Capítulo 1: Introducción y Planteamiento del Tema. Se ha convertido desde hace mucho tiempo en un lugar común enumerar las ventajas que posee la máquina de inducción cuando se compara con otros convertidores electromecánicos de energía; mínimo costo de inversión y mantenimiento, así como la gran robustez mecánica, son las principales consideraciones en tal sentido. La primera gran batalla librada y ganada por la máquina de inducción ocurre poco tiempo después de su invención por Tesla a finales del siglo XIX [24,50]. El enfrentamiento se lleva a cabo, nada más ni nada menos que contra el gran convertidor electromecánico de la época; la máquina de corriente continua. Las importantísimas consecuencias de estos escarceos iniciales han perdurado durante todo el siglo XX, y han definido en buena parte el desarrollo de los sistemas modernos de generación, transmisión y consumo de energía eléctrica. En sus inicios la electricidad se estudia como un fenómeno interesante, con una curiosidad que se podría considerar prácticamente infantil. Son los antiguos griegos quienes en primer lugar investigan la propiedad que posee cierta sustancia resinosa denominada ámbar, del griego electron. Cuando se somete el ámbar a un proceso de frotación con un paño o un trozo de cuero, el material es capaz de atraer pequeñas partículas [38]. En épocas mucho más recientes se descubre una propiedad atractiva similar en una piedra denominada magnetita. Este material atrae solamente algunos metales, no requiere del proceso de frotación para desarrollar el fenómeno de atracción, y esta propiedad se mantiene prácticamente inalterada. Otto von Gueriche inventa en 1670 la primera máquina productora de electricidad por fricción, este desarrollo culmina alrededor de 1931 con el famoso generador de Van der Graff [34]. Los investigadores cuentan con la primera forma artificial de obtener electricidad en magnitudes apreciables para sus experimentos. Las experiencias del profesor Mushenbroeck de la universidad de Leiden en 1746, permitieron que algunos años después se fabricara la famosa botella de Leiden, primer condensador capaz de almacenar electricidad por periodos largos de tiempo. Este invento permitió la realización de experimentos tan audaces y peligrosos como los realizados por Benjamín Franklin con su famosa cometa [3,21]. -1- Con estos inventos se podía generar y almacenar electricidad en grandes cantidades, pero el flujo eléctrico que se obtenía era de muy corta duración, aun cuando podía ser de gran intensidad. De cualquier forma, hasta que Volta descubre la generación de electricidad al sumergir dos metales diferentes en un medio electrolítico, no se dispone de un generador práctico [31,55]. Estas pilas primitivas producen electricidad sin recurrir a medios mecánicos, puede obtenerse un flujo eléctrico por muchísimo más tiempo, se fabrican muy fácilmente, y son infinitamente menos peligrosas que la electricidad estática obtenida por fricción. Este desarrollo le permite a Oersted en 1819 descubrir que el flujo de la electricidad - corriente eléctrica - produce efectos atractivos y repulsivos similares a los de la magnetita. Pero es Ampère quien formula y explica teóricamente el principio de generación de los campos magnéticos a partir de la corriente eléctrica [56]. Faraday por su parte, investiga en sentido contrario y establece los principios de generación de electricidad a partir del campo magnético [55,56]. Están sentadas a partir de este momento las bases fundamentales de la conversión electromecánica de energía. En una secuencia vertiginosa, centrada en la mitad del siglo XIX, se suceden las invenciones de máquinas eléctricas que utilizan los principios electromagnéticos, primero para general y luego para utilizar la electricidad. En menos de un siglo la electricidad pasa de ser una curiosidad científica a tener enormes aplicaciones prácticas. Las primeras máquinas intentan reproducir por medios mecánicos la electricidad de las pilas de Volta, esto conduce al empleo de rectificación mecánica. Nace así el generador de corriente continua. Las primeras aplicaciones prácticas de estos dinamos son la iluminación, inicialmente con lamparas de arco eléctrico y posteriormente con los bulbos incandescentes. Se descubren los principios básicos de la reversibilidad de los fenómenos electromecánicos, y aparecen entonces las primeras máquinas motrices. En la última década del siglo XIX, la máquina de corriente continua se ha consolidado completamente, y presenta prácticamente todas sus características modernas. Son utilizadas para generar la corriente que ilumina las principales capitales del mundo