tal papel, sino en cómo declaran la existencia y la ubicación del sujeto en el espacio. 2.1.1. Los empleos con sintagma preposicional Por ahora, interesémonos en el fenómeno de la alternancia entre essere y stare seguidos de un sintagma preposicional como in chiesa, in casa, a casa o in albergo. En esta frase: (4a) [....] Nelle chiese la gente si annoia non si sa quanto. Guardali mentre stanno in chiesa, vedrai che non ce n’è uno solo che non si annoi da morire. (A. Moravia [1960] 2002: 309) el sujeto de stare es «la gente», es decir una entidad humana general, tomada en su conjunto, y el presente de indicativo empleado aquí remite a una acción que puede ser reiterada. Al observar el ejemplo siguiente: (4b) [Il vescovo] Nogaro è salito sul pulpito e ha preso la parola, sorprendendo anche tutti i presenti che erano in chiesa, almeno un migliaio di persone […]. («La Repubblica Napoli» 15/12/2008) advertimos que «erano» remite a «tutti i presenti», sujeto al cual se añaden propiedades particularizantes inmediatamente después –«almeno un migliaio di persone»– y que es al mismo tiempo objeto de sorprendere, verbo que refuerza el aspecto puntual de la acción efectuada en pretérito perfecto por el obispo. Todo esto confiere a la frase un carácter único, excepcional, impidiéndole reproducirse. En estos dos ejemplos, essere o stare no nos proporcionan ninguna información diferente en cuanto a la noción espacial: sólo nos permiten saber que la gente está en la iglesia y nada más. Lo mismo se puede deducir al examinar las ocurrencias en las que aparece el complemento circunstancial de lugar in casa: (5a) “Ma quando studiate?” mi bisbiglia mia madre. Gliel’avevo detto di non venire, che lei non è una madre preparata, non sa niente delle innovazioni didattiche, è ferma a un tempo da antidiluvio universale dove si stava in casa chini sui libri. (P. Mastrocola 2004: 13) En este ejemplo, stare está presente con el giro reflejo-impersonal en la tercera persona de singular y el lapso de tiempo inducido por el pretérito imperfecto no tiene límites precisos, límites tanto más borrosos e inciertos cuanto que este periodo es definido por el narrador irónicamente como un «tiempo de antediluvio universal»; mientras que el ejemplo siguiente (5b) [...] un maggiordomo tarchiato e calvo [...] mi informò che la "signora marchesa" era in casa. (A. Moravia [1960] 2002: 128) nos señala claramente que la que está en casa es una persona de tal capa social, a la que se llama «señora» y cuyo título nobiliario se recalca mediante las comillas. En este caso, también se trata 3 de un hecho puntual, dado que en este momento y sólo en este momento puede el narrador entrar en contacto con «la “signora marchesa”». Sin embargo, queda claro que en el mundo experiencial el hecho es reproducible, pero no hay nada de la frase en sí misma y de la disposición sintáctica generada por los signos aquí presentes que nos pueda dejar afirmar con certidumbre que este suceso acontecerá de nuevo en un futuro cercano o lejano. En lo que al grupo stare a casa se refiere, las cosas parecen ir del mismo modo: la frase (6a) [...] sua moglie si è slogata una caviglia e da due mesi è a casa immobile [...]. (P. Mastrocola 2004: 204) procede igualmente como antes: un periodo preciso, un acontecimiento puntual y un sujeto cuya posición corporal nos es explicitada. Por contraste, tenemos el ejemplo aquí abajo: (6b) [...] “Ma insomma perché [papà] scappava di casa o, come dici tu, perché viaggiava? Perché non restava con te?” “Perché non gli piaceva stare a casa.” “E perché non gli piaceva stare a casa? Si annoiava ?» (A. Moravia [1960] 2002: 30) El hecho de que no le guste al padre del narrador estar en casa es intemporal y tampoco sabemos nada de las actividades a las que se dedica en este lugar. Paradójicamente, en cuanto se trata de un lugar más ancho o en el exterior, menos palpable, con fronteras menos definidas (o menos definibles), cambian las cosas. De hecho, cuando el complemento circunstancial