BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. EL PATRIMONIO DESCONOCIDO Y LA AUTORIDAD DEL OLVIDO1 Yara Altez Escuela de Antropología Universidad Central de Venezuela Un pasado patrimonio del olvido Hoy se conoce con el nombre de Parroquia Caruao al grupo de seis pequeñas comunidades negro-venezolanas que se ubican al extremo Este del recientemente bautizado Estado Vargas, cuyos nombres son: Osma, Oritapo, Todasana, La Sabana, Caruao y Chuspa. Según los datos del III Censo General de Población, ninguno de estos centros poblados cuenta con mil habitantes. La Sabana es la población cabecera de la parroquia y viven en ella 978 personas, por lo cual es la comunidad que concentra la mayor cantidad de individuos. A pesar del escaso número de habitantes la región posee una historia de larga data. Las familias allí asentadas descienden de aquellos quienes fueron esclavos, traídos a estos lugares a principios del Siglo XVII, con el expreso objetivo de labrar la tierra para producir cacao. Según los datos que hemos ido obteniendo en diferentes archivos documentales del Distrito Federal (Archivo del Palacio Arzobispal de Caracas, Registro Principal, Registro Subalterno de Vargas, Arquidiócesis de La Guaira), los primeros hacendados que se abrieron camino en estas tierras, fueron funcionarios españoles 1 La información contenida en este artículo se ha procesado en el marco del Proyecto "Mismidad del Sabanero", adscrito a la Escuela de Antropología de la U.C.V, auspiciado por el C D C.11, proyecto que se encuentra bajo la responsabilidad de la Profesora Altez. BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. interesados en obtener, a cambio del cumplimiento de sus labores, extensiones suficientes para cultivar cacao, el más prestigioso de los frutos en el mercado internacional en aquel entonces. Una vez que se les concedía la gracia de las tierras, procedían a ocuparlas con esclavos e instrumentos necesarios para la labranza. Así, la Parroquia Caruao se convirtió en una zona eminentemente productora que no vio un desarrollo infraestructural significativo, pues la mayor parte de los propietarios residían junto con sus familias en La Guaira o en Caracas, razón por la cual los esclavos pasaban mucho tiempo comandados por mayordomos. Aquellos que sí se asentaron de manera permanente, experimentaron la crudeza de una geografía accidentada que, en tiempos de lluvia, impedía la comunicación entre las haciendas, al convertirse en completos lodazales los caminos. El aislamiento geográfico fue la característica de la zona: para llegar a La Guaira era necesario realizar un viaje de tres días atravesando el entorno semiselvático del lugar. Las travesías se complicaban aún más cuando los piratas acechaban la costa. Estos llegaron a convertirse en enemigos naturales de los hacendados, quienes camuflaban el frente costero de sus propiedades para que los piratas no avistaran el cacao. En los inventarios de las haciendas, tanto para las del Siglo XVII, como para las del Siglo XVIII, se describen las casas principales, las de los amos, dando cuenta de construcciones iguales a aquellas en donde vivían los esclavos: paredes de bahareque y techos de palma cobijaban a unos y otros. En realidad estamos hablando de pocas haciendas. En 1756 se contaban sólo ocho, cifra que ascendió a trece según BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. una matrícula parroquial de 1810- Las condiciones de vida en el lugar parecen haber sido muy difíciles de sobrellevar, por lo cual, como decíamos antes, no se experimentó un desarrollo local significativo. La Parroquia Caruao fue un lugar destinado sólo a la producción, tal como lo demuestra la descripción de sus viviendas. Leamos el siguiente extracto deL inventario de los bienes de Josefa de Gorlis, antigua propietaria de la Hacienda Tuasana (hoy comunidad de Todasana), fechado en 1706, en donde se da información de las principales construcciones: "Una casa de vivienda de bahareque cubierta de cogollo con sala, aposento y corredor sin puertas. En dicha casa un cepo de madera con su telera. Una casa de bahareque de cogollo que sirve de troja para el cacao con una sala aposento y dos corredores con tres puertas de maderas viejas de una mano. En dicha casa se hallaron dos fanegas