Dad a Dios lo que es de Dios Gerard Urrútia Diumenge 29 de Juny de 2014 Església Evangèlica de Trèvol Dad a Dios lo que es de Dios Luego enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos para tenderle una trampa con sus mismas palabras [para hacer que Jesús cayera en la trampa de decir algo por lo cual pudiera ser arrestado]. Al llegar le dijeron: —Maestro, sabemos que eres un hombre íntegro [veraz]. No te dejas influir por nadie [eres imparcial] porque no te fijas en las apariencias, sino que de verdad enseñas el camino de Dios. ¿Está permitido pagar impuestos al César o no? ¿Debemos pagar o no? Pero Jesús, sabiendo que fingían [percibiendo la hipocresía de ellos], les replicó: —¿Por qué me tendéis trampas? Traedme una moneda romana [un denario de plata] para que la vea. Le llevaron la moneda, y él les preguntó: —¿De quién son esta imagen y esta inscripción? —Del César —contestaron. Respondiendo Jesús les dijo: —Dad, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Marcos 12:13-17 (NVI) Lealtad Una cuestión de lealtad • Una alianza imposible: • Devoción a alguien o a algo – idea, país, institución… • Fidelidad • No dar la espalda • Cumplir los compromisos aún en circunstancias cambiantes y desfavorables • No es posible una lealtad dual (ex. matrimonio) • Lo contrario es traición – Fariseos – Herodianos • Enviados para tender una trampa a Jesús • Enemigos de Jesús: — Acusados — Amenazados • Querían destruirle • Una pregunta capciosa – TRAMPA — Impuestos al César ¿Lealtad a Dios o al César? La cuestión de los impuestos La respuesta esperada • La pregunta: ¿Es lícito pagar impuestos al César? • Israel: Dos opciones con consecuencias: —Una nación ocupada (provincia romana) —Una nación sojuzgada y oprimida (tributo) —Una nación humillada y ofendida (apostasía) • • • • César = Dios + Sumo Pontífice (abominación) Rebelión de Judas el Galileo (censo) (6 DC) Conciencia nacional judía Expectativa mesiánica – libertador La respuesta de Jesús • Una respuesta más allá de ‘Sí’ y ‘No’ —“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” • Principios (1º nivel): —La autoridad humana puesta por Dios – límites —Las obligaciones y responsabilidades sociales del cristiano como ciudadano de este mundo • Principios (2º nivel): —La supremacía absoluta de Dios en TODO —Debemos discernir nuestra lealtad en nuestros actos y decisiones • Sí – Fariseos (Teocracia) – Descrédito de Jesús ante los judíos — Él no puede ser el Mesías esperado • No – Herodianos (alianza con Roma) – Rebelión contra la autoridad de Roma — Jesús debe ser detenido y destruido para evitar una insurrección del pueblo judío Los hipócritas declaran la Verdad • Una declaración fundamental: “ Maestro, sabemos que eres un hombre íntegro [veraz]. No te dejas influir por nadie [eres imparcial] porque no te fijas en las apariencias, sino que de verdad enseñas el camino de Dios.” • Base firme para asegurar nuestra lealtad y discernir qué es legítimo • Nuestra cultura y sus ídolos contemporáneos que reclaman nuestra lealtad (pagar tributo – no con ‘denarios’ sino con nuestro tiempo, esfuerzo, capacidad, recursos…) – Mateo 6:24 »Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas. ¿Es lícito…? La voluntad de Dios para nuestras vidas Tres niveles: Lo que es contrario a su voluntad Lo que es lícito pero no conviene Lo que Dios pide y espera de nosotros Una posible reacción • El creyente que cree en la declaración hecha sobre Jesús entiende que TODO le pertenece a Dios • Todo lo que somos y tenemos es de Él • Todas las áreas de nuestra vida están bajo su autoridad • No hay separación entre lo sagrado y secular • No reduce la voluntad de Dios a una lista • Debemos buscar y discernir su voluntad en cada momento, frente a cada situación o decisión: – Conocer lo que es contrario a su voluntad – Lo que no es conveniente – Lo que espera de nosotros La (contra) pregunta de Jesús que no podemos eludir • ¿Es lícito vivir de la manera como vivo? – Mi tiempo, hábitos, relaciones, recursos… • Pregúntate: – ¿Es contrario a su voluntad? – ¿Es conveniente? – ¿Es lo que Él pide de mí? César versus Dios • ¿Qué daremos al César y qué a Dios? • Daremos más tributo a César (lealtad) en la medida que Dios ocupa un lugar menos importante en nuestra vida; su influencia sea menor; nuestro corazón esté más lejos de Él; el mundo ocupa y llena más nuestro corazón, pensamiento y deseos — De la abundancia del corazón habla la boca (Mt 12:34) — Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón (Mateo 6:21) — Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos (Mateo 7:16-18) La moneda • Un valor asignado • Imagen grabada • Una inscripción • “Tiberio César, hijo del divino Augusto” • “Sumo Pontífice” • Si la moneda es nuestra vida, ¿qué imagen está grabada en ella? ¿qué inscripción pueden otros leer en ella? – La imagen del César o de Dios – La inscripción de que nuestra lealtad está depositada en el César o en Dios ¿Cuál será nuestra decisión hoy? • Lo que estamos dispuestos a entregar al César o a Dios (nuestra lealtad): — Lo que erais antes murió cuando fuisteis unidos al cuerpo de Cristo. Ahora pertenecéis a otro, a Cristo, que resucitó de la muerte. Y puesto que le pertenecéis, podéis vivir una vida útil para Dios (Ro 7:4) — Y si no os parece bien servir al SEÑOR, escoged hoy a quién habéis de servir: si a los dioses que sirvieron vuestros padres, que estaban al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR. (Josué 25:15) La moneda • Depende del valor que asignemos a Dios: – En nuestra vida estará grabada la imagen de Cristo – Se podrá leer en ella la inscripción de que le pertenecemos sólo a Él • Resultados visibles (frutos): – No le desobedecemos – Haremos lo conveniente – Haremos su voluntad • Una decisión con consecuencias: —“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre [cosas inimaginables; que ninguna mente humana ha concebido], son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Cor. 2:9)