que acompaña essere o stare está formado por un adverbio de lugar o una estructura un poco más compleja que la sencilla combinación preposición + sustantivo, la constante que hemos encontrado en todos los ejemplos observados precedentemente se invierte. Examinemos ahora la frase siguiente: (7) Mi misi al volante nel momento che l’altra macchina sbucava sullo spiazzo e vi si fermava. Mia madre, adesso, stava sulla soglia di casa in atto di chi si prepari a ricevere degli ospiti di riguardo.» (A. Moravia [1960] 2002: 139) El adverbio adesso indica una ruptura entre dos momentos distintos y en cuyo segundo momento interviene stare (y sólo en este segundo momento). El complemento circunstancial de manera «in atto di chi si prepari a ricevere degli ospiti di riguardo» sobreentiende una actitud precisa del sujeto, una posición corporal relevante. Ahora bien, de modo similar a cuanto ocurría con los complementos circunstanciales de lugar adjuntados a essere y formados por a o in + sustantivo, stare aparece en los mismos tipos de contextos particularizantes, contextos que nos proporcionan informaciones sobre el entorno temporal y el sujeto mismo. 2.1.2. Los empleos con adverbio de lugar Así, la frase que acabamos de observar es representativa de muchas otras con adverbio de lugar que muestran un verbo stare en un contexto accidental, contingente, cuyo contenido informativo debe asumir al menos una de las dos características siguientes para acoger este verbo en su conjunto: que sea un marcador temporal, o un marcador que expresa una posición corporal específica del sujeto, que podríamos denominar marcador corporal. La presencia del adverbio via nos parece ser un ejemplo pertinente en cuanto a la presencia o ausencia de los marcadores temporales por dejar que la discriminación semántica entre essere y stare se trasluzca claramente. Desde el punto de vista semántico, por un lado el grupo essere via no recibe ninguna información exterior que sea capaz de precisar cualquier noción temporal, mientras que al grupo stare via se añade sistemáticamente una precisión temporal: 4 (8) [...] se Ross è via, di chi era il reggiseno sulla sedia in sala? (A. Incorvaia y A. Rimassa 2006: 9-10) (8a) « Guarda che sto via due giorni, mi mandano a Barcellona per lavoro. Ci vediamo venerdì […]. » (A. Incorvaia y A. Rimassa 2006: 17) (8b) [...] Quanto tempo dovrebbe stare via? (Wu Ming 2008: 4) 2.1.3. Los empleos con locuciones preposicionales Los complementos circunstanciales de lugar formados por una locución preposicional presentan una manifestación interesante del fenómeno de presencia o ausencia de lo que, más arriba, llamamos los marcadores temporales y corporales. Dentro de una frase con locución preposicional, como es el caso en las construcciones con preposición + sustantivo, essere, está precedido frecuentemente de un marcador temporal que parte el periodo de la oración en dos periodos distintos y opuestos: la irrupción del grupo essere + loc. preposicional + sustantivo pone en marcha el segundo periodo, como lo podemos deducir de estas tres frases: (9a) La notizia che Mecenate stava ritornando ad Arezzo ci aveva preceduto di villaggio in villaggio ed era arrivata a destinazione un po’ prima di noi. Ce ne rendemmo conto quando fummo davanti alle mura di quella città e vedemmo un corteo che usciva per venire a incontrarci [...]. (S. Vassalli 1999: 151) (9b) La tela incompiuta non poteva essere che quella sulla quale Balestrieri stava ritraendo, poco prima di morire, la giovanissima amante; confesso che ora mi pungeva la curiosità di vedere come ella fosse fatta. Ma come fui davanti alla tela provai un senso di incredulità e di delusione. (A. Moravia [1960] 2002: 77) A diferencia de este esquema, a menudo la linealidad del grupo stare + loc. prep. + sustantivo se ve truncada por el adjunto de un marcador corporal que remite a la actitud corporal del sujeto, a su posición (sentado, de pie, tumbado), y se insiere en medio de la estructura: (10a) La porta della cucina era aperta e la madre, in cappotto e con il cappello sulla testa, stava in piedi davanti ai fornelli [...]