10 | 7 de noviembre de 2005 sociedad Mariana González marianaglez66@hotmail.com El programa de trabajadores temporales, dado a conocer hace unas semanas por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, aminoraría las oportunidades de trabajo para los ilegales mexicanos y no ofrece ninguna posibilidad de obtener el permiso de residencia en aquella nación. El académico del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Marco Antonio Ramírez Martínez, dijo que el proyecto, sometido a discusión en el Congreso estadunidense, resulta “tramposo”, pues obliga a los ilegales a “presentarse” ante las autoridades: “Quienes deseen involucrarse en este programa estarían obligados a darse a conocer, es decir, terminar la ilegalidad en la que viven y registrarse ante las autoridades migratorias. Además, tendrían que pagar una multa de alrededor de dos mil dólares para ser incluidos, de otra forma deberían regresar a su país”. Ramírez Martínez, quien ha estudiado temas relacionados con la migración, explicó que el proyecto, tal y como fue presentado, no representa ningún beneficio para los millones de connacionales indocumentados que viven en Estados Unidos, pues solo les proporcionaría una fuente de trabajo, mas no prestaciones –de seguridad social, etcétera– ni el reconocimiento como ciudadanos. Ello favorecería a los empresarios norteamericanos: tendrían acceso a mano de obra barata, con la ventaja de que estos empleos no implicarían compromiso alguno con los trabajadores. “El programa no cobija otros aspectos que beneficien a los migrantes o a sus familias. Simplemente es un programa temporal. Les da una ocupación por tres años, tiempo en el cual estarían supeditados a una serie de leyes y reglamentos”. De no acatarlas, serían expulsados inmediatamente de Estados Unidos. Cualquier tipo de apoyo, añadió, debería discutirse y pactarse con los empleadores, como sucedió en el programa Bracero de hace varias décadas, cuando descontaban a los trabajadores un 10 o 15 por ciento de su salario para un fondo social. Al cuestionarlo sobre la posibilidad de que los migrantes pretendan quedarse en territorio norteamericano una vez finalizado su contrato, el investigador del Departamento de Economía consideró que dicha empresa iría destinada al fracaso, pues los inscritos estarían bajo vigilancia en forma permanente. “De acuerdo con el proyecto, el gobierno de Estados Unidos cerraría todas esas posibilidades al volver más rígidas las leyes y reglamentos. Incluso serían monitoreados y vigilados durante su estancia laboral. Resultaría difícil que pudieran quedarse, por los problemas que enfrentarían los empleadores al contratar ilegales, si se llegar a legislar en ese sentido”. Podría verse disminuida la planta productiva joven en México FOTO: Milenio “Tramposo” el programa de trabajadores temporales “Quienes deseen involucrarse en este programa estarían obligados a darse a conocer, es decir, terminar la ilegalidad en la que viven y registrarse ante las autoridades migratorias. Además, tendrían que pagar una multa de alrededor de dos mil dólares para ser incluidos, de otra forma deberían regresar a su país”, señala especialista universitario. El pasado 18 de octubre, el gobierno de George W. Bush presentó al Congreso norteamericano un programa de trabajadores temporales que ofrecería fuentes de empleo a los sin papeles, pero no trazaba un camino para la legalización migratoria. Altos funcionarios del gobierno estadunidense argumentaron que el proyecto lidiará con dos grandes dificultades: la alta demanda norteamericana de trabajadores y la participación “activa” de un estimado de ocho millones de indocumentados en la economía de aquel país. Al concluir el programa, con una duración de tres años, aunque podrá renovarse una vez, los migrantes deberán volver a su país de origen. Más remesas, menos fuerza de trabajo La inscripción de mexicanos a este proyec- to de trabajadores temporales no implicaría una diferencia drástica en la cantidad de remesas a nuestro país, pero sí una disminución de la fuerza laboral más joven, aseguró Ramírez Martínez. El coordinador de la carrera de mercadotecnia del CUCEA mencionó que los recursos provenientes de las remesas enviadas por los mexicanos radicados en Estados Unidos suben de 10 a 15 por ciento al año. Un mayor número de paisanos en ese programa, aclaró, sí aumentaría dicho porcentaje, aunque en una proporción mínima. Ello se debe, explicó, a que el objetivo del proyecto es captar a quienes ya residen en aquel país y desempeñan un trabajo como indocumentados, no tanto a quienes viven en México y desean emigrar. No obstante, una de las repercusiones que tendría para la economía mexicana la continua migración hacia nuestro vecino del norte es una drástica disminución de la planta productiva joven. Si continúa el flujo migratorio de personas entre 18 y 30 años, como marca la tendencia hasta ahora, dentro de 20 o 30 años México enfrentaría un cambio irreversible en su pirámide poblacional, que afectaría la economía. “Habría complicaciones serias por el envejecimiento de la población, algo parecido a lo que sucede en Europa, donde la economía está sostenida por personas de edad mayor. Eso generaría problemas económicos”. El panorama se agrava si consideramos que la población migrante posee una instrucción cada vez más alta. El 40 por ciento de quienes se trasladan a Estados Unidos, apuntó, tiene nivel de preparatoria, incluso muchos han concluido una carrera técnica o una licenciatura.n