A la escucha de la felicidad Jazz In Marciac nos gusta tanto que le hemos puesto el cariñoso mote de JIM. Los astros se alinearon para que naciera en una magnífica ciudad fortificada de la tierra de D’Artagnan y los Tres Mosqueteros, en un paraje natural preservado, y creciera más de lo que nadie habría esperado. De entre las personas que asistieron a su primer espectáculo en 1978, ¿quién habría podido imaginar que, algunos años más tarde, decenas de miles de visitantes se congregarían en pleno verano a aplaudir a las más grandes figuras del universo del jazz? Sería imposible enumerar todos los ingredientes que han contribuido a semejante éxito, no obstante, es importante destacar la dimensión humana de este festival en el que, reunidos bajo la figura tutelar y afable de Wynton Marsalis, un ejército de voluntarios se entregan con verdadera pasión. Desde finales de julio hasta mediados de agosto, el vendaval del jazz sopla en todas partes —tanto bajo la carpa gigante y en la plaza del pueblo, como en la extraordinaria sala de L’Astrada— dejando tras de sí una estela de músicas hermanas: blues, world music, soul, latin jazz… que forman parte de su encanto; y es que JIM es un festival de mente abierta, aunque jamás deja de lado sus raíces y se niega a ceder a la demagogia. Déjate llevar y piérdete por el festival Bis, visita las exposiciones de las galerías, admira los productos artesanales, degusta las suculentas especialidades gastronómicas, como el foie gras, el confit, el magret, el armañac, los vinos de Côtes de Gascogne… Y sobre todo, agudiza el oído: en Jazz In Marciac, la felicidad tiene muchas cosas que contarte...