y para accionar los primeros tranvías eléctricos [24,50]. Pronto se descubren algunas limitaciones del nuevo sistema, aumentar el tamaño y potencia de los generadores, necesario para poder suplir la demanda creciente de electricidad se complica. Esto es debido a la disminución en el -2- rendimiento de la máquina cuando se aumenta la cantidad de corriente transmitida. Aparecen las primeras ideas sobre la necesidad de incrementar los niveles de tensión para mejorar estos rendimientos. Una solución interesante de este problema consiste en conectar varios generadores en serie y alimentar las cargas de iluminación de la misma forma. Sin embargo, esto limita notablemente el rango de aplicaciones. La aparición y desarrollo del transformador resuelve el problema de mejorar el rendimiento del sistema de transmisión, pero su principio de funcionamiento requiere el uso corriente alterna. La posibilidad de utilizar la corriente alterna en la iluminación es bien conocida, pero las aplicaciones tracción limitan la expansión de este sistema. Parece un callejón sin salida, pero la concepción teórica del campo magnético rotatorio producido con corrientes alternas en devanados fijos, desemboca rápidamente en el desarrollo de la máquina de inducción. El camino a la utilización industrial de la corriente alterna queda completamente despejado. Comienza el lento pero sistemático decaimiento de las aplicaciones de la corriente continua. El transformador y la máquina de inducción son una combinación de tal importancia práctica, que determinan la selección técnica de la corriente alterna en una de las primeras centrales hidroeléctrica de potencia importante, construida por Whestinhouse en los Estados Unidos de Norte América [24]. A partir de este momento los esfuerzos se dirigen a mejorar las características técnicas de estos equipos. El transformador se utiliza tanto para elevar los niveles de tensión y rendimiento del sistema de transmisión, como para reducir la tensión en los puntos de consumo. El motor de inducción se industrializa, se estudian en profundidad sus características, se mejoran hasta alcanzar durante los primeros treinta años del siglo XX, prácticamente los diseños actuales. Durante todo este proceso la máquina de corriente continua se utiliza solamente en aquellas aplicaciones puntuales que requieren control de velocidad o generación de corriente continua. La máquina de corriente continua es todavía prácticamente imprescindible, hoy por hoy, para la tracción de trenes eléctricos, tranvías, y metros urbanos. Hasta hace menos de veinte años era muy frecuente su aplicación en la tracción de ascensores y como excitatriz de las máquinas sincrónicas. Al mismo tiempo la electrónica - control de la corriente eléctrica por medios no mecánicos - comienza su desarrollo, lento al principio, pero ya en los años 30 -3- aparece la posibilidad de rectificar la corriente alterna para producir corriente continua, o incluso invertir la corriente continua para producir corriente alterna. Primero se utilizan válvulas de vapor de mercurio [28] - ignitrones y tiratrones -, y al cabo de algunos años con los dispositivos de interrupción de estado sólido [5,11,35]. Aparecen nuevas ideas para la aplicación, tanto de la corriente alterna como de la corriente continua, a gran escala. La inversión estática de la corriente permite la construcción de fuentes confiables y seguras de corriente alterna cuya frecuencia y tensión son controlables. Esto determina la incorporación de la máquina de inducción en el campo del control de velocidad; otro duro golpe a la máquina de corriente continua. Los costos de la electrónica descienden rápidamente con el desarrollo de la tecnología. La diferencia de precio entre las máquinas de inducción y de corriente continua se acentúa debido a la complejidad mecánica de las primeras y a la economía de escala de estas últimas. Parece que el camino se estrecha para las aplicaciones de la corriente continua. Sin embargo, y aun cuando pudiese parecer paradógico, la propia electrónica de potencia ofrece una alternativa importante, ya no a la máquina de corriente continua, pero si a los sistemas de transmisión en corriente continua cuando se establece la necesidad de incrementar la capacidad de transmisión de los cables aislados o de las líneas muy largas. La capacidad de transmisión está limitada por la distancia, en el caso de los cables por el incremento de la capacitancia, y en el caso de las líneas aéreas por el aumento de la reactancia. De cualquier manera la máquina de corriente continua no se aprovecha de este auge y continua en un lento, pero perceptible descenso en