Teórico N° 12 Docente: María Rosa del Coto 16/06/15 Tema: “Nuevos medios”: Henry Jenkins y la Cultura de la convergencia. Tres conceptos fundamentales: Convergencia mediática, cultura participativa e inteligencia colectiva. Narración transmediática. Un nuevo perfil de consumidor (receptor): Del consumidor mediático, individualizado y personalizado al consumo como una práctica en red. El consumo como proceso colectivo. Lo primero que voy a hacer es un rápido comentario sobre varias cuestiones: por un lado, la unidad que ya comenzó con la clase anterior, la clase que por motivos del paro de transportes no pudo dar Amparo Rocha, pero que está subida ya al sitio y entra para el parcial y, por supuesto, para el final. El texto en que el teórico se centraba es un capítulo de Hipermediaciones, de Carlos Scolari. Si ustedes comparan, por ejemplo, el caso de Scolari, con el texto que vamos a ver hoy, el de Jenkins, podríamos señalar que Scolari se inscribe más en el campo de la semiótica. Incluso el propio Scolari en una observación que realiza sobre Jenkins dice que éste tiene una visión más antropológica que semiótica. No obstante, nosotros decidimos incluir el pensamiento de este autor porque es uno de los primeros que plantea una serie de cuestiones y que elabora o desarrolla conceptos que luego van a ser retomados por diferentes autores, algunos de los que forman parte de la cuarta unidad de la materia. El propósito es dar cuenta rápidamente del trabajo de Jenkins, deteniéndonos en aquellos conceptos que aparecen como los más útiles y que, como recién indiqué, son considerados por otros investigadores del área para tratar la problemática que podríamos englobar bajo el título de “nuevos medios” o para abordar aquellas transformaciones que se fueron perfilando a partir de la aparición de la denominada “era digital”; en relación con tales cuestiones, aparece un nuevo perfil de espectador o de receptor. Respecto de estas temáticas, la teoría semiótica ha producido pocos textos; entonces no contamos con material específico que se ocupe de estas cuestiones. Eso hace que tengamos que recurrir, en cierta medida, a una bibliografía que no se inscribe en un marco teórico-conceptual y metodológico semiótico específico, pero que, como es lo existente, es la base a partir de la cual podemos pensar el funcionamiento discursivo de los nuevos medios, es decir, aproximarnos según las formas de acercamiento de una semiótica de segunda generación, esto es, como saben, de una semiótica que se define como discursiva. Por otro lado, todos los textos que tratan sobre los llamados “nuevos medios”, y los cambios en la identificación de los “receptores” de los mismos, son trabajos que podríamos llamar “provisorios” (provisorios en el sentido de que los cambios que se producen son vertiginosos, lo que hace que a los cinco o seis años de escritos y publicados hayan perdido cierto grado de validez y deban ser reformulados. Este es, entonces, el panorama con el que nos encontramos y, respecto de él, lo que proponemos en relación con los textos que vamos a tratar en las clases que nos faltan para cumplir con el programa de la materia es, además de señalar el carácter provisorio de los mismos, es dejar abierto el debate para que todos podamos conversar, trabajar, participar. Es decir, pensar en qué es aquello que perdura de las reflexiones y descripciones que presentan los artículos que seleccionamos para formar parte de la bibliografía de esta unidad de la materia, qué es válido y qué es aquello que merece ser reformulado. Se trata de una unidad que si bien hemos presentado en otros cuatrimestres, a medida que pasa el tiempo le vamos dando mayor importancia porque está constituida por más textos y porque le dedicamos más tiempo a su desarrollo. A partir de ahora vamos a detenernos más específicamente en la producción de Henry Jenkins. Ustedes sabrán que se trata de un investigador atípico: él mismo se presenta como tal, porque tiene una cualidad que rara vez se encuentra en los investigadores y que él resalta, esa cualidad es la de pertenecer a un grupo particular de consumidores que es la que denominamos como “fans” y entonces habla desde un lugar en el que se combinan el académico y el fan, un lugar que por momentos es teórico, y que, por otro, y de modo fundamental, es –sin ser demasiado metodológico–, descriptivo; y para ser precisos, descriptivo de casos. A la característica de ser algo así como una síntesis de estudioso académico y de fan de los objetos de los que se ocupa, Jenkins le suma otra. Como muchos autores norteamericanos, una característica es el no estar muy preocupado por dar definiciones taxativas, por “pulir” esas definiciones, sino que las va forjando y las va transformado, no hay una obsesión por moldear una definición precisa, por lo que no llega a ser del todo riguroso. Esta es una característica general que no tenemos por qué evaluar; simplemente estoy describiendo un estilo, un perfil de científico/investigador frente al de otros, como la mayoría de los autores que trabajan dentro del campo de la semiótica (o de la lingüística), los cuales suelen preocuparse por alcanzar una mayor dosis de rigurosidad. Jenkins ha producido una serie de libros; dentro de los traducidos, se encuentran, como ustedes sabrán, tres: el libro al que pertenece el capítulo que vamos a ver hoy –libro que es el que conceptualmente aparece como el más fuerte de los tres– se llama Cultura de la Convergencia (2008 [2006]); después tiene Piratas de textos (2010 [1992]), que fue el primer libro en realidad que él escribió y otro que se denomina Fans, blogueros