. (A. Moravia [1960] 2002: 189) (10b) «[...] Lasciami la vita, e condannami a stare seduto in cima a un palo...». (S. Vassalli 1999: 206) 2.1.4. Essere / Stare in piedi La alternancia essere in piedi / stare in piedi es un caso aparte. Observemos las frases siguientes: (11a) «Torno a sedere» ella disse stando in piedi, a gambe larghe [...]». (A. Moravia [1944] 2002: 335) (11b) Zia Elsa sta in piedi al fondo del letto. Mi guarda. Lei mi guarda e basta. (P. Mastrocola 2004: 107) Vistos los ejemplos en que aparece stare, lo primero que salta a la vista es la aportación sistemática de una información espacial proporcionada por el contexto: que se nos diga, de este espacio, qué es en relación al enunciado entero o a la posición del sujeto. Esto varía, lo importante es que no hay estructura stare in piedi sin una aportación semántica exterior que coloque al sujeto dentro del espacio o que esculpa su cuerpo dentro de una posición. En lo que a las combinaciones con essere se refiere, si puede haber marcadores temporales –como en las 5 combinaciones con stare–, nunca encontramos marcadores espaciales en las frases en que se presenta, y a diferencia de las combinaciones con estar, cuando una precisión completa la posición del sujeto, ésta la compara con la de otras personas presentes o con otra entidad: (12) Quando l’applauso finì, il padrone di casa, che era in piedi come la maggior parte dei suoi ospiti, si rivolse all’erede di Cesare. (S. Vassalli 1999: 45) 2.2. Localización temporal 2.2.1. El pasivo operativo Ante todo, cabe decir que distinguiremos el pasivo operativo, el cual nos da una representación del evento en su transcurrir, del pasivo resultativo, que nos muestra un evento concluido. Así que adoptaremos la distinción entre participio y adjetivo participial, como lo propone MarieFrance Delport. La formación del pasivo operativo es el atributo de essere y nunca de stare, como es el caso en castellano contemporáneo: (13a) Avremmo voluto andarcene, ma non riuscivamo a muoverci perché eravamo stretti dalla folla che anzi ci spingeva in avanti [...]. (S. Vassalli 1999: 89) (13b) [...] sul punto di scegliere il disco, questo pensiero mi paralizzava: qual è la musica che può essere ascoltata nei momenti di noia? (A. Moravia [1960] 2002: 21) Cabe aludir al hecho de que essere comparte esa posibilidad con venire, para poner de relieve la acción según algunas gramáticas («Venire remplace souvent essere et met l’accent sur l’action subie: Venne condotto in carcere»: 2 O. y G. Ulysse 1988: 105) o para insistir en el aspecto progresivo («Venire […] ha un leggero valore aspettuale di progressività: La guerra venne vinta dai romani»:3 P. D’Achille 2003: 116)… En nuestra opinión, hace falta tomar esas aserciones con cautela al observar frases como ésta, que no aportan ninguna prueba de las dos posiciones teóricas: (14) Chiamai: “Pronto, pronto” domandai piú volte: “chi parla?” e alla fine sentii che, dall’altro capo del filo, il ricevitore veniva abbassato. Rifeci rabbiosamente il numero, mi fu risposto di nuovo con il silenzio e con quel misterioso respiro e di nuovo, alla fine, fu abbassato il ricevitore. (A. Moravia [1960] 2002: 146) 2.2.2. El pasivo resultativo Mientras que la formación de la pasiva resultativo es el único atributo de estar, el italiano contemporáneo presenta un caso de concurrencia interesante: (15a) La madre era già seduta a tavola. (A. Moravia [1944] 2002: 405) (15b) Oggi mia madre quando entro è seduta al tavolo e se ne sta senza far niente, cosa molto rara. (P. Mastrocola 200: 53) (15c) Sul piccolo tavolo di Guido sono allimeati i libri della sua vita [...]