LA VENGANZA DEL PLANETA TIERRA De Lucas Mauricio Dana Esc. Experimental Horacio de la Mota (Mención) Todo estaba muy tranquilo. Joel, Blanca y su hijo Kevin estaba en su casa como lo hacía habitualmente. En ese momento se encontraba jugando con su auto de carrera, imaginando que era piloto. Estaba todo muy tranquilo, cuando de repente ¡pum!, la tierra se abrió y se llevó a los árboles de la vereda de su casa. Kevin y su familia estaban muy asustados, todos los vecinos salieron a ver qué había pasado. Entonces Kevin le dijo a su padre: - Papi. ¿Qué paso? Tengo miedo - En ese momento él se tomó muy fuerte las manos de sus padres. No, no pasa nada hijo – respondió Blanca. Cuando la familia salió todos los vecinos rodeaban su casa y juntos cautelosamente rodearon el sector en donde los árboles se habían hundido. Luego todos los vecinos comenzaron a mirar con miedo todo los que pasaba. En un momento de mucho profundo silencio se escuchó e sonido de un celular. Era de la vecina Marta que con mucha vergüenza atendió su teléfono atendió la llamada: - - Hola. Ayúdame tía, ayúdame, por favor. Se abrió la tierra en el patio de casa. El árbol, el árbol! ¿Qué paso? Cálmate, cálmate – respondió sorprendida Marta. Estaba yo cocinando y Mateo jugaba en la hamaca del gran árbol que está en el patio y de repente escuché un fuerte ruido. Lo primero que hice fue mirar a Mateo pero ya era tarde. El gran árbol no estaba y Mateo tampoco… - llorando desconsoladamente dijo - no sé qué hacer. Quédate tranquila, ya vamos a avisar a la policía, a la ambulancia… no sé, ya vamos a ver. ¿Qué paso? Dijo Joel a Marta. Llamó mi sobrina y a ella le sucedió lo mismo. El gran árbol de su casa desapareció. La tierra se abrió y se lo trago. A todo esto la tensión crecía más y más. Joel al notarlo, llamó al hotel y a la ambulancia. Cuando llegaron les comento lo que sucedió pero ellos quedaron impactados. Solo se podía ver la gran marca del suelo que se había abierto y se había vuelto a cerrar. Marta, habló con los médicos y los envió a la casa de su sobrina. Mientras la ambulancia se iba, Joel le dijo a Blanca: - Vayan a la casa de tu madre, ahora. - Pero, eso queda fuera del país. Página 1 de 5 - Vayan, yo prefiero tenerlos lejos y bien, antes de que estén cerca y muy mal. Entonces sin empacar, ni nada, Kevin y Blanca se fueron a la casa de Nora. Entre todo el ruido de la sirena y el bullicio de la gente, se escuchó otro celular. Era el de un vecino. - Hola. - Hola necesito ayuda, vivo en el barrio este del pueblo y los árboles de toda la manzana desaparecieron. Ayuda, estamos muy asustados - dijo con mucho miedo la voz en el celular. En ese mismo instante, la policía junto a los médicos pidieron refuerzos y los mandaron hacia ese sector de la ciudad. Luego de un momento de silencio, Joel les dijo: - El problema, del cual nadie se dio cuenta, es que cuantos menos árboles tendremos menos oxígeno para respirar. -Pero son pocos los árboles que desaparecieron, por ahora no nos preocupemos por esoDije Marta. Joel se quedó pensando, al igual que toda la gente del lugar que trataba de descubrir las causas de este fenómeno. Toda la ciudad se unió para pensar. Pero los árboles seguían “desapareciendo” y los heridos eran cada vez más. Pero Joel seguía muy afligido pensando y pensando… ¿Qué estamos haciendo mal?.... ¿Qué daños cometemos?, ¿Qué impacto tiene en el planeta lo que hacemos en nuestra vida diaria? Y mientras pensaba recibió un llamado de su esposa al cuál atendió rápidamente: - Mi amor estás bien, ¿Qué te pasó? ¿Y Kevin? No quiero seguir pensando. ¡¡Hay no, no, se lo llevó la tierra!! ¡¡No!!