Escuela Libre de Derecho From the SelectedWorks of Fernando Villaseñor Rodríguez 2009 La administración de justicia en el Periodo Kamakura Fernando Villaseñor Rodríguez, Escuela Libre de Derecho Available at: http://works.bepress.com/fernando_villasenor_rodriguez/20/ Fernando Villaseñor Rodríguez La administración de justicia en el periodo Kamakura En el año de 1192 el samurai Yoritomo Minamoto recibió formalmente el cargo de shogun, al someter a las provincias que, lideradas por las familias guerreras de Fujiwara y Taira, amenazaban con independizarse del poder Imperial. El año de 1192 también significa el inicio de un gobierno paralelo al imperial, donde el shogun, “pronto se convirtió en el centro más eficaz de poder y gobierno (aunque siempre obrando formalmente a nombre del Emperador, que ahora reinaba sin gobernar)” 1 . Así, “Con el establecimiento del shogunato, la Corte había sido despojada del control directo de Japón por una mayoría militar...una buena parte de la más esencial autoridad administrativa, judicial y legislativa había sido transferida o delegada al shogunato” 2 . Mientras que la sede del gobierno Imperial permanecía en el palacio de Kioto, Yoritomo Minamoto decidió establecer en Kamakura su gobierno militar. Esta sede en un principio no contó con una base estable, sino que la residencia del shogun consistía en tiendas de campaña, de ahí el término de bakufu o “gobierno desde las tiendas”. Fue precisamente por medio de este “gobierno desde las tiendas” que se resolvieron disputas y se administró justicia en uno de los periodos más importantes para el derecho japonés; el periodo Kamakura. En mi opinión, junto con la Era Tokugawa, este periodo es el más destacado en producción jurídica endógena, razón por la cual lo considero fundamental para cualquier estudio histórico del derecho japonés. Con el fin de sustentar la anterior opinión, analizaré al sistema de justicia Kamakura desde tres coordenadas generales: el derecho, la administración de justicia y la jurisdicción dual. 1 2 Margadant, Guillermo F., Evolución del Derecho Japonés, Miguel Ángel Porrúa, México, 1984. p. 62 Murdoch, James, A history of Japan, Routledge & Kegan Paul LTD, London. 1949. Vol. I, p. 414. El Derecho Tanto en Oriente como en Occidente, existió en esta etapa una pluralidad de fuentes de derecho debido a la pulverización del poder político. Conforme con lo anterior, podemos clasificar estas fuentes de acuerdo al estamento al que se dirigieron. Existía el kuge-hô, que era el derecho de la minoría aristócrata, quien en los últimos años había perdido tierras y poder en manos de la clase guerrera o, bushi. Estos últimos también contaban con un derecho propio, el buke-hô. El kuge-hô puede describirse como “un sistema de costumbres circunscritas en el marco del Ritsu-Ryô, y aplicables en las provincias que no eran controladas por los samurai” 3 . Al final de la llamada Era ritsu-ryo, las antiguas costumbres se habían adaptado a este sistema jurídico de influencia china. Fue por ello, que aún en el periodo Kamakura, el sistema incorporado un Siglo antes todavía era usado por la Corte de Kioto. Es importante recordar que el estamento con mayor importancia en este periodo fue el bushi, por lo que “La Corte Imperial promulgaba leyes con frecuencia, pero éstas mas bien tenían un carácter moral. Buscaban promover un estilo de vida moderado y exhortaban al pueblo a mejorar sus costumbres” 4 . No obstante, como señala el profesor Yoshiyuki Noda: “debemos destacar que las opiniones de juristas que ofrecieron soluciones a problemas presentados por la Corte, fueron una relevante fuente de derecho consuetudinario” 5 . El buke-hô en cambio, no incluía normas promulgadas por autoridad alguna, sino que implicaba un conjunto de costumbres marciales. Sin embargo, aunque en un principio estas costumbres no eran normas positivas, llegaron a cobrar tal fuerza que fue necesario recopilarlas en un Código y promulgarlas; de esta forma surgió el Goseibai-Shikimoku (Código de los 51 artículos). Este Código 3 Ronald, Frank, Traditional Legal Thought and Present-Day Law en Kreiner Josef (ed.), The Impact of Traditional Thought on Present-Day Japan, Editorial Iudicium, Munich, 1996. p. 216. 