y videojuegos: la cultura de la colaboración (2009 [2006]). Ustedes seguramente saben que Jenkins tiene un sitio en Internet1 y allí se pueden hallar una diversidad de textos y artículos, lo que muestra no su carácter de fan sino el de alguien que está decididamente a favor de la cultura colaborativa y del acceso libre y democrático a las producciones culturales a través de la web. Ahora nos vamos a introducir de modo más específico en el texto que hoy vamos a trabajar, “Conclusión: ¿Democratizando la televisión? La política de la participación”, que es el último capítulo de La cultura de la convergencia –capítulo que vamos a ir mechando con 1 Para ver el sitio ingresar a: http://henryjenkins.org/ planteos que aparecen en otros capítulos del libro– ya que lo seleccioné porque estuvimos revisando la bibliografía de otras materias y entonces nos pareció oportuno elegir éste que no está muy presente en las demás materias, precisamente con el objeto de no superponer los contenidos, por eso nos quedamos con este capítulo, pero, reitero, vamos a incluir conceptos que aparecen en otros. El libro tiene la particularidad de presentar ejemplos o casos, es una sucesión de estudios de casos, en donde se muestran fenómenos que dan cuenta de la cultura participativa y la inteligencia colectiva. Básicamente se trata de desarrollar, describir, opinar acerca de casos puntuales en donde se empezarían a hacer realidad las nociones de inteligencia colectiva y de cultura participativa. Hecha esta introducción vamos a ver cuál es la posición de Jenkins, cosa de la que nos informa la primera diapositiva. POSICIÓN DE JENKINS Se define como un utó utópico crí crítico: Propone identificar posibilidades en el seno de nuestra cultura que podrí podrían conducir hacia una sociedad mejor y má más justa. Como verán, la posición que plantea no es “nada” semiótica (lo que se percibe claramente en la última parte de la frase). Él se define como un “utópico crítico”, y por lo tanto propone “identificar posibilidades en el seno de la cultura” –la norteamericana– en la que se da de manera muy evidente y exponencialmente lo que desarrolla en su libro. En relación con la cultura a la que se refiere tenemos que convenir en que si comparamos los casos que presenta y queremos encontrar ejemplos de una naturaleza similar en nuestro país, vamos a ver que aquí está mucho más limitada la cuestión, no es que no existan, pero no se dan con la envergadura con la que él muestra en su texto. Entonces, volviendo a la cita que aparece en la diapositiva, indiquemos que él se propone identificar “posibilidades en el seno de la cultura que podrían conducir hacia una sociedad mejor y más justa”. Como él indica, esta idea está vinculada con otra, que es que las transformaciones que se están produciendo en la cultura gracias al desarrollo de las posibilidades que pone al alcance de los sujetos la red de redes, son beneficiosas; y lo son porque permiten que el consumidor adquiera un nuevo perfil, característica que, por supuesto, se halla vinculada a elementos en donde juega un papel destacado la tecnología y el mercado; estos son ingredientes que están interactuando y que se dejan percibir en las producciones discursivas mediáticas, fundamentalmente televisivas, como veremos luego. Al posicionarse como “utópico crítico” está poniendo distancia respecto de lo que considera que son los “críticos pesimistas” y los que considera que son los “utópicos optimistas”. Los utópicos optimistas están representados por Pierre Lévy –al cual Jenkins en reiteradas ocasiones cita y continúa su pensamiento, aunque no esté de acuerdo con su posición porque considera que ella presenta un carácter optimista exacerbado que consiste en atribuirle una dosis exagerada de “poder” a los consumidores frente a las grandes empresas productoras de contenidos de entretenimiento. Por otra parte, se diferencia también de los que identifica como “críticos pesimistas”. A este grupo, en el que destaca como figura representativa a Noam Chomsky, le atribuye poner el acento en lo “qué hacen los medios con los consumidores”, observar sólo los obstáculos que los medios de masas les ponen a las posibilidades que ellos mismos permiten a los “receptores”. Mientras que Jenkins dice que su postura es la opuesta: es prestar atención a “lo qué hacen los consumidores con los medios masivos”, observar las formas de sortear tales obstáculos. Por eso trata de reducir la importancia o la idea del poder que puedan ejercer los medios sobre los consumidores; desde ya que no niega tal poder, pero sostiene que a medida que fue avanzando el tiempo, fue transformándose el consumidor de manera de llegar a tener una incidencia más pronunciada fundamentalmente sobre las grandes productoras de entretenimiento. Luego de plantear esto, hace una especie de desarrollo de cuáles fueron las posturas de distintos autores –aunque no de manera exhaustiva, y pone una serie de nombres así a la ligera, pero que serían representativos de las posturas que se fueron dando a lo largo de los años–; tales posturas permitirían advertir la relación existente entre las empresas productoras (los medios de masas) y los consumidores; él siempre habla de “consumidores”, a veces utiliza el término “audiencia”, sobre eso también nos vamos a detener en unos minutos. En principio, plantea que cuando se empezó a desarrollar lo que luego se denominaría la “era digital”, un autor, en 1991 (Russell Neuman) planteaba algo así como que los desarrollos tecnológicos eran una suerte de avanzada y que hacía falta mucho tiempo para que los consumidores cambiaran de