- Lloraba. -¡Ya basta, quédate tranquilo! Estamos bien. Vamos por la mitad del viaje. Vamos a llegar mañana por la mañana. Te amo, cualquier cosa te llamo. -Yo también amor. ¡Pero... para! ¿Y Kevin? -Kevin está durmiendo. Te amamos chau. -Yo también los amo. Ya había llegado la noche, y cada vez había menos árboles en la ciudad. Un vecino de Joel, que no creía en nada de lo que estaba pasando, lo llama por teléfono y le dice: -Joel, hombre grande, deja de creer en esas pavadas. -Pero… ¿Es usted? ¿Juan? -Sí, soy yo. Ya sé que nunca te llamo, pero tampoco es para que te olvides de mí. Escúchame, te quiero decir algo: - No creas en eso. - Pero yo lo vi con mis propios ojos, hasta quedaron las marcas. Aparte está pasando en toda la ciudad. - EL gobierno les lava el cerebro, si no me crees. Lo lamento. Seguí sufriendo -dice Juan. - Chau, hasta mañana Juan- Chau. Página 2 de 5 En ese momento se escuchó el ruido de una puerta que se estaba abriendo, muy asustado Joel miró por la ventana. Ya era de noche, y Juan salió afuera a tirar todo el aceite que había usado para cocinar. Y ahí estaba, agarró el sartén y lo tiro justo en el tronco del árbol. Luego sacó la basura, y cuando la apoyó en el tronco…… ¡¡pum!! La tierra se abrió y con Juan y todo, el árbol es tragado por la tierra. - ¡Contaminación!- Gritó Joel - Contaminación- Gritaba, salió a la calle y comenzó a gritar - Contaminación, dejen de contaminar y así los árboles dejarán de irse. Es que la tierra está enojada con nosotros. Dejemos de contaminar. En ese momento todos los vecinos que habían salido a escuchar, comenzaron a reírse. - ¿Cómo va a decir semejante locura? Mejor volvamos a dormir- Decían los vecinos. Joel, entró a su casa muy avergonzado. Tengo razón, yo sé que la tengo. Entonces, toda esa noche se quedó despierto buscando argumentos para poder volver a decir lo que con sus ojos había visto. A cada hora, él podía escuchar el ruido de la tierra “tragándose” a los árboles y a las plantas y pensaba: - A ver. Pero… ¿Por qué solo acurre acá? ¿Qué tenemos en esta ciudad que no hay en otras? Más fábricas, tenemos 3 parques industriales con 18 fábricas. Ya entendí, ¡son las fábricas! Una contamina al ambiente, otra tira los residuos a río, de una forma u otras formas todas contaminan. Por eso la tierra está tan contaminada, es por nosotros. Y más en este sector del país. Porque de aquí salen todas las cosas que abastecen al país. A todo esto Joel miró el reloj 04:59. Sorprendido apagó las luces, y se fue a dormir, se seguían escuchando los ruidos de los árboles al ser fagocitados por la tierra. A la mañana siguiente, se levantó casi con el último aliento. Sólo unos pocos habían podido abrir los ojos. Es que al no haber árboles, ninguno realizaba la fotosíntesis y por lo tanto no había casi nada de oxígeno. Los animales no habían podido sobrevivir y algunas personas tampoco. Ya con mucho esfuerzo para respirar, salió afuera y pudo ver a lo lejos unos pocos árboles y arbustos. Entonces comenzó a gritar: - Me voy a otro pueblo que queda a unos 56km de aquí, el que me quiera acompañar que venga detrás mío en su auto. Entonces sin empacar, ni desayunar. Se fueron al pueblo vecino. Las personas que no tenían auto, iban en los vehículos de los que sí. A medida que avanzaban podían respirar mejor pero estaban todos muy cansados y casi sin fuerzas, después de una noche así todos se sentían mal y decidieron descansar. Cada persona se quedó dentro de su auto, nadie podía bajar. Solo iba a ser un momento. Mientras descansaban suena el teléfono de Joel. Página 3 de 5 - Contesta - dijo uno de los acompañantes. Joel agarró el teléfono y contestó: -Mi amor, ¿cómo estás?