de cacao Una cuartilla de madera de medir cacao. Una mesita de mas de tres cuartas de maderas viejas. Ocho mochilas de campeche usadas. Un negro nombrado Antonio Tari de 38 años mas o menos que sirve de mandador en dicha hacienda". (Libro 16 - Sección Testamentos - Archivo del Palacio Arzobispal de Caracas). Podemos seguir ilustrando esta situación de rudimentaria infraestructura y escasez mobiliaria con otra cita del inventario de bienes dejados por Don Joseph Manuel de Liendo, entre los cuales se contaba una hacienda de cacao en el Valle de San Faustino, de la actual Parroquia Caruao. Fechado en 1736, se lee como sigue: BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. “En el Valle de San Faustino costa del mar arriba términos y jurisdiccion de la Ciudad de Santiago de Leon de Caracas en primero de Marzo de 1736 años en virtud de la comisión que me fue inferida (...) Yo comisionado pase a dicha Hacienda de San Faustino y hice saber al mayordomo Phelipe Casimiro de Liendo lo expresado por oficio y puso dicho mayordomo de camisa casas esclavos y arboleda de cacao y demás trastes de su manejo los que puso luego por inventario. Primeramente una casa de bahareque cubierta de cogollos de quince varas de largo y seis y media de ancho vieja en que vive dicho mayordomo (...) Una mesa de sedro de vara y media de largo y una vara de ancho cuatro taburetes de cuero crudo una cuartilla de sedro ocho mochilas de (ilegible) usadas doce mochilas de Crudo de vara y cuarto de largo ocho chicoras tres nuevas y las demás usadas (...) dos hachas nuevas y dos usadas dos palas usadas tres calabosos y tres tazizes nuevos un zepo de cuatro varas y media de largo y media de ancho dies canastos nuevos un macho de carga nuevo dos emxalmas aperadas una casa cubierta de cogollo que tiene lavadero de cacao y cocina de seis varas de largo y cuatro de ancho con dos puertas la una de dos varas y tercio de largo y vara sezma de ancho y la otra de dos varas de largo y de ancho una con su reja del mismo palo buenas BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. siete bohios de los negros cubiertos de cogollo de siete varas de largo y cuatro y media de ancho" (Testamentarias - Letra L - Registro Principal del Distrito Federal). Como vemos, aquellas rudimentarias construcciones fueron diseñadas sólo para albergar cacao e instrumentos de trabajo, contando que como instrumentos de trabajo también eran considerados los esclavos, quienes figuraban en los inventarios engrosando la lista de las chícoras, hachas, palas, canastos, etcNo obstante, además de rudimentarias eran endebles, razón por la cual no sobrevivieron al paso del tiempo. De aquellas construcciones no quedó nada. Sólo tenemos noticias de ellas por la información documental que, aunque ruinosa, todavía se conserva en algunos archivos públicos y eclesiásticos. En muchas oportunidades tratamos de hurgar en la memoria oral buscando recuerdos, relatos legados por los antepasados, en fin, información acerca del pasado más antiguo de las actuales comunidades que conforman la Parroquia Caruao, encontrándonos con testimonios que nunca han permitido reconstruir el periodo correspondiente a la época de las haciendas. Nos referimos a frases como la siguiente: "Aquí hubo haciendas pero, imagínate, yo no te puedo ayudar porque no había nacido cuando eso". (Testimonio de un informante en Todasana, 1985). Avanzando con preguntas construidas a propósito para abrir las puertas del pasado, seguíamos encontrando respuestas que poco a poco nos fueron indicando que la memoria oral en estas comunidades no había registrado la historia más antigua de su trayectoria local BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. Así que implementamos una estrategia de investigación especialmente diseñada para reconstruir la historia de la Parroquia Caruao, en donde los ancianos proporcionarían la mayor parte de los testimonios. Sin embargo, sus recuerdos, o bien los registros de su memoria, nunca cubrieron el pasado más remoto. Algunos confirmaron que: "No, aquí no hubo esclavitud". (Todasana, 1985), refiriéndose en concreto a su comunidad, pero asegurando, en otra oportunidad, que en el poblado vecino el cruel régimen sí imperó: "En Oritapo sí había esclavos, ahí tenían su caporal y todo