posición frente a los medios, es decir, padecían algo así como una inercia que hacía que las posibilidades que los nuevos desarrollos tecnológicos en el área traían consigo no fueran advertidas y capitalizadas. Jenkins afirma que a lo largo del tiempo las cosas han dado un giro, o sea, que ahora la tendencia es la opuesta, es a pensar que son los deseos de los consumidores los que impulsan el desarrollo de las tecnologías. El ejemplo que pone es claro, cuando Google presentó los mapas, la reacción de la gente fue inmediata. Rápidamente se empezó a experimentar con ellos, lo que hizo que se haya instalado una especie de motivación fuerte para seguir experimentando, para impulsar transformaciones tecnológicas por fuera de las empresas o para que se generaran otros instrumentos para producir otros contenidos. Jenkins asevera que diferentes autores han señalado que los cambios tecnológicos han permitido que, poco a poco, se construyera un nuevo perfil de consumidor. Dentro de estos cambios, observa que los jóvenes, las nuevas generaciones, están sumamente familiarizados con estas tecnologías, las conocen y manejan muy bien, y esto también influye para que se produzca esta modificación en el espectador, sobre todo en el espectador televisivo. Dicho de otra manera, se observa que las personas mayores ven televisión de la manera tradicional, o sea prenden el televisor, buscan el canal, etc; mientras que las nuevas generaciones si ven un programa de televisión es factible que no lo vean por, o a través del dispositivo televisivo, sino a través de Internet, por ejemplo, lo cual permite que se lo vea de una manera completamente distinta, lo que implicaría –siguiendo a Jenkins– una mayor autonomía del receptor. En función de este panorama, las empresas televisivas se vieron obligadas a estar más atentas a los deseos de los receptores, lo que, para Jenkins, tiene que ver con el avance de la cultura participativa, ya que favorece a una mayor democratización. Jenkins va a citar algunos proyectos novedosos en los cuales se les da a los receptores una mayor participación en la producción de contenidos y en la difusión de los programas televisivos. Menciona, al respecto, el desarrollo del proyecto “Current” impulsado por Gore en 2005 (saben ustedes que Albert Gore fue vicepresidente de los Estados Unidos bajo la presidencia de Bill Clinton); pues bien, Gore creó una cadena destinada a fomentar la participación de los jóvenes como periodistas. La propuesta era que los jóvenes periodistas amateurs hicieran notas, se las colgara en el sitio del proyecto en Internet, que los usuarios que lo visitaran votaran por aquellas que les parecieran mejores y las que resultaran más votadas se exhibieran en la cadena televisiva. El proyecto recibió algunas críticas, centradas en lo que entiende es una suerte de “avivada” de las emisoras y esto porque ponían en el aire programas en los que ellos no invertían ni un peso. Así, según lo establecido por la empresa, se iban a pagar sólo aquellos videos que hubieran sido aceptados por la mayor cantidad de público, que hubieran merecido la aprobación de mayor cantidad de usuarios, y a los que no lograran el beneplácito de los votantes, no se les iba a pagar nada. Para algunos, esa actitud les parecía incorrecta. Jenkins presenta otro caso, que es el de la cadena BBC, en un momento en el que esta cadena –que ya tenía digitalizada buena parte de los contenidos–, incita al público a que formule comentarios sobre los programas y esto implica favorecer una mayor interacción con el público. La cuestión pasa, entonces, por abrir posibilidades para los consumidores, por prestarles mayor atención para que participen, por ejemplo, pidiendo que aparezca una nueva temporada cuando no estaba definida la realización de la misma. Respecto de estas cuestiones Jenkins menciona una serie de ejemplos que nosotros también podemos traer a colación. Dentro de los que menciona aparece el ejemplo de las fans de la Bella y la Bestia que solicitaron que se hicieran una serie de modificaciones en el programa cuando, según entendían, se había desvirtuado el espíritu original de la serie. El programa había solapado algunas cuestiones, había disminuido la importancia de la relación afectiva de los protagonistas, y las fans pretendían lo contrario. Intentaron ejercer presión a través de blogs, por ejemplo, pero el requerimiento no tuvo una respuesta positiva por parte de la empresa. Algo parecido ocurrió con Star Trek; en determinado momento se le pidió al productor –y él había accedido pero al poco tiempo murió, con lo cual el pedido quedó en el olvido–, que se incorporaran de manera natural, por ejemplo, ciertas cuestiones que tienen que ver con el género y la diversidad sexual; los fans pedían que, ya que se trataba de una cultura del futuro, humanística, que era superadora en un montón de aspectos de la contemporánea, por qué no se presentaban, por ejemplo, mayor cantidad de personajes femeninos cumpliendo funciones jerárquicas dentro de la nave o, con naturalidad, relaciones homosexuales. En este sentido, ustedes sabrán que dentro de la actividad de las fans, aparece lo que se conoce como “Slash”, que consiste en la construcción de historias (podríamos denominarlas “paralelas”) en la que los personajes masculinos de las series mantienen entre sí relaciones amorosas2. Curiosamente, Jenkins se pregunta en este caso, por qué las mujeres que desarrollan este pedido, piden que se muestren relaciones homosexuales entre hombres. En Argentina, se puede considerar el caso de Gran Hermano 6; al respecto hay un texto que trabaja esta