su ámbito de aplicación [74]. En la actualidad, el motor de corriente continua se continua utilizando en algunas aplicaciones que requieren gran velocidad de respuesta, pero la aparición y desarrollo de algunas alternativas tales como el motor de reluctancia y el motor de imán permanente parece que pueden asestar el golpe final a este convertidor. Lógicamente la inversión mecánica de la corriente en la armadura de estas máquinas es muy primitiva, y ha sido forzada hasta la actualidad tan solo por el enorme desarrollo alcanzado por la mecánica durante el siglo XIX. Se puede llegar a pensar que la máquina de inducción está repleta de virtudes. Es bien conocido el hecho de que esta máquina es, con mucho margen, la más utilizada actualmente. Sin embargo, este convertidor tiene algunos problemas -4- que restringen sus aplicaciones. Por una parte, los rendimientos máximos alcanzados por estos convertidores son inferiores al los obtenidos por otras alternativas. Esto se debe fundamentalmente a la necesidad de consumir importantes cantidades de energía en el circuito rotórico para producir el par eléctrico. Otra desventaja que presenta la máquina de inducción se centra en la necesidad utilizar gran cantidad de potencia reactiva inductiva para mantener girando el campo magnético resultante en el entrehierro. Por último, pero no menos importante, no puede desarrollar tanto par eléctrico como una máquina de corriente continua de la misma potencia, esto se debe fundamentalmente a la imposibilidad práctica de ortogonalizar espacialmente las fuerzas magnetomotrices productoras del par. Por esta razón, las alternativas modernas a la máquina de corriente continua [57], también son rivales de gran importancia de la máquina de inducción, y es muy probable que en el futuro cercano este convertidor comience a perder, lenta pero inexorablemente, popularidad en sus aplicaciones actuales. De cualquier forma, existe en la actualidad un esfuerzo muy importante a nivel internacional por obtener las mejores características posibles de la máquina de inducción. Esto ha sido impulsado, no solamente por el avance de la electrónica de potencia y de las fuentes controlables, sino que también por el desarrollo de los sistemas de adquisición y procesamiento de información en tiempo real. Se refuerza, por estas razones, la necesidad de conocer más y mejor el comportamiento dinámico de la máquina de inducción. En las últimas dos décadas se han realizado importantes contribuciones en esta dirección [7,26,75]. Recientemente, todos estos desarrollos conceptuales y teóricos han comenzado a plasmarse en técnicas novedosas de control de la máquina de inducción que se están incorporando rápidamente en diversos equipos comerciales [17,72,78]. Aun cuando los métodos de análisis de la máquina de inducción en régimen transitorio pueden parecer fuera del alcance al común de los ingenieros electricistas, se puede demostrar, y esto en si mismo constituye una de las tesis más importantes de este trabajo, que los principios de la operación dinámica de la máquina de inducción son relativamente simples y accesibles a cualquier profesional con una formación matemática elemental pero sólida. Tal vez la literatura actual en esta área no refleja esta idea, pareciera que los métodos desarrollados para el control vectorial de las máquinas eléctricas tan sólo pueden -5- ser empleados por ciertos investigadores iniciados en ciencias un tanto oscuras e impenetrables, o digeridas por algún que otro doctorando que no tienen otro escape. Nada más alejado de la realidad, los modelos dinámicos de la máquina de inducción son similares a las representaciones que determinan el comportamiento en régimen permanente mediante el circuito equivalente clásico. Para eliminar esta barrera hipotética es necesario utilizar métodos más sistemáticos para el planteamiento y desarrollo de los diferentes modelos. Para encontrar métodos más simples de modelación y análisis de la máquina de inducción es conveniente revisar en primer lugar, los conceptos básicos que conducen a la representación matemática de los sistemas físicos [67]. Sin una comprensión cabal de las técnicas generales y particulares, así como de las matemáticas indispensables para este fin, resulta prácticamente imposible el desarrollo de procedimientos sistemáticos de modelación. Por esta razón, el trabajo comienza con una breve descripción de los principales métodos utilizados en la modelación de sistemas. Las técnicas descritas son relativamente antiguas, pero no se emplean habitualmente en el área de la ingeniería eléctrica porque se ha generalizado la utilización de sus resultados