que los maltrataba". (Todasana, 1998). Por otro lado, nuestra estrategia de reconstrucción histórica nos permitió avanzar sobre el pasado de las familias. Entre otras cosas, elaboramos diagramas de parentesco gracias a la información oral y sobre la base de datos de los registros civil y eclesiástico sobre matrimonios, defunciones, nacimientos y bautizos. Para el caso de Todasana, ello nos permitió confirmar que, efectivamente, sus actuales pobladores descienden de aquellos que fueron esclavos en la Hacienda Tuasana (Altez, 1987, 1996). Sin embargo, con insistencia su testimonio no sólo evade la posibilidad de parentesco con los esclavos sino que, además, se maneja la idea de otros ancestros, más bien blancos: españoles o canarios, e incluso indígenas. Igualmente, en La Sabana, aunque no pudimos demostrar por medio de la genealogía la ascendencia de parientes esclavos, encontramos la misma clase de testimonio donde siempre aparece su antepasado blanco o indígena, el cual es recalcado con insistencia y orgullo. No obstante, tuvimos que aceptarlo: estábamos frente a una especie de negación de la ancestralidad, la cual había BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. bloqueado a la memoria oral, lugar en donde ya no se encontraban "recuerdos" del pasado más antiguo. Por otro lado, ¿cuáles eran las evidencias de ese pasado, si no quedaron ruinas ni restos visibles de aquella época colonial?. ¿Dónde estaba el patrimonio que testimoniara la realidad pretérita? El pasado se había convertido en patrimonio del olvido. La arqueología y el rescate del patrimonio desconocido Sin embargo, nos empeñamos en luchar contra el olvido. Orientados por la información documental comenzamos a adentrarnos en el contexto de la parroquia, más allá de las comunidades, buscando los lugares de asentamiento colonial. Gracias a que la toponimia se conservó (aún montañas, valles y ríos se identifican con los mismos nombres que aparecen en antiguos documentos) y guiados por nuestros informantes, llegamos a sitios a veces lejanos, después de largas horas de camino, así como en otras oportunidades encontramos sitios históricos cerca de los poblados, aunque en su mayoría se trataba de lugares desocupados, cubiertos de maleza y en estado selvático. Algunos hoy son espacios destinados a la agricultura de pequeña escala o conuco, otros, se encuentran abandonados. No obstante, a pesar de que los actuales habitantes no reconocen la importancia histórica de estos sitios, gracias a ellos logramos identificarlos como yacimientos arqueológicos. En efecto, nuestros informantes, generalmente agricultores y cazadores, nos dieron las primeras noticias sobre fragmentos de cerámica colonial y prehispánica, catalogados por los locales como "pedazos de tinaja". Mucho de estos yacimientos, como hemos venido señalando, coinciden con la información histórica documental, por lo cual ambas fuentes BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. (la de archivos y la arqueológica) se han corroborado entre sí. También la memoria oral aparece aquí como fuente de datos históricos. aunque sus portadores no son conscientes de la realidad informativa que manejan. Pronto nos dimos cuenta que esos "pedacitos de tinaja" testimoniaban la presencia de muy antiguos pobladores El trabajo arqueológico había comenzado. Hoy contamos con once yacimientos identificados, de los cuales seis han sido excavados. Los fragmentos rescatados superficialmente indicaron la posibilidad de material enterrado así que realizamos campañas de excavación en los sitios aparentemente más prolíferos. Como resultado pudimos formar una abundante colección de material prehispánico, colonial y republicano que certifica no sólo la presencia de antiguas haciendas, sino también de pobladores anteriores que habitaron estas tierras antes de llegar los españoles. A pesar de algunos inconvenientes técnicos referentes a la datación de los materiales, los restos precoloniales, en su mayoría, se identifican como alfarería valenzoide (Rivas, 1995). En algunas oportunidades aparecen como material asociado a la presencia de petroglifos. como en el caso del “Sitio Los Café”, donde encontramos varios de ellos con motivos muy semejantes a los glifos de otras zonas del país. Hasta el momento, la mayor