cuestión, que es “Twitter y la rebelión de los ciberfans de Gran Hermano 2.0”, de García Fanlo, publicado en Las políticas de los internautas Nuevas formas de participación, en 2012. En ese texto se plantea que la actitud de los seguidores logran ciertas modificaciones respecto de lo que serían los “principios” del programa. Allí, la intervención resultó “exitosa” si lo comparamos con los casos que mencionamos, que no tuvieron éxito. Otro de los casos que nombra Fanlo –que obtuvo respuesta negativa– es el de Operación Triunfo de España. Entonces, cuando Jenkins habla de una sociedad “mejor y más justa” se refiere a una sociedad más democrática pues se da más cabida a los deseos, críticas, propuestas de los consumidores; a esto es a lo que fundamentalmente refiere lo de sociedad “mejor y más justa”. Por supuesto que esto tiene que ver con el modo en que Jenkins entiende la democracia y lo democrático. Pasemos ahora a la siguiente diapositiva. 2 Si bien el slash es un género literario propio de la fanfiction, pueden encontrarse distintos tipos de transposición hacia otros géneros y formatos, como por ejemplo, el fanart o el fanvid. El siguiente caso, es un fanvid de la serie Star Trek: https://www.youtube.com/watch?v=3uxTpyCdriY TESIS DEL LIBRO SE PRODUCEN CAMBIOS EN EL SENO DE LAS COMUNIDADES DE CONSUMIDORES; Y EL MÁ MÁS IMPORTANTE, ENTRE ELLOS, ES EL PASO DEL CONSUMIDOR MEDIÁ MEDIÁTICO INDIVIDUALIZADO Y PERSONALIZADO AL CONSUMO COMO UNA PRÁ PRÁCTICA EN RED. ¿Qué es lo que plantea como tesis del libro? Que se producen transformaciones en el seno de las comunidades de consumidores y el más importante entre todos ellos es el paso del consumidor mediático, individualizado y personalizado al consumo como una práctica en red. Él plantea que hay una serie de cambios que se dan en las comunidades de consumidores; parte de la idea de que “comunidad de consumidores” hubo siempre; la comunidad básica de consumidores es la que se produce desde hace muchísimo tiempo cuando por ejemplo, la gente en el trabajo o con los amigos conversaba (lo que se sigue haciendo) sobre un programa, sobre sus personajes, se armaban/arman hipótesis acerca de lo que va a pasar, lo que no va a pasar, etc.; esta actividad siempre suele darse en relación con ficciones seriadas. Entre nosotros, un caso paradigmático es el de las telenovelas; estas conversaciones conformarían algo así como el caso primario, básico, de comunidad interpretativa, el grado cero –nosotros hablaríamos más que de “comunidad de consumidores”, de “comunidad interpretativa”. Ahora bien, con el desarrollo de las tecnologías esto se ha incrementado exponencialmente y hay múltiples comunidades. Dentro de los cambios que se dan se produce lo que Jenkins define como el paso del consumidor mediático individualizado y personalizado (es decir, el receptor de los años 90, que aparece y se desarrolla cuando se da toda la explosión del cable). Previamente a ese período, había cuatro o cinco canales (en el caso de Buenos Aires porque en el resto del país había uno o dos como mucho), y bueno ahí la única acción que podía realizar el consumidor era o bien apagar el televisor o bien cambiar de canal pero no mucho más que eso. Cuando se da la explosión del cable, cuando se incrementa la oferta y aparecen una gran cantidad de canales, eso se vincularía con ese tipo de consumidor al que Jenkins denomina “consumidor mediático individualizado y personalizado”, que elige lo que le parece valioso, lo que le interesa temáticamente, aquello que le interesa ver. Posteriormente, se produce la posibilidad de ver programas de televisión –o series o películas– por Internet a través de distintos dispositivos. Allí también, este consumidor no sólo elige qué va a ver, sino también, cuándo, cómo, desde dónde, y dónde, es decir, una serie de posibilidades que antes estaban vedadas. Cabe agregar que la expresión “grado cero de la comunidad de consumidores” no aparece en el texto de Jenkins, aunque él indica que siempre existió la comunidad de consumidores; y que la más tradicional, la más antigua – que aquí asimilamos al grado cero de las comunidades-, él la vincula con el “cotilleo” (el término se relaciona con la acción de “chismosear”), es decir, la conversación entre personas, generalmente mujeres, hablando, en este caso, de un objeto discursivo X, una telenovela o una ficción seriada. Los miembros de una “comunidad de consumidores” se declaran fans y eso permite generar una identidad, es decir, se identifican a sí mismos como pertenecientes a esa comunidad, a ese grupo de seguidores. A estas comunidades, Jenkins las vincula obviamente con los fans –aunque hay grados y grados de fans–. Los fans siempre se reunieron en determinados lugares para intercambiar información entre ellos; o sea esto de la cultura colectiva también se dio desde hace mucho tiempo, lo que ocurre es que eran grupos muy reducidos, como si fueran “sectas”; en cambio ahora, Internet ha permitido que esto se amplíe y sin la necesidad de encontrarse físicamente en un lugar específico, además (esto, obviamente, no implica que no se produzcan encuentros cara a cara de los fans, lo que sucede en las llamadas Convenciones y en la práctica del Cosplay). A medida que Internet se expande, es más fácil el acceso en cualquier lugar del mundo, y así se multiplican los fans y con ello la posibilidad de que se amplíen también ostensiblemente las comunidades. Volviendo a lo que estamos trabajando en la diapositiva, reitero que se pasa del consumidor de los años 90, al consumidor que pone en juego su participación en internet. Pasamos ahora a una nueva diapositiva. EL