finales, y en muchos casos se aplican sin reflexionar muy bien qué significan o qué representan [48,76]. Un ejemplo clásico de este fenómeno aparece frecuentemente con el concepto de energía, la mayoría cree tener más o menos claro esta idea, pero cuando se interroga sobre el tema, es muy habitual que se recite la famosa frase común “Energía es la capacidad de realizar un trabajo”. ¿Se comprende cabalmente este y otros conceptos semejante?. Probablemente no, es necesario un retrospección a los principios epistemológicos del conocimiento científico para aprehender estas ideas en profundidad. Algunos se preguntan, con cierta razón, si estas capacidades son realmente necesarias, la respuesta puede ser afirmativa o negativa dependiendo de los fines o metas propuestos. Si el objetivo se plantea hacia la búsqueda de un desarrollo sostenido de la tecnología para el beneficio de la humanidad, y como medio para alcanzar una cierta independencia tecnológica, es muy posible que la respuesta deba ser afirmativa. Una vez que se dispone de las herramientas necesarias para reproducir matemáticamente, con una determinada aproximación, el comportamiento de los sistemas físicos reales, pueden ser aplicadas a una gran variedad de diferentes problemas. Cada uno de ellos tiene requisitos de precisión muy variados. Los -6- modelos se desarrollan a partir de un conjunto propio de hipótesis, que deben ser válidas o valederas para el caso particular que se está analizando. Esto abre un abanico muy amplio de alternativas, mejores o peores, solamente cuando se refieren a la solución de un problema concreto. Por este motivo, es necesario dominar diferentes modelos y técnicas de modelación. También es importante conocer en profundidad cada una de las alternativas posibles, sus ventajas y defectos, sus alcances y limitaciones, para obtener la mejor solución posible de un determinado problema. En cualquier otro caso es imposible garantizar los mejores resultados, y esto conlleva probablemente a una operatividad restringida de las soluciones propuestas. El conocimiento del modelo apropiado, o el más apropiado, es tan sólo la primera parte del problema, el modelo por si mismo nunca es la solución del problema sino la herramienta para su solución. Los modelos están construidos en base a parámetros que deben ser determinados con cierta exactitud, para que la representación reproduzca aproximadamente la realidad. Los parámetros pueden cambiar con las condiciones de operación del sistema, y es posible que sea necesario adaptar el modelo o los propios parámetros a estos cambios. Además deben ser utilizados los resultados y las informaciones obtenidas de la representación matemática del sistema para realizar funciones concretas de diseño, control, o mantenimiento. Cuando se incorpora el modelo en la solución de un problema específico, es posible analizar y discutir, a través de los resultados obtenidos, su necesidad o utilidad. La mayoría de las ideas que se presentan en este trabajo han sido ensayadas no sólo en el laboratorio o en el computador, también han sido divulgadas entre los estudiantes de Ingeniería Eléctrica en los últimos cinco años [4,12]. Es interesante destacar que las dificultades que tienen, tanto a nivel de pregrado como en el postgrado, en el aprendizaje de estos fundamentos no exceden apreciablemente a las que demuestran cuando estudian la teoría clásica de la máquina de inducción. En todos los casos se ha observado una gran receptividad y predisposición de los estudiantes a profundizar en estos temas. Tal vez una de las luchas interiores con que se enfrenta el ingeniero electricista moderno es la existencia de un nivel muy elevado de concepciones preestablecidas que conducen a un campo de aplicaciones rutinarias; se estudian alternativas clásicas, se obtienen soluciones repetitivas. La apreciación de ciertas áreas del conocimiento abiertas a -7- la creatividad, determinan un enriquecimiento importante de las mentes que se están formando, esto tiene necesariamente que reducir la mediocrizante tendencia del “todo está hecho”, o “los demás saben mucho más de esto, nosotros no somos capaces, no podemos competir”. Probablemente en la actualidad todas estas frases son ciertas, es una responsabilidad de las universidades y de los institutos de investigación del país revertir las fuerzas que conducen a la rutina, al estancamiento y a la mediocridad. A pesar de la extensa revisión histórica, filosófica y un tanto política de esta introducción, es necesario e importante destacar que el contenido de este trabajo es fundamentalmente técnico. En él se revisan las tendencias actuales en