4 Noda Yoshiyuki, Introduction to Japanese Law, University of Tokyo Press, Tokyo, 1976. p. 28. 5 Ídem de 51 artículos reconocía jurídicamente una situación que de facto se había dado desde hacía varias décadas: el gobierno samurai. El Código se promulgó en el año 1232 por el Shogun Minamoto y es fundamental para la historia del Derecho Japonés ya que, a diferencia de sus antecesores, regula situaciones concretas en vez de establecer normas confucianas o principios morales. Dicho en otras palabras, es hasta este código que podemos hacer una clara distinción entre normas morales y normas jurídicas. Al mismo tiempo, en el contexto de su época implicó la materialización legal de la diarquía política. En cuanto a la innovación, también es notable el hecho de que el Goseibai Shikimoku estableció el dori, un principio según el cual se debe privilegiar la equidad y razonabilidad antes que la literalidad del derecho. Asimismo, es destacable el hecho de que inmediatamente después de promulgado comenzaron a surgir reformas que actualizaron este Código, signo éste de un derecho flexible, cambiante y adaptable. El principal objetivo de la administración de justicia conforme al GoseibaiShikimoku fue prevenir los conflictos sociales y consecuentemente fortalecer, tanto política como económicamente, la posición del bakufu. Esto, ya que el espíritu que determinó este Código fue la solución de controversias como una continuación al proceso de pacificación. Esto se vincula fuertemente con una idea común dentro del Bakufu Kamakura: controlar a Japón a través de la administración de justicia. La administración de justicia A diferencia de lo que sucedería en el resto de la historia de Japón, este periodo es sumamente particular en cuanto a la importancia que se le dio al Derecho y, sobre todo, a la administración de justicia. Quizás solamente después de la ocupación norteamericana, la Corte de Justicia podría alcanzar el esplendor, la influencia y el poder que tuvo en estos años. Y esta fama no es inmerecida, ya que el órgano judicial del Bakufu Kamakura pudo mantener el orden dentro del este del archipiélago de manera más eficiente que los demás gobiernos militares que le sucedieron. Dentro del éxito de este sistema judicial, debemos reconocer la importancia que tuvo el shogun, Yoritomo Minamoto. Como nos indica James Murdoch: “Algo que distinguió honorablemente al gobierno de Yoritomo desde el principio y hasta su final fue la extrema y constante atención que prestó para que la administración de justicia fuera a la vez pura, pronta y eficiente. Una y otra vez leemos que asistía para escuchar pruebas y alegatos de modo que pudiera resolver, él mismo, demandas y disputas.” 6 Más allá del ideal de justicia, la razón evidente que motivaba al jefe del gobierno militar era el sinfín de disputas que se originarían por el reparto de propiedades cultivables. Si bien se había ganado una batalla con la derrota de los Taira, la única manera de vencer en la guerra era contar con un sistema que diera estabilidad a lo que parecía ser un polvorín a punto de explotar. Precisamente con esta noción en mente, Minamoto Yoritomo se encargó de crear una corte de justicia para el territorio gobernado por el Bakufu, y fue así como surgió el Monchujo. Existen por lo menos dos tendencias de opinión sobre la causa que originó el Monchujo: Por un lado, quienes apoyan el gobierno de Yoritomo sostienen que “Viendo que la política Heian había fallado, inter alia, por su incapacidad de implantar un sistema justiciero satisfactorio, bajo control, sistema que fuera eficaz... Yoritomo