. (A. Tabucchi [1985] 2006: 64) En estos ejemplos con essere, la acción es vista en pleno desarrollo y los escasos marcadores temporales no nos permiten saber cuándo empezó el acontecimiento. Si podemos descubrir qué acción están efectuando los sujetos («se ne sta senza far niente») o qué función 6 desempeñan (en (15d), los libros de Guido son los «de su vida»), no conseguimos conocer detalles acerca de la postura que adoptan o en la que se quedan. De hecho, en estos contextos, el adjetivo participial sólo declara que el sujeto se encuentra en tal postura pero no tiene ningún auxilio fuera de sí mismo que complete la declaración de esta posición corporal. Mediante sus capacidades semánticas, el adjetivo participial declara pero no explicita. Observemos ahora los ejemplos con stare: (16a) Il Saro stava disteso con la testa appoggiata al sedile [...]. (A. Moravia [1944] 2002: 371) (16b) [...] il cielo non si era ancora pulito: nuvole nere [...] stavano sospese in strati immobili sopra questa verdura ancora primaverile. (A. Moravia [1960] 2002: 298) (16c) Tutti in fila contro la stessa parete, stavano allineati la vasca da bagno, il bidé, il lavandino e la tazza. (A. Moravia [1960], 2002: 185) Aquí, la semántica del adjetivo participial sigue declarando la postura sin explicitar, no nos dice nada más que en los ejemplos con essere. Pero la diferencia reside en las informaciones suplementarias que acompañan al constructo encabezado por stare y que no intervenían en los constructos con essere: la posición precisa y localizada de una parte del cuerpo («con la testa appoggiata al sedile») para los objetos animados, y la posición en relación a los otros para los objetos inanimados, seguida o precedida de un marcador espacial («in strati immobili sopra questa verdura», «Tutti in fila contro la stessa parete»). En este caso, el marcador espacial explicita si esta postura es vertical u horizontal. 3. Hipótesis 3.1. Posición corporal y actitud del sujeto A raíz de lo que hemos constatado poco antes, la locución essere/stare in piedi plantea justamente el problema de la posición corporal del sujeto y lo cuestiona. El grupo preposicional ya significa en sí una posición corporal muy precisa y hay que estar particularmente atento a no confundir el aporte semántico de stare con el del grupo in piedi cuando los dos aparecen en concomitancia, y habría que intentar encontrar qué es lo que significa el uno que no significa el otro: de hecho, esta combinación parece por lo menos superflua, pero es ésta la que parece más a menudo respecto a la combinación con essere. El ejemplo siguiente nos permite proceder a un análisis contrastivo de los dos verbos a poca distancia en dos frases consecutivas: (18a) È in piedi, rigida come il Destino, circondata da tre sbirri [...]. Intorno, la Polizia Giudiziaria dà prova di un attivismo da formicaio [...].Insomma, se ne sta in piedi nel misero ufficio, la mia Thérèse, tutta gomiti e ginocchia, troppo alta per la sua età, e nel vederla lì [...], mi piglia una botta d’amore. (D. Pennac [1991] 2004: 162) Constatamos que en la primera frase Thérèse «è in piedi», está de pie, con la precisión de que está rígida, pero esa actitud nos es desvelada en comparación con el destino (además, el sujeto es rodeado por tres policías). En la última frase, la hermana del narrador «se ne sta in piedi» –para reforzar la actitud rígida–, está de nuevo de pie, pero en el despacho y «tutta gomiti e ginocchia». Es interesante comparar esta traducción al italiano con el texto original en francés: (18b) Elle est debout, rigide comme le Destin, entourée de trois flics [...]. Tout autour, la P.J. déploie une activité de ruche [...]. Bref, elle se tient debout dans ce bureau miteux, ma Thérèse, 7 toute en coudes et genoux, trop grande pour son âge, et de la voir là [...], ça me fout un choc d’amour. (D. Pennac 1985: 230). Aparentemente la lengua francesa decide acudir al verbo être para traducir essere, mientras que prefiere traducir starsene –con el pronombre adverbial ne y el pronombre refelexivo se– por se tenir que también indica claramente una posición corporal. Mediante este ejemplo de la concomitancia de essere in piedi y star(sene) in piedi llegamos a la conclusión de que los dos grupos remiten a la misma posición y actitud del sujeto pero de manera diferente: essere in piedi refiere a un sujeto de pie sin otra precisión; stare in piedi refiere a un sujeto de pie en el momento concluido de la acción misma de estar de pie, y entonces permite que precisiones ulteriores, como marcadores corporales o de actitud, refuercen la fijación física del sujeto. Esta división en dos épocas, materializada por los dos verbos, nos parece jugar un papel relevante en el proceso de la voz pasiva en castellano y en italiano. 