- preguntó Blanca -Más o menos, desaparecieron casi todas las plantas. Y ahora estamos llendo al pueblito en donde nos conocimos. Es que allí hay más oxígeno, y podremos hablar. Yo, ya descubrí que es lo que ocurre, y sé qué es lo que ocasiona este fenómeno. - Kevin quiere hablar contigo - Hola papi, te amo mucho. - Hola hijito, dijo con pocas fuerzas, ¿la estás pasando bien? - Si papi. Te amo. - Yo también hijo. Joel, bajo la ventanilla del auto y miró hacia atrás, habían alrededor de 8 autos llenos de gente. Y dijo: -Vamos, sigamos. Ya era casi la hora de almorzar y habían llegado. Todos bajaron y se quedaron en un camping. Ya todos estaban relucientes, pues en ese pueblo no había fábricas ni nada que contaminará de una manera muy descomunal. Entonces cuando todos comenzaron con el bullicio, se escuchó una voz que pedía silencio: - ¡Silencio! Era el intendente de la Ciudad. La tensión y los nervios e Joel crecieron aún más. - ¿Qué está ocurriendo? Ya puse a toda mi gente a trabajar y nadie encontró una solución.- Dijo el Intendente. De pronto Joel tomó la palabra y les dijo: - Ya sé que ustedes no me van a creer. Pero déjenme terminar con todo lo que tengo que decir. Ayer me quedé pensando en cuál sería la cauda de este fenómeno y luego recibí el llamado de mi vecino. El cual me comenzó a decirme que no creía nada de lo que estaba pasando. Luego de la llamada salió a afuera y tiró el aceite que había utilizado para almorzar. Y lo tiró en el tronco de un árbol, también sacó la basura y la apoyó sobre el tronco. Y de repente el árbol fue “tragado” por la tierra. ¿A dónde quiero llegar con esto? Es que al haber mucha contaminación, debido un 90% a las fábricas, LA TIERRA SE ENOJO CON NOSOTROS POR LO CUAL SE TRAGA A LAS PLANTAS PARA QUE NOS QUEDEMOS SIN OXÍGENO Y NO VIVAMOS MÁS, YA QUE SI NO ESTUVIESEMOS MÁS AQUÍ LA EL PLANETA DE RECUPERARÍA NATURALMENTE DE LA CONTAMINACIÓN QUE GENERA EL HOMBRE. Página 4 de 5 - Pero... las fábricas siguen allí- Se escuchó una voz - Si pero no hay nadie, que las haga funcionar. Por lo tanto no contaminan. - ¿Y ahora qué hacemos? Si volvemos allá moriremos, porque no hay oxígeno – contestó la voz. De repente se escuchó otra voz entre la multitud que les habló a todos diciendo: - ¿Qué estamos dispuestos a hacer para revertir esta situación? De seguro la madre naturaleza nos oirá. Y mientras los demás pensaban, inesperadamente y, a la vista de todos, un niño salió corriendo, se abrazó a un árbol y llorando suplicaba y pedía perdón por no cuidarlos y respetarlos. Entonces los adultos que estaban presentes se organizaron en grupos y debatieron un rato y luego de una hora, cada uno de ellos expuso sus ideas y juntos se comprometieron a dejar de contaminar y cuidar el planeta tierra… felices y contentos, todos gritaron: ¡Manos a la obra! “HACE VOS, COMO MI PROVINCIA, SUMATE AL CAMBIO. TODOS JUNTOS PODEMOS AYUDAR AL PLANETA” Página 5 de 5