Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. COMUNICACIONES BREVES El s índ ro m e d e l hu e s o e va ne s c e nte María I. Martínez-León* • Bernardo Weil-Lara** • Antonio Herrero-Hernández*** • Luisa Ceres-Ruiz * * Servicio de Radiodiagnóstico, Radiología Pediátrica. ** Servicio de Anatomía Patológica. *** Departamento de Pediatría, Oncología Pediátrica. Hospital Materno-Infantil. Complejo Hospitalario Universitario «Carlos Haya». Málaga. Vanishing bone disease El Síndrome de Gorham o hueso evanescente u osteolisis masiva es una patología rara con etiología y patogenia aún desconocidas. Acontece una reabsorción ósea progresiva y espontánea de uno o varios huesos contiguos alrededor de un foco, sin respetar los límites articulares. Puede afectar a cualquier parte del esqueleto, pero se ha descrito con mayor frecuencia en articulaciones del hombro y la pelvis. No se asocia historia familiar y la edad de presentación suele ser en adolescentes y adultos jóvenes. La regeneración del hueso no se produce aunque cese la progresión osteolítica. No se han descrito focos múltiples simultáneos no contiguos ni metástasis a distancia. La patología se considera benigna y la lisis ósea suele cesar tras unos años. El diagnóstico es de exclusión basándose en la evolución clínico-radiológica y en los hallazgos histológicos compatibles. Describimos un nuevo caso con los hallazgos clínicos, radiológicos e histopatológicos característicos del síndrome. Gorham’s disease or vanishing bone disease, also known as massive osteolysis, is a rare entity, the etiology and pathogenesis of which have yet to be identified. It involves the progressive and spontaneous resorption of one or more contiguous bones around a focal point, invading joint margins. It can affect any part of the skeleton, but has been reported most ofter in shoulder and pelbis. It is not associated with a family history of the disease, which usually presents in adolescents and young adults. There is no bone regeneration, even when the progression of the osteolysis stops. There have been no reports of simultaneous multiple noncontiguous foci or distant metastases. The disease is considered benign and the osteolysis usually halts after a few years. It is a diagnosis of exclusion based on the clinicoradiological course and on compatible histological findings. We report a new case presenting the characteristic clinical, radiological and histopathological features of the disease. Palabras clave: Síndrome de Gorham. Síndrome de Gorham-Stout. Síndrome del hueso evanescente. Osteolisis masiva de Gorham. Síndrome del hueso que desaparece. Síndrome del hueso fantasma. Osteolisis idiopática. Key words: Gorham’s disease. Gorham-Stout disease. Vanishing bone disease. Gorham’s massive osteolysis. Disappearing bone disease. Phantom bone syndrome. Idiopathic osteolysis. P aciente de sexo femenino de 14 años de edad. Es estudiada en Neurología Pediátrica desde hace un año por cefalea hemicraneal derecha de predominio nocturno, con carácter opresivo, en ocasiones pulsátil y acompañada de sensación disestésica; cede parcialmente con AINE. De la exploración clínica únicamente destaca dolor a la presión en la región frontoparietal derecha, sin evidenciarse focalidad deficitaria neurológica. Se comienza una batería de pruebas radiológicas que dan los siguientes resultados: Rx de cráneo: Imagen lítica permeativa-moteada, con márgenes irregulares mal definidos, con localización frontoparietal derecha (Fig. 1). TC de cráneo sin y con contraste: Patrón óseo similar al descrito, con afectación de tablas interna y externa, destacando áreas escleróticas escasas dentro de la insuflación de la calota con predominio del patrón lítico (Fig. 2). No existe captación de contraste en el parénquima adyacente. RM de cráneo sin y con contraste: Alteración de la señal medular de localización esfenoidal, en techo orbitario derecho y Martínez-León MI, Weil-Lara B, Herrero-Hernández A, et al. El síndrome del hueso evanescente. Radiología 2001;43(9):439-444. Correspondencia: MARÍA I. MARTÍNEZ LEÓN. Av. Pintor Sorolla 16, 1º. 29016, Málaga. Email: marcela337@hotmail.com Recibido: 7-IV-2001. Aceptado: 26-X-2001. 31 Radiología 2001;43(9):439-444 Fig. 1.