LIBRO TRATA LA RELACIÓ RELACIÓN ENTRE LOS SIGUIENTES CONCEPTOS: CONVERGENCIA CULTURA MEDIÁ MEDIÁTICA PARTICIPATIVA INTELIGENCIA COLECTIVA El libro trata de la relación entre los tres conceptos: convergencia mediática, cultura participativa e inteligencia colectiva, que aparecen en la diapositiva. Vamos a ir viendo las definiciones de cada uno de ellos y también vamos a indicar que a ellos se suma otro, también muy importante, que es el de narración transmediática. Cabe indicar en principio que los otros tres conceptos aparecen tan entrelazados entre sí, que cuando se está definiendo uno, es inevitable referirse a los otros. Veamos la siguiente diapositiva para ver qué es convergencia mediática. CONVERGENCIA MEDIÁTICA: DEFINICIÓN Flujo de contenidos a travé través de mú múltiples emplazamientos /plataformas mediá mediáticas y comportamiento migratorio de la audiencia dispuesta a ir a buscar el tipo de entretenimiento que considera valioso. Jenkins señala que se trata de un flujo de contenidos a través de múltiples plataformas mediáticas y articulado con ello el comportamiento de la audiencia dispuestas a ir a buscar el tipo de entretenimiento que considera interesante, valioso, enriquecedor. Veamos la siguiente diapositiva que agrega importantes conceptos a lo que evidencia la que estamos viendo. CONVERGENCIA MEDIÁTICA REPRESENTA UN CAMBIO DE PARADIGMA CULTURAL, UN CAMBIO EN LOS MODOS DE PENSAR NUESTRA RELACIÓ RELACIÓN CON LOS MEDIOS. DICHO CAMBIO SE DA MEDIANTE NUESTRA RELACIÓ RELACIÓN CON LA CULTURA POPULAR QUE SE VINCULA CON LA LLAMADA CULTURA FOLK. El autor indica que la convergencia mediática representa un “cambio de paradigma cultural” lo que, para él, tiene una importancia sumamente fuerte: “se trata de un cambio en los modos de pensar nuestra relación con los medios”. Como verán, Jenkins está poniendo el acento en los consumidores y en esto de qué hacen los consumidores con los medios. Este cambio de paradigma cultural, por supuesto, no está plenamente desarrollado; tal como indica el autor, está en proceso de construcción; por ello, estamos pasando por un momento de transición y a esto aludíamos cuando decíamos al principio que todo lo que se escribe al respecto es provisorio, precisamente porque estamos en esta instancia de formación –ya veremos hacia dónde vamos–, pero la idea es que ya está instalado el cambio. También se centra en aquello a lo que afecta el cambio, que son los medios. Estos hace que nos detengamos en el concepto de medio con el que trabaja Jenkins. Se trata de un concepto que retoma de una autora, Lisa Gitelman, que plantea algo similar a lo que señala Verón, y lo que subraya es que para definir un medio hay que acercarse a su estudio a partir de dos niveles: un primer nivel que tiene que ver con la tecnología y la comunicación que tal tecnología permite, y por otro lado, un segundo nivel que tiene que ver con los protocolos que serían como las gramáticas de producción, protocolos que están relacionados con prácticas sociales que permiten desarrollar la comunicación. Jenkins también pone en juego la famosa polémica sobre “nuevos” medios y “viejos” medios y el hecho de si los “viejos” medios mueren o no mueren. Obviamente la idea de autores como Jenkins, Scolari, Verón, entre otros, es que los medios no mueren, sino que se transforman. Asimismo, y volviendo a la diapositiva, indiquemos que lo que Jenkins plantea es que el cambio de paradigma se da en relación con la cultura popular y a la cultura popular él la vincula con la llamada cultura folk. Acá vemos la escasa importancia que le da a la rigurosidad conceptual porque se está utilizando una terminología amplia, es decir, ¿qué es cultura popular y qué no es cultura popular? Lo que nosotros denominaríamos como “cultura mediática”, Jenkins la considera como “cultura popular”; esta posición no está ni bien ni mal, el asunto es que él no desarrolla estas cuestiones, las da como equivalentes. A las producciones o las actividades desarrolladas por los fans, la podríamos incluir dentro de la cultura masiva más que de la cultura popular. Pero esto queda abierto como debate, como una cuestión a tratar, a discutir. Jenkins vincula, como indiqué recién, a esta cultura popular con la cultura folk (o folklórica), y esto porque la cultura folklórica tiene la característica de no tener autor, de ser anónima, de no reclamar la cualidad de originalidad. La producción folklórica se va “armando” a través de la existencia de múltiples versiones –a veces esto de las múltiples versiones se puede mantener, a veces, alguna de ellas, se estabiliza, se vuelve la norma–. Lo que hace Jenkins es asociar esta nueva cultura a las raíces no solamente de la cultura popular sino de la cultura folklórica. Todo esto es tema de discusión. Es cierto que la cultura actual presenta la característica de difuminación de la figura del autor, pero hasta cierto punto. Ahora bien, este cambio de paradigma cultural, puede relacionarse con lo que Steimberg denominaría una transformación en el estilo de época. Ustedes habrán leído a un autor – Fredric Jameson– que habla sobre la posmodernidad. Este investigador trabaja algunos conceptos como la parodia, la sátira y el pastiche. En relación con la parodia, Jameson señala que existe poca en la posmodernidad. La parodia implica tomar un texto anterior o un género anterior y producir determinadas modificaciones con las que se efectúa una crítica o una burla a ese género o texto que se retoma. Resaltemos a modo de acotación que los fenómenos de los que habla Jenkins representan casos de retoma (retoma de textos previos a los que