3.1. Desde el principio hasta el final El pasivo resultativo encabezado por stare a menudo es reforzado por los detalles acerca de la posición corporal o de la actitud física del sujeto, detalles que parecen confirmar el aspecto acabado de la acción contenida en la combinación stare + adj. participial. Por lo contrario, el pasivo resultativo con essere, mediante los adverbios de tiempo, señala que la acción es considerada desde el ángulo del momento efectivo de su transcurrir, y aunque puede haber una precisión espacial en el contexto donde surge, ésta nunca parece ser tan precisa como en los contextos que incluyen stare. La identificación de una mira operativa o resultativa dentro de una oración resulta imposible al fijar su atención en el significante del participio: completa el auxiliar ser/essere o estar/stare y varía morfológicamente conforme el número y el género del paciente, al contrario de lo que pasa en castellano con los giros en que entra en contacto con haber o tener («estos poemas, los he escrito» / «estos poemas, los tengo escritos»). Entonces, toca a essere o a stare materializar una u otra mira. Ser tenía en la edad media todas las posibilidades que tienen essere y être hoy en día, por lo cual deducimos que ha ido restringiendo su extensión semántica a favor de estar que ha ido imponiéndose para la mira resultativa y que stare posee posibilidades semánticas menos extensas que la del estar contemporáneo, ya que debe compartir la mira resultativa con essere. Para resumir, podríamos tener una gradación del evento considerando la escala desde su punto de comienzo, punto menos concluido y morfológicamente más verbal, hasta su punto final, más cumplido y morfológicamente más nominal, ilustrado en la tabla siguiente: - ENN + OPERACIÓN PASIVO OPERATIVO ITALIANO Essere + part. pret. CASTELLANO FRANCÉS Ser + part. pret. Être + part. pret. PASIVO RESULTATIVO Essere + adj. Stare + adj. participial participial Estar + adj. participial Être + adj. participial De este modo, la división entre los dos tipos de pasiva ilustra claramente el nexo entre el tiempo y el espacio. Además, los ejemplos analizados aquí nos hacen notar que todo cuanto remite al tiempo no puede ser estudiado sin acudir al espacio: cuando essere o stare localizan a 8 un sujeto en el espacio, la elección de un verbo u otro parece efectuarse según lo que declaran los marcadores temporales. 3.2. El momento de la elección A pesar de la regularidad que hemos constatado en los empleos con locución preposicional, essere y stare a veces entran en concurrencia y el papel que de costumbre desempeña essere en estos tipos de frases puede desempeñarlo a su vez stare y viceversa. Así, en el ejemplo siguiente: (19) Quando riuscivamo a scambiarci le nostre confidenze senza che Quinzione ci ascoltasse, o quando lui, per castigo, ci costringeva a stare un’intera giornata dentro agli stanzini dei maiali, bassi e sudici, la fantasia ci portava lontano da quel luogo e dalla nostra condizione di schiavi […]. (S. Vassalli 1999: 14) nos damos cuenta de que, dentro del grupo stare + loc. prep., se inserta una precisión temporal, a semejanza de los marcadores temporales de los tres ejemplos con essere. Entonces, nos encontramos ante un caso de concurrencia en el que la conmutación de essere por stare sería posible a simple vista, pero únicamente a simple vista. Si nos aproximamos lo más posible a la observación de la endocronía contenida en el marcador «un’intera giornata», nos