—Rx lateral de cráneo al diagnóstico. Se observa importante aumento de tamaño de la lesión lítica atravesando la cisura coronal y afectando la región frontoparietal. resto del frontal, en contigüidad con los huesos temporal y parietal adyacentes, presentando una discreta insuflación de las tablas óseas. La extensión es amplia, midiendo en el momento del diagnóstico aproximadamente 10 × 8 cm. La señal es heterogénea con predominio hipointenso en secuencias T1 e hiperintenso puntiforme en las secuencias T2. La captación con gadolinio es marcada en algunas zonas, aunque de forma muy heterogénea. Existe una fina lámina extraaxial de partes blandas subyacente a 439 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. y Fig. 2.—TC de cráneo, ventana ósea. Patrón mixto lítico-blástico con discreta insuflación de la calota y afectación de las tablas interna y externa. Fig. 3.—RM de cráneo, plano axial, secuencia DP sin contraste. Alteración de la señal medular con patrón heterogéneo predominando las áreas de baja señal. Aumento de grosor de la calota fronto-parietal derecha. Gammagrafía ósea: exploración de cuerpo completo y tomografía craneal, que muestra depósito extenso del trazador frontoparietal derecho afectando al techo de la órbita y visualizándose con menor intensidad un depósito en partes blandas del lóbulo frontal. El resto del sistema óseo no muestra alteraciones. Otras pruebas realizadas como EEG, estudio oftalmológico, mapa óseo y ecografía abdominal no muestran alteraciones. Fig. 4.—RM de cráneo, plano coronal, secuencias T1 sin contraste. Masa intramedular heterogénea con predominio de alta señal, que rompe ambas corticales. Presenta una pequeña extensión lineal extraaxial intracraneal. la lesión ósea, sin evidenciar afectación intraparenquimatosa. También se observa un pequeño aumento de partes blandas externas a la zona patológica (Figs. 3, 4 y 5). Ecografía: Apertura de tablas interna y externa craneal por una masa vascularizada con signos de continuidad en tabla interna y destrucción de tabla externa. Existe abombamiento de la tabla interna hacia el interior por un comportamiento expansivo (Fig. 6). 440 Indagando en la historia de la paciente, se consiguió una TC de cráneo realizada un año antes de las pruebas descritas (Fig. 7), observando en el escanograma lateral una lesión lítica de características similares a las comentadas pero con un tamaño mucho menor, extendiéndose únicamene por el techo orbitario y parte del frontal derecho. En resumen, presentamos una lesión en la calota craneal con patrón lítico, discretamente insuflante, con afectación medular y mínimo componente de partes blandas, que ha crecido de forma muy significativa en el trascurso de un año y que se acompaña únicamente de síntomas locales, sin afectación sintomática ni analítica de tipo sistémico. Ante estos hallazgos los diagnósticos diferenciales planteados incluían el síndrome de Gorham u osteolisis primaria, granuloma eosinófilo, displasia fibrosa y tumoraciones del tipo sarcoma, hemangioma y hemangiopericitoma. Se descartan osteolisis secundarias (hiperparatiroidismo, diabetes, artritis reumatoide, mastocitosis sistémica...). Radiología 2001;43(9):439-444 32 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. y Fig. 6.—Ecografía Doppler de la calota craneal. Apertura de las tablas de la calota craneal por una masa vascularizada. Abombamiento de la tabla interna por el comportamiento expansivo de la lesión. Fig. 5.—RM de cráneo, plano axial, secuencias T1 con gadolinio. Captación irregular de contraste medular, realce meníngeo en la zona afectada. En esta imagen se aprecia mejor el componente externo de partes blandas. Fig. 8.—TC de cráneo de control a los ocho meses, ventana ósea, nivel inferior a la TC mostrada previamente. Persiste el mismo patrón óseo con estabilización del tamaño lesional. Los hallazgos fueron compatibles con enfermedad del hueso evanescente. Fig. 7.—Escanograma lateral de cráneo realizado un año antes del diagnóstico. Extensa imagen lítica frontal basal con afectación del techo orbitario. Se plantea en una sesión médico-quirúrgica y se decide biopsia ósea craneal para estudio anatomopatológico. La histopatología muestra pérdida de la tabla ósea compacta y una estructura con presencia de trabéculas óseas aisladas, rodeada de tejido fibroso y vasos de pequeño calibre. 