parte de los materiales precoloniales identificados pueden ser ubicados como pertenecientes al período prehispánico tardío. En algunos pozos, la presencia conjunta, en el mismo estrato, de restos coloniales y alfarería precolonial parece asegurar un momento de contacto. No obstante, los documentos dicen que cuando los españoles se acercaron a estas tierras con intención de fundar BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. allí haciendas cacaoteras, sabían que las mismas estaban “... yermas y despobladas...”, pues “... en la costa arriba del Puerto de esta ciudad entran las tierras y valles que llaman de los Caracas y Tuasana que antiguamente habia indios naturales que por los daños y crueldades de los caribes que los infestaban.., y por otras incomodidades despoblaron los dichos sitios y se salieron de ellos y pasaron a otros cercanos de esta ciudad y al dicho puerto de manera que hemos visto que los desampararon y están yermos e inabitables sin que otros ni indios naturales ni españoles los hayan ocupado labrando ni cultivado...” (Indice de Tierras, año 1622; Registro Principal del Distrito Federal). El necesario reconocimiento del patrimonio. Tal vez pudiera objetarse el definir como patrimonio histórico local a una colección de fragmentos de cultura material que ya no es recuerdo para nadie en estas comunidades. Más aún, sabiendo que en muchas oportunidades la desaparición de los mismos ha estado a cargo de los propios habitantes: tenemos casos en los que algunos yacimientos han sido "tapados" por viviendas autoconstruídas por los vecinos, por ejemplo. También se ha producido la alteración de los sitios como resultado de la acción de gobiernos locales efectuando obras de reparación o de instalación de nuevos servicios. Quizás lo más elocuente al respecto sea la construcción de una plaza pública sobre el antiguo cementerio de La Sabana. No obstante, los antiguos campos santos de la Parroquia Caruao han corrido una suerte similar. En Todasana, el viejo cementerio se encuentra abandonado y pronto a desaparecer como resultado de deslizamientos de tierra, pues BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. está ubicado en una pequeña loma que el desgaste y la erosión están derrumbando. Por demás, este cementerio fue brutalmente intervenido con una pala mecánica a principios de los años sesenta de este siglo, con motivo de la apertura de la única carretera con la que cuenta la parroquia. Una pala mecánica también alteró la mayor parte del viejo cementerio de Osma, así como ocurrió con el de Oritapo del cual sólo quedan algunas cruces sin identificación en el jardín de una extensa propiedad privada. Esto que ocurrió con los cementerios antiguos (los cuales sospechamos que fueron los cementerios de las haciendas) tuvo lugar frente a los ojos de los habitantes- En vista de ello, se deduce lo poco que pueden representar los pequeños fragmentos recolectados en nuestras incursiones arqueológicas. En estas comunidades, donde la memoria oral no recuerda el origen de las mismas (o bien atribuye otros orígenes) y en donde, además, los escasos restos de cultura material parecen no tener mayor significación, se maneja a su vez, una concepción acerca de lo que es patrimonio muy vinculada a una idea monumentalista del mismo. En este sentido, si el patrimonio no se ve, no existe. Nosotros, que concebimos al patrimonio ya no desde su tangibilidad, sino a partir de lo que puede representar, hablamos del mismo como el valor asignado tanto a restos u objetos completos, así como a recuerdos. Patrimonio, de alguna manera, estaría siendo un indicador del pasado. En consecuencia, la ausencia de patrimonio, indicaría la ausencia de pasado. En la Parroquia Caruao, existen evidencias patrimoniales tal como han sido definidas por nosotros, los investigadores. No obstante para la comunidad no lo son, por BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. lo cual carecen de valor positivo y, en esa medida, no coinciden con su idea de pasado. De alguna manera, estos restos y evidencias, se han convertido en algo desconocido, ya no tanto por el hecho de tener o no tener información sobre los mismos. Más bien se les desconoce porque, finalmente, parecen no estar representando nada. De allí, podríamos decir que