La mujer empresaria consigue superar los tabúes

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EMPRESAS - Pymes 22/06/2005
La mujer empresaria consigue superar
los tabúes machistas
Erika Osteriz. Madrid
Actualizado: 18:15
El machismo comienza a desaparecer de la estructura
de las empresas. A la mujer empresaria le ha costado
muchos años que se le reconozcan sus habilidades
profesionales, pero ya ha conseguido superar los retos
derivados de la cultura machista.
Una sala grande con un grupo de directivos esperando
la presentación de un proyecto. Doce corbatas y los
últimos resultados futbolísticos dominan el ambiente.
Entra Cristina, una mujer de 27 años, que es la
encargada de mostrar el proyecto. Comienza la
presentación y la atención se centra sobre... las
piernas de la chica. Ella trata de ignorar la situación
durante los primeros 15 minutos, pero siente que no
puede continuar cuando no se presta atención a sus
explicaciones. Respira profundo, acentúa los gestos
serios en su rostro, decide elevar un poco más su tono
de voz para poner énfasis en los puntos claves del
proyecto. Poco a poco va captando la atención de sus
interlocutores sobre el contenido de la presentación y
no sólo en su apariencia. “Una situación difícil, pero
que lamentablemente todavía ocurre”, comenta con
una sonrisa doce años después.
Cristina Tello es farmacéutica y ahora tiene su propia
empresa: una agencia de comunicación dedicada a la
salud. Esa presentación fue uno de los primeros retos
a los que se tuvo que enfrentar en 1993, cuando
apenas había fundado la compañía. Logró superarlo a
pesar de lo complicado que resultó transmitir que
contaba con la capacidad intelectual y experiencia
necesaria para esa labor.
Cristina es una de las 991.200 mujeres empresarias
existentes en España. Ha sufrido varios problemas de
reconocimiento profesional en su entorno laboral, sólo
por el hecho de ser mujer.
Cada vez hay más mujeres líderes en el mundo
empresarial. “Pero aún somos miradas con cierta duda
cuando nos toca asumir puestos directivos”, explica
María Martín, vicepresidenta de la Asociación
Española de Mujeres Empresarias de Madrid
(Aseme).
Martín explica que la diferencia básica entre un
hombre líder y una mujer líder en los negocios radica
en que se da por sentado que el hombre tiene la
capacidad suficiente para ejercer correctamente un
puesto directivo, mientras que la mujer tiene que
demostrarlo. “Si el hombre se equivoca, los demás
dicen que a cualquiera le puede suceder, mientras que
si la mujer comete un error, le pasó porque es mujer”,
explica.
Además de la falta de credibilidad en el entorno
laboral, la mujer líder también se encuentra con el
problema de la imagen.
Lo que en algún momento se consideró una ventaja,
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en muchas circunstancias es un inconveniente.
“Algunos hombres cuando ven a una empresaria
guapa y arreglada creen que sólo es imagen y dudan
de su capacidad”, explica Laura Rojas, directora de
una empresa de ingeniería y mantenimiento en
Barcelona. Almudena Mesa, otra empresaria, explica
que esa situación se puede presentar muy a menudo,
pero que “hay que saber llevarlo con política y
educación”.
Cristina Tello explica que a medida que pasan los
años es más fácil hacer entender a los hombres que el
aspecto no lo es todo y “que las mujeres somos tan
capaces como ellos”. La importancia que se le da a la
imagen ha cambiado con el tiempo y ahora es una
preocupación tanto para la mujer como para el
hombre. Todas las mujeres líderes consultadas
explican que la apariencia es relevante en cualquier
trabajo, pero que no es lo más importante. “Es un
complemento, que no vale de nada si no hay una
buena preparación”, comenta Almudena Mesa.
Hace unos años el problema principal para una mujer
que quisiera involucrarse de lleno en el ámbito laboral
era la familia y los hijos. Hoy en día es una situación
que queda en segundo plano, “pues cada vez se
comparten más las labores en el hogar entre el hombre
y la mujer”, comenta Tello.