33 Radiología 2001;43(9):439-444 El tamaño de la lesión, el crecimiento marcado en el trascurso de un año y la presencia de sintomatología que cada vez cedía menos con el tratamiento habitual, planteó tratamiento con radioterapia craneal. Sin embargo, tras la biopsia se observa estabilización clínica y radiológica (Fig. 8), por lo que se replanteó el tratamiento no llegando a realizarse la radioterapia. Actualmente sigue una pauta médica con bifosfonato (Pamidronato disódico) controlando los niveles séricos en orina de Ca, P, FA y LDH. El control realizado a los tres meses del tratamiento médico muestra estabilidad de la lesión. 441 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. y DISCUSIÓN La osteolisis idiopática fue inicialmente descrita en 1838 y posteriormente en 1872 por Jackson, que comunicó un caso de «brazo sin hueso» («A boneless arm») en el Boston Medical and Surgical Journal (1, 2); correspondía al húmero de un paciente de 18 años que fue desapareciendo completamente en el curso de 11 años, durante los cuales sufrió dos fracturas espontáneas. A pesar de la enfermedad fue capaz de realizar trabajos manuales hasta su muerte con 70 años. En 1955 Gorham y Stout definieron el síndrome específico con los hallazgos histológicos y radiológicos en 24 casos (1, 2). El síndrome de Gorham-Stout se presenta como una osteolisis idiopática progresiva de un hueso o de huesos contiguos alrededor de un foco, sin respetar los límites articulares. Puede afectar a cualquier parte del esqueleto, pero más frecuentemente se desarrolla en el hombro y la pelvis (1, 3, 4). Las fracturas espontáneas son frecuentes. La regeneración del hueso no se produce aunque cese la progresión osteolítica. En ningún caso se asocia historia familiar. El fenómeno comienza con focos de radiolucencia intramedular y subcortical que simulan una osteoporosis parcheada. Progresa lenta, irregular y localmente (1) con crecimiento concéntrico hacia los huesos de alrededor, con mala definición de los márgenes, simulando «azúcar derretida» (1-3). El hueso afectado desaparece más o menos completamente (1, 5). El proceso puede afectar a los tejidos blandos adyacentes (6). El patrón óseo es osteolítico, describiendo en contados casos aumento de tamaño o esclerosis (5, 6). Las fracturas patológicas ocurren con frecuencia y no curan, continuando el proceso osteolítico a través de los fragmentos fracturados, hallazgo muy sugestivo de esta entidad (1, 2, 10). No se acompaña de síntomas generales. Durante la fase aguda puede haber dolor localizado, edema, deformidad progresiva y contracturas. A pesar de ello la función de la zona afectada se mantiene relativamante conservada. No se ha descrito ningún caso en que una segunda lesión osteolítica se desarrolle en otro hueso después de un periodo quiescente. Las pruebas hematológicas y bioquímicas generalmente son normales y ayudan a excluir otros diagnósticos (1, 3, 5). La fosfatasa alcalina puede estar elevada en pacientes que asocian fracturas. Mientras que la afectación de huesos contiguos es habitual, los focos múltiples, las lesiones saltantes y las metástasis, no se han descrito. El cese espontáneo de la osteolisis es frecuente después de años de proceso destructivo. El resultado final es deformidad severa y disfunción de la zona. En 1999, según la publicación de Möller (1), se cuentan 175 casos descritos de este síndrome, con los sinónimos de síndrome de Gorham, síndrome de Gorham-Stout, hueso evanescente, hueso fantasma, hueso que desaparece, osteolisis masiva, osteolisis progresiva, reabsorción espontánea del hueso. cas debe diferenciarse de las llamadas osteolisis secundarias asociadas a patología subyacente. Las osteolisis secundarias que se incluirían en el diagnóstico diferencial corresponden a atrofia difusa, atrofia inflamatoria aguda asociada con trauma (atrofia de Sudeck o algodistrofia), tumores primarios y metastásicos, hiperparatiroidismo, hipotiroidismo, seudoartrosis congénita, enfermedad granulomatosa, artritis reumatoide, diabetes mellitus, artritis psoriásica, osteomielitis, mastocitosis