tienen un carácter no simbólico para estos habitantes. Frente a esta situación se plantea una especie de disyuntiva ética. Por un lado podemos ignorar ese desconocimiento local pues, en definitiva, no interferiría en nuestros resultados; pero por otro lado, sin embargo, como estamos posibilitados para impartir conocimiento acerca de ese patrimonio entre los lugareños, podríamos realizar una suerte de labor pedagógica, ilustrando a los habitantes acerca de lo que nosotros creemos que es el significado de los restos de cultura material encontrados. Transmitiríamos así, con cierta autoridad, el sentido de nuestra propia valoración como el "verdadero" sentido. Sin embargo existe una tercera posibilidad, de alguna forma derivada de la segunda. Se trata de exponer ante la comunidad, con absoluta sinceridad, cual es nuestra interpretación del patrimonio local en cuanto testimonio del pasado. En diálogo abierto, los miembros de la comunidad tendrían oportunidad de exponer sus opiniones por lo cual se estaría realizando un ejercicio concreto de comunicación sin exponer ningún criterio en especial. En realidad lo hemos intentado A través de exposiciones, talleres, carteleras y charlas en sitios públicos de las comunidades hemos transmitido los resultados de nuestro trabajo de reconstrucción histórica local. En todo momento nos ocupamos de que el mensaje fuera lo menos especializado patrimonio a BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. nivel nacional. Hoy, parte de nuestro trabajo consiste en buscar nuevos caminos para lograr un reconocimiento de las huellas del pasado. BIBLIOGRAFÍA ALTEZ, Y. 1987 “Todasana el trayecto de su singular identidad”. Tesis de Grado. Escuela de Antropología, Universidad Central de Venezuela, (en prensa). 1996 “Dios de Todasana”. En: Boletín Antropológico. N°.36. Mérida. Universidad de Los Andes: Centro de Investigaciones Etnológicas / Museo Arqueológico. RIVAS, P. 1995 “Posible significación histórica de la secuencia estratigráfica de Los Café”. (Mimes). ARCHIVOS DOCUMENTALES Archivo Arquidiocesano de Caracas. Registro Principal del Distrito Federal. BOLETÍN ANTROPOLÓGICO Nº 45 enero – abril, 1999, ISSN 1325-2610. CENTRO DE INVESTIGACIONES ETNOLÓGICAS – MUSEO ARQUEOLÓGICO – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES – MÉRIDA. RESUMEN La actual Parroquia Caruao, perteneciente al Estado Vargas. estuvo poblada originalmente por grupos indígenas hasta que a principios del Siglo XVII se convirtió en una región cacaotera trabajada por esclavos negros. Hoy sus habitantes, descendientes de aquellos esclavos, conviven con los restos y muestras del pasadosin asignarles mayor importancia, desconociendo generalmente de qué se trata y contribuyendo en ocasiones a su exterminio. Este descuido que sufre el patrimonio cultural de la Parroquia Caruao es resultado, a su vez, de la versión que acerca de su historia tienen los habitantes de esta región. Nuestro equipo de investigación, entre otras actividades, se viene abocando a la tarea de generar entre los parroquianos un reconocimiento de su patrimonio cultural. Este ensayo ha sido realizado sobre la base de información documental extraída de archivos históricos del Distrito Federal, y sobre la base de datos de campo obtenidos en nuestras incursiones a la Parroquia Caruao. Palabras-claves: Patrimonio Cultural, Caruao, esclavos, cacao. ABSTRACT The parrish of Caruao, Vargas state- was originally populated by indians. In the 17th century african slaves were brought to this region to work in the cocoa plantations. The inhabitants of today, descendents of those slaves, live with what is left of this past history, but without conscience of its importance and generally unknowing most of it, contributing in consequence to its ruin. The carelessness towards the cultural patrimony of Caruao is the result of the version Chat the inhabitants of this zone have about their history. Our research team, has set forth the task, among other activities, to help the people acquire an acknowlegement towards their cultural patrimony. This essay has been based on documental information from the historical files of the Distrito Federal and data obtained in our field research in Caruao. Key words: Cultural patrimony, Caruao, slaves, cocoa plantation