se somete a modificaciones diversas, como se da en el caso del flash, por ejemplo). Siempre hay entonces un texto nuevo que surge de otros textos y esto se presenta subrayado. La sátira es también una crítica pero se ejerce no sobre géneros o textos sino sobre las características de personas, de tipos sociales; entonces Jameson sostiene que en la posmodernidad la sátira y la parodia han dejado lugar al pastiche, que es como una parodia lúdica, o sea, se da una retoma de un texto o de varios anteriores pero, para Jameson, la crítica desaparece, en su lugar emerge, por ejemplo, el homenaje. Al respecto recordar la relación de Almodóvar con el melodrama. Esto está vinculado con una idea, que, como vimos, también pone en juego el texto de Jenkins, y que es la de la difuminación del criterio de autoría y de originalidad –autoría pensándola en términos de originalidad–; pueden existir autores pero no se pone en el lugar central la cuestión de la originalidad del texto. Y esto debido a que también –a partir de los años sesenta– se ha efectuado un desarrollo teórico centrado en la noción de intertextualidad. Cuando en la teoría literaria se dijo que cualquier texto que se consideraba como “original”, en realidad no lo era ya que mantenía múltiples relaciones con otros textos, entonces se relativizó la idea de la originalidad. Un texto no sale de la nada, ni del genio del artista, ni de la musa inspiradora del mismo, sino de un trabajo sobre textos anteriores, textos que pueden estar en la conciencia del productor o no estarlo. Eso también se muestra en las producciones de las que habla Jenkins, nada más que se trata de obras hechas por aficionados o por amateurs. En relación con el estilo de época hay un autor que trabaja sobre Arte, Nicolas Bourriaud, que, entre los textos que ha escrito, posee uno que se llama Pos-producción, en el que plantea esta misma idea, nada más que esto se muestra en el ámbito artístico. Cada vez más se utiliza la técnica del collage, los objetos artísticos se articulan y se produce un nuevo objeto, cae la noción de autoría y se relativa la cuestión de la originalidad, por eso se llama “posproducción”. Él vincula esto con la técnica del DJ y brinda una serie de ejemplos relacionados con el universo del arte. Esto se asocia directamente con lo que veníamos hablando del consumidor que es también productor, que produce nuevos objetos a través del “corte y pegue”. Entonces, por ejemplo, se toma la imagen de un fragmento de un discurso, por ejemplo, pronunciado por un presidente, de Obama3 (también, de nuestra Ver la versión de Obama cantando “Get Lucky” de Daft Punk: https://www.youtube.com/watch?v=_BE6phWddAU 3 presidenta4) y a partir de los distintos discursos que el mismo fue diciendo, se extrae fragmentos que se articulan y el resultado es “hacerle” cantar una canción existente. Lo novedoso aquí es el trabajo de corte de textos existente y su articulación con el que se procura generar un efecto gracioso, lúdico, no aparece – en estos ejemplos- la cuestión de la crítica –que también se puede hacer– pero en estos casos, se prioriza la cuestión lúdica. Hay un escultor contemporáneo muy importante (Joseph Beuys) que afirmaba que “todos somos artistas”, lo cual también quiere decir que nadie es artista si todos lo somos. Con esto quiero remarcar que todo va en la misma sintonía. La diapositiva que sigue pone el acento en los elementos que se ponen en juego en el cambio que implica lo que Jenkins llama la cultura de la convergencia. EL CAMBIO CONSISTE EN: - LA ALTERACIÓ ALTERACIÓN DE LA RELACIÓ RELACIÓN ENTRE LAS TECNOLOGÍ TECNOLOGÍAS, LA INDUSTRIA, LOS MERCADOS, LOS GÉ GÉNEROS Y EL PÚ PÚBLICO. - LA MODIFICACIÓ MODIFICACIÓN DEL PERFIL DEL CONSUMIDOR. - LAS RELACIONES ENTRE LOS MEDIOS SE TORNAN CADA VEZ MÁ MÁS COMPLEJAS. SE PRODUCE LA INTERDEPENDENCIA CRECIENTE DE LOS SISTEMAS DE COMUNICACIÓ COMUNICACIÓN. Ver la versión de Cristina Kirchner https://www.youtube.com/watch?v=FsdTisZLBX4 4 cantando “Hacelo por mí” de Ataque 77: El cambio reside en la alteración entre las tecnologías, la industria, los mercados, los géneros y el público. Todos esos elementos intervienen y lo que se produce es un cambio en las relaciones entre ellos. Como decíamos, el público gana cierta dosis de poder –si lo comparamos con el público en otro momento histórico–, respecto de las producciones pero eso está vinculado también con la lógica del mercado porque muchas veces se escucha a los receptores o a los consumidores con el objetivo de generar mayores ingresos: “si esto están pidiendo, vamos a darle eso que están pidiendo” porque eso redundará en que la audiencia se mantenga y quizá se incremente. La cuestión de las tecnologías y el público tiene que ver con eso que dijimos: el público (los nativos digitales, aquellos que tienen un trato particular con las tecnologías digitales desde que tienen uso de razón) establece una relación diferente de la que antes se establecía con las tecnologías comunicacionales previas. Como Jenkins indica, a veces los aficionados –que siempre existieron– tienen, a través de los nuevos medios, Internet, y plataformas como, por ejemplo, YouTube, Twitter, Facebook, la posibilidad de utilizarlos como un pivote para acceder a los medios tradicionales. Ustedes recordarán el caso de Ciega a Citas, que originalmente era un blog hecho por Carolina Aguirre, y luego pasó a la televisión argentina, y, más tarde, a la española, es decir, fue un producto amateur que luego pasó a los medios. Lo mismo sucedió con La loca de mierda5 o Más respecto que soy tu madre6, estos son casos que se dieron aquí y que tienen