el estado del arte del control dinámico de las máquinas de inducción, y se realizan algunas contribuciones al conocimiento del área. Por una parte, y como se mencionó anteriormente, existe un intento concreto y sistemático por formular el problema de forma comprensible, especialmente desde el punto de vista académico. La claridad de las ideas permite profundizar en algunos conceptos y obtener soluciones originales a los problemas. En este sentido se plantean algunas propuestas con respecto a la estimación de los parámetros de la máquina de inducción en tiempo real. Este es uno de los aspectos que tiene mayor impacto en las investigaciones que se realizan actualmente en el campo de las máquinas eléctricas. También es de gran importancia conocer los alcances y limitaciones de cada modelo, durante el desarrollo del trabajo se ha realizado un esfuerzo permanente en este sentido. Además de esta introducción, el trabajo se compone de cuatro capítulos. En el capítulo 2 se presentan brevemente, y se analizan tres técnicas fundamentales para la modelación de los sistemas físicos. En primer lugar se presenta un procedimiento que utiliza las leyes y principios físicos fundamentales para desarrollar modelos matemáticos de los diferentes sistemas. Posteriormente se introducen como herramientas adicionales algunos conceptos más globales tales como el de la energía, de los trabajos virtuales y los circuitos eléctricos. Finalmente se generaliza la determinación de los modelos físicos con la inclusión del cálculo variacional, técnica que es mucho más abstracta. En el capítulo 3 se utilizan las tres técnicas expuestas en el capítulo anterior para desarrollar modelos de la máquina de inducción. Se emplean diferentes hipótesis simplificativas, que conducen a modelos de la máquina de inducción en -8- régimen permanente y en régimen transitorio. Se discute con profundidad las ventajas e inconvenientes de cada uno de los modelos. El desarrollo de los modelos introduce varios conceptos interesantes que dirigen la selección analítica de los sistemas de coordenadas más apropiados para una determinada aplicación. El capítulo 4 discute dos de los problemas más relevantes de los modelos de la máquina de inducción: la estimación de los parámetros del modelo, y la estimación instantánea de las variables de estado no accesibles a la medida directa. Ambos problemas se encuentran íntimamente ligados, y es una práctica habitual que ambos coincidan en muy diversas aplicaciones. En este tema se proponen métodos novedosos de estimación paramétrica que se fundamentan en las definiciones vectoriales de las potencias activas y reactivas instantáneas. En este tema se incorporan varios ejemplos, ensayos, algoritmos y resultados de interés práctico, que demuestran la aplicabilidad práctica de los conceptos propuestos. El capítulo 5 contiene el desarrollo de la simulación de una aplicación concreta de las teorías de control vectorial y control por campo orientado. Se representa el comportamiento dinámico de un sistema de control variable de la velocidad de una máquina de inducción. Este controlador utiliza un estimador de estado y un estimador paramétrico elemental que corrige, rápidamente y en tiempo real, la constante de tiempo del rotor en el algoritmo correspondiente al estimador de estado, para reducir los tiempos de respuesta del sistema integral. En las conclusiones de este trabajo se plantean algunas reflexiones importantes sobre la necesidad de profundizar y globalizar algunas de las ideas expuestas. Además se resumen las principales diferencias, ventajas y desventajas de los diferentes modelos. También se plantean algunas recomendaciones finales para la continuación de esta investigación. En este trabajo se ha decidido incluir todos los artículos científicos publicados en congresos arbitrados después del último ascenso académico del autor. Algunos de estos trabajos pertenecen a diferentes disciplinas de la ingeniería eléctrica de potencia, pero demuestran una labor sistemática en la aplicación de metodologías generales para la modelación, diseño y construcción de sistemas eléctricos, redes de tierra, y controladores electrónicos de máquinas eléctricas. De una forma u otra, muchas de las ideas aplicadas en estos trabajos han sido incluidas en este trabajo. Es interesante observar que el mismo algoritmo -9- que estima los parámetros del modelo de una red de tierra puede ser utilizado para determinar los parámetros del modelo de una máquina de inducción. En ocasiones, problemas aparentemente muy diferentes pueden ser resueltos con las mismas técnicas, especialmente cuando estas son generales. - 10 -