LA COLUMNA DE LA ACADEMIA Mucho ruido y pocas... José

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LA COLUMNA DE LA ACADEMIA
Mucho ruido y pocas...
José García de la Torre
Además de ser el nombre de un malvado científico en un conocido comic,
“Decibelio” es, en Física, la unidad que mide el efecto que produce un sonido. Los
decibelios dependen de la intensidad intrínseca del sonido, y de la distancia a la que nos
encontramos del foco emisor. El sonido es un fenómeno natural; constituye una manera
esencial de comunicación de los seres vivos, y la inteligencia humana lo convierte en
palabra, en música, ...
Pero en nuestras ciudades, la acumulación de sonidos se convierte en ruido.
España es el segundo país mas ruidoso del planeta, y Murcia, uno de los lugares mas
ruidosos de España (www.ruidos.org), y por ende, del ancho mundo. El ruido es otra
grave contaminación; es como el chapapote de las ciudades del sur, en las que vivimos
en la calle o con las ventanas abiertas. En Madrid se ha considerado la faraónica
operación de reubicar el aeropuerto, por el ruido que produce en la cercana localidad de
Barajas (las torres de la iglesia se ven desde las pistas). Pero una motocicleta, de esas
trucadas, a cinco metros, produce muchos mas decibelios que un reactor despegando a
un kilómetro de distancia. Sentados en una terraza de la murciana Gran Vía, recibimos
bastante más decibelios que en otra situada en la coqueta Plaza Mayor de Barajas; si
pierden un vuelo, vayan a comprobarlo.
El ruido contamina seriamente nuestra calidad de vida. Aunque lo saben los
médicos (busquen “ruido” junto con “salud” en Internet), sin embargo bastantes
ciudadanos, y lo que es peor, las autoridades competentes, parecen ignorar sus efectos:
aceleración del pulso, elevación de la tensión, secreción gástrica, irritabilidad, insomnio,
estrés crónico, pérdida auditiva, etc.
Cedo el resto de mi columna a Pérez Galdós. A través del Sr. Moreno, un
“ilustrado” personaje en Fortunata y Jacinta, decía Don Benito: “¿Saben ustedes cual
es una de las cosas que me cargan más en España?... Es que esta pícara raza no conoce
el valor del silencio. No podrán meter ustedes en la cabeza de esa gente la idea de que la
persona que se pone a hacer ruidos cuando yo hablo, escribo, pienso o duermo, me roba,
me roba el silencio. Apoderarse del silencio ajeno es como quitarle a uno el dinero del
bolsillo”. (Ahora el lector puede completar el título).
José García de la Torre es Académico Numerario
de la Academia de Ciencias de la Región de Murcia
www.academiadeciencias.regionmurcia.net
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