que ver con la modificación del perfil del consumidor. Jenkins brinda una serie de ejemplos vinculados con fenómenos de Estados Unidos y que tienen esta misma naturaleza, o sea, que son tomados por la industria. Él señala que en determinado momento estas prácticas de los fans estaban al margen –por decirlo de alguna manera– porque eran mostraciones de oposición a los medios; pero que ahora esto parece estar modificándose. No es tanto una actitud de enfrentamiento hacia los medios sino que a través de Internet los aficionados tienen la oportunidad de instalarse dentro de los medios. Ahora vamos a desarrollar otro concepto, que es el que Jenkins trabaja con mayor precisión, y que se trata de la modificación que se produce en el perfil del consumidor; o sea, el consumidor ya no es más pasivo sino que es cada vez más activo. Nosotros diríamos que el consumidor pasivo, desde el punto de vista semiótico, nunca existió porque las posibilidades de leer desde ópticas distintas siempre se dio. Lo que Jenkins quiere resaltar es el mayor o menor grado de interacción existente y el hecho de que el consumidor se convierte cada vez más en “prosumidor” –para decirlo en términos de Toffler que es quién desarrolló el término en un primer momento–; esto quiere decir que el consumidor se vincula con la producción, o sea, no solamente interpreta sino que también produce. En relación con los fans de Star Trek, Jenkins señala que ellos no quieren releer los textos, sino que quieren reescribirlos y allí se pone en juego su papel de constructores de ficción a partir de una ficción mediática previa. Como resultado de sus acciones pueden surgir los slash, los fanvid, ciertos spin-off, ciertas parodias, los finales alternativos, todos casos de retoma. Para ver un episodio ingresar a: https://www.youtube.com/watch?v=XRwfRSal6Mk (“La loca de mierda”) Para ver un episodio ingresar a : https://www.youtube.com/watch?v=V2jxqQn0MdU (“Más respeto que soy tu madre”) 5 6 Esto lo hacen tanto los fans –convertidos en productores–, cuando, por ejemplo, toman un personaje lateral o uno central pero lo hacen actuar en otro ámbito o con otros personajes o en otras situaciones, como las propias empresas. Hollywood en particular y Estados Unidos en general, pero también en Europa están trabajando muchísimo con spin-off. El consumidor como productor es algo que va más allá de lo que ocurre con la producción mediática, por eso da cuenta de un campo cultural fuerte. Lo que hace Jenkins es centrarse en la cultura mediática y ver cómo actúan los receptores, pero, como indicamos, nosotros podríamos decir que esto aparece como una característica del estilo de época. Por último, tenemos que las relaciones entre los medios se tornan cada vez más complejas, se produce la interdependencia creciente de los sistemas de comunicación. Esto tiene que ver con el hecho de que si nosotros ponemos un programa de televisión, ese programa va a pedir que la gente mande mensajes a través del hashtag X, o van a utilizar los tweets que haya enviado alguien –de una actriz o un actor para un programa de chimentos, por ejemplo–, y eso va a estar muy relacionado con la interactividad que permiten las nuevas tecnologías. Acá aparece todo este debate acerca de si Internet es un medio si no lo es, entre otras cuestiones. Veamos la siguiente diapositiva que nos presenta otro concepto a expandir. CULTURA PARTICIPATIVA LA CONVERGENCIA MEDIÁ MEDIÁTICA CREA UN CONTEXTO EN EL QUE LOS ESPECTADORES (RECEPTORES) PUEDEN RECONFIGURAR Y RECONTEXTUALIZAR DE MANERA INDIVIDUAL Y COLECTIVA LOS CONTENIDOS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓ COMUNICACIÓN DE MASAS. LAS COMUNIDADES DE CONOCIMIENTO SE FORMAN EN TORNO A INTERESES INTELECTUALES MUTUOS. SUS INTEGRANTES TRABAJAN CONJUNTAMENTE PARA FORJAR NUEVOS CONOCIMIENTOS, CON FRECUENCIA EN ÁMBITOS EN LOS QUE NO EXISTE TRADICIÓ TRADICIÓN. EL PAPEL DEL FAN. La convergencia mediática crea un contexto en el que los espectadores (receptores) pueden recontextualizar de manera individual y colectiva los contenidos de los medios de comunicación, sobre esto ya hablamos y está relacionado con la cuestión de la inteligencia colectiva. Cuando decimos en conjunto no es “una serie de personas que se reúnen y escriben algo todos juntos”, por ejemplo, sino a que una sola persona toma elementos de otras, el saber no está en él sino que es un saber de conjunto, colectivo, cada uno aporta lo que sabe al conjunto y, por lo tanto, sale enriquecido. Dice Jenkins, “las comunidades de conocimientos se forman en torno a intereses intelectuales mutuos; sus miembros trabajan conjuntamente para forjar nuevos conocimientos, con frecuencia en ámbitos en los que no existe tradicionalmente ninguna pericia; la búsqueda y evaluación del conocimiento implica a la par comunidad y adversidad”, eso es un poco lo que estamos diciendo. Ustedes habrán visto en los sitios de Internet de alguna serie o de algún programa de televisión, la existencia de comentarios, en los que se pregunta, por ejemplo, ¿quién es el autor de la música? O ¿cuál es la banda que interpreta tal o cual canción? Estos ejemplos ilustran el funcionamiento de aquello a lo que se refiere Jenkins cuando habla de “intereses mutuos”. Alguien que sabe puede responder. Por otro lado, el autor también se refiere a fenómenos como Wikipedia, en la que uno que sabe sobre Peirce, por ejemplo, presenta la biografía, los libros que escribió y así siguiendo. Como saben, Wikipedia permite, con ciertas restricciones, que otros “autores” hagan ampliaciones, en nuestro ejemplo, a la entrada “Peirce”. Pasamos ahora a la siguiente