enteramos de que esta unidad temporal no se puede dividir en dos periodos distintos, como sucede con el grupo essere + loc. prep. precedido de un marcador temporal distintivo; contrariamente mantiene intacto el hilo del periodo, el cual conserva su unidad. Quizás hubiera otra vía que seguir para acercarnos más precisamente a una descripción unívoca de la discriminación entre los dos verbos estudiados, pero, en el estado actual de nuestras investigaciones, lo único de que podemos estar seguros es que el uso de essere o de stare con estas combinaciones con locución preposicional depende del efecto de sentido que el locutor, conciente o inconcientemente, quiera producir en el momento del habla: en este caso, la lengua sigue conteniendo essere y stare indiscriminados y disponibles, así que aún toca al locutor efectuar una elección, a pesar de cierta fijación en italiano contemporáneo, identificada, como acabamos de hacer en el análisis del corpus. Eso nos lleva a suponer que, dentro de algún tiempo, esta elección ya no será posible y el locutor estará obligado a usar essere o stare en conformidad con los requisitos temporal o corporal, es decir que la lengua ya habrá efectuado la elección por él. Conclusión: ¿qué nos dice el significante? La conclusión que proponemos aquí sería más bien una pregunta sobre un punto de vista desde el cual sería interesante proseguir nuestras investigaciones. En su gramática del italiano, Lorenzo Renzi afirma a propósito de las perífrasis progresivas: Una caratteristica della perifrasi progressiva è la sua natura instrinsecamente "locativa". Ciò è ben visibile nella morfologia, in cui una forma verbale indefinita si combina con un modificatore indicante "esistenza (in un luogo o in una condizione)" come stare o, in altre formulazioni […], essere4. (L. Renzi, G. Salvi y A. Cardinaletti [1991] 2001: 131) Por consiguiente, según el mismo autor, previamente a la materialización de la perífrasis stare + gerundio, sería necesaria una desemantización del verbo stare, para que su semántica «locativa» no entrara en contradicción con el movimiento temporal generado por el constructo 9 (i. e., stare andando). Al contrario, nosotros creemos que stare no tiene por qué adaptarse a la situación sintáctica modificando su semántica sino que ésta ya declara algo que, combinado con otros signos que aportan su propia piedra en la construcción, fomenta el surgir del aspecto progresivo: un «algo» que el significado de essere parece incapaz de declarar en este caso. Cuál es este «algo más», esta diferencia entre essere y stare, todavía no lo sabemos, pero seguimos buscándolo con la convicción de que esos dos verbos no son sinónimos y con la intuición de que dicen mucho menos de lo que de costumbre creemos o queremos que digan, pero que cada uno de los dos dice siempre y en todas partes la misma cosa, sin ninguna alteración de su significado. Bibliografía D’ACHILLE, P. 2003. L’italiano contemporaneo. Bolonia: Il Mulino. DELPORT, M. F. 2009 (inédito) «Ce dont on parle et ce qu’on en dit. De la distinction opératif / résultatif et de sa pertinence dans l’expression de la voix en espagnol». 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Milán: RCS Quotidiano S.p.A. 1 Traducción del francés: «El ser se inserta entre el devenir antecedente que lo ha creado, que se ha concluido en él, y el devenir sucesivo y no concluido que le asigna el porvenir.» 10 2 Traducción del francés: «Venire sustituye essere frecuentemente y pone de realce la acción sufrida: Venne condotto in carcere». 3 Traducción del italiano: «Venire […] posee un leve valor aspectual de progesividad: La guerra venne vinta dai romani». 4 Traducción del italiano: «Una de las características de la perífrasis progresiva es su naturaleza intrínsecamente “locativa”. Eso se ve en la morfología, en la que una forma verbal indeterminada se combina con un modificador que declara la “existencia” (en un lugar o en una condición) como stare o, en otras formulaciones […], essere.». 11