sistémica, necrosis aséptica, artropatía neurogénica, tratamiento corticoideo prolongado, quiste óseo aneurismático y angiomatosis quística del hueso. Las osteolisis idiopáticas comprenden un grupo heterogéneo de enfermedades raras caracterizadas por osteolisis espontánea, sin razón evidente, generalmente de huesos periféricos. Hay que diferenciar entre los casos familiares y los esporádicos, y entre las osteolisis multicéntricas y unicéntricas. Hardegger y colaboradores (1, 7) propusieron en 1985 una clasificación con cinco tipos de osteolisis idiopáticas, modificando la clasificación previa de Torg y Steel: las formas multicéntricas de osteolisis se dividen en hereditaria, dominante o recesiva, y no hereditaria con nefropatía, las tres generalmente presentes en edad pediátrica. El síndrome de Gorham y el síndrome de Winchester pertenecen a la osteolisis unicéntrica, uno esporádico y otro con herencia recesiva, respectivamente. La clasificación quedaría como se expone a continuación: — Osteolisis hereditaria multicéntrica con herencia dominante: Entre los dos y siete años, se inicia con dolor espontáneo y edema en manos y pies. Se produce osteolisis carpotarsal evolucionando varios años hasta el cese normalmente en la adolescencia. — Osteolisis hereditaria multicéntrica con herencia recesiva: Similar al tipo 1 pero asociada a osteoporosis generalizada severa. — Osteolisis multicéntrica no hereditaria con nefropatía: En niños, desaparición gradual del carpo con afectación menor del tarso, asociado a proteinuria. La muerte ocurre por fallo renal e hipertensión maligna. — Osteolisis masiva de Gorham: Monocéntrica en cualquier parte del esqueleto, pudiendo ocurrir a todas las edades, aunque es más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes. En la región osteolítica se encuentra tejido similar al hemangiomatoso. No hay patrón hereditario y no se asocia a nefropatía. El proceso es benigno y la lisis generalmente cesa en unos años. — Síndrome de Winchester: Trasmisión autosómica recesiva. Osteolisis carpotarsal en la infancia asociada a contracturas, disminución de talla, lesiones cutáneas, afectación corneal y osteoporosis, sin nefropatía. La patología puede ocurrir a cualquier edad pero predomina en adolescentes y adultos jóvenes. No hay predilección racial o de sexo. No existe historia familiar de patología similar, no se ha descrito transmisión genética. La etiología y patogenia permanecen sin aclarar (1-3). A su vez, los criterios utilizados por Heffez y colaboradores (8) en el diagnóstico de este síndrome son los siguientes: El diagnóstico es de exclusión basándose en los hallazgos combinados de la clínica, radiología y anatomía patológica. El diagnóstico diferencial incluye por lo tanto el amplio grupo de lesiones osteolíticas. — Respuesta osteoblástica mínima o ausente y ausencia de calcificación distrófica La osteolisis es una reabsorción localizada del hueso. El síndrome del hueso evanescente incluido en las osteolisis idiopáti- 442 — Biopsia positiva — Ausencia de atipia celular — Evidencia de reabsorción ósea local progresiva — Lesión no expansiva, no ulcerativa — Ausencia de afectación visceral Radiología 2001;43(9):439-444 34 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. y — Patrón radiográfico osteolítico — Descartar etiología infecciosa, metabólica, neoplásica, inmunológica o hereditaria. El mecanismo patogénico aún es desconocido, barajándose varias teorías. La histopatología que describieron inicialmente Gorham y Stout de las biopsias de sus pacientes revelaron osteolisis progresiva siempre asociada con angiomatosis de vasos sanguíneos y a veces con linfáticos (9), lo que parecía ser la causa de la destrucción (1, 2). No encontraron osteoclastos en las áreas de reabsorción ósea y no existía evidencia de osteogénesis reparativa. Por el contrario, otros autores sí que encontraron osteoclastos en la zona patológica con reabsorción ósea específicamente provocada por ellos (2, 10). Dado que los osteoclastos son la única célula capaz de reabsorber hueso, determinados autores asumen que el síndrome de Gorham puede representar una alteración patológica de la actividad osteoclástica. Una teoría que podría