diapositiva. INTELIGENCIA COLECTIVA EL CONCEPTO DE INTELIGENCIA COLECTIVA ESTÁ ESTÁ INTERRELACIONADO CON EL DE CULTURA PARTICIPATIVA YA QUE EN LA CULTURA DE LA CONVERGENCIA EXISTEN NUEVAS FORMAS DE COMUNIDAD QUE SE DEFINEN COMO AFILIACIONES VOLUNTARIAS, TEMPORALES Y TÁCTICAS EN VIRTUD DE EMPRESAS INTELECTUALES E INVERSIONES EMOCIONALES. EL CONSUMO SE ENTIENDE COMO PROCESO COLECTIVO. TAMBIÉ TAMBIÉN SE VINCULA CON LA NOCIÓ NOCIÓN DE AD HOCRACIA, HOCRACIA, ORGANIZACIONES CARACTERIZADAS POR LA FALTA DE JERARQUÍ JERARQUÍAS. El concepto de inteligencia colectiva está interrelacionado con el de cultura participativa ya que en la cultura de la convergencia existen nuevas formas de construcción de comunidades, formas que se definen como “afiliaciones voluntarias, temporales y tácticas, reafirmadas en virtud de empresas intelectuales e inversiones emocionales comunes”. Esto significa que el miembro de una comunidad, en primer lugar, puede pertenecer a varias comunidades y, luego, que su participación no está fijada a reglas, o contratos, y esto en la medida en que cualquiera puede entrar y salir de ellas según los intereses que posea en ese momento. Mientras tal o cual comunidad esté llenándole una necesidad de conocimiento o emocional/afectiva, ese miembro formará parte de ella, cuando ésta deje de cumplir tal función para él, dejará de formar parte de la misma. Esto quiere decir que estas comunidades –siguiendo la óptica de Jenkins– son bastantes inestables, bastante volátiles y pueden cambiar o mantenerse durante mucho tiempo pero los miembros pueden ir cambiando, es como una sociedad atípica. El consumo se entiende como un proceso colectivo. Un concepto importante es el de adhocracia, algo que se hace para una finalidad específica, para cumplir un objetivo delimitado. Este es un término que se refiere a organizaciones que se caracterizan por la falta de jerarquías, o sea, en ellas no hay alguien que sabe más que los otros, y esto porque se supone que todos saben y todos coadyuvan al saber del otro. Una vez que se termina la finalidad, el objetivo por el que se reúnen en comunidad, ella desaparece, pues, aunque pueda mantenerse en el tiempo, es lábil. Esto también está sujeto a la discusión. Veamos la última diapositiva. NARRACIÓN TRANSMEDIÁTICA SE DESARROLLA A TRAVÉ TRAVÉS DE MÚ MÚLTIPLES PLATAFORMAS Y CADA NUEVO TEXTO HACE UNA CONTRIBUCIÓ CONTRIBUCIÓN ESPECÍ ESPECÍFICA Y VALIOSA A LA TOTALIDAD. POR ESO ES: EL ARTE DE CREAR MUNDOS. SE PUEDE ENTRAR EN TALES MUNDOS POR CUALQUIERA DE SUS MANIFESTACIONES. DEPENDE DE LA PARTICIPACIÓ PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LAS COMUNIDADES DE CONOCIMIENTO. La diapositiva nos muestra una serie de características que definen a la narración transmediática. En primer lugar, el hecho de que se desarrolla en múltiples plataformas y cada nuevo texto hace una contribución específica y valiosa a la totalidad. Esto presenta una diferencia respecto de lo que podríamos llamar transposición. Ustedes recordarán cuando vieron en semiótica I, la transposición se establece cuando se da un pasaje de un texto o un género a un nuevo lenguaje o soporte. En este caso, dice Jenkins, que una de las claves de la narración transmediática es que lo que aparezca en cada nuevo medio sea diferente, o sea, que se le agreguen personajes, situaciones, espacios distintos a lo ya existente. Son narraciones que van a formar un mundo. Una narración transmediática es fruto del arte de crear mundos. Jenkins señala que si, por ejemplo, un videojuego sigue de manera muy cercana a lo que fue la historia de una película con la que forma una narración transmediática, es casi seguro que no tenga éxito, que no interese porque lo que se busca es que tenga algo de nuevo, que incorpore algo novedoso –utilizamos el ejemplo de los videojuegos pero puede ser cualquier tipo de producción–. Entonces emerge esta cuestión de que se va creando todo un universo. Otra característica es que se puede entrar en esos mundos por cualquiera de sus manifestaciones; por supuesto que si se conocen las otras manifestaciones se va a estar en mejores condiciones de entender esa nueva manifestación porque se va a hacer alusión, supongamos, a episodios, a acontecimientos que solo se nombran, y que en otra narración del grupo se desarrolla, rinde frutos en otro lugar, se expande. Una narrativa transmediática es una narración que se va expandiendo y desarrollando en múltiples plataformas, dependiendo de la participación activa de las comunidades. También aquí encontramos que hay una labor específica de los fans –Jenkins toma el caso de Matrix, a la cual define como una película propia de la era de la convergencia o representativa de ella–; estas narraciones tienen la característica de colocar (lo mismo pasaba en Lost) señuelos, detalles, que no eran aclarados, con la finalidad de incitar a los fans a que los descubrieran, a que se generaran respuestas respecto de esos elementos. Son construcciones que están pidiendo de alguna manera la colaboración de los consumidores. Por supuesto, que esta colaboración es interesada y todas estas narraciones transmediáticas tienden –y ahí aparece el concepto de franquicia– a que el negocio sea más productivo para aquellos que lo han inventado. Entonces se venden los derechos a producir objetos discursivos, por ejemplo, a partir de algunos existentes y esto implica mayor recaudación y aparece la cuestión del mercado y la industria y cómo se van relacionando todos los elementos. Con esto terminamos por hoy, la próxima clase vamos a ver los textos de Manovich y de Machado. Buenas noches y hasta entonces.