16 años sin Freddie Mercury. Eustacio Asnar Un 24 de noviembre de 1991, el mundo se quedó sin una de sus más grandes voces… y nació la leyenda de Farroukh Bulsara, mejor conocido como Freddie Mercury. Hasta el momento, no he conocido a alguien que no se rinda a dos canciones: Love of my Life y Too much love will kill You, ambas de la agrupación británica Queen. Por más bellas que son, ninguna tendría tan poderoso efecto en quienes las escuchan, de no haber sido algún día entonadas por la extraordinaria voz de Freddie Mercury. Exactamente, hace 16 años que dejó de existir. Un 24 de noviembre de 1991. Cuando se menciona su nombre, se evoca a un rebelde, a una reina, a un poeta. Pero sobre todo, a uno de los más exquisitos artistas que se han atrevido a enarbolar la causa del rock and roll. Sus años mozos Freddie Mercury nació bajo el nombre de Farroukh Bulsara, hijo de Bomi y Jer Bulsara. La ciudad que lo vio por primera vez fue Stone Town, Zanzíbar en el país africano de Tanzania, el 5 de septiembre de 1946. A los 10 años de edad ganó el campeonato de la Escuela de San Pedro, un colegio inglés en Panchgani, India. En esas circunstancias, mientras se enamoraba perdidamente de las expresiones artísticas, fue que sus compañeros lo bautizaron como todo el mundo lo conocería años más tarde: le comenzaron a llamar Freddie. A raíz de su creciente desarrollo artístico, el director de la escuela instó a sus padres a aumentar el pago de colegiatura, de manera que el joven Bulsara pudiera recibir instrucción musical seria. Ahí es cuando aprende a tocar el piano, el instrumento en el cual adoraba interpretar sus composiciones. En 1958 se registra el nacimiento de la primera banda con Freddie a bordo: The Hectics. Esta agrupación la completaban Derrick Branche, Victory Rana, Bruce Murray y Farang Irani, y tocaban en distintos eventos escolares. En 1962 regresó a Zanzíbar, para llevar una vida normal en compañía de familia y amigos. Dos años después, y debido a la inestabilidad política, la familia Bulsara decide emigrar a Inglaterra. Freddie vivió su adolescencia trabajando en restaurantes, bodegas y comercios diversos alrededor de Middlessex. Era un todo un fanático de Jimi Hendrix, a quien imitaba e incluso dibujaba. En 1969, habiendo completado su instrucción en diseño y artes gráficas en la Universidad de Ealing, decide mudarse con Roger Taylor, con quien abrió un pequeño local en el mercado de Kensington en donde vendía obras de arte manufacturadas por él y varios colegas suyos. Fue en ese año que conoció a la banda The Ibex. Se entusiasmó tanto, que algunos días más tarde ya había memorizado las canciones del grupo, y hasta había compuesto algunas otras. Esa fue la primera experiencia de Freddie en un grupo. La banda, después rebautizada como Wreckage, y a pesar de toda la expectativa y el potencial, desapareció meses después. Casi inmediatamente, Freddie consiguió el trabajo de vocalista con la banda Sour Milk Sea. Todo iba muy bien, hasta que el guitarrista Jeremy “Rubber” Gallop, dueño del equipo de la banda, decidió disolverla por celos ante la amistad que habían trabado Freddie y Chris Chesney, otro de los miembros del grupo. En 1972, la banda The Smile, que contaba entre sus miembros a Roger Taylor y Brian May, se quedó sin Tim Staffel, su vocalista. Inmediatamente entró Freddie como substituto, y tal como sucedió con The Ibex, le cambió el nombre a la banda por el de Queen, y dejó su apellido paterno cambiándolo por Mercury. Así se escribió la primera página de la historia de Freddie Mercury. Los años de “La Reina” El 25 de noviembre de 1972 está registrado como la fecha oficial en la que inicia la historia de Queen. En aquel entonces, todavía no contaban con bajista; poco después llegaría John Deacon, completando la alineación de la mítica banda. En ese entonces, el rock duro de Led Zeppelín y Deep Purple chocaba y se mimetizaba con la progresión exhibida por Pink Floyd, Genesis y King Crimson, por mencionar algunos. Ese fue el caldo de cultivo que gestó el estilo musical de Queen. En sus inicios sonaron duros y muy viscerales, pero conteniendo elementos épicos y teatrales, que se desarrollarían con más argumentos conforme al avance de su carrera. Con Queen, Freddie se convirtió en el prototipo de líder o frontman de una banda de rock. Su estilo desenfadado, pero siempre lleno de actitudes teatrales, graves y hasta operísticas, hacía extraordinario juego con su prodigiosa garganta. Quizás el punto más alto de interpretación tuvo lugar en 1987, año en el que Queen grabó su actuación en el Estadio Wembley. En esa afortunada ocasión, más de 140 mil personas, repartidas en dos noches, disfrutaron del pináculo de la fama de la banda, y claro, de Freddie en su mejor momento. De esa experiencia, destacan la interpretación de Who wants to live forever, Love of my life y I want to break free. Realmente, todo el concierto es impresionante. No hay momento desperdiciado ni débil. Así de buenos