incluir las dos tendencias (1, 2, 11) consiste en una reaborción ósea focal aumentada debido a un incremento del número de osteoclastos a su vez hiperactivos o estimulados. La reabsorción ósea es reemplazada por tejido fibroso altamente vascularizado. La aparente contradicción en relación a la presencia o ausencia de osteoclastos podría explicarse por las diferentes fases evolutivas del síndrome. Se describen dos estadios en el proceso (2, 10, 11): el primero caracterizado por proliferación vascular en el tejido conectivo con lisis ósea, fase hemangiomatosa, seguido por una segunda fase de reemplazamiento del hueso reabsorbido por tejido fibroso. El mecanismo de reabsoción ósea es lo que aún permanece sin aclarar, siendo controvertida la presencia o ausencia de osteoclastos según los distintos autores; en algunos casos descritos la presencia es escasa y en otros llamativa, estas diferencias en las biopsias podrían deberse a diferentes fases evolutivas tal como se ha comentado anteriormente (1). Para el diagnóstico radiológico se puede usar una amplia serie de pruebas, ninguna con datos específicos o patognomónicos pero que pueden sugerir todas ellas en conjunto el diagnóstico. La Rx simple evidencia una lesión lítica, con bordes imprecisos, no expansiva, que no respeta límites articulares y no presenta matriz condroide u osteoide. El TC muestra en ventana ósea la extensión de la lesión y el patrón lítico, con probables escasas áreas de esclerosis; puede existir o no insuflación ósea. En ventana de parénquima se observa la extensión a partes blandas, si existe. Se han publicado pocos casos estudiados con RM (6, 9, 12, 13), con descripciones de señal variables en secuencias T1 y T2, en relación con el diferente comportamiento histológico de la lesión y con la distinta fase evolutiva. La RM es útil para definir correctamente la extensión de la lesión, aunque la intensidad de señal en diferentes secuencias no es específica (6). La captación de contraste es variable en función del estadio, hemangiomatoso o fibrótico. Permite seguir correctamente la evolución del proceso. La gammagrafía ósea generalmente muestra disminución de la captación en las zonas afectadas (1). En última instancia, la confirmación del diagnóstico requiere biopsia para excluir tumor, infección o necrosis aséptica (9). No existe consenso acerca del tratamiento específico, las medidas actuales son de soporte o paliativas, aunque se considera probable de elección la cirugía con resección completa de la lesión y márgenes de seguridad. Cuando la cirugía no es posible, si la lesión es progresiva con sintomatología, podrían beneficiarse de radioterapia local, habiéndose descrito casos aislados de me35 Radiología 2001;43(9):439-444 joría y estabilización, aunque es un tratamiento no reconocido en sí mismo como curativo (5, 10, 14). Hay pacientes en tratamiento experimental con inhibidores de la reabsorción ósea osteoclástica (calcitonina ± bifosfonatos), usado con éxito en algunos pacientes, generalmente asociado a radioterapia si la lesión progresa, motivo por el cual se inició tratamiento con povidonato i.v. en nuestra paciente con controles bioquímicos de sangre y orina. Están descritos casos de osteoporosis localizada pediátrica que se han curado con pamidronato (ácido 3 amino 1 hidroxiporpilideno 1 bifosfonato) (15). En conclusión, presentamos un nuevo caso a incluir en la escasa lista de pacientes con síndrome de Gorham o hueso evanescente, caracterizado por lisis ósea progresiva en la calota craneal con afectación de varios huesos contiguos en una paciente adolescente. Se evidencia la clara progresión lítica en el transcurso de un año y la estabilización del proceso en 10 meses de seguimiento. Los hallazgos radiológicos en Rx de cráneo, TC de cráneo inicial y de seguimiento, RM sin y con gadolinio también al inicio y en el desarrollo del cuadro, gammagrafía ósea, así como el estudio anatomopatológico, se describen a lo largo del texto. AGRADECIMIENTOS Al Dr. T. García de la Oliva por sus extensos conocimientos sobre este síndrome y la ayuda prestada. BIBLIOGRAFÍA 1. Möller G, Priemel M, Amling M, Werner M, Kuhlmey AS, Delling G. 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