Actualmente, entre un 5% y un 7% de los grandes
cargos directivos en España son ocupados por
mujeres. La directora general de IBM, Amparo
Moraleda, es un ejemplo de ello. La cifra es muy
similar al resto de los principales países europeos. Del
cien por cien de empresarios en España, el ochenta
por cien pertenece a la pequeña y mediana empresa, y
es en este ámbito donde la mujer destaca más. El 35%
de los puestos directivos de este tipo de compañías
está ocupado por el género femenino. A pesar de
todos estos cambios, la equiparación entre el hombre
y la mujer en el mundo del trabajo es aún lejana,
según la vicepresidenta de Aseme, quien asegura que,
“por lo menos, quedan un par de décadas”. No
obstante, el número de personas del género femenino
con cargos directivos aumenta día a día.
”Si fuera hombre no podría dar más por
mi empresa”39 años. 1,75 metros de estatura.
Configuración delgada, morena, y cabello largo. Ropa
moderna, poco maquillaje y un brazalete en el tobillo
derecho. Cristina Tello es farmacéutica. A los 26 años
decidió montar su propia agencia de comunicación
relacionada con la farmacia. Trabaja entre 10 y 12
horas al día. Tiene 3 hijos y trata de llevarlos todos los
días al colegio. Ama a su familia y su trabajo, pero es
consciente de que “la súpermujer no existe”, y que
necesita ayuda para llevarlo todo. Su mayor logro
como mujer líder empresarial es “la creación de
equipos humanos”. Asegura que si fuera hombre su
trabajo lo haría diferente, pero no mejor, porque lo da
todo.
“La mujer líder tiene muchas
ventajas”Pasar de ama de casa a empresaria con
éxito no es un caso muy común. Sin embargo, existe.
Laura Rojas es una de ellas. Se casó muy joven y los
primeros años los dedicó a su matrimonio y a sus
hijos. Llegó un momento en que necesitaba
desarrollarse como profesional y empezó a trabajar
como gerente en Muller, una compañía de
mantenimiento de superficies. Desde ese momento no
ha parado, y ahora que tiene 49 años completa su
papel de madre, con el de ejecutiva y presidenta de la
Federación de Asociaciones Americanas en Cataluña.
Laura piensa que ser mujer en muchas ocasiones es
más una ventaja que un inconveniente. “En las
reuniones empresariales hay menos tensión si hay
mujeres”, asegura.
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“Perdimos un proyecto por ser
mujeres”Almudena Mesa tiene 34 años, está casada
y tiene dos hijos. Es licenciada en turismo. Trabajó
durante mucho tiempo en una agencia de publicidad y
hace nueve años montó Solución, una empresa que se
encarga de ubicar en el mundo laboral español a
profesionales expatriados. La empresa de Almudena
tiene 20 empleados y todas son mujeres. Un cliente de
Irak le pidió que fueran hombres los encargados de
ubicar al grupo de personas que venían con él a
España. Esto significó el rechazo del proyecto por
parte de la empresa. “El mundo profesional a veces es
difícil para la mujer, pero no hay que dejarse
intimidar, hay que demostrar que podemos”, dice.
“Ser madre me ha ayudado a ser
empresaria” María Jesús Pérez es la consejera
delegada del Centro de Estudio Adams desde hace
once años. Es abogada y recién graduada montó su
propio bufete en el que trabajó durante ocho años.
Tiene 51 años y dos hijos adolescentes. Precisamente
su experiencia como madre ha sido lo que le ha
permitido tener éxito en su carrera profesional. “El
hecho de aprender a comprender y organizar todo es
lo que más me ha ayudado a ser empresaria”, explica.
María Jesús piensa que ser mujer tiene ventajas en
todos los aspectos de la vida, pero en el empresarial,
“mucho más, porque somos las que luchamos porque
las relaciones personales fluyan bien, lo que a su vez
beneficia a la empresa”.
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