eran estos músicos juntos. Mercury grabó 14 álbumes al lado de sus compañeros de Queen: Queen (1973), Queen II (1974), Sheer Heart Attack (1974), A night at the Opera (1975), A day at the Races (1976), News of the World (1977), Jazz (1978), The Game (1980), Hot Space (1982), The Works (1984), A kind of Magic (1986), The Miracle (1989) e Innuendo (1991). Cada uno de ellos tiene, al menos, una canción que se quedó en la mente de sus seguidores, y de los amantes del rock, en general. La carrera musical de Freddie en Queen duró cerca de 30 años. Se presume que, a la fecha, han vendido más de 300 millones de discos alrededor del mundo, además de ser la banda que reunió a una de las mayores audiencias pagadas de la historia (131 mil personas con boleto pagado en el Estadio de Sao Paulo, en Brasil, 1981). Mención aparte merece su actuación de dos noches en el estadio de Wembley (1986) en la que tocaron frente a una audiencia total de más de 140 mil personas. En 1981, Freddie y sus compañeros de Queen actuaron en nuestro país en dos fechas, una en Puebla y otra en Monterrey. Circula una leyenda que en el recital de Monterrey, Freddie fue agredido con una lata llena de cerveza, lo que ocasionó la terminación del concierto. Aún no hemos podido constatar que esto sea cierto. Lo único que nos deja espacio a la duda es el hecho de que la banda nunca regresó a mostrar su arte musical en territorio mexicano. En solitario A principios de 1983, Queen se encontraba en receso. Freddie había trabado contacto con Giorgio Moroder, quien en aquel entonces estaba trabajando en un remake de Metropolis, la cinta clásica de Fritz Lang. Moroder pidió a Mercury su colaboración para la banda sonora de la cinta, en la cual ya figuraan Pat Benatar, Billy Squier y Adam Ant, entre otros músicos de la época. El resultado fue la canción Love Kills, que más tarde fue incluida en el álbum póstumo The Freddie Mercury Album. Los jugos creativos instigados por esta canción se vertieron definitivamente en Mr. Bad Guy, de 1985, su primera producción como solista. De ahí se desprende su sencillo I was born to love you, junto a otras canciones que sonaban un tanto “bailables”. El disco fue recibido con críticas encontradas, pero fue la semilla que floreció definitivamente en Barcelona, de 1988. En este álbum, Freddie desgrana, guisa e integra definitivamente el rock con la ópera, a lo largo de 8 cortes a dueto con la soprano española Montserrat Caballé. De este disco destaca, justamente, Barcelona, una de las canciones tema de los juegos olímpicos de 1992, realizados en la ciudad del mismo nombre. En 1987, Freddie también prestó su voz a una canción clásica, llevándola a un status inmortal: The Great Pretender. Muchos coinciden en que esta, quizás, sea su última y gran colaboración al mundo musical. Esta versión suena triste en extremo, pero con un extraño y oscuro sentido del humor. La carrera en solitario de Mercury se puede escuchar, básicamente, en tres discos: Mr. Bad Guy (1985) Barcelona (1988) y The Freddie Mercury Album (1992). El fin Estaba en su casa en un suburbio de Londres. Un día anterior había dado la nota anunciándole al mundo su condición de portador del virus del VIH. Postrado en cama, rodeado de familiares y amigos, exhaló su último aliento, víctima de las complicaciones de la neumonía. Sí, su servidor, quien escribe esto, sintió un tremendo vacío en el estómago cuando recibió la noticia. Al igual que millones de personas en el mundo, sentí que se fue para siempre uno de mis mejores amigos, que irónicamente jamás me conoció (y obviamente ni sabía que yo existía), pero que estaba tan cerca de mí a través de sus inmortales interpretaciones. Nunca olvidaré ese viernes, un par de meses posteriores a su muerte, en que vi el videoclip para la canción These are the days of our lives. En esas imágenes, Freddie se nota demasiado maquillado, un poco demacrado y muy delgado. Pero su semblante se ilumina por un momento, al final de la canción. Simplemente musita un “I still love you”, y sale de cuadro. Así se despidió de mí. Esos segundos se los agradezco a la vida infinitamente. En fin, como dirían por ahí “las cosas buenas no duran”. Y sí. Freddie murió a los cuarenta y tantos; muy joven para mi gusto. Bono también ronda ya los cincuenta años. De los Rolling Stones o los Beatles que quedan vivos, mejor ni hablamos. Este 24 de noviembre…Show Must Go On… no hay más. Freddie así lo hubiera querido. Curiosidades: •Queen ha vendido, a la fecha, más de 300 millones de discos en el mundo. •Muchos medios especializados la han catalogado como la banda más exitosa de las últimas tres decadas (70, 80 y 90). •Freddie Mercury profesaba el Zoroastrismo, religión monoteísta promovida por el profeta iraní Zarathustra o Zoroastro. •Robert de Niro coprodujo el musical “We will rock you”, basado en la música de Queen, escrito originalmente por Ben Elton. •Para 1980, Queen ya había vendido 45 millones de discos alrededor del mundo.