organizó en las vastas tierras que dependían del shogun una especie de Suprema Corte, el Monchujo” 7 . Por otro lado, aquellos estudiosos de la historia del derecho japonés, quienes no ven con tan buenos ojos las acciones del shogun, consideran que la naturaleza usurpadora del gobierno guerrero, el cual hizo uso de métodos extremadamente duros, como el asesinato y encarcelamiento de sus rivales, presentaba un serio problema de legitimación: “El Bakufu, trato de corregir su 6 7 Murdoch, Op. Cit. pp. 405-406. Margadant, Op. Cit. p. 73. carencia de legitimación posando como garantes de la ley y el orden y como árbitros entre clases y estamentos. De esta manera, rompió con la tradición japonesa de suprimir el litigio y, con grandes esfuerzos creó una corte de justicia...Era interés del Bakufu que la gente poderosa litigara en su contra de modo que el juego de poder se jugara conforme sus reglas en vez de aquellas locales” 8 . Ya fuese por una cuestión de justicia o legitimación, lo que nos queda verdaderamente claro es que este aparato judicial fue verdaderamente revolucionario no sólo en cuanto a la materia en la que se especializaba sino, sobre todo, por el gran número de litigantes que acudieron ante éste 9 . Y es que inmediatamente después de su creación el Monchujo se inundó con demandas sobre derechos de propiedad, no sólo de parte de los guerreros, sino también de la antigua clase terrateniente. Fue así como las disputas que años antes se resolvían a través de las armas lo hacían ahora por medio de los tribunales de derecho. Puedo imaginar el motivo de este cambio dentro de la idiosincrasia nipona la cual, según indica el mito, “es siempre reacia al litigio el cual considera denigrante”. Cuando Yoritomo, la cabeza política del Japón, se volvió también el líder de facto del Monchujo, el resolver una disputa ante él garantizaba a las partes que la decisión se cumpliría inexorablemente, al estar investida con la protección y vigilancia del shogun. Ganar un caso en el Monchujo regresaba la igualdad, al menos dentro del ámbito de las oportunidades, entre los antiguos terratenientes y los nuevos gobernantes; aún quien no tenía las armas podía resultar vencedor. Todas estas condiciones generaron que cada clase, estamento y oficio tomara conciencia de la posibilidad de defender sus derechos frente a una corte y lo hicieron, muchas veces incluso, con un dejo de venganza. No existían propiamente abogados, sin embargo, incluso el día de hoy se conservan 8 Steenstrup, Carl, A History of Law in Japan until 1868, E.J. Brill, Leiden, 1996. p. 93 Esta gran cantidad de disputas judiciales, y su eficiente tramitación, pueden ser constatadas en compilaciones de archivos de la época, tal como aquella del francés Joûon des Longrais. Véase: Joùon des Longrais, F. Âge de Kamakura: Sources (1150-1333), Maison Franco-Japonaise, Tokio, 1950. 9 algunos manuales de procedimiento judicial que muestran una sofisticada y altamente litigiosa clase alta. Los grupos campesinos también litigaban y algunas veces ganaban casos contra los daimyo, tanto bajo la justicia del Kuge-Ho como en la jurisdicción del Buke-Ho. Esto me lleva a otro aspecto muy destacado dentro de la administración de justicia Kamakura; su eficiencia. Quizás una de las causas de esta peculiaridad radique precisamente en el hecho de que los funcionarios del gobierno militar también desempeñaron, muchas veces, funciones de asistencia judicial. En este sentido, fue fundamental para este aparato judicial contar con el apoyo de funcionarios especializados en las provincias. Este papel lo desempeñarían los oficiales shugo y jito respectivamente. Los shugo, además de coordinar la producción de la tierra por medio de los gokenin y reprimir las rebeliones, fueron los agentes investigadores del gobierno Kamakura y respondían al Monchujo. Sus funciones incluían los apercibimientos (llamamiento a juicio), interrogatorios (con la consigna de llegar siempre a la verdad, otorgándoles discrecionalidad en los métodos) y ejecución de sentencias (verificaban que la redistribución de tierras o de administradores de la misma se llevaran a cabo efectivamente). Los jito tuvieron funciones y facultades bastante diversas, sin embargo, se caracterizaron especialmente por administrar o adquirir las tierras que habían pertenecido a guerreros rebeldes previamente sometidos por Yoritomo (esto como un premio a su servicio en la guerra). Los jito debían obedecer la costumbre de la región por lo que hace a su desempeño y debido a ello, algunas veces auxiliaban a la administración de justicia Kamakura al fungir como representantes de los terratenientes, denunciantes de delitos cometidos dentro de su territorio, y delimitadores o reacomodadotes de los límites territoriales. Otro aspecto fundamental para explicar el éxito en la administración de justicia radica en el uso de pruebas escritas (con documentos oficiales como prueba), la investigación judicial, los careos entre las partes (taiketsu), el sistema de precedentes y tesis jurisprudenciales, pero, sobre todo, la forma de litigio acusatorio iniciado por el actor y en la cual había también un demandado y un juez nombrado por el bakufu. En fin, existió un gran número de factores por los cuales el periodo Kamakura ha sido muchas veces históricamente reconocido. Empero, todos estos elementos que propiciaron el desarrollo y éxito del Monchujo pusieron en peligro otro de los elementos esenciales de la justicia en Kamakura: la jurisdicción dual. La jurisdicción dual Tomando cualquier diccionario de derecho encontramos que jurisdicción es: “la potestad, derivada de la soberanía del Estado, de aplicar el Derecho en el caso concreto, resolviendo de modo definitivo e irrevocable una controversia, que es ejercida en forma exclusiva por los tribunales de justicia integrados por jueces autónomos e independientes” 10 . Como ya establecí en párrafos anteriores, el periodo Kamakura se caracteriza por un gobierno doble. Por un lado estaba la Corte, cuya legitimación era bastante antigua y se basaba en nociones de origen divino, así como de una tradición y herencia ininterrumpida que le daba al Emperador, el mandato divino de gobierno. Por otro, estaba el Bakufu, liderado por Yoritomo Minamoto, de nueva aparición y con una legitimación endeble que se buscaba fortalecer, entre otros medios, a través de la administración de justicia. Conforme con los conceptos de John Owen Haley 11 , tenemos entonces que autoridad y poder estaban disociados. Pero lo interesante es que, a pesar de tener la ventaja para poder acabar por completo con la Corte, Yoritomo repetidamente respetó esta diarquía que continuaría en la historia de Japón durante casi seis siglos. Esto resultaba especialmente sorprendente si tenemos en cuenta que en el plano judicial también el lado del Bakufu llevaba la ventaja. 10 11 Diccionario Jurídico Mexicano, Tomo V, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 1997. Haley, John, Authority without Power, Oxford University Press, New York, 1991 En efecto, “La justicia en cuestión fue tan alabada por su imparcialidad y objetividad, que pronto inclusive sus antiguos adversarios le sometieron sus pleitos, aun en los casos en los que hubieran podido dirigirse a jueces de origen más bien imperial-palaciego. Además, los representantes del shogun, desde Kamakura, controlaban severamente la calidad de la administración y labor judicial de los vasallos shogunales directos, radicados en la provincia.” 12 Recordemos que no sólo el gobierno estaba dividido sino también, por consecuencia, el derecho y la jurisdicción. Desde la creación del Monchujo por Yoritomo y aún con más fuerza, tras la reforma que le permitió a éste participar directamente, la administración de justicia en Kamakura fue tan eficiente que incluso habitantes del oeste de Japón (formalmente sometidos a la jurisdicción de la Corte) buscaron resolver sus controversias ante el shogun. No obstante ello, Yoritomo y sus sucesores respetaron siempre la jurisdicción que le correspondía a la Corte de Kioto y únicamente atendieron asuntos relacionados con su territorio (centro y este de Japón) o su estamento (el militar). Pero, ¿Por qué este respeto tratándose de un hombre de ambiciones desmedidas? ¿Por qué no aprovechar su situación ventajosa para hacerse del control de todo Japón? Yoritomo era un hombre ambicioso pero también estaba consciente de que el pueblo de Japón no estaba listo en ese entonces (y probablemente no lo está ni siquiera ahora), para acabar por completo con el culto hacia el tenno. En mi opinión, esta es la razón de que el gobierno shogunal no intentara acabar con la Corte en Kioto. Lo cierto es que a partir de este momento y hasta el shogunato Tokugawa, el archipiélago japonés estuvo sometido a una jurisdicción dual; elemento esencial y definitorio de la administración de justicia en el periodo Kamakura. Si, en marcado contraste con el caso europeo, la jurisdicción no se peleó y defendió con tanto fervor fue porque, en suma, era sólo un elemento que le permitía al grupo en el poder legitimar sus acciones, controlar a la población y 12 Margadant, Op. Cit. p. 73. sobrellevar de mejor manera un cambio interno en los actores políticos. Dicho en otras palabras, la administración de justicia en el periodo Kamakura es tan sólo un ejemplo más de una actitud que podemos ver repetida a lo largo de la historia japonesa: el eclecticismo pragmático. Conclusiones • El derecho fue un elemento que potenció la dualidad de autoridades en la época Kamakura y legitimó al poder del Bakufu. El juris dicere (decir el derecho) implicaba una forma de detentar y ejercer activamente el poder shogunal. • La administración de justicia implicó crear los aparatos, instancias, documentos, procedimientos, funcionarios y normas judiciales correspondientes. • Una característica que se perpetuaría en la historia del derecho japonés fue la preferencia por parte de los jueces, de solucionar amigablemente las controversias en vez de la litigiosidad, es decir, se prefería la equidad a la aplicación mecánica (positiva) de los precedentes. • La Justicia Kamakura tuvo una filosofía conciliadora por lo que sus sentencias eran admonitorias más que punitivas. Esta tendencia se conservará, en buena medida, en la filosofía jurídica japonesa hasta la actualidad. • El permitir una jurisdicción dual, el preferir la conciliación en vez de la aplicación inexorable de la ley, el buscar el convencimiento a los castigos atroces, son todas características propias de la idiosincrasia nipona, la cual, en el derecho, se traduce en un eclecticismo pragmático. Bibliografía consultada • Chitoshi, Yanaga, Source Materials in Japanese History: The Kamakura Period, 1192-1333, Journal of the American Oriental Society, Vol. 59, No. 1, (Mar., 1939), pp. 38-55 • Haley, John, Authority without Power, Oxford University Press, New York, 1991. • Joùon des Longrais, F. Âge de Kamakura: Sources (1150-1333), Maison Franco-Japonaise, Tokio, 1950. • Kidder, J. Edward en: “The Cambridge History of Japan”, Cambridge University Press, USA, 1993. • Margadant, Guillermo F., Evolución del Derecho Japonés, Miguel Ángel Porrúa, México, 1984. • Mass, Jeffrey, The Origins of Kamakura Justice, Journal of Japanese Studies, Vol. 3, No. 2, (Summer, 1977), pp. 299-322 • Murdoch, James, A history of Japan, Routledge & Kegan Paul LTD, London. 1949. Vol. I. • Noda Yoshiyuki, Introduction to Japanese Law, University of Tokyo Press, Tokyo, 1976. • Ronald, Frank: Traditional Legal Thought and Present-Day Law en Kreiner Josef (ed.), The Impact of Traditional Thought on Present-Day Japan, Editorial Iudicium, Munich, 1996. • Steenstrup, Carl, A History